
XC
𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 1880— 𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐔𝐧𝐢𝐝𝐨
Y todo fue peor.
El pánico se dispersó por cada rincón del lugar. Nadie sabía cómo, cuando y mucho menos por qué.
Casi instintivamente, Lauren se abrió paso entre la gente de planchado, se olvidó de todo. Y cuando logró salir del tumulto salió corriendo hacia fuera de la lavandería con gran desesperación.
Al darse cuenta los demás, salieron detrás de ella. Para detenerla, sabían su intención. Entendían el pánico, pero si Lauren llegaba a ver al príncipe herido, le iba a terminar dando un ataque terrible, y tenían que evitar el mismo.
Costó alcanzarla, porque ya había salido desesperada. Pero un grupo de sirvientas la alcanzó bloqueándole al paso, Lauren en pánico intento pasar y se los rogó. Pero se lo impidieron.
Sabían que de entre todos los sirvientes, esa noticia le iba a caer mucho peor a ella. Y claro que era cierto.
Estaba desesperada, asustada. Un disparo podía herir de muerte a cualquier persona. Era imposible no echarse a llorar de desesperación y de miedo.
Pronto Frizzy llegó hasta aquel grupo de sirvientas que retenían a Lauren. Porque también se había abierto paso para poder pasar.
Regresar a Lauren a lavandería fue difícil, el terror hacía que todo se bloquee en ella. Que lo único que piense era que lo peor podía suceder ¿Por qué estaban pasando todas esas cosas? ¿Qué acaso las cosas no podían estar bien por más de unos meses?
Todo se tornó difícil de recordar. El aire no le llegaba y oficialmente estaba teniendo un ataque de pánico. El cuerpo se le heló y sus manos no dejaron de temblar.
Y a modo de mecanismo de defensa, su mente entró en disociación. Desconectó, quedando en blanco. Y todo lo que pasó durante ese estado, a pesar de estar consciente no lo recordó.
Supo que la estuvieron calmando, como también lo hacían con mucha gente a quienes también la noticia los había afectado de esa manera. Estaba consciente, respondía a lo que le decían, a como la intentaban calmar, en el sentido de que claramente verla temblar y tener el cuerpo helado asustaba. Pero todo pensamiento se había bloqueado, su mente la había abandonado. Todo eso para defenderse a sí mismo, de tener algún ataque peor.
Aunque claramente, el caos de su entorno. Estaba igual o peor que ella.
[•••]
No supo cuánto demoró en reaccionar. En que su mente ya haya terminado de asimilar la información en una manera que no le vaya a dar un nuevo colapso otra vez. Pero por como parecía haber sido todo, habían pasado bastantes horas.
Se dio cuenta que estaba en aquella parte de la lavandería donde todos almorzaban. Claramente estaba vacía, porque las únicas personas con quienes estaba era Frizzy, Desire y Amy. Las dos últimas, de cuclillas frente a ella, hablándole. Frizzy sentada a su lado mirándola para ver si ya estaba mejor.
Le costó reaccionar. Estaba más controlada, pero igual de angustiada. Por lo que Amy seguía preocupada al ver que la temperatura de Lauren seguía igual a la de un hielo, que seguía pálida y que pesar de que haya parado de temblar un poco, lo seguía haciendo.
Se quedaron con ella, asegurándose que se estabilice. Contándole que un par de gente también se alteró así. Y que justo a la sirvienta que acompañaba a la que vino con la noticia y la emergencia, se había desmayado. Que también se la llevaron hacia la enfermería de manera rápida.
Frizzy le preguntó si recordaba algo desde que la habían regresado a la lavandería. Lauren negó, incapaz de poder responder.
Frizzy suspiró pesadamente. Y haciéndole una seña a Desire, transmitió una especie de mensaje que parecía ser que ya era mejor no repetir nada.
Y se quedaron con ella, comentando que muchas personas también se habían puesto así. Pero que se asustaron con Lauren por su desesperación y la manera que estaba temblando.
Desire dijo que después de entregar las vendas, ya no sabían nada. Pero que estaban atentas a cualquier noticia. Porque claramente era un tema del que todo el castillo debía estar al tanto. Habían llamado a los médicos privados de la familia real por emergencia claramente. Ya estaban llegando, todo estaría bien tenía que estarlo.
Los consuelos de Desire servían de algo, pero no de mucho. Porque nadie estaba enterado de las circunstancias. De qué había pasado para llegar a ese punto. De cuán grave estaba el príncipe. Del por qué del ataque.
Permitieron a las 4 sirvientas quedarse ahí hasta que Lauren se calme. Para acompañarla, ya que no estaba bien como para regresar con los deberes mientras esperaban noticias.
[•••]
Era precisamente la peor noticia en mucho tiempo. El miedo lo tenían todos ¿Lo habían querido matar?¿Querían robar?
El joven Dylan estaba bien por lo que habían dicho, pero claramente. El trauma de aquello se quedaría con él por siempre.
¿Qué estaba pasando? ¿Por qué todo se tornó en una tragedia tan de repente?
[•••]
Pronto, nadie pudo seguir trabajando, todo tuvo que detenerse. Para estar atentos a indicaciones. Para saber que estaba pasando. No llegaban noticias, no al menos a la lavandería.
Las labores pararon obligagoriamente, absolutamente nadie en el castillo podía seguir con sus deberes debido a la situación que estaba sucediendo.
Todos se tomaban un momento para hacer sus plegarias, rezando. Esperando noticias. Había silencio. El pase de las horas era insoportable. Y aún nadie sabía nada.
¿Cómo iban a trabajar sabiendo lo que había pasado? Todo el reino corría peligro.
Pronto en aquel lugar donde almorzaban, estaba más gente. Pero claramente en su mayoría en silencio. Esperando.
Amy fue a un rincón de aquel lugar para poder hacer su oración. Desire se sentó al otro lado de Lauren. Frizzy lloraba de manera silenciosa, por la preocupación y la angustia. Pero se trataba de mantener lo más serena posible.
[•••]
En un momento casi sorpresa entraron un buen grupo de mayordomos. Con sábanas llenas de sangre. Provocando claramente un nuevo alboroto. Ya que también, pedían nuevas sábanas.
Todos salieron del parar de sus labores, muchos por la curiosidad de saber que pasaba. Y muchos otros recibiendo las sábanas ensangrentadas, para llevarlas a remojar rápidamente antes de que la sangre se seque, mientras otros buscaban otras sábanas secas.
Y recién en esos momentos se pudo saber que había pasado exactamente. Así como el estado del príncipe.
Resultaba que al regresar del puerto en el carruaje. La cantidad de cosas que se habían traído eran bastantes, por lo que claramente no estaba todo en un solo carruaje, más bien se tuvieron que usar más, es decir carruajes de carga.
Y en realidad, no se había disparado técnicamente al carruaje del príncipe como se había dicho. El carruaje de carga venía detrás del carruaje del príncipe claramente. En un momento del viaje de regreso, pararon en una taberna, porque amablemente el príncipe se ofreció a comprar algo para los conductores y para todos los guardias.
Obviamente el príncipe no entró a la taberna por el alboroto que podía causar su presencia ahí, pero si mando a dos de los 8 guardias que estaban ahí a comprar y traer toda la comida.
Los caballos también descansaron y tomaron un poco de agua. Y a pesar de que el príncipe no entró a la taberna, si bajó de su carruaje, para estirarse un poco. A pesar de que el joven Dylan le dijo que podían verlo.
Entonces empezó el problema. Porque quienes hayan sido aquellos criminales, no querían disparar al príncipe. El conductor del carruaje de carga, era en realidad el objetivo.
Al parecer los habían estado siguiendo desde el inicio del recorrido de vuelta. Porque, en un momento de lucidez, el príncipe notó algo que no cuadraba con lo normal desde el tejado de una de las casas cercanas a la taberna, al frente de la misma para ser exactos.
Debido a la lejanía de la misma, fue casi imposible ver al tirador, que incluso se escondía perfectamente bien. El príncipe lo vio, y entró en pánico, y al correr para poderle avisar al conductor, empujarlo o hacer algo. El disparo se dio, y le dio a él. Porque en ese momento el príncipe se cruzó en medio.
El disparo del fusil fue sonoro obviamente, los gritos y el pánico entre toda la gente presente, fue aterrador.
Los guardias usaron sus propios fusiles para disparar al lugar de donde vino el disparo inicial, sin encontrar nada. Tres de ellos corriendo en búsqueda del responsable, siguiendo el camino del disparo y deduciendo el recorrido del tirados. No se llegó a encontrar nada.
Mientras tanto, desesperadamente el joven Dylan, los guardias que entraron a la taberna, la misma gente de la taberna clamaba por ayuda al ver lo que le había pasado al príncipe. Le dieron a un costado, por el lado de las costillas.
El caos fue terrible, tuvieron que auxiliar al príncipe desenterrandole la bala de manera ambulatoria de total emergencia, viendo como se desangraba. Con las posibilidades de que caiga muerto en cualquier momento.
Todo esa zona del pueblo se enteró y entró en crisis primero, y seguro para esa hora todo Londres lo estaba. Hicieron maniobras con retazos de tela donados, para ejercer presión en la herida, hacer algo para que deje de perder tanta sangre. Meterlo de nuevo al carruaje, y regresar al castillo de la manera más rápido posible.
Cuestionaron terriblemente al conductor del carruaje de carga ¿Por qué querían dispararle? Podía ser todo parte de un plan, una emboscada de la que sea partícipe para hacerla parecer un accidente cuando en verdad querían matar al príncipe y querían revisar todo. El hombre juró que no sabía nada, que el no tenía que ver, y pasó a explicar que era un ajuste de cuentas en su contra, por un pago que no realizó, a un grupo de gente con la que no se debió meter.
Obviamente, eso no era suficiente. Por eso lo retuvieron. Y también se encontraba siendo interrogado en esos momentos.
El príncipe estaba entre la vida y la muerte por esa situación. Esa persona no se iba a ir de manera tan fácil hasta que se pruebe que decía la verdad.
Dijeron también que las cantidades de sangre que perdió y perdía el príncipe eran aterradoras que incluso cuando llegó el médico privado, fue difícil de controlar. Que al joven le costaba respirar, que caía inconsciente por intervalos. Pero que, si aquel disparo hubiera ido solo 3 centímetros más arriba, hubiera atravesado sus órganos, y lo habría matado al instante.
[•••]
Claramente la información fue terriblemente abrumadora. Pero comparada con la angustia de la incertidumbre,saber algo, saber el estado del príncipe, lo que había pasado. Brindaba un contexto en el que los demás podían saber que hacer.
Al recibir las noticias, claramente no todos se lo tomaron bien. Algunos aseguraban la inocencia del conductor, a quien querían matar en realidad por un ajuste de cuentas. Y otros tantos, pensaban que era una total conspiración.
Y ahí salió un nombre que no debió salir. No en esos momentos al menos.
"Los Durrié"
Y definitivamente Lauren no debió escuchar eso. Porque un miedo que había ignorado tanto tiempo por su salid mental, debido a una discusión llena de teorías, se estaba atornillando en su mente otra vez.
Por eso también ella misma vio pertinente salir de ahí, e irse a las áreas abiertas de la lavandería. Para ya no escuchar nada. Antes de que combinado con la ansiedad y angustia por el tema del príncipe. Las nuevas cosas que estaban diciendo, la saqué de sus casillas nuevamente.
Frizzy, quiso acompañarla. Lauren dijo que necesitaba estar sola. Que no se preocupe, pero que si sentía mal le avisaría de inmediato y regresaría.
[•••]
Salio hasta el área libre de la lavandería. El área donde estaban los uniformes de las sirvientas.
Estaba totalmente vacía, todo el mundo estaba dentro discutiendo, llenos de angustia. Llevando y trayendo sábanas.
Sabia que no era culpa de nadie mencionar a los Durrié delante de ella. Le había pasado un par de veces, aunque casi no se hablaba de los mismos por lo delicado del tema. Y de alguna manera saltó el tema en esa situación. Porque todos tenían miedo.
Lauren no quería pensar en eso, no quería abrazar su miedo de la infancia de nuevo. Ya lo tenía en el pasado, pero por eso mismo, por el recuerdo, que en una situación como esa se insinúe algo tan delicado como su regreso, hacia que la niña de 11 años en ella muera de miedo.
"Habían pasado 10 años, los habían derrotado" se repitió eso tantas veces mientras se encontraba en el área libre de la lavandería "Es imposible, Dios no abandonaría a Inglaterra nuevo"
Pronto se encontró a sí misma, sentándose en un pequeño banco que estaba alejado de los cordeles. Y también lo suficientemente alejado de las voces de la lavandería.
[•••]
El viento en su rostro le causó un respiro entrecortado, necesitaba estar sola.
Miró hacia el cielo descubierto. Aún de día técnicamente. Pero con las nubes cubriendo todo, como si el clima mismo estuviese sintiendo la misma angustia.
Y aunque no se considere a si misma como la persona más religiosa del mundo. Elevó una oración a Dios, con las manos juntas. Rezando por el bienestar del príncipe, por la vida del mismo. Por su país, y por el Reino.
[•••]
Y se quedó ahí afuera por mucho tiempo después de eso. Intentando mantener su mente en blanco la mayor cantidad de tiempo posible.
No quería sobrepensar las cosas como sabia que solía hacer. Quería evitarlo por la mayor cantidad de tiempo. Sabía que se hacía mucho daño con eso.
Decidió concentrar su mirada en algún punto del suelo. Concentrándose de repente en mirar las gotas de agua que caían de los uniformes secados que iban secando.
Su erguida postura jamás cambiaba, pero su mirada se perdía cuando lograba ponerse en blanco, pero volvía a enfocarse cuando de repente su mente quería atacarla de nuevo.
Y así estuvo en ese trance, por una cantidad de tiempo que no se molestó en sentir.
[•••]
En un momento empezó a sentir más frío, claramente la hora estaba avanzando. Todo estaba oscureciendo. Amy salió un momento a avisarle que tocaba almorzar, pero Lauren dijo que no deseaba comer. La chica entendió y volvió a entrar. Dejándola sola.
Y siguió sentada ahí.
En aquel mismo intento de mantenerse en blanco por la mayoría del tiempo que podía.
[•••]
Mucho más tarde. Cuando un cielo naranja poco a poco empezaba a avanzar hacia uno morado. La puerta trasera que llevaba al área libre se volvió a abrir. Interrumpiendo la necesidad de soledad de Lauren.
Siendo increíblemente Karoma, con Frizzy, que parecía haber estado rogándole por algo.
Lauren solo las miro acercarse a ella sin poder formular palabra alguna, sin poder hacer algún gesto alguno tampoco. Tampoco se movió de donde estaba sentada.
—Lauren ya está haciendo mucho frío. Esta anocheciendo. Regresa adentro—le dijo Karoma comprensivamente, aunque se notaba que ella estaba igual de afectada por la situación.
Lauren no respondió. No le salía ninguna palabra. Tampoco, se movió.
Karoma avanzó hasta estar al frente de ella, y se puso de cuclillas. Algo en la mirada de la ama de llaves era imposible de descifrar.
—Thomas está mejorando. Cortaron la pérdida de sangre antes de que sea tarde.—le dijo—No puede estar consciente por más de unos segundos, el dolor es tan fuerte que lo desmaya de tanto en tanto. A pesar de todas las medicinas.—suspiró, e hizo un silencio bastante largo. Miro hacia atrás, donde estaba Frizzy, que la ánimo para hacer o decir algo—Mira—suspiró la mujer—Yo no puedo ser tan inhumana, como para prohibirte esto, después de todo lo que he tenido que prohibirte por obligación de la Reina debido a mi situación con su esposo.—dijo, buscando en los bolsillos de su delantal, de donde saco una libreta.—Estaba en el saco que se quitó dentro del carruaje antes de bajarse para estirarse.—dijo evitando quebarse— No fue difícil saber que era para ti.—se la tendió.
Y como no, si en la tapa de cuero de la libreta misma, estaba su nombre gravado.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro