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──001

capitulo uno

LITERATURA CLÁSICA

꒰‧₊˚⚗️☆༉‧₊˚.

EL SONIDO DEL GIS SIENDO USADO EN LA PIZARRA QUE SE ENCONTRABA AL FRENTE DEL SALÓN SE DETUVO, y con ello el problema que debían realizar estaba completo frente a ellos, el silencio reinaba mientras la maestra se sentaba al frente del alumnado, podía observar cómo los estudiantes a su al rededor comenzaban a resignarse ante el álgebra simple que tenían que resolver, pues no obtenían ninguna clase de revelación divina que les diera respuesta alguna, incluso errónea, de aquel problema./

Sin embargo, dentro del mismo grupo, se percibían algunos, quizá cinco o seis, que realmente lo estaban haciendo y se dedicó a prestarle atención a sus gestos de concentración mientras apoyaba su rostro en su mano.

Chase Davenport, quizá el alumno más brillante qué ha tenido alguna vez, había dejado el lápiz de nuevo en su pupitre de prisa con una sonrisa egocéntrica;  terminó. Así que pasó a mirar a la siguiente chica, luego al siguiente, y al que le continuaba, haciendo una apuesta mental con ella misma de quien de ellos sería el que terminará próximo.

Cansada, decidió después de unos minutos que era hora de elegir a quién pasaría al frente a escribir el procedimiento que debía realizarse. Estaba casi totalmente decidida a darle el gis al chico de cabellos castaños en medio de la clase que la veía con ojos llenos de esperanza; no entendía porque, pero al pequeño Davenport le entusiasmaba de manera casi irreal la escuela. La maestra había llegado a comprender que gran parte de su ego se basaba en lo académico, como para un deportista en el fútbol, pero a veces pensaba que era realmente lo único que le importaba. Suspiró y extendió el gis.

Antes de poder pronunciar palabra alguien tocó la puerta y la abrió sin esperar respuesta. Frente a ella, entrando al salón, se encontraba la directora de la escuela con una postura recta en un intento de provocar miedo, era bien sabido que lo lograba.

──Directora Perry──habló la maestra en forma de saludo junto con un gesto de cabeza──, ¿a qué se debe la interrupción?

──Soy la directora de esta escuela, puedo interrumpir cuando quiera──la docente comenzaba a pensar que aquello era solo otro capricho de su jefa para recordarles a todos su poder, así que solo asintió──. Pero no vengo a verles sus caras llenas de acné por gusto.

No hubo reacción en el grupo, aquello era más común para los estudiantes de lo que la secretaria de educación permitiría.

──¿Entonces?──preguntó, esperando acabar pronto.

──Hay una nueva alumna──anunció, obligando a la joven a pasar──. Su nombre es Natalie Queen.

──Un placer──volteó a los alumnos que la veían fijamente, automáticamente pudo percibir las miradas que recibía dejando en claro que a más de uno le había resultado atractiva──. Por favor llámenme Nat.

──Un gusto tenerte en la clase.

──Ahora es su responsabilidad, encárguese──le ordenó a la maestra para luego voltear y amenazar al alumnado──. Y ustedes, ahórrense la humillación pública de intentar conseguir una cita, al menos de que sea frente a mí, quiero poder burlarme de ustedes como se debe.

La recién llegada levantó las cejas sorprendida mientras veía a la directora salir del salón con una sonrisa divertida. Una cosa era ser grosera y otra completamente distinta era burlarse de manera tan descarada de los estudiantes de su escuela. Aunque debía admitir que eso casi se sentía como un halago para ella, prácticamente había dicho que era mucho para cualquiera de ahí, y en el fondo ella pensaba exactamente lo mismo.

──No creo que eso fuera necesario──pensó en voz alta.

──Bien, Natalie, ¿pasarías a resolver el problema?──la rizada frunció el ceño, no fue hasta que la maestra le hizo un gesto con la tiza en su mano que se percató del álgebra en la pizarra.

A su vez el castaño de ojos claros que hace unos cuantos segundos deseaba ansioso ser elegido por fin despegó la mirada de la chica, casi. No había parado de mirar a la nueva estudiante, completamente hipnotizado por su apariencia, su piel oscura y sus rizos perfectos la hacían lucir hermosa, más que cualquier chica que él hubiera visto anteriormente. No es que fuera particularmente fijado en las chicas, quizá porque en realidad ninguna le hacía verdadero caso, no más allá de pedirle tareas, pero no podía negar lo mucho que superaba a cualquiera en ese salón, o en la escuela si era completamente sincero.

Mientras parecía que veía al cuaderno donde resolvía todo de manera instantánea, en realidad tenía la mirada dirigida con discreción a la joven que tomó el objeto en la mano de la docente y aun con su mochila en la espalda escribía el cálculo correspondiente.

En breve el problema no solo estaba resuelto, sino que también estaba correcto dejándolo sorprendido por la rapidez con la que había analizado y contestado perfectamente, él lo hubiera sido mucho más veloz, sin embargo, él tenía superpoderes, admitía que podría considerarse una clase de trampa, en cambio Nat, sin inteligencia biónica, lo vio casi demasiado sencillo para el nivel académico que la escuela promovía y aun así no le pasaron desaparecidas el rostro de unos cuantos qué hasta ahora habían entendido, o eso creían ellos. Giró, dejó el objeto en mano de la mayor mientras esta le asentía aprobando su resultado.

──Muy bien──dijo ella, encantada con saber que no tendría que ponerla al corriente──, puedes pasar a sentarte donde gustes.

La joven morena asintió, vio rápidamente el salón completo y encontró el lugar indicando justo a un lado del chico de cabello castaño con playera de rayas, avanzó y se sentó.

Chase no pudo evitar mirar nervioso a su lado, quería ocultarlo y de verdad estaba intentándolo, pero no podía evitar emocionarse ante la idea de que la chica había decidido sentarse a su lado, si no estuviera en el salón hasta haría un bailecito divertido por la alegría. Cosa que solamente empeoró cuando la rizada volteó y le regaló una dulce sonrisa amable, acompañado de un gesto con la mano en forma de saludo.

Las mejillas del chico se pusieron rojas levemente, sonrió de vuelta, de una manera ligeramente extraña si le preguntaban a ella. Pronto alguien más llamó la atención de la morena, eran un grupo de estudiantes populares que estaban más que encantados de incluirla en su grupo y ella les respondió fingiendo estar encantada con la idea haciendo a Chase sentirse desanimado.









❄︎









El primer día no había sido para nada entretenido ante los ojos de Natalie, aunque eso era algo que no había dejado que nadie más notase, estaba jugando su papel de manera casi perfecta para que toda la escuela le pudiese tomar cariño, sabía que si se esforzaba lo suficiente en aguantar aquellas estúpidas conversaciones y disimular la vergüenza ajena que los adolescentes de la escuela le causaban, entonces en un futuro quizá podría olvidarse de la escuela y centrarse únicamente en lo que le interesaba de ahí, el castaño de bonito rostro. Por lo tanto ella les sonreía dulcemente a las chicas, opinando justo lo que querían oír cuando le contaban algún chisme, y continuaba los intentos──fallidos──de coqueteo por parte de los chicos, hasta que esta los superaba y los dejaba sin habla.

Sabía bien que instalarse en la nueva escuela sería más que sencillo, era una persona atractiva con habilidades sociales bien desarrolladas, sin embargo, no creía que tendría a más de diez chicos distintos intentando relacionarse de alguna manera con ella y las chicas diciéndole todos los rumores hasta de sus propias amigas.

Sin duda los estudiantes de esa escuela eran como mínimo extraños.

Justo ahora se encontraba cerca de la entrada de la escuela, entre todo lo que le habían contado no solo estaba un trabajo muy importante que debía realizarse de manera perfecta debido al alto porcentaje que tenía en la calificación final, sino que también estaba el torneo de basquetbol cara a cara en el que al parecer nadie quería inscribirse.

Jannette, la chica que estaba encargada de hacer que la gente se inscribiese se encontraba contándole lo desesperada que estaba porque por fin alguien se atreviese a enfrentar y derrotar al chico──si se le podía llamar así──que llevaba invicto cinco años consecutivos. Se había acercado curiosa tras ver sentada a la morena que conoció con anterioridad en un grupo de chicas que la invito a comer con ellas, debía admitir que le caía bien, no parecía tener conversaciones superficiales sino que tenía bien en claro lo que le gustaba y lo que no haciéndola interesante, además, fue la única que tuvo la decencia de decirle donde se encontraban todos los salones de su horario y darle pequeños consejos sobre los maestros que le tocaron. Estaba realmente agradecida por eso, con perderse una vez le había bastado.

Ambas chicas se vieron interrumpidas de su platica de aquel deporte──del que Natalie sabia solo un poco más que lo básico──por el chico del que justamente se estaban quejando hace unos minutos.

──Atención amigos──comenzó a hablar el joven alto, quien al parecer también era parte del equipo de americano, acercándose a donde estaban las chicas con las manos extendidas a su lado──, Trent entro en sesión, hagan una referencia al honorable Trent.

Nat rodo los ojos, completamente asqueada con como el hombre que ahora estaba a su lado hablaba de sí mismo en tercera persona, especialmente cuando ni siquiera era capaz de terminar la preparatoria.

──¿Aun no hay nadie que tenga el valor de desafiarme en el torneo? ──pregunto quitándole la carpeta a la chica encargada del mismo, haciendo que suspirara──Ay, tengo ganas de acabar con algunas ilusiones, ¿quién me lo va a conceder?

La joven Queen rio por la imitación de su nueva amiga, pues había dicho perfectamente a la par la última pregunta del mayor, ella le había dicho que aquello siempre era lo mismo, año tras año.

──¡Damas y caballeros! ──ambas chicas voltearon con curiosidad, observando al menor de los Davenport sostener un megáfono mientras entraba a la escuela, la joven morena no lo pudo evitar y frunció el ceño extrañada sin entender en primer lugar de donde había conseguido aquello──Por favor presten atención, les presento al futuro campeón del torneo de baloncesto cara a cara. ¡Dunkin, Leo, Dooly!

Natalie no puede evitar negar con la cabeza avergonzada, se preguntaba si en serio aquel joven era en realidad el más inteligente del mundo, pues de ser así podría darse cuenta de que con sus gestos exagerados al hablar y el rugido al final únicamente generaba dar pena. Pero a pesar de lo que claramente pensaba se vio obligada a cambiar su expresión por una de curiosidad, si de verdad quería acercarse a él como su misión dictaba, entonces lo último que podía hacer era burlarse de él, al contrario lo apoyaría, aunque eso implicara hundirse socialmente.

Atrás de el entró el nombrado, Leo, según tenía entendido ella aquel era el hermanastro de los jóvenes biónicos. Llego brincando con una bata de boxeo color amarillo brillante, se dio la vuelta y apuntó a su nombre colocado en la parte de atrás de la misma. Jannette estaba completamente perpleja ante lo que veía.

──Jugaré, lanzare, ganaré y festejaré──dijo el pequeño de piel oscura haciendo el gesto de lanzar un balón──. ¿Creen que este juego no es lo mío? Es porque no conocen bien a Leo.

Lo último lo dijo en la cara de Trent, cosa que en su lugar la morena no hubiera hecho ni jugando, especialmente por la diferencia de estatura, y fuerza, y estatus social seguramente, ¿ya había mencionado la estatura?

El grupo de estudiantes que se encontraba ahí aplaudió ante las palabras de Leo, al parecer estaban demasiado entusiasmados por la idea de que alguien por fin le hiciera frente al abusivo del mayor. Tras él, el castaño festejaba las palabras de su amigo──hermano──, seguramente tenían un plan bajo la manga, concluyó la morena, y sería interesante descubrir que seria, a su vez podría tomar nota de como esta familia interactuaba socialmente, digo, solo para saber que tan bajo iba a caer.

──¿Ah si? Pues yo soy el que te va a...──habló Trent sin poder terminar la oración, dejando al menor victorioso en la pelea verbal──. Que alguien me diga una rima.

Mientras este checaba en el teléfono del que parecía ser su amigo, ambos hermanos se acercaron a la mesa donde las jóvenes estaban, la joven Queen pasó a colocarse a un lado del castaño tras quedar en medio de ambos morenos.

──Leo, ¿qué estás haciendo?

──Se inscribe al torneo──respondió Chase en su lugar dándole el lápiz que tenía en su oreja anteriormente y volvió a hablar por el megáfono──, no se pierdan el evento escolar del año donde Trent será vencido por un pequeño rival que mide la mitad que él.

──No creo que eso sea muy alentador──habló riendo Nat tras ver la cara que había puesto el mencionado. El castaño volteó a verla encantado, estar haciendo tanto escándalo en nombre de su hermano le divertía, pero ver que con eso había conseguido hacer reír a la joven a su lado había sido sin duda la cereza sobre el pastel.

──Creo que estas exagerando──le reclamó el joven moreno. Sin embargo Chase estaba mucho más centrado en observar la sonrisa burlona de la nueva alumna junto a él, por lo que solo hizo un pequeño gesto que de alguna manera ensanchó la sonrisa en ella.

──A mí me pareció fenomenal.

──Te ayudaré con eso──Jannette borró el nombre de Leo de la lista después de este se inscribiera al torneo llamando a si la atención de los dos jóvenes que no habían dejado de verse.

──¡Oye! Me voy a inscribir, sí sé jugar.

──¡Si sabe jugar! ──volvió a hablar Chase con ayuda del aparato.

──He estado practicando──siguió el moreno.

──¡Ha estado practicando!

Natalie no quería admitirlo, de verdad que no, pero aquello le parecía tan sumamente estúpido que no podía evitar que le diese risa, y para desgracia del menor eso solo incitaba mucho más al castaño en hacerlo, nunca había tenido tan buena interacción con una chica y eso le emocionaba.

──Los milagros existen.

──¡Los milagros exis...! ──se vio interrumpido por su hermano, quien le dijo que parara. Nat casi abuchea, por primera vez en el día algo de verdad le parecía divertido y no tenía que fingir su risa ante los chistes estúpidos de los adolescentes coquetos, así que no le hacía mucha ilusión que lo detuvieran.

Mientras Leo se anotaba y la joven encargada volvía a bórralo, así varias veces, ambos jóvenes biónicos se miraban divertidos por lo que acababa de pasar.

──Solo tengo una duda──confesó la chica viéndolo a los ojos, cosa que ponía sin duda nervioso al contrario── ¿Por qué un megáfono?

Chase lo pensó un momento viendo al objeto en su mano, luego volteó nuevamente a verla a ella, no tenía una respuesta, así que solo atino a levantar los hombros con una sonrisa tímida. Ella negó con la cabeza divertida y avanzó hasta colocarse nuevamente a un lado de su amiga haciéndolo suspirar derrotado, por primera vez tenía una interacción real con una chica, además era ella quien había iniciado la conversación y lo había arruinado tras no decirle si quiera un mal chisme, no servía para eso.

──Jannette, basta──se quejó Leo.

──Si, ya basta──hablo Trent uniéndose a la conversación──, quiero jugar.

──Si, Jannette, deberías dejarlo participar, quizás te sorprenda──ayudó ella interesada por ver el enfrentamiento, el moreno asintió dándole la razón a la joven, incluso sintiéndose halagado, aunque eso no duro mucho──. Probablemente no, pero habrá que ver.

──Está bien──accedió──, Trent, creo que por fin tienes un oponente, Leo.

──Te vere después──habló el mencionando, acercándose al moreno──, no importa que seas enano.

──Leo, no tienes que hacer esto──le recordó Jannette una vez que el mayor se fue.

──No tengo que hacer muchas cosas.

──No sé qué significa.

──Yo tampoco.

Natalie negó con la cabeza, luego escuchó sonar la campana que indicaba que tenía que llegar a su siguiente clase, por lo que se despidió con un gesto de mano.







❄︎








El primer día estaba a punto de terminar y con ello su oportunidad de darle una buena primera impresión al joven castaño de poderes biónicos, cosa que no le había resultado tan fácil como creía que sería. Durante la pequeña interacción en el centro de la escuela el joven no había aportado nada a la pequeña conversación que ella había intentado sostener, y aunque era importante que este la tuviera dentro del radar no podía──ni quería──verse desesperada por su atención, debía ser al revés y ella le concedería el permitirle creer que había sido el quien la conquistó, subiéndole el ego en el proceso. Pero es que el joven ni siquiera le daba oportunidad de acercarse durante las clases que compartían, las cuales eran casi todas, se encerraba en su burbuja académica donde solo existían sus conocimientos y el.

Sabía que apenas era el primer día y que el tiempo no se le terminaría hoy, pero para ella y quien le había encargado la misión era importante relacionarse con ellos tan rápido como pudiese con la intención de ganarse su confianza y conseguir la información necesaria para poder atacar desde dentro.

Estaba preocupada, no sabía si lo que interfería era el que estaba llamando mucho la atención o la nula habilidad del menor de los Davenport de socializar, pero acercarse de manera tan rápida podía ser peligroso, podría levantar sospechas para los chicos, que seguramente estaban más que bien entrenados para detectar a cualquier amenaza; y ella, claramente, era una.

Necesitaba una excusa para acercarse al chico inteligente de poderes biónicos, así que no dudo ni un segundo en levantarse en camino a la sala de maestros, faltaban por lo menos diez minutos para su última clase, la cual sería literatura, y tenía más que claro cuál sería su siguiente movida.





❄︎





De alguna manera había logrado convencer con demasiada sencillez a la anciana que daba aquella clase de que debía alterar el plan de estudios. Se había enterado gracias a los estudiantes que aquella maestra ponía un trabajo complicado en esa temporada del año escolar y aunque solía ser de manera individual, se había encontrado con ella justamente para evitar que así fuese.

La morena había llegado aproximadamente cinco minutos más tarde de lo debido y se apresuró en tomar asiento lo más enfrente posible, incluso más que su objetivo. Se arregló el cabello con las manos mientras la maestra cruzaba la puerta.

──Buenos días jóvenes──saludó mientras dejaba sus cosas en el escritorio──como muchos de ustedes ya saben, para los estudiantes de su grado suelo poner un trabajo que vale el treinta por ciento de su calificación.

Pronto se escucharon los abucheos y suspiros derrotados de los alumnos, era el trabajo más complicado de la metería que además costaba demasiado tiempo realizarse y debía hacerse solo.

──Aunque esta vez habrá un pequeño cambio──todos prestaron más atención──. He decidido que está vez el trabajo se hará en parejas.

Nat sonrió encantada de ver como su plan estaba en marcha, mientras escuchaba en el salón como rápidamente todos hablaban entre si decidiendo con quien querían trabajar.

──¿Nosotros elegimos los equipos?──preguntó alguien en el fondo de la clase.

──Aun no lo decido──admitió volteando en dirección a la nueva estudiante de la escuela.

Natalie le había dicho que estaba más que nerviosa por realizar un trabajo tan complicado cuando no estaba segura de estar al nivel académico de la institución, cosa que claramente era mentira, pero después de una pequeña conversación donde la morena le explicaba que la literatura no era lo suyo, sino que se manejaba mejor en química y matemáticas, la maestra pensó que sería injusto para la chica no tener algo de ayuda cuando eso podría poner en riesgo casi la mitad de su calificación, de por si probablemente estaba atrasada debido a la mudanza y los problemas que estas conllevan.

En el fondo se podían escuchar a los estudiantes pidiéndole a la mayor que les permitieran seleccionar a sus parejas, casi tan desesperados como lobos sin manada.

La rizada asintió en dirección a la maestra, sabía bien que le estaba preguntando con la mirada si aquello le parecía bien, porque lo que encantada dijo que sí. Tenía las sospechas de que la docente la juntaría de cualquier forma con el castaño, pues era probablemente lo más justo, pero si podía asegurar por sí misma que hicieran juntos el trabajo, mejor.

