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07: El destino de los elegidos.

Capítulo dedicado a: eilen_nevermind ♡ espero que hayas tenido un bonito cumpleaños.🌷

El sonido desapareció por completo. Los latidos de su corazón eran lo único que podía escuchar, resonando en sus oídos como un tambor desbocado. Los ojos se le abrieron de par en par, fijos en Taehyung, quien aunque lucía serio, Jungkook podía percibir el brillo de burla en sus ojos, añadiendo un matiz de desconcierto a su ya abrumadora incredulidad. Su mente se negó a procesar la realidad, buscando algún indicio de que todo era una pesadilla de la que pronto despertaría. El mundo parecía moverse en cámara lenta, cada detalle demasiado nítido y a la vez, irreal. Tragó saliva con dificultad, sintiendo la garganta seca y la boca pastosa. No podía ser cierto, simplemente no podía ser cierto.

De todas las situaciones posibles, esta nunca cruzó por su mente. Aunque sabía que la posibilidad existía, Jungkook se rehusaba a creer que realmente podría ocurrir por lo que optó simplemente por rechazarla. Se había aferrado a un optimismo ingenuo, convencido de que las cosas no tomarían ese rumbo. Ahora, al enfrentarse a la realidad, se daba cuenta de que ser optimista había sido algo muy tonto de su parte.

¿Qué se suponía que debía hacer ahora? Desde que inició su camino para convertirse en cazador de dragones, había enfrentado una dificultad tras otra. Aunque era consciente de que el proceso sería complicado, jamás imaginó encontrarse en esta situación. Mantener una fe inquebrantable en sí mismo era esencial para seguir adelante, pero en este momento no podía evitar preguntarse si realmente sería capaz de alcanzar su sueño.

Era evidente que Taehyung tenía algo que ver, incluso con su aparente seriedad, Jungkook podía percibir la sorna en sus ojos y en el aura que lo rodeaba. No entendía cómo lograba captar esos detalles con tanta claridad. Siempre había sido susceptible a las emociones de las personas a su alrededor, pero jamás las había percibido con tanta intensidad y facilidad como con él.

Jungkook fue obligado a salir de su tormento interno cuando sintió su brazo ser sujetado, parpadeó desconcertado un par de veces, solo para darse cuenta de que la escena frente a él había cambiado por completo. ¿Tanto tiempo se había perdido en sus pensamientos?

—Kook...

—Estoy jodido —interrumpió a Yoongi, quien lucía angustiado a pesar del intento que hacía por aparentar calma—. Todo esto es una mierda, no creo...

—No lo digas —el castaño lo detuvo de inmediato—. No permitas que esto te afecte, es una jodida mierda, lo sé. Pero si te dejas caer, entonces dejarás que Taehyung gane, no le des esa satisfacción. Buscaremos la manera de solucionar esto, ¿sí? Ahora debemos irnos.

—¿A dónde? —cuestionó con incredulidad.

—¿No prestaste atención? Se nos ha asignado un aula en donde nos reuniremos con nuestro escuadrón. Vamos, no lleguemos tarde. Luego hablaremos de lo que haremos cuando estemos en nuestra habitación.

No dijo nada más, simplemente asintió y se dejó arrastrar por su amigo. Por más que intentara mantenerse impasible, Jungkook no podía hacer nada contra la desilusión que llenaba poco a poco su interior. Podía sentir varias miradas en él; posiblemente estuviera exagerando, pero se sentía tan perdido y solo. No era justo para Yoongi que se mantenía a su lado, pero no podía evitarlo. Era como si una sombra oscura se cerniera sobre él, apagando cualquier chispa de confianza que intentara encender. Yoongi, con su inquebrantable presencia y apoyo, merecía algo mejor que la inseguridad que Jungkook irradiaba en ese momento.

El bullicio de los demás estudiantes y el constante zumbido de la academia parecían desvanecerse mientras caminaban por los pasillos. Sentía un nudo en la garganta, y sus pasos se volvían más pesados con cada momento que pasaba. ¿Cómo iba a demostrar su valía si sentía que ya lo habían subestimado desde el principio?

De repente, sintió un brusco tirón en su brazo que lo arrastró hacia un aula cercana. A punto de protestar por la brusquedad a Yoongi, se detuvo al notar que su amigo mostraba la misma expresión de desconcierto.

—No tenemos tiempo, escúchenme bien. —Jungkook se giró, encontrándose a Seokjin con una expresión cargada de inquietud en su rostro—. Draksser es mucho más peligroso de lo que pensamos. Deben tener mucho cuidado con él. No pude evitar que te asignaran a su escuadrón; lo único que pude hacer fue asegurarme de que estuvieran juntos.

Las palabras sorprendieron profundamente a Jungkook, se dio cuenta de que, por su culpa, Yoongi estaba siendo arrastrado a esta situación de mierda. Quizás habría tenido la oportunidad de un destino diferente en otro escuadrón, pero ahora, debido a él, también estaba atrapado en este mismo problema.

—Todavía podemos solucionar esto, pero tienen que ser pacientes. Tenemos que esperar a la segunda prueba, luego de eso los escuadrones empiezan a quedar incompletos. —Jungkook tragó con dificultad, entendiendo lo que eso implicaba: muerte. La forma en que Seokjin mencionaba el tema con tanta naturalidad le causaba un profundo malestar en el estómago—. Me encargaré de moverlos de escuadrón después de eso, por ahora solo tienen que soportar un poco más. Taehyung no pude hacerles daño directamente, pero intentará romper su confianza, así que manténganse alerta.

—Seokjin...

—Hablaremos después, tenemos que evitar que se enteren de la conexión que tienen conmigo. Sean cautelosos, ¿de acuerdo? —su mirada se posó en Jungkook y dio un par de pasos para sujetarlo de los hombros—. Todo estará bien, no dejes de confiar en ti.

Jungkook hubiera deseado responder algo, pero las palabras no salían de su boca. Además de que luego de eso, Seokjin se marchó sin decir nada más. Se sentía desconcertado, pero era verdad, no podía permitirse derrumbarse. Si existía una posibilidad de mejorar la situación, por más mínima que fuera se aferraría a ella con fuerzas.

—Vamos.

Yoongi tomó a Jungkook del brazo y luego de asegurarse que nadie los veía, salieron al pasillo. Caminaron de prisa hacia el aula que les habían asignado y de pura suerte al parecer no eran los últimos en llegar.

La tensión en el ambiente era palpable, Jungkook estaba seguro de que Taehyung estaba liberando un poco de su aura para imponer su poder. Observó a todos los presentes, estos serían aquellos con los que tendría que trabajar, al menos hasta que Seokjin los cambiara de escuadrón. Todos eran diferentes entre sí, pero su mirada y determinación decía mucho de ellos. Se preguntaba si quizás Taehyung los habría escogido a cada uno de ellos, porque aunque se supone que el consejo era quienes determinaban que alumnos pertenecían a cada escuadrón, no le sorprendería que Taehyung usara sus conexiones para formar el suyo a su gusto.

Después de un tiempo, finalmente se reunieron los veinte integrantes del escuadrón. Taehyung recorrió con la vista a cada uno de ellos, deteniéndose un instante más largo cuando su mirada se cruzó con la de Jungkook, quien luchaba por mantener una expresión impasible. Los ojos de Taehyung brillaron con intensidad en fuego antes de que finalmente apartara la vista.

