━━━ 𝟎𝟎𝟗
𝗔𝗖𝗧𝗢 𝗨𝗡𝗢 ━━━━ 𝗘𝗣 𝟵
❛❛I sat alone, in bed 'til the morning i'm crying, "They're coming for me" and I tried to hold these secrets inside me my mind's like a deadly disease I'm bigger than my body I'm colder than this home I'm meaner than my demons I'm bigger than these bones❜❜.
𝐍𝐀𝐑𝐑𝐀𝐃𝐎𝐑 𝐎𝐌𝐍𝐈𝐒𝐂𝐈𝐄𝐍𝐓𝐄
Amanecer volvió a la habitación varias horas después con una bolsa de sangre para Juliette. Necesitaba aclarar las cosas con la ahora híbrida; si no lograba que aceptara su plan, el hechizo no funcionaría.
-Vengo en son de paz -dijo al entrar, con una voz tranquila y medida. Su mirada se posó en Juliette, que permanecía acostada, rígida como una estatua.
-Lo dudo mucho -murmuró Juliette, hostil, mientras apretaba las sábanas entre los dedos. Contenía con esfuerzo su furia y el deseo de arrancar su corazón de la forma más horrible posible. Amanecer no solo había forzado la activación de su maldición licántropa cuando ella tan solo tenía 15 años, sino que ahora planeaba usar a Stiles y, al parecer, a su hijo en un ritual. Quería usar a Stiles para extraer la oscuridad de él y a su hijo no nato para sabrá Dios que.
Amanecer dio un paso hacia ella y le ofreció la bolsa de sangre. -Sé que no fui completamente clara antes. Solo necesito que escuches mi plan. No quiero dañar a tu hijo no nato, Juliette. Ni siquiera quiero matar a Stiles... bueno, no del todo.
La rubia alzó una ceja, su mirada cortante. -¿No del todo? ¿Qué clase de consuelo se supone que es eso?
-Déjame explicarlo -continuó Amanecer, sentándose en una silla cerca de la cama-. Tu hijo es un sifón, como tú lo eras antes de la transición. Eso significa que puede absorber magia, pero también la energía maldita de un sello y abrirlo sin necesidad de un sacrificio humano.
Juliette apretó la mandíbula. -¿Qué hay dentro de este sello exactamente?
Amanecer dudó, desviando la mirada antes de murmurar: -Un demonio mayor.
Juliette se incorporó en la cama de golpe, sus ojos oscuros brillando con una mezcla de incredulidad y furia. -¿Un demonio mayor? ¿Tienes idea de lo que estás diciendo? ¿Por qué harías algo tan peligroso?
Amanecer mantuvo la calma, aunque era evidente que la pregunta la afectaba. Se tomó un momento antes de responder: -Por venganza. Por mi hija, Lilith.
El nombre resonó en la mente de Juliette, despertando un recuerdo enterrado.
(Flashback)
Hace años, Juliette, todavía siendo una bruja sifón muy joven e inexperta, había encontrado a una chica llamada Lilith en los bosques mientras exploraba. La mujer estaba herida y asustada, con un aura oscura que inmediatamente llamó la atención de Juliette.
-¿Quién eres? -preguntó la joven Juliette con cautela, acercándose con pasos medidos.
Lilith la miró con ojos encendidos de desesperación. -Soy... soy alguien que debería estar muerta.
Aunque hablaron durante horas, Juliette no entendió sus palabras hasta que un grupo de cazadores apareció.
-Lilith, la impura, por orden del gremio de cazadores, te sentenció a la muerte -proclamó uno de ellos antes de sacar un arco y dispararle en el hombro.
Lilith luchó con una fuerza abrumadora, pero finalmente cayó, sus poderes agotados. Juliette no pudo hacer nada más que observar, horrorizada sin poder absorber nada mientras los cazadores se llevaban el cuerpo sin vida de Lilith.
(Fin del Flashback)
Juliette regresó al presente, sus labios temblando por la ira. -Entonces todo esto se trata de usar a mi hijo para revivir a un demonio con el que puedas vengarte por Lilith.
Amanecer negó con la cabeza, su tono más firme. -No voy a revivirla. Pero puedo traer al demonio que la protegió. Ese poder será suficiente para destruir a quienes la mataron... y a cualquiera que represente una amenaza para mí o para el equilibrio que Lilith hubiera mantenido.
Juliette negó con fuerza, bajando la bolsa de sangre. -No pienso permitirlo. Ni tú, ni nadie, tocará a mi hijo o a Stiles.
Amanecer se levantó, su expresión endureciéndose. -Tu hijo no corre peligro, Juliette. Lo que necesito es a Stiles. Su conexión con el Nogitsune me permitirá controlar al demonio. El poder oscuro que habita en él es clave para poder realizar el hechizo de control. Es magia negra que solo puedo usar de esa manera y tú más que nadie lo sabe.
-¿Y esperas que me quede de brazos cruzados mientras destruyes a alguien que significa todo para mí? -Juliette gruñó, sus colmillos comenzando a emerger.
Amanecer se mantuvo firme, enfrentándola. -Haz lo que quieras, Juliette, pero no puedes detenerme. Tu hijo será parte de esto. No saldrá herido, pero su poder es necesario. Si no cooperas, solo harás esto más doloroso para todos. Nadie debe salir lastimado solo ellos.
Y con eso, Amanecer se dio la vuelta y salió de la habitación, dejando a Juliette con un dilema. Sabía que no podía confiar en Amanecer, pero también entendía que el tiempo se acababa. Tendría que encontrar la manera de salvar a Stiles y a su hijo... incluso si eso significaba enfrentarse a Amanecer y a Klaus al mismo tiempo.
La híbrida seguía en la cama, la bolsa de sangre olvidada en la mesita de noche mientras su mente corría en círculos. Amanecer había dejado claro su plan, y aunque intentara mostrarse tranquila, Juliette sabía que no iba a detenerse. De pronto, un golpe seco en la puerta la sacó de sus pensamientos.
-¿Quién es? -preguntó con desconfianza, levantándose de la cama y preparándose para cualquier cosa.
-Soy yo, David. Abre rápido -respondió una voz al otro lado.
Juliette abrió la puerta y encontró al hereje de pie, con una expresión seria y un aura de urgencia que no auguraba nada bueno.
-¿Qué pasó? -preguntó de inmediato.
David pasó junto a ella, cerrando la puerta tras de sí. -Stiles no contesta. He intentado llamarlo varias veces, pero nada. Ni siquiera Bonnie ha podido localizarlo, y eso ya es preocupante.
Juliette sintió que el aire le faltaba. -¿Crees que Klaus lo encontró?
David cruzó los brazos, pensativo. -Es posible, pero hay algo más. Beacon Hills está prácticamente en llamas. Esther y sus espíritus están desatando el caos, y el resto del grupo está haciendo lo posible para contenerla. Lydia y Rosie me dijeron que Malia apenas pudo mantener a Liam con vida después de un ataque de los espíritus.
Juliette apretó los puños, su pecho ardiendo de rabia. -¡Maldita sea! ¿Es que nunca tendremos un respiro?
David la miró fijamente, como si analizara sus pensamientos. -Escucha, necesitamos un plan. Amanecer está preparándose para su ritual, Klaus está fuera de control, y ahora Esther está desatando a los muertos en Beacon Hills. No podemos simplemente quedarnos aquí esperando.
-¿Qué sugieres? -preguntó Juliette, aunque ya sabía que la respuesta no le gustaría.
-Vamos a Beacon Hills. Si Amanecer quiere hacer el ritual, tendrá que esperar. Klaus estará ocupado tratando de asegurarse de que el bebé esté seguro y buscando a Stiles, y eso nos dará tiempo para detener a Esther. Además, si logramos que Bonnie o Lydia encuentren una forma de desconectar a los espíritus, eso debilitará a Esther y nos dará una ventaja.
Juliette dudó. Sabía que regresar a Beacon Hills era arriesgado. Amanecer podría aprovechar su ausencia para adelantar su plan, pero dejar a sus amigos solos contra Esther tampoco era una opción.
-Está bien, iremos a Beacon Hills -dijo finalmente, tomando aire profundamente. -Pero si encontramos a Stiles antes de llegar, necesito que lo saques de esto. No importa lo que tengas que hacer.
David asintió. -Cuenta conmigo.
Ambos salieron de la habitación, decididos a enfrentar el caos que los esperaba. Mientras tanto, en Beacon Hills, el grupo luchaba desesperadamente por mantener a raya a los espíritus que Esther había liberado. Cada minuto que pasaba, la oscuridad se sentía más fuerte, y sin Stiles o Juliette, quienes sabían cómo enfrentar estas situaciones, la balanza parecía inclinarse peligrosamente en contra de ellos.
Al bajar las escaleras, Juliette se encontró con Rebekah dormida tranquilamente en el sofá. La habitación estaba bañada por la luz tenue que se filtraba a través de las cortinas, creando un ambiente cálido y sereno que contrastaba con la tensión que se sentía en el aire. Amanecer, con una calma fría, estaba sentada frente a una mesa, bebiendo té mientras observaba la escena con una mirada distante.
David tosió con incomodidad y, al ver que la situación se ponía más tensa, decidió salir del edificio apresuradamente y esperar en el auto. Sabía que no sería bien recibido y que, posiblemente, sus preguntas solo complicarían las cosas.
Juliette, sin mirar a nadie en particular, observó a Rebekah dormir pacíficamente, con su respiración tranquila y su rostro sereno, completamente ajena a los oscuros sucesos que se estaban desarrollando a su alrededor. Era una visión que la reconfortaba, pero también la llenaba de más ansiedad, sabiendo lo que estaba a punto de suceder.
-Lo haré -dijo Juliette, su voz baja y firme, mientras dirigía su mirada hacia Amanecer. No había duda en su tono, solo la pesada carga de una decisión que, aunque necesaria, la atormentaba por dentro.
Amanecer, al escucharla, levantó la mirada y, sin poder contenerse, se levantó de su asiento y la abrazó con fuerza. La sorpresa de Juliette fue evidente, pero no la rechazó. Era el abrazo de alguien que había estado esperando esa respuesta, alguien que había estado luchando por la misma causa durante mucho tiempo.
-¿En serio? Eso es... increíble -dijo Amanecer, un atisbo de asombro en su voz mientras la abrazaba. No podía evitar sentirse un poco desconcertada, pues las circunstancias que las unían eran complejas, y el propósito de todo lo que estaban haciendo aún no le era completamente claro.
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