capítulo trece.
Después de unas largas vacaciones de verano, Freddy por fin regresaba a casa. Cansado, subió hasta su habitación donde entró en su armario con bastante pereza. Había sido un agobiante y estresante viaje de vuelta a casa, lo único que deseaba era acostarse a dormir algunas horas antes de ordenar su horario para el regreso a la universidad. Tenía muchas cosas que hablar con Chip sobre el proyecto que iban a hacer y debían de avanzar para que las actividades no se junten. No quería estresarse por la escuela, era lo que menos deseaba.
Suspirando, se cambió de ropa y fue directo a su cama.
—¡Fedi! — Un pequeño niño entró a su habitación de golpe sin aviso, corriendo y tirándose a su cama. Freddy quería morirse —, mamá me dijo que me ayudes con la tarea que no hice en vacaciones —avisó, sentado a un lado del cuerpo de su hermano mayor.
—¿Qué tareas? —preguntó molesto.
—Me mandaron tareas para hacer.
—¿No puedes hacerlas tú solo?
—No. Mamá me dijo que me ayudes —pidió, saltando en su cama después para que se levantara. Freddy suspiró pesado, viendo el techo por unos segundos hasta salir de la cama e ir con su hermanito a una oficina donde hacían sus tareas o trabajos.
—¿Cuántas tareas no hiciste, Hilbert? —preguntó, viendo cómo sacaba sus pertenencias de su mochilita y las dejaba sobre la larga mesa. Subiendo a la silla para sentarse, abrió cada uno de los cuadernos para mostrarle. Por lo menos eran tareas fáciles de la escuela básica. Hilbert tenía seis años, así que no sería tan largo.
Freddy iba explicando cómo debía de hacer los ejercicios de matemáticas primero para ir avanzando hacia lo más fácil al final. Asegurándose de que lo entendiera y resolviera correctamente. Sabía que debía de tener paciencia con su hermano a la hora de ayudarlo, no quería ser igual que su padre, quien se molestaba cuando no entendían a la primera como hacerlo. Nunca entendió porque su padre se enojaba tanto con un niño pequeño.
—¿Así está bien? —Hilbert preguntó, mostrando su tarea a Freddy, quien parecía tener la mente en otro lado. Al volver a la realidad, agarró la libreta para revisarlo. Se quedó analizando cada uno de los ejercicios que no notó cuando su teléfono se iluminó por una llamada entrante. Hilbert fue el primero en verlo para la mala suerte de Freddy. —, ¿Quién es Chip y porqué tiene un corazón en su nombre?
—¿Ah? —alzó la cabeza, viendo la llamada de Chip. Agarrando su teléfono de inmediato, colgó de inmediato —. Solo un amigo de la universidad.
—¿Es tu novio? —preguntó curioso.
—No —justo cuando iba a volver a lo que estaba haciendo, volvió a llamarlo. Freddy contestó está vez, mirando atento a Hilbert cuando le apuntó a los ejercicios que debía de hacer después. —Lo siento, no puedo hablar contigo ahora, estoy algo ocupado con mi hermano.
—¿Volviste a casa?
—Sí, ya volví. Estoy bastante cansado, pero avancé en el trabajo que tenemos juntos. Necesito verte.
—Yo también, mi vida. Te extrañé mucho, por cierto, tengo muchísimas cosas que contarte, ¿Puedo ir a verte?
—¡Oh, no! No, no puedes —rió nervioso, captando la atención de Hilbert, —sabes que no puedes, todavía no conoces a mi madre y tengo miedo de que piense otras cosas.
—¿No le has dicho sobre nosotros?
—No, Chip, es complicado hablar con ella sobre eso. Te lo había explicado hace unos días. Trataré algún día de decirle, solo necesito tiempo. —explicó con un tono decaído, esperando que Chip entienda la dificultad de su caso. No quería que Chip se aleje de él por eso, o que pierda interés por culpa de su madre.
—¿Qué tan complicado puede ser? No sales con un delincuente, mi amor.
Freddy sacó una risa otra vez. —Lo sé. El problema es que no eres el tipo de hombre con el que mi madre me vería en el futuro.
—Puedo hacerla cambiar de opinión, dame tiempo.
—No, Chip. No puedes llegar a mi casa a presentarte como mi novio de la nada. Por lo menos hazlo como un amigo solamente. —sugirió sin darse cuenta de que estaba ventilado ya que tenía novio frente a Hilbert. Sonriendo por lo que Chip le decía, ofreciéndose para cualquier cosa y si era necesario escondía todos sus tatuajes para pasar la prueba —. Me gustan tus tatuajes, Chip, no quiero que los escondas por eso.
—¿Ah, si? ¿Desde cuándo te gustan?
—Desde que te ví. No me gustaban los chicos tatuados antes, debes saber que eres afortunado al cambiar mi opinión.
—Mmh. Me hace sentir bien saber eso, mi amor. Debo irme, le prometí a Hayley que iría por ella al aeropuerto, hablamos después, corazón. Te quiero mucho.
Se quedó en silencio un momento. —Si. Yo también, adiós.
Colgó la llamada, exhalando y dejando su teléfono sobre la mesa, viendo a Hilbert quien tenía los ojos bien abiertos por la sorpresa de saber que su hermano tenía novio. Freddy se maldijo por dentro de mil maneras, sonriéndole nervioso y pequeño a su hermano.
—Te compraré un helado si te quedas callado —Freddy prometió, —hago tu tarea de matemáticas incluso, pero nada de esto a nuestra madre.
Hilbert asintió sonriendo. Terminando con la tarea de su hermano, salieron a comprar helado justo como le había prometido. Eran las tres de la tarde, pero parecía que lloverá por el color gris del cielo y el aire ligeramente helado. Aún así, Hilbert quería un helado. Entrando a la misma de la mano de su hermano, Freddy dejó que se acerque a ver los sabores en lo que él le mandaba algunos mensajes a Chip.
No tenía problemas al pagar lo que sea para Hilbert, por algo tenía una tarjeta exclusiva para todo tipo de gastos.
—Fazbear. —escuchó la voz femenina y demandante, alzando el rostro para verla. Nadie lo llamaba por su apellido a menos que haya problemas entre ambos o sean trabajadores de las empresas.
—Circus Baby. —respondió, mirando hacia arriba a la chica debido a la diferencia de altura entre ambos. Se notaba que no se llevaban bien desde la forma en la que se hablaban. Era un caso serio de enemistad entre sus familias por asuntos que llegaron hasta la corte con diferentes demandas.
—¿Fazbear? ¿Dónde? —salió de la cocina otra mujer con una gran sonrisa: la novia de Baby, Ballora Bellerose. Era otra historia con ella y ambas familias se llevaban bastante bien desde décadas atrás —¿Por qué traes esa cara, Baby? No te pelees con él, es más pequeño que tú.
—¿Y eso qué tiene que ver? —preguntó defensiva.
Ballora suspiró, viendo al pequeño que estaba de la mano de Freddy. Sonriendo, le preguntó qué es lo que deseaba para ese día. Freddy solo sacó su tarjeta, dándole la misma a Baby. No tenía intenciones de pelear ni de traer el tema de sus hermanos a la mesa, más que nada porque era algo muy serio que tuvo que intervenir la ley entre ellos.
—Es bueno volver a verte por aquí, Freddy. Disculpa a Baby, está estresada por los exámenes finales de la universidad —Ballora explicó, dándole el heladito a Hilbert quien lo sostuvo con su pequeña mano. Freddy asintió, entendiendo —, ¿Hay algo más que pueda hacer por tí?
—No. Solo es eso, gracias —sonrió, agarrando la mano de Hilbert una vez más antes de agarrarlo en sus brazos para cargarlo.
—Por cierto, escuchamos que la familia de Bonnie ha regresado —Ballora metió el problema, a lo que Freddy solo suspiró. Podía confiar en ella después de todo, a pesar de que no eran los mejores amigos, pero era muy amable con él todo el tiempo, y parecía tenerle un gran aprecio. —, sabes que si algo ocurre puedes decirme a mí también, estoy para ayudarte.
—Si. Gracias, Ballora, es muy lindo de tu parte —habló —. No tengo ningún problema con él por ahora, solo fue a buscarme otra vez y descubrió que estoy en una relación con otro chico. —explicó, limpiando la boca de Hilbert con una servilleta al ver que se había manchado todo.
—Oh, entonces tienes novio.
—Mmh, él es-
—Freddy —escuchó, volteando de inmediato al reconocer su voz. Chip había entrado a la tienda junto con Hayley quien moría por un helado desde que llegaron. La forma en la que siempre se encontraban haciendo parecer que vivían en una pequeña ciudad era increíble, parecía el destino que los juntaba siempre no importaba dónde estuvieran.
Los recuerdos de Freddy sobre Chip volvían a su cabeza cada cierto tiempo, recordaba verlo en la bienvenida a la universidad, en el recorrido que les dieron, en algunas clases, en la biblioteca, jardín, baños, salas de estudio, en todos lados los veía y se topaba contra él aunque sea solo los brazos, pidiendo perdón al otro rápidamente sin verse a los ojos.
—Oh. N-no pensaba verte aquí. —Freddy habló nervioso.
—Ah, si. Hayley quería un helado, no podía decirle que no después de que me arrastró hasta aquí —rió, acercándose a él y luego viendo al pequeño Hilbert quien tenía la mirada clavada en él como sospechoso de sus intenciones —¿Él es…?
—Mi hermano menor: Hilbert. No te preocupes, él ya sabe lo que tenemos y no dirá nada, ¿Verdad? —miró a su hermano intimidante, a lo que el menor asintió varias veces siguiendo comiendo de su helado y desviando la cabecita a otro lado.
—¿Ni a tus hermanos les dices sobre lo nuestro? —rió.
—Para nada. No tengo confianza en ellos para decirles sobre algo tan serio como nuestra relación —explicó, mirándolo con una sonrisa como siempre. Chip asintió, entendiendo a lo que quería llegar con eso. No iba a obligar a Freddy a decirlo si no estaba seguro, de hecho creía que era mejor en caso de que la relación no funcione y terminen separados.
Hayley parecía estar inmersa en la conversación que había creado con ambas chicas del mostrador.
—¿Él es…?
—Chip, el novio de Freddy.
Se sentía un aura muy bonita alrededor de la pareja. Hablando como si nada importara fuera de ellos, sonriendo y viéndose a los ojos con cariño. No sé veían desde hace un mes que fue el tiempo de vacaciones de verano para ellos, así que había mucho que hacer y qué decir sobre esas semanas.
—Oh, no puedo ir contigo. Necesito dejar a mi hermano en casa antes de que llegue mi madre. Te veré mañana aún así, entramos a clase otra vez. —recordó, pasando de Chip para poder salir hacia el auto donde dejó a Hilbert en los asientos traseros con cuidado. Chip fue detrás de él para despedirse de él.
—Espera.
—¿Mmh? —volteó al cerrar la puerta del auto, —¿Qué ocurre? —preguntó con una sonrisa.
—¿Puedo darte un beso antes de que te vayas? —cuestionó.
Freddy lo miró a los ojos en silencio por unos segundos, sin saber si era seguro hacerlo ahí. Agarrando a Chip de las mejillas, le dió un pequeño beso en los labios antes de irse. —Hasta mañana, Chip. —dijo, yendo hasta la puerta del copiloto para abrirla y entrar. Hilbert tenía el ceño encorvado en molestia, no le gustaba nada de eso, pero no iba a decir nada después del helado.
Chip regresó dentro por Hayley quien ya estaba lista para irse a casa. No estaba lejos de donde vivían, así que fueron caminando. Hayley lo miró, extrañada por la expresión de preocupación de su mejor amigo. Algo había pasado, y quería saber que era.
—¿Todo está bien con Freddy? —preguntó.
—¿Ah? —la miró, suspirando después al recordarlo —, sobre Freddy… claro, es solo una preocupación sobre él. Parece que no está listo para decirle a su madre sobre lo que tenemos, no lo culpo aún así, después de escuchar cómo fue su infancia me imagino el miedo que tiene.
—Dicen que su madre es muy estricta. Mi padre trabajó para el suyo por unos meses hace muchísimo tiempo, lo dejó porque era muy estresante el ambiente —explicó mientras caminaba a su lado y veía al frente —, y al parecer el señor Fazbear estaba en espera de un bebé, lo veía por la pancita que se le estaba creando.
Chip la volteó a ver lentamente. Hayley lo miró, riendo de golpe por la expresión de miedo que puso.
—¡¿Por qué pones esa cara, Chip?! ¡Era cierto después de todo! Después nació tu noviecito.
—Su padre lo dejó, ¿Verdad?
—Mmh. Los abandonó con su madre, y puede que sea ese el problema de su familia. No lo sé, puede que nunca vamos a saber qué es lo que pasó realmente dentro de su familia —respondió —aunque Chica puede saber, es su mejor amiga después de todo.
¿Chica sabía? Sí.
—Me da mucha pena. Freddy creció muy mal en su infancia, era como un adulto pequeño a sus seis años —recordó la conversación que habían tenido aquella noche en la cocina donde le explicó parte de su infancia. Lo contaba con tanta naturalidad que asustaba un poco —Debería hablar con él algún día sobre eso, y lo de su ex novio que ha regresado. No quisiera que salga lastimado otra vez.
—¿Te contó sobre su relación pasada?
—No, pero ví en sus ojitos como quería llorar cuando intentó darme explicaciones. No necesito que lo haga ahora, prefiero que se tome su tiempo y cuando se sienta listo me lo diga.
—¿Qué tan necesario es para tí que te diga que ocurrió en su relación anterior con ese tipo? —Hayley preguntó en un tono de voz serio, estando curiosa de la respuesta de su amigo. A ella poco le interesaba eso, así que no encontraba razones para que Freddy le tenga que decir.
Chip se quedó pensando en su respuesta, suspirando después al no saber qué decirle. —No sé, tal vez solo quiero saber un poco más de lo que ocurrió.
—¿Solo quieres saber, verdad?
—Sí, no tengo explicaciones —sonrió nervioso.
Hayley suspiró. —No le preguntes, deja que él poco a poco se vaya abriendo a ti sobre ese tema. No es fácil lo que tendrá que decirte. —explicó, dándole palmaditas en su espalda para darle apoyo. Chip entendía a lo que quería llegar con eso, sin embargo, quería entender a Freddy un poco más. —Aparte, llevas un mes con él, es muy rápido que te presente a su madre.
—¿Tú crees?
—Mmh.
—... Yo ya le dije a mi mamá.
Hayley lo miró. —¿En serio?
—Si —sonrió. —, escúchame, entiéndeme; si Freddy termina conmigo entonces le digo que no era tan seria la relación que teníamos. —explicó.
—Fuiste muy rápido, eh. ¿Se lo tomó bien tu madre?
—¡Claro que sí! Ojalá la hubieras visto, se puso bien feliz cuando le dije que estaba saliendo con alguien. Me preguntó muchas cosas sobre él, pero decidí no decirle mucho en caso de que no funcione, luego se hará ideas de una boda. —habló, suspirando de cansancio.
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