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Querida Glinda,

Han pasado algunos días desde que escribí mi primera carta, aunque, lamentablemente, no tuve el valor de hacerla llegar a tus manos.

¿La razón? Creo que ya te lo mencioné antes.

Además de eso, estoy segura de que habrías pensado que se trataba de una broma cruel. Créeme, yo habría pensado lo mismo.

Pero siendo honesta, de haber sido el resultado contrario, el temor de que llegaras a descubrir la verdad en esa carte, darte cuenta de que sigo viva, de que escapé, me resultó más aterradora que el escribir estas palabras.

Y, sin embargo, aquí estoy, escribiéndote de nuevo. Ni siquiera estoy segura de por qué lo hago, cuando sé que probablemente tampoco haré llegar esta carta a ti, todo por mi cobardia.

Supongo que, al menos convertir mis pensamientos en palabras, es una manera de desahogar todo lo que siento ahora, todo lo que quisiera decirte estando frente a ti si tuviera el coraje suficiente.

Por cierto, he sabido que las cosas en Oz está comenzando a volver a la normalidad. Puedo decir que por primera vez se respira un aire diferente y de tranquilidad. Me alivia saber que el Mago finalmente se ha marchado y que con él se han ido la represión y las injusticias que trajo consigo. También escuché que Madame Morrible está pagando por todos sus crímenes, incluida la muerte de mi pobre hermana Nessa. Saber esto me libera de un peso enorme, uno que pensé que llevaría para siempre, solo conmigo.

Nada de esto podría haber sido posible sino fuera por ti, gracias a ti. Tú lo hiciste posible, has logrado dar el primer paso de lo que tanto he anhelado.

Glinda, nunca había estado tan orgullosa de ti como lo estoy ahora.

Quisiera poder celebrar este logro contigo. Quisiera verte una vez más, estar a tu lado y sostener tu mano. Quisiera abrazarte con todas mis fuerzas. Jamás había sentido esta necesidad con tanta intensidad. Pero sé que es un deseo que debo reprimir, quizás para siempre.

En su lugar, me conformo con verte desde lejos, observándote no solo como la gran gobernante que Oz necesita, sino como la mujer que siempre supe que podrías ser. La verdadera, auténtica, y brillante Galinda.

Mi Glinda.

Espero con todo mi corazón que encuentres la felicidad dentro de ti misma y que vuelvas a iluminar el mundo con ese encantador brillo en tus ojos.

Nuevamente, y para siempre tuya,
Elphie.

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