Ese día en particular no era muy diferente a los demás, puedo enumerar todos los días del año y ninguno tendrá demasiadas diferencias entre sí, pues siempre ocurría lo mismo y yo cada día era más débil, a nivel mental, como para tener la capacidad de defenderme de lo que los demás hicieran o me dijeran inclusive.

Recuerdo haber escuchado el sonido del timbre resonando por todo el lugar, no podría olvidar ese viernes en específico, salí del salón con unas inmensas ganas de regresar a casa y refugiarme en las cálidas sábanas de mi cama, no quería hablar con nadie, no quería hacer nada... solo quería dormir, si cierro mis ojos puedo sentir, inclusive, ese potente deseo de llegar a un lugar donde me sintiera seguro.

Por esa razón es que, al salir del salón, había desarrollado una costumbre muy sencilla, la cual implicaba ocultarme entre la gente saliendo de sus respectivos salones y así, lograr que ninguno me viera, ya que, al terminar las clases del día, ninguno presta atención a lo que pasa y era el momento perfecto para que Eunwoo y su grupo pudieran... ya sabes, hacerme algo.

Pero ese día la suerte no estuvo a mi lado, porque, entre tanta gente, choqué con Lucas que, al instante en que me vio, comenzó a reír, en aquel entonces recuerdo que era muchísimo más alto que yo, y lo sé... sé qué me dirás ¿Pero cómo te aterraba alguien mucho más alto si en taekwondo has derribado a hombres mucho más altos? Con ellos siempre fue diferente, durante tanto tiempo me hicieron sentir tan miserable que... yo les creí.

Lucas, al encontrarme, me tomó con fuerza del brazo y me dirigió hacia el baño de hombres. Una vez allí, me tiró con fuerza al suelo, no me llevó mucho tiempo distinguir quién estaba frente a mí, al levantar mi mirada supe que Eunwoo estaba ahí riendo como un loco junto a Kai y Chanyeol... sabría lo que ocurriría, ya estaba acostumbrado a que eso sucediera, por supuesto. Al principio, cuando comenzó a actuar de esa manera, me tomó por sorpresa, no entendía qué ocurría con él.

Luego de un suspiro agotado, jaló de mis cabellos y me acercó a él, el miedo no tardó en hacerse presente, cada pizca de mí temblaba ante la idea que Eunwoo me hiciera daño y yo... tan solo tenía catorce años, en aquel entonces, no había pasado mucho tiempo en el que le había confesado cómo me sentía respecto a mi sexualidad y... no fue muy difícil atar cabos.

—Miren a quien me acaban de traer... ¿Puedes creer que, a los maricones como tú, los dan en adopción sus padres porque no los quieren? —No observé sus rostros, simplemente cerré mis ojos y escuché sus risas burlonas mientras que mis lágrimas se hicieron presentes, era imposible retener mi llanto, no solamente por el miedo, sino por el enojo que sentía en ese momento, piénsalo como si lo sintieras tanto... pero no eres capaz de pronunciar alguna palabra y siquiera de poder formar un puño y pegarle a esa persona para defenderte, yo sentía enojo por mi incapacidad para defenderme de los que se aprovechaban de mi debilidad.

Más no respondí nada a lo que dijo, por lo que no tomó mucho para que los golpes comenzaran a llegar, una vez que Eunwoo soltó mis cabellos, me lanzó al suelo y cada uno de los presentes allí comenzó a pisarme y patearme, a reírse de mí, a decir cosas tan horribles que podría nombrarlas todas una por una.

"Maricón de mierda", "Tu papá no te quiere", "Muérete de una buena vez"... cosas como esas.

Un rato después, Eunwoo frenó a sus amigos, como pude intenté pararme, pero era imposible, todo mi cuerpo dolía debido a los golpes que recibí, incluso había comenzado a toser de un modo desesperado, puesto que me costaba demasiado respirar.

Fue entonces, cuando Eunwoo dijo su típica frase de todos los días; Llegas a decir una palabra de esto y yo seré quien se encargará de hacerte pedazos con mis propias manos, marica de mierda.

Y se retiró del baño, con sus amigos, mientras que continuaban riéndose de lo que me habían hecho tal y como si se tratara de un logro hacerle daño a otra persona.