Había mucha hostilidad en su actitud, Jungkook se cuestionaba si sería capaz de ser un buen Aervox. Según lo que Yoongi había comentado, Taehyung había recibido entrenamiento militar desde muy joven, por lo que existía la probabilidad de que les impusiera un orden estricto.

—A partir de hoy, todos ustedes son integrantes del escuadrón tres y estarán bajo mi mando. Mi nombre es Taehyung Draksser y seré su Aervox durante los próximos tres cursos, claro, si tienen lo necesario para sobrevivir —anunció con seriedad, fijando su mirada en Jungkook al pronunciar las últimas palabras—. La capacidad del escuadrón se mide por la del más débil, y mi escuadrón no será una mierda. Así que es su responsabilidad mantenerse al nivel requerido o pueden morir en el intento.

Jungkook no sabía cómo lograría sobrevivir hasta la segunda prueba, pero en ese momento solo podía aferrarse a la esperanza de que lo lograría. El camino se volvía cada vez más complicado, pero no podía rendirse. Tenía que demostrar que era más que un simple apellido, más que una mera clasificación.

Su deseo era demostrarse a sí mismo que era capaz, pero en este momento, también quería demostrarle a Taehyung que podía hacerlo. Cada vez que los ojos de este se posaban sobre él, Jungkook sentía el peso del desdén, una mirada que parecía decirle que no estaba a la altura, que no sobreviviría. Esta actitud condescendiente encendía una llama de determinación en su interior. No soportaba que Taehyung lo subestimara de esa manera, como si ya hubiera decidido que él sería el eslabón débil del escuadrón. Estaba decidido a probarle que estaba equivocado, a superar cada obstáculo y demostrar que era más fuerte de lo que cualquiera pudiera imaginar.

—Como escuadrón, trabajaremos de manera más activa y en conjunto durante las pruebas. Es fundamental que cada uno de ustedes aporte su esfuerzo y habilidades al equipo. Sin embargo, esto no significa que puedan relajarse en las clases. La competencia académica es igual de importante, y se lleva a cabo una clasificación basada en el rendimiento individual en los exámenes. Quiero que todos entiendan que su desempeño en ambas áreas será crucial. No solo deben destacarse en el campo, sino también en el aula. El éxito de nuestro escuadrón depende de la capacidad de cada miembro para sobresalir en todos los aspectos de su formación.

Bien, Jungkook debía admitir que le sorprendía que Taehyung no solamente tomara en cuenta los aspectos de fuerza sino también los académicos. No sabía si era porque realmente comprendía la importancia de cada uno, o solo le gustaba ser de los que destacaba en todas las áreas.

—Cada uno contará con un cargo dentro del escuadrón, y seguramente ya saben esto pero, deben ser conscientes de que pueden obtener el puesto al que postularon o no. Han sido asignados por mí, según encontré adecuado luego de observar su rendimiento en ambas partes de la primera prueba. En caso de querer un ascenso de rango tendrían que presentar una solicitud al consejo que debe ser aprobada primero por mí. Así que les aconsejo que se acostumbren a su posición.

»Bien, ahora les diré cuál será su posición dentro del escuadrón. Primero que nada, deben recordar que la cadena de mando es inquebrantable. Aquí, el respeto y la obediencia a un superior no son opcionales, son obligatorios. Cada uno de ustedes tiene un rol específico y deberá cumplirlo al pie de la letra. La autoridad no se cuestiona, se acata. La disciplina es la clave para nuestra supervivencia y éxito. Si alguien falla en seguir órdenes, no solo pondrá en peligro su vida, sino también la de todo el escuadrón. No toleraré insubordinación. Si quieren sobrevivir, más vale que entiendan esto ahora.

Jungkook era consciente de que obedecer la cadena de mando era crucial. Sabía que la disciplina y el respeto por la jerarquía eran esenciales para la supervivencia y el éxito del escuadrón. Sin embargo, nunca llegaría a comprender la obsesión de los cazadores por la jerarquía de poder. Especialmente en Taehyung, cuya actitud autoritaria y mirada altiva sugerían que disfrutaba viéndose por encima de los demás, como si todos a su alrededor no fueran más que simple basura. Esta superioridad condescendiente irritaba a Jungkook, quien se preguntaba si algún día podría cambiar esa percepción y demostrar su verdadero valor.

—La autoridad absoluta dentro del escuadrón soy yo, pero el respeto hacia mi segundo al mando debe ser igualmente riguroso. Cuando yo no esté presente, sus órdenes tendrán la misma autoridad que las mías. La jerarquía se mantiene en todo momento, y la obediencia no admite excepciones. Así que les presento al Mentályr, Namjoon Fardell.

Era algo que ya esperaba desde que supo que estaría en el escuadrón de Taehyung. Aun así, la decepción que llenó el interior de Jungkook fue algo que no pudo evitar. Siempre detestó que se le colocara por encima de los demás por el apellido que portaba; era molesto y, de cierta forma, también humillante. No obstante, el hecho de que Taehyung lo colocara en lo más bajo sin siquiera darle la oportunidad de demostrar su valía, colocaba una carga pesada en su corazón.

Reconoció al moreno en cuanto su mirada se posó en él, y no pudo evitar sentir cierto desconcierto que pareció compartir con Yoongi cuando sus miradas se cruzaron. Namjoon era el mejor amigo de Taehyung, según la información que Yoongi había recolectado. Que estuviera en su mismo escuadrón no era algo que le sorprendiera, teniendo en cuenta las conexiones que Draksser manejaba. Pero si le resultaba extraño que fuera colocado como segundo al mando.

No es que Jungkook quisiera cuestionar la capacidad de Namjoon sin conocerla. Además, sentía que, dado que Taehyung valoraba su posición con seriedad, no habría asignado un rol tan crucial sin una evaluación cuidadosa de sus habilidades.

Sin embargo, todo era demasiado... conveniente.

A diferencia de Taehyung, Namjoon tenía una mirada apacible, lo que resultaba un contraste sorprendentemente enorme, considerando que era el mejor amigo de la persona más despiadada de toda la academia. Jungkook no tenía idea de lo que Taehyung estaba planeando, pero esperaba que estuviera tomando las decisiones correctas. Porque, aunque él no permanecería mucho tiempo en ese escuadrón, había otras personas que estaban poniendo sus vidas en sus manos.

Suspiró con fuerza, concentrándose en relajar su cuerpo y el latido de su corazón. No tenía sentido que se preocupara por su posición ahora que la que más deseaba le había sido arrebatada. Posiblemente le colocarían como Heilfmed, ya que aquellos que provenían de la región de Clister tenían una probabilidad más alta de generar poderes curativos. Además, no había manera que Taehyung lo tomara en cuenta para algún cargo que empleara demasiado esfuerzo físico.

Continuó escuchando atentamente los nombramientos, observando detenidamente a cada uno de las personas que serían sus compañeros de escuadrón. Aunque no esperaba permanecer mucho tiempo en este grupo, anhelaba establecer buenas relaciones y, si era posible, forjar conexiones que pudieran beneficiarlo en el futuro.

No sabía exactamente qué esperaba de Taehyung, pero debió haberlo supuesto, considerando que desde el primer momento en que se conocieron, todo lo que había hecho era intentar humillarlo. Ni siquiera tuvo la energía para alegrarse por Yoongi, quien había obtenido el puesto que deseaba. Este tampoco parecía entusiasmado con su cargo, y a Jungkook le dolía pensar que, por su culpa, Yoongi se estaba privando de disfrutar su tiempo en la academia.

Nuevamente Jungkook percibió la diversión en la expresión impasible de Taehyung, pero no desvió la mirada en ningún momento, porque a pesar de que se le estaba menospreciando de una manera humillante, no le daría el gusto de verlo afectado.

—Por último, pero no por ello menos importante —anunció Taehyung con una sutil burla en su tono, perceptible solo para Jungkook, quien no apartaba la mirada de él—, el equipo de logística estará conformado por los miembros restantes: Ethan Mills, Jimin Park y Jungkook Xaldir.

Jungkook no deseaba menospreciar el cargo de Nux; la profesora Rin había sido clara respecto a la vital importancia de ese equipo dentro del escuadrón. Aun así, se sintió jodidamente humillado, porque era consciente de que podía ser un mejor aporte, pero Taehyung ni siquiera le había dado la oportunidad de demostrarlo. Lo había dejado directamente fuera de todas las operaciones y eso le generaba una mezcla de frustración e impotencia. No solo sentía que se le negaba una oportunidad justa, sino que además su orgullo estaba herido. Cada fibra de su ser ardía con el deseo de probar su valía, de demostrar que era capaz de mucho más que lo que se le asignaba. La injusticia de la situación lo carcomía por dentro, a pesar de que se repetía que sólo sería por un tiempo en lo que Seokjin los sacaba de ahí.

Ojalá pensar en eso fuera suficiente, no comprendía la necesidad que sentía de demostrarle a Taehyung que se equivocaba respecto a él. No debería siquiera perder el tiempo pensando en eso, pero le resultaba demasiado imposible el no hacerlo. Esa sensación de injusticia lo impulsaba a no rendirse, a encontrar una forma de destacar y hacer valer su potencial.

—Ahora que todos son conscientes de su cargo, espero que se aprendan y cumplan cada una de las responsabilidades que conllevan. No voy a permitir ningún maldito error de su parte, ¿entendido? —dijo con una severidad que resonó en el silencio, mientras su mirada penetrante recorría a cada uno de los presentes—. Las clases comienzan mañana. Los horarios estarán colocados en el tablero de anuncios en la entrada de los dormitorios. Compartiremos las clases con otro escuadrón, así que espero que sepan comportarse. Tendremos una clase a la semana en la que trabajaremos en conjunto; en el resto, cada quien tendrá que esforzarse de forma individual. No acepto excusas ni mediocridades. Quiero resultados.

»A partir de hoy, soy el responsable de cada uno de ustedes. Cada error que cometan será informado directamente a mí. Espero que quede claro, no quiero recibir ninguna llamada de atención por su incompetencia. Si alguno de ustedes falla, yo seré el primero en enterarme y el primero en tomar medidas. No habrá segundas oportunidades ni indulgencias. Exijo excelencia y disciplina en cada acción que realicen. Manténganse en línea y asegúrense de cumplir con sus deberes a la perfección. Si me hacen quedar mal, se arrepentirán.

La tensión en el ambiente era sumamente palpable. Cada miembro del escuadrón sentía el peso de las palabras de su líder, sus miradas oscilando entre la determinación y la inquietud. Sabían que el margen de error era inexistente, y que cualquier falta podría tener consecuencias severas.

Jungkook, sin apartar la mirada del frente, respiró hondo, dejando que la severidad de las palabras de Taehyung se impregnara en su mente. A pesar de la humillación y la frustración, decidió que no cedería ante la presión. Si Taehyung esperaba excelencia, él se aseguraría de superar esas expectativas, demostrando que su elección para el equipo de logística había sido un error subestimado.

Había algo en su interior que le molestaba profundamente. A pesar del torbellino emocional que estaba experimentando, Jungkook no podía evitar preguntarse si este había sido el estilo de vida que Taehyung había llevado toda su vida, y si esa rigurosa disciplina y dureza eran las mismas que habían forjado al hombre frente a él. La idea de que el liderazgo implacable de Taehyung pudiera ser el resultado de años de una vida marcada por el sacrificio y la estricta autoexigencia le inquietaba.

—Si todo ha quedado claro —dijo con un tono firme y definitivo—, entonces no tengo nada más que añadir. A partir de mañana, comienza la verdadera prueba. Prepárense para enfrentar desafíos que pondrán a prueba cada una de sus habilidades y su resistencia. No habrá margen para errores, ni lugar para la mediocridad. Cada decisión que tomen y cada acción que realicen serán evaluadas meticulosamente. Este es el momento en que demuestran de qué están hechos realmente. No se equivoquen, esto no es solo una prueba de sus capacidades, sino también de su carácter. Así que acomódense, preparen sus mentes y cuerpos, y asegúrense de estar listos para lo que se avecina. La verdadera batalla comienza mañana.

Con esas palabras finales, Taehyung dio media vuelta y se alejó junto con Namjoon, dejando a su escuadrón en un silencio tenso. La atmósfera vibraba con una mezcla de miedo y determinación, mientras cada miembro se preparaba mentalmente para el riguroso camino que les esperaba.

Jungkook se giró hacia Yoongi, quien ya lo estaba observando con una intensidad silenciosa. Había algo en su mirada que indicaba que tenía mucho en mente, y Jungkook deseaba que no lo verbalizara. Detestaba ver el pesar reflejado en sus ojos, esa expresión que parecía captar cada matiz de su dilema emocional. Era evidente que Yoongi podía imaginar la tormenta interna por la que estaba atravesando, y esa comprensión solo aumentaba la incomodidad de Jungkook.

En lugar de ofrecer palabras de consuelo o de crítica, Yoongi mantuvo el silencio, pero su mirada cargada de empatía parecía decir más de lo que las palabras podrían expresar. Jungkook sabía que su amigo entendía la lucha interna que enfrentaba, el conflicto entre su deseo de demostrar su valía y la frustración por no recibir la oportunidad de hacerlo. Esa conexión silenciosa le resultaba aún más difícil de soportar, pues sentía que Yoongi no solo lo observaba como un amigo, sino que también lo juzgaba con una sabiduría dolorosamente acertada.

Desvió la mirada, sintiendo el peso de la compasión no pedida. Preferiría enfrentar su conflicto solo, sin la presión adicional de las expectativas ajenas. Sin embargo, la presencia de Yoongi, tan comprensiva como incómoda, le recordaba que no estaba solo en su lucha, aunque deseara que la empatía no interfiriera en su esfuerzo por manejar sus propios problemas.

—Todo estará bien —murmuró finalmente Yoongi, su voz baja y cargada de una calma reconfortante. Jungkook no pudo hacer otra cosa que asentir lentamente, sintiendo el peso de las palabras en su interior. En el fondo, deseaba fervientemente aferrarse a esa promesa, aferrarse a la esperanza de que esta turbulencia era solo un pequeño bache en el camino, una prueba que eventualmente se superaría.

El consuelo en la voz de su amigo resonaba en sus pensamientos, sirviendo como un recordatorio de que, aunque el presente fuera abrumador, había una luz al final del túnel. Sin embargo, la inseguridad persistía, y Jungkook luchaba por equilibrar su deseo de creer en esas palabras con la dura realidad de los desafíos que enfrentaba. El asimiento de la esperanza le proporcionaba un breve respiro, pero también subrayaba la fragilidad de su situación actual. Con un suspiro apenas audible, se permitió un momento de vulnerabilidad, permitiendo que la tranquilidad que le ofrecía Yoongi suavizara, aunque fuera en parte, la tormenta que azotaba su mente.

Después de que la reunión llegó a su fin, Jungkook decidió no cenar, su apetito estaba perdido entre los tumultuosos pensamientos que lo asediaban. Y a pesar de la preocupación que se reflejó en los ojos de Yoongi, este respetó su decisión. Jungkook le aseguró que solo necesitaba un poco de tiempo a solas para aclarar su mente. Que no había razón para preocuparse, y que lo vería más tarde en la habitación que compartían.

Mientras se alejaba del lugar, Jungkook dejó que sus pasos le llevaran por los pasillos. La academia todavía era un misterio para él debido a su inmensidad, y ya que no deseaba salir por la puerta principal para evitar encontrarse con alguien decidió simplemente andar por los pasillos vacíos que encontraba.

Subió escaleras sin un rumbo claro, con la esperanza de encontrar una terraza o algún rincón tranquilo donde pudiera disfrutar de la noche en paz. A medida que ascendía, los ruidos de la academia se desvanecían, dejando solo el eco de sus pasos en el silencio. La arquitectura imponente y los techos altos le daban una sensación de insignificancia, pero también le ofrecían la soledad que necesitaba.

Por más que intentara mantener su mente en blanco, le resultaba extremadamente complicado. Le molestaba en extremo no tener control de sí mismo cuando Taehyung se veía involucrado en la situación. Seokjin tenía razón: Taehyung intentaría romper su espíritu, y esa realización lo enfurecía aún más. No podía permitir que Draksser le afectara de esta manera; necesitaba demostrarle su fuerza y valía.

De repente, su andar se detuvo cuando se encontró con alguien, su mirada cruzó con la del otro y lo que creyó ver en ella fue algo que no le gustó en absoluto. Ya bastante tenía con la empatía abrumadora de Yoongi como para tener que lidiar con la lastima de Mingyu.

—Jungkook...

—Lo siento, pero ahora no es un buen momento —trató de excusarse y seguir su camino, pero el otro le bloqueó el paso al colocarse directamente frente a él. El gesto hizo que Jungkook enarcara una ceja, mostrando un desconcierto evidente.

—Te estaba buscando —declaró Mingyu. Jungkook soltó un fuerte suspiro, cargado de agotamiento y resignación.

—No es un buen momento, estoy seguro de que ya te habrás enterado de la situación y justo ahora no tengo las energías ni las ganas para lidiar con tu lástima, así que si me disculpas, quisiera salir a tomar un poco de aire, Aervox Rastel.

El pasillo se sumió en un silencio tenso, donde solo resonaban las respiraciones de ambos. Mingyu se mantuvo inmóvil, el peso de su silencio intensificando la ansiedad que anidaba en Jungkook. Cada segundo parecía estirarse interminablemente mientras Jungkook lo miraba con expectación, buscando algún signo de reacción. Sin embargo, lo que recibió fue una sorpresa, la expresión de Mingyu se suavizó, y una tierna sonrisa se dibujó en su rostro, un gesto cálido que contrastaba con la intensidad del momento.

—Me ofende que pienses que sería capaz de tenerte lástima, pido una disculpa si esa fue la impresión que te di. Así que, como compensación, te llevaré a un lugar agradable donde podrás disfrutar del aire de la noche.

Jungkook se sorprendió por eso, pero no tuvo oportunidad de decir nada cuando Mingyu ya había tomado su mano y le estaba guiando por los pasillos. Decidió mantenerse en silencio; la verdad era que no tenía energías para entablar una conversación. A medida que avanzaban, Mingyu lo condujo por una serie de corredores desconocidos, con paredes de piedra que parecían absorber el eco de sus pasos. Se cruzaron con algunas personas en su camino, que miraron curiosas pero a las que ambos ignoraron.

No tenía idea de adónde se dirigían, pero algo en la actitud tranquila de Mingyu le transmitía una sensación inesperada de seguridad a Jungkook. Sin cuestionar, siguió el ritmo del Aervox, subiendo las escaleras que parecían interminables. Finalmente, después de una última escalera, llegaron a una puerta de madera tallada, que se abrió con un crujido suave al empujarla.

Ante ellos se extendió una gran terraza, abierta al cielo estrellado. La vista era impresionante: desde allí, podían contemplar parte de la inmensa academia, sus edificios iluminados dispersos, y más allá, las montañas majestuosas y los vastos bosques que rodeaban el lugar. El panorama era un contraste fascinante entre la arquitectura de la academia y la naturaleza que la abrazaba. Jungkook se detuvo, maravillado por la belleza del paisaje. El peso de la tensión comenzó a desvanecerse, reemplazado por una sensación de calma inesperada. Mingyu lo miró con una sonrisa tranquilizadora y le hizo un gesto para que avanzara, invitándolo a disfrutar del momento de serenidad que el lugar ofrecía.

Jungkook avanzó y cerró los ojos por un momento, utilizando la meditación para dejar que la noche llenara sus sentidos. Eso lo relajó profundamente; podía escuchar el sonido de la naturaleza envolviéndolo, una sensación que le fascinaba porque lo hacía sentir más cerca de casa. Ojalá la brisa hubiera sido fresca para hacer el momento aún más placentero, pero en la estación de Krax eso era imposible. Sin embargo, gracias al ritual de conexión que realizó al inicio de la estación, no sentía tanto la incomodidad de las altas temperaturas.

Hubiera deseado quedarse de esa manera por más tiempo, pero era sumamente consciente de la presencia a sus espaldas. Mingyu seguía ahí, esperando por él. Por ello, Jungkook rompió la conexión y llevó sus ojos grises hacia los del Aervox que le observaban con cierta fascinación en ellos.

—Podemos tomar asiento por ahí —indicó Mingyu con un movimiento de cabeza hacia una amplia barandilla de piedra que rodeaba la terraza.

Quedaron sentados uno frente al otro, en otra ocasión Jungkook habría esperado pacientemente a lo que sea que Mingyu fuera a decirle, pero justo ahora, su ansiedad no se lo permitiría.

—Parece que tienes mucho que decir, adelante, quizás sea algo que ya haya pensado.

—Me enteré de la situación...

—Supongo que toda la academia ya está enterada de mi nuevo nombramiento, no sé cuál es la fascinación de estar pendientes de mi vida —interrumpió Jungkook con sarcasmo y fastidio en su tono de voz. Su mirada se dirigió hacia el horizonte, como si buscar la calma en el vasto paisaje pudiera ayudar a calmar su frustración. La mención del nombramiento lo había irritado, y sentía que no había escapatoria a la constante vigilancia y las opiniones ajenas.

—Lamentablemente, tu apellido viene con un montón de expectativas y miradas curiosas. Es una completa mierda, por supuesto —declaró con una sonrisa comprensiva que ayudó a Jungkook a relajarse.

Suspiró con fuerza, anhelando que todas sus preocupaciones se las llevara el viento. Cerró los ojos por un momento, tratando de imaginar que la brisa nocturna se llevaba la pesada carga de su mente. Sin embargo, era consciente de que ni rezando ni haciendo ofrendas a Myrtlax, la situación cambiaría por sí sola. Las expectativas y los rumores no desaparecían simplemente con desearlo, y el peso de la realidad seguía allí, tangible e ineludible.

—Sabía que venir a la academia traería consigo muchas complicaciones y que mi clasificación atraería problemas. Sin embargo, jamás imaginé que serían de esta magnitud —pronunció Jungkook con un suspiro cargado de pesar—. Toda esta situación con el nombramiento ha sido increíblemente humillante. No es que menosprecie el cargo, pero no era lo que esperaba. Estaba decidido a demostrar mi valía, pero me lo impidieron sin siquiera darme la oportunidad de intentarlo.

—La verdad es que me sorprendió mucho cuando me enteré, cualquiera es capaz de ver que incluso con la falta de entrenamiento físico, el cargo más adecuado para ti es el de Mentályr.

—Ya, parece que Taehyung Draksser no opina lo mismo.

—Bueno, yo creo que entonces es un completo idiota —dijo con total seguridad que hizo abrir los ojos de Jungkook en sorpresa—. Primero por desperdiciar una enorme oportunidad de tener un Mentályr adecuado, y segundo, por creer que nombrandote Nux era una manera de menospreciarte. Todo Aervox es consciente que el cargo más importante lo tienen los de logística, así que sí, un completo idiota.

Escuchar eso provocó en Jungkook una ligera risa, y la bruma que envolvía su corazón pareció despejarse un poco ante las palabras de Mingyu, que eran pronunciadas con una honestidad desarmante. La sinceridad en el tono del mayor le brindó un pequeño respiro, suavizando el peso de sus preocupaciones y ofreciendo un breve alivio en medio de la tormenta emocional.

—¿Se le permite hablar así de otros comandantes, Aervox Rastel? —cuestionó Jungkook con un tono juguetón y un dejo de coquetería en la voz.

La sonrisa de Mingyu se ensanchó.

—Lo veo completamente válido si es para defenderte. Además, decir la verdad no me hará romper ninguna norma.

Jungkook se relajó ante las palabras del otro, le alegraba que hubiera alguien que a pesar de la situación se pusiera de su lado. La sinceridad en sus palabras y en el brillo de sus ojos le conmovía en extremo, tanto que sentía unas inmensas ganas de llorar.

—Ojalá fuera suficiente... —murmuró, una sonrisa triste iluminando su rostro.

Mingyu lo observó por un instante antes de soltar un profundo suspiro. Se acercó un poco más al menor y extendió su mano para tomar la suya.

—Yo creo que eres muy valiente, Jungkook —dijo Mingyu con sinceridad—. Tomar el camino para convertirse en cazador de dragones no es sencillo de por sí, y venir con una clasificación inferior requiere de una valentía aún mayor. No permitas que nadie te haga sentir menos por eso. Aquellos que se posicionan sobre los demás solo para sentirse mejor consigo mismos simplemente revelan su propia inseguridad y pequeñez. Recuerda que el verdadero valor no se mide por las clasificaciones o los títulos, sino por la fuerza de tu espíritu y tu determinación. Tú tienes eso, y es algo que nadie puede quitarte.

Jungkook sintió un calor reconfortante en su pecho al escuchar esas palabras. La noche parecía menos desolada, y la sombra de sus preocupaciones se desvanecía un poco más. Inspirado por la sinceridad y el apoyo de Mingyu, se permitió sonreír.

—Gracias, Mingyu —dijo con gratitud—. Tus palabras significan mucho para mí. A veces, es fácil olvidar lo que realmente importa cuando estás rodeado de tantas expectativas y juicios.

—Lo sé, pero no estás solo en esto. Habemos personas que estamos dispuestos a seguirte en el proceso. Lo vi en tu mirada la primera vez que nos conocimos, una enorme determinación que realmente me impresionó. Esa chispa de coraje y convicción es algo raro de apreciar hoy en día, y es una de las razones por las que creo tanto en ti. No dejes que las dudas y las opiniones de los demás apaguen esa luz.

La confesión tomó por sorpresa a Jungkook; jamás imaginó que Mingyu hubiera percibido eso en él. De cierta manera, le hacía sentir feliz saber que su determinación se reflejaba en sus acciones. Le recordaba que sus sueños eran tan grandes como su voluntad para alcanzarlos.

Por un momento, dejó que esa sensación de reconocimiento y validación lo envolviera. Era como si las palabras de Mingyu hubieran iluminado una parte de su alma que había estado oscurecida por la inseguridad y el miedo al fracaso. Sentía que esa chispa de esperanza y valor, que creía apagada, comenzaba a brillar de nuevo.

Una amplia sonrisa iluminó el rostro de Jungkook. Deseaba atesorar esta sensación mientras durara, consciente de que la bruma volvería a envolver su corazón y su mente cuando se enfrentara de nuevo a las dificultades. Se inclinó un poco y depositó un suave beso en la mejilla de Mingyu, sonrojándose ligeramente al ver cómo los ojos del mayor brillaban con una mezcla de sorpresa y alegría.

—Gracias por todo, Mingyu —dijo Jungkook en un susurro, sintiendo que sus palabras no podían capturar por completo la gratitud que sentía.

Mingyu sonrió aún más, una sonrisa sincera que reflejaba el afecto y la comprensión que sentía por el menor.

—Estaré aquí para ti —respondió suavemente—. Recuerda eso, pase lo que pase. El escuadrón uno del segundo curso está de tu lado.

Eso arrancó una sonrisa en Jungkook quien negó ligeramente con la cabeza.

—Bastante pretencioso de su parte emplear su cargo de esa manera, Aervox Rastel —comentó Jungkook con un tono juguetón pero con una pizca de seriedad.

—No soy un comandante común, eso es seguro. No me gusta la gente como Draksser, que se posiciona sobre los demás solo por su poder y autoridad. Creo que un verdadero líder debe inspirar respeto, no temor.

La sinceridad en las palabras de Mingyu resonó profundamente en Jungkook. Admiraba la forma en que Mingyu manejaba su posición, con una combinación de fuerza y compasión que no se veía en la academia.

—Es raro encontrar a alguien en tu posición que piense así —admitió Jungkook con tristeza—. La mayoría está desesperada por mostrar su valía a través del poder. Dicen que la academia te cambia... —guardó silencio por un momento antes de añadir—. Espero que te mantengas así hasta el final, siempre siendo tú mismo.

Mingyu asintió, sonriendo con suavidad.

—Espero lo mismo de ti, Jungkook.

Ambos se observaron en silencio, una comprensión silenciosa pasando entre ellos, antes de desviar su mirada hacia la noche. La calidez del Krax, que abrazaba el aire nocturno con su influencia mágica, envolvía sus cuerpos en un abrazo extrañamente reconfortante. La temperatura cálida proporcionaba un alivio agradable en el ambiente, contrastando con las tensiones del día.

Jungkook inhaló profundamente, dejando que el aire cálido llenara sus pulmones y despejara su mente.

—¿Estás seguro de que puedes permitirte estar tanto tiempo lejos de tu escuadrón? —preguntó Jungkook con interés, sonriendo con diversión al observar el puchero en los labios de Mingyu. Le resultaba fascinante ver a un Aervox comportarse de esta manera, tan relajado y tan... humano.

Mingyu rió suavemente, su sonrisa transformándose en una mueca juguetona.

—Posiblemente mi Mentályr ya se haya vuelto loco por mi ausencia —respondió, con una ligera nota de exasperación—. Debería irme. ¿Vas a estar aquí más tiempo?

—No, creo que también debería volver —dijo Jungkook, sacudiendo la cabeza con una sonrisa—. Vamos.

Ambos se pusieron de pie, y comenzaron a caminar hacia la puerta de la terraza hasta volver a ingresar a la academia. Jungkook memorizó los pasillos para volver en alguna otra ocasión que necesitara tomar un respiro. Cuando finalmente llegaron hacia un pasillo Mingyu se detuvo y se giró hacia él.

—Las habitaciones del segundo curso están por aquí, así que yo me quedo aquí —expresó con un tono amable y una ligera sonrisa en los labios—. Espero poder verte pronto, era en serio lo que dije. Mi escuadrón está a tu disposición.

Jungkook asintió, agradecido por la amabilidad y el apoyo que Mingyu le ofrecía.

—Gracias, lo tendré en cuenta —declaró con una sonrisa, antes de acercarse al contrario y depositar otro suave beso en una de sus mejillas—. Que tengas buenas noches, Aervox Rastel.

Se dio la vuelta, sin esperar respuesta, y comenzó a alejarse del lugar. Sentía su corazón más ligero, con una sensación de determinación renovada que le daba una nueva perspectiva sobre sus próximos pasos. Ahora, con la mente despejada, estaba mucho más preparado para planear lo que debía hacer, y su deseo de regresar rápidamente a su habitación se hizo más fuerte.

Caminó por los pasillos de la academia, notando que el ambiente estaba sorprendentemente tranquilo, ya que era tarde en la noche y la mayoría de los estudiantes ya se habían retirado a sus habitaciones. La luz tenue de las lámparas en los corredores proyectaba sombras suaves, creando un ambiente que le resultaba acogedor y relajante.

Aceleró el paso, consciente de que no quería preocupar más a Yoongi por su tardanza. Cada paso resonaba ligeramente en el silencio nocturno mientras se dirigía al ala de los dormitorios del primer curso. Al llegar, justo cuando iba a empezar a subir las escaleras hacia el cuarto piso, donde se encontraba su habitación, alguien apareció repentinamente frente a él. La figura bloqueó su camino, y Jungkook se detuvo en seco, la sorpresa reflejada en su rostro mientras observaba a la persona frente suyo.

Posiblemente hoy no era su día de suerte, aunque, en realidad, parecía que la suerte nunca le sonreía desde que llegó a la academia. Encontrarse con Taehyung en este momento era lo último que deseaba, especialmente justo cuando había renovado su determinación. No quería que nadie, y muchos menos él, tuviera la capacidad de desmoronar tan rápidamente el espíritu que acababa de reconstruir.

—¿No es algo tarde para estar fuera de su habitación, Nux Xaldir?

En esta ocasión, Taehyung no se molestó en ocultar la sorna de sus palabras y su mirada. Era evidente que buscaba seguir menospreciando a Jungkook, pero él no le daría ese placer. Se mantuvo impasible, sosteniéndole la mirada en todo momento.

—No hay ninguna norma en el código de conducta que determine la hora de estar en las habitaciones. Así que, no veo la razón por lo cual pareces tan interesado al respecto, Aervox Draksser —Jungkook respondió en el mismo tono, sintiendo como de repente el aura de Taehyung era liberada con fuerza, llenando el pasillo de un intenso calor.

Jungkook concentró sus sentidos y como siempre, utilizó la temperatura a su favor para ser capaz de mantenerse estable dentro la bruma de calor que los rodeaba. La mirada de Taehyung se llenó de desconcierto igual que en ocasiones anteriores, sin embargo había algo extraño en el brillante fuego que iluminaba sus ojos que Jungkook no fue capaz de comprender.

—Soy tu comandante, es mi deber cuidar de los míos.

La hipocresía resonó con tanta claridad en sus palabras, algo que hizo a Jungkook reír ligeramente con incredulidad.

—Es realmente curioso —comentó Jungkook, intentando mantener la calma—. Por un lado, estás constantemente empeñado en hacerme desistir y alejarme, pero por otro, parece que no puedes evitar querer tenerme cerca, Aervox Draksser.

La atmósfera entre ellos se cargó de una intensa tensión mientras Jungkook esperaba una respuesta, su mente girando en torno a la ambigüedad de la actitud de Taehyung. La incongruencia en sus acciones solo añadía más complejidad a la ya complicada relación que mantenían.

Se mantuvieron la mirada por varios segundos que se sintieron extensos, antes de que Taehyung desviara la mirada hacia el cuello de Jungkook donde se supone debería haber una marca de su visita la noche anterior. Sus ojos regresaron a los grises del otro, que parecían brillar con una gran intensidad. Su mano se estiró hasta sentir la piel del otro mientras le envolvía el cuello sin hacer presión. Sin embargo, Jungkook podía sentir el calor quemar su piel.

—Regresa a tu habitación, es una maldita orden —declaró con un tono autoritario.

—Como ordene, comandante —respondió Jungkook con la misma ferocidad, sintiendo sus pulmones volver a funcionar cuando Taehyung le soltó y se marchó por el pasillo hacia su habitación.

Permaneció en su sitio por un rato, tratando de procesar lo que acababa de ocurrir. La inesperada aparición de Taehyung en su camino lo había tomado por sorpresa, y la tensión en el aire parecía pesada. ¿Sería realmente una casualidad su encuentro con él en este momento?

Con la mente llena de preguntas y el corazón aún acelerado, Jungkook decidió que no tenía sentido quedarse allí. Se dio la vuelta y comenzó a subir las escaleras hacia su propia habitación, el pensamiento de la enigmática figura de Taehyung persistiendo en su mente. La noche continuaba, y aunque el calor del Krax seguía envolviéndolo, no podía ignorar la sensación del calor que rodeaba su cuello donde Taehyung le había sostenido.

Jungkook anhelaba comprender por qué, cada vez que las llamas de Taehyung lo envolvían, su cuerpo parecía recibir ese calor con una extraña mezcla de aceptación y deseo, como si el ardor se entrelazara con su ser y se convirtiera en una parte intrínseca de él. Se preguntaba si alguna vez sería capaz de desentrañar el verdadero significado de ese fuego.

Aquel que parecía reclamar una parte de su alma.

—¿¡Dónde carajo estabas, Jungkook!? —fue lo primero que recibió de parte de Yoongi cuando ingresó a la habitación. 

Tuvo que tomarse un momento para asimilar la repentina exasperación de su normalmente calmado amigo. Era extraño, si debía admitirlo, nunca había visto a Yoongi tan alterado, ni siquiera cuando estaba preocupado. Miró hacia Lira, quien estaba sentada en su cama, y ella solo le dedicó una leve sonrisa, más parecida a una mueca, como si quisiera decirle que lidiar con el castaño era completamente su problema.

—Lo siento, me encontré con Mingyu y perdí la noción del tiempo. ¿Ocurre algo? —preguntó, incrédulo, esforzándose por mantener la calma para no alterar aún más a Yoongi. Pero él no respondió, simplemente se quedó en silencio.

—Te dije que estabas haciendo un drama por nada, que estaría bien —dijo Lira, interviniendo después de pensarlo mejor. Sin embargo, la intensa mirada que Yoongi le lanzó fue suficiente para que se arrepintiera al instante de haberlo hecho.

Sus ojos reflejaron inquietud mientras esbozaba una sonrisa nerviosa, levantando ambas manos en señal de rendición antes de dejarse caer de espaldas en la cama. La mirada de Yoongi volvió a posarse en Jungkook, y poco a poco su postura se relajó, dejando escapar un suspiro de alivio.

—Por Myrtlax, Kook. Me diste un susto de mierda.

Una tenue sonrisa iluminó el rostro del azabache, le resultaba inevitable sonreír cada vez que veía a Yoongi integrar más la religión a su estilo de vida. Dio un paso hacia él y, con algo de duda, tomó una de sus manos. Sus interacciones nunca habían sido físicas, por lo que le preocupaba que Yoongi pudiera sentirse incómodo con el gesto. Sin embargo, para su sorpresa, Yoongi estrechó su mano con más fuerza, y Jungkook notó la genuina preocupación que reflejaba la mirada del otro.

—Estoy bien, ¿sí? No pueden hacerme nada fuera de las pruebas. Además, estaba con Mingyu.

—¿Confías en él?

Jungkook reflexionó por un momento, pero una tenue sonrisa adornó sus labios al momento de asentir con firmeza.

—Lo hago.

Yoongi pareció estar más tranquilo, por lo que asintió de igual manera antes de soltar el agarre de sus manos y dirigirse hacia su cama para tomar asiento, recibiendo con gusto las caricias que Lira comenzó a dejar por su espalda.

—Luces más tranquilo —comentó, elevando su mirada hacia Jungkook, escrutándolo como si intentara buscar si esta calma era genuina o si estaba haciendo un esfuerzo por mostrarse así.

—Lo estoy, Mingyu ayudó en eso. De regreso me he encontrado con Taehyung pero estoy bien, solo con excepción de esto —mencionó, llevando su mano a su cuello donde acarició con suavidad, la piel todavía se sentía caliente.

Yoongi pareció ponerse nuevamente alerta mientras se levantaba de la cama para ir hasta Jungkook e inspeccionar a lo que se refería. Sin embargo, Jungkook le vio fruncir el ceño en confusión mientras inspeccionaba su cuello sensible.

—No tienes nada —pronunció de repente, llenando al azabache de total desconcierto pues incluso era capaz de sentir el calor en su piel. Lira apareció junto a ellos y de igual manera comenzó a buscar por su cuenta, confirmando lo mismo que Yoongi había mencionado.

—Pero... —balbuceó incrédulo, yendo inmediatamente hacia el baño para observarse en el pequeño espejo que colgaba de la pared. Sus ojos se abrieron con gran desconcierto al percatarse que, efectivamente, su cuello estaba intacto. Esto generó una gran inquietud en su interior, porque estaba seguro de haber sentido su piel quemar y no había hecho nada para tratar la quemadura con la meditación porque necesitaba de suma concentración para hacerlo.

Pasó sus dedos con sutileza en su cuello, y un cosquilleo recorrió cada parte de este. Era jodidamente extraño en todos los sentidos, la calidez aún permanecía en su piel. ¿Qué era esto que sentía? ¿Qué le había hecho Taehyung al sujetarlo?

Se miró de nuevo en el espejo, intentando buscar alguna pista, algún rastro que le diera una explicación. Pero no había nada. Solo su reflejo, con los ojos llenos de preguntas sin respuestas. Suspiró profundamente, sintiendo cómo la frustración se mezclaba con la inquietud.

Regresó a la habitación y fue recibido de inmediato por las miradas preocupadas de sus amigos. Sabía que no tenía sentido preocuparse por esto ahora cuando había cuestiones más importantes. Intentó sonreírles, con la esperanza de disipar la inquietud que les atormentaba. Ambos chicos no parecieron muy conformes, pero agradeció que no hicieran más preguntas para las cuales no tenía respuestas.

—¿Qué tal tu escuadrón? —preguntó en cambio a Lira, quien lo observó seriamente por un instante antes de esbozar una amplia sonrisa.

—Bastante prometedor —dijo con un tono de orgullo que iluminó sus ojos. Sin embargo, una bruma de desánimo apagó su semblante de repente—. Hubiera sido mejor con ustedes ahí, lo siento, no pude hacer nada para evitarlo.

Jungkook negó de inmediato; no quería que Lira se sintiera mal por algo que, en realidad, no podía cambiar, especialmente cuando ni siquiera Seokjin, un comandante de alto rango había sido capaz de evitar.

—No es tu culpa —declaró con una sonrisa—. Taehyung es un verdadero dolor de cabeza. Quien lo siente soy yo —añadió con pesar, llevando su mirada hacia Yoongi—. Por culpa mía fuiste arrastrado a toda esta situación.

Yoongi frunció el ceño con ligera molestia, y Jungkook entendería totalmente que se sintiera de es manera con él. Desde que se conocieron, sentía que solo había logrado arrastrarlo a todo este conflicto, cuando él no tenía nada que ver con ello. El hecho de que Yoongi fuera su mayor apoyo solo acentuaba su malestar, ya que no quería convertirse en una carga para él.

—No seas tonto, estamos juntos en esto —declaró con firmeza, sorprendiendo al azabache por la declaración que no esperaba—. Te lo dije desde el inicio, que me quedaría a tu lado. En ese momento lo dije por beneficio, pero ahora puedo asegurarte que es mucho más que solo por eso.

No entendía de dónde provenían estas nuevas inseguridades que nunca antes había experimentado, y quería creer que se debían a las múltiples nuevas experiencias que estaba viviendo. No quería seguir cuestionando la lealtad de Yoongi hacia él; no le parecía justo. Aunque le dolía profundamente arrastrarlo a todo esto, se sentía profundamente agradecido porque, a pesar de todo, Yoongi seguía eligiendo estar a su lado.

—Gracias —respondió con sinceridad—, realmente espero que todo esto pueda solucionarse en algún momento.

—No digas eso, escuchaste a Seokjin, todavía tenemos una posibilidad.

—Sí, Kook. Yoongi me contó todo, creo que en lugar de estarnos lamentando deberíamos enfocarnos en organizar una estrategia para esto. Tenemos todavía tiempo para prepararnos para la segunda prueba.

—Eso si logro sobrevivir a ella —intervino Jungkook con sarcasmo.

—¿Puedes dejar de ser tan pesimista? —reprendió Yoongi con seriedad, sacudiendo la cabeza mientras pasaba su mano por el rostro con frustración, antes de tomar una respiración profunda para calmarse un poco—. He estado investigando más sobre esto. La segunda prueba siempre se realiza a principios del Juvelyss, lo que nos da siete meses. Es el tiempo suficiente para que estés en forma.

Tenía que admitir que una parte de él estaba profundamente conmovida por la fe que su amigo depositaba en él. Sin embargo, otra parte en Jungkook se sentía terriblemente inseguro. Por supuesto, deseaba confiar en sus habilidades y sabía que Seokjin sería mucho más estricto y exigente en los entrenamientos, pero esta responsabilidad que pesaba sobre sus hombros era abrumadora, lo hacía sentir tan poco optimista.

—La segunda prueba es posiblemente, la más peligrosa del primer curso. Si las trampas y los monstruos no me matan, seguro que Taehyung se encargará de ello.

—Eso no va a pasar; nos prepararemos para ese momento —intervino Lira con seriedad, con una determinación y confianza en su mirada dignas de un comandante. Jungkook habría sido completamente feliz si ella hubiera sido su Aervox—. Yoongi me comentó que estarás recibiendo entrenamiento físico adicional, así que no creo que necesitemos intervenir en esta parte. Sin embargo, sabes que siempre puedes pedirnos ayuda. Enfrentarse a un prodigio de combate puede ser más abrumador que enfrentarse a alguno de nosotros.

Lo declaró con una sonrisa, pero pronto su expresión se tornó pensativa, como si algo acabara de cruzar por su mente.

—Pensándolo bien, tal vez solo deberías recurrir a mí. Yoongi solo acabaría perdiendo el tiempo en el entrenamiento.

Los ojos del mencionado se abrieron ampliamente, visiblemente ofendido.

—¡No puedes quitarme una oportunidad como esta! —exclamó con molestia.

Jungkook los observó un momento, intentando comprender la conversación que se estaba llevando entre líneas. No parecía que Lira estuviera menospreciando a Yoongi; ella no sería capaz de hacer algo así. Entonces, ¿qué era lo que...? Ah, claro. Ellos eran amigos de toda la vida, por lo que era evidente que Yoongi le había contado a Lira sobre su flechazo por Seokjin.

—Puede que Lira tenga razón —concedió Jungkook, tratando de mantener la seriedad en su expresión, aunque por dentro no podía dejar de reír con fuerza.

De todas maneras, Jungkook no tardó en retractarse cuando vio la expresión de incredulidad en el rostro de Yoongi por su traición. El ambiente se suavizó cuando Lira comenzó a reír a carcajadas, y Jungkook se unió a ella. Aunque Yoongi aún mostraba una ligera molestia, parecía mucho más relajado.

—Dejen de lado sus tonterías, tenemos asuntos más importantes que atender. Mañana se publicarán los resultados de la prueba de selección. Es una injusticia que nos expongan así, pero bueno, el sistema académico es una mierda. Personalmente, no creo haber conseguido la escama; probablemente solo obtenga unos sesenta puntos.

—No necesito ver los resultados para saber que no la obtuve —dijo Jungkook con desánimo—. Ni siquiera con el cincuenta por ciento que valía la parte escrita llego a los puntos necesarios. En la prueba de combate seguro que saqué un cero. Al parecer la humillación pública todavía no ha sido suficiente, y ahora también van a exponerme de esa manera.

—Hay muchos factores que se toman en cuenta al evaluar la prueba de combate. No porque Draksser te haya vencido significa que no hayas obtenido puntos a tu favor. Seguro que no te fue tan mal. 

Las palabras de Lira eran suaves, buscando la manera de transmitir tranquilidad en Jungkook, quien siendo tan perceptivo a las emociones de los demás, logró encontrar calma.

—Está bien, puede que tengas razón —concedió con una sonrisa, que fue correspondida de la misma manera por su amiga—. Mañana comienzan las clases, ¿sabes algo respecto al horario de tu escuadrón?

—Sí, compartiremos las clases de Canalización, Introducción a las Armas y el entrenamiento. Como Aervox es mi responsabilidad ver por mi escuadrón, pero me mantendré pendiente de ustedes en caso de que necesiten algo.

—No te preocupes por nosotros. Yoongi y yo tendremos que esforzarnos en realizar conexiones con nuestro escuadrón. Es posible que Taehyung menosprecie a los integrantes con menor poder, así que comenzaré con ellos. Necesito todos los aliados posibles, de esa manera no podrá ponerlos en mi contra.

—Nosotros no encargaremos de lo interno —Yoongi estuvo de acuerdo—. Te mantendremos al tanto, enfócate en tus responsabilidades. No necesitas llevar más carga.

—Son mis amigos, jamás serían una carga para mí —contradijo ella, frunciendo ligeramente el ceño.

—No le des tantos problemas a tu Mentályr —Jungkook dijo, una sonrisa que desprendía una ligera tristeza al mencionar el puesto junto a su amiga que había deseado para él—. ¿Quién es? Por cierto.

—Un chico de Morbyl, se llama Eunwoo Krixor. —Los ojos de Jungkook se abrieron con asombro al escuchar el nombre. Lira asintió al comprender su sorpresa—. Sí, es el hermano menor del comandante de la región. Me recuerda un poco a ti, un chico con muchas expectativas por encima. Es muy agradable, se los presentaré mañana.

Jungkook asintió, procesando la nueva información. La idea de conocer a alguien en una posición similar a la suya, alguien que también lidiaba con grandes expectativas y responsabilidades, le resultaba intrigante.

—Tener a alguien como él de nuestro lado podría ser muy beneficioso —murmuró Yoongi, frotándose el mentón con la mano, un gesto que indicaba que ya se había sumido en sus pensamientos.

—Tienes razón. Será bueno contar con más aliados fuertes. —Jungkook respiró hondo, sintiendo un ligero alivio—. Me alegra saber que tienes una persona capaz con la cual contar.

—Hubiera deseado que fueras tú.

—Lo sé... —murmuró con una pequeña sonrisa—. Deberíamos ir a descansar, nos espera un día complicado.

Lira asintió, dejó una palmada en su hombro y fue hasta Yoongi para sacarlo de su ensimismamiento. Jungkook se dejó caer en su cama, su mano fue instintivamente hacia su cuello, acariciando la zona que aún sentía ligeramente cálida. Mientras lo hacía, intentaba comprender el leve cosquilleo que sentía en el pecho. La calidez que experimentaba no era solo física; había algo más, algo que le hacían sentir una mezcla de comodidad e inquietud. Se concentró en respirar profundamente, intentando desentrañar si esa sensación era simplemente un eco de las emociones del momento o si representaba algo más profundo.

Negó con la cabeza, no tenía sentido darle importancia. Había otras cosas en las que tenía que pensar, y si debía pensar en Taehyung Draksser, sería solamente para buscar la manera de enfrentarse a él, y sobrevivir en el intento.

Holaaaaa, ¿qué les pareció todo? Estoy in love de este Taehyung, es un culero de mierda JAJAJA pero me encanta.🫣 En realidad, ya se sabía que Namjoon sería su segundo al mando porque se menciona en el prólogo. Pero cuéntenme, qué piensan ustedes, adoro leer sus teorías.

Ya se hizo mención de nuevos personajes, entre ellos mi Jimin hermoso. Y nuestro guapo Eunwoo fufufu.😍 Se vienen muchas cositas.

Gracias por la paciencia que me dan al actualizar esta historia, ya saben que cualquier cosita así como spoilers los estaré compartiendo en mi canal de difusión. Nos vemos en el próximo capítulo, mientras tanto, manténganse sanos.

Besitos, MUAAAAAA.🌷

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