──Está bien, lo harán con la persona que ustedes escojan, pero sean responsables con a quien eligen, no voy a permitir trabajos entregados de manera individual──apenas termino y más de tres equipos ya estaban completamente formados──. Tienen 15 minutos para hacer las parejas y quienes sobren los juntaré yo. Las instrucciones las daré al final.

El menor de los hermanos Davenport se quedó sentado en su banco anotando los posibles clásicos que podía elegir para el trabajo, sabía perfectamente cual sería este y estaba preparado para entregar el mejor que la maestra hubiera visto antes. Sinceramente no le encantaba la idea de hacerlo en duplas, principalmente porque sabía que él lo haría todo y tendría que darle parte del crédito a alguien más, por lo que no se molestó en levantarse a hablarle a nadie, ni siquiera a la morena que justo ahora se acercaba a él sin que este se percatara.

──Hola de nuevo, eres Chase, ¿no es así?──saludó tomando asiento en el lugar vacío frente a él, la chica que lo ocupaba estaba en la esquina con su compañera.

──Eh... si, ¡hola!──los nervios notorios en el chico hicieron a la rizada sonreír divertida. Él en cambio moría de vergüenza y tras respirar se calmó──¿Cómo sabes mi nombre? No recuerdo habértelo dicho

──No me lo dijiste──afirmo ella──, en realidad no me dijiste nada.

El castaño bajó la mirada completamente avergonzado por aquello, una cosa era que él se estuviera torturando por aquello desde que pasó, demasiado tímido para acercarse a ella durante las clases que compartían e intentar recuperar aquella conversación, pero que la chica se lo mencionara de frente era algo completamente distinto y no podía con la pena que lo estaba invadiendo.

──Pero algunos maestros me hablaron de ti──admitió, causando una mezcla de desilusión y orgullo en él, por un momento se permitió pensar que le interesaba ser su amigo, o incluso que podría resultarle atractivo──, dijeron que en caso de tener dudas de los temas podía acercarme a ti. Al parecer eres el alumno más inteligente de aquí.

Natalie pudo ver perfectamente como sus palabras causaron una clase de ego en el castaño, solo se encogió de hombros sin darle importancia, lo dejaría pasar.

──Si, bueno, se puede decir que si──admitió él, encantado con ser conocido así──. Bueno, en realidad si lo soy, de hecho, soy el hombre más inteligente del mundo.

──La confianza es buena──mencionó ella riendo un poco, especialmente por el gesto con su mano en un costado de su cabeza. Al parecer no era demasiado discreto en cuanto a sus poderes se trataba, pero para el resto solo era un gesto particular sin importancia.

De no ser porque la morena sabía que de hecho si era la mente más brillante del mundo aquello hubiera sido razón suficiente para que cualquier chica adolescente promedio se alejará de él, el ego no era algo realmente atractivo y aquello parecía serlo. A ella no le importaba, en realidad estaría encantada con alimentar su idea y hacerlo sentir extremadamente especial respecto a su inteligencia si con eso lograba su cariño más rápido.

──Quería saber si te gustaría hacer equipo conmigo para el trabajo──dijo la chica demostrando un poco de pena──. Si te soy sincera la literatura no es realmente mi fuerte.

Chase suspiró desanimado, no es que creyera que tenía oportunidad alguna con la rizada de cabello café, tenía las palabras de la directora bien grabadas en la cabeza, pues en el fondo no podía evitar creer que tenía razón, pero había pensado que quizá a la joven le interesaba aunque fuera poco ser su amiga. Aun así, en realidad era obvio lo que quería debido a la situación en la que se encontraban y no entendía porque se permitía olvidarlo

──Si claro, yo puedo hacer el trabajo completo y al final pongo tu nombre, no te preo...

──¿Qué? ¡No!──interrumpió la morena completamente confundida.

──¿Eh?

──¿Cómo se te ocurre que vas a hacer tu solo el trabajo?──suspiró, el chico no se la ponía fácil──No soy la mejor de la clase, pero jamás permitiría que alguien más hiciera mi parte del trabajo. Mucho menos me aprovecharía de ti de esa manera.

Si la situación fuese diferente en realidad no le hubiera molestado mucho la idea de permitirlo, así podría centrarse en lo que realmente le importaba, sin embargo, en este caso aquello era el castaño y necesitaba estar cerca de él tanto como pudiera, así que la simple idea era impensable.

──Oh... ¿En serio? En realidad no me molestaría.

──Déjalo ya, Chase, eso no va a pasar.

──Oh.

El castaño estaba completamente extrañado, en todos los trabajos en equipo el solía hacerlo todo, y aunque le entristecía saber que la gente no tenía interés en acercarse a él para algo más que su conveniencia también agradecía tener el completo control sobre su calificación, pues todo lo que hacía era perfecto y nunca bajaba del diez. Pero ahora tenía a la chica más linda que había visto odiando la idea de aprovecharse de él, extrañada por la simple idea y más que dispuesta a ser un equipo como debía ser. Estaba contento, tenía que admitirlo, podría pasar tiempo con ella sin tener que humillarse enfrente de toda la escuela.

──¿Entonces que quieres hacer?──preguntó curioso, no solía estar acostumbrado a tener que elegir con sus compañeros que harían.

──¿Sabes de que va el trabajo?──había convencido a la maestra pero no tenía ni idea de cuál era la tarea.

──Es sobre literatura clásica──automáticamente la chica suspiro, odiaba la literatura clásica, no le veía el sentido en adentrarse en libros aburridos que alguien había decidido que debían ser parte de la cultura popular. Quizá debería dejar qué él lo hiciera──. ¿No te gusta?

La mirada divertida del joven le indicaba claramente que se burlaba de su desgracia por lo que levantó las cejas tras su pregunta llena de sarcasmo y su cambio de actitud tan repentino.

──¿Se me nota mucho?──preguntó de vuelta en el mismo tono y una mirada divertida haciéndolo formar un gesto con los labios a la vez que inclinaba la cabeza qué debía admitir era lindo, le sonrió casi encantada.

──Desde aquí la maestra no se puede dar cuenta, no te preocupes.

──Pierdes rápido la timidez ¿no, listillo?──respondió casi indignada por la respuesta pero nunca molesta, al contrario.

Él chico pasó saliva de manera complicada tras escuchar aquella pregunta, especialmente por esa sonrisa que ella le dirigía, de saber más sobre citas se daría cuenta que es descaradamente coqueta, nervioso le devolvió el gesto con un poco de inseguridad. El apodo que había utilizado no se escuchaba nada mal viniendo de su boca, incluso le gustaba, le habían dicho así con anterioridad, pero siempre era una manera divertida de despreciar su inteligencia, en cambio ahora, la rizada lo decía como si aquello fuera algo por lo que debía reconocérsele, le encantaba.

──Lo siento, yo──se quedó mudo. Ella alzó una ceja curiosa y el decidió dejarse gobernar por la confianza que la chica parecía tener──. Bueno sí, pero no con todos.

──Oh, ¿y a que se debe el honor de dejarme ser distinto al resto?──se recargo en el pupitre del contrario haciéndolo sonreír bobamente──¿O solo mientes para hacerme sentir especial?

──No, yo no me atrevería──admitió sincero, sin saber responder la primera pregunta──. Pareces demasiado inteligente como para arriesgarme a hacerlo.

──Tomaré eso como un cumplido.

──Lo es──confeso el joven arrepintiéndose casi al instante por no haber pensado antes de hablar, aunque eso duro poco, pues pronto la contraria rio negando con la cabeza evitando apenada su mirada.

──Yo no sé mucho sobre clásicos──confesó ella viéndolo nuevamente a los ojos tras unos segundos de silencio──, pero escoge el que más te guste y con gusto lo leeré.

──¿Estas segura? Podríamos elegir alguno que ya hayas leído.

──Solo leí el quijote de la macha y créeme que no me gusto──admitió arrugando la nariz, que linda, pensó Chase──. Si el trabajo vale tanto en la calificación quizás deberíamos elegir algo menos trillado.

──Estoy de acuerdo, pero mi favorito quizás sea muy pesado y aún no sabemos cuánto tiempo nos dará.

──Había escuchado rumores de que solía durar un mes──le recordó extrañada de que no supiera.

──Es la primera vez que lo pide en parejas, puede que nos dé menos tiempo.

──Es cierto──admitió──pero insisto en que sea tu preferido.

Chase la veía extrañado, no es que a la mayoría de la gente le interese centrarse en los intereses de otros, mucho menos de él, sin embargo ahí estaba la rizada, quien odiaba la literatura, insistiendo en leer su libro preferido para un simple trabajo escolar.

──¿Por qué insistes?

──Porque si es tu favorito entonces lo mala que yo sea con la interpretación tú lo compensaras con lo mucho que te gusta──aclaro, al contrario le parecía lógico──. Además, tengo curiosidad.

──¿Curiosidad?

──Si, de saber que es lo que te gusta, saber que clase de libros lees y porque──el castaño estaba nuevamente al borde de sonrojarse al saber que a la morena le interesaba saber de el──. Creo que sabiendo que es tu preferido me va a costar mucho menos leerlo a comparación de cualquier otro, sin importar las páginas.

Chase le sonrió completamente encantado con las palabras que la rizada había dicho, ella por su parte estaba orgullosa de sí misma, había dado un paso arriesgado al confesar tal cosa, pero tal parecía que el demostrar su interés en el contrario sería más que efectivo para que este le permitiera acercarse.

Justo cuando el menor de los Davenport iba a volver a hablar la maestra lo interrumpió indicando que era momento de dar las especificaciones del trabajo, por que la morena se despidió con una sonrisa, prometiendo que al finalizar la clase terminarían de ponerse de acuerdo, este accedió y se dedico a anotar las instrucciones.

Estaba feliz.









❄︎









El día había terminado y otro nuevo más había empezado. Durante las primeras clases de la morena no había tenido la oportunidad de acercarse al castaño pues no las compartían, pero para su fortuna terminado la última clase de ayer este pudo decirle por fin cual era su libro favorito de entre los clásicos el cual ahora tenía en sus manos había ido tan pronto como pudo a buscarlo a la biblioteca y se había desvelado para adelantarlo tanto como pudiera. Al final la maestra había decidido darles dos semanas y media a sus alumnos para realizar la tarea mas importante de su curso, por lo que la morena se comprometió con Chase de terminar el libro para dentro de tres días máximo, para su desgracia este tenía casi novecientas páginas.

Se encontraba en el medio de la escuela leyendo “Guerra y paz” de León Tolstoi, un libro del que hasta hace unas cuantas horas no sabia si quiera que existía. No era tan difícil ver porque le gustaba al castaño, este trataba de la nobleza rusa y la sociedad durante las épocas de Napoleón, sin embargo lo que ella podría jurar que más le gustaba al joven biónico era el claro reflejo de la decadencia económica. A ella le importaba mas la moralidad que el libro tenia, aunque eso no significara que le gustase, ni tantito.

Chase se encontraba recargado sobre los casilleros cerca de la entrada observando a la rizada, la cual de hecho iba con el cabello completamente lacio en esa ocasión, si le preguntaran a él se veía igual de bien con cual peinado. Llevaba ahí aproximadamente diez minutos, no le gustaba la idea de parecer un acosador que no paraba de verla──aunque lo aparentaba──pero la morena no se había percatado de su presencia y él no quería perderse la oportunidad de analizar su rostro mientras leía uno de los mejores libros en su opinión y todo porque era su preferido.

En su mayoría la chica tenía un gesto tranquilo, leyendo con calma, pero de a momentos no podía evitar fruncir el ceño y susurrar para ella misma. Había usado su oído biónico para descubrir lo que decía, no estaba orgulloso pero tampoco arrepentido, pues le divertía escuchar los quejidos de ella sobre la forma en la que estaba escrito y como la literatura clásica no servía de nada, no estaba de acuerdo pero eso no importaba.

Natalie, de hecho, si había notado la presencia del castaño desde el principio y también como este no dejaba de verla, en serio, no había despegado su mirada de ella en ningún momento, le parecería en extremo raro de no ser porque ese era exactamente el efecto que quería lograr en él. Su teléfono vibro haciendo que por fin despegara su vista del libro, cerrándolo tras ver de quien era el mensaje.

Contestó rápidamente, emocionada por lo que se vendría, dejó el teléfono de nuevo en su bolso y levanto la mirada encontrándose con el castaño, quien apenado solo atinó a saludar con la mano, ella se levantó y caminó en su dirección.

──¡Hey, Nat!──saludó aun nervioso por haber sido atrapado viéndola fijamente desde la distancia como acosador──¿Qué tal tu día?

──Aburrido, no ha pasado nada interesante en clases y no he hecho mas que leer el libro que escogiste para literatura──admitió sin una pizca de mentira, no había sido un buen día.

──Supongo que no te está gustando──quizá en otra ocasión el chico se hubiera sentido desanimado por la falta de interés de la morena su clásico favorito, o quizá ofendido por su poco buen gusto literario, pero en realidad le parecía divertido como la chica se aferraba a su disgusto hacia este género y aun así no había parado de leer en todo el día, la había visto, no pregunten más.

──No llevo más que trescientas páginas, pero de momento no es mi cosa favorita en el mundo──se encogió de hombros restándole importancia──, aunque puedo ver porque te gusta.

──¿Ah, sí? ──preguntó curioso el contrario, deseando saber qué relación había hecho la morena entre el libro y el.

──Si, pero eso te lo diré hasta que lo termine, creo que incluso podría ser mi conclusión personal del trabajo──reflexiono en voz alta──. Concluyo que este libro tiene el nombre de Chase..., ¿cuál era tu apellido?

──Davenport──le dijo divertido.

──Este libro tiene el nombre de Chase Davenport en todas sus páginas, es casi mi compañero hecho libro──terminó con una sonrisa──. ¿Te gusta?

──Un poco simple, podrías mejorarla──le respondió nuevamente con la misma sonrisa boba──. Te doy un siete por tu esfuerzo.

──Lo tomo──su sonrisa burlona fue disminuyendo conforme se recargaba en el casillero detrás de ella──. ¿Qué hay de ti? ¿Qué has hecho hoy?

──He estado ayudando a Leo a practicar para el torneo──dijo confiado, estaba bastante seguro de que el mencionado ganaría con ayuda de los tenis especiales que habían tomado──. E intentando que mis dos hermanos no rompieran nada.

──Oh, es hoy, ¿cierto? ──el castaño asintió──Lo había olvidado por completo.

── ¿Iras a verlo?

──Claro, no me lo perdería por nada──le confirmo contenta de tener una excusa para pasar tiempo con él.

──Genial──contestó emocionado──. Debo ayudar a Leo a terminar de alistarse, te veo ahí ¿sí?

──Claro, listillo.















❄︎













Se encontraba ya en el gimnasio de la escuela junto al moreno, escuchándolo alardear de como iba a ganarle con facilidad a aquel joven mayor, bueno, eso hasta que llego Chase corriendo con la mayor cara de preocupación posible.

──Tenemos graves problemas──dijo el castaño preocupando a los dos a su lado──. Trent robó tus zapatos.

Los tres voltearon en dirección al mencionado, ella sin saber porque estos eran tan importantes, pero pudo observar cómo los presumía ante el grupo de chicas que lo acompañaban.

──No, no, no, no, no, no, ¡no!

──Calma──hablo el joven biónico tomándolo de los hombros──. Ve el lado positivo.

── ¿Y ese cuál es?

──Va a acabar contigo mucho más rápido.

──Que alentador──intervino la joven──. No entiendo, ¿por qué son tan importantes los zapatos? Dejando de lado lo malos que son los converse para la pisada──aclaró apuntando a los tenis del chico.

──Son unos zapatos especiales que inventó mi papá──la chica lo vio curiosa esperando que continuara──. Fueron diseñados para entrenar astronautas, son antigravedad.

──Oh──estaba realmente sorprendida──. Oh, oye yo quiero un padre así.

──No es tan divertido como crees──le aclaro él sin importarle que acababa de decirle que su padre era un importante inventor.

──Creo que estoy de acuerdo con Chase, no hay mucho que puedas hacer ahora.

Jannette se acercó con el balón en brazos para anunciar que el partido estaba a punto de comenzar.

──¡Trent trae mis zapatos, ¿qué voy a hacer yo?! ──si la morena creyó que eso había sido dramático entonces las palabras del biónico a continuación fueron de otro nivel.

──Huir──respondió tomándolo de los costados de los brazos──, huir lejos de aquí, llora como un bebe y pide compasión. Finge un calambre.

──Grandes ideas del hombre más inteligente del mundo──comentó la morena sarcásticamente. Leo la apuntó dejando en claro que estaba de acuerdo con ella.

──¿Solo eso tienes? ──se quejó el menor── ¿Por qué no pones cara de alguna idea ahora? ──Justo en ese momento la expresión del castaño cambió de pronto, levanto las cejas ligeramente y una sonrisita comenzaba a formarse en sus labios.

──Algo me dice que es esa──mencionó Natalie, guardando en su cabeza una lista de gestos que había visto al joven hacer, estudiándolo para poder leerlo con facilidad.

──Ahora vuelo, retrásalo──le ordenó al menor y luego volteo hacia la chica apuntándola──. No te vayas.

──No me voy──comentó al aire, pues él ya se había ido corriendo.

──¡Ayudame! ──le grito en un susurro a la morena que se quedó a su lado.

──¿Qué?──estuvo realmente tentada a ser grosera y decirle que ella no ganaba nada con eso, pero su mente logro trabajar más rápido que su boca, era claro lo que ganaba, la confianza de uno de los tres hermanos del biónico. Ya que, pensó.

──Eres amiga de Jannette, ayúdame por favor.

──La conocí ayer──le aclaró.

──A Chase también y ya parece que te quiere llevar al altar──raro pensó, demasiado raro, pero útil──. Ignora eso. Ayúdame por favor.

──Bien──se dieron la vuelta.

Antes de dejar que Jannette hablara la joven biónica se acercó a ella para susurrarle algo en el oído.

──Necesito ayuda──ella volteó extrañada.

──Está a punto de empezar el partido──le recordó──. ¿Puede esperar?

──No realmente──la chica la vio curiosa alejándola del centro──. Creo que me acaba de bajar y no traigo nada.

──Oh──asintió ella──, vamos tengo algo en mi casillero.

──¡Gracias! ──Jannette volvió a acercarse al centro.

──Esperemos unos cinco minutos más──los estudiantes abuchearon mientras que el joven de piel oscura festejaba en su lugar de manera nada discreta, le levantó los dedos pulgares a su nueva amiga mientras la veía salir detrás de la que le gustaba.

No sabría decir exactamente cuánto tiempo había pasado desde que salieron del gimnasio y la joven le entregó la toalla, además, la acompañó al baño en caso de que algún accidente. Fue un gesto gentil, tanto que en otra ocasión lo hubiera agradecido, pero tuvo que estar unos cuantos minutos como estúpida dentro de un cubículo esperando que la chica creyese que había terminado, sin embargo, al final había logrado su cometido y tras agradecerle ambas regresaron al gimnasio, aunque no vio a Chase por ningún lado. Jannette regresó al centro con el silbato.

──¿Por qué no la entretuviste más? ──le reclamó desperado el pequeño.

──Fue lo que pude hacer, ahora ve y soluciónalo por tu cuenta──empujó al joven a la cancha mientras se pegaba a la esquina mas cercana a la puerta.

──Muy bien, a once puntos──hablo Jannette y entrego el balón al más alto──. Que sea dos de tres juegos.

──Espera, espera, espera, ¿cómo es eso? ──interrumpió Leo.

──Son dos de tres.

──Okey, así que si alguien gana tres...

Dios, mátenme, pensó Natalie cubriéndose la cara con la mano.

──No. Leo... es a dos de tres.

──Aguarda, son tres de dos, o...──el silbato sonó sin importar que el seguía hablando.

──A jugar──dijo Trent antes empezar a votar el balón y encestar con facilidad──. Oh, estos zapatos son tan ligeros, son lo mejor que he visto en todo el día.

El menor gritó fingiendo un calambre, y luego uno doble, lo cual solo hizo a Jannette molestarse, pero sirvió lo suficiente, casi, porque en minutos el mayor ya le había ganado.

Chase entró corriendo nuevamente al gimnasio con una mano colocada en la espalda y los dos jóvenes de piel oscura se acercaron a él, uno molesto, la otra curiosa.

──¿Dondé estabas? Quise retrasarlo pero ya no había más lesiones disponibles──se quejó el chico haciendo que su hermano frunciera el ceño.

──Por andar ayudando ahora tengo una toalla sanitaria que no necesito──mencionó ella, quejándose también pero un tanto divertida, enseñándola de forma discreta.

──Buena distracción──admitió el joven biónico con una sonrisa divertida en el rostro, aquello había sido inteligente de su parte, se lo reconoce. Mientras Leo hacia una cara de disgusto a su lado.

──Siempre funciona──concluyó, guardándola en su bolso de nuevo.

──Escuchen──comenzó el castaño──, el compuesto en los zapatos es susceptible a los rayos de electrones──sacó su mano a la vista dejando ver unos aparatos con luces verdes──, así que fui a casa y traje estos generadores del laboratorio.

──Interesante──sin poder evitarlo extendió la mano para tocarlo, no planeaba tomarlo pero el mismo Chase le entregó uno encantado por la curiosidad que veía en sus ojos, si a ella le gustaba la ciencia entonces era perfecta.

──¿Y con eso fallaran?

──Si, ellos son atracción──dijo apuntando al objeto que la morena inspeccionaba a detalle, para luego señalar el que tenia en mano──y rechazo. Harán que Trent baile como marioneta, si fuera menos maduro, me reiría──igual lo hizo causando que su hermano lo viera extraño.

──El chiste fue pésimo──le aclaró la chica, pero aun así sonreía mientras le entregaba de vuelta el invento.

Jannette los llamó de vuelta para dar inicio al segundo juego, tras el silbido nuevamente el más alto volvió a encestar casi empezando, causando que la morena hiciera un gesto decepcionado. Mientras tanto Natalie y el chico biónico se encontraban en la puerta, ella un poco más adelante que el en un intento de cubrirlo.

──¿Cómo dijiste que funcionaban los generadores? ──le preguntó.

──Así──se pudo escuchar el sonido de los aparatos encenderse, luego Trent empezó a bailar involuntariamente dándole oportunidad al más bajo de tomar la pelota y tirar.

──Muy bien──el mayor volvió a tomar el balón tras el intento fallido de Leo, solo que otra vez estaba bailando──. ¿Qué? ¿Qué es esto? ¿Esto es magia?

──Te diviertes mucho ¿no crees? ──le susurró Natalie al chico tras de ella, pues lograba escuchar perfectamente su risa encima de las de los demás estudiantes.

──Quizá... si──admitió y ella solo atino a encogerse de hombros y cruzar los brazos.

──Deberías ser mas discreto──le comentó tras ver al joven actuar como bailarina de ballet.

──¡Oye! ──le gritó un chico alto de cabello negro que tenía puesto el uniformé de porrista, se había levantado de su lugar apuntándolo con el dedo, lo identifico casi al instante, Adam Davenport y la chica sentada a su lado era Bree──No eres animadora, esos son nuestros pasos.

Ella negó, le habían advertido que aquel joven no era el más brillante de todos, para nada, y parecía que con una sola frase acababa de confirmárselo porque era evidente que no lo decía en forma de burla.

Leo seguía riéndose más que divertido de la situación, al igual que todos los demás estudiantes menos una, Jannette se levantó molesta de su lugar acercándose a donde estaban los causantes de ese comportamiento.

──Chase──dijo en modo de advertencia mientras que con la mano izquierda le tomaba el brazo en un intento de que parara pero sin éxito. No quería voltear y hacer mas obvio lo que pasaba pero la morena estaba a menos de diez pasos de distancia──¡Chase, para!

Pero el castaño estaba demasiado entretenido burlándose de Trent que para cuando reacciono que la joven le hablaba la chica de rulos ya se encontraba alado de ellos con los brazos cruzados y la mirada molesta.

──¿Qué están haciendo? ──el chico bajó los brazos en seguida nervioso.

──Lo animo──dijo con una sonrisa inocente que no era para nada creíble──. ¡Eso, Leo!

Si Jannette pudiera matar con la mirada lo hubiera logrado, pero la joven biónica logró persuadirla de que aquello no era más que artillería barata que tenía lucecitas, logrando hacerla sentar de nuevo.

──El señor Davenport se hubiera sentido muy indignado si escuchaba eso──le dijo mientras se ponía a su lado, viendo como el mas alto se quitaba por fin los zapatos y yendo en busca de los anteriores que tenía puestos.

──Dile que me mandé una carta con sus quejas──Chase le sonrió e hizo el gesto de tomar nota.

──Okey...──empezó a hablar la joven cargada del evento acercándose al centro mientras aplaudía──, ya que Trent dejó la cancha el segundo juego es para Leo.

──Derrotado por mi──alardeó el de piel escura──. Ganador, ser bajito es menor.

Luego se acercó en dirección a su hermano y su amiga para celebrar el triunfo obtenido gracias a ellos, pasaron a sentarse justo cuando las porristas entraron al gimnasio listas para hacer su porra tras el mando de su engreída capitana. La morena ya había interactuado con ella, era una chica pesada que solo quería el foco publico para ella misma, sin miedo a mostrar sus nulas intenciones de ser buena gente.

──Soy dinamita, soy dinamita──cantaban mientras movían los brazos──, soy, tic, tic, tic, boom. ¡Dinamita!

──¡Bomba!──gritaron a su vez los dos hermanos biónicos restantes. Luego Bree dio volteretas a super velocidad dejando a la morena estupefacta.

¿Cómo es que no los han descubierto con esa poca discreción? Pensó alarmada, literalmente había utilizado su super velocidad enfrente de todos y la reacción era nula. ¿Serán ciegos?

──Oh, Estefany, ¿puedes hacer eso? ──alardeo el pelinegro acercándose a la mencionada──No, eso pensé.

Ambos hermanos hicieron su presentación de animadoras, muy de mal gusto si le preguntaban a la joven morena, centrándose en humillar a la rubia capitana. Terminaron diciendo "bomba" en una posición extraña, además──y lo más importante──Adam terminó lanzando una onda de energía en dirección al techo que lo hizo destruirse ligeramente, cayendo en la cancha.

No logró disimular su cara de sorpresa tan rápido como le hubiese gustado, aunque afortunadamente no era la única con ese gesto en el rostro, es que era imposible no verlos así cuando dos de ellos acababan de usar sus poderes en público sin descaro alguno, ni en sus peores pesadillas ella cometería un error tan grande como ese. Chase volteó preocupado en su dirección rápidamente, aunque no lo suficiente pues su rostro ya había cambiado a uno de confusión, como si intentara entender como es que aquello había sucedido.

──Si, son efectos especiales──se apresuró a decir la joven biónica──. Si decimos boom, es ¡boom!

──Si──apoyo su hermano──, y si decimos choco fresa es una deliciosa combinación entre chocolate y fresa.

Natalie hubiera suspirado en forma de fastidio de no ser porque el chico super inteligente no había dejado de mirarla, por lo que solo vio extrañada al dúo antes de voltear hacia el castaño.

──Son tus hermanos, ¿no? ──preguntó, sabiendo que no sería extraño que los reconociera, los había mencionado hace rato y ayer lo había visto marcharse con ellos. Chase asintió── ¿Qué tantas cosas inventa tu padre como para tener esa clase de efectos especiales?

──Más de las que debería──admitió tranquilizándose por ver que la relación que había hecho la chica en su cabeza no tenía nada que ver con super humanos.

──Dile que me regale algo, yo encantada.

Antes de que el chico pudiese contestar, Jannette se apareció enfrente de los tres con los zapatos en mano.

──Leo, ¿tu tuviste algo que ver con la exposición de bailando con los atletas?

──¿Qué te hace creer que soy el responsable por darle a Trent un merecido castigo por molestar siempre a personas mas pequeñas, listas y lindas?

Y la discreción se fue a la mierda, pensó Nat manteniendo un gesto inocente.

──Claro, es difícil creer que el chico cuyo papá es inventor, su hermano es un genio y tenga una nueva amiga con habilidades en la química, usara rayos de electrones para manipular los zapatos de Trent para ganar.

──No seas ridícula──respondió confiado el pequeño. Sin embargo la chica soltó los zapatos en el suelo y estos botaron con gran intensidad──. Oh, ¿ya viste eso?

──A mí no me metan──pidió Natalie levantando las manos en forma de rendición.

──Suerte, amigo──le dijo Chase dándole palmadas en la espalda, luego tomó del brazo a la joven a su lado llevándosela de ahí.

──Te debo una──comentó la morena en forma de agradecimiento una vez que se detuvieron al otro costado de la cancha.

──No hay de que──respondió viendo como su amigo hablaba con la que le gustaba, eso hasta que algo le hizo "clic" en la cabeza y volteó curioso en dirección a Natalie.

──¿Qué? ──preguntó viendo como el chico no despegaba su vista de ella, tenía una pregunta, podía verlo en sus ojos.

──¿Con que química, eh? ──sonrió emocionado por la idea de que la chica frente a el le interesarse tanto la ciencia como a él le gustaba, ya había visto como veía los aparatos, curiosa, intentado entender el mecanismo, era la misma mirada en el o en el señor Davenport cuando hacían algo nuevo.

──Oh, eso──se mostró apenada por la intensa mirada del contrario──, no es la gran cosa, me hizo aparentar ser mejor de lo que en realidad soy.

──¿Cómo lo sabe? ──quien compartía esa clase con ella era Chase, la otra chica no estaba con ellos y ni siquiera él se había percatado de eso── Yo no me di cuenta.

──¿Si? ──el asintió sin pensar── ¿Qué tanto me observas, listillo?

──¡No! Yo...──las palabras se le quedaron atoradas en la garganta, Nat lo veía con una ceja levantada y los brazos cruzados esperando por una respuesta, tenia una sonrisa en el rostro, divertida por los nervios del joven frente a ella──. Me refería que..., nada──la joven rio tranquilizando a Chase en el proceso, no se burlaba, sino que se reía con él, haciendo al chico reír nervioso pero mucho menos que antes. Era pésimo con las chicas.

──Hoy le expliqué una tarea que tenia que entregar──comenzó a explicarle──, dijo que no encontraba información por ningún lado, pero en realidad no era tan difícil.

──Entonces, resuelves rápido problemas de algebra y tienes conocimientos avanzados de química──reflexionó en voz alta.

──No creo que sea para tanto──mencionó sin ser escuchada.

──Eres una nerd──concluyó el joven emocionado, era justo como el, bueno, mucho menos brillante pero eso era por obvias razones.

──Insisto, no es para tanto.

──A cualquiera que sepa eso y le preguntes dirá que eres una nerd.

──Si, pero cualquiera de aquí es estúpido──contra argumentó. Chase le dio la razón ladeando la cabeza con los labios fruncidos y las cejas levantadas.

──No dejas de serlo.

──No, soy buena en dos áreas educativas de las diez que hay──dijo bastante segura──. Pero el que maneja electrónica y literatura clásica eres tú. Literalmente te llamó genio, así que el nerd eres tú, listillo.

──Podríamos serlo ambos──le respondió tímidamente, había un doble significado en eso y la morena claro que lo había entendido, por lo que sonrió dulcemente.

──Suena bien para mi── el chico quería celebrar, pero se contuvo y solo tomó nuevamente el brazo de la joven al ver que el partido volvería a empezar, llevándola a donde estaban sus hermanos.

──Hola, soy Natalie──se presentó rápidamente con una sonrisa amable.

──¡Yo soy bree! ──respondió en extremo emocionada.

──Soy Adam──le dio la mano torpemente y ella la aceptó encantada, quedándose del lado del menor.

──¿En orden alfabético? ¿En serio? ──le susurró al castaño.

──No me mires a mí, yo no lo escogí──se justificó.

──Claramente.

Los cuatros se dedicaron a ver el último juego, teniendo la poca, casi nula, esperanza de que el joven de piel oscura pudiera ganar, obteniendo así el reconocimiento de la chica que tanto quiere. No fue así, Leo logró encestar una vez pero perdió la partida completa.

Cuando el ultimo silbato sonó, la morena volteó otra vez en dirección a Chase con intención de despedirse.

──Te veo mañana, listillo──este asintió──. Intentaré terminar el libro.

──Hasta mañana, nerd.

──Tendrás que usar algo mejor, en serio.

──Nat lo usan todos──se quejó, sin ideas.

──Entonces invéntate algo antes de que el trabajo termine──se inclinó para revolverle el cabello en forma de despedida. Giró en dirección a los demás hermanos y se despidió con un gesto en la mano, prometiéndole a Bree que serían grandes amigas.

Día dos terminado.

A mi nadie va a venir a decirme que Chase no se enamoraría a primera vista, porque claro que así sería, o al menos pensaría que lo está hasta que conozca bien a la chica.

La historia quizá avancé un poco rápido romanticamente, pero les aviso/recuerdo que es parte de la misión de Natalie conseguir una relación con él para ganarse la confianza de todos.

En fin, he terminado por ahora, baisito.

DARK

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