「Futuro 」
6 años después.
Una linda niña de brillante cabello negro y ojos azules corría en dirección a su Padre Alfa después de un día de escuela. Estaba muy emocionada por contarle lo que había aprendido ese día.
–¡Papá la maestra Choi me dio una estrella dorada! –grito emocionada.
YoonGi sonrio mientras tomaba a su cachorra entre sus brazos.
–Es fantástico, cariño. Estoy muy orgulloso de tí –dijo mientras dejaba besos en su mejilla y se dirigían al auto.
Su niña era tal cual como la había soñado y describido a JiMin la noche que lo marcó. Una linda mezcla ambos, más parecida físicamente a él y con el carácter de JiMin, igual de explosiva, orgullosa y cariñosa que su omega y no tenía queja alguna. Amaba a su cachorra y si no fuera por JiMin jamás hubiera experimentado lo que es cuidar y amar a un hijo. Cada día se esforzaba por darle el cariño y la atención que él tanto pidió en su niñez.
Y ni hablar de la relación con su esposo, seguían igual de candentes y amorosos. Su cuerpo había quedado más voluminoso después del embarazo, sus preciosos muslos se volvieron más jugosos al igual que su trasero y ni hablar de sus caderas que se ensancharon más. Apesar de que pasaron su omega seguía recibiendolo con amor y se entregaba a él con total confianza. Con el carácter y temperamento de su omega nada era monótono en su vida, cada día lo impresionaba con algo nuevo, que lo hacía enloquecer más por él. Como cuando montó un nuevo acuario en su oficina hace dos años y ahora contaba con dos peceras enormes lleno de peces y cada uno con nombres que no lograba recordar.
JiMin era todo un caso.
Lo amaba.
–Papá –llamó su hija–¿Iremos a buscar a Papi?
–Si, amor –confirmó– ¿Quieres pasar por helado para el postre?
El Alfa sonrio cuando su hija gritó en afirmación y fueron por el helado, antes de pasar por su omega.
La pequeña familia se encontraba en el comedor, comiendo rabioles con salsa blanca y ensalada preparados por el Alfa.
La niña contaba emocionada su día en la escuela mientras sus padres le prestaban toda su atención.
–¿Puedo tener un hermano? –preguntó la niña.
JiMin paró de comer.
YoonGi sonrio de lado.
–¿Te gustaría? –preguntó el Alfa mirando a su esposo, quien sólo lo ignoró mientras tomaba un poco de su jugo de naranja.
La niña asintió.
–¡Sí! –afirmó emocionada– Así ya no voy a jugar sola. Ni esperar a que papi este libre para jugar conmigo.
–Cariño –comenzó el omega– Papá y yo lo hablaremos, ¿esta bien?.
–Esta bien, papi –aceptó la niña y siguió comiendo.
YoonGi solo observó en silencio la reacción del omega, quien no era capaz de mirarlo.
Cuando terminaron de comer JiMin ayudó a su hija a prepararse para su clase de baile para que YoonGi la llevara.
El omega soltó un suspiro, cuando escucho el BMW de su Alfa estacionar. La puerta se abrió dejando ver a su esposo con ropa cómoda. Amaba la imagen hogareña de su Alfa.
Su esposo se acercó a él y dejó un beso en sus labios. Tomó asiento a su lado mientras tomaba sus manos para enlazarlos.
–¿Qué sucede, cariño? –preguntó– ¿No te gusta la idea de tener otro cachorro?
Volvió hacia su Alfa y observó esos hermosos ojos oscuros que desde pequeño lo había hipnotizado. Esa mirada ya no mostraba nostalgia sino amor y devoción hacia él y su cachorra.
–¿A tí te gustaría?
YoonGi sonrio y dejó un beso en los nudillos del omega.
–Claro que sí. Aun no hacemos los mellizos que le prometí a Taehyung.
JiMin solto una carcajada.
–Además –siguió el Alfa– Me encantaría verte de nuevo con una enorme panza. Te ves...
El omega lo interrumpió con el ceño fruncido.
–Me veo horrible. –sentenció.
–No es así. –tomó su rostro entre sus manos– Escúchame, eres el omega más hermoso del mundo, estando o no en cinta. Tú Min JiMin ¿Eres consciente de cómo me pones con solo oler su aroma? Diosa, te juro que si no tuviéramos a Jinnie, te mantendría encerrado todo el día, solo para mí, encerrado entre tus jugosos muslos.
El omega sonrio enternecido y escondio su rostro en la curvatura de su cuello.
–Recuerda aún nos quedan novecientos noventa y nueve niños.
JiMin se echó a reir. Le dio un golpe en el hombro.
–Alfa – salió de su escondite– Ahora solo quiero cinco. Si bien me siento capaz de tener un millón no puedo permitir que mi Alfa me deje cuando ya no vea atractivo.
YoonGi sonrió.
–Nunca te dejaré. Te lo prometí.
–Entonces, tengamos un cachorro, Alfa.
YoonGi tomó entre sus brazos al omega y subieron a su habitación.
Dio un ultimo tirón a la cadena y se fue a lavar los dientes. Escucho a su cachorra llegar corriendo a él.
–Papi, llamaré a Papá.
–Cariño, no molestemos a Papá. Sabes que esa reunión es importante. No es nada, tal vez comí algo que me cayó mal.
La niña lo miró con el ceño fruncido.
–¿Por qué me mientes, Papi? –Se acercó a él y se sentó a su lado– Tú me dices que mentír es malo. Todos los días te escucho vomitando.
JiMin observó a su hija y acaricio sus hermosos mechones.
–Lo siento, mi niña. No quiero preocuparlos.
La niña lo abrazo.
–Llamaré a papi. –insistió y sonrió dejando un beso en su frente.
JiMin negó.
–Iremos al hospital. Llamaré al Tío Tae para que nos acompañe.
La niña asintió y fue por el teléfono.
TaeHyung llegó media hora después y se dirigieron al hospital. Ya sabía que quizás estaba en cinta pero quería confirmarlo.
Cuando el medico lo llamo para los análisis, se sintió nervioso. Y cuando este le confirmó que si lo estaba, le hicieron una ecografía y sollozo cuando le informaron que había dos seres en su vientre.
Con los papeles entre sus manos se acercó llorando a Taehyung y lo abrazó.
–Tendremos a dos cachorros.
Su mejor amigo lo abrazo.
–¿Tendré dos hermanitos? –preguntó su hija.
JiMin sonrió y se agachó a abrazar a su cachorra.
–Si, cariño.
Taehyung los llevo de nuevo a casa y se quedó con su mejor amigo y juntos prepararon la cena.
JiYoon salio corriendo cuando escucho la puerta abrirse, estaba muy feliz porque iba a tener dos hermanitos y quería contárselo a su papá.
–¡Papá! –llamó y salto en sus brazos– Papi se sintió mal esta mañana y fuimos al hospital con el tío Tae y nos dijeron que iba a tener dos hermanitos, pero papi se los comió y van a salir cuando estén más grandes –contó la niña.
YoonGi observó con los ojos abiertos a la niña y después posó su vista en su omega, tratando de confirmar lo dicho por su hija. JiMin asintió con ojos llorosos. Su vista se nubló, bajo a su hija y fue corriendo a abrazar a su omega para luego llenarlo de besos.
–Dos cachorritos –JiMin asintio– Tendremos dos cachorritos más. –susurraba dejando besos a su omega.
JiMin siempre agradecería a la luna por darle un Alfa tan increíble como YoonGi, por más que al principio fuera difícil para él. Lloró más cuando recordó su reacción cuando se entero de JiYoon pero siempre trato de recompensarlo y cada vez que veía a su hija y su omega juntos, se veía un destello de tristeza que rápidamente olvidaba porque los tenia con él. Había descrito al hombre perfecto y la luna se lo concedió.
–Te amo, omega –escucho
JiMin se acercó a dejarle un beso en cada párpado y limpio las lágrimas que salían de sus ojos.
–Te amo, Alfa
El omega soltó un suspiro relajado cuando sintió las caricias de su Alfa en su vientre de cuatro meses. Observó a su Alfa y recordó la vez que soñó como sería su hija. Tal vez el ya sabía que serían sus cachorritos.
–Alfa –llamó
–Mhm
–¿Qué crees que serán nuestros cachorros? ¿Niños? ¿Niñas? ¿Un niño y una niña?
YoonGi sonrio y dejó un beso en el hermoso cabello ahora negro de su omega.
–Serán dos niños. Uno igual a mí pero con ojos azules y el otro igual a tí, pero sus ojos iguales a los míos.
JiMin sonrió.
–Seran hermosos –El Alfa asintió y siguió acariciando el vientre de su omega –Si eres un futurólogo. –confirmo el omega después de unos cuantos minutos de silencio.
YoonGi comenzó a reir y solo negó con la cabeza para luego dejar un beso en su coronilla y le susurraba cuanto lo amaba.
Yo solo diré que extrañare mucho a YoonGi.
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