Esa noche, el mundo a su alrededor se difumina en la quietud de su pequeña burbuja, donde el tiempo no tiene prisa y los sueños comienzan a tomar forma. Los latidos de sus corazones marcan el ritmo del silencio, mientras las estrellas titilan suavemente en el cielo, testigos silenciosos de un amor que ha superado la distancia, el tiempo y la incertidumbre.

Sunghoon, protegiendo entre sus brazos a Jake, siente cómo sus párpados se vuelven pesados, pero antes de dejarse arrastrar por el sueño, toma una decisión.

Mañana, cuando el sol ilumine su nuevo día, quiere proponer algo más que palabras, algo tangible, un símbolo que represente lo que han construido juntos.

Jake, ajeno a los pensamientos de Sunghoon, ya se ha dejado llevar por el cansancio del día, pero incluso en sueños, siente el brazo de su amado rodeando su figura de forma protectora, como si no pudiera imaginar un mundo donde no estuvieran juntos.

Mañana será un día importante, lo sienten en el aire.

Una nueva aventura comienza, Jake a preparado un viaje en una de las islas cercanas a Brisbane, la Isla Moreton, mañana inicia su viaje en este maravilloso lugar y también el viaje compartido llamado amor, que promete ser tan vasto y profundo como el océano que los rodea.

Sunghoon sonríe por última vez antes de entregarse al sueño, sabiendo que cuando despierte, el amor de su vida estará a su lado, y con eso, el mundo será un lugar más hermoso.

A la mañana siguiente, el sol se filtra suavemente a través de las cortinas de la habitación, pintando de tonos dorados el espacio que comparten. Jake es el primero en despertar, notando el suave ascenso y descenso del pecho de Sunghoon a su lado. Sonríe con ternura, tomando unos segundos para simplemente observarlo, maravillado por lo afortunado que se siente de tenerlo en su vida.

Después de un rato, Jake se levanta con cuidado, tratando de no despertarlo. Se asoma por la ventana, y solo puede pensarlo lo maravilloso que será el paisaje de la isla Moