El día viernes había llegado, y para Heeseung, estar parado frente a la puerta de la cafetería parecía ser una fantasía.

Decir que estaba aterrado era poco, pero ya no podía echarse para atrás, y una vez estuvo ahí dentro, sus ojos vagaron directamente hasta el chico sentado junto a la ventana. Él parecía tranquilo; tanto que Heeseung quiso interrumpir esa tranquilidad.

Y él lo hizo.

—Disculpa. —el hombre lo miró, y una suave sonrisa se dibujó en su rostro. —¿Esperas a alguien más?

—No realmente. —respondió, llevando su mirada directo a sus ojos, batiendo sus pestañas. —Mi nombre es Jake, por cierto.

Heeseung no respondió nada, en cambio, le dio una mirada rápida al ramo de tulipanes que sostenía el chico en su mano derecha, preguntándose por primera vez si acaso esas serían las flores favoritas de Seorim.

—¿Son para una chica? —preguntó refiriéndose a los tulipanes, mostrando una sonrisa coqueta. Jake pareció pensarlo un poco, negando al final.

Escuchó una risa y alzó su vista, encontrándose con que él ya estaba viéndole.

—¿Acaso importa? —Heeseung negó rápidamente, soltando una risita nerviosa.

Observó hacia una de las mesas cercanas, y aún sorprendido por no haber huido para ese entonces, se atrevió a levantar la mano y llamar al mesero. Usualmente no comía en las cafeterías, pero esa tarde había estado tan impaciente por llevar a cabo su nuevo plan para reconquistar a su novia que lo había olvidado, y los nervios le impidieron ingerir algo que no fuese agua.

Por otro lado, Jake le observaba con una mirada extraña. Él no lucía desconfiado, pero su expresión era algo difícil de descifrar.

<< Él es bastante apuesto >>

Heeseung decidió que no podía dejarse intimidar por él, así que, reuniendo la valentía que necesitaba para finalmente iniciar una conversación, él dijo:

—¿Tienes algo que hacer más tarde? —enunció, su voz sonando más confiada de lo que esperaba.

Jake dejó salir un suspiro despreocupado antes de responder:

—No lo creo. Usualmente yo sólo vengo aquí a pasar el rato.

<< Perfecto >>

—Hmm, ya veo. —Heeseung en realidad no sabía mucho sobre citas –o cómo invitar a alguien a una–, él ni siquiera podía recordar si alguna vez había planeado una junto a Seorim, sin embargo, él continuó—: Entonces, Jake. ¿Te gustaría...? Um... No lo sé, quizás, ah... ¿Salir conmigo?

Jake rió entre dientes, mordiendo ligeramente la punta de su dedo pulgar.

—Quiero decir, no como una pareja, ¿entiendes? —una risa nerviosa escapó de sus labios. —B-Bueno, en realidad, no tienes que aceptar si no quieres, nosotros apenas acabamos de conocernos y-

Jake sacudió la cabeza con gracia.

—Está bien. —respondió, mirando a Heeseung de nuevo.

Por su parte, él había empezado a comer rápidamente, mirando fijo hacia el plato. Jake era realmente hermoso. Había algo en él que le impedía odiarlo, le daba un aire agradable y amistoso, incluso cálido.

Heeseung comenzaba a entender un poco el por qué a Seorim le gustaba tanto: Jake era encantador, él apenas llevaba conociéndolo durante unos minutos y ya sentía como si fuesen amigos de toda la vida, a pesar de la corta cantidad de palabras que ambos habían intercambiado y lo extraño de su conversación –si es que podía denominarse de esa forma.

Jake se percató del nerviosismo que presentaba Heeseung, y él pensó que era algo adorable.

—¿Terminaste?

—Ah... Sí. —él se sintió algo tonto por la actitud que había adoptado en ese momento. —Lo siento por eso, estoy algo nervioso.

—Lo sé. Creo que pude notarlo.

Un ligero sonrojo se instaló en las mejillas del azabache.

—Oh.

Y, por fin, tras el paso de unos minutos de charla para no caer en el aburrimiento, ambos emprendieron su viaje por la ciudad, con un Lee Heeseung más nervioso de lo que nunca antes había estado en su vida.

El resto de la tarde resultó ciertamente extraña, mas no desesperante como él esperaba. Cuando Heeseung decidió invitar a Jake a salir y le aclaró que él no buscaba nada romántico, parte de sus planes se vinieron abajo. ¿Cómo se suponía que iba a conquistarlo entonces? Él se conocía lo suficientemente bien como para saber que un chico como Jake no lograría hacer que se rindiese del todo –al menos si quería rescatar lo que quedaba de su relación con Seorim–, pero la situación se veía complicada viéndolo desde el punto en que ya se encontraba.

Sin embargo, Heeseung había estado insistiendo toda la tarde en que debían volver a verse, y Jake no pareció exactamente disgustado ante la idea de volver sus salidas mucho más frecuentes. Esa era su oportunidad de acercarse al enemigo y estudiarlo más de cerca, por supuesto. En resumen: Lee Heeseung ahora estaba triplemente jodido.

Aún así, si se ponía a pensar en la cantidad de distintos tipos de amantes con los que él se había topado a lo largo de su vida, podía darse cuenta de que ya lo había visto todo: los buenos, los misteriosos, los extremadamente cursis, y también los extremadamente torpes hasta cierto punto. Sin embargo, él llevaba mucho tiempo sin ver a uno del tipo como Jake –una mezcla de todos los anteriores–, lo cual resultaba ciertamente confuso e interesante, puede que incluso algo estresante.

Sí, Lee Heeseung se había convertido en todo un experto cuando de amantes se trataba, y debía reconocer que él era muy bueno descubriendo infidelidades, en especial cuando se trataba de las suyas.

Bueno, eso no era algo exactamente bueno a resaltar, pero al menos no era algo del todo desconocido para él. Aún podía manejarlo.

Finalmente, tras un momento de silencio para sí mismo en la soledad de su apartamento, respiró profundamente antes de alzar la voz y preguntarse por centésima vez a lo largo del día:

—¿Qué es lo que estoy haciendo mal?

<< Absolutamente todo >> Susurró la pequeña voz dentro de su mente.

Bueno, eso tenía sentido.

Pero si había algo en lo que Lee Heeseung era mejor que nadie, definitivamente era el encontrar una respuesta a los problemas, y esta vez no sería la excepción.

Él iba a descubrir la verdad detrás de todo esto, y nada ni nadie podría detenerlo, ni siquiera el mismo destino.