Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝗢𝟮𝟵. 𝖽𝗂𝗇𝗇𝖾𝗋

CAPÍTULO
VEINTINUEVE

CENA

• • •

MIS PÁRPADOS SE IBAN CERRANDO LEVEMENTE hasta que todo se oscureció, iba a descansar un poco, sino fuera porqué un golpe en mi pierna me despertó.

Miré de reojo a mi hermano, él me señaló con la mirada que prestara atención a la reunión sobre los exámenes chunnin.

──Qué aburrido. ─murmuré por lo bajo para no interrumpir a Shizune sobre los antiguos exámenes.

Tome entre mis dedos la hoja donde resumía con detalle los exámenes de hace dos años. Explicando la causa de su suspenso, mismos, que se podría decir, que están justo al frente nuestro.

Me leí todo el documento pasando la información que la Hokage anteriormente me dio sobre la organización Akatsuki. No había mucho, pero sabíamos que su principal objetivo son los jinchurikis.

Para ser sincera, creí que me iba a salvar de organizar los exámenes chunnin, gracias a que mi hermano podía dirigirlos, pero por lo visto, la Hokage necesita una mano extra.

──Estoy pensando que Konoha vuelva a organizar el examen conjunto de chunin que tuvo que ser cancelado la última vez. ─comentó la Hokage.

──Konoha tiene influencia, y en estos dos años han recuperado estabilidad. ─hablo Temari. ──. En particular, el currículo especial dio unos resultados magníficos, además tenemos gennin preparados para presentar el examen chunin.

──Entonces, ¿no hay objeciones para la organización del examen de chunin? ─preguntó Lady Tsunade.

Esperaba que no hubiera, así terminaría la reunión y me iría a dormir.

──Antes de eso, quiero saber cuáles son sus verdaderos motivos, Hokage-sama. ─habló Kankuro con desconfianza, lo miré mal porqué ahora no podría ir a dormir.

La Hokage les aclaró que quería conocer las reacciones de las demás aldeas, con las cuales, estamos en calma.

──Y en segundo lugar... ─sentí la mirada de la rubia, supongo que era mi momento para hablar.

──Nuestra prioridad es investigar el movimiento de los Akatsuki. ─hablé captando la atención de todos. ──. Según se dice, su objetivo son los jinchuriki, sin embargo, en estos dos años no se ha visto movimiento alguno.

──¿Así que pretenden crear una oportunidad abriendo la aldea con el pretexto del examen chunin para traer Akatsuki? ─cuestiono Kankuro.

──No pudistes resumirlo mejor. ─aseguré su pregunta. ──. Akatsuki no se mantendrá tranquila por mucho tiempo más. Tendremos ventaja si nos movilizamos primero, ¿no?

El silencio y las miradas hablaban lo que pensábamos. Gaara miraba a sus hermanos de vez en cuando para después mirarme a mí, por suerte, mi mirada se enfoca en las hojas.

──En una situación peligrosa...

──Espera. ─interrumpió Gaara a su hermano. ──. En ese examen chunin, también se celebrará mi posesión como Kazekage. Sunagakure lo organizará.

Sus hermanos se sorprendieron tanto como yo, gracias al cielo, lo oculté con las hojas. Era muy arriesgado lo que Gaara estaba diciendo.

──Imposible. ─dijo el anciano.

──Para que el plan funcione, debe ser Konoha quien organicé el examen chunin anterior. ─aclaró la anciana.

──Así es. ─dijo el anciano de nuevo.

──Esto no puede decidirlo solamente el Kazekage. ─recordó Temari. ──. Debemos consultar a la asamblea de altos cargos de la aldea.

──Sí, necesitamos tiempo para contactar con ellos. ─Kankuro miró a los consejeros. ──. Deseamos volver a hablar sobre este asunto en una siguiente reunión.

Gaara se desanimó un poco por ello.

──Está bien. ─sentenció la Hokage levantándose de su lugar. ──. Este será el asunto principal de la próxima reunión.

Solté un suspiro, ahora si podré dormir.














































SALÍ DE AQUELLA OFICINA DESPUÉS DE dejar algunos papeles que me encargó la Hokage.

Camine por el pasillo vacío notando que dentro de poco iba a oscurecer. Me concentré tanto en observar por la ventana que no noté a la persona que me esperaba al final del pasillo. Lo sentí cuando algo se abrazó a mi cintura con firmeza.

Miré hacía abajo encontrando arena jugando con mi sombra, entrelazándose entre sí. Alcé mi mirada encontrando sus ojos turquesas.

──Parece que te extraño. ─dijo, refiriéndose a su arena.

──Eso parece.

No sabía que decirle, hacía tanto tiempo que no lo veía por el poco tiempo que poseo, las misiones cada vez eran más pesadas. Y ni hablar del suyo.

──Por cierto, no te he felicitado por convertirte en Kazekage. ─me acordé mirando las nubes por la ventana. ──. Me alegra ver que estás cambiando.

──Aún no lo soy oficialmente. ─miró a otro lado.

──Para mí ya lo eres. ─dije, teniendo su atención en mí.

──¿Hay algún regalo por ser el Kazekage? ─preguntó tomándome por sorpresa.

──Pues... no lo había pensado. ─miré a otro lado sin saber qué hacer.

──Me conformo con pasar tiempo contigo.

──Entonces, ¿podemos pasear por la aldea? ─propusé.

──Me gustaría un poco de aire fresco.

Y así fue como decidimos salir de la torre Hokage para pasear por la aldea. No voy a mentir al decir que me tomó por sorpresa verlo más expresivo y más abierto que la primera vez que lo vi. Ahora parecía centrarse en sus objetivos y prioridades.

Lo peor, es que había jurado tratar de alejarme de él. Ahora que hemos crecido, la diferencia de edad pesaba más y no quería interponerme en su camino habiendo mejores mujeres para él.

El tacto de una mano entrelazada con la mía me sacó de aquellos pensamientos.

──¿En que piensas? ─escuche su voz cerca mía, seguimos caminando y ahora él me tenía sujeta de la mano.

¿Por qué cuando alguien se quiere alejar es más difícil?

──En cosas sin sentido. ─dije mirando el cielo anaranjado. ──. Y tú, ¿en qué pensabas al decir aquello en la reunión?

Él se sorprendió un poco.

──Dijiste que los Akatsuki estaban detrás de los jinchuriki, van a venir por mi tarde o temprano. ─el silenció reino por unos segundos. ──. Así que ser de carnada podría atacar al enemigo.

La sorpresa se reflejó en mis ojos, desvié mi vista antes de que él lo notara.

──Se que no es solamente eso. ─dije mirando las calles medias vacías. ──. Tiene algo que ver con ser el nuevo Kazekage.

Su silencio me dijo todo.

──No te diré nada. ─sentí su mirada. ──. Solo espero y que lo que planeas no pase a mayores.

El silencio reinó nuevamente. Nadie decía nada, solo nos limitamos a caminar observando el cielo junto a sus aves volar sobre las nubes. Miré al otro lado de la calle y logré detenerme para esconderme entre una pared, Gaara me miraba intrigado.

──¿Qué sucede? ─preguntó queriendo ver, pero tomé su mano para ir por otro camino.

──Nada, solo mi hermano con sus amigos.

Sí, claro. Era Temari con la que se le veía reír y hablar tan cómodamente. Gaara reservó sus comentarios para después.

──Oh, Saiko. ─me tensé al escuchar esa voz a mi espalda.

──Mamá. ─giré mi cabeza para encontrarme con mi progenitora, parecía que fue por vivires.

──Te vi así que pensé en irnos juntas a casa. ─se quedó en silencio al ver que no estaba sola. ──. ¿Eres amigo de Saiko?

──Eh... sí. ─contestó muy a duras penas, como si no le gustara.

──Oh, me alegra conocer a otro amigo de ella. ─una sonrisa maliciosa se posó en sus labios cuando notó nuestras manos. ──. ¿Cual es tu nombre?

──Gaara.

Lo bueno, que mamá no sabía que él era Kazekage.

──Mucho gusto, Gaara. Soy Nara Yoshino, la madre de Saiko. ─sonrió levemente. ──. Y dime, Gaara, ¿te gustaría cenar con nosotros?

Sude frío.

──Mamá, no creo que él-...

──Me encantaría. ─me interrumpió aceptando la invitación.

Ahora sí, estaba muerta.

Pero no tenía opción más que intentar sobrevivir esté día sin que nadie muera en el intento. El camino a casa fue entre ligeras anécdotas que le contaba mi madre a Gaara. Nada del otro mundo. Suspiré con alivio cuando llegamos a casa y se fue hacer la comida.

Mientras ella cocinaba, Gaara apreciaba mi habitación llena de libros por todas partes, no era desordenada, al contrario, era muy organizada.

──Veo que te apasionan los libros. ─comentó mirando las repisas.

──Me lo dicen seguido.

──Tienes casi toda la saga de One Piece. ─admiró mis libros. ──. Yo sigo sin leerme las últimas tres.

Sonreí de medio lado.

──Oh, así que no sabes que... Sabo está vivo. ─cuando dije aquello, giró su cabeza para mirar mi rostro malicioso. ──. Ups.

Él cruzó sus brazos mirando a otro lado.

──Supongo que merecía eso. ─admitió centrando su atención en mi escritorio.

Miré a esa misma dirección mirando el pequeño cactus que me regaló hace años junto algunos libros del clan, pergaminos y fotos donde salía con mi hermano a un lado de esta, había una foto sin marco mía de hace poco, papá me la había tomado. Se acercó para ver con más detalle las cosas.

──Parece que lo cuidas bien. ─dijo, mirando las pequeñas flores que salían de este.

──Bueno, tenías razón, no son muy difíciles de cuidar. ─me acerque a él. ──. ¿Y cómo está la flor que te obsequié?

──Sigue igual de hermosa que la persona que me la regalo. ─giró su cabeza para verme.

Yo la desvié por ese comentario, pero no duró mucho, pues tomó mi rostro entre sus manos para que lo mirara.

──Realmente te heche de menos, Saiko. ─pronunció por lo bajo dando suaves caricias en mi mejilla.

Nuestros ojos se conectaron y sentía los nervios en mi cuerpo al sentir como se iba acercando lentamente al punto de que cerré mis ojos sintiendo sus labios rozar los míos.

──¡La cena está lista!

Nos separamos al escuchar el grito de mamá. Escondí mi sonrojo entre mi cabello mirando a otro lado para que no lo notara. Podía asegurar que él miraba a otro lado, apoyado en mi escritorio, por la misma razón.

──H-hay que bajar. ─aconseje. ──. Mamá odia gritar más de una vez.

──S-sí.

Ninguno tocó ese tema, nos limitamos a bajar en silencio. Al bajar nos encontramos con mi padre a punto de sentarse en la mesa.

Al mirar a Gaara se guardó sus comentarios, solo lo miraba para después mirarme a mí. Él sí sabía que Gaara era el Kazekage.

──Invite a un amigo de Saiko a cenar, Shikaku. Así que quita esa cara de papá celoso. ─amenazó con una cuchara de madera.

──Qué fastidio. ─susurró dejando de vernos.

──Siéntate Gaara, que no te intimide Shikaku. ─le dijo mamá mientras se sentaba ella en su lugar.

──Gracias.

Me senté en mi lugar de siempre sintiendo al pelirrojo sentarse a mi lado.

──¿Y Shikamaru? ─pregunte al ver un lugar vació.

──Eso mismo me gustaría saber. ─contestó la mujer comenzando a enojarse. ──. Le dije que íbamos a cenar temprano y ni así llega a tiempo.

──Es un adolescente, Yoshino. De seguro está haciendo cosas de jóvenes. ─defendió papá.

Sí, claro. Cosas de jóvenes. ─pensé recordando lo de hace rato.

──Pues, ahora que lo dices. ─sonrió de medio lado. ──. Lo vi junto a una linda jovencita. ─la miramos intrigados. ──. Era rubia y creí ver su banda de Suna.

──Oh, debe de ser Temari. ─aseguré, pues los había visto por igual.

──Así que Suna. ─papá suspiró mirando de reojo a Gaara, quien no parecía afectarle que su hermana se viera con el mió.

Estamos en las mismas, que le afecta.

──Tadaima. ─por fin había llegado. ──. Lamento la demora... ─se quedó en silencio al ver a Gaara, frunció su ceño levemente.

──Hoy nos acompañara a comer un amigo de tu hermana. ─comunicó mamá. ──. Así que quita esa cara y siéntate en la otra silla. Compartir no te hará mal.

──Qué fastidio. ─susurró para sentarse en la otra silla.

──¿Esta es su silla? ─Gaara se acercó a mí para que nadie más escuchara.

──Sí, pero no hay problema. ─aclaré por lo bajo.

──Ahora sí, a comer.

Agradecimos la comida antes de comenzar a degustar. Por el brillo en sus ojos turquesas, parecía que le estaba gustando la comida. Mamá sonrió cuando recibió un elogio de su parte.

──Deberías probar la de Saiko, es tan exquisita. ─aseguró mamá llamando la atención de nosotros, pues nunca la habíamos visto así.

¿Qué tramaba? No lo sabemos.

──Espero un día probar tu comida. ─me dijo mirándome de reojo.

──Sí, algún día te haré algo. ─prometí para seguir con mi comida.

Por el momento, todo iba bien sin momentos incómodos.

──Y dime, Gaara. ─habló mamá. ──. ¿Eres de otra aldea? No te había visto por aquí.

──Soy de Sunagakure.

──Oh, seguramente vienes con el Kazekage, ¿no? ─preguntó.

Nosotros miramos a Gaara esperando a ver que respondía.

──Así es. ─contestó, y parecía que le iba a decir que él lo era.

El silencio llegó siguiendo con la cena tranquilamente y deseaba que así fuera hasta que terminaramos.

──Perdón si pregunto, pero... ¿los rumores sobre el nuevo Kazekage son ciertos?

Casi me atragantaba, si no fuera porque justo estaba bebiendo agua. Miré a mi padre, quien miraba a mi hermano, quien me miraba a mí para ver quien cambiaba el tema.

──Sabes papá, tengo una pequeña duda con unos de los pergaminos que me diste. ─dije, para cambiar el tema.

──¿Rumores? ─Gaara ignoró lo que dije mirando a mamá.

──Dicen que el Kazekage es el jinchuriki del Ichibi.

Solté un suspiró rendida de olvidar ese tema.

──Sunagakure aún está intranquila con él como su nuevo líder, ¿es eso cierto?

Gaara bajó su cabeza levemente.

──Me temo que sí son ciertos.

El silencio incómodo se instaló. Gaara no miraba nada más que su comida, mientras nosotros tres nos mirábamos sin saber qué hacer.

──Que fastidio. ─susurré por lo bajo.

──Hay que tener valor para convertirse en Kazekage sabiendo el peso que carga. ─habló mamá. ──. Vivió toda su vida tratado como un monstruo cuando es todo lo contrario.

Gaara levantó su mirada, seguramente esperaba las típicas palabras de siempre.

──Ser un jinchuriki te convierte en un héroe, porqué sin él, el Ichibi si quisiera podría destruir la aldea en segundos. ─aclaró mirando al pelirrojo. ──. Tu Kazekage debe de saber, que no solo por tener un Bijuu dentro significa que traerá desesperación a su vida. ─sonrió. ──. Estoy segura que será el mejor Kazekage.

Gaara se quedó sin palabras sorprendido levemente por la gran mujer que es mi madre. Tomé su mano por debajo de la mesa para que supiera que no estaba solo.

──Mamá. ─miré a la azabache.

──Sí, cariño.

Sonreí un poco.

──Nada, solo que eres la mejor madre del mundo. ─me sinceré.

──Ni pienses que te voy a comprar otro libro. ─me miro mal. ──. Solo te hacen más perezosa de lo que eres.

Supongo que mostrar mi cariño no es muy habitual. Miré a mi hermano notando su cara de burla.

──Y lo mismo va para ti, Shikamaru. ─miró a mi hermano, quien tenso su cuerpo. ──. ¿No creas que no te he visto holgazanear por allí?

Ahora era yo quién veía divertida la escena mientras él miraba a otro lado.

Papá iba a hablar, pero mamá no lo dejó.

──Tú ni digas una palabra, que fue tu culpa de que salieran tan vagos. ─acusó.

Nosotros tres nos limitamos a suspirar.

──Qué fastidio. ─susurramos por lo bajo a la vez.

──Vuelvo a escuchar otro "qué fastidio" y duermen fuera de la casa.

Nos quedamos callados terminando la cena en silencio con un Gaara mirándonos levemente por el "regaño" de la señora de la casa.

──Así es vivir con un Nara. ─le dijo la azabache a Gaara. ──. Así que acostumbrate al "que fastidio" de Saiko.

──Lo tendré en cuenta.

Rodé mis ojos siguiendo con la cena hasta que capté lo que mi madre dijo.

"Acostumbrate"

──¡Mamá! ─la miré mal por aquello.

Ella soltó una pequeña risa.

──Suerte con Saiko, Gaara.

Tragame tierra y escupeme en Suna.

• • •

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro