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El bullying, el maltrato psicológico, verbal y/o físico que desafortunadamente todos hemos experimentado en algún momento de nuestras vidas, es conocido por darse en aquel lugar donde se supone que se deben inculcar valores para ser mejores personas y enseñar que estas conductas no son correctas: la escuela.
La hipocresía habita en los pasillos escolares, donde los directivos colocan llamados de atención y sanciones por llevar el cabello de manera "inadecuada" o tener arrugas en el uniforme escolar, como si el vestuario o el estilo afectaran en el rendimiento estudiantil. En cambio, si algún alumno era acosado por otro de sus pares, lo único que hacían era no meterse en esa situación, ignorándola por completo. Es decir, se aplicaba el reglamento de la escuela de manera selectiva.
Jungkook siempre se caracterizó por ser una persona tímida y reservada, a quien no le interesaba pertenecer al grupo y llamar la atención de los demás estudiantes con el fin de obtener su aprobación. Por el contrario, prefería sumergirse en sus libros y cumplir con su propósito en ese lugar de tortura: estudiar y, posteriormente, graduarse.
Finalmente, el chico podría descansar de ese lugar, que más que una escuela, era similar a una cárcel. Estaba lleno de personas hipócritas que se criticaban mutuamente, de profesores que no enseñaban lo que era necesario y que solo daban tareas llenas de preguntas vacías, y no menos importante, de aquel chico que le hacía la vida imposible.
Jungkook no era ajeno a las burlas y humillaciones que recibía por parte del chico que le hacía la vida imposible, pero de alguna manera había logrado desarrollar una capa gruesa de piel que le permitía no darle tanta importancia como en otras ocasiones. Aunque esto no significaba que no le afectara, simplemente había aprendido a no mostrarlo y a sobrellevarlo de la mejor manera posible con el paso del tiempo.
Si bien sufría por los comentarios hirientes y las burlas constantes, sabía que había vivido situaciones mucho peores en el pasado. Recordaba con dolor cómo solía esconderse en los baños durante los recreos para evitar a la "manada" de su pasado acosador Cha Eunwoo, o cómo temblaba de miedo cada vez que tenía que cruzarse con ellos en el camino a casa.
En contraste, el acoso del joven de nombre Park Jimin era más sutil, pero igual de doloroso. Aunque no le causaba daño físico, sus palabras hirientes y su actitud condescendiente eran suficientes para minar la autoestima de Jungkook. Sin embargo, despues de mucho esfuerzo, el joven había aprendido a no permitir que Jimin disfrutara viéndolo sufrir. No iba a dejar que sus burlas lo detuvieran en su camino hacia su objetivo de graduarse y escapar de ese entorno tóxico.
Jimin era su compañero de salón y parecía estar completamente despreocupado por lo que sucedía a su alrededor. A simple vista, cualquiera podría pensar que no prestaba atención en clase, aunque nunca faltaba a ninguna de ellas. Corrían rumores sobre él, que decían que rechazaba humillantemente a cada chica que se le confesaba. Algunos decían que no buscaba algo serio, mientras que otros aseguraban que disfrutaba torturando a esas chicas. En fin, sólo eran rumores.
El "miedo" hacia Jimin aumentó en cuarto año, hace dos años, cuando se enfrentó a otros acosadores conocidos de otro curso, Cha Eunwoo y Kim Jongin. Jungkook tuvo que lidiar con ellos durante cuatro años, pero repentinamente dejaron de molestarlo. Nadie se atrevía a desafiar o incluso a contestarle a Eunwoo, ya que en cierto punto era peor que Jimin. Luego estaba Jongin, quien parecía ser una sombra de Eunwoo, como una especie de espectro. Todos le temían por igual porque gracias a él, Eunwoo sabía a quiénes debía molestar y quienes eran los más "vulnerables", según él.
Aunque han pasado algunos años, todavía se desconoce el motivo de la pelea conocida entre Jimin y Eunwoo.
El único que verdaderamente no le temía a Jimin era su mejor amigo, Jung Hoseok. Por el contrario, se trataba de un chico que siempre estaba demasiado feliz y sacaba muy buenas calificaciones, un futuro bailarín prometedor según los rumores. Los dos chicos eran polos opuestos por completo, incluso numerosos estudiantes no entendían cómo era que dos personas tan diferentes como ellos podían compartir una amistad.
Resulta que, a veces, la gente habla sin conocer la mitad de los hechos de una historia, que, aparte de ser mal contada, nunca fue leída.
Jimin no solo era conocido por el evento mencionado, sino también por su fascinación por hacerle la vida imposible a cualquiera que lo molestara. Claro, no había muchos que lo hicieran por el contrario, tenia buena relacion algunos de sus con sus compañeros gracias a la paliza que Eunwoo recibió, pero su compañero favorito era Jeon Jungkook.
Jimin siempre había sentido una extraña incomodidad cada vez que veía a Jungkook. No sabía muy bien por qué, pero la forma en que el chico sonreía al leer sus libros y el leve rubor en sus mejillas parecían irritarle de algún modo. No quería reconocerlo, pero tal vez era esa inocencia que irradiaba lo que lo hacía sentir incómodo. En lugar de enfrentar ese sentimiento, Jimin optó por desviar su frustración hacia el chico, empujándolo sin motivo aparente, burlándose de él en el aula y lanzándole papelitos con mensajes ofensivos.
No podía evitarlo, necesitaba hacerle saber a Jungkook lo que él mismo no quería admitir. Así que continuó con su comportamiento abusivo, haciendo de la vida del chico un infierno, sin darse cuenta de que estaba lastimando a alguien más por sus propias inseguridades.
Jungkook se despertó temprano en la mañana, sintiendo la suave vibración de su alarma resonando en toda la habitación. Con un suspiro, se levantó de la cama y se dirigió al baño para tomar una ducha de agua tibia. La mente de Jungkook estaba llena de pensamientos sobre el año escolar, y en particular, sobre Jimin, el chico que le había estado haciendo la vida imposible desde hace tanto tiempo.
Podríamos decir que Jimin era un tanto infantil con él, pero a pesar de que sabía en el pasado que debía ignorarlo, Jungkook no se creía capaz de defenderse. Tenía miedo de enfrentarse a Jimin, porque tenía la teoría de que posiblemente las burlas y acoso aumentaran aún más. Ya había vivido esa historia antes con Eunwoo.
Sin embargo, cuando Jungkook vio por primera vez a Jimin, hace tres años atrás, parecía ser el chico correcto, el indicado, aquel que la vida había planeado para él. Pero, por supuesto, no fue así. A lo largo de los años, las burlas y los ataques verbales de Jimin lo habían hecho sentir miserable.
Pero este año sería diferente. Jungkook se había propuesto una meta: su último año no sería como los demás, no estaba dispuesto a sufrir más maltratos de aquel chico ni de nadie, no sería humillado nuevamente.
En todo este tiempo, Jungkook había experimentado cambios significativos, tanto mentales como físicos. Después de ducharse y vestirse con su uniforme, aplicó un poco de maquillaje en su rostro: nada más que un bálsamo labial y una crema facial con algo de color. Al mirarse en el espejo, vio su tatuaje en el cuello asomando por debajo de su camisa de uniforme, y sintió una pequeña sonrisa de satisfacción al ver su reflejo. Este año sería diferente, y estaba decidido a hacer todo lo que estuviera en su poder para asegurarse de que así fuera.
Jeon Jungkook se caracterizaba por ser un joven de apariencia tímida y reservada, como se menciono con anterioridad, con su cabello oscuro y una leve miopía que hacía que usara anteojos para poder ver bien. Era de baja estatura y su piel pálida, pero a pesar de su apariencia delicada, había algo en su mirada que sugería una fuerza interior que no todos podían ver.
Sin embargo, algo había cambiado en él. Sus tiernos cachetes ya no estaban, y su rostro parecía más delgado. Gracias al ejercicio físico, había logrado marcar su mandíbula y su cuerpo, lo que le daba un aspecto más definido y atlético.
Pero lo que más llamaba la atención era su cabello, que ya no era negro sino de un vibrante tono rosado. Era una decisión arriesgada, pero le gustaba sentirse diferente, desafiando las convenciones y probando cosas nuevas. Ya no usaba sus anteojos, había decidido optar por lentes de contacto para mejorar su visión, y solo los usaba dentro de su casa.
Además, había cubierto las marcas en su cuerpo con tatuajes, lo que le daba una apariencia aún más audaz. Ya no se sentía atado a su pasado, a esas marcas que lo recordaban de momentos dolorosos que prefería olvidar.
Pero lo que más lo había llevado a hacer estos cambios, era la necesidad de encontrarse a sí mismo y alejarse de la influencia tóxica de Jimin y la manada de Eunwoo. Ellos lo hacían sentir miserable, como si no valiera nada, pero él sabía que debía seguir adelante y superar esas emociones negativas.
Aquella mañana, Jungkook estaba escuchando música en su habitación, moviendo su cabeza al ritmo de la melodía. Era una de las canciones nuevas del álbum de Olivia Rodrigo, "Brutal". Era una canción que le inspiraba, le hacía sentir que podía ser fuerte y enfrentar lo que viniera.
Miró su reflejo en el espejo y se sorprendió al darse cuenta de que le gustaba lo que veía. Ya no era el chico inseguro y asustado de antes, ahora era alguien más fuerte, más seguro de sí mismo y capaz de enfrentar cualquier desafío que se le presentara.
Ya no era solo una transformación física, sino una transformación interna que lo había llevado a encontrar su verdadero yo.
—¡Jungkook, baja! ¡Está listo el desayuno, mocoso!
Aunque Jin no estaba de acuerdo en que Jungkook adelgazara, seguía apoyándolo y guiándolo, pues sabía que su hermano no necesitaba realizar una dieta para mejorar su salud, ya que siempre había sido un chico bastante sano. Pero las palabras a veces hacen tanto daño que es imposible ignorarlas.
—Escucha, Jungkookie, mamá y papá afortunadamente no tienen tanto trabajo en Japón y volverán a casa —dijo Jin, bajándole un poco el volumen a la música del televisor— ¿Tú estás preparado para hablar con ellos?
—Yo sé que ellos tienen que saber acerca de lo que ocurrió y, bueno, de mi sexualidad, Jin... créeme, más que nadie ellos merecen saberlo, pero no quiero darles un peso más.
—Son nuestros padres, ellos lo entenderán. El bullying no es algo que debes ocultar, Jungkookie, nosotros estamos para ti y para ayudarte.
Jungkook suspiró, sabía que su hermano tenía razón, pero no se sentía preparado para contarles a sus padres la verdad. Temía que quisieran denunciar a los acosadores y generar un conflicto, y eso era lo último que quería.
En ese momento, la puerta sonó anunciando la llegada de sus padres, Jeon Sunhee y Jeon Seojoon, quienes eran abogados y rara vez perdían un juicio. Ambos se caracterizaban por defender a sus clientes con vehemencia y ayudar a aquellos que habían sido víctimas de injusticias.
Desde que tenía memoria, sus padres habían sido excelentes abogados y rara vez perdían un caso. Sunhee y Seojoon odiaban la injusticia y se caracterizaban por hacer todo lo posible para ayudar a sus clientes y defenderlos a toda costa. Por esta razón, principalmente defendían a personas que eran acusadas injustamente.
Jin, por su parte, se sentía frustrado por la negativa de Jungkook a hablar con sus padres acerca del bullying que había sufrido. Como su hermano mayor, sentía la responsabilidad de protegerlo y asegurarse de que obtuviera justicia por lo que había pasado. Sin embargo, también entendía la posición de Jungkook. Sabía que hablar con sus padres podría desencadenar una serie de consecuencias legales que su hermano menor no estaba preparado para enfrentar. Era un dilema difícil para él.
Mientras tanto, Jungkook se sentía abrumado por todo el asunto del acoso escolar. No quería preocupar a sus padres con sus problemas y prefería mantenerlo en privado. Pero sabía que su hermano estaba ahí para apoyarlo, y eso significaba mucho para él.
En su mente, sopesaba los pros y los contras de hablar con sus padres. Por un lado, quería hacerles saber lo que había sucedido, pero por otro lado, no quería causarles problemas ni añadir más preocupaciones a sus vidas.
Sus padres acababan de regresar de un viaje de tres meses. Los dos hermanos estaban emocionados de verlos de nuevo, especialmente Jungkook, quien había extrañado mucho a su mamá.
—¡Buen día, chicos! —exclamó la madre con una sonrisa en el rostro— ¡Wow, Jungkookie, cada día estás más grande! ¡Y eso que tan solo nos fuimos por tres meses! —agregó mientras lo abrazaba con fuerza.
Jungkook sonrió tímidamente mientras se dejaba abrazar por su madre. Luego, ella se separó de él y lo observó detenidamente.
—¡Qué lindo color te has puesto en el pelo, cariño! —dijo Sunhee con admiración— ¿Qué color es?
—Es rosa, mamá. —respondió Jungkook con una sonrisa, ignorando la ironia en la pregunta realizada por parte de su madre.
—Hijo, ¿por qué no probaste con el morado? Quedaría mejor con tu tono de piel. —intervino el padre de los jóvenes, quien hasta ese momento había estado en silencio.
—¿Qué dices, cariño? —preguntó la madre— ¡¿No ves lo bien que le queda el rosa?!
Los padres continuaron debatiendo acerca de cuál color se veía mejor en Jungkook, mientras él ya había terminado su desayuno y se preparaba para ir a la escuela.
—¡Oigan! —interrumpió Jungkook ligeramente elevando su tono de voz— Me da gusto que estén de regreso y... por el momento me gusta el rosa, mamá, pero no descarto el morado, papá. —concluyó guiñándole un ojo a ambos, antes de dirigirse a la puerta para salir.
Los padres se observaron por unos instantes, desafiándose con la mirada. Ambos desviaron su mirada hacia Jin y luego volvieron a encontrarse, dándose cuenta de que el debate ya no tenía sentido alguno.
—Está bien, cariño, es un empate. Quedamos a mano. —dijo el padre con una sonrisa, mientras la Sunhee asentía con la cabeza.
Jin, quien había estado observando toda la situación en silencio, no pudo evitar soltar una risa mientras se levantaba de la mesa para recoger su plato.
—No puedo creer que todavía estén discutiendo sobre el color del cabello de Jungkook. —dijo con una sonrisa en el rostro— Al final, él es quien decide.
Los padres asintieron con la cabeza, conscientes de que su hijo estaba creciendo y tomando sus propias decisiones. Mientras tanto, Jungkook ya estaba en camino a la escuela, feliz de haber visto a su familia de nuevo.
Una vez que Jungkook llegó a la escuela, el aire parecía estar cargado con una extraña energía. Todos los estudiantes parecían estar en sintonía, con sus miradas fijas en él mientras avanzaba por los pasillos. No podían evitarlo, era como si su presencia atrajera todas las miradas.
Jungkook, por su parte, mantenía una postura erguida y segura mientras se dirigía a su casillero. Había llegado el momento de dejar atrás su pasado de inseguridad y encontrarse a sí mismo, y eso era exactamente lo que estaba haciendo. Cada paso era firme y decidido, siguiendo las enseñanzas de Jin.
En medio de todo ese tumulto, Jimin observaba a Jungkook desde lejos, sin poder evitar sentir una extraña curiosidad por el cambio que había experimentado su antiguo compañero de clase. Recordaba muy bien cómo había solido molestarlo en el pasado, pero ahora no podía negar que su apariencia y actitud le causaban un gran impacto.
