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04| holidays!

“¡Vacaciones!”...

        BUENO, LA casa Weasley no era algo muy común. O eso notó Harry cuando RJ la mostró. Pero era acogedora a simple vista.

—bienvenido a La Madriguera —RJ, sonrió.

—No es gran cosa —Ron, golpeó suavemente el brazo de su hermana, que hizo una mueca.

—Es una maravilla —repuso Harry, contento, y RJ le devolvió el golpe a Ron, mostrando que no debería avergonzarse.

—Ahora tenemos que subir las escaleras sin hacer el menor ruido —advirtió, Fred, bajando del auto para acercarse a los tres menores —y esperar a que mamá nos llame para el desayuno. Entonces, Ron, bajarás las escaleras dando saltos y diciendo: “¡Mamá, mira quién llegó anoche!” Ella se pondrá muy contenta, y nadie tendrá que saber que tomamos el coche.

—¿Y cómo diremos que apareció Harry? Ni que supiera usar los... —pero se calló y vieron como, tanto RJ, como Ron, perdían el color y clavaban los ojos en la casa. Los otros tres se dieron la vuelta.

Molly se acercaba, y RJ siempre decía lo sorprendente que era que Molly se parecía a un dragón de filosos dientes.

—¡Ah! —chilló, Fred, escondiéndose detrás de RJ.

—¡Por los calzones de Merlin! —gritó, George. Poniéndose detrás de Fred.

RJ tiró de Ron y lo puso delante suya, irónico era que RJ era unos dos centímetros mas alta que Ron, y ni hablar de la media cabeza que le sacaban los gemelos a RJ.

Molly se paró delante de ellos, con las manos en las caderas, y paseó la mirada de uno a otro.

—Buenos días, mamá —saludó George, poniendo, lo que él consideraba que era, una voz alegre y encantadora. RJ asomó su cabeza, con una sonrisa angelical.

—¿Tienen idea de lo preocupada que estaba? —cuestionó con un tono aterrador que hizo a los pelirrojos encogerse en su lugar.

Trataron de explicarse todos al mismo tiempo.

—¡Las camas vacías! ¡Ni una nota! El coche no estaba ¡pudieron haber tenido un accidente! —Se callaron cuando ella vociferó, gritandoles molesta —¡Creí que me volvía loca, pero no les importa ¿verdad? Nunca, en toda mi vida... Ya veran cuando llegue a casa su papá, un disgusto como éste nunca me lo dieron Bill, ni Charlie, ni Percy…

—Percy, el prefecto perfecto —murmuró Fred, molesto.

—¡Pues podrías seguir su ejemplo! —gritó su mamá, dándole golpecitos en el pecho con el dedo —podrían haberlos matado o podría haberlos visto alguien, y su padre haberse quedado sin trabajo por su culpa…

RJ pensaba que sus reprimendas duraban horas. Molly enronqueció de tanto gritar y luego se plantó delante de Potter.

—Me alegro de verte, Harry, cielo. Pasa a desayunar...

RJ casi creyó que su mandíbula se desprendió y observó incrédula el tono dulce de su mamá con el de lentes. Entrecerró sus ojos en dirección a Harry que se encogió de hombros, yendo dentro de la casa. Harry se sentó tímidamente en la mesa, mirando a todas partes. RJ se sentó a su lado, aún con esa mirada que hacía sonreír al niño.

Molly preparaba el desayuno y en el rato que tardó en freír las salchichas echó unas
cuantas miradas de desaprobación a sus hijos. De vez en cuando murmuraba: “¿cómo se les pudo ocurrir?” o “nunca lo hubiera creído...”

—Tú no tienes la culpa, cielo —aseguró a Harry, poniendole comida en el plato —Arthur y yo también estuvimos muy preocupados por ti. Anoche estuvimos comentando que, si Ron seguía sin tener noticias tuyas, el viernes iríamos a buscarte para traerte aquí. Pero cualquiera podría haberlos visto atravesar medio país volando en coche e infringiendo la ley… ¡No hables mientras comes! —calló, Molly, a Fred cuando esté habló con la boca llena. Señalandolo amenazante.


—¡Lo estaban matando de hambre, mamá! —siguió, George.

—¡Cállate tú también! —atajó la señora Weasley, cortando unas rebanadas de pan para Harry y a untarlas con mantequilla.

—Yo fui arrastrada a eso, mami —Murmuró, RJ, con su mejor expresion arrepentida y Molly suspiró para luego sonreírle.

—lo sé, cielo, tú nunca harías algo así —acarició su cabello, mientras sus hermanos la veían mal y Harry reía. Molly miró sobre el hombro de RJ, donde apareció Ginny que llevaba puesto un largo camisón y que, dando un grito, se volvió corriendo.

—Es Ginny —dijo Ron a Harry en voz baja.

—mi melliza —asintió, RJ, comiendo a un lado de Harry.

—Se ha pasado el verano hablando de ti —Asintió, Ron, mientras miraba de soslayo a RJ que le rogó que no la delate. Ginny por su fanatismo al niño que sobrevivió pero RJ porque le gustaba.

—Sí, debe de estar esperando que le firmes un autógrafo, Harry —afirmó, Fred, con una sonrisa, pero se dio cuenta de que su madre lo miraba y hundió la vista en el plato sin decir ni una palabra más.

No volvieron a hablar hasta que hubieron terminado todo lo que tenían en el plato, lo que les llevó poco tiempo.

—Estoy que exploto —dijo Fred, bostezando —Creo que me iré a la cama y…

—De eso nada —interrumpió, Molly, frenandolo —Si te pasaste toda la noche por ahí, fue tú culpa. Así que vas a desgnomizar el jardín, que los gnomos se están volviendo a pelear.

—Pero, mamá...

—Y ustedes dos, van con él —señaló mirando a Ron y George —Tú si puedes irte a la cama, cielo —dijo a Harry —Tú no les pediste que te llevaran volando en ese maldito coche. RJ podría mostrarte el cuarto...

Pero Harry, le sonrió negando, a pesar de querer conocer también a RJ, no tenía nada de sueño.

—Ayudaré a Ron, nunca he presenciado una desgnomización.

—Eres muy amable, cielo, pero es un trabajo aburrido —dijo la mamá de RJ —Pero veamos lo que Lockhart dice sobre el particular.

Y cogió un pesado volumen de la repisa de la chimenea. George se quejó.

—Mamá, ya sabemos desgnomizar un jardín.

Harry escuchó el fuerte suspiró de RJ al ver la fotografía del mago en la portada de la revista. Era muy guapo de pelo rubio ondulado y ojos azules y vivarachos. Como todas las fotografías en el mundo de la magia, ésta también se movía: el mago, que Harry supuso que era Gilderoy Lockhart,
guiñó un ojo a todos con descaro. Molly le sonrió abiertamente.

—Es muy bueno —dijo ella —conoce a la perfección todas las plagas del hogar, es un libro estupendo…

—¿Muy bueno? ¡Es el mejor! —RJ, sonrió, risueña. Pensando en aquel mago de Ravenclaw que había hecho grandes hazañas. Ella deseaba ser talentosa y reconocida algún día, tal como él.

—A mamá le gusta —dijo Fred, en voz baja pero bastante audible —y a RJ también.

—No digas tonterías, Fred —dijo Molly, ruborizándose —Muy bien, si crees que sabes más que Lockhart, ponte ya a ello; pero ¡ay de ti si queda un solo gnomo en el jardín cuando yo salga!... RJ, acompañalos, tú sabes cómo hacerlo bien.

—si, mami —asintió, la niña, bostezando. Pues ninguno había dormido nada por ir en busca de Harry.

Los Weasley salieron arrastrando los pies,
seguidos por Harry, fueron al jardín. Comenzaron a hacer su tarea, RJ explicándo a Harry que rápidamente comenzó a ayudar.

Luego de un rato, escucharon a George gritar.

—¡Ya llegó! —avisó, George —¡Papá está en casa!

RJ fue corriendo a su encuentro. El señor Weasley estaba sentado en una silla de la cocina y los ojos cerrados, pero los abrió cuando RJ se lanzó a abrazarlo, riendo, tomó a su hija que se sentó en su regazo, pellizcó sus mejillas contento.

—¡Qué noche! —farfulló, tomando la tetera mientras los muchachos se sentaban a su alrededor —Nueve redadas. ¡Nueve! Y el viejo Mundungus Fletcher intentó hacerme un maleficio cuando le di la espalda —El señor Weasley tomó un largo sorbo de té y suspiró.

—¿Encontraste algo, papá? —preguntó Fred con interés.

—Sólo unas llaves que merman y una tetera que muerde —respondió, Arthur, en un bostezo —Han ocurrido, sin embargo, algunas cosas bastante feas que no afectaban a mi departamento. A Mortlake lo sacaron para interrogarle sobre unos hurones muy raros, pero eso incumbe al Comité de Encantamientos Experimentales, gracias a Merlin.

—¿Para qué sirve que unas llaves encojan? —preguntó, George.

—Para atormentar a los muggles —suspiró, Arthur, siendo abrazado por RJ —Se les
vende una llave que merma hasta hacerse diminuta para que no la puedan encontrar nunca cuando la necesitan… Naturalmente, es muy difícil dar con el culpable porque ningún muggle quiere admitir que le pasa. No sé de lo que serían capaces por negar la existencia de la magia, aunque la tuvieran delante de los ojos… Pero no se creean las cosas, porque a nuestra gente se le dió por encantar…

—¿Coches, por ejemplo? —Molly, cuestionó y Arthur abrió los ojos de golpe dirigiendose a su mujer una mirada de culpabilidad.

—¿Co-coches, Molly, cielo?

—Sí, Arthur, coches —dijo la mujer, con los ojos brillándole —Imagínate que un mago se compra un viejo coche oxidado y le dice a su mujer que quiere llevárselo para ver cómo funciona, cuando en realidad está encantando para que vuele.

RJ se bajó del regazo de su papá, tapando su boca para no reir.

—Bueno, querida, creo que estarás de acuerdo conmigo en que no hizo nada en contra de la ley, aunque quizá debió decirle la verdad a su mujer… Verás, existe una laguna jurídica… siempre y cuando él no utilice el coche para volar. El hecho de que el coche pueda volar no constituye en sí…

—¡Señor Weasley, ya se encargó personalmente de que existiera una laguna jurídica cuando usted redactó esa ley! —gritó Molly —¡Sólo para poder seguir jugando con todos esos cachivaches muggles que tienes en el cobertizo! ¡Y, para que lo sepas, Harry llegó esta mañana en ese coche que tú no volaste!

—¿Harry? —cuestionó, mirando a su esposa sin comprender —¿Qué Harry?

—este Harry —RJ, señaló a un lado suyo. Arthur, al verlo, se sobresaltó.

—¡Merlín! ¿Es Harry Potter? Encantado de conocerte. Ron nos habló mucho de ti…

—¡Esta noche, tus hijos fueron volando en el coche hasta la casa de Harry y han vuelto! —gritó, Molly —¿No tienes nada que comentar al respecto?

—¿Es verdad que hicieron eso? —preguntó Arthur —¿Fue bien la cosa? Qui-quiero decir —titubeó, al ver que su esposa echaba chispas por los ojos —que eso ha estado muy mal, muchachos, pero muy mal…

—Dejémosles que lo arreglen entre ellos —dijo Ron a Harry en voz baja, al ver que su madre estaba a punto de estallar —Ven, quiero enseñarte mi habitación. ¿Vienes, RJ?

—ire a dormir la siesta —negó, yendo escaleras arriba.

A Harry le sorprendía lo buena relación que tenían los Weasley, o bueno, al menos todos con RJ. Él creía que no todos los hermanos se llevaban bien, pero ellos parecían mostrarle lo contrario.

Harry veía a RJ juntar flores en el jardín, la niña de cabello rojo juntó al menos cincuenta, cinco de cada una y se sentó en el césped e hizo sus propias pinturas con las flores y agua, comenzando a pintar en un lienzo que Arthur le trajo del trabajo. 

El de ojos azules salió del cuarto de Ron, tratando de no hacer ruido para no levantar al pelirrojo que roncaba, durmiendo plácidamente, en una posición incómoda, sobre su cama. Era bastante temprano, así que dudaba que Ron se levante a esa hora en vacaciones. Bajó las escaleras hasta salir al jardín.

RJ estaba pintando el paisaje de su hogar cuando escuchó la puerta cerrarse, volteó a ver a la entrada y su respiración se cortó al segundo de notar a Harry caminando hacia ella. El niño ya se había quitado su pijama.

—buenos días, RJ —saludó, Harry, frenando su andar delante de ella.

—buenos días —saludó, ella, sonriendo con nerviosismo —estos días, en tu estadía, te has levantado siempre muy temprano. ¿Ya desayunaste?

—es que es una costumbre, en mí hogar, si no me levantaba, Dudley molestaba hasta que lo hiciera, con el tiempo me levantaba más temprano para no despertarme de mal humor —se sinceró, inclinando su cabeza para ver el dibujo de RJ —y no, aún no desayuno, no quería molestar...

—no molestas —lo frenó, limpiando su pincel —Mamá anoche estuvo limpiando hasta tarde, dudo que se levante hasta dentro de una hora ¡Y de mis hermanos ni hablar! Yo me levanto porque papá hace mucho ruido cuando va al trabajo. Pero, si me esperas unos minutos, hacemos el desayuno.

—me encantaría —aceptó, sentándose frente a ella —¿Qué pintas?

—el fondo de casa, pero quiero hacer una persona —lo mostró, sonriendo. Él imitó su expresión.

—¿Puedo ser yo? —preguntó, tímido, acomodando sus lentes con su dedo índice. RJ se rascó la ceja mientras trataba de no sonreír demasiado por los nervios.

—¡Claro! No soy muy buena pintando —tomó el lápiz —tampoco tengo muchas pinturas, de hecho, no tengo. Hago acuarelas con agua y flores y mí fiel pincel de hace un año —mostró el despeluchado pincel con el que pintaba —pero trataré de hacer lo mejor.

—de seguro te sale increíble —negó, admirando como ella paseaba su mirada entre él y el dibujo. RJ lo quedó mirando y él frunció sus cejas —¿Tengo algo en el rostro?

—no —rió, antes de negar —no, nada...

—¡Dime! —pidió, sonriente y ella suspiró.

—¿Podrías mover tú flequillo? Así pinto tú cicatriz, pero si no quieres...

—no, está bien —movió su cabello, a él no le parecía muy linda y RJ pareció notarlo por su inseguridad.

—es que tú cicatriz es bonita —murmuró, bajando la vista al lienzo, avergonzada.

—yo... ahm... tus pecas también son bonitas —murmuró, sonrojado hasta las orejas, pero peor estaba ella que solo soltó una risilla.

RJ trataba de que sus pequeñas manos no tiemblen, esos días en los que Harry se quedó a dormir, ella hablaba con él solo si estaban Ron o los gemelos. Percy solo lo saludaba respetuosamente y desaparecía a su cuarto. Pero estar así solos, no se había dado la oportunidad.

—RJ —murmuró, ella lo miró con cejas alzadas, expectante —¿Te llamas RJ? —su pregunta la hizo reír.

—no, me llamo River Jimena Weasley —negó, volviendo a su dibujo —No me gusta ninguno de mis dos nombres, pero tampoco los tengo que decir, mis hermanos se encargaron de apodarme RJ y ya incluso aveces hasta se me olvida que no es mí nombre, sino un apodo —rieron suavemente.

—Yo me llamo Harry James Potter —Le contó, tratando de no moverse demasiado —Pero nunca tuve apodos, tampoco amigos que me llamen así... —RJ, al oírlo, suspiró. Los muggles eran muy malos con Harry.

—bueno, ahora tienes a Hermione y a mis hermanos —le sonrió, aún que evitaba mantener más de tres segundos el contacto visual —y a mí. Yo... Yo te llamaré James ¿Alguien te dice por tú segundo nombre?

—no, eres la primera —contó, sonriente. Entonces RJ afirmó con su cabeza.

—entonces, James, ya terminé el dibujo. Luego lo pinto ¿Quieres ir a desayunar?

—Pero quiero ver —señaló el dibujo pero ella lo puso detrás suyo, negando.

—no hasta que lo termine —negó, riendo ante la expresión rendida de Harry.

Los dos se levantaron y Harry la ayudó a juntar sus cosas, fueron dentro de la casa, mientras RJ le mostraba emocionada su recetario al de lentes que le contaba que sabía hacer alguna de esas comidas muggles. Los dos comenzaron a preparar el desayuno, a su vez, hablaban sobre cosas triviales como sus gustos.

Cuando Molly se levantó, apresurada, ya que de había quedado dormida y debía hacerle el desayuno a sus hijos, se encontró a si misma sorprendida cuando vió a RJ riendo en la cocina con Harry que intentaba voltear los panqueques con un truco.

Sonrió enternecida, para luego fruncir su rostro y llamar su atención.

—¡Niños! —voltearon a verla, ella puso las manos en su cintura —amores, no hacía falta que hagan nada...

—estabamos despiertos —se defendió, RJ, encogiéndose de hombros mientras comía un panqueque.

—y aburridos —asintió, Harry, dejando el último en el plato —hicimos el desayuno para todos mientras comíamos el nuestro.

—perdón por no esperarlos, pero teníamos mucha hambre —terminó, la pelirroja, pasándole una fresa a Harry que la comió.

Molly solo les pidió que pusieran la mesa, cosa que ellos hicieron viendo a los demás Weasley comenzar a bajar, RJ solo tomó la mano de Harry para arrastrarlo fuera, así terminar su pintura mientras los demás veían curiosos como ellos se saltaban el desayuno.

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