Advertencias: Ninguna.

Me gustó escribir esto, porque mi hermana lo leyó y dijo "Está perrito".

~•~

—¿Te complacería dejar este mundo junto a mí?— habló el castaño tomando tus manos entre las suyas.

—No, por cuarta vez hoy, no quiero que mueras— pusiste los ojos en blanco y el soltó un quejido.

—Que mala eres...

—¿Por qué quieres morir?— preguntaste sin rodeos.

—La muerte es un proceso natural de la vida— alzó los hombros con indiferencia, al estar solos en la agencia, podía ser más sincero—. Es natural que los humanos mueran.

—Tienes miedo a la muerte.

—No...

—No era una pregunta, por eso quieres hacerlo con alguien— suspiraste apretando más sus manos—. Bueno, creo que si tuviera que elegir un modo de morir, lo haría contigo.

Los colores subieron a sus mejillas de forma violenta, para ti eran palabras menores—. ¡¿De verdad?!.

—Si no se lo pidieras a cualquiera, llegaría a pensar que soy especial, cómo pareja— soltaste u a de sus manos para acariciar su barbilla—. De forma hipotética, estaría feliz de morir contigo.

Un largo silencio inundó la sala, sus pupilas estaban dilatadas, podías jurar que podría llorar de felicidad.

—¿Qué hacen?— Ranpo apareció buscando un guía por el metro—. Que bueno que te veo, _____-chan, serás mi bastón solo por hoy.

—De acuerdo— te pusiste de pie, pero tan rápido cómo lo hiciste el castaño te tiro a su regazo.

—Lo siento, hoy estará conmigo, le diré a Atsushi que te lleve— rodeó con ayuda de sus extremidades tu cintura.

—Genial— el de ojos verdes salió sin importarle tu seguridad.

—¡Ya suéltame!— pedías entre chillidos—. Dazai, me enfadaré contigo.

—Atacame soy tuyo y tú mía— su voz estaba ronca.

—¿Qué?— dejaste de luchar al oir eso.

—Estamos unidos, no te presionaré para morir, pero ambos lo haremos juntos, y lo estaremos el tiempo que falte— sonrió dejando un beso en tu nuca—. Estaremos unidos para la eternidad.

Lo siento, pero Dazai no me parece una persona sana para tener una relación, y lo veo tan wey que confunde el morir con amar. En fin, lo amo.