𝐈𝐕. 𝐀𝐥𝐠𝐮𝐧𝐨𝐬 𝐩𝐫𝐨𝐛𝐥𝐞𝐦𝐚𝐬.
Inspiro profundamente intentando acomodarme para no aplastar a Kale que duerme a mi lado en la cama, no consigo conciliar el sueño de todos modos. Me levanto con cuidado, tengo pocos días de haber dado a luz mi tercer hijo.
Prendo el velador sobre la mesa de luz, Bam está a un costado durmiendo, no se ha sentido bien últimamente, la pantalla de mi celular marca que son las tres de la madrugada. No tengo mensajes de JungKook, debe estar divirtiéndose, pues Yoongi dentro de un mes se casara con su novia Jihyo y le están festejando la despedida de soltero.
Tuve que obligarlo a que fuera, pues él fue parte de los preparativos que realizaron con emoción, pero como sigo algo adolorida por el parto quiso quedarse acompañarme. Se merecía salir, tener una noche lejos de casa. La mayoría del tiempo es quien se ocupa de Danielle y Jungwon, y peor ahora que son adolescentes.
Gukk aún no acepta que su hija tenga catorce años y sea toda una mujercita.
Cómo tampoco me sorprende que ella se preocupe por su padre. Toca tímida la puerta de mi habitación, su rostro tiene una mascarilla nutritiva, le sonrió y entra en silencio acomodándose a mi lado. Vemos al pequeño bebé durmiendo con almohadas a un costado.
—Omma, ¿sabes algo de él? —niego, refunfuña muy bajito haciéndome reír.
—Tu papá dijo que llegaría tarde, cielo.
Está pensativa, quiere decirme algo y no se atreve. Kale llama mi atención, comúnmente duerme toda la noche, pero hoy —al igual que yo— está algo inquieto. Así que lo alzo en brazos murmurándole despacito palabras melosas, Dani se nos arrima y hace lo mismo.
Salimos afuera de la habitación en dirección a la cocina. Jungwon se quedó dormido en el sillón de la sala mirando películas. Coloco a Kale en un catre que movemos a todos lados y mientras Dani cuida a su hermano, yo caliento agua en la jarra eléctrica para preparar un poco de té.
—Omma, no te preocupa que appa este haciendo otra cosa —insinúa, mientras yo espero que el agua llegue a su punto de hervor.
—¿Cómo qué?
—No sé, mirar chicas bonitas, por ejemplo —sonrío, es ocurrente cuando quiere, volteo cruzándome de brazos, pestañeando y mirándola sin emoción a lo que se apura para decir— tú eres mucho más hermosa, omma, pero ya sabes cómo son los hombres.
Me hace gracia su preocupación.
—Si tu padre mira, yo también puedo hacerlo, cielo, y él sabe quién va terminar ganando entonces.
Asiente, encogiéndose de hombros, se levanta desapareciendo dos minutos para quitarse la mascarilla de su rostro. Sirvo el agua en las dos tazas junto con los saquitos de té verde. Won entra a la cocina luego, gruñendo somnoliento, se sienta al lado de su hermana y pestañea apoyando la cabeza sobre la mesa mirando fijamente al menor de los tres.
—¿Quieres té, hijo?
Niega, sujetando su celular y sacándole fotos a su hermanito. Ambos están entusiasmados con el nuevo integrante. Muy diferente de cuando se enteraron de mi embarazo meses atrás. En mi defensa, no estaba en nuestros planes un tercero.
Todo se dio cuando nos invitaron al casamiento del amigo y editor de Gukk en Isla Jeju-do, nos estábamos hospedando en una cabaña tranquila, solo que la noche se llenó de tragos ricos y exóticos, por lo que una cosa llevó a la otra y tiempo después me enteré que había quedado embarazada.
Está de más decir que JungKook saltaba de la felicidad. Mientras que Danielle y Jungwon me reprochaban el hecho de no haberme cuidado y arriesgar la paz de nuestra pequeña familia. Hasta que en una ecografía 4D lo vieron y escucharon su corazoncito. Ahora son los hermanos más devotos y orgullosos cuidando al bebé.
Los observó mientras conversan sobre nimiedades, el silencio se hace cuando el teléfono de la casa suena, nos miramos entre nosotros porque es extraño una llamada a estas horas de la madrugada. Al menos que algo grave haya ocurrido. Les pido que se queden con Kale mientras atiendo.
—¿La señora, Jeon Ayla?
—Si, soy yo. —mi corazón retumba dentro de mi pecho, temerosa.
—La llamamos de la comisaría local, su esposo ha sido detenido y requerimos de algún responsable.
Suspiro lentamente, dejando escapar todo el aire que tenía contenido, Dani me mira expectante desde el umbral de la cocina, Won igual al lado de su hermanito.