Fue en ese momento que un recuerdo del pasado lo asaltó, y se vio a sí mismo como el joven cruel que había lastimado a Jungkook. La imagen se le presentó con claridad, haciendo que su corazón se encogiera de dolor y arrepentimiento.
Pero justo en ese momento, la voz de Hoseok lo sacó de su ensimismamiento. Trató de negar sus miradas hacia Jungkook, pero no logró engañar a su amigo. Hoseok lo conocía demasiado bien.
—¿Ese no es el chico al que solías molestar a diario? —preguntó con una voz suave, sabiendo que la respuesta era afirmativa.
Jimin asintió con la cabeza, sintiéndose un poco incómodo al hablar de su comportamiento pasado. Pero Hoseok siguió hablando, como si pudiera leer la mente de Jimin.
—Vaya, tu cara dice en mil idiomas que tienes ganas de cortarte las bolas en este instante. Y no digas que no te lo dije, ya que recuerdo con exactitud haberte dicho que algún día te arrepentirías. —dijo Hoseok en tono burlón.
Jimin se sintió abrumado por la sinceridad de su amigo. Sabía que Hoseok había tenido razón al decir que sus acciones podrían tener consecuencias. Y aunque había tratado de ignorar esa posibilidad en el pasado, ahora se encontraba frente a frente con las repercusiones de su comportamiento.
—Lo sé. —respondió Jimin en voz baja, sintiéndose un poco avergonzado por la situación— Solo espero que Jungkook algún día pueda perdonarme por todo lo que hice y... poder hablar las cosas con él.
Hoseok asintió en silencio, sabiendo que su amigo estaba tratando de hacer las paces con su pasado. Y aunque no podía predecir lo que pasaría en el futuro, estaba seguro de que Jimin estaba en el camino correcto hacia la redención.
—Nos vemos en el receso, Jiminnie. —dijo Hoseok mientras se alejaba riendo, dándole a Jimin un pequeño empujón en el hombro antes de desaparecer en la multitud de estudiantes.
Al girar su cabeza hacia la derecha, Jimin no pudo evitar sorprenderse al ver a Jungkook parado frente a él, apoyado casualmente en el locker adyacente al suyo. No había visto al joven en tres meses, y notó de inmediato cómo había cambiado. Jungkook había ganado altura y su voz sonaba más madura. Jimin se preguntó cómo podría siquiera olvidar la imagen de su rostro: su piel ahora parecía perfecta, y su sola presencia era diferente, como si se tratara de otra persona.
—¡VAYA! Jeon... ¡¿Acaso quieres que me dé un infarto?! —Jimin no podía creer cómo en tan solo tres meses sin que lo viera, Jungkook había ganado algo más de altura al igual que madurez en su voz en cierto modo.
No podía olvidarlo, era prácticamente imposible ya que se aseguraba de observarlo todas las veces que pudiera para "torturarlo", Jimin recordaba a la perfección que Jungkook solía tener algo de acné... prácticamente su piel era otra, su misma presencia era diferente, era otra persona.
—No pasará eso si me ves, solo necesito pasar y tu presencia me molesta —Jimin estaba seguro que ocultaba muy bien su sorpresa, oír una oración completa pronunciarse con aquel tono de voz era quizás ¿Intimidante? No, imposible.
—¿Y por qué no pasas entonces, pedazo de molestia? Ignora mi presencia y pasa como yo hago contigo todo el tiempo —Jungkook no se perdió en el instante que Jimin desvío su mirada mientras sus manos se temblaban ligeramente, desesperadamente este buscaba algo que observar pues, claro está que no quería que su mirada y la de Jungkook se encontraran.
—Vaya... ¿Tan frágil es tu heterosexualidad que cuando estoy cerca tuyo saltas a la defensiva? —Dicho esto, Jungkook se acercó hacia Jimin, la diferencia de altura entre ellos era notoria, levemente, inclinado rostro quedaba algo cerca del pelinegro.
—¿¡Qué dices!? Y-yo ¡No me dejo atacar por nadie! J-jeon.... ¡T-tengo clase! —Jimin se retiró corriendo rápidamente, sin saber si su corazón estaba acelerado por salir corriendo, o por lo cerca que estuvo de Jungkook en ese breve instante.
Jimin se alejó de Jungkook con prisa, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza en su pecho. Estaba confundido, no podía entender por qué se ponía a la defensiva cada vez que estaba cerca de Jungkook. Después de todo, él era quien quería hacer las paces y superar cualquier conflicto que pudieran tener.
Caminando por los pasillos, Jimin trató de centrarse en su objetivo: llegar a clase. Pero su mente estaba llena de pensamientos acerca de Jungkook. ¿Por qué su presencia lo hacía sentir tan nervioso y vulnerable? ¿Por qué seguía pensando en él a pesar de todo el tiempo que había pasado desde su última conversación?
Se detuvo en seco al darse cuenta de que había llegado a la puerta de su salón de clases. Inspiró profundamente, tratando de sacudirse los pensamientos de la cabeza. Tenía que centrarse en sus estudios, en su futuro. Pero en el fondo, sabía que no podía ignorar los sentimientos que tenía hacia Jungkook.
Jimin se sentía abrumado por la presencia de Jungkook, quien lo había confrontado con éxito. Sus pensamientos estaban tan enredados que apenas podía concentrarse en la clase que pronto iniciaría. Se preguntaba si Eunwoo volvería a molestar a Jungkook si no podía controlar la situación, lo que solo aumentaba su ansiedad.
Trataba de ocultar su preocupación detrás de una fachada de indiferencia, pero sentía que había perdido el control y que las consecuencias de su comportamiento podrían ser más graves de lo que había imaginado.
Jungkook, por su parte, había observado a Jimin con cierta satisfacción cuando este corría hacia el salón de clases. Solo habían pasado unos minutos desde que se encontraron en el pasillo, pero Jungkook ya había demostrado su punto. Él no era el frágil en esa situación.
Durante años, Jimin lo torturo con sus palabras, y Jungkook había soportado en silencio, concentrándose en sus estudios y cumpliendo con sus deberes escolares. Pero ahora, las cosas habían cambiado. Jungkook había crecido en estatura y en madurez, y había aprendido a defenderse.
Jungkook se permitió sonreír para sí mismo al sentir que finalmente tenía el control de la situación. Después de años de ser intimidado por Jimin y otros compañeros de clase, había descubierto la forma de recuperar su poder: simplemente ignorarlos y concentrarse en su propio camino.
Mientras caminaba hacia su clase, Jungkook recordó los momentos en los que se había sentido vulnerable y desanimado por las burlas y comentarios de la manda de Eunwoo y el mismo. Pero ahora, después de haber comprobado que no tenía nada que temer y que podía defenderse, se sintió más fuerte y seguro que nunca.
"No permitiré que Jimin ni ningún otro compañero me intimide de nuevo", pensó Jungkook mientras entraba en su aula con la cabeza en alto y una determinación renovada en su corazón.
El karma siempre actúa, y cuando llega, es una perra.
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El Jungkook viendo a Jimin paniquearse apenas lo ve
No bueno kdjwhsjd ya paro
Recuerden que, en algunos casos, el hecho de que una persona cambie su look no depende de la aprobación del otro, sino de buscar una imagen propia de sí que le sea de su agrado y se sienta cómoda consigo misma, ya sea teñirse el pelo, hacer ejercicio, tatuarse.
Jungkook, como se menciona, quería hacerlo para que Jimin no lo molestara más, pero, este proceso de descubrir su propio estilo, fue tan significativo para él que esta búsqueda no se trataba de Jimin, sino de la felicidad que le generaba verse al espejo y sentirse bien respecto a lo que veía.
Por lo que, su cambio de look, es una forma de expresar físicamente su cambio de mentalidad :3
En fin espero que este nuevo fic les guste ♡
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