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❀❘ 020

LA REINA HISTORIA.

Lily bajó del carruaje al llegar a la sede de los regimientos en Orvud, con ayuda de Armin logró caer bien al piso, él era todo un caballero con ella. El rubio de ojos azules notó que algo andaba mal con su chica, se le veía algo preocupada. Tenía ganas de preguntarle el porqué se veía así, pero Levi los llamó a todos para darles la gran noticia del momento, o al menos noticia para Historia y Eren.

— Historia, olvidé decirte algo. — mencionó Levi. — Tienes un nuevo trabajo que hacer. — Historia le preguntó qué era ese trabajo, el capitán se acercó más adelante y miró a la rubia. — Fue una orden directa de Erwin. Cuando finaliza esta batalla, al ser la legítima heredera de la familia Reiss, tú serás la reina.

Lily abrió los ojos de par en par, mirando lo igual de impactada que estaba la rubia más baja.

— El golpe de estado fue un éxito, pero la gente del pueblo se negara a obedecer al ejército. Lo que ahora necesitamos es un discurso, uno donde se diga que la verdadera sucesora de la corona recupera el trono. — mencionó.

— Así que soy yo... — susurró. Lily notó la incomodidad que tenía su amiga, así que levantó la mano, pidiendo permiso para hablar.

— Capitán, con todo respeto, sé que usted escuchó lo que dijo Historia en ese momento, pero... — comenzó a ponerse nerviosa. — ... Cuando Historia se despida de su padre, al fin podrá liberarse de todas esas ataduras de la familia Reiss. Pero si usted, bueno, si usted...

— ¿Yo qué? Dilo, Lily, no te quedes callada. — ordenó Levi, la castaña no lo podía ver a la cara.

— Lo que quiero decir es... que ella por fin se liberará de su padre, porque al fin pudo descubrir quién era. — levantó la mirada. — Por eso estoy en contra de obligarla a asumir tal papel. Sería algo muy cruel de su parte y del Comandante obligarla a hacer algo que aún no han consultado con ella.

— Estoy de acuerdo. — dijo Jean y Connie también.

— Acepto. — la castaña miró sorprendida a Historia al aceptar la petición. — Mi próxima misión será convertirme en reina. Entendido, capitán. — dijo.

— Historia... — susurró Lily.

— Lil... — la rubia saltó para abrazarla, rodeando sus brazos en su cuello y estar de puntitas al ser más baja que ella. — Les agradezco que se preocupen por mí, pero la decisión de aceptar este papel es algo que sólo yo puedo tomar. — se despegó de la castaña. — Sin embargo, capitán, tengo una condición para hacerlo.

— ¿Cuál es? — preguntó.

— Por favor, permítame decidir mi destino por mí misma.

Historia era la última que faltaba en ingresar a la reunión estratégica para derrotar a Rod Reiss, hasta que por fin llegó bien cambiada con todo el equipo encima. La rubia se colocó en medio de Lily y de Mikasa, la azabache la miró de reojo.

— Cuando seas la reina, podrás darle al enano un buen golpe. — susurró Mikasa.

— Hemos determinado la posición de Rod reiss, se aproxima a Orvud por el sureste. Es probable que el titán llegue a su destino a primera hora por la mañana. — afirmó el superior de la Tropas de Guarnición.

— Comandante Erwin, ¿qué método usaremos para evacuar a la población? — preguntó el jefe a cargo de la unidad de Tropas.

— No vamos a evacuar a nadie, todo se quedará cómo está. Los habitantes permanecerán en el distrito Orvud. — dijo el cejotas.

— ¡¿Te has vuelto loco, Erwin?! — gritó el hombre agarrándolo de cuello de la camisa. — ¡¿En serio vas a abandonar a la población?! ¡Te aseguro que ese titán estará acá para cuando amanezca!

— Él es un titán anormal.

— ¡¿Y eso qué rayos significa?! — le preguntó a Hange, enfadado.

— Para esos titanes, los sitios con mayor concentración de población se convierten en un punto fijo. Por lo regular ignoran las pequeñas aldeas y directamente se encaminan hacia la ciudad en la muralla, donde hay una gran concentración de gente. Si tomamos la decisión de evacuar a los pobladores a Sina, automáticamente ese titán atravesaría la muralla para llegar hacia allí. Incluso podría alcanzar a la capital, Mitras, donde hay una mayor cantidad de gente y poner a la humanidad en peligro de extinción. Mientras volvíamos, tratamos de utilizar el poder de Eren para controlar a los titanes, pero no funcionó con Rod Reiss.

— Debemos derrotar al titán. Tenemos que hacerlo en el exterior del distrito Orvud. Para eso necesitamos que la población sea la carnada. — dijo Erwin. — Eso no cambia que nuestra misión es proteger a la población, aunque eso signifique que sacrifiquemos nuestras vidas. Por eso debemos de esforzarnos para que no muera ninguno de los pobladores. Lo que debemos hacer es anunciar un simulacro de evacuación en Orvud y los prepararemos para salir del distrito rápidamente.

El hombre pareció pensarlo.

— Parece ser la única opción.

— El objetivo tiene un cuerpo enorme y descomunal, pero eso lo hace débil y fácil de atacar. Los cañones de la Muralla deberían ser efectivos. Aunque, si no son suficientes... — miró a Eren. — ... Habrá que usar la mayor arma de la Legión de Exploración.

Todas las miradas cayeron sobre Eren. El superior suspiró y afirmó, confiando en el juicio de Erwin y dado por concluida la reunión. Pero antes, el Comandante Erwin reunió a Levi, Hange y su escuadrón para hablar de un tema específico con respecto al titán de Rod Reiss.

Este era el plan, debían llenarle la boca de pólvora y esperar a que este explote en su interior, incluyendo su nuca. Gracias al calor que hace ahí dentro, no era necesario el uso de un detonador para explotarlo. Con lo que se arrastraba, él mismo se desgarraba la piel.


Ya era de día, tanto como los cañones y demás estaban listos, sólo esperaban a que Rod Reiss esté lo suficientemente cerca de ellos. Y en el momento en que ya estaba a varios metros, comenzaron a disparar, no se oían nada más que los cañones de tierra por el exterior de Orvud. El fuego paró, pero no fue suficiente para detenerlo, así que el fuego se abrió nuevamente.

— Parece que los cañones de tierra resultaronenos efectivos. — dijo el Comandante.

— Ni siquiera los de la muralla le dieron en la nuca. — dijo Levi. — ¿Qué esperabas?

— Tenemos una mezcla de soldados y cañones, y una organización sin liderazgo firme en una zona norteña. Los soldados de aquí no tienen experiencia en combate, pero es lo mejor que podemos reunir en tan poco tiempo.

— Sí, lo sé. — respondió. — Al fin y al cabo, la estrategia de la Legión de Exploración vuelve a ser una apuesta, ¿no es así? Es la única idea que se te ocurre.

— ¡Erwin...~! ¡Mira lo que traje! — llamó Hange, a lo que él volteó. — Es toda la pólvora, cuerdas y redes que conseguí. Aunque nosotros tenemos que armarlo. — Moblit trajo un aparato extraño atado a su equipo de maniobras. — Ah, y también esto, incluso hay otro del lado opuesto. El gatillo está atado, así, cuando los accionen, rebotará igual que el equipo de maniobras. ¿Y bien? ¿Cómo va la artillería?

— Con la efectividad de la picadura de un insecto. — confesó Levi.

— ¿Realmente piensan usar esto? — les preguntó. Erwin se dirigió a Lily, Jean, Connie y Sasha. Les indicó que ellos y Levi se encargarían de ese flanco. Levi vió a Erwin y avanzó junto a los otros para esperar a sus órdenes, y así comenzar.

Reajustaron la artillería apuntando a su nuca, los cañones volvieron a abrir fuego. Cuando todos pensaron que habían destruido la carne de la nuca, el titán de Rod Reiss soltó un humo muy caliente de su cuerpo. Con todo este humo, no podían ver nada, se le ordenó a la artillería volver a disparar ya que el objetivo seguía estando en el suelo. Pero ahora un enorme peso sujetó la muralla, era su mano, pero el humo no los dejaba ver con total claridad. Ya era demasiado tarde. Su otra mano cayó encima de la muralla y se fue incorporando.

Todo su rostro estaba destrozado, tal y como dijo el comandante Erwin. No se le notaban los ojos, lengua, nariz, ni siquiera los dientes estaban completos. Sus intestinos caían sobre la muralla, causando pánico entre la población de Orvud.

El Comandante de las Tropas de Guarnición pensó que era el fin del mundo, Lily lo escuchaba todo decaído y sin esperanzas mientras que ella se tiraba un balde de agua fría al cuerpo sin importarle, el titán le calentó mucho el cuerpo.

El destello amarillo golpeó sus rostros, Eren se transformó en titán, ya estaban listos para la batalla. A la señal del Comandante, todos iban a dar acción al plan. Erwin disparó su bengala, tanto Armin como Lily dispararon a la par sus armas desde cada lado de Rod Reiss, logrando que se incruste en sus manos.

El arma fue en dirección a sus manos con las rueditas y la pólvora hizo de las suyas, explotándole las manos y haciendo que pierda el equilibrio. Ahora era turno de Eren.

El joven Jaeger corrió y metió los explosivos en el interior de su boca, cosa que al instante explotó y salió en pedazos por todas partes. Ahora era turno de Lily y sus compañeros de actuar.

— ¡Acaben con el usando equipo de maniobras tridimensionales! — les ordenó el Comandante.

Lily y compañía se impulsó con sus equipos, dirigiéndose cada uno a un punto donde cortar carne. Esos enormes trozos eran enormes, y suficientes para darles más problemas de los que ya tenían. Lily vió un enorme trozo, en el cual se acercó y lo cortó rápidamente.

Toda esa furia que se cargó encima la hizo desaparecer, desquitándose con un trozo de carne volador.

La joven dio un paso más, cada vez más débil que antes, con todas sus lágrimas bajando de sus mejillas. ¿Qué fue lo que hizo mal? Otra vez sentía ese vacío en el corazón, como si se lo hubieran perforado de la forma más cruel posible. Una voz le decía que era inútil, pero ella se negó a dejarlo tirado. Sabía de los pecados que cometió, y ahora estaba pagando por ellos...

— Basta, Kang Soo... Debes irte... — le dijo Kenny. El destripador tenía medio rostro rojo por el ardor y sin cabellos, la sangre brotaba de su frente. — Kang Soo...

— No voy a dejarte, deja de hablar... — ordenó ella. — Lo que debemos hacer es... sanar tus heridas e irnos de aquí... lo más pronto posible, la Policía Militar... no tardará en venir.

Soojin tambaleó débilmente y cayó junto al cuerpo de Kenny en un árbol, sentados debajo de un árbol comenzaron tratar de recuperar su respiración, estaban cansados.

— Kenny. — ambos levantaron la mirada, ahí estaban Levi y otro hombre más apuntándoles con sus armas de fuego.

— Vaya, vaya... En verdad eres tú– — Kenny comenzó a toser sangre. Soojin se alteró.

— ¿Sabías que tus compañeros terminaron aplastados y al parecer son los únicos que quedan?

— Sí, eso parece. — confesó.

Levi los miró a ambos, le ordenó al hombre que fuera a investigar otros rincones, él se encargaría de ellos.

— Lo único que le pido es que lo ayude a curarse... — suplicó Soojin, tenía la vista algo perdida, pero podía ver a Levi a los ojos. Después de tanto tiempo volvía a suplicarle algo a un enemigo...

— Con todas esas quemaduras y perdiendo tanta sangre, no se va a salvar. — dedujo con tan sólo verlo.

— ¿En serio...? Ya veremos. — el castaño mayor sacó una pequeña caja, en el interior contenía una jeringa, lo que dejó a Soojin y a Levi sorprendidos. Eran las jeringas que se usaban para la transformación de un titán. — Rod tenía esto en su bolso, así que decidí robarlo. Por lo visto, si me lo inyecto, me convertiré en titán. Por desgracia, seré un titán de los ineptos... Pero al menos alargará mi vida, aunque sea un poco.

— Antes tenías mucho tiempo, muchas más fuerzas para inyectarte eso, ¿por qué no lo hiciste o se lo pediste a esa mocosa? — dijo Levi, mirándolo a los ojos.

— Buena pregunta... Es que si no lo hago bien, podría terminar de la misma forma que él, hecho trizas.

— Tú no esperarías a morir sentado sin pelear, ¿acaso no tenías una mejor excusa?

— No, por favor, no quiero morir... _ susurró. — Siempre deseé más poder, pero es cierto... Después de tanto tiempo, puedo entender por qué lo hizo...

— ¿De qué hablas...? — Kenny empezó a reír con gracia.

— Toda la gente que he conocido es igual. Ya sea alcohol, mujeres, Dios, la familia, el rey, un sueño, un hijo, o poder... — murmuró. — Todos debemos embriagarnos de algo para poder seguir adelante... Todos somos esclavos de algo, incluso él...

— Oye, niña, ¿de qué demonios está hablando? ¿A qué se refiere con él?

— Tú viviste con él, ¿no? Sabes que siempre... se guarda lo más importante. — se hablaron entre ellos, pero Kenny lograba oírlos. Levi se enfadó y agarró a Soojin y a Kenny del cuello de la camisa.

— ¡Díganme todo lo que saben! ¡¿Por qué el primer rey no quiere que la humanidad sobreviva?!

— N-No tengo idea... Pero esa es la razón por la que nosotros, los Ackerman, nos opusimos a él... — respondió Kenny, dejando salir sangre de su boca, estaba en las últimas.

— Por si no lo sabes, yo también soy Ackerman, así que dime... ¿Tú qué eras de mi madre? — preguntó. Esa conversación ya no le correspondía a Soojin, no sabía nada y tampoco era una Ackerman.

— Qué tonto eres... — rió. — Yo era su hermano mayor... — Levi se impresionó, soltando el cuello de la camisa de Soojin y Kenny, ahora estaba arrodillado frente a ellos.

— Quiero saber el porqué me abandonaste. — preguntó esta vez.

— Porque... Yo no podría ser el padre de nadie. — el castaño agarró la caja y se la dió a Levi en el pecho. — Te pido que la cuides... Sé que acabo de decir que no iba a ser el padre de nadie, pero a ambos les agarré algo de cariño, malditos enanos... — miró a la pelirroja que no dejaba de llorar en silencio, estaba aferrada a él. — Perdóname Soojin, ahora te abandono a ti también...

La pelirroja desvío la mirada hacia él, mirando como su brazo cayó al piso de repente. Soojin negó con la cabeza explotándole de dolor. Kenny no tenía piedad de la gente... Ya una vez abandonó a Levi, y ahora abandonó a Soojin cruelmente... La joven ya lo había perdido todo.

— Capitán Ackerman... — susurró. — Muchas gracias por todo...

Todos iban en compañía, junto a su nueva reina oficial caminando frente a ellos. Eren le preguntó una vez más si en verdad lo haría, no era la decisión más sensata.

— Sí, lo haré. — respondió seria. Eren le dijo que Mikasa lo hizo como una broma, también dijo que si no le guardaba rencor, no debía hacerlo.

— Después de golpearlo, puedes decir: "atrévete a regresarme el golpe". — Eren suspiró.

— Si no lo hago, no me sentiré digna de ser reina. — habló ella.

— Bien dicho, Historia. Así se habla. — felicitó Jean.

Y hablando de Roma, ahí estaba el capitán Levi, cerca de unas ventanas. Historia se ponía cada vez más nerviosa de verlo... La rubia comenzó a temblar, lo cual Lily y los demás vieron.

— ¡Ahhhh! — la rubia se acercó y le dió un golpecito en el brazo, eso era suficiente como para dejar a los demás con la boca abierta, excepto a Mikasa, ella se veía feliz. Historia comenzó a reír. — ¿Qué te parece? Ahora soy la reina. Si tienes quejas–

El capitán soltó una pequeña risa, lo cual los dejó petrificados a todos, menos a Mikasa.

— Muchachos, les agradezco...

Lily escuchó que habían traído a esa chica de cabello rojo a la prisión por sus crímenes, ya era algo tarde y no quería que algo pase... Quería ir a verla por su cuenta y preguntar el porqué no la mató aquella vez, ¿pero cómo lo haría? Las celdas siempre estaban siendo vigiladas por los guardias, debía buscar otra entrada para ir.

Luego de unos días planeando, lo logró. Descubrió que la metieron en un juicio con el supremo Zackly, el capitán Levi parecía interesarse por la custodia de la chica de cabellos rojizos, querían integrarla al equipo y ella no estaba segura de poder confiar en alguien que por poco mata a su Sargento y a ella misma. La castaña consiguió escabullirse al interior de estas celdas y verla a la cara mientras dormía y comía una simple fruta.

— Kang Soojin. — llamó, la chica la miró de pies a cabeza con una tajada de naranja en la boca. — ¿Cómo te encuentras, eh? ¿Es un buen lugar para dormir para ti?

— ¿Qué quieres, niña? — preguntó ella volviendo a voltear para no verla. — Sabes que si te ven aquí sin autorización, vas a recibir un gran castigo de parte de tus superiores.

— Eso no importa, sólo quería verte. — habló. — Quisiera saber algo, si era verdad lo que decían por ahí, de que el capitán Levi, el Comandante Erwin y la sargento Hange piensan integrarte a la Legión a cambio de la información que guardas. Eres muy fuerte, lo reconozco, pero aún no estoy segura de poder confiar en ti después de lo que pasó.

— Gracias, tienes razón en que no soy alguien en la que puedas confiar tan fácilmente. — dijo ella. — Pero al parecer a alguien se le ocurrió dejarme en manos de ese viejo enano. No tengo nada más que hacer por mi vida, por eso me dieron ésta última oportunidad de hacer las cosas bien. Era eso o estar encerrada. — Lily la miró con unos ojos de tristeza. — Y entonces, ¿qué es lo que necesitas saber?

— ¿Por qué no me mataste aquella vez? Suena loco, pero yo realmente estaba en desventaja contigo... Intenté matarte, pero por más esfuerzo que hacía, lograba esquivar todos mis ataques... — le habló. — Tú querías huir, ¿no es así?

— ... — se levantó de repente y se acercó a la reja, ambas se miraron desde ahí, ella suspiró. — ¿Eso? Sólo fue un capricho mío. Estoy loca, o al menos eso dijeron en el tribunal.

— Tu respuesta no me convence, realmente quiero saberlo. — dijo tomando con más fuerza las barras de fierro de esa prisión. — Dime, ¿por qué no me mataste cuando tenías la oportunidad? — ella no dijo nada. — Bien, me rindo...

— Fue porque... no tenía nada en contra de ustedes. — soltó. — La Legión de Exploración tienen otra manera de pensar, yo sólo vivía en las sombras para cumplir el sueño de Kenny, pero ahora que no está, soy libre de hacer lo que quiera. Te mencioné que era elegir entre la prisión o hacer algo bueno por una vez, ¿no? — la castaña asintió y la pelirroja se levantó para mostrar su uniforme con el bordado de las alas de la libertad. — Pues ahora soy una miembro oficial, compañera.

Lily sonrió, pudo notar que no había mentiras en sus palabras. Soojin sólo quería tener una amiga, tal vez deberían empezar desde cero.

— Será un gusto tener a alguien tan fuerte como tú en la Legión. — sonrió. — Nos volveremos a ver algún día, Kang Soojin. Ah, y por cierto... — dijo, extendiendo su mano para estrecharla con ella. — Bienvenida al infierno.

— Gracias. — sonrió, tomando su mano. Lily se retiró.

Al parecer, sería el inicio de una gran amistad entre ambas. Un ángel y un demonio pueden ser amigas...

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