—¿Qué pasó?
—¿Podría acercarse por favor?, aquí le explicaremos con más claridad.
—Claro, gracias por la llamada.
Cuelgo.
Voy a matarlo.
—¿Y?
—¿Appa murió?
—¡JUNGWON!
Ambas le gritamos, en consecuencia, Kale llora fuerte despertando. La preocupación cambió por la curiosidad de saber que hizo para terminar ahí dentro, mejor dicho, que hicieron, porque dudo que JungKook este metido ahí dentro solo.
Alzo en brazos a Kale para amantarlo y que se duerma de nuevo. Estoy por explicarles a mis hijos la confusa situación y el timbre de la casa suena sabiendo de quien se trata.
A los segundos, Soojin entra a la cocina con Won detrás quien le abrió, a juzgar por su semblante no está nada contenta ya que mi hermano Taehyung también está acompañando a mi querido esposo en esta travesía, supongo.
—¿Irás?
—Tengo qué, sino no saldrá.
Entrecierra los ojos, se sienta frente a mí cruzándose de brazos.
—Tal vez dejarlos ahí por un tiempo les sirva de escarmiento.
—No dejaré a mi hermano y a tu primo ahí dentro, Soo.
Danielle y Jungwon no entienden nada.
—¿Qué pasó?
—Tu padre y tíos están encarcelados.
Soojin no tiene pelos en la lengua y dudó que calle cuando vea a su esposo. Termino de amantar a Kale, se duerme y sus hermanos me aseguran que lo cuidarán mientras voy al rescate del señor problemas.
Todo es silencio cuando llegamos a casa, amaneció, son las nueve de la mañana. Me despido de Soojin y Taehyung con un ademán de manos ellos entrando a su casa. Para mí sorpresa, ella se mostró bastante callada y comprensiva con mi hermano cuando nos explicaron que todo fue un mal entendido. En otras instancias, estaría histérica.
JungKook sigue directo a nuestra habitación, está molesto, apenas me dirigió la palabra en el camino haciéndome no sentir del todo bien. Intento ignorar su comportamiento y entro a la habitación de Dani, está durmiendo con Kale a su lado en la cama y Won sobre una colchoneta en el piso al lado.
Tardamos más de lo debido, pues aparte que tenían que pagar una fianza debieron firmar unos papeles. Al parecer hubo un mal entendido con uno de los amigos invitados de Yoongi a la fiesta, se metió con una mujer comprometida, la pareja de esta los encontró y el resto por defenderlo terminaron encerrados por disrurbios y no se que otras cosas más. Gukk está muy molesto por la situación, se siente avergonzado así que deberé soportar su mal humor por un rato.
Aunque hay algo que me está carcomiendo y eso es si en la discoteca a la que fueron pasó algo con alguien más. No debería dudar de mi esposo, pero mis hormonas del post parto y las palabras de mi hija vienen a mi cabeza.
Cuando entro a la habitación se ha quitado la mayoría de la ropa, aún tiene los jeans puestos y lleva una toalla en una de sus manos.
—Tomare un baño.
—¿No pasó nada más?
Yo y mi bocota, juro que salió sin mi permiso. Él se detiene mostrándome su ancha espalda, respira tranquilo, pero apuesto a que no le ha gustado lo que dije. Se voltea regalándome un gesto de incredulidad.
—¿Es en serio, Ayla? Dime qué no insinuaste lo que creo insinuaste.
Si, lo es.
—No, solo te hice una pregunta.
—Estoy muy cansado, estresado y molesto —masajea sus sienes con la yema de los dedos— No quiero tener una discusión ahora.
—Esta bien —me cruzo de brazos con la intención de salir de la habitación para preparar el desayuno, pero su mano en mi brazo me detiene.
—Beso.
Es un infantil, quiero reírme, sigue muy serio y molesto, pero eso no impide que sea meloso y yo deba cumplir lo que me pide sino será peor. Procurando no sonreír avanzo picoteando sus labios. Él se encierra en el baño y yo salgo sonriendo divertida. Así discutamos fuerte, solo nos dura dos segundos.
Veo a Won salir de la habitación, su cabello está despeinado y tiene rostro somnoliento. Me acerco a él y se abraza a mí dándome los buenos días. La siguiente es Dani con Kale en sus brazos.
—¿y appa?
—Baño.
—Tardara —comenta Won, separándose de mis brazos y dirigiéndose al baño.
—¿Qué pasó, omma? —se nota la preocupación en el tono de su voz. Me entrega al bebé que aún duerme.
—No lo cuentes aún, espera a que esté yo también.
—Chismoso.
—Tú también eres chismosa, noona.
—Niños —Dani suspira, sacándole la lengua a su hermano, este le burla y ella le sigue— lávense la cara los dos, los espero abajo.
—Si, omma —afirman al unísono.
Antes de bajar y dirigirme a la cocina, me aseguro de limpiar y cambiar a Kale. Es muy tranquilo, no llora mucho y por las noches duerme sus buenas horas, así que no me siento tan cansada como con mis otros dos hijos cuando ellos eran bebés.
Coloco al pequeño en el carrito cerca, Bam se acerca despacio recostándose al lado, también cuidara del bebé. Así que me dispongo a preparar el desayuno para la familia, aunque dudo un poco que JungKook baje a comer. Dani y Won bajan minutos después cambiados.
A través de la ventana de la cocina, veo a mi sobrino Janggu, me saluda con una sonrisa y un ademán de manos. Le correspondo y le abro la puerta. Tiene la misma sonrisa cuadrada de su padre, casi que me recuerda a mi hermano por el parecido que tienen.
—¿Y Taeeun? —pregunta Dani por su prima.
—Oh, se fue con omoni, pues appa y omma se encerraron en la habitación ni bien llegaron y creo que discutieron.
—Así que escapaste —niega lento Dani y el chico asiente. Luego se voltean a verme y yo suspiro preparándome para el interrogatorio.
—Ahora si, cuéntanos que pasó omma.
Me volteo colocando atención a la olla donde se está cocinando una sopa de algas. Suspiro con fuerza contándoles lo que ha ocurrido mientras me muevo por la cocina. Solemos ser muy sinceros y transparentes con nuestros hijos, decidimos hacerlo así para que ellos sepan que pueden contarnos lo que sea, que los apoyaremos siempre.
Además, es como un voto de confianza, somos una familia y debemos estar unida para ayudarnos. Así JungKook los trate como a bebés, él sabe que sus hijos son lo suficientemente inteligentes para entender ciertas situaciones como lo hicieron con este. Luego comenzaron a reírse imaginando la escena y cuando apareció el señor Jeon se hizo el silencio momentáneo.
—Buenos días —saluda a Janggu con un abrazo y este le corresponde, besa las mejillas de Dani y Won y se queda un minuto mirando a Kale durmiendo en el cochecito hasta que viene a mí susurrándome— buenos días, yeobo.
—Buenos días.
—¿Ellos ya saben? —murmura tan bajito cerca de mi oído y no evito sonreír, asiento.
—Que te sorprende, appa. Ustedes nos cuentan todo.
Suspira, sus orejas están rojas, signo de que se siente avergonzado. Incluso forma un puchero muy adorable en sus labios que me tientan besar.
—No es algo de lo que esté orgulloso, no se supone que debía ser así —restriega su cara con frustración.
—¿Al menos se divirtieron? Appa logró decirme que bebieron tragos de colores y pusieron música muy buena —cuenta Janggu.
—Si, lo estuvo, aunque no bebí, se suponía que yo debía cuidarlos a todos luego.
Se cruza de brazos, apoyándose de la encimera.
—¿Y vieron chicas bonitas?
Ante la pregunta de Danielle con tono sarcástico parpadea. Won y Janggu la miran a ella y luego a JungKook esperando su respuesta.
—Normal, había mucha gente —carraspea, la presión de tener cuatro pares de ojos lo están poniendo nervioso— la mayoría eran jóvenes, de hecho, éramos los únicos mayores.
—Pero según appa, ustedes eran el alma de la fiesta y todos se les acercaban —comenta Janggu, inocente.
Dani me mira, yo la instó a que siga molestando a su padre y quiero reírme cuando confiesa lo siguiente.
—Appa es famoso a la salida de la escuela —jungkook se tensa evitando mirarme— las madres de mis compañeros lo miran de más.
Lo comenta hastiada, no le gusta la atención, prefiere pasar desapercibida y no ser reconocida como hija de la diseñadora de vestidos o el escritor célebre. Dani es más reservada. En cambio, Jungwon.
—Omma también es famosa —es ahí en que yo soy la que desvía toda atención de mi esposo— los profesores de natación siempre la miran.
—Es verdad, incluso en la academia de tía Soo —acota Dani.
—Oh, es verdad, recuerdo que uno de los compañeros profesores de omma preguntó por tía Lala.
JungKook está mirándome fijamente con una mano en la cintura y la otra apoyándose de la mesa de mármol. Está esperando una explicación que no le daré porque no tengo la culpa de que me miren ni pregunten por mi indirectamente.
—Así que eres famosa para los profesores en las actividades extracurriculares de nuestros hijos.
Se quedan en silencio, Dani y Won conocen lo celoso y gruñón que su padre puede ser. Les divierte hacerlo enojar y me usan a mí en su juego y al parecer Janggu les sigue.
Debería sentirme mal, pero la realidad es que no me molesta, al contrario, me divierte hacer enojar a mi esposo.
—Al parecer —respondo, encogiéndome de hombros despreocupada.
—Omma es preciosa.
—Si, coincido, tía Lala es muy bonita y amable.
—Yo también soy amable, muy amable.
Los tres preadolescentes se miran y al unísono dicen.
—Seeee.
—Si, solo que todo el mundo sabe lo enamorado que estás de omma —dice won.
—Y que omma está enamorada de ti, appa —dice Dani— pero eso no impide que la miren.
—No me gusta.
—No puedes evitarlo, pa, te casaste con una bonita omma, muy amable y risueña.
Se cruza de brazos formando otro lindo puchero en sus labios, pero este es de descontento.
—No autorizo.
—A ti te miran las madres y yo no estoy diciendo nada.
—No es lo mismo, a mí solo me admiran, en cambio, preguntan por ti, quién me dice que no piden tu número para otra cosa y yo ni enterado.
—Deja de exagerar.
Los niños miran y se ríen. La sopa está lista, mientras sirvo con ayuda de JungKook, los niños colocan la mesa. Nos sentamos todos juntos, pensando en que el tema se acabó ahí, pero no. Mi querido esposo tiene mucho que decir, básicamente, les cuenta nuestra historia de amor, se los recuerda y dramatiza en las partes más emocionantes, según él.
Dónde yo las recuerdo con mucha angustia y melancolía.
Así que los niños solo le contestan que bromean, que les gusta hacerlo enojar, aunque Dani le deja en claro que lo de mis admiradores si es cierto. Yo me hago la desentendida porque jamás supe directamente de ellos y tampoco me interesa teniendo a mi lindo esposo conmigo.
Solo que JungKook nos hace reír.
Cuando llega la noche, los niños duermen en sus habitaciones. Kale en su cunita a los pies de la cama matrimonial. Hoy fue moderadamente tranquilo, descansando y disfrutando en familia, Salvo JungKook que se tomó una larga siesta.
—¿Puedes cambiar la cara?
—No.
Está berrinchudo. Luego del desayuno salió al supermercado a comprar algunas cosas y en eso se encontró con uno de los profesores de la escuela de danza de Dani. Todo iba bien hasta que el hombre preguntó por mí, o mejor dicho, cuando preguntó: "¿Qué tal tu esposa e hijos?"
Pero claro, para Jeon JungKook eso sonó a qué estaban tocando territorio perteneciente a él.
Así que, se quejó un poco mientras me contaba eso y que los precios de las frutas habían subido mucho provocando todavía más su indignación. Se parece a mi primo Jin algunas veces.
Me acerco rodeándole los hombros, él mantiene sus manos a los costados de su cuerpo. No durará mucho su contacto cero.
—Sabes, sino estuviera en reposo te pediría que cumplieras una nueva fantasía.
—¿Cuál?
—La de ser mi chico problemático —rueda los ojos, fastidiado— digo, tienes el porte, eres rudo, tienes tatuajes, estuviste encerrado.
—Debería enojarme y mucho —me mira de forma penetrante queriendo imponer, luego suspira cruzándose de brazos— me siento avergonzado delante de mis hijos y que tú me lo recuerdes no me hace sentir orgulloso y si no estuvieras en reposo terminaría castigándote muy duro por mencionar lo anterior y por dejar que el profesor de natación de nuestro sobrino y el profesor de baile de nuestra hija quieran tu número.
—¿Por qué eres tan celoso?
Sus manos sujetan mi cintura y en un ágil movimiento me pega contra su cuerpo. Mentiría si dijera que no me sigue gustando estos arrebatos suyos, la de mostrarse posesivo de esta manera.
—Por que no me gusta compartir lo mío, y tú, Kim Ayla eres mía, sola y completamente mía —esconde su rostro en mi cuello, su nariz rozando mi piel me estremece causando que lo apriete más a mí— mejor vamos a la cama, tengo sueño.
—¿Mas? —asiente, besa mi cuello y nariz— te dormiste toda la tarde.
—Kale duerme, así que es mi turno de que me cuides.
Intento no reírme fuerte para despertar al más pequeño de los Jeon. Nos metemos a la cama luego de hacer nuestras rutinas, JungKook se ancla de mi cuerpo pidiéndome que le haga mimitos y piojitos hasta que se duerma. No sé quién es el nene de la familia.
Lo que si sé, es que pase lo que pase, él sabe que soy solo suya y él mío.
Falta uno más y el último... Lo voy a subir en unos minutos.
En otros temas. Spam de nueva historia en mi perfil 🤭
Está el prefacio y la presentación de los protagonistas, vayan a darle amor. 🥰
💜💜💜
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro