06| fat lady
"dama gorda"...
-¡Y YA SÉ que me vieron un poco estresado...!
-¿Un poco? -George alzó la ceja en dirección a Oliver.
Oliver Wood, capitán del equipo de Gryffindor, convocó una reunión un jueves por la tarde para discutir las tácticas de la nueva temporada. Tambien para presentar a la nueva cazadora.
-si, un poco -miró seriamente al pelirrojo que rió empujando a Fred que también rió -todo porque pensé que sería una mala temporada al tener que buscar un cazador ¡Y saben que prefiero mujeres en ese puesto! Son las mejores para eso. El tema es que encontré la solución.
-¿Ya tenemos cazadora? -Angelina Johnson y Katie Bell preguntaron al unísono, emocionadas.
-damas y caballeros -señaló a la entrada -saben que entre más Weasleys haya en el equipo mejor ¡Les presento a RJ!
La niña entró con una sonrisa tímida y Fred y George corrieron a levantar a su hermanita que rió. Harry se levantó de su asiento, sorprendido, pero sonriendo igual de emocionado.
-¡Te dijimos que te iba a impresionar! -Fred señaló a Oliver y bajando a RJ -Charlie la entrenó arduamente en Egipto.
-lo se, lo sé. Lo demostró -le guiñó el ojo a la niña que miró a los demás -RJ te presento a Angelina Johnson y Katie Bell, las dos cazadoras -las dos chicas se apresuraron.
-¡Hola, linda! -Angelina la abrazó -al fin nuevo talento, nos encantará mostrarte nuestras tácticas y trucos.
-¡Es genial, casi creí que pondrían a otro chico! -Katie también la abrazó, escuchándola reír.
-y bueno, a nuestro buscador ya lo conoces -señaló a Harry. RJ se acercó dudosa y él igual hasta que se abrazaron.
-felicidades, RJ -habló, sonriente.
-gracias, James -murmuró, avergonzada, volteando a ver a Oliver que aplaudió para llamar su atención.
-Es nuestra última oportunidad... mi última oportunidad... de ganar la copa -les dijo, paseándose con paso firme delante de ellos -Me marcharé este curso, no volveré a tener otra oportunidad. Gryffindor no ganó en los últimos siete años. De acuerdo, tuvimos una suerte horrible: heridos... cancelación del torneo el curso pasado... -Wood tragó saliva, como si el recuerdo aún le pusiera un nudo en la garganta -Pero también sabemos que contamos con el mejor... equipo... de este... colegio -añadió, golpeándose la palma de una mano con el puño de la otra y con el conocido brillo frenético en los ojos -Contamos con tres cazadoras estupendas ¡Y un nuevo talento! -Wood señaló a RJ, Angelina y Katie -Tenemos dos golpeadores invencibles.
-Déjalo ya, Oliver, nos sonrojas -dijeron Fred y George a la vez, haciendo gestos avergonzados. RJ rió y apoyó su cabeza contra el hombro de Harry que pasó su brazo sobre los hombros de la pelirroja.
-¡Y tenemos un buscador que nos hizo ganar todos los partidos! -dijo Wood, con voz retumbante y mirando a Harry con orgullo incontenible. Fred y George miraron ceñudos como estaban ambos niños -Y estoy yo -añadió.
-Nosotros creemos que tú también eres muy bueno -dijo George.
-Un guardián muy bueno -confirmó Fred.
-La cuestión es -continuó Wood, reanudando los paseos -que la copa de quidditch debiera haber llevado nuestro nombre estos dos últimos años. Desde que Harry se unió al equipo, pensé que la cosa estaba facil. Pero no lo conseguimos y este curso es la última oportunidad que tendremos para ver nuestro nombre grabado en ella...
Wood hablaba con tal desaliento que incluso a Fred y a George les dio pena. RJ aplanó los labios, Oliver merecía esa copa, en verdad la merecía.
-Oliver, éste será nuestro año -aseguró Fred.
-Lo conseguiremos, Oliver -dijo Angelina.
-Por supuesto -corroboró Harry.
-soy mini Charlie ¿Lo recuerdas? -Oliver miró con una sonrisa a la niña -ademas, siempre está la opción de hacer trampa.
-No -Oliver negó haciendo carcajear a las chicas -sin trampas, mini Charlie.
-rogamos por mucho tiempo que nos deje hacer trampa -le aseguró George a su hermanita.
Con la moral alta, el equipo comenzó las sesiones de entrenamiento, tres tardes a la semana. El tiempo se enfriaba y se hacía más húmedo, las noches más oscuras, pero no había barro, viento, ni lluvia que pudieran empañar la ilusión de ganar por fin la enorme copa de plata.
Una tarde, después del entrenamiento, Harry regresó a la sala común de Gryffindor con frío y entumecido, RJ iba pegada a él, los entrenamientos habían mejorado considerablemente el tiempo que pasaban juntos; pero contentos por la manera en que se había desarrollado el entrenamiento llegaron y encontraron la sala muy animada.
-¿Qué pasó? -preguntó a Ron y Hermione, que estaban sentados al lado del fuego terminando tarea de Astronomía.
-Primer fin de semana en Hogsmeade -le dijo Ron, señalando una nota que había aparecido en el viejo tablón de anuncios -Finales de octubre. Halloween.
-¡Yo no puedo ir! -sollozó, RJ, caminando hasta sentarse a un lado del fuego. Siendo que todavía le faltaba un año.
-Estupendo -felicitó Fred, que había seguido a ambos por el agujero del retrato -Tengo que ir a la tienda de Zonko: casi no me quedan bombas fétidas. Te traeremos dulces, RJ.
-Gracias -le sonrió al pelirrojo.
Harry se dejó caer al lado de RJ, y la alegría lo abandonó. Hermione comprendió lo que le pasaba.
-Harry, estoy segura de que podrás ir la próxima vez -lo consoló -Van a atrapar a Black enseguida. Ya lo vieron una vez.
-Black no está tan loco como para intentar nada en Hogsmeade. Pregúntale a McGonagall si puedes ir ahora, Harry. Pueden pasar años hasta la próxima ocasión.
-¡Ron! -regañó Hermione -Harry tiene que permanecer en el colegio...
-No puede ser el único de tercero que no vaya. Vamos, Harry, pregúntale a McGonagall...
-Sí, lo haré -dijo Harry, decidiéndose.
Hermione abrió la boca para sostener la opinión contraria, pero en ese momento Crookshanks saltó con presteza a su regazo.
Una araña muerta y grande le colgaba de la boca.
-que asquito -susurró, RJ.
-¿Tiene que comerse eso aquí delante? -preguntó Ron frunciendo el entrecejo.
-Bravo, Crookshanks, ¿la atrapaste tú solito? -dijo Hermione.
-No lo sueltes -pidió Ron irritado, volviendo a su mapa del cielo -Scabbers está durmiendo en mi mochila.
-pobre Scabbers -rio, RJ, levantándose -me iré a bañar, los veo luego -fue escaleras arriba.
-se baña dos veces al día -se quejó, Ron -esta última semana casi parecía vivir en la ducha.
-cosa de chicas -le dijo George -no seas necio, Ron. ¿Por qué crees que estuvo tanto tiempo con Angelina y Katie? Le llevan como cinco años y le estuvieron dando consejos.
Ron abrió la boca formando una ligera "o" y luego aplanó los labios, bajando la cabeza, sonrojado.
-¿Qué? -preguntó, confundido, Harry.
-cosas de niñas -Ron hizo una mueca -no querrás saber.
Hermione rodó los ojos.
RJ estaba comiendo con Colin, Ginny y dos chicos más de Gryffindor cuando vieron la puerta de la Sala Común abrirse. La niña miró a Harry entrar desganado y suspiró.
-¡Hola, Harry! -Colin que nunca perdía la oportunidad de hablar con él, llamo al de lentes que se giró a verlos y RJ rió -¿No vas a Hogsmeade, Harry? ¿Por qué no? -Colin miró a sus amigos con interés -¡si quieres puedes venir a sentarte con nosotros!
-No, gracias, Colin -negó Harry, que no estaba de humor -Yo... ire a la biblioteca. Tengo trabajo -se giró para volver a salir.
-ya vengo -RJ se levantó, saliendo al trote para ir detrás del de lentes -¡James!
-RJ -la miró con una mueca.
-¿Mcgonagall no te ayudó con el tema de Hogsmeade? -preguntó, caminando a la par de él.
-no... -suspiró ruidosamente -todos fueron, menos yo.
-oye, estuviste todo primer y segundo año sin saber de su existencia ¿Qué cambia ahora? -golpeó suavemente su brazo -¿Sabes? Me anoté a clases de arte -dijo para cambiar el tema y no desanimar al mago.
-¿Si? Eso es genial -la miró sonriendo.
-uso los pinceles que me regaló cierta persona especial -lo miró con un pequeño brillo en los ojos y Harry se sonrojó -en mí primera clase hice un retrato como en el que te pinté la primera vez. Aún que es más como un taller.
-me gustaría verlo -admitió, sonriendo.
-podemos ir si quieres, pintar un rato. No será tan divertido como Hogsmeade pero...
-no, si quiero -la interrumpió, y ambos sonrieron -¿Por dónde es?
-oh, por aquí.
Comenzaron a caminar, hablando y riendo de las bromas que había hecho RJ en el verano, contándole también de las que planeaba hacerle a Snape por ser el peor profesor que haya conocido jamás.
iban por otro pasillo cuando los llamó una
voz que salía del interior de un aula:
-¿Harry? ¿señorita Weasley? -Retrocedieron y se encontraron al profesor Lupin, que los miraba desde la puerta de su despacho con una sonrisita -¿Qué hacen? -les preguntó en un tono divertido -¿Dónde están Ron y Hermione?
-En Hogsmeade -respondió Harry, con voz que fingía no dar importancia a lo que decía -estabamos dando una vuelta.
-ya que yo aún no puedo ir -admitió, RJ -ibamos al taller de arte.
-Ah -dijo Lupin y los observó un momento -¿No prefieren pasar? Acabo de recibir un grindylow para nuestra próxima clase, Harry.
-¿Un grindylow? -preguntó, emocionada, RJ y Remus rió.
-¿Un qué? -preguntó Harry.
Entraron en el despacho siguiendo a Lupin. En un rincón había un depósito de agua. Una criatura de color verde, con pequeños cuernos afilados, pegaba la cara contra el cristal, haciendo muecas y doblando sus dedos largos y delgados.
-La señorita Weasley debe saber...
-Digame RJ, profesor -pidió, y se acercó pero no mucho a verlo -Es un demonio de agua.
-vaya, Harry, y eso que es un año menor -miró al de lentes que rió.
-RJ sabe casi lo mismo que Hermione, con eso le digo bastante -Rieron juntos y RJ le dió un suave empujón avergonzada.
-No debería darnos muchas dificultades, sobre todo después de los kappas...
-¡Yo quiero! -RJ se quejó volviendo sus risas.
-Algún día, RJ -Remus le sonrió pero volvió a ver las criaturas -El truco es deshacerse de su tenaza. ¿Ven la extraordinaria longitud de sus dedos? Son fuertes, pero muy quebradizos.
El grindylow enseñó sus dientes verdes y se metió en una espesura de algas que había en un rincón.
-¿Una taza de té? -les preguntó Lupin, buscando la tetera -Iba a prepararlo.
-Bueno...
-si, por favor -secundó, RJ.
Lupin le dio a la tetera un golpecito con la varita y comenzó el vapor.
-Sientense -señaló Lupin, destapando una caja polvorienta -Lo lamento, pero sólo tengo té en bolsitas. Aunque me imagino, Harry, que estarás harto del té suelto -A Lupin le brillaban los ojos.
-¿Cómo lo sabe? -preguntó Harry.
-Me lo dijo la profesora McGonagall -explicó Lupin, pasándoles una taza descascarillada -No te preocupa, ¿verdad?
-No -respondió Harry. RJ sacó chocolate de sus bolsillos provocando la risa de Remus.
-veo que seguiste mi consejo -Alagó y ella sonrió apenada, ofreciéndole a ambos que aceptaron.
-creo que es necesario de ahora en adelante llevar un poco de chocolate siempre -admitió, encogiéndose de hombros. Volteó a ver a Harry que estaba sumido en sus oensamientos -¿No, James? -el chico volteó a verla.
Remus miró con un pequeño destello la escena, entendiendo lo que Pomfrey le dijo.
-¿Eh? -Harry le dijo a la pelirroja.
-¿Estás preocupado por algo, Harry? -cuestionó, Lupin.
-No -mintió Harry. Sorbió un poco de té y vio que el grindylow lo amenazaba con el puño -Sí -dijo de repente, dejando el té en el escritorio de Lupin -¿Recuerda el día que nos enfrentamos al boggart?
-Sí -respondió Lupin. Harry miró a RJ y se aclaró la garganta.
-el día de nuestra primera clase, el profesor nos dió enfrentarnos al boggart -RJ asintió, mostrando que ya sabía que era -pero él se puso frente a mi y se mostró su mayor miedo que era... ¿La noche? -miró al profesor con duda. Él asintió removiendose incómodo -¿Por qué no me dejó enfrentarme a mi boggart?
-Creí que estaba claro -dijo sorprendido.
Harry se quedó atónito.
-¿Por qué? -volvió a preguntar -RJ puede escucharlo, le cuento todo -Remus sonrió por lo bajo.
-Bueno... -respondió Lupin frunciendo un poco el entrecejo -pensé que si el boggart se enfrentaba contigo adoptaría la forma de lord Voldemort -aquel nombre hizo a RJ estremecerse -Es evidente que estaba en un error... Pero no creí que fuera buena idea que Voldemort se materializase en la sala de profesores. Pensé que se aterrorizarían.
-El primero en quien pensé fue Voldemort -se sinceró Harry -Pero luego recordé a los dementores.
-Ya veo -dijo Lupin pensativamente -Bien... estoy impresionado. -Sonrió ligeramente -Eso sugiere que lo que más miedo te da es... el miedo. Muy sensato, Harry. ¿Así que pensabas que no te creía capaz de enfrentarte a un boggart? -agregó astutamente.
-no, no es capaz -negó, RJ y Harry le dió un suave golpe riendo, ese comentario alivió un poco la tensión.
-tú tampoco serías capaz -RJ abrió la boca indignada, pero pronto aplanó los labios.
-mi boggart no sería en si, Voldemort -murmuró, RJ. Ellos, eran probablemente, las únicas personas que no temían nombrarlo, a pesar de que RJ aveces dudaba si hacerlo o no -sino, Tom Ryddle. Ya sabes, entiendes.
-Bueno... sí -afirmó Harry, y estiró su mano para tomar la de RJ cuando notó que ella comenzaba a temblar.
Los interrumpieron unos golpes en la puerta.
Se abrió la puerta y entró Snape. Llevaba una copa de la que salía un poco de humo y se detuvo al ver a los dos niños. Entornó sus ojos negros.
-¡Ah, Severus! Muchas gracias. ¿Podrías dejarlo aquí, en el escritorio? -Snape posó la copa humeante. Sus ojos pasaban de los niños a Lupin -Estaba enseñando a Harry y RJ mi grindylow -dijo Lupin con cordialidad, señalando el depósito.
-Fascinante -comentó Snape, sin mirar a la criatura, viendo las manos entrelazadas de la pelirroja y Potter, ellos rápidamente se soltaron -Deberías tomártelo ya, Lupin.
-Sí, enseguida -asintió Lupin.
-hice un caldero entero. Si necesitas más...
-Seguramente mañana tomaré otro poco. Muchas gracias, Severus.
-De nada -respondió Snape. Pero había en sus ojos una expresión que no les gustó.
Salió del despacho retrocediendo, receloso. RJ miró toda la interacción con curiosidad, hasta que sus ojos viajaron a la copa. Lupin sonrió.
-El profesor Snape, muy amablemente, me preparó esta poción -dijo. -Nunca se me dió muy bien lo de preparar pociones y ésta es especialmente difícil. -agarró la copa y la olió -Es una pena que no admita azúcar -añadió, tomando un sorbito y torciendo la boca.
-¿Por qué...? -comenzó Harry.
Lupin lo miró y respondió a la pregunta que Harry no había acabado de formular:
-No me siento muy bien... Esta poción es lo único que me sana. Es una suerte tener de compañero al profesor Snape; no hay muchos magos capaces de prepararla -El profesor Lupin bebió otro sorbo.
-ojala y no la haya envenenado -dijo, sin pensar, RJ, haciendo reír al profesor pero Harry le dió la razón.
-El profesor Snape está muy interesado por las Artes Oscuras -barbotó, argumentando que tal vez y lo querría fuera de su camino.
-¿De verdad? -preguntó Lupin, sin mucho interés, bebiendo otro trago de la poción.
-Hay quien piensa... -Harry dudó, pero se atrevió a seguir hablando -que sería capaz de cualquier cosa para conseguir el puesto de profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras.
Lupin vació la copa e hizo un gesto de desagrado.
-Asqueroso -dijo -Bien, Harry, RJ. Tengo que seguir trabajando. Nos veremos en el banquete.
-De acuerdo -dejando su taza de té, ambos se levantaron.
La copa, ya vacía, seguía echando humo. RJ la miró unos segundos, viendo las pequeñas gotas que habían quedado y el color, olió el humo y se volteó para ver al profesor Lupin, admiró el rostro del hombre lleno de cicatrices y pensó seriamente como se las pudo haber provocado.
-Ya nos vamos, un gusto profesor -RJ se despidió, saliendo con Harry -tengo varias teorías, pero si mañana el Profesor Lupin no aparece, entonces la más acertada es que el profesor Snape lo envenenó.
-ojala y no.
RJ iba hablando con Ginny camino a la torre de Gryffindor, pero cuando llegaron al corredor al final del cual estaba el retrato de la Señora Gorda, lo encontraron atestado de alumnos.
-¿Por qué no entran? -preguntó Ron intrigado, cerca de ellas.
RJ miró por encima de las cabezas. El retrato estaba cerrado.
-Dejenme pasar, por favor -vociferó Percy. Se esforzaba por abrirse paso a través de la multitud, dándose importancia. -¿Qué es lo que ocurre? No es posible que nadie se acuerde de la contraseña. Dejenme pasar, soy delegado.
La multitud guardó silencio entonces, empezando por los de delante. Fue como si un aire frío se extendiera por el corredor. Oyeron que Percy decía con una voz repentinamente aguda:
-Que alguien vaya a buscar al profesor Dumbledore, rápido.
Las cabezas se volvieron. Los de atrás se ponían de puntillas.
-¿Qué sucede? -preguntó Ginny. RJ comenzó a dar empujones para tratar de ir más adelante, hasta que, pisando a algunos, llegó al frente y gritó asustada.
La Señora Gorda había desaparecido del retrato, que había sido rajado tan ferozmente que algunas tiras del lienzo habían caído al suelo. Faltaban varios trozos grandes.
-¡Percy! -Miró a su hermano mayor, asustada.
-tranquila, seguro no es nada -negó, con voz más aguda de lo normal.
Al cabo de un instante hizo su aparición Dumbledore, dirigiéndose veloz hacia el retrato. Los alumnos se apretujaban para dejarle paso. Dumbledore dirigió una rápida mirada al retrato estropeado y se volvió. Con ojos entristecidos vio a los profesores McGonagall, Lupin y Snape, que se acercaban a toda prisa.
-Hay que encontrarla -pidió Dumbledore -Por favor, profesora McGonagall, dígale enseguida al señor Filch que busque a la Señora Gorda por todos los cuadros del castillo.
una voz socarrona, Peeves, revoloteaba por encima de la multitud y estaba encantado, como cada vez que veía a los demás preocupados por algún problema.
-¿Peeves? -le preguntó Dumbledore tranquilamente. La sonrisa de Peeves desapareció. No se atrevía a burlarse de Dumbledore.
-Le da vergüenza, señor director. No quiere que la vean. Es un desastre de mujer. La vi correr por el paisaje, hacia el cuarto piso, señor, esquivando los árboles y gritando algo terrible -dijo con alegría -Pobrecita -añadió sin convicción.
-¿Dijo quién lo hizo? -preguntó Dumbledore en voz baja.
-Sí, señor director -dijo Peeves, con pinta de estar meciendo una bomba en sus brazos-Se enfadó con ella porque no le permitió entrar, ¿sabe? -Peeves dio una vuelta de campana y dirigió a Dumbledore una
sonrisa por entre sus propias piernas. -Ese Sirius Black tiene un genio insoportable.
RJ abrió los ojos asustada y Percy la abrazó preocupado. Oh, no...
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