𝟒𝟑. 𝐄𝐥 𝐑𝐞𝐠𝐫𝐞𝐬𝐨 𝐚 𝐂𝐚𝐬𝐚💘
El cielo sobre Brisbane estaba despejado y sereno cuando el avión de Sunghoon comenzó su descenso.
Mientras el aparato sobrevolaba la costa, pudo distinguir la línea del horizonte que se unía al azul intenso del océano. Esta vez, el viaje se sentía diferente, como si cada segundo en el aire lo estuviera llevando un paso más cerca de su hogar, su verdadero hogar: Jake.
Una sonrisa suave se dibujó en su rostro. Después de semanas de ansiedad y desvelo, por fin había tomado la decisión que cambiaría su vida. No había sido fácil dejar atrás las comodidades y la familiaridad de Seúl, pero el corazón de Sunghoon le dictaba que estaba tomando el camino correcto.
Su equipaje es el primero en salir de la cinta transportadora, como si incluso la suerte estuviera a su favor ese día. No lleva más que una pequeña maleta y un par de pertenencias. Sabe que no necesita mucho, porque todo lo que realmente importa lo espera en Brisbane.
Mientras cruza la terminal, su mirada se posa en cada rostro que pasa. Sabe que Jake estará allí, esperándolo, pero una mezcla de emoción y ansiedad lo invade. ¿Y si Jake no había llegado aún? ¿Y si se había arrepentido? Sacudió la cabeza, apartando aquellos pensamientos.
Jake siempre ha sido su refugio, su lugar seguro, y hoy más que nunca quiere que sea el primero en saber cuánto significa para él.
De pronto, entre la multitud, lo ve. Jake está de pie, esperándolo con una sonrisa amplia y unos ojos que brillan con anticipación. Está tan radiante como siempre, vestido con una camiseta clara y un par de jeans desgastados.
Es el mismo Jake que recordaba, pero, al mismo tiempo, hay algo nuevo en él. Parece más seguro, como si durante la ausencia de Sunghoon hubiera descubierto su propio valor.
💘
Al notar su presencia, Jake avanza rápidamente hacia él, y Sunghoon no puede contenerse más. Suelta la maleta y acorta la distancia entre ambos en apenas unos pasos, envolviendo a Jake en un abrazo firme y desesperado.
—Jakey... —Murmura con voz ronca, hundiendo el rostro en su cabello, sintiendo cómo el latido de su corazón se acelera con solo tenerlo en sus brazos de nuevo—. Te extrañé tanto.
Jake le rodea el cuello con los brazos, apretándose contra él como si intentara memorizar cada detalle de ese momento.
—Yo también, Hoonie. Ni te imaginas cuánto —Responde, con la voz temblorosa de emoción.
Permanecen así, sin decir nada más, en un abrazo que parece eterno. La gente a su alrededor los mira, algunos con sonrisas de ternura, pero ellos solo tienen ojos el uno para el otro. Para Sunghoon, nada más importa. Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, se separan lo suficiente como para mirarse a los ojos.
—Estás aquí de verdad... —Susurra Jake, casi como si temiera que fuera un sueño.
Sunghoon asiente, acariciando suavemente su mejilla con el pulgar.
—Sí. Y no pienso irme otra vez. Esto es real, Jake. Vuelvo para quedarme, porque quiero construir una vida contigo, aquí, en Brisbane.
Jake parpadea, procesando sus palabras, y una sonrisa llena de felicidad se apodera de su rostro.
—¿Hablas en serio? ¿Vas a quedarte? —Pregunta, como si necesitara escucharlo una vez más para convencerse.
Sunghoon asiente con firmeza, mirándolo con una determinación inquebrantable.
—Te lo prometo. No hay nada en Seúl que no pueda dejar atrás. Mi lugar es donde estés tú, Jake, y quiero que comencemos algo juntos aquí, desde cero.
Jake deja escapar una risa de alivio, y antes de que Sunghoon pudiera reaccionar, lo besa. Es un beso lleno de dulzura y anhelo, un beso que cuenta todas las palabras que habían quedado en el aire durante su tiempo separados. Las personas a su alrededor parecen desvanecerse, y todo lo que existe en ese instante es la certeza de su amor.
Al separarse, Jake lo toma de la mano y lo guía hacia la salida.
—Ven, te llevo a casa. Bueno... —Corrige con una risita—. A nuestra casa.
Sunghoon lo mira con una mezcla de sorpresa y alegría.
—¿Nuestra casa?
Jake asiente, entrelazando sus dedos con los de él mientras caminan juntos.
—Desde que te fuiste, no podía dejar de pensar en que quería que este lugar también fuera tuyo. Pensé que si tú volvías, tendría que ser con la promesa de que esta vez nos perteneceríamos sin condiciones.
Sunghoon siente cómo el corazón le late con fuerza. Las palabras de Jake confirman todo lo que había estado sintiendo desde que partió de Brisbane. A su lado, no solo tiene un compañero, sino alguien con quien construir un hogar.
La casa es acogedora, con una decoración sencilla pero con detalles que reflejan la personalidad de Jake: plantas en cada rincón, pequeños cuadros y luces cálidas que iluminan el espacio. Sus peludas, especialmente Gaeúl, se emocionan al verlos ingresar por la puerta principal, y cuando llegan al dormitorio, Sunghoon se detiene frente a la cama, mirándola con una mezcla de nerviosismo y ternura, no puede creer que Jake le permita compartir su sagrado espacio personal.
Jake, notando su reacción, se acerca y le toma ambas manos, sonriendo.
—Hoonie... esta será nuestra vida ahora. No tienes que preocuparte por nada, porque estamos juntos, ¿recuerdas?
Sunghoon asiente, envolviendo a Jake en otro abrazo, sintiendo que, finalmente, había encontrado su hogar. Esa noche, conversan hasta altas horas, compartiendo planes, sueños y confesiones. Cada palabra, cada risa y cada susurro parece tejerse en un pacto silencioso que fortalece su unión.
Finalmente, al amanecer, ambos están recostados en la cama, mirando el techo, con las manos entrelazadas y los corazones ligeros. Jake se acurruca en su pecho y susurra, somnoliento pero con una sonrisa de satisfacción en el rostro:
—Gracias por regresar a mí, Hoonie.
Sunghoon besa su frente, sintiendo cómo el amor que siente por Jake se expande, llenando cada rincón de su ser.
—Siempre regresaré a ti, Jakey. Porque no hay nada en este mundo que me importe más que tú.
Gracias por leer la historia💘
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro