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CAPÍTULO 18: NORMALITY IS NEVER AS WE REMEMBER IT

—— NORMALITY IS NEVER AS WE REMEMBER IT ——

Davina posó a Goldy sobre una roca, mientras le dedicaba una sonrisa al ver que la gárgola no apartaba su grandes ojos de color dorado sobre ella. Como a muchas nuevas criaturas que había en El Sueño, ella le iba a enseñar a volar, por supuesto ahora iba a ser más complicado sin una demostración, pero si había conseguido hacerlo con Gregory, podría hacerlo con cualquier criatura.

—¿De verdad crees que es el momento para enseñarle?— Le preguntó Abel a Davina, la cual tenía a la gárgola frente a ella lista para empezar con su primera clase de vuelo.

—Claro, por lo menos a que sepa mantenerse.— Respondió la protectora mientras mantenía una sonrisa, en señal de que se iba a encargar de enseñarle a volar, así como había enseñado a muchos de los sueños que tenían alas. —Se que te aterra que le pase algo, Abel, pero no le voy a dejar que se eleve más de lo necesario. Además, es una gárgola, sino aprende a volar, ¿para que va a necesitar sino las alas?— Añadió con obviedad mientras la gárgola intentaba alzarse unos metros, pero antes de que cayera al sueño Davina le cogió para luego dejarlo sobre la piedra, mostrando lo impaciente que estaba la criatura por aprender a volar.

—¿Sabéis si lo del vórtice es cierto?— Preguntó el mayor de los dos hermanos, haciendo que la de pelo platino le mirase confundido al no comprender que estaba queriendo decirla.

—¿El vórtice? ¿Qué es un vórtice?— Preguntó mostrando que desconocía lo que estaba pasando, apenas llevaba unos días de tranquilidad y los problemas parecían que habían vuelto. ¿Acaso la normalidad no iba a regresar nunca?

—Algo que no augura nada bueno, seguro Lord Morfeo te dirá si es verdad o no, Lucienne cree que es un mero bulo.— Admitió Abel haciendo que Davina se diera cuenta que debía de descubrir si era verdad o no, y si lo era debía de descubrir si aquel vórtice era o no peligroso.

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Divina recorrió los pasillos del palacio en completo silencio, esperanzada de que la calma que había regresado no volviera a esfumarse. Por supuesto ella quería vivir riesgos, pero sabía que tras todo lo que había sucedido, un descanso no la venia nada mal, sobretodo para aclarar todo cuanto había sucedido desde que Sueño había salido de aquella prisión.

—¿Las vidrieras ya han sentenciado lo que falta en el Sueño?— Preguntó al ver los tres dibujos que estaban en las vidrieras, las cuales estaban detrás de trono el cual se encontraba al final de una larga escalinata.

—Tres son los arcanos que no están en El Sueño, una de ellos es Gold, una pesadilla cambia formas; el Corintio.— Empezó a decir mientras Davina miraba primero a la cambia formas, la cual parecía ser una mujer con la piel de un color morado que parecía ser negro; para después de mirar a la pesadilla, centrarse en la otra, aquella criatura con la que tendría que enfrentarse porque estaba claro que no la iba a dejar irse de rositas, no después de lo que había ocurrido.

—Genial, tengo cuentas pendientes con ese bastardo.— Sonrió mientras su expresión, a pesar de la falsa sonrisa, mostraba el rencor y el resentimiento que tenía hacia él. —¿Y el último que es?— Preguntó al ver que no parecía representar a ninguna criatura, sino más bien un lugar.

—El campo del violín.— Se limitó a decir el señor de los sueños.

—Eso es raro, siempre ha sido señor de su propio dominio y siempre digno de confianza.— Alegó la protectora, recordando aquel lugar que siempre la había hecho sentir segura y en calma. ¿Porque habría abandonado El Sueño?

—En cuanto solucione el otro problema, me encargaré de ellos.— Respondió Sueño mientras centraba su mirada en uno de los libros que tenía a su alrededor, al escuchar que había otro problema, Davina asumió que tenía relación con aquel vórtice.

—¿El vórtice?—Inquirió mostrando que sabía del problema, aunque no lo que significaba. —¿Qué es?— Preguntó al ver que era cierto que existía el vórtice, sobretodo por la expresión de preocupación que el eterno mostraba.

—Es el primero de esta era, pero el vórtice es una humana, Davina, no una cosa. Y los eternos tenemos prohibido actuar contra los mortales a menos que supongan una amenaza inminente.— Respondió mientras centraba su atención en el techo de la sala, donde podía verse la imagen de una joven que no aparentaba ser muy mayor, incluso para Davina parecía ser una niña.

—Ya, pero ¿y que pasa si se convierte en una?— Inquirió sabiendo que todo era posible, y más con un humano, ella lo era y conocía a su especie. Ellos eran impredecibles

—Tal vez, entonces uno de nuestros problemas sea la solución a los otros tres.— Se limitó a decir, haciendo que la protectora le mirase confundida sin comprender lo que estaba queriendo decir.

—¿A que te refieres?— Preguntó confundida sin entender como el vórtice podría solucionar la desaparición de los tres arcanos.

—La chica es un vórtice, es cuestión de tiempo que atraiga los sueños extraviados hacia ella.— Respondió Sueño mostrando que la usaría para atrapar y regresar a los extraviados, y tal vez incluso castigarlos por no cumplir con las normas.

—¿Y eso no sería peligroso?— Preguntó Davina sabiendo que Corintio usaría la existencia del vórtice en su propio y único beneficio.

—La estoy vigilando.— La tranquilizó.

—¿Y que pasa si ocasiona algo cuando esté desperta? Lo mejor sería vigilarla en el mundo despierto.— Afirmó la protectora sabiendo que el poder que tenía era demasiado, por supuesto no queria que la pasara nada a fin de cuentas ella no había elegido ser el vórtice, pero al margen de la vida de la chica, había más vidas que estaban en peligro.

—Por ahora prefiero no dejar El Sueño desprotegido.— Se limitó a decir Sueño, sabiendo que la aventura que había tenido había sido suficiente.

—Puedo ir yo.— Intervino en ese momento Matthew, sabiendo que era el que más desapercibido, de cualquiera de El Sueño, pasaría.

—Esta bien, busca a Lucienne, ella te dirá lo que tienes que buscar.— Cedió sabiendo que usar al cuervo era una opción perfecta, ya que incluso despierta podría tenerla vigilada. —Lo que veas tu, lo veré yo.— Garantizó mientras el cuervo se marchaba. —Aún así hay algo que creo que puede interesarte.— La dijo a Davina mientras la tendía un libro, donde aparecía el nombre de una chica.

—¿Peige Quest?— Inquirió sin entender porque ella sería de su interés.

—Es una humana, acompaña a Rose, pero lo interesante es que es una protectora en potencia.— La reveló haciendo que Davina le mirase incrédula, ya que en el último siglo apenas aparecían protectores, por lo que podía significar que de alguna forma se estaban extinguiendo.

—¿Estas seguro de ello?— Preguntó sabiendo que no podía hacerse falsas esperanzas, principalmente porque de serlo Peige estaría en peligro.

—Sí, he observado a ambas. No hay dudas de ello, y por eso Matthew vigilará a las dos, puesto que ese Encapuchado sigue a la caza.— Asumió sabiendo que quien fuera aquel hombre no sólo iba en busca de protectores, sino también de su poder, y eso no podía significar nada bueno.

—Alguna noticia más, porque por experiencia suelen venir de tres en tres.— Comentó la protectora sabiendo que los problemas no habían quedado ahí, nunca quedaban ahí.

—Rose tiene un hermano, Jed Walker, el cual no encuentro en el mundo de los vivos. Todos los humanos están conectados a El Sueño, pasan un tercio de su vida aquí y romper esa conexión requiere de conocimiento y poder.— Explicó Sueño sin saber como había sido posible que un humano hubiera podido librarse de aquella especie de control que el eterno tenía sobre todas aquellas criaturas capaces de dormir y de soñar.

—Quizá os interese saber que la última pesadilla que Tuvo Jed antes de desaparecer fue con Gold.— Intervino en ese momento Lucienne la cual le tendió un libro al rey de los sueños.

—¿Crees que le ha desconectado de El Sueño?— Preguntó Davina sin creerse que una pesadilla pudiera o tuviera el poder para hacer algo así.

—Así es.— Sentenció la bibliotecaria con firmeza en su teoría.

—¿Y por qué Gold haría algo así?— Volvió a preguntar la protectora sin entender cuales eran los propósitos de la pesadilla, ¿atormentar de por vida a un niño?

—Por que no es un niño cualquiera, ¿verdad?— Inquirió Lucienne mirando a Sueño, el cual seguía mirando el libro —Es el hermano de Rose Walker y ella es el vórtice.— Sentenció con firmeza sabiendo que su suposición era completamente acertada.

—Disculpar.— Una quinta voz irrumpió en la sala, haciendo que todos los presentes mirasen al frente para ver de quien se trataba. —Soy Rose Walker, ¿que sabéis de mi hermano Jed?— Preguntó mientras los presentes observaban a las dos chica, ya que Rose no había ido sola, había ido acompañada por su amiga Peige, la cual no comprendía como habían llegado allí ni nada de lo que realmente estaba pasando.

—Bienvenidas seáis, Rose Walker y Peige Quest.— Las saludo Sueño sabiendo que las cosas habían cambiado conforme sus planes, pero no del todo.

—¿Quienes sois?— Preguntó Peige la cual se mantenía al lado de Rose mostrando una expresión de desconfianza y de amenaza, aunque no podía evitar preguntarse quien era la mujer que tenía su mismo tono de pelo.

—De algún modo habéis conseguido una audiencia en sueños con Lord Morfeo, el rey de los sueños. Y ahora marcharos.— Sentenció Lucienne con firmeza.

—Lucienne.— La llamo Sueño en señal de advertencia.

—No deberían de estar aquí.— Le recordó Davina apoyando la petición o mejor dicho, la orden, de Lucienne.

—No, pero quiero que se queden.— Sentenció sabiendo que era mejor explicarlas lo que estaba pasando que convertirse en los malos de una situación donde sólo querían ayudarlas.

—¿En qué lugar estamos?— Preguntó Rose mientras miraba a todas partes impresionada.

—Estáis en El Sueño, el lugar al que venís cuando dormís.— Las reveló el eterno, haciendo que ambas amigas se mirasen mutuamente.

—¿Osea que ahora estamos dormidas? ¿Estamos soñando?— Inquirió Peige sin creerse que aquello pudiera ser cierto, debía de ser un sueño, aunque técnicamente estaban dormidas así que... no sabía como definir aquello.

—Sí, y me gustaría saber como Rose me ha encontrado.— Sueño centro su mirada en Rose, al igual que todos, mostrando que la causante de que ellas estuvieran allí era la de pelo castaño.

—Os oí hablando de mi hermano, ¿esta aquí?— Quiso saber mostrando lo preocupada que estaba.

—No.— Se limitó a decir Sueño.

—¿Sabéis donde está?— Preguntó de nuevo Rose esperando que ellos pudieran tener las respuestas a sus preguntas.

—No.— Volvió a negar Morfeo. —Pero quizá esté con una de mis pesadillas perdidas.— Admitió mientras alzaba la cabeza, gesto que todos imitaron, para ver la verdadera apariencia de Gold.

—¿Es una pesadilla?— Inquirió Peige creyendo que eso era imposible, las pesadillas debían de ser horribles y feas, pero aquella mujer la parecía todo lo contrario, incluso la transmitía misterio más que miedo. —¿Y para qué quiere a Jed?— Preguntó sin comprender que importancia podía tener el niño.

—No lo se, pero presiento que tiene algo que ver con vosotras.— Admitió mientras volvía a mirarlas, haciendo que las dos amigas intercambiarán una mirada al no comprender porque ellas estaban involucradas.

—¿Con nosotras? ¿Por qué? ¿Qué hemos hecho?— Preguntó Rose sin entender nada.

—No es lo que habéis hecho, sino lo que sois.— Intervino en esta ocasión Davina sabiendo que ambas, de distinta manera, eran poderosas e importantes.

—Lo sientimos, pero no entendemos nada de nada.— Respondió Rose confundida.

—Ya, los vórtices de sueño se escapan a la compresión.— Sonrió Sueño sabiendo que cada vórtice era diferente al anterior, cada uno era distinto.

—¿Qué es un vórtice de sueño?— Preguntó Peige con curiosidad.

—Rose es uno.— Las reveló haciendo que Rose le mirase incrédula. —Veréis, cada varios milenios nace un mortal con una capacidad tan grande para soñar que puede viajar por los sueños de los demás, e incluso llegar a mi sala del trono.— La reveló mostrando porque ella había sido capaz de terminar allí.

—Solo estaba buscando a mi hermano.— Se disculpó.

—Si has dado conmigo en El Sueño, encontrarás a tu hermano. Da igual donde lo tenga Gold.— Garantizó Sueño sabiendo que con ayuda de Rose, Gold no conseguiría escaparse de él.

—¿Cómo? ¿Cómo puedo hacer eso?— Preguntó el vórtice sin entender cómo podía usar o manejar aquellos nuevos poderes que se suponía que tenía.

—De momento sigue buscando a tu hermano en el mundo despierto, Matthew te protegerá allí.— La tranquilizó mientras las dos humanas centraban su atención en el cuervo.

—A tu servicio Rose.— La saludo el animal mientras inclinaba la cabeza en señal de respeto.

—Mientras él esté contigo también lo estaré yo, esta noche cuando duermas tu y yo iremos a buscar juntos a Gold y a tu hermano, en tus sueños.— Sentenció Sueño mostrando que solo era cuestión de horas para que Rose pudiera volver a reencontrarse con su hermano perdido.

—Solo es una pesadilla, ¿no? No puede hacerle daño, ¿verdad?— Preguntó preocupada esperando que aquella criatura no tuviera el poder de hacerlo, pero había una pesadilla, en el mundo despierto, capaz de hacer daño a los humanos. Un terrible daño.

—No, no puede.— La tranquilizó mientras Rose se preparaba para marcharse.

—Rose, espera.— La detuvo Peige mientras la agarraba de la muñeca. —Has dicho que yo también estoy involucra, ¿en que exactamente?— Inquirió mirando al eterno.

—Tu eres una protectora en potencia.— La reveló haciendo que la de pelo platino le mirase confundida.

—¿Una protectora en potencia? ¿Qué significa eso?— Preguntó sin entender que era aquello, que estaba queriendo decir.

—Eres como yo.— Se limito a decir Davina.

—Y por tu bien es mejor que permanezcas en aquí.— Sentenció Sueño sabiendo que El Sueño era el lugar más seguro para alguien que corría un gran peligro en el mundo despierto.

—¿Qué? ¡No! De ninguna manera.— Negó Peige mostrando que bajo ninguna circunstancia iba a quedarse allí y menos aún iba a dejar en la estacada a su amiga, no podía abandonar a Rose en la búsqueda de Jed. ¿Qué clase de amiga sería si lo hiciera?

—Tal vez sea mejor que te explique el peligro que te acecha si vuelves al mundo despierto.— Sugirió Davina sabiendo que era mejor que Peige supiera, no solo lo que era sino también el peligro que en el mundo despierto había. Puede que pasará desapercibida, pero si Sueño había dado con ella, era cuestión de tiempo de que el Encapuchado lo hiciera, y no quería ni imaginar lo que podría hacerla con tal de conseguir su esencia.

★★★

Llegando ya a esta parte de la historia, solo puedo decir que ya queda menos para el final, y realmente es algo increíble. Porque todavía hay varias sorpresas.

Hasta entonces os tocará esperar.

De primeras quiero decir que el gif es de mis favoritos que he hecho de ellos dos, y me costó bastante puesto que no sabía cual escoger de Emilia XD.

Pasando a lo que es el capítulo, ya sabéis quien es Peige, y aunque todavía no tengo claro cuál será su importancia en la historia, pero lo será. Por lo menos para Davina.

Aunque el capítulo del infierno fue mi favorito, los episodios con Rose me encantaron, la serie me encantó en sí, porque como que no había un problema claro, y eso está mejor que saber cual es el objetivo final de la serie. En mi opinión.

Teniendo en cuenta lo que ha pasado en el capítulo, considero que Sueño si le tiene cierta confianza a Davina y me atrevería que decir que incluso respeto por ella, en el sentido de miedo. Jajajaj.

Y algo de lo que me he dado cuenta viendo la serie y escribiendo, es que Sueño tiene algo de narcisismo. Es decir, ¿a quien se le ocurre poner su nombre a su reino? Me parece algo tan egocéntrico que solo lo podría hacer in eterno.

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Os leo ♥️

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