El aroma a café recién hecho impregna el ambiente de Moonlight Sun, pero esta vez no logra reconfortar a Jake.

Se encuentra detrás del mostrador, preparando una orden, mientras Sunghoon lo observa desde una de las mesas cercanas. Ninguno había dicho mucho desde la mañana, como si ambos supieran que las palabras podrían romper la frágil calma que sostienen.

Sunghoon tiene que regresar a Seúl esta noche. Un asunto importante relacionado con su empresa lo reclama, y aunque habían intentado ignorarlo por días, la despedida se ha vuelto inevitable.

—Jakey... —Sunghoon rompe el silencio al fin, su voz baja y cuidadosa—. Sabes que no quiero irme, ¿verdad?

Jake deja la taza de café en el mostrador y lo mira, tratando de mantener la compostura.

—Lo sé. —Intenta sonreír, pero no lo logra del todo—. Pero es tu trabajo. No puedo pedirte que te quedes.

Sunghoon se levanta y se acerca hasta donde está Jake. Rodea el mostrador, acercándose lo suficiente para tomar sus manos entre las suyas.

—No quiero que pienses que esto es una despedida. Es solo... un tiempo.

—Pero, ¿y si ese "tiempo" se alarga? —Jake pregunta, incapaz de ocultar la incertidumbre en su voz. Su mirada refleja el miedo de perder lo que habían construido juntos—. ¿Qué pasa si no encuentras la manera de volver?

Sunghoon siente cómo se le aprieta el pecho al ver la angustia en los ojos de Jake. Es exactamente lo que había temido: que la distancia termine haciendo estragos entre ellos.

—Voy a encontrar la manera. No importa lo que cueste,  mi Jakey. —Aprieta un poco más sus manos, buscando transmitir seguridad—. Lo prometo.

—¿Y si no es tan fácil, Hoonie? —Jake susurra, bajando la mirada—. Brisbane se siente como mi hogar ahora, pero tú... tú eres mi hogar también.

Sunghoon alza la mano de Jake para acariciar su mejilla suavemente, obligándolo a mirarlo.

—Lo resolveremos. Juntos. —Sus palabras son un ancla para ambos, aunque ni siquiera Sunghoon está seguro de cómo lograrán equilibrar sus mundos.

Jake se muerde el labio, luchando por no quebrarse. No quiere ser egoísta, pero la idea de que Sunghoon se aleje le parte el alma.

—¿Y si te acostumbras de nuevo a Seúl? —Pregunta con un hilo de voz—. ¿Y si ya no quieres regresar?

—Eso no va a pasar. —Sunghoon niega, acercándose aún más—. Jakey, nunca he querido nada en mi vida como quiero esto contigo.

El silencio que sigue es pesado, pero no incómodo. Es la clase de silencio que acompaña los momentos importantes, los que se quedan grabados en la memoria.

—Entonces... —Jake inhala profundamente, buscando valentía—. ¿Cuándo vuelves?

Sunghoon sonríe, aunque la tristeza en sus ojos es evidente.

—Lo más pronto posible. Cada minuto lejos de ti va a ser eterno.

Jake asiente, apretando los labios para evitar que la emoción lo sobrepase. Se odia por sentirse así, pero también se permite reconocer que el amor implica miedo: miedo a perder, miedo a la distancia.

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Sunghoon lo envuelve en un abrazo cálido, fuerte, como si quisiera tatuar ese momento en su piel. Jake se aferra a él con la misma intensidad, hundiendo el rostro en su cuello, dejando que el aroma familiar lo reconforte una última vez antes de la despedida.

—Te voy a extrañar, Hoonie —Murmura contra su piel.

—Y yo a ti, amor de mi vida. —Sunghoon besa su sien y lo estrecha aún más fuerte—. Pero esto no es un adiós, ¿recuerdas?

—Es solo un "hasta luego" —Repite Jake, más para convencerse a sí mismo que para otra cosa.

El timbre de la puerta suena, señalando que Maki había llegado para cubrir el resto del turno de Jake.

Es el recordatorio de que el momento ha llegado,
que no pueden posponerlo más.

Sunghoon se separa a regañadientes, sus ojos fijos en los de Jake, como si con esa última mirada quisiera decirle todo lo que no había alcanzado a expresar con palabras.

—Nos veremos pronto, ¿de acuerdo? —Susurra Sunghoon.

Jake asiente, incapaz de hablar sin que su voz tiemble.

Se pone de puntillas para darle un último beso, uno lento y lleno de amor, como una promesa silenciosa de que, sin importar la distancia, sus corazones seguirán siendo uno.

Cuando finalmente se separan, Sunghoon se gira hacia la puerta. Cada paso hacia afuera se siente como un pequeño desgarro en su alma, pero sabía que tiene que hacerlo.

Jake lo observa desde la entrada, su silueta recortada contra la luz del atardecer, sintiendo cómo el mundo se vuelve un poco más frío sin él.

—Te amo, Jake —Dice Sunghoon desde la puerta, regalándole una última sonrisa antes de salir. —Cuida bien a nuestras perrhijas por mi.

Jake lo observa hasta que desaparece de su vista, dejando que la sensación de vacío lo envuelva por un momento. Luego, respira hondo, recordando las palabras de Sunghoon: "Nos veremos pronto."

A pesar del dolor, Jake decide aferrarse a esa promesa.

El amor que comparten es fuerte, y aunque la distancia les plantearía desafíos, sabe que valdrá la pena cada momento de espera.

Mientras el avión despega rumbo a Seúl, Sunghoon apoya la cabeza contra la ventanilla y cierra los ojos, sintiendo el peso de la distancia que ya comienza a abrirse entre ellos.

En su mente, la imagen de Jake, con su mirada cargada de amor y miedo, es lo único que lo mantiene firme.

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18/10/2024
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Para: "Mi novio/Baby Girl"
De: Ice Prince y/o Big Boy
Nada ni nadie nos separará. No importa cuán complicado sea, no importa los kilómetros ni los obstáculos que se interpongan, siempre encontraré el camino de vuelta hacia ti.

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Sunghoon aprieta los puños, decidido a luchar contra cualquier cosa que intentara alejarlos.

Jake no es solo su amor, es su hogar, y sabe que nunca permitirá que nada ni nadie lo aparte del único lugar al que realmente pertenece.

Al lado de Jake, el amor de su vida.

😭lloro pero no se asusten, todo saldrá bien.

Gracias por leer la historia 💘