┆𝖙𝖍𝖊 𝖘𝖕𝖊𝖈𝖙𝖗𝖊
┆𝐏𝐑𝐈𝐌𝐄𝐑 𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓!
━𝐕𝐢𝐯𝐢𝐦𝐨𝐬 𝐚𝐦𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐦𝐞𝐧𝐭𝐢𝐦𝐨𝐬...
En la guerra nadie esta a salvo. En un solo segundo pueden morir cientos de vidas. No hay nada que puedes hacer, ¿o si?
Desde muy pequeña mis padres me educaron para ser una gran shinobi. Demostrar el fruto de todos mis entrenamientos; de que valoren la fuerza de nuestro clan.
Crecí sin sentir aquella sensación llamada cariño. Mis padres lo veían innecesario y al paso del tiempo, yo también. Al ingresar a la academia todo fue distinto, observaba todo de otra manera.
Había niñas que solo les interesaban los chicos, en especial aquel azabache de mirada fría. Yo solo observa y callaba, mi padre me decía siempre que interesarte en otras cosas que no fuera de shinobis, era prácticamente perder mi tiempo.
Y así fue.
Solo me centraba en mis estudios y en mis entrenamientos constantes. Tenía pocos amigos o personas con las cuales podía contar, pero había uno en particular que me interesaba.
Era aquel pelinegro que solo holgazaneaba en las clases. Siempre terminaba durmiendo y de un modo a otro aprobaba los exámenes.
Lo envidiaba.
Él no estaba obligado a someterse a duros entrenamientos. A los castigos que me daban por no dominar los jutsus de mi clan. Lo envidiaba porqué él podía ser él mismo, sin ser obligado a ser el mejor cuando aún con todo lo que hacia, me era imposible.
Siempre fui la "segundona" como mis padres me decían. Nunca pude lograr superar a el Uchiha; por ello mi vida fue un infierno.
Al paso de los años conviviendo con aquel chico vago, me fui sintiendo como una verdadera persona. Una que tiene sentimientos, que logró sentir por primera vez lo que se llama cariño.
Ya no eramos niños, aquel cariño de poco a poco comenzó a convertirse en amor.
Lo que ambos sentíamos entre nosotros.
Aunque nunca lo admitimos, siempre lo sentimos. Por una razón no tenía el coraje para decirlo, me daba miedo su respuesta. Al poco tiempo convencida me olvide de aquel miedo; estaba lista para declarar mis sentimientos hacia él.
Pero no pude.
Padre me había mandado a llamar y era urgente. Bufé y entre a su despacho con su permiso.
──Me llamaste padre. ─hable en cuclillas en el suelo con la cabeza baja, en forma de respeto.
──La Hokage reunió a los jefes de los clanes. ─aunque no lo miraba, sabia que tomaba su tan apreciado sake. ──. En estas dos semanas entrenaras para que des lo mejor en la guerra que se aproxima. ─mi sorpresa se planto en mi rostro, sin embargo, él no lo noto por mi mirada hacia el piso.
──¿A que se refiere con próxima guerra, padre? Si puedo saber. ─tenía una liguera sospecha, pero quiero oírlo de los labios de mi progenitor.
──Uchiha Madara, declaró la Cuarta Gran Guerra Shinobi. ─me ahorre mis preguntas, por su tono de voz sabia que no estaba de buen humor. ──. Es nuestro momento de pelear y demostrar que el clan Aoyama es de los más fuertes de Konoha. ─levanté mi cabeza mirando sus ojos plateados como los míos. ──. Serás la proxima líder del clan y debes de luchar por ferocidad. Y haznos el favor de no dejarnos en ridículo, Hoshi.
──Como usted ordene, padre. ─no lo expresaba, pero me dolía.
──Mañana comienza el entrenamiento. ─informó. ──. Retírate.
En un parpadeo desaparecí de su campo de vista. Quería despejar mi mente así que camine por la aldea.
Estaba tan sumergida en mis pensamientos que no escuchaba la voz de el pelinegro llamándome, fue entonces que sentí su mano en mi hombro.
Mi principal reacción fue tomarla con fuerza terminando por estrellar su cuerpo contra el suelo con un kunai en su cuello.
──¡Shikamaru! ─cuando logre visualizar a el hombre en el suelo, lo solté de inmediato. ──. ¡Por el Dios Shinobi! ¡Lo siento! ─lo ayude a levantarse.
──Qué fastidio. ─murmuró limpiando la tierra de su chaleco. ──. Es bueno saber que somos amigos, no me quiero imaginar si soy un desconocido.
──Ya pedí disculpas. ─guarde mi kunai. ──. Sabes como soy. Además, estaba sumergida en mis pensamientos cuando me tocaste.
──¿En serio? No lo note. ─rodé mis ojos, era claro que si lo hizo. ──. Adivinaré, ya sabes lo de la guerra.
──Me acabo de enterar. ─confesé retomando el camino con él a mi lado. ──. Padre quiere que entrene para no dejar en ridículo a nuestro clan.
──Tú eres fuerte. ─miré su perfil al escucharlo. ──. Siempre lo has sido. Él no puede verlo porqué es un idiota. Ya no estas en la academia, y no hay nada que diga que eres la numero dos. ─me miró. ──. Además, tú siempre serás la mujer numero uno ante mis ojos. ─sonrió cerrando us ojos dejando ver sus dientes.
──Gracias por todo, Shikamaru. ─sin que lo esperara, lo abrace. ──. Eres el mejor hombre que he conocido.
. . .
En la guerra los débiles no viven. Aquellos que son llamados cobardes tampoco. Nadie puede salvarse si no arriesgas todo, ¿no?
Desde que vi aquella estaca de madera dirigirse a el pelinegro, no lo dude; me coloque al frente suyo recibiendo la estocada.
Él abrió sus ojos horrorizado de lo que había hecho mientras que de mi boca salía sangre sin parar cayendo de rodillas a sus brazos sin energía.
──¡Idiota! ¡¿Por qué lo hiciste?! ─a pesar de que intentaba no sollozar, lo podía escuchar.
──P-porque... ─mis parpados pesaban y mi respiración se apagaba. ──. Eres mi gran amigo, ¿no?
A pesar de que quería gritarle que lo amo desde hace tiempo, mis palabras fueron otras. No quería que sufriera más por mi muerte si le dijera aquello, quiero verlo salir adelante recordando a su amiga y no a la mujer que una vez amo.
──L-lo... siento... ─articule dando mi último aliento, con una sonrisa por morir en sus brazos, salvandolo.
Eso sin duda fue lo más cercano a confesarme.
. . .
Guerra. Sangre. Lagrimas. Dolor.
Es lo único que recuerdo antes de sumergirme en un profundo sueño. Me levante desorientada, estaba en medio de la nada. Literalmente.
Este se me hacia un poco conocido por una extraña razón, pero lo ignore. Observe a mis alrededores, mi ropa era la misma de siempre, mi chaleco que dicta que soy una Jounin.
Algo paso por mi mente de repente.
──¡Shikamaru! ─sin perder tiempo me eche a correr directo a Konoha, por un motivo estaba lejos de ella.
Mis piernas por una razón eran más ligeras y no me sentía agotada por correr mucho tiempo. Logre llegar a Konoha, a pesar de que se miraba distinto, entre sin recibir la más mínima atención.
Me pareció extraño e iba a preguntar, pero tenía que ver a el pelinegro cuanto antes. Corrí a su casa pero al pasar por el cementerio logre visualizar su silueta.
──¡Shikamaru! ─sonreí como loca y corrí a su dirección gritando su nombre, no era un buen lugar para hacer esa acción pero estaba feliz de verlo. ──. ¡Hey! ¡Shikamaru! ─él estaba concentrado en fumar enfrente de una tumba, seguramente la de su sensei. ──. Hey, hola, hola. ¿Puedes escucharme? ¿Shikamaru? ─por más que gritaba, él no me mirada.
Lo vi dar media vuelta caminando a mi dirección con la mirada en el suelo. Me pareció un poco extraño verlo un poco más grande con diferente ropa, pero no le di importancia.
──Idiota, creí que me ignorabas. ─dije al estar unos centímetros de él. ──. ¿Qué sucede con todos? Los veo muy extr.... ─una fea sensación se acumuló en todo mi cuerpo cuando el Nara me traspasó.
Me miré a mi misma asustada de aquello, intente tocarlo pero mi mano lo traspaso. Lo único que hice fue verlo perderse entre la poca oscuridad que se iba formando.
Sin entender nada, me acerque a la tumba donde se encontraba anteriormente, quedando de rodillas al leer la placa.
Aoyama Hoshi
Al tan solo leer mi nombre y la fecha de mi muerte, los tristes recuerdos de aquel tragico día llegaron a mi cabeza como si nada.
Ahora recordaba que di mi vida por la suya, sin poder decirle la verdad.
Sin decirle que lo amo.
Me repusé y vage por las oscuras calles de Konoha, siendo invisible. Siendo un simple espectro que atormenta a el hombre a quien ama o amo en sus días de vida.
Se sentía feo solo ver y no poder hacer, pase por mi antigua casa y estaba todo igual. Mi muerte no pareció afectarle a mis padres, tampoco esperaba que lo hiciera.
Miraba a través de la ventana a el pelinegro jugar shogi con la hija de Asuma. No sabia porque razón era la única que estaba aquí observando algo que su padre y su sensei sin duda lo estarían haciendo.
──Porqué tienes que dejarlo ir. ─me estremeció escuchar una voz gruesa y áspera detrás mío.
──¿Qué demonios? ─observe a alguien con una capucha negra cubriendo por completo todo su cuerpo, lo que me llamo la atención fue ver aquella guadaña de una cuchilla negra y muy afilada. ──. ¿Por qué dijiste lo anterior?
──Porque soy la muerte. Mi deber es llevarte conmigo, no perteneces aquí. ─baje mi cabeza, algo dentro mío me lo decía hace tiempo. ──. Tu vida termino hace tiempo, tienes que dejarlo ir. ─la miré. ──. Viviste, amaste y mentiste.
Mi vista se enfocó en el pelinegro, fumaba dando su espalda a mi persona. Él ya había superado mi muerte, me visita en ocasiones y no parece sufrir por ello y sus amigos lo apoyan como siempre.
Él siguió a delante.
Mi tiempo aquí y verlo, fue sin duda lo mejor. Pero ahora debería de irme, mi alma debe descansar en paz.
──Vivimos, amamos, mentimos... ─murmuré mirando aquella manta. ──. Esa fue mi vida y no lamento nada.
──Es hora de descansar, Hoshi. ─me extendió su huesuda mano.
Lo miré por última vez mientras tomaba aquella mano sumergiéndome en oscuridad.
Una en donde no necesito luz.
━━━. este es el primero y la verdad no se si lo hago bien o que pedo. Pero en lo personal me gusto y espero que a ustedes también.
perdón por mis faltas de ortografía.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro