Advertencias: Ninguna.

Escenario(?) dónde la agencia reacciona a una compañera masoquista.

Pinches clases presenciales, las odios, me estaba comiendo mi elote y un profe tropezó y me lo tiró.

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Atsushi:

—¡___-chan!— por accidente tropezó contigo, para evitar que cayerás por las escaleras sostuvo tu mano con mucha fuerza, de verdad mucha.

Un quejido lo hizo reaccionar, al ver tu antebrazo totalmente rojo se dió cuenta que se pasó un poquito—. ¡Lo siento mucho!.

Alzó la cara y vió una expresión extraña, parecías ¿Disfrútalo?.

—No te preocupes, podrías hacerlo de nuevo— apretaste los labios evitando soltar un chillido.

—¡¿Qué?!.

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Dazai:

Lo acompañabas para recolectar información de un robo cercano, sospechaban que fué completado con ayuda de una habilidad.

¿Cómo terminaron así?, él en el suelo y Chuuya pateandolo, fué sencillo. Encontró a Nakahara comprando un poco de vino, se burló de su sombrero y el más bajo lo golpeó.

—Maldita caballa molesta— gruñó por lo bajo.

—¡Sigo yo!— tu voz hizo que ambos voltearan a verte, visiblemente sonrojada, con una sonrisa ladina.

—¿A ____-chan le gusta esto?— cuestionó el castaño mientras se ponía de pie.

—No golpeó mujeres— contestó el pelinaranja—. Y a ti, no quiero verte de nuevo, maldito Dazai.

—Pateame, aunque sea poquito— pediste con el mismo tono lascivo de antes.

—La agencia está repleta de bichos raros— susurro el de sombrero apresurando el paso para evitar ser molestado.

—Yo puedo hacerlo si me das tu consentimiento, todo sea por ____-chan— mentira, él de hecho, es un poco sádico.

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Kunikida:

—Ahorcame un poco— pediste en lo que parecía un gemido.

No podía creer que su mujer ideal tuviera tendencias masoquistas, rápidamente busco en su agenda algún apartado que explicará lo sucedido. No lo había, tampoco era algo que marcó como incorrecto.

—Lo siento, si no quieres hacerlo está bien— hablaste pero su mano cubrió tu boca.

—Estoy pensando— se acomodó mejor para buscar una solución lógica.

—Es que estamos en medio de algo— literalmente olvidó que tenían sexo.

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Fukuzawa:

Estabas sentada en su regazo, compartiendo los dulces que una tienda cercana mandó para ustedes, tú perdida en tu mundo, y él analizando cada fracción de tu rostro.

Un mosquito se paró en tu brazo, el hombre no lo pensó mucho antes de soltar una palmada, que se quedó marcada.

—Lo siento, había un mosquito— ya conocía bastante bien tus pensamientos, por lo que trató de explicarte el malentendido.

—Ahora en mi cara— sonreiste feliz.

—No, el destino me ha traído a ti, para protegerte— quien sabe, algún día lo intentaría.

La verdad si le ví los redflag, pero es Dazai :))

Siempre que hagan algo, pidan en consentimiento de las personas. En fin, Chuuya pateame.