𝘋𝘢𝘺 1: 𝘉𝘰𝘯𝘵𝘦𝘯 𝘈𝘳𝘤
Temática: Bonten Arc
Palabras: 2000
Advertencias: Muerte de los implicados, accidentes.
Sinopsis: La mente de Takemichi es un paraíso oscuro, lamentablemente tiene que ser olvidado por todos, una vez más.
"Aquel día mi mente decidió huir y me dejó solo contra el mundo, un mundo donde nunca debí nacer..."
Habían pasado varios días desde la desaparición de Takemichi y aún no había noticias de su paradero. La policía lo declaró desaparecido a los tres días gracias a que Naoto, el actual subcomandante abogó para que una boleta de desaparecido se emita lo antes posible.
Debido a la ausencia de Takemichi la boda tuvo que cancelarse y todos a quienes conocía se unieron con el único fin de encontrarlo con vida. Pero mientras más buscaban menos pistas tenían, lamentablemente todo era un círculo sin fin para encontrar a su apreciado amigo.
Los pasos firmes de un hombre resonaba en el pasillo del enorme departamento ubicado en el piso 30 del edificio. Llevaba consigo una bandeja de comida junto con un frasco de pastillas y un vaso de agua mineral. Su mirada fría era inquietante para los empleados dentro de la casa, todos bajaban las cabeza al momento de toparse con el hombre y no alzaban la cabeza hasta que se haya retirado por completo.
Tocando con una mano y sosteniendo con la otra la bandeja entro a la habitación, levemente iluminada por una lámpara de tonalidades rojas. Las cortinas estaban cerradas impidiendo el paso de la luz del sol, dentro del cuarto se hallaban dos personas, uno, el silencioso pero mortal peligro de cabellera blanca quien lideraba Bonten y a su lado descansaba ese antiguo amigo que hoy en día era la única luz que le permitía seguir respirando, Takemichi Hanagaki.
─Mi rey, traje las pastillas que ordenó.─ avisa Sanzu, el número dos, es decir, la mano derecha del líder.
─Prepáralo e informa a Koko de los nuevos cambios mientras regreso.─ dice el mayor dando un leve movimiento de su mano a su subordinado que en silencio entiende y deja la bandeja en una mesa cercana.
Mikey se aleja de Takemichi y se retira por una puerta, una opuesta por donde ingreso Sanzu antes. En ese departamento era normal tener tantas puertas de acceso, nunca sabes cuando la policía puede irrumpir en tu casa.
Bonten no solo es un peligro para la sociedad es un peligro para toda la policía que día a día pone un cero más a sus cabezas.
El de pelo rosa se aproxima a un inconsciente Takemichi y lo empieza a sacar de las cobijas, una vez lo deja encima de las telas suaves se dirige hasta un armario y saca del interior un traje similar al que usa pero de menor tamaño. Sin pena alguna procede a desvestir al chico que al estar fuera de si es como estar tratando con un muñeco. Lo deja solo con ropa interior y luego va por un cuenco de agua tibia dejada antes por una ama de llaves y una toalla pequeña. Sin decir palabra empieza a limpiar el cuerpo del joven hasta dejarlo lo suficientemente aseado. Luego lo viste con la ropa elegida y finalmente lo acomoda en la mullidas almohadas. Sin olvidar colocó el hermoso pendiente de hanafunda que le regaló Mikey en su cumpleaños y que era un recuerdo de alguien importante en su vida.
Ese trabajo duro casi una hora y cuando acabo el de cabellos negros empezó a retomar la consciencia, algo mareado y sin estar consiente de la situación en la que se hallaba dejó salir quejidos. Su cabeza dolía y su cuerpo se sentía pesado. Además le resultaba extraño sentir el cuerpo fresco.
─¿Qué paso?
Mirando con los ojos entre cerrados notó que estaba acostado.
─Finalmente despiertas.─ la voz ronca de Sanzu lo hace espanto y se golpeo la cabeza.
─Mierda. Eso dolió.─ se queja y soba su cabeza. Sus ojos azules se encuentran con unos ojos también azules pero un poco más verdosos.─ ¿Sanzu?
─Oh... Me alegra recibirlo de vuelta, mi reina.─ en el momento que Takemichi lo llamo por su nombre supo de inmediato con quien trataba.
Eso pasaba cuando él volvía.
─¿A donde fui? ¿Dónde está Mikey?─ pregunta un tanto indiferente del otro pero si preguntaba por la persona que en primer lugar esperaba ver lo antes posible.
─El rey tuvo que arreglar unos... problemas.
Lo mira y sonríe siendo consciente de esos problemas, una sonrisa inquietante así como ese azul marino que ahora reinaba sus ojos.─ Así que era eso, Mikey siempre hace todo el trabajo complicado.
─Efectivamente.
─¿Y Koko? Esperaba verlo aquí, debíamos hacer el viaje a Hong Kong pasado mañana. ¿Qué día es hoy?
─Tranquilo, Kokonoi realizó el viaje sin inconvenientes. Lamentablemente usted estuvo indispuesto así que lo dejamos descansar.─ va hasta la mesa, toma el vaso de agua y el frasco de pastillas. Le entrega el vaso y la medicación al pelinegro que las agarra sin rechistar.
─Así que sucedió de nuevo. Takemichi volvió y seguramente hizo cosas extrañas.─ sacó una pastilla y la puso en su boca luego tomó un bocado de agua y pasó la pastilla por su garganta.
─El rey tomó medidas contra eso, creemos que no volverá a pasar.─ le pasa una servilleta para que seque sus labios.
─Llevar una doble vida seguramente lo volvió loco al final. La única solución que encuentro es...
─Matarlo.─ una voz se une a la charla. Takemichi deja el vaso en manos de Sanzu y sin esperar se levanta y va en dirección a los brazos de Mikey que ya lo esperan abiertos.
Se funden en un abrazo pesado, ambos sentían esa insana necesidad de estar pegados como chicles y esa manía de tocarse.
El pelinegro frotaba su mejilla con la mejilla de Sano que permitía esa muestra de cariño, adoraba cuando su Takemichi hacía eso. Lamentablemente por un tiempo tuvo que dejarlo dado unas cuantas situaciones.
─Mi rey, bienvenido.─ bajando su cabeza y colocando su mano izquierda por detrás y la derecha en su abdomen dio una reverencia.
─¿Sanzu hiciste lo que te pedí?
─La reina desaparecerá hoy mismo de los archivos de la policía y su nombre será borrado de los registros, Koko llamó en la mañana para corroborar los arreglos en China. Nos iremos mañana.
─¿Qué dices?─ hasta ese punto Takemichi se sentía perdido. No entendía esa urgencia por hacerlo desaparecer, otra vez.
─Hable con el jefe de la policía y otorgo el permiso a Naoto Tachibana, así que tomará tiempo en que todo lo relacionado con Takemichi sea un simple error.
─Llamaré a Ran para que se encargue del policía.
─Te estas tardando.
Con eso último Sanzu salió casi corriendo de la habitación de sus reyes, Takemichi se había alejado de Mikey para sentarse en la cama y mirar con reproche al albino.
El otro al sentir esa mirada decidió verlo, tal como demando antes de irse su querido compañero de vida se encontraba vestido de forma elegante con ese traje que el mismo compro, una camisa roja vino con un chaleco de seda y unos pantalones ajustados a la cintura. Cabello rebelde pero sin perder sus característicos risos ni esa aura angelical que tanto amaba. Precisamente estaba enamorado de esta versión.
─¿Por qué tengo que desaparecer de nuevo? ¿Qué hizo Takemichi para que tengamos que irnos?
Sano soltando un suspiro se sentó a un lado y tomo una de las manos del azabache para besar.
─Se iba a casar.─ suelta con frustración en su voz y deje de irónica.
─Eh, ¿tanto así? Vaya así que mi lado inútil fue lo suficientemente listo como para comprometerse con Tachibana. ¿Qué más hizo?
─Sin embargo, supo corregir su error y me buscó antes de que su tiempo se acabe. Nunca debía dejarte solo, lo lamento. ─ aprieta entre sus manos la mano ajena.
─Así que otra línea temporal se creó.─ murmura el de pelo oscuro.
─Sí, prometió que arreglaría la situación. Solo pidió que me mantenga a tu lado.
Un suspiro dejo salir Takemichi para luego mirar a Manjiro que también lo miraba. Una sonrisa se instaló en sus labios y luego tomó con ambos manos las mejillas que Sano que se enrojecio por el tacto suave y cálido.
─Espero esta vez si resulte ganador.
Con unos tristes ambos compartieron una mirada que decía que en palabras no eran suficientes, sabían que esa vida que llevaban no era la que más le hubiera gustado tener.
Durante esos años de viajar entre líneas temporales ambos quedaron atrapados en un mundo como ese, tuvieron que adaptarse y simplemente actuar como los verdaderos reyes de Tokio.
Takemichi, este Takemichi que adoraba a Mikey y había aceptado su amor por él era de la línea de Manila donde vio morir a ese Mikey, pero cuando intento dar el salto no pudo volver y fue mandando a esa línea, entre confundido e intentando aceptar que fracasó empezó a fragmentarse entre el pasado y el futuro así como estar consiente de su presente.
Su mente casi se rompe y por eso tiene episodios de cambios de personalidad, solo puede ser él con medicina y la constante compañía de Mikey para no entrar en crisis.
─Esta vez será la última. Lo prometo.
─No lo dudo.
El teléfono de Mikey suena, al contestar el Sanzu llamando para informar de que el helicóptero está listo para llevarlos hasta el aeropuerto, los demás ejecutivos irían luego de solucionar el caso de Takemichi y dejar sus negocios en manos conocidas para ir detrás de sus jefes hasta China por un largo tiempo.
Con desición ambos salen hasta la terraza del edificio para tomar el helicóptero. Dejando parte de sus vidas en Japón toman el rumbo hasta una vida menos expuesta, Sanzu que hablaba con el piloto presto atención a los recién llegados.
Se acercó a ellos para luego mostrar su respeto, ayudó a Mikey a subir y así mismo con Takemichi que antes de irse dejó su pendiente como forma de hacerle saber que lo esperaría para que se lo devuelva.
─Nos vemos luego, Sanzu.─ sonríe y toma lugar en el helicóptero a un lado de su amado, se coloca unos audífonos para silenciar el ruido de las hélices y poder hablar con Manjiro.
─Iré pronto, mis reyes.─ a pesar de no ser escuchado fue una promesa que él decidió cumplir sin importar que pasaría luego.
El helicóptero se elevó en el cielo nocturno de Tokio, los bonitos colores de las luces daban una imagen única desde los aires.
Sintiendo que se despedía de algo Takemichi sostuvo la mano de Mikey entre sus manos.
Volteando a verlo antes de darle un beso en los labios, sonrió feliz de estar al menos poder compartir esos momentos con la persona que más ama.
Pero...
Todo fue más lento y la respiración se sintió cortada en cuestión de segundos. Sus ojos solo podían mirar atrás aquello de la espalda del líder de Bonten, no lo creía. Deseaba que fuera una broma o hasta una pesadilla de esas que tanto le quitan el sueño.
Es real.
Desde tierra las personas miraban con terror lo que en el cielo parecía ser no solo un accidente aéreo sino un atentado.
Gritos y pasos de huida fue lo que tomó lugar en las calles, el estruendoso ruido de la explosión no solo reventó los grandes vidrios de los edificios aledaños, los cristales rotos cayeron sobre un centenar de personas que participaban en un festival.
El daño material fue inaudito y las muertes de los civiles un escenario de película de terror.
Sanzu estaba de rodillas incapaz de creer lo que sus ojos vieron hace nada, sus ojos se hallaban en lágrimas y sus quemaduras le daban un aspecto de total desolación. Estaba hiperventilando y la incredulidad no podía hacerle saber que sufrieron de un atentando.
Takemichi en ese punto solo pudo tomar de los hombros que Mikey y acercarlo a él para recibir el impacto. Sus lágrimas nunca pudieron escapar como se debió, la carne empezó a arder y el dolor fue reemplazado con calma.
Su último recuerdo será el cielo nocturno y estar en compañía de su más grande amor.
Al final ese fue su destino.
Nota autora
Un poco corto pero se entiende la idea de como irá la temática que elegí. Este es el primer futuro presentando, obviamente hay más.
Nos leemos mañana.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro