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03: Omega en problemas

¿Qué a dónde había ido Wang Yibo aquélla noche? pues, si alguien no hubiera puesto sus manos sobre su esposo, Wang Yibo nunca hubiera regresado a aquel lugar para buscarlo y darle una lección cómo se debía.

No le importaba en absoluto lastimar a las personas. Sobre todo cuando esta persona se atrevía a poner los ojos en su omega, era algo que no podía simplemente dejarlo pasar. Hace algunas horas que había regresado de aquel lugar, sus nudillos estaban peor que antes, ahora estaban más lastimados y la sangre corría por ellos, había manchado un poco su elegante traje y su aspecto había cambiado debido a la adrenalina del momento.

Ya que eran casi las tres de la madrugada, no tenía porqué preocuparse de que Xiao Zhan lo viera de esa manera, porque tampoco sería capaz de decirle lo que había hecho cuando horas antes habían tenido una agradable plática sobre eso.

Abrió la puerta de su oficina y se adentró en aquel lugar, buscando algo con que curar sus heridas, poco después se sentó en el sofá y comenzó a limpiarse los nudillos, sin cuidado alguno regó el alcohol sobre sus manos y talló con fuerza para quitar la sangre. Y a pesar de que ardió y dolió como el diablo, Wang Yibo no se inmutó.

Dio un fuerte suspiró cuando pudo relajarse mejor, se recostó sobre el sofá y pensó en alguna excusa para decirle a Xiao Zhan, por si es que llegaba a preguntar sobre sus heridas, pero mientras más lo pensaba menos se ideaba algo. El problema es que él no sabía mentir, y tampoco le decía mentiras a Xiao Zhan.

Él se conocía a la perfección, era una persona directa, que decía las cosas sin rodeos y al cual le gustaba siempre hablar con la verdad. Eran muy pocas las veces que decía mentiras o que sacaba de contexto las cosas.

Bebió un poco antes de por fin salir de aquella oficina para después encaminarse a su habitación. Le importó muy poco dejar su ropa en la oficina, pues ya iba de camino a su cuarto para poder dormir, solamente se había quitado el saco y la camisa blanca llena de sangre, para quedarse con el torso descubierto y solamente sus pantalones. Sin embargo, se confundió aún más cuando a pocos pasos de llegar a su habitación, observó cómo está estaba con la puerta ligeramente abierta.

Frunció las cejas con algo de molestia, dispuesto a gritarle a quien sea que estuviera ahí. Pero en cuanto entró y lo único que vio fue la figura de Xiao Zhan acostado en su cama, pareció olvidar su enojo.

Aunque estaba un poco confundido, no pudo evitar sonreír ligeramente ante tal imagen, el omega estaba acostado de lado, mientras mantenía sus piernas casi pegadas a su pecho y sus manos descansaban por debajo de su cabeza para poder apoyarse sobre la almohada.

No comprendía porque aquel chico estaba ahí, tampoco sería tan idiota como para despertarlo.

Así que simplemente lo observó ahí, mientras Xiao Zhan dormía plácidamente, él solamente se mantenía de pie admirando el rostro del omega que parecía estar durmiendo muy cómodamente en su habitación. Su mirada se desvió hacia un lado en la mesita de noche, viendo que sobre la mesa estaba un poco de ungüento y algunas benditas, supuso que eran para él, así que solamente sonrió un poco más, sintiéndose feliz por unos segundos, pues su felicidad se vio interrumpida por una llamada.

Gruñendo sacó el celular del bolsillo de su pantalón, la mueca en su rostro se pronunció aún más cuando vio quien lo llamaba, suspiró frustrado y atendió de mala gana.

-¿Qué mierda quieres, Jiyang?- preguntó.

-Hay un problema- habló el chico, a través del celular, su voz se oía algo temblorosa -, el chico al que golpeaste hoy.

-¿Qué chico?

-El chico que estuvo viendo a Zhan- dijo, estaba algo molesto por la situación en la que estaba y los momentos idiotas de Wang Yibo lo alteraban más -, al que casi matas hoy, ya despertó.

-¿Y?

-¿Qué carajo hago con él?- preguntó más fuerte, ya estaba acabando con su paciencia.

-Uh, maldita sea Song Ji Yang, ese no es mi puto problema- gruñó enojado, que su amigo no pudiera hacer un simple trabajo lograba hacerlo enojar a él, pero también Ji Yang lograba enojarse, porque le jodia la vida que Yibo siempre le diera esos trabajos -, solamente deshazte de él rápido y vuelve a casa.

-Si Xiao Zhan se entera...

-¿Le vas a decir? sabes que tendré que cortarte la lengua antes.

-No le voy a decir, pedazo de imbecil- le contestó molesto -. Pero dios santo, si se llega a entrar de esto juro por dios que te dejo.

-Oh, para lo que me importa, ¿ya es toda la mierda que me ibas a decir?- preguntó Yibo, rodeando la cama en la que se encontraba el omega.

-No regresaré a casa esta noche, si voy a deshacerme de él tengo que ir con Bowen- le dijo.

Yibo fingió demencia y soltó una risita: -Lárgate a donde quieras, solamente haz tu trabajo.

Y colgó.

Su relación con Song Jiyang era peculiar, en realidad eran mejores amigos. Solamente que su amistad era diferente, por supuesto que tendían a hablarse de esa manera, pues a comparación de otras personas, Ji Yang parecía pasarse por el culo que Wang Yibo fuera todo un macho alfa de la mafia. A JiYang le parecía divertido ver a su amigo en la situación en la que estaba; completamente enamorado de un omega que no lo quería.

Ji Yang sabía muchas cosas.

Por ejemplo, que en realidad Yibo siempre había anhelado el amor y la atención de aquel joven omega, porque sabía que el Alfa se había enamorado de Xiao Zhan desde que ambos se declararon como pareja predestinada. Y bueno, también comprendía la situación de Xiao Zhan y no podía culparlo, es decir ¿quién quiere a un asesino de Alfa?

Sin embargo, aún así tenía leves esperanzas de que Xiao Zhan recapacitara para darse cuenta de lo enamorado que estaba de Yibo, porque Ji Yang era consciente de que existía una sola persona en ese mundo que quería apoderarse del amor y afecto de aquel Alfa.

Para cuando la mañana llegó, Xiao Zhan sintió su estómago revolverse con fuerza, se quejó con pereza pero nunca abrió los ojos, puesto que sabía que ya era de día y no quería ver la luz del sol todavía.

Se removió un poco, dándose cuenta que en realidad, estaba recargado sobre algo más que una cama. Sus ojos se abrieron de golpe y cualquier rastro de sueño desapareció demasiado rápido en cuanto alzó la mirada para encontrarse con el rostro de su Alfa.

-¡Ay mierda!- gritó, separándose de Wang Yibo lo antes posible, importándole muy poco si lo despertaba -¿q-que carajos? ¡oh dios! que estupidez hice.

-Ugh, ¿quieres callarte? es demasiado temprano como para que grites así.

-¿Qué diablos haces en mi habitación?- preguntó completamente a la defensiva.

-¿Tu habitación?- Yibo soltó una risita, aún con los ojos levemente cerrados y adormilado -, estas en mi habitación, cuando llegué te encontré durmiendo en mi cama, así que no fui tan malo en despertarte a mitad de la madrugada para hacer que te fueras a tu habitación.

-E-eso no... eso no es posible, yo...

Mierda, mierda, mierda.

Por supuesto que era posible, anoche cuando vio a Yibo irse, había entrado en su habitación para dejar las cosas y después se había ido, el problema era que había regresado para dejar benditas extras por si el Alfa era demasiado tonto en cambiarlas y romperlas.

Claro que no se espero que terminara sentándose en la cama, bostezando y durmiendo ahí como si fuese su habitación.

Xiao Zhan ya no dijo nada más, se había dado cuenta que sus manos estaban aferradas a las sábanas, cubriendo su cuerpo por inercia como si estuviera desnudo -aunque claramente no lo estaba- y aún así, siguió sintiendo que su cuerpo estaba siendo invadido.

-Yo no... no quería- estaba nervioso, sabía que no debió haber traído aquellas cosas para sus heridas, si no se hubiera descuidado tanto, ahora no estaría en esa incómoda situación -, es que yo...

-Lo sé, utilicé lo que trajiste para curarme- mintió el Alfa -, gracias por eso.

Xiao Zhan suspiró, sintiendo que un gran peso se iba de encima con esas simples palabras, aún así no dejó de sentirse algo nervioso.

-Me voy- avisó, antes de levantarse casi corriendo de la cama, sin embargo, de reojo pudo ver como las manos de Yibo estaban aún lastimadas, incluso aún más.

Eso hizo que detuviera su huida de golpe, volviéndose hacia el mayor, quien aún seguía acostado. Yibo solamente sintió como un lado de la cama volvía a hundirse.

-Tus manos...

Doble mierda.

-¿Qué tienen mis manos? ya están bien, ya te dije- le respondió.

-Están más lastimadas, se ven peor que antes. ¿Seguro que te desinfectaste?- dijo.

-Lo hice, aunque si quieres hacerlo tú mismo no hay problema.

Xiao Zhan negó rápidamente, sabía que Yibo le diría algo así y él no accedería tan fácilmente, ya había sido un paso muy grande para él llevarle un poco de remedio para su dolor, y preocuparse un poco por sus heridas. Pero de ahí a hacer algo más allá por supuesto que no.

-Adiós.

Está vez no alcanzo a moverse ni un pie, cuando sintió un fuerte tirón de su brazo, ambos rodaron por la cama del Alfa y Xiao Zhan quedó bajo su cuerpo, Wang Yibo sonrió confiado y algo divertido, viendo como las cejas del omega se fruncian por el enojo.

-¿Estas jugando a ser el estúpido tan temprano? ¿qué esperas? déjame ir- le reprendió el omega.

-Sabes, no muchas personas tienden a hablarme de esa manera- le dijo, soltando una risa -, pero creo que ese vocabulario te va tan bien.

Xiao Zhan y sus orejas lo delataron rápidamente, él porque su cuerpo había temblado bajo las palabras del Alfa y como producto de eso sus orejas se habían puesto rojas. Oh mierda, que alguien lo ayude, ahora estaba en muy serios problemas.


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