Capítulo 56
Narra Chaeyoung.
Mierda.
Ahora mismo era como tener el cuello rodeado de lanzas con punta de flecha.
—Chaeyoung —Mamá jaló de mi adolorida muñeca otra vez, esta vez sus orbes apuntándome con más que absoluta ira. Ella esperaba que me soltara de la mano de Mina por mi cuenta pero yo no podía ni siquiera moverme.
No podía moverme pero tenía que cagarla de nuevo. Casi caigo y como acto reflejo apreté con fuerza la mano entrelazada a la mía. Mi muleta derecha estaba en el piso.
—Chae, ven conmigo —Ahora era Mina quien irrumpía en mi cabeza temerosa de gallina desplumada—. Si no quieres estar aquí —dijo viendo la chusma a nuestro alrededor— , podemos irnos.
¿De verdad?
¿Puedes llevarme donde nadie me vea sin tener que esconderme?
—¡Chaeyoung! Dije que te sueltes.
—M-mamá.
—Solo espera a que estemos en la casa y vas a escucharme —Su voz entre dientes solo incrementó mi inseguridad—. Haz lo que te dije y camina. No hagas que te lo repita.
No, no quería que lo hiciera, sus palabras habían sido clarísimas. Intenté soltarme de la mano de Mina pero... pero... pero ella no me dejaba. Miré nuestras manos y luego a ella con súplica para que me facilitara el trabajo. Sin embargo no surtió efecto.
Cuánta pena debo dar.
Mina me veía entre ¿preocupada? y ¿expectante? Sí, era como si estuviese esperando algo de mí pero qué.
—Alumna Myoui, suelte ahora mismo la mano de su compañera para que pueda retirarse —No, tampoco le hizo caso al director y siguió con sus ojos conectados a los míos—. Alumna-
—No lo haré —Respondió volteando a él esta vez.
—¿Cómo dijo?
—Dije que no lo haré.
—No le pregunté si lo hará, es una orden. Suelte a su compañera o le haré un acta por desobediencia y mala conducta.
—¿Qué cosa? Solo me apego al reglamento director, el cual si no me equivoco dice que los estudiantes que hayan sufrido lesiones leves dentro o fuera del establecimiento y que cuenten con mayoría de edad pueden quedarse a presenciar la clase. Son Chaeyoung tiene dieciocho y si quiere quedarse puede hacerlo, ¿o es que el instituto no quiere asumir ninguna responsabilidad por ello?
—Eso no aplica para este caso.
—¿No? ¿Por qué? El reglamento dice-
—Sé perfectamente lo que dice el reglamento y cómo se aplica.
—Entonces solamente se niega a seguir las reglas.
—¿Cómo se atreve...
—Pretende que todos aquí respetemos al pie de la letra cada artículo escrito en el reglamento, dice que es la ley imperante de nuestro instituto, nos amonesta si no lo hacemos, pero ustedes, sus autoridades, ¿pueden decidir libremente si acatarse a las reglas o no?
Todos los estudiantes se quedaron viendo al director y él se dió cuenta.
—Es horario de clases, ¿qué hacen todos aquí? ¡Diríjanse ahora mismo a sus respectivas aulas! —Ordenó enseguida y sin chistar los demás le obedecieron, o al menos la gran mayoría— En cuanto a usted alumna...
—Es verdad, estamos en el horario de clases, Chaeyoung y yo también deberíamos estar en el salón.
—No, la alumna Son se retirará y usted me acompañará a la dirección.
—¿Por querer imponer el cumplimiento de nuestras normas por sobre su arbitrariedad?
El director titubeó como si no supiera qué hacer o decir.
—Esto es inaceptable —Mamá habló y yo volví a agachar la cabeza. Cobarde—. Se supone que usted es la máxima autoridad de esta escuela pero deja que una chiquilla le cierre la boca.
—¿Eh?
—Para nada. La alumna solo me recuerda un artículo del reglamento que es operativo —repuso seriamente.
—¿Cómo dice?
—Me disculpará señora Son pero en este caso debo aplicar la consecuente norma que prescribe que en el supuesto de lesiones leves dentro o fuera de las instalaciones del instituto es el alumno mayor de edad en cuestión el que decide si se queda a cumplir la jornada de clases o, en su defecto, retirarse —Joder.
—No puede estar hablando en serio.
—Es la alumna Son quien debe decidir.
—¿Decidir qué? ¿Acaso no la ve? Mire bien el estado en el que se encuentra, mire sus muletas, se quitó el yeso de la pierna ella misma para venir acá. No está bien. Su pierna, su ojo, ¿los vió? No son lesiones leves. Mi hija huyó de casa porque sigue muy asustada con lo que le pasó —No mamá—. El doctor le ordenó absoluto reposo ¿y usted lo está cuestionando?
—Ahora mismo se encuentra dentro del establecimiento y dentro del horario de clases. A menos que me enseñe un certificado médico actualizado que ratifique el nivel de gravedad que usted señala, no puedo pasar por alto este poder de decisión de la estudiante. De lo contrario, cualquiera podría irrumpir y retirar a los alumnos. Además, usted entenderá, debo aplicar correctamente el reglamento para dar el ejemplo.
—No, francamente no lo entiendo y no soy cualquier persona, soy su madre y usted es un... ¿Sabe qué?, no sé por qué sigo aquí discutiendo con usted si mi hija no piensa quedarse de todos modos. Anda Chaeyoung, dile que te retirarás así nos vamos de una vez a la casa.
Mamá por favor... No quiero hacer esto.
Si voy contigo, ¿te desharás de mí? Probablemente sí, es imposible que cambies de parecer de la noche a la mañana.
¿Entonces por qué quiero irme contigo?
—CHAEYOUNG —Me tomó del brazo con fiereza, casi sacudiéndome—. Dile ya mismo que te vas —dijo en tono amenazante.
—M-mamá.
—Señora Son...
—¡Di que te irás! Porque si no lo haces te llevaré por la fuerza.
—No la llevará contra su voluntad —Goddd, Mina. Te lo ruego, no interfieras o te meterás en problemas.
—Señora Son, por favor cálmese y usted alumna vaya a su clase, no se lo repetiré.
—Esta mujer está prácticamente amenazando a su propia hija ¿y espera que me vaya y la deje con Chaeyoung?
—Ya es suficiente, me llevaré a MI hija conmigo, no puede detenerme, ni usted ni nadie... CHAEYOUNG SUÉLTATE.
—Ella no se irá con usted.
—Señora Son, soy el director-
—¡Yo soy su madre!
—Si así fuera no la pondría en esta situación —Mina no-
—¡¡¡No te estoy hablando a ti!!!
—¡¡¡Yo sí!!!
¡Maldición!
Mamá dejó de ignorar la presencia de Mina y se plantó frente a ella. Yo traté de separar nuestras manos pero Mina me lo hacía imposible.
—Deja en paz a mi hija, maldita desviada —Maldición—. Te vi aprovechándote de ella afuera de mi casa y no pienso dejar que te salgas con la tuya. No contaminarás su mente, no lo permitiré.
El tema de discusión se estaba descarrilando a otro lado. Esto se saldría de control en cualquier momento.
—A ver, a ver, vayamos por parte —Te lo ruego, no contestes—. ¿Maldita desviada? —Exhaló con... con ¿bu-burla?— Qué mierda, no me diga que es homofóbica. Ay señora, sea original y búsquese problemas de verdad como la gente. Y aparte ¿aprovecharme? ¿De quién? Nos besamos adentro de la casa pero no afuera que yo recuerde.
¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHH!
—¿QUÉ? —Mamá me miró anonadada y más furiosa que nunca. Yo solo balbuceaba sin poder concretar una sola palabra. Entonces, como aquella vez en la sala de casa, alzó su mano para abofetearme pero Mina la detuvo a tiempo sujetándola de la muñeca. A mi madre no le tomó un segundo retroceder para soltarse. Su respiración se estaba agitando.
—M-mam-
—¡Cállate! ¡No te cansas de hacerme enfadar!
—Señora Son no puedo permitir este tipo de comportamiento dentro del instituto. Voy a exigirle que se retire-
—¡No me iré sin mi hija o lo que quede de ella! Y tú... —Se volvió a Mina apretando los labios con rabia. Se muere por insultarla, estoy segura— No te lo repetiré —habló señalándola con el índice—. Suelta a mi hija.
—Ya lo repitió varias veces. ¿Por qué no lo hace usted misma? —respondió con la frente en alto como en todo momento y con una sonrisa cínica.
—Alumna Myoui-
—¿Qué pasa? ¿Le doy tanto asco que no quiere tocarme ni siquiera para apartarme de su hija? Me pregunto qué se sentirá que su propio odio la autolimite.
—Muchacha asquerosa.
—¡Eso! Ande, dígalo más fuerte.
—Mina, no... —Traté de pedirle que se detuviera pero me chitó— ...Por favor.
—Shh —De nuevo—. ¿Qué sucede Chae? El otro día me dijiste en tu casa que te gusto o acaso ya te arrepentiste.
—¡¡¡ES FALSO!!! —Di un respingo— ¡¡¡TODO LO QUE DICES SON MENTIRAS!!! ¡¡¡MI HIJA NO TIENE NADA QUE VER CON ALGO COMO TÚ SUCIA DEGENERADA!!!
—¡Señora Son, tiene que medir sus palabras!
—¡¿ESTA MOCOSA MALEDUCADA ESTÁ INJURIANDO A MI HIJA Y ME PIDE TAL COSA?!
—¡Jajajajaja! Diga más que me emociono.
—¡Chaeyoung JAMÁS irrespetaría a su familia de tal forma! AGRADECE ser alumna todavía y estar aquí dentro o no me temblaría el pulso para darte la lección que no te dieron tus padres así tuviera que ensuciarme las manos. No sé con qué basura le habrás llenado la cabeza para que actúe así pero me encargaré de arreglar su mente.
Apreté mi muleta izquierda.
—Usted AGRADEZCA ser la madre de Chaeyoung o no me contendría las palabras que quiero escupirle. Me estoy reprimiendo sobrehumanamente justo ahora. Ah y Chaeyoung a la única persona que le ha faltado el respeto es a mí.
—Maldita trastornada.
—¡¡¡Suficiente!!! Señora Son ha sobrepasado el límite de nuestra tolerancia. No permitiremos que ejerza violencia sobre alguna estudiante por más que sea su hija ni que insulte y amenace a otra. Debe retirarse ahora mismo.
—Usted ni siquiera puede controlar a sus estudiantes y se atreve a hablarme de límites. Me voy pero por mi bien, porque no soporto respirar el mismo aire que este ser. Vámonos Chaeyoung.
¡Andando idiota! ¿Por qué no te mueves? Si decidiste actuar como cobarde, al menos hazlo hasta el final.
—Alumna Son —Me llamó el director con determinación—. Decida si se queda o se va.
—Y-yo...
Alcé un poco la cabeza y mamá estaba esperándome seria y sin parpadear.
Mina aflojó su agarre o eso sentí.
—Chaeyoung... —Mamá me extendió su mano moviéndola ligeramente, animándome a tomarla como cuando era pequeña y venía a buscarme a la escuela— Ven —Su mirada y voz se habían suavizado también.
¿Qué estoy haciendo?
Quiero irme ya. Mamá quiero irme.
—Lo siento —dije apenas, sin soltar la mano de Mina—. M-me quedaré.
—Señora Son...
—¿Chaeyoung de verdad estás haciendo esto? —Su mirada recobró severidad, ahora con dolor y apretando la mandíbula.
—M-mamá-
—Solo piensa... piensa muy bien en las palabras que usarás esta tarde para disculparte con nosotros.
No, espera...
Las siguientes secuencias fueron lentas y borrosas; mamá yéndose seguida de alguien, el director dándole indicaciones a la vice, la vice hablándome mientras me ayudaban a caminar. Luego, una mujer con bata blanca y una planilla me hacía preguntas a las que no lograba poner suficiente atención y contestaba moviendo pesadamente la cabeza. También cambiaron la venda de mi ojo herido.
¿Mamá en serio quieres deshacerte de mí?
—Chaeyoung.
M-Mina.
Ella sigue acá. Conmigo.
—Veo que regresaste.
—E-eh, yo...
—Parecías ida, lo digo por eso. Estamos en la enfermería por si te lo preguntas —Asentí despacio, corroborándolo con la vista. Era verdad. Estábamos sentadas en una camilla de hecho—. La doctora se fue hace un momento.
Continué asintiendo, escapando de su mirada.
Muchas cosas pasaban por mi cabeza en este momento.
—Sugirió llamar a tu padre pero que por ahora es mejor que permanezcas aquí. La enfermera está del otro lado de la cortina por si la necesitas.
Mis ojos se ampliaron en alerta en un principio pero me obligué a mantener la calma. O al menos dar esa impresión.
—Gra-gracias por repetírmelo. Realmente no estaba prestando atención —Tragué saliva, apretando mis párpados detrás del mechón de cabello que me ayudaba a cubrirme.
—Tal vez nuestras manos deberían respirar un poco.
No sé cómo es que tampoco fui completamente consciente de eso. ¿Puede ser que nuestras manos estuvieran unidas todo este tiempo?
—Lamento andar tan distraída —reaccioné soltando su mano de inmediato, frotando torpemente mis palmas entre sí. Regresé a mi posición anterior con mi visión a un costado.
—Descuida. Es entendible —Hizo una pausa—. Pensabas en-...
—Prefiero no hablar de eso.
—No es mi intención hacerlo.
¿Por qué no la dejas hablar? Gracias a ella sigues aquí.
—Lo siento. Debes pensar que soy una tonta cobarde.
—¿Qué? —Lo arruiné otra vez—. Repítelo.
—Nada, no dije nada.
—No, repite lo que acabas de decir.
Suspiré antes de poder continuar.
—Me gustaría estar en otras circunstancias, en otro lugar para conversar de otras cosas que —También— son importantes para mí; como tú y yo. En eso he estado pensando desde que te fuiste de mi casa ese sábado a la tarde.
Vi de reojo que negó con sus cejas ligeramente fruncidas.
—Yo no quiero ni busco nada de eso. En este preciso momento nada me interesa más que tu bienestar, tu salud.
No sé por qué oír eso me desilusionó un poco. Pero ella tenía razón, yo tampoco tendría que pensar en otra cosa que no sea en mí ahora. Estoy en problemas, puede que mañana ya ni siquiera siga viviendo en casa. ¿Cómo se resuelve eso?
—Lo siento. Soy consciente de lo mucho que te importo.
—Lo dudo, pero no me ofende si piensas distinto.
Dejé de mirar el piso luego de que hablara, entreabriendo mis labios como si tuviera algo que decir.
Sus manos jugaban con una de las pulseras que siempre traía puestas. Eso me recordó a la pulsera con nuestras iniciales que le había comprado pero que no pude darle. Yo perdí la mía también, ambas estaban en la misma cajita en mi mochila aquel día que me golpearon en el callejón y terminé en el hospital. También desaparecieron mi cartuchera y mi llavero de Chaengvely.
Por su expresión, parecía triste y enojada por dentro. ¿Por mi culpa? Claro que sí.
Narra Mina.
No estaba enfadada aunque eso pareciera. Me sentía muy dolida.
Chaeyoung cree que solo pienso en tener algo con ella y no que pueda preocuparme desinteresadamente más allá de lo que suceda entre nosotras. Por eso no puede abrirse conmigo. Luego dice ser consciente de cuánto me importa pero sé que no y no la culpo, esa es la impresión que dejó mi antiguo yo, yendo atrás de ella casi rogando por una migaja de su atención.
Necesito creer que ya no soy así. Pero en los momentos en que debo demostrarlo solo demuestro que estoy equivocada. En el fondo sigo siendo una chica toxicamente loca encaprichada y capaz de hacer lo que sea por una cita y un beso suyo. Estoy ahorcando a esa esa chica con todas mis fuerzas en este instante.
Chaeyoung, huye de mí.
Escuchaba sus torpes balbuceos y afortunadamente antes de que se atreviera a decir algo más una cara conocida se asomó por la puerta.
—¡Dahyun!
Su amiga entró, haciendo que Chaeyoung se pusiera de pie.
—Estoy bien, descuida —dijo posando las manos en sus hombros para que se volviera a sentar—. ¿Cómo estás tú?
—Ya me ves. Dime que no te amonestaron.
—No, si así fuera ya hubieran llamado a mis padres y no estaría aquí. Hola, Mina —Saludó con una sonrisa fugaz, insegura de continuar.
—Está bien, Dahyun.
No lo estaba. Si era un tema tan personal y Chaeyoung realmente no quería que escuchara, sensación que seguía dándome, no me quedaría.
—Iré por agua —Avisé para pasarme al otro lado de la cortina, sin darle tiempo a objetar.
Lo siguiente fueron murmullos.
Bebí agua fría del dispensador y aproveché para consultarle a la enfermera sobre el estado de salud de Chaeyoung ya que la doctora que llamaron le reportaría directamente al director y yo no estaría ahí. En líneas generales, dijo que lo mejor era que descansara para no aumentar su estrés e ir al hospital, de preferencia en donde la habían asistido.
Luego de unos minutos llené otro vaso para Chaeyoung. Regresé a su lado del cuarto y se lo tendí. Ella lo aceptó sujetándolo con ambas manos, cabizbaja todavía.
—No Chaeyoung, no puedes regresar —Dahyun estaba seria, lo cual significaba que las había interrumpido antes de tiempo—. Mina, dile que no puede regresar a su casa.
—¡Dahyun!
—¡Si vuelves la loca de tu madre te enviará a ese estúpido viaje en quien sabe dónde y no volveremos a verte! —WHAT?— ¿En serio quieres eso? Porque yo no, no quiero que te obliguen a desaparecer solo para que sufras en silencio. Tú sabes que no estás mal, ninguna de nosotras lo está.
—¡Basta! —Chae apretó el vaso y el agua se derramó en su pierna. Estaba tibia por suerte. ¿Pero qué está pasando?— Claro que no quiero lo que mi madre quiere para mí, y ya no quiero seguir hablando de esto.
—La Chaeyoung que conocía jamás permitiría que la llamen cobarde o al menos no se expondría para actuar como gallina delante de todos, ella le haría frente a la situación aún si solo terminara haciendo el ridículo. Pero estas últimas semanas has estado irreconocible, te la pasas revictimizándote porque no te atreves a confrontar a tu madre, la sola idea te perturba. Dime, ¿seguirás haciendo todo lo que te diga con tal de complacerla? ¿Por cuánto tiempo más eh?
—Es que... yo no... —Sus manos se empuñaron en sus muslos.
Su entrecejo se arrugó.
Sus cejas, sus ojos, su nariz sus labios, ese lunar... Jebus, qué hermosa es.
Joder, ¿en qué estoy pensando?
Creo que puedo hacerme una idea de lo que está pasando.
—Chaeyoung —Su cuerpo se tensó cuando le hablé, pude percibirlo—. No voy a presionarte para que me cuentes al respecto pero es bastante obvio que tienes problemas familiares y no tengo idea de a qué se refiere Kim pero NADIE va a obligarte a hacer nada que tu no quieras. Si es un riesgo para ti regresar a tu casa entonces no lo harás y punto.
—Bueno —Hizo un lindo mohín—. ¿Entonces dónde se supone que pase la noche? ¿Dahyun?
—Hmm... Normalmente te diría que te quedes en mi casa pero en este caso sería como entregarte porque ahí será el primer lugar donde irán a buscarte.
—"Genial", me sugieres a toda costa que no vaya a casa pero no me darás un techo. ¿Qué hago?, ¿ir a un refugio de indigentes? Sin ofender.
—Mis padres te entregarán a la primera, ¿eso quieres? Porque no dudes que lo harán con tal de evitar escándalos como ser acusados de secuestro.
—¡Excusas! Tienes razón.
—¿Qué tal Joy? Podemos pedirle-
—No quiero involucrarla en esto.
—Te quedarás en mi casa —Solté entre medio de su parloteo.
—Además ella no sabe nada de esto y no quiero incomodar a su fam... ¿Qué? Mina-
—Intenta negarte.
—Es que no... —Me crucé de brazos enarcando una ceja— E-está bien.
Ella volvió a evitar mi mirada luego de responder. Pero ahora parecía costarle más porque no dejaba de tocarse el pelo para cubrirse "disimuladamente" los ojos. ¿O solo es mi imaginación?
—Bueno —Carraspeó Kim— , eso se oye, por lejos, como el lugar más seguro. Ahora mismo eres como un gato indefenso que debemos proteger y conociendo a tu madre, en cuanto vea que no llegaste a casa y no te encuentre en la mía, crea que andas por ahí a la intemperie sin comida ni abrigo, reflexionará.
—Dahyun.
—¿Hm?
—Desearía que alguna vez tuvieras la razón.
—Si lo dices por mis planes, cof, cof, mal ejecutados, eso es aparte. Confía Chae.
—Confiaré.
No saber mucho del asunto me inducía a ser subconscientemente más discreta para no meter la pata. Chae había aceptado mi propuesta sin chistar, dejaría que cuidara de ella, eso ya era mucho.
Quiero creer que estoy satisfecha.
Las últimas horas se pasaron rápido. Entre un ir y venir Kim nos dijo que por ser el último día algunos maestros se pusieron sentimentales, ocupando las horas para dar consejos y recomendaciones sobre la universidad. Otros, en cambio, optaron por hacer un último repaso de la materia.
Mis ratos a solas con Chaeyoung no fueron muy interactivos que digamos. Yo no quería incomodarla haciendo preguntas por más que en el fondo me sintiera en la absurda necesidad de averiguar el fondo de la cuestión que la trajo acá. Sí, a quién engaño.
Hubo un momento en el que se quedó dormida de manera casi profunda en la camilla. Incluso soltó pequeños ronquidos como si no hubiera dormido en toda la noche.
—¿Tienes hambre? —Le pregunté cuando vi que eran las doce y media en el reloj de la pared— Puedo ir a la cafetería y conseguir algo.
—¿Huh? No, gracias. No tengo hambre. Pero si tú sí entonces vé, yo estaré bien.
—No. Tampoco tengo apetito.
Faltando minutos para que sonara la campana, Kim irrumpió agitada diciendo que ya todos se estaban yendo, que había que aprovechar que el director estaba en una reunión con autoridades políticas y que el resto de los directivos estaban ocupados yendo de aquí para allá con los expedientes, actas de fin de curso y cosas como esas. Yo estuve de acuerdo. Saqué mi teléfono y le envié un mensaje rápido a Nayeon.
Antes de que se acordaran del asunto de Chae puse su mochila en mi otro hombro y la ayudé a apoyarse en sus muletas. Dahyun fue haciendo de campana en los pasillos y corredores avisando si había moros en la costa hasta llegar a la puerta principal.
—¿Y ahora qué? No podemos tomar un bus.
—Aguarda —Le indiqué a Kim y justo un Mercedes Benz se detuvo enfrente de nosotras.
—Apresúrense —Nos dijo Sana desde el asiento del copiloto.
Abrí la puerta de atrás y nos metimos, obviamente procuré que Chae no se golpeara y se acomodara bien en el medio.
—¿A dónde se supone que vamos?
—A la casa de Mina —contestó la coneja—. O eso me dijiste en el mensaje casi inentendible que me enviaste —Ésto último mirándome por el espejo retrovisor.
—Estábamos apuradas y sí, ahí vamos—respondí.
—Okay, no voy a hacer preguntas. Por ahora —Intercambió miradas con Sana, tal vez fue advertida antes por ella para que se guardara sus comentarios. Si fue así, gracias Sana.
Cinco minutos después ya estábamos estacionadas en la entrada. Mientras Dahyun ayudaba a Chae a bajar yo me encargaba de nuestras mochilas.
—Lindo show el de esta mañana.
—¿Escucharon? —hablé asegurándome de que Chae no estuviera prestándonos atención.
—Sí y creo que no fuimos los únicos.
—Sana-
—No es el momento indicado para hablar, debes encargarte de Son. Y nosotras tenemos que ir a recoger a Mark, sabes lo humillante que es para él andar sin auto.
—Sí, lo sé —Suspiré—. No he conversado mucho con Chaeyoung y no entiendo mucho de la situación. Lo que tengo presente es que por ahora no puede volver a su casa.
—Pues si esa loca fuera mi madre yo tampoco volvería.
—Oye —Sonreímos con complicidad.
—Vaya, vaya... ¿Yo no puedo hacer preguntas pero tú sí? —Nayeon se cruzó de brazos con falsa indignación— ¿Qué andaban cuchicheando?
—Nadaa.
—¿Qué pasa, ya no somos amigas?
—Luego te cuento lo poco y nada de nuestra charla. Ahora vayamos por Mark —La llevo del brazo de nuevo al vehículo—. Nos hablamos más tarde. ¡Suerte!
Alcé la mano como despedida y luego se fueron. Entonces vi a Chaeyoung y a Kim murmurando algo entre ellas.
—Ven —Le hablé suave pero ella parecía dudar.
—¿Tus padres están en casa?
—¿Eh? —Volteé ante la pregunta de Kim y entonces... Mierda.
Qué idiota. Cómo no me di cuenta antes.
Los autos de mis padres, olvidé que ahora regresan más temprano. Joder infinito.
—Eh... Eh...
—Chae me acaba de contar que no conoce a tus padres. Ella no quiere incomodar.
—¿Qué?
—Ya sabes, no cree que sea apropiado de acuerdo a la tradición.
—¡Dahyun, puedo hablar por mí misma! —¿Se sonrojó? Aww.
—Encima que te ayudo.
—Descuiden. Mis padres no son nada del otro mundo —Exacto. De hecho ahora que lo recuerdo siempre qusieron conocer a Chaeyoung. ¿Por qué estar nerviosa entonces? Porque todo les caerá no abrupto pero sí repentino— Esperen aquí un minuto, ¿okay? —Sonreí despreocupada caminando de espalda hasta llegar a la puerta—. Ya vuelvo.
Tras cerrar la puerta me apoyé de espalda contra esta apretando los ojos.
¿Qué se supone que diga? "Mamá, papá, mi ex novia se quedará en casa con nosotros por unos días", ¡no, ni ****** se oye bien eso!
—¿Mina, eres tú? —Papá. Joder.
4083 palabras 😷
Buenas gracias y noches por leer. ♡
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