↬ epílogo
『 ... 』
Un año después.
El tiempo pasa demasiado rápido cuando estás ocupado o cuando estás en un estado de felicidad y de satisfacción personal, en el que el tiempo pasa a segundo plano.
Louis había descubierto eso en los últimos meses, en especial en los días anteriores y posteriores a su boda con Harry.
El sueño de una boda perfecta, nunca fue uno de los primordiales en la lista del castaño para su vida, pero una vez que Harry y él se comprometieron oficialmente, él había sido el más emocionado.
Una de las cosas que Louis habia adorado de la boda es que la familia de Harry pudo venir y ser parte de ese momento de su vida, sentir el apoyo de la familia Styles, fue algo que el castaño agradeció demasiado.
Por su parte Louis, su familia igual lo apoyó en ese día tan importante, en especial sus hermanas.
Y la gran sorpresa fue ver a su madre llegar ese día, Jay aún estaba en proceso de aceptar todo lo que había pasado con su hijo, pero con el tiempo ella ha sabido a sobrellevar todo y poco a poco estaban retomando su relación de madre e hijo.
Su vida como pareja en realidad no había cambiado a lo largo de ese año y después de la boda, ahora tan solo vivían en un departamento más grande, Louis había juntado el dinero suficiente para abrir un consultorio propio en donde se sentía más tranquilo, había sido como haber inciado desde cero y eso esta una paz infinita para él.
Por otro lado, Harry había encontrado trabajo en uno de los laboratorios mejor posicionados en la ciudad, por lo que su vida estaba mucho mejor y más estable que antes.
- Es un hermoso día para estar vivo, si mi esposo va a despertarme así. - habló el rizado con una brillante sonrisa, con sus hoyuelos marcados en sus mejillas y admirando lo hermoso que lucia su esposo sentado encima de él.
- Buenos días, amor. Es hora de que me hagas el desayuno. - dijo Louis sonriendo igual, dándole un pequeño beso en la frente a su esposo, antes de bajarse de encima de él y salir corriendo de la habitación.
- ¡Hey! - se quejó Harry divertido saliendo de las sábanas para seguir al castaño. - Eres como un niño pequeño. - comentó el rizado una vez que alcanzo a su esposo en la cocina.
- Bueno, si no recuerdo mal... a alguien le gustaba que lo llamara Daddy. - respondió burlón el castaño, mirando coquetamente al más alto.
- Basta, no comiences con eso. - bufó el rizado, acercándose a él.
- ¿Por qué no? - preguntó con un toque de inocencia.
Harry mirando con detenimiento las piernas brillantes y bronceadas, que estaban desnudas antes sus ojos, luciendo tentadoras para él.
- Porqué puede que ya no te haga el desayuno y termine follandote en este instante. - dijo tomando las caderas del más bajo para jalarlo hacia él.
Louis rodó ojos con una sonrisa en sus labios.
- No te creo capaz de eso. - susurró el ojiazul, acariciando lentamente el pecho de su amante.
- Soy muy capaz. - murmuró el rizado con los fijos en los delgados labios del más bajo.
- Mhm... demuestralo. - murmuró seductoramente Louis, mordiendo su labio inferior.
Harry sonrió de lado, con una mirada llena de determinación, inclinándose de inmediato para besarse.
El castaño sonrió entre el beso, soltando un dulce jadeo cuando Harry apretó sus caderas antes de bajar sus manos hacia los muslos de Louis.
- Sabes que hacer. - susurró el ojiverde con la voz ronca, sin dejar de besarse.
Louis asintió, colocando sus manos en los hombros del más alto, sosteniéndose para poder enredar sus piernas en la cintura de Harry.
En un movimiento delicado Harry colocó al castaño en encima del mueble de cocina, metiendo sus manos debajo de la corta camiseta que vestía en esos momentos.
- Deberías darte prisa chico listo. - murmuró Louis, una vez que se separaron sus labios.
- Así que, quieres hacerlo rápido. - respondió Harry sonriendo, tomando la ropa interior de su esposo, comenzando bajarla lentamente, burlándose de la impaciencia del castaño.
- Claro que quiero que sea rápido, necesito poder caminar para ir al trabajo. - dijo el castaño riendo.
- ¿Quieres que te prepare o aún estás abierto de anoche? - cuestionó Harry sin dejar de sonreír.
- Puedes averiguarlo tú mismo. - comentó Louis, abriendo un poco sus piernas, abrazándose del cuello del rizado.
- Pequeño tentador. - murmuró Harry con los ojos brillantes. - Debería de ir por el lubricante a la habitación.
- No hay tiempo para eso. - negó el castaño, enredando una de sus piernas en su espalda baja de su esposo.
- Eres un desesperado. - dijo el rizado resistiendo una pequeña sonrisa al decirlo.
- Tan solo... hazlo. - suspiró Louis echando su cabeza hacia atrás.
Harry no espero más tiempo para liberar su erección entre su ropa interior, masturbándose un poco antes de alinearse a la entrada del chico.
- Te amo. - susurró con la voz ronca y lenta, pegando su frente a la del castaño.
- Te amo Harry. - respondió en un jadeo el castaño, mordiendo su labio inferior cuando el rizado comenzó a entrar, estirandolo lentamente.
- Joder. Lou. - gruñó Harry cuando terminó de enterrarse por completo en el más bajo, apretando sus muslos.
Ellos se besaron por un par de minutos, dejando que el más bajo se adaptará a él.
- Eres precioso. - murmuró Harry contra los labios de su pareja.
- Comenzarás de romántico, justo en estos momentos. - comentó Louis divertido, reprimiendo su jadeos.
- Te encanta que lo seas. - se defendió el rizado comenzando a moverse delicadamente.
Louis comenzó a mover sus caderas, encontrándose con los movimientos de su esposo.
- No soy de cristal Hazz. - murmuró entre jadeos. - Dame un poco más. - suplicó enredando ambas piernas en su cintura.
Harry se sostuvo en uno de sus brazos, para impulsarse e ir más profundo, aumentando la fuerza de sus embestidas.
- Harry... - sollozó debil, sosteniéndose de los hombros del rizado, pidiendo más, siempre un poco más.
Las uñas cortas del castaño comenzaban dejar marca en la piel del más alto, pero ero lo que menos le importa a ambos, ahora tan solo quería pensar en ellos y en que ambos disfrutarán el momento que estaban viviendo.
El sonido de sollozos, jadeos agudos y gemidos graves, junto con el escandaloso movimiento de sus cuernos encontrándose en cada embestida, reinaba en la cocina, junto con sus respiraciones pesadas mezclándose.
- Me encantas. Me encantas tanto. - murmuró Harry con su voz profunda, llena de excitación, sintiendo su orgasmos formándose en la parte baja de su estomago, con espamos recorriendo su cuerpo lo estupenda sensación de estar dentro de su esposo.
- Oh, Harry. - jadeo Louis con la voz débil, sin poder formular otra respuesta, ya que en su mente todo era su esposo y lo bien que estaba siendo follando por él.
Las embestidas al vuelo cuerpo del castaño continuaron por un par de minutos, sin detenerse ni un segundo, sin perder el ritmo ni la fuerza.
- ¡Lou! - gimio desde lo más profundo de su garganta, sosteniendo con fuerza la cadera y muslos del castaño, mientras alcanzaba su orgasmo, vaciandose en su interior con intensidad.
El sentir a Harry corriendo en su interior con fuerza, fue suficiente para que el castaño lo siguiera, corriendose con un sollozo agudo y débil, manchando su pecho y camiseta.
Louis dejó caer sus piernas de las caderas de su pareja, sintiéndose demasiado débil, pero sin arrepentirse de lo sucedido.
- Adorabas esa camisa. - comentó Harry un toque burlón, después de unos minutos, tras recuperarse.
El castaño rió, aún respirando con dificultad y con los ojos cerrados.
- Si, ahora debes lavarla. - respondió con una sonrisa.
Harry sonrió y se acercó para besarlo, dando otro empujón dentro del castaño, recibiendo un jadeo de parte de él.
- No esas atrevido y sal de mi. - murmuró Louis con las mejillas completamente sonrojadas.
- Podemos tener un segundo round. - opinó el rizado sin dejar de sonreír, con su perfecta y brillante sonrisa de hoyuelos.
- Eso será en la noche querido. - negó el ojiazul divertido. - Debemos ir a trabajar. - agregó con una sonrisa.
- Bien. - suspiró Harry rendido, saliendo de su pareja.
- Como llegaste primero, debes limpiar tú. - dijo Louis antes de bajarse del mueble y tomar su ropa interior.
- ¡Oye, ¿Cuándo pusimos esa regla?! - preguntó el rizado un poco indignado.
- La pongo yo en este momento. - respondió el más bajo encogiéndose de hombros. - Ahora hazlo y tal vez considere lo idea del segundo round en la regadera. - dijo guiñando un ojo coqueto.
- Un día de estos, tus coqueteos no seran suficientes para doblegarme. - mintió Harry, sabiendo perfectamente que siempre debía ante los coqueteos de su esposo.
- Claro que no. - bufó el castaño. - Es por eso que te casaste conmigo. - dijo con superioridad.
Harry rió, negando lentamente con la cabeza. - Si, casarme contigo ha sido la mejor idea de mi vida. - aceptó.
- Lo sé. - se encogió de hombros el ojiazul. - Después de una racha de malas ideas, hiciste algo bien. - dijo con orgullo. - Limpia Harry y quizás me alcances en la ducha. - agregó con una linda sonrisa antes de girarse y dirigirse al baño.
El rizado asintió, sin borrar su sonrisa con hoyuelos en su rostro, sin arrepentirse en absoluto de ninguna de sus ideas y acciones que lo llevaron a casarse con Louis.
『 ... 』
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