Y hoy, ese grupo de personas se acercó a mí a disculparse, según se han enterado Yoongi y Taehyung, Eunwoo siempre los obligó a que actuaran de esa manera... pero no es fácil ¿Sabes? Todos los días ocurría esto que te conté y... eran tantos golpes que recibía que llegué a pensar que el mundo estaría mejor sin una persona como yo, por eso empecé a autolesionarme, era la manera en la que tenía para dejar salir esa ira que sentía conmigo mismo y, por un rato, me hacía olvidar todo... pero luego comenzó a convertirse en un hábito, uno que en lugar de hacerme olvidar las marcas en mis brazos, siempre me recordarían mi debilidad.

—Jungkook... hijo ¿Cómo es que nunca nos has dicho algo como esto? Sabes que somos abogados y haríamos lo posible para que tú estés bien, habríamos frenado esa situación desde el principio.

Luego de una extensa siesta, Jungkook había decidido conversar los hechos que tenían relación con su ira, principalmente debido a que cada día resultaba más difícil tener control sobre ella y... tanto su padre como el resto de su familia, merecía saber qué le hicieron esos jóvenes durante tanto tiempo.

—No podía papá ¿No me has escuchado? Sentía miedo, mucho miedo, tanto que puedes compararlo a ver una película de terror a solas en completa oscuridad, ellos me amenazaban todos los días con que si decía algo al respecto me harían sufrir peor y... no podía, inclusive, imaginar algo peor a lo que me hacían, era físicamente imposible para mí hacerlo, pero conociendo a Eunwoo ahora, sé que hubiera hecho cualquier cosa con tal de que no hablara.

—Y-ya, está bien, pero quiero que escuches lo que voy a decir con suma atención ¿De acuerdo? Tú, en ningún momento, fuiste débil, te abrazaste a ti mismo en los momentos de dificultad y lo enfrenaste todos los días de tu vida hasta que obtuviste la valentía necesaria para hacerte respetar, aquí cuando Eunwoo comenzó a decir que fuiste tú quien provocó que el joven Daehwi tomara esa decisión defendiste tu reputación como nunca lo había visto y... ahora que sé la verdad, te admiro con locura, campeón, eres una buena persona, pero lo que te hace ser quien eres es tu lucha por la justicia... así que, está bien si decides no perdonarlos. —Jungkook se sorprendió debido a la respuesta que recibió por parte de sus padres, puesto que él siempre creyó en que, algunas personas pueden ser perdonadas, inclusive, parte de él le hacía creer que debía perdonarlos.

—¿Lo está?

—Una persona puede acercarse a ti en búsqueda de tu perdón, y puedes escuchar todas las palabras que tenga para decir, pero igualmente no aceptarlo, pues nadie te obliga a hacerlo, tú decides si aceptarlo o no... pero la ira, Jungkook, es algo que no podemos ignorar, tú eres mucho más fuerte que esto y no tengo dudas el respecto solo necesitas aprender a controlarlo... y te diré, lo peor que puedes hacer es contenerla, esos ataques que sufres son la respuesta a callar todo lo que has sentido por mucho tiempo y todo eso se acumuló dentro de ti en forma de ira, es por eso que no debes dudar en hablar de estas cosas ya sea con tu madre, hermano o conmigo, cuando sientas que ese enojo llegara a ti acude a quien sea y dilo, cuenta todo lo que necesites, hijo. Observa tus pensamientos y las reacciones de tu cuerpo sin juzgarte, pues, nosotros no te juzgaremos a ti tampoco.

—La ira sé que detona cuando ellos se aparecen, incluso hay veces que se me dificulta conversar ya sea de Eunwoo o los demás por ese mismo sentimiento de ira que sé que se presentará, por eso evito hacerlo.

Seojoon observó a su hijo sintiéndose terrible consigo mismo, odiaba no haber notado alguna mínima señal que pudiera advertirle sobre lo que Jungkook sufría en el pasado, misma razón por la que agradecía que, dentro de poco tiempo, no tendría mucho trabajo y podría pasar tiempo suficiente tanto con Jungkook como con Jin, pero, por mucho que lo deseara... sabía que no podía borrar su ausencia pasada, y no podía hacer nada al respecto.

—¿Sabes qué haremos? Descansarás más seguido, al regresar de la escuela no te refugies en el estudio al instante, todos aquí sabemos que eres un excelente alumno, Jungkook, pero tu salud mental está primero, no serán muy largas, simplemente llegas de la escuela, te das una ducha y te tomas dos horas para despejar tu mente a través del sueño en completo silencio, sin dar importancia a cualquier pensamiento que pueda surgir de por medio... solo al silencio y la propia acción de dormir.

—De acuerdo, lo haré.

—Y sé que no te gustará esto que te diré, pero lo mejor será que comiences a asistir a sesiones de terapia, hijo, hablar con alguien que no sea la familia o tus amigos, sino un profesional, quizás te ayude a sentir que estás guiado de una mejor manera, pero... ¿Me prometes que priorizarás tu salud mental y que hablarás conmigo lo que sea que necesites? —Preguntó el hombre sosteniendo las manos temblorosas de su hijo, para ayudarlo a que sintiera alivio, las acarició al instante.

—Lo prometo papá, lo haré, gracias a ti por escucharme. —Jungkook abrazó a su padre, quien se encontraba sentado frente a él. Reiteradas veces, tanto Taehyung como Jin, le habían dicho que hablar, ya sea con su padre o madre, lo haría sentir mejor, pero sus miedos lo alejaban a hacerlo... sin saber que fue lo mejor que pudo hacer.

Una vez se separa del abrazo, Jungkook sube hacia su habitación y, hace caso a las palabras de sus padres, no solo por el hecho de que se encontraba agotado a nivel mental debido a los exámenes, sino que, no había nada de material escolar para terminar, entonces tomó asiento y encendió su computadora, había olvidado cuándo había sido la última vez que la utilizó por puro ocio y no por deberes.

Su teléfono sonando llama su atención y, afortunadamente, en un buen sentido, pues su pantalla mostraba una videollamada entrante de Jimin.

—¿Qué traes puesto? ¿Esa es una máscara original acaso? —Jungkook oyó a Jimin reír, luego de unos segundos se removió la máscara mostrando así su evidente sonrisa, Jungkook, por su parte, dejó su celular apoyado en el monitor para poder observar mejor a su novio.

—¿No es asombroso? Es una máscara de Ghostface que encontré guardada, solía usarla con mi mamá en halloween, pero no viene al caso ¿Me dirás cuál es el motivo de esa carita larga? ¿Qué fue lo que Tzuyu te dijo antes de que fuéramos al comedor? Créeme la conozco, sé que puede parecer un ángel de persona, pero es todo lo opuesto.

Tal parece ser que es una tarea complicada ocultarle algo a Park Jimin, pues sus expresiones y forma repentina de actuar ante una molestia lo delatan demasiado y si sus amigos son capaces de notarlo... Jimin es experto en ello.

—Pues... ella dijo que desde que las clases iniciaron no ha podido quitarme los ojos de encima y creo que mi cara le habra dado una respuesta sin necesidad de que hable, porque, luego, me dijo que estaba bien que, de todas formas, sabía que no me fijaría en ella porque hay chicas más guapas que ella interesadas en mí y... realmente hablaba demasiado pues, según tengo entendido, se sabe en los pasillos de la escuela que no soy heterosexual, en fin, luego empezó a decir que ella tampoco habría imaginado antes que me diría esto, lo que cambiaba ahora es que ahora estoy "diferente".

—¿Qué? Pero... adelgazar y entrar al equipo de fútbol no te vuelve una persona distinta a la que solías ser, simplemente comenzaste a tener mayor seguridad contigo mismo y la hiciste visible... nunca cambiaste tu manera de ser, lo intentaste al menos conmigo, sí, pero no eres una persona que pueda hacer mal a otros por mucho que lo intentes.

—Yo le respondí que, más que confesarme sus sentimientos, es como si mi aspecto anterior fuese otra persona... como si no estuviera hablando de mí, cuando... mi actitud siempre ha sido la misma desde siempre y, entonces, comenzó a hacer los comentarios innecesarios que la gente siempre tiene que hacer porque preguntó si a mí me burlaban por ser "gordito" y... decidí dejar la conversación ahí pero, no sin antes decirle que ella y sus amigas desperdiciaron su tiempo porque ya estoy saliendo con alguien.

—Woah, pensé que, de por sí éramos demasiado evidentes con nuestras muestras de afecto, o quizás creen que somos "amigos muy cercanos que se quieren mucho".

—Vaya... que amistad la nuestra llena de cariño, Jimin-ssi.

Ambos comenzaron a reír a carcajadas debido a las ocurrencias que hacían en lo que respecta a su relación ante los ojos de sus compañeros, claro está que para ellos resulta ser bastante evidente la atracción que sienten por el otro... pero quizás algunas personas podrían... ¿Negarse a notarla?

—Ya, pero, permiteme decirte que la gente es demasiado ignorante, la apariencia no lo es todo, y el hecho de que el ganado femenino te trate diferente solo por ser más delgado habla de su propia hipocresía, dicen no interesarse en el físico de los demás, pero créeme, la mayoría de nuestras compañeras es lo primero que hace.

—Lo sé... pero, algo más ocurrió.

—¿Algo más? —Jimin se recostó en su cama y observó con mayor atención a Jungkook, en espera de su respuesta.

—No quise decirte esto para no preocuparte, pero... hace un tiempo vengo teniendo ataques de ira repentinos, ya sea cuando veo a la manada de Eunwoo, me hablan o por el Eunwoo mismo. Hace un tiempo se hizo presente en mi casa y quizo hacernos quedar a ti y a mí como los culpables de la decisión que Daehwi tomó con tal de no ser denunciado... siéndote honesto,0⁰ tengo la leve sospecha que fue ahí donde todo inició.

—Entiendo... pues yo no puedo decir mucho, yo lidio con crisis de angustia y trato de no decirte para no preocuparte... pero parece que mientras más intentamos protegernos más hacemos que el otro se preocupe... ¿No más secretos acerca de nuestro bienestar?

—Prometido, si algún día no estoy de ánimos, te lo haré saber y tu también házmelo saber a mi, oye... estaba por conectarme en Counter Strike ¿Quieres que hagamos unas partidas?

—Por supuesto, espera que me acerque a mi computadora.

Minutos después ambos perdieron la cuenta de la cantidad de partidas que jugaron juntos, múltiples veces se llevaron varios enojos debido a que hubieron partidas que no lograron ganar, pero al final terminaron divirtiéndose.

Posteriormente de cerrar la puerta de su casa, ingreso a la misma quitándose sus zapatos y dejándolos en la entrada no tardo mucho tiempo en ser recibido por sus hermanos; Jihyo y Jisung

—¿Jeno te quedaste a vivir en la cancha o algo parecido? —Preguntó esta vez Jisung mientras que se levantaba del sofá para recibir a Jeno luego de todo un día sin aparecer, un joven no mucho más bajo que Jeno y con sus cabellos de color negro azabache, por mucho que lo negaran, eran demasiado idénticos.

—Para nada, solo me quede para practicar un poco más de lo que acostumbro y... pensar un poco.

—¿Pensar tú? ¿Tienes un cerebro hyung? —Jeno por poco lo fulmino con la mirada mientras que Jisung no hacía más que reírse a carcajadas, mismo que fue salvado al instante.

—¡Ya déjalo! No tienes una buena cara hoy ¿Algo te ocurre? ¿Todavía sigues distanciado con Jaemin? —Esa era Jihyo, la hermana menor de ambos que se asomó desde la cocina, ambos la llaman desde que se decoloró su cabello como "el ángel de la familia" ya que es la única que posee sus cabellos de un tono claro, sus padres inclusive, también llevan su cabello negro azabache.

—Hmm pues... algo así.

—Tú, yo y Jisung, película durante la cena, te ayudará a distraerte ¿De acuerdo?

—Coincido.

Jeno subió a su habitación y cayó rendido en su cama, únicamente tomó su celular del bolsillo de su pantalón y se colocó sus auriculares para escuchar algo de música, Sweater Weather de The Neighbourhood fue la primera canción en reproducirse, fue imposible no pensar en Jaemin al instante, pues ambos acostumbraban a escuchar esa canción juntos a todo volumen cuando Jeno visitaba a Jaemin.

Para Jeno, parecía que había sido una completa eternidad que tanto el como Jaemin lograrán ser amigos, pues Jeno cuando conoció a Jaemin estaba pasando por una ruptura amorosa que lo había dejado bastante deprimido, pero en cuanto Jeno dejó a Jaemin hacerlo reír y entrar en su vida, ambos pudieron formar aquella amistad que siempre consideraron única.

Con el paso del tiempo ambos se habían vuelto inseparables o al menos eso creía Jeno, ya que ahora en la escuela parecen dos completos desconocidos, inclusive ni siquiera voltean para saludar al otro.

Pese a que Jeno escuchó todo lo que Jaemin le había dicho en el bar, entre ellas el motivo por el que comenzó a ser amigo de Eunwoo y su par, el motivo por el que esas personas se escudan bajo la excusa de protección que "reciben", conoce a Jaemin lo suficiente para garantizar que él no es como esas personas, pero de todas formas se habían vuelto dos desconocidos de nuevo.

Taehyung y Yoongi los escucharon hablar ayer acerca de que están cansados de ser marionetas de Eunwoo... y Jaemin fue quien los alentó a afrontarlo.

Jeno, pese a que supo gracias a Jungkook que Jaemin alentó a la manada a decir la verdad ante el tribunal, sentía que la persona que solía conocer y que se hacía llamar su amigo no se habría alejado de él, pues la decisión que tomó Jaemin los alejó y demasiado, por meses... Jeno nunca habría pensado que el motivo más encima de que se alejara sería él, si bien, había pedido tiempo a Jaemin para ordenar sus pensamientos, la realidad era que, el paso de los días, lo confundía aún más.

Inclusive escuchando la canción que solían oír juntos, todos los recuerdos junto a Jaemin aparecían en su mente tal y como si de una película se tratase, y, por mucho que lo piense... nunca sintió tanto cariño por un amigo como lo sintió por Jaemin, como siempre buscó protegerlo, lo mucho que adoraba verlo sonreír pero todavía más, si la razón de su sonrisa era él, pero lo que más miedo le causaba a Jeno no era que Jaemin tuviera sentimientos por él, sino perderlo.

Fue por esa razón que, no lo pensó dos veces y con su teléfono en mano llamó a Jaemin, esperando ansioso por su respuesta.

—¿Jeno?

Al oír la voz de Jaemin sintió que su cerebro, rápidamente, entraría en un trance sin retorno, no sabría qué decir o hacer, pero no debía permitir que eso ocurriera, puesto que... quería recuperar a Jaemin y ya había tenido su tiempo para pensar.

—Jaemin-ah, sé que es muy tarde y quizás habrás llegado a tu casa de las prácticas pero necesit-

—No estoy muy lejos de tu casa, todavía no he llegado a la mía... ¿Necesitas verme?

—Por favor.

—Sal de tu casa.

Jeno, con prisa, sale de su habitación ignorando las preguntas de sus hermanos y abre la puerta, encontrándose a Jaemin frente suyo. Sin dudarlo, se sumerge en los brazos de él.

—Jeno... la verdad, es que cuando llamaste estaba viniendo para verte, quería hacerte saber que yo nunca quise alejarte, simplemente-

Jaemin fue interrumpido, debido a la cercanía que Jeno generó entre ambos, tan así que sus narices chocaban.

—Ya lo sé, sé todo Nana, prométeme que no volveremos a pelear ni nos alejaremos otra vez ¿Por favor? Sé que no eres una mala persona y que jamás harías algo para herir a otros, ni mucho menos a las personas por las que te preocupas y... yo realmente te extraño, extraño ver tu sonrisa todos los días, practicar contigo para los partidos... te necesito.

—Eso era todo lo que necesitaba oír, Jeno.

Ambos, por fin, volvían a sentir después de mucho tiempo cómo era estar abrazado al otro. Por parte de Jeno ya no quería seguir cuestionándose más ¿Quizás podría llegar a sentir algo por Jaemin? Los latidos de su corazón le brindaban una respuesta a sus dudas, pero, principalmente, su temor no era una realidad y eso era más que suficiente no sólo para él, sino que para Jaemin también.

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