Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🦋𝟏𝟏🦋

Año 1846, Dongnae (Ciudad de Busan moderna).


Hace varios siglos, en una época en la que la bulliciosa ciudad de Busan, conocida entonces como Dongnae, se erigía como un coloso de actividad en la península coreana, sus puertos vibraban con la llegada y partida de barcos de vela, marcando el ritmo constante de la vida marítima. Los muelles, impregnados con el aroma salado del mar, resonaban con la energía febril de pescadores, comerciantes y marineros, cada uno con su propio propósito y destino. Las calles adoquinadas, estrechas y sinuosas, pululaban con la frenética actividad urbana: vendedores ambulantes vociferaban sus mercancías exóticas, mientras las risas y los murmullos de conversaciones en una variedad de idiomas llenaban el aire. En el horizonte, las colinas verdes de los alrededores abrazaban la ciudad, mientras el mar, resplandeciente bajo el sol, ofrecía un constante recordatorio de la conexión eterna entre Busan y el vasto mundo más allá de sus costas.

En medio de este vibrante escenario, se encontraba Jungkook, un joven de unos veinticinco años, sentado en un banco de madera gastado por el tiempo, sumido en la dicha de plasmar su entorno en un lienzo. A su alrededor, se extendían edificios de madera envejecida por el paso de los años, con tejados curvados y puertas de colores desgastados que mostraban el paso del tiempo. Las sombras de los árboles se extendían sobre el suelo adoquinado, creando un juego de luces y sombras que inspiraba la creatividad de Jungkook.

Dibujar era su pasión, y cada trazo le llenaba de felicidad. Con cada pincelada, intentaba capturar la esencia de Dongnae en su máxima expresión: el movimiento de las olas contra los muelles, el bullicio de la gente en las calles, el aroma salado del mar que impregnaba el aire. Cada detalle, desde las sombras en los rostros de los pescadores hasta el brillo del sol sobre el agua, era cuidadosamente representado en su obra.

Pero la tranquilidad se vio interrumpida cuando Jungkook notó a una pequeña niña de cabellos rubios, no mayor de cuatro años, vagando perdida por la zona. Sus ojos azules reflejaban la confusión y la incomodidad, y Jungkook sintió una punzada de preocupación al verla tan desamparada en medio de la bulliciosa ciudad. Al observarla más detenidamente, pudo notar el contraste entre su vestimenta desgastada y el brillo de sus ojos, que parecían contener un mundo de curiosidad y asombro.

En un instante, su atención se desvió hacia un hombre cercano que parecía tener intenciones sospechosas, agarrando con fuerza la mano de la niña, como si estuviera a punto de llevarla quién sabe a dónde. El hombre, de aspecto rudo y mirada evasiva, inspiraba desconfianza en Jungkook, quien intuyó de inmediato que algo no estaba bien. Sin dudarlo, se puso de pie rápidamente del banco y se encaminó hacia la pequeña, decidido a intervenir y protegerla de cualquier peligro.

-Cariño, ¿ese es tu padre? -preguntó Jungkook con una voz llena de preocupación, sus ojos oscuros escudriñando al hombre con una mirada inquisitiva. Su corazón latía con fuerza mientras observaba la interacción entre la niña y el hombre desconocido. Una brisa fría del invierno coreano le hacía temblar ligeramente, pero su determinación por proteger a la niña lo mantenía firme.

-No, señor -respondió la niña con voz temblorosa, aferrándose al brazo de Jungkook. Su pequeña figura estaba envuelta en un abrigo desgastado que apenas lograba protegerla del frío invernal. Sus ojos brillaban con una mezcla de temor y esperanza mientras miraba a Jungkook en busca de seguridad.- Él dijo que iba a ayudarme a encontrar a mi mamá ¡Y que me daría muchos dulces! ¡Pero esta comportandose raro!

Antes de que el hombre pudiera articular una palabra, una mujer apareció corriendo desesperadamente. Su cabello oscuro ondeaba detrás de ella mientras sus ojos buscaban frenéticamente entre la multitud. Su respiración agitada y el rostro marcado por la preocupación revelaban la angustia de la búsqueda desesperada por su hija perdida.

-¡Park Roseanne! ¡Ahí estás! -exclamó la mujer con un alivio palpable en su voz mientras corría hacia ellos y abrazaba a su hija con fuerza. Sus mejillas estaban enrojecidas por el frío y el esfuerzo, pero su expresión irradiaba una mezcla de alegría y alivio al encontrar a su pequeña a salvo. Sus brazos rodeaban a la niña con ternura, protegiéndola del mundo exterior con un amor maternal palpable.

-Muchas gracias, señores, por encontrar a mi niña -expresó la mujer con gratitud, su mirada alternando entre Jungkook y el hombre que ahora estaba a su lado. Su voz temblaba ligeramente, cargada de emociones encontradas mientras agradecía a los extraños que habían ayudado a reunirla con su hija- Y usted, Jungkook, siga dedicandose a lo que hace. Mi marido es un gran admirador de tu trabajo -Sus palabras estaban llenas de sinceridad y aprecio, reconociendo el papel crucial que Jungkook había desempeñado en el retorno seguro de su hija.

Con una sonrisa de alivio y gratitud, la mujer se llevó a su hija del lugar, dejando atrás un aura de felicidad y alivio que se mezclaba con el murmullo constante de la ciudad. El sonido de sus pasos se desvaneció lentamente mientras se alejaban, llevando consigo la calma después de la tormenta.

-Vaya, joven Jeon -comentó el hombre con un tono sarcástico, sus labios curvados en una sonrisa que no alcanzaba a sus ojos. Sus palabras resonaban con una amenaza velada, y Jungkook percibió la hostilidad en cada una de ellas.- Serás el artista conocido que serás. Puede ser que esa niña no pudiera llevársela conmigo, pero tú no te salvas. Estás advertido. -Su tono era amenazante, y Jungkook percibió la hostilidad en cada palabra.

Jungkook tomó la advertencia con un toque de ironía, incluso dejando escapar una risa ante las palabras del hombre. Había ayudado a una niña y se sentía satisfecho consigo mismo, por lo que no le dio mucha importancia a la amenaza. Aunque no estaba seguro de las intenciones del hombre, sabía que si no hubiera intervenido, la niña no habría podido reunirse con sus padres ese día. Su corazón estaba lleno de la satisfacción de haber hecho lo correcto, independientemente de las consecuencias que pudieran seguir.

Sin embargo, la calma que había encontrado se vio bruscamente interrumpida días después cuando aquel hombre se cruzó nuevamente en su camino, esta vez en un callejón oscuro y desolado. La atmósfera se cargó de tensión mientras Jungkook se percataba de la presencia siniestra que se acercaba cada vez más, como una sombra acechante que se deslizaba sigilosamente hacia él. Antes de que pudiera reaccionar, se vio acorralado por el hombre, quien aseguró que no hubiera testigos alrededor antes de atacarlo.

Un dolor punzante atravesó el cuello de Jungkook, y sintió un líquido cálido y viscoso esparciéndose por su piel. Todo a su alrededor se volvió oscuro mientras la conciencia se desvanecía, y desde aquel momento, su vida cambiaría drásticamente. Aquel líquido desconocido, introducido en su organismo por la fuerza, marcó el inicio de una pesadilla que lo perseguiría durante años.

Mientras su cuerpo se debilitaba y la oscuridad lo envolvía, un pensamiento asaltaba la mente de Jungkook: ¿Hubiera sido todo diferente si no hubiera ayudado a esa niña? La pregunta resonaba en su cabeza, sin encontrar una respuesta clara. Tal vez, su vida habría seguido su curso normal, dedicándose a su pasión por el arte sin mayores complicaciones. Sin embargo, era inútil especular sobre lo que podría haber sido. No podía ignorar el hecho de que había intervenido aquel día y que su acción había tenido consecuencias imprevisibles.

Mientras tanto, la niña que había rescatado estaría riendo y jugando con su familia, ajena al oscuro destino que pudo haber sido arrebatado. Aunque Jungkook no podía cambiar lo sucedido, encontraba consuelo en saber que, al menos, había logrado salvar una vida de caer en las garras de la oscuridad. Al final, algunas cosas simplemente no podían ser cambiadas, y aceptarlo era el primer paso hacia la redención.

-Te dije que no huirías de mí, jovencito. Veamos qué tan compatible eres. No me decepciones.

Jungkook no entendió a qué se refería el hombre, hasta que desperto. Abrió los ojos lentamente, como si emergiera de un sueño profundo. Su cuerpo parecía pesar una tonelada, como si estuviera envuelto en plomo, y cada movimiento era una lucha contra la gravedad misma. Por un instante, creyó que ya había muerto, pero esa idea fue descartada al instante al notar una sed que nunca había sentido, una sed que no podía ser calmada con agua simplemente.

Desorientado, Jungkook observó su entorno con ojos que luchaban por enfocarse en la penumbra de la celda. Las paredes estaban cubiertas de humedad y moho, y el olor a metal oxidado flotaba en el aire. Las cadenas que aprisionaban sus tobillos eran frías al tacto, y la sensación de estar atrapado se intensificaba con cada respiración.

El lugar donde se encontraba tenía un aire opresivo y estéril, típico de un laboratorio clandestino. El sonido lejano de maquinaria ominosa y el susurro constante de voces indistintas llenaban el ambiente, creando una sensación de inquietud que se aferraba a su piel.

Jungkook giró la cabeza hacia la izquierda y se encontró con la mirada de otro prisionero, un joven de cabellos azabaches cuyos ojos reflejaban una mezcla de resignación y temor. La expresión de lástima en su rostro era un reflejo de la desesperación compartida por ambos, prisioneros en un lugar donde la esperanza era un lujo inalcanzable.

-¿Q-quién eres? -balbuceó Jungkook, aún aturdido por la situación, mientras intentaba articular las palabras en medio del caos que invadía su mente.

Jungkook despertó de su aturdimiento y observó a Jimin con curiosidad. Los recuerdos recientes, el horror de descubrir que estos experimentos continuaban hasta la actualidad, el saber que estaban siendo obligados a beber sangre humana; todo parecía una mezcla de acontecimientos que estaban despertando su pasado, uno que anhelaba enterrar en lo más profundo de su ser. Sin embargo, por más que lo intentara, este seguía ahí, presente, como una sombra que se aferraba a su conciencia y se negaba a desaparecer.

La luz del amanecer se filtraba suavemente por las cortinas entreabiertas, pintando la habitación con tonos dorados y dejando atrás la oscuridad de la noche. Los primeros rayos de sol acariciaban delicadamente los rostros de Jungkook y Jimin, que yacían en la calma de la mañana.

-Buenos dias, Jungkook-ah. -La voz de Jimin resonó suavemente en la habitación, rompiendo el silencio matutino como una suave melodía que invitaba al despertar.

Jungkook se estiró lentamente, sintiendo el suave cosquilleo de los primeros destellos de conciencia que se filtraban en su mente adormecida.

-Buen dia, Jimin-ssi. -Respondió Jungkook con un tono de voz aún somnoliento, mientras parpadeaba lentamente para alejar el sueño de sus ojos. Cada parpadeo era como un intento por despertar por completo, como si estuviera emergiendo de las profundidades de una pesadilla.

-¿Por qué me miras así? ¿Acaso ronque mientras dormía? -Preguntó Jungkook con una leve sonrisa, notando la mirada preocupada de Jimin. Su sonrisa era cálida y tranquilizadora, pero sus ojos reflejaban una inquietud que no pasó desapercibida para Jimin.

Jimin observó a su Jungkook con una mezcla de alivio y preocupación mientras este se despertaba. Había sido una noche inquieta, llena de pesadillas y susurros apenas audibles que habían inquietado incluso a Jimin, quien había permanecido despierto en silencio, velando por el sueño de Jungkook.

-No es eso, solo que parecías tener una pesadilla. Era como si estuvieras llorando. Intenté despertarte, pero parecía que no me escuchabas. ¿Estás bien? -La preocupación se reflejaba en los ojos de Jimin mientras lo observaba con atención, buscando cualquier indicio de malestar en su rostro.

-¡Por supuesto! ¡Estoy de maravilla! -Respondió Jungkook con una sonrisa forzada, aunque sus ojos revelaban una angustia interna que no lograba ocultar. Su abrazo repentino a Jimin fue casi desesperado, como si buscara consuelo en el contacto físico, como si intentara aferrarse a algo tangible en medio de la confusión y el malestar que lo invadían.

Ambos se observaron el uno al otro por unos segundos. Jimin sentía que había algo que Jungkook no estaba contándole, pero ¿Cómo podía seguir insistiendo teniendo esa sonrisa de par en par frente a sus ojos?

Jungkook se levantó del sofá con una sonrisa juguetona en el rostro y se dirigió hacia Jimin, quien lo miraba con simpatía desde su lugar. La luz matutina se filtraba suavemente por la ventana, iluminando la habitación con tonos cálidos y acogedores, creando un ambiente acogedor y tranquilo.

-Podríamos desayunar juntos ¿Que crees? -propuso Jungkook, con entusiasmo en su voz. Su sonrisa era contagiosa, irradiando energía y alegría.

Jimin, con una sonrisa igualmente amable, quería aceptar encantado la propuesta. Sin embargo, su expresión cambió ligeramente cuando recordó sus responsabilidades. La expresión de Jimin reflejaba un delicado equilibrio entre el deseo de pasar tiempo con Jungkook y el deber de cumplir con sus compromisos. Sus cejas se fruncieron ligeramente en una muestra de preocupación mientras reflexionaba sobre su agenda del día.

-Me encantaría, Jungkook-ah, pero tengo que ir a ver a los profesores a cargo... Taehyung me envió un mensaje temprano y parece que tienen algo importante que decirle a los bailarines novatos y tenemos que estar todos ahí -explicó Jimin con una expresión de disculpa en sus ojos. La preocupación por su deber era evidente en su voz, pero también había una chispa de pesar por perderse la oportunidad de compartir un momento tranquilo con Jungkook. Su voz resonaba suavemente en la habitación, añadiendo un tono de seriedad al ambiente relajado.

Una pizca de decepción cruzó el rostro de Jungkook, aunque trató de ocultarlo con una sonrisa comprensiva. Su expresión revelaba una mezcla de comprensión por la situación de Jimin y un anhelo por pasar tiempo juntos. Sus ojos, llenos de afecto, buscaban los de Jimin en busca de consuelo mutuo en medio de la situación.

-Entiendo, Jimin-ssi. No te preocupes, luego encontraremos un momento para desayunar juntos -respondió con amabilidad. Tomó las manos de Jimin entre las suyas, jugueteando con ellas como gesto de afecto y consuelo. La conexión entre ambos era palpable, incluso en los momentos de desilusión. La calidez de su contacto transmitía una sensación de camaradería y apoyo mutuo.

Jimin observó las pinturas que Jungkook había creado de él. Una expresión de asombro y admiración se reflejó en su rostro mientras examinaba cada trazo de pincel, cada detalle capturado con habilidad por el artista. Sus ojos recorrían las obras con reverencia, apreciando la habilidad y el talento de Jungkook.

-Jungkook, de verdad, estas pinturas son increíbles -elogió Jimin con una sonrisa genuina- Nunca pensé que alguien pudiera captar mi esencia de esta manera. Eres realmente talentoso.

Jungkook, complacido por las palabras de Jimin, sonrió modestamente y agradeció el cumplido. La apreciación de su arte por parte de Jimin significaba mucho para él. Sus ojos brillaban con orgullo y gratitud, reflejando la alegría de ser reconocido por Jimin.

Jimin, continuando con su elogio, agregó:

-Deberías venir a la academia cuando tengas tiempo, es donde ensayo más seguido. Me encantaría que veas algunas de mis rutinas de baile en persona. Tal vez puedas inspirarte. -Su voz estaba llena de entusiasmo y anticipación, invitando a Jungkook a ser parte de su mundo y compartir su pasión por el baile.

La invitación de Jimin resonó en el aire, creando una expectativa emocionante en el corazón de Jungkook. Imaginaba el escenario vibrante de la academia, la música resonando en el aire y la elegancia de los movimientos de su amigo. La idea de presenciar las rutinas de baile de Jimin en persona llenaba su mente con anticipación y emoción.

-¡Claro, Jimin-ssi! -respondió Jungkook con entusiasmo, su voz llena de energía-. Estaré encantado de visitarte cuando tenga un momento libre. Será genial ver tus rutinas de baile sin nadie más alrededor... pero yo no necesito solo verte bailar para sentirme inspirado, no es solo tu baile lo que me inspira, tú lo haces.

La sinceridad en las palabras de Jungkook resonó en la habitación, reflejando la profunda admiración que sentía por Jimin. Había algo en la presencia de Jimin que despertaba su creatividad y lo motivaba a seguir adelante en su arte.

Después de intercambiar algunas palabras más y compartir un café apresurado, Jimin se puso de pie con su característica elegancia para despedirse. Su sonrisa amable iluminaba la habitación mientras se dirigía hacia la puerta, pero antes de salir, se volvió hacia Jungkook con una expresión tranquilizadora.

-Ya no está lloviendo, pero te enviaré un mensaje cuando llegue a salvo. No te preocupes, tomaré un taxi -aseguró Jimin, su tono suave transmitiendo seguridad y calidez.

-Por favor, hazme saber que estás bien. Estaré esperando tu mensaje -respondió Jungkook con una nota de preocupación en su voz, su mirada fija en el rostro de Jimin, buscando una garantía de su seguridad.

En un momento de cercanía compartida, ambos se acercaron instintivamente, como si el impulso de despedirse fuera más allá de las palabras. Sin embargo, detuvieron el gesto al mismo tiempo, riendo ante la simpatía del momento. En lugar de un beso en los labios, Jimin depositó un dulce beso en la mejilla de Jungkook, sellando así su despedida con un gesto de afecto y cariño.

En cuanto cerró la puerta tras la partida de Jimin, una extraña sensación se apoderó de Jungkook, como si un torrente de emociones lo golpeara de repente. La intensidad del momento lo llevó a dirigirse rápidamente hacia el espejo en el pasillo de su casa. Al observarse, notó con sorpresa que sus colmillos estaban expuestos, revelando su verdadera naturaleza vampírica. El encuentro cercano con Jimin había despertado un instinto largo tiempo adormecido en él, y la sed de sangre se manifestaba con más fuerza de lo que recordaba. El reflejo de su propia condición vampírica le recordó la importancia de seguir las indicaciones de Jin: beber sangre de forma controlada y pausada. A pesar de ello, en ese momento, la sed parecía más intensa de lo que había experimentado en mucho tiempo, y sin pensarlo demasiado, tomó un poco más de lo aconsejado.

Mientras Jungkook saboreaba la sangre, la sensación familiar pero olvidada del latido de su corazón se apoderaba de él. El eco rítmico de ese pulso vital resonaba en sus oídos, recordándole la conexión con la humanidad que alguna vez había dejado atrás. La experiencia era como un recordatorio de su dualidad, un recordatorio de que, a pesar de su naturaleza vampírica, aún tenía un lazo con el mundo humano que lo rodeaba.

La tranquilidad momentánea se vio interrumpida por la llegada de Eunwoo, cuyos pasos resonaban en el pasillo con un tono urgente. Al ver los ojos rojos de Jungkook, Eunwoo no pudo evitar sentir una punzada de preocupación, sus propios ojos reflejando su inquietud mientras observaba atentamente la expresión de Jungkook en busca de alguna señal de peligro.

-¿Jungkook? Tus ojos... ¿por qué están rojos? -inquirió Eunwoo con una mezcla de curiosidad y ansiedad, su voz ligeramente tensa mientras se acercaba al joven vampiro. Observaba con atención los ojos de Jungkook, buscando cualquier indicio de peligro. En la penumbra de la habitación, la mirada de Eunwoo parecía más intensa, llena de preocupación.

Jungkook, sin vacilar, decidió ser sincero... a medias:

-No es ansia por sangre, Eunwoo. Es deseo. Es algo normal entre los vampiros. No solo se tornan rojos al desear sangre, sino también ante el deseo mismo... ya sabes, lujuria y esas cosas.

A pesar de la explicación de Jungkook, Eunwoo no pudo evitar sentir un nudo en el estómago. La situación era inusual y, aunque Jungkook intentaba tranquilizarlo, aún existía un manto de incertidumbre en el aire. El silencio se tornó denso por un momento, cargado de la tensión que flotaba entre ellos.

Eunwoo frunció el ceño con preocupación. La idea de que Jungkook pudiera estar sucumbiendo a sus instintos vampíricos lo inquietaba profundamente. Observaba atentamente cada gesto de Jungkook, buscando cualquier indicio de que estuviera en peligro. Cada pequeño movimiento, cada cambio en su expresión, era analizado minuciosamente por Eunwoo, quien no podía evitar sentir que algo no estaba del todo bien.

-Eunwoo. Estoy bien, de verdad. Solo necesitaba un poco... de alivio. -añadió Jungkook, tratando de convencer a Eunwoo de que no había nada de qué preocuparse. Sin embargo, su tono de voz denotaba una incomodidad subyacente, una conciencia de que tal vez había cruzado una línea peligrosa. La habitación parecía más fría de repente, como si el aire estuviera impregnado de tensión.

Eunwoo asintió, aunque aún no estaba completamente convencido. Conocía los desafíos únicos que enfrentaba Jungkook como vampiro, pues él también era consciente de los mismos, y la idea de que pudiera caer en la tentación era una preocupación constante para él. Sin embargo, confiaba en la fortaleza y la determinación de Jungkook para superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.

-Si necesitas hablar sobre algo, estoy aquí para ti, Jungkook -añadió Eunwoo con tono tranquilizador.

Jungkook asintió con gratitud, reconociendo la genuina preocupación de Eunwoo y su disposición para brindar apoyo incondicional. La presencia reconfortante de Eunwoo lo tranquilizaba, aunque sabía que había cosas que aún no podía compartir plenamente.

-¿Qué te trae por aquí? -preguntó Jungkook. Eunwoo solía aparecer sin previo aviso, lo cual era típico de él. Siempre había sido así, sin necesidad de llamar o programar una visita. Era como si intuyera cuándo necesitaba compañía. La luz de la lámpara iluminaba tenuemente la habitación, creando un ambiente acogedor y cálido que contrastaba con la inquietud que aún persistía en el aire.

Eunwoo tomó una pausa. Observó el rostro de Jungkook, notando las diversas emociones que se reflejaban en sus ojos: curiosidad, expectación y quizás un toque de ansiedad. Decidió elegir sus palabras con cuidado, consciente de la importancia de la noticia que estaba a punto de compartir.

-El dueño del lugar, Choi Seongjin, no puede mover la fecha de la exposicion -comenzó Eunwoo, su tono de voz tranquilo pero firme, transmitiendo un mensaje de seriedad. Tomó aire antes de continuar-. Intenté hacerlo entrar en razón para que sea la próxima semana, pero insiste en hacerla este viernes. Lo bueno de esto es que tienes trabajo adelantado y no debes preocuparte por entregar las pinturas con poco tiempo como te ha pasado, -añadió Eunwoo, tratando de encontrar un lado positivo en la situación. Quería asegurarse de que Jungkook entendiera que, aunque la fecha de la presentación fuera antes de lo esperado, aún tenía tiempo para pulir su trabajo y asegurarse de que estuviera perfecto.

-No consegui mover la fecha... pero he conseguido algo mejor.

-¿Qué es? -preguntó Jungkook, interesado en la nueva información.

Eunwoo sacó una tarjeta de su bolsillo interior y la sostuvo entre sus dedos por un momento, como si estuviera evaluando su significado. La atmósfera se cargó de una tensión palpable mientras sopesaba el peso de lo que estaba a punto de revelar. Luego, con determinación, extendió la tarjeta hacia Jungkook, ofreciéndosela con una expresión seria pero amistosa. Cada gesto estaba imbuido de una urgencia silenciosa, como si el simple acto de pasarle la tarjeta fuera un paso crucial en un plan meticulosamente trazado.

-El número de contacto de Min Yoongi. No será necesario viajar a Daegu, Jungkook... Está en Seúl. Me lo ha dicho su... secretaria.

La tarjeta brillaba ligeramente a la luz del ambiente, mostrando el nombre de Min Yoongi y su información de contacto impresa en letras claras y nítidas. Jungkook la miró con curiosidad, sintiendo cómo la perspectiva de poder comunicarse con alguien tan influyente como Min Yoongi cambiaba su percepción de las cosas. Una sensación de anticipación vibraba en el aire mientras contemplaba el pequeño trozo de cartulina que podría abrir puertas antes inalcanzables.

-¿Secretaria? -Jungkook arqueó una ceja, intrigado por la revelación. La palabra resonó en el aire, cargada de significado y posibilidades. ¿Qué tipo de persona era en la actualidad Min Yoongi, que operaba a través de intermediarios incluso en sus comunicaciones más básicas?

-Al parecer, Yoongi es una persona más poderosa de lo que pensábamos, y no estoy hablando solo en términos vampíricos, sino en cuanto a su influencia económica y estatus. Sin embargo, no fue fácil conseguir su número. No suele tener mucho contacto con las personas, lo que hizo que su teléfono de contacto fuera casi imposible de conseguir. No creo que pretenda concretar una reunión si le hablo yo. Creo que es algo que deberías hacer tú, mi amigo.-Eunwoo concluyó con una mirada de complicidad hacia Jungkook, reconociendo la importancia de esta oportunidad para él. Cada palabra estaba impregnada de un peso significativo, como si entendiera la magnitud del paso que estaban dando y estuviera determinado a asegurarse de que Jungkook estuviera preparado para enfrentarlo.

Después de que Eunwoo terminara de hablar, un breve silencio llenó la habitación, permitiendo que la gravedad de la conversación se asentara entre ellos. Jungkook contempló la tarjeta que Eunwoo le ofreció, sintiendo su peso simbólico en la palma de su mano. La idea de contactar a Min Yoongi, un nombre que resonaba con tantas emociones y recuerdos, era como un paso crucial en su búsqueda de respuestas.

Finalmente, levantó la mirada hacia Eunwoo, con una expresión determinada en su rostro.

-Gracias, Eunwoo. Esto es increíble. Voy a contactar a Min Yoongi lo antes posible y ver si podemos organizar una reunión pronto -declaró Jungkook con firmeza, dejando en claro su compromiso de seguir adelante, sin importar los desafíos que pudieran surgir.

Eunwoo asintió en respuesta, sintiendo un pequeño alivio al ver la determinación de Jungkook. Entregó el colmillo restaurado por el doctor Na, un símbolo tangible de su propia resolución para ayudar a Jungkook en su búsqueda.

-Entonces, mi trabajo aquí está hecho por hoy, Jungkook. Confío en que Yoongi tenga más respuestas que nosotros -añadió Eunwoo, transmitiendo una sensación de confianza-. Aunque hay algo que no entiendo. ¿Cómo es posible que Jin, siendo treinta años mayor que tú, no haya sido infectado por el vampirismo como tú? Me refiero a los experimentos, ya sabes.

Jungkook reflexionó sobre la pregunta de Eunwoo por un momento antes de responder, reconociendo la complejidad de su propia transformación y la de Jin.

-Jin fue transformado de manera diferente, como tú. Simplemente despertó un día así después de un accidente. Recuerda haber visto un ángel en ese momento, aunque probablemente fuera la vampira que le dio su sangre antes de morir. En mi caso, fui uno de los vampiros con los que empezaron a experimentar, pero seguramente llevaban muchos años en eso.

-¿Fue una vampira la que lo convirtio?

-Asi parece.

Eunwoo asintió, procesando la información mientras se despedía. La conversación había despertado su interés en conocer más sobre Yoongi y los misterios que rodeaban su historia.


Por otro lado, Jimin se apresuró por los pasillos, sintiendo el eco de sus propios pasos resonar en las paredes mientras se abría paso entre los estudiantes y el personal que transitaba por los corredores. El tiempo parecía deslizarse entre sus dedos, y la urgencia de llegar a tiempo para la reunión lo impulsaba a acelerar el paso, su corazón latiendo con fuerza en su pecho.

Cuando finalmente llegó al lugar designado, se detuvo un momento para recuperar el aliento, sintiendo cómo el aire llenaba sus pulmones y calmando los latidos frenéticos de su corazón. Sacó su teléfono con manos temblorosas y rápidamente envió un mensaje a Jungkook, una pequeña pausa en medio del torbellino de su día, quería hacerle saber que había llegado bien.

Al entrar en la sala de reuniones, fue recibido con un cálido abrazo de Taehyung y Hoseok, quienes ya estaban allí, sus sonrisas rebosantes de entusiasmo pero matizadas por una pizca de preocupación. Jimin devolvió el gesto con una sonrisa amable, pero no pudo evitar notar el nerviosismo palpable en el ambiente.

-¡Jimin, estás aquí! -exclamó Taehyung con alivio, su voz resonando en la habitación.

-Sí, llegué a salvo. ¿Qué está pasando? Parece que hay algo más, ¿verdad? -preguntó Jimin, sus ojos buscando respuestas en las expresiones de sus amigos.

Hoseok intercambió una mirada significativa con Taehyung antes de hablar, y Jimin sintió cómo la intriga se apoderaba de él, anhelando descubrir el motivo de la reunión.

-Oh, sí, amigo. Tenemos noticias emocionantes... y un poco estresantes. -dijo Hoseok, su tono reflejando la dualidad de emociones en la habitación.

El corazón de Jimin comenzó a latir con más fuerza ante la anticipación de lo que vendría a continuación, cada latido marcando el tiempo que pasaba mientras esperaba escuchar la revelación.

-¿Qué pasa? -inquirió, su voz llena de expectación y curiosidad, mientras se preparaba para lo que vendría a continuación.

-¡Haremos una última presentación como cierre de la gira aquí en Seúl con todos los bailarines novatos! -anunció Taehyung, irradiando entusiasmo.

La noticia fue recibida con una mezcla de emociones en el corazón de Jimin. Aunque estaba emocionado por la oportunidad de cerrar la gira en su ciudad natal, la expresión seria en los rostros de Taehyung y Hoseok le hizo saber que había más por venir.

-¡Eso es increíble! -exclamó, tratando de mantener el ánimo, pero la tensión en el aire no pasó desapercibida para él.

-Sí, pero aquí viene lo complicado. Debes preparar un nuevo solo para la actuación... todo tiene que ser totalmente nuevo. -reveló Hoseok, su tono cargado de seriedad mientras enfrentaba la mirada inquisitiva de Jimin.

Jimin asintió, sintiendo el peso del desafío que tenía por delante, pero también la emoción de la oportunidad de brillar una vez más en el escenario. La gira estaba llegando a su fin, pero la intensidad de las emociones seguía aumentando con cada nueva revelación.

Mientras Jimin asimilaba la noticia sobre la actuación y se preparaba mentalmente para el desafío por delante, su atención fue atrapada por la figura del hombre pálido que conversaba con los profesores.

Observó cómo el hombre movía las manos con gestos expresivos mientras hablaba, y la forma en que su postura denotaba confianza y autoridad. La tenue luz del salón, delineaba los rasgos del hombre pálido que conversaba con los profesores. Aunque se mantenía en la penumbra, su presencia destacaba por una elegancia natural que irradiaba autoridad y confianza. Jimin notó cómo la luz apenas acariciaba su tez, revelando unos rasgos pálidos pero atractivos, características que parecían sobresalir.

Hoseok, con una sonrisa juguetona bailando en sus labios, parecía disfrutar del aire de misterio que rodeaba al hombre, mientras que Taehyung se unió con entusiasmo a la conversación.

-Ah, ese es el director de una de las academias más prestigiosas en Daegu. Y, por cierto, es bastante atractivo, ¿no les parece? -comentó Hoseok con una chispa traviesa en sus ojos, provocando una risa cómplice entre los tres amigos, como si compartieran un secreto divertido.

Sin embargo, antes de que Hoseok pudiera continuar con su explicación sobre la presentación, Taehyung, siempre con un ojo para lo intrigante, desvió la atención hacia otro tema.

-¡Ah, Jimin! Antes de que nos emocionemos demasiado con el director guapo, ¿Jungkook terminó esas pinturas de ti? ¿Puedes darnos más detalles? -preguntó Taehyung con su característica picardía.

Jimin, sorprendido por el cambio repentino de tema, frunció el ceño, ligeramente confundido por la mención de las pinturas.

-¿Pinturas? ¿Te refieres a Jungkook... Jeon Nabi? ¿De qué estás hablando? -Hoseok, observando a sus amigos con una expresión de desconcierto, claramente no estaba al tanto de la situación. Jimin había sido muy claro en sus instrucciones: mantener el secreto sobre las habilidades artísticas de Jungkook, aunque había permitido ciertas excepciones con sus amigos más cercanos.

-Bueno, no puedo entrar en muchos detalles, y ustedes tampoco deberían sacar el tema a colación... pero déjenme decirles que la habilidad artística de Jungkook es algo excepcional, algo que realmente desafía la descripción con palabras -comentó Jimin, con un brillo de admiración en sus ojos mientras recordaba las obras de arte que había presenciado. La idea de que Taehyung estuviera indagando sobre este asunto le hacía preguntarse cuánto más sabía su amigo de lo que él había revelado.

-Interesante... -musitó Hoseok, captando la sutileza en el tono de Jimin, pero sin comprender del todo la situación.

-¿Cómo que no puedes decir mucho? -Taehyung arqueó una ceja, mirando a Jimin con una sonrisa traviesa-. ¿Acaso niegas que hay algo especial entre ustedes después de lo que confesaste el otro día? Además, Hobi-hyung, ¿sabías que Jungkook se quedó a dormir en su casa anoche?

Jimin, ahora entre asombrado y divertido por la situación, se dejó llevar por la conversación, mientras observaba la expresión perpleja de Hoseok. La idea de que Taehyung estuviera al tanto de sus sentimientos hacia Jungkook le producía una mezcla de nerviosismo y emoción, aunque trató de mantener su compostura ante la sorpresa de Hoseok.

-¡Vaya, parece que me he perdido de mucho! Después de que te presentes con el director Min, necesitarás ponerme al día, Jimin.

Los tres amigos continuaron su camino hacia el amplio salón de baile donde se encontraba Min Yoongi. Cada paso resonaba en el suelo pulido, creando un ritmo inquietante en el aire cargado de anticipación. Hoseok, con su característica confianza, lideraba el grupo, listo para presentar a Jimin en medio de una atmósfera de expectativa.

El salón de baile se extendía ante ellos, majestuoso y lleno de promesas. Las paredes estaban adornadas con espejos que reflejaban la luz tenue, y el suelo de madera brillaba bajo la iluminación estratégicamente colocada. El espacio estaba lleno de un silencio expectante que aumentaba la tensión con cada paso que daban.

-Director Min, permítame presentarle a Jimin. Los profesores dijeron que debe preparar un nuevo solo para nuestra última presentación -explicó Hoseok, su voz resonando en el amplio salón con una reverberación que subrayaba la importancia del momento.

Jimin, aunque emocionado, sintió una punzada de nerviosismo cuando finalmente estuvieron frente a Min Yoongi. El hombre emanaba un aura de autoridad y misterio que lo hizo sentir pequeño en comparación. Vestido con un impecable traje oscuro que realzaba su palidez y contrastaba con su cabello negro como el ébano, Min Yoongi parecía un personaje salido de una novela de misterio.

Cuando Min Yoongi se volvió para observarlo, Jimin quedó momentáneamente sorprendido por la intensidad de su mirada. Sin embargo, esa mirada severa se suavizó al instante en una sonrisa cálida y acogedora. Extendió su mano con un gesto amable y caballeroso.

-Un gusto, Park Jimin. Mi nombre es Min Yoongi. Espero que algún día podamos trabajar juntos -dijo Min Yoongi, su voz tranquila pero con un tono profundo que resonaba en el aire, otorgando un aire de sinceridad y confianza a sus palabras.

Jimin asintió respetuosamente, sintiendo cómo la emoción y la anticipación burbujeaban en su interior como una corriente subterránea de energía. Aunque se esforzaba por mantener la compostura, la mera presencia de Min Yoongi le causaba un cosquilleo de admiración que recorría su piel y encendía su imaginación. La reputación artística de Yoongi era legendaria pero secreta para todos. Pero más allá de eso, era su atractivo formal lo que realmente capturaba la atención de Jimin en ese momento. La elegancia natural con la que se movía, la firmeza de su mirada, cada gesto y palabra resonaban con una presencia magnética que no se podía ignorar. Era como si estuviera ante un verdadero maestro de su arte, y Jimin no podía evitar sentirse abrumado por la magnitud de la oportunidad que se presentaba ante él.

-El gusto es mío, señor Min. Es un honor conocerlo, espero también que podamos trabajar juntos en el futuro. -respondió Jimin, sus palabras impregnadas de genuina admiración y entusiasmo.

🌟


Dato extra: Segun vi en internet, a partir de 1895 comenzó a ser conocida como "Busan", después de la firma del Tratado de Shimonoseki, que dejó de considerarse una ciudad independiente, pasando a ser considerada una ciudad japonesa. Hasta 1895, Dongnae era una ciudad en Corea, independiente de Japón. Luego, tras la victoria de Japón en la guerra de 1894-1895, se firmó el tratado de Shimonoseki, que entre otras cosas dejaba a Dongnae bajo el control político, económico y militar de Japón, incluyendo todas las otras ciudades del sur de Corea. Esa es la razón por la que el nombre de "Dongnae" pasó a ser "Pusan", nombre que posteriormente sería "Busan".

Pero ojo, puede fallar, no todo es confiable jdjsja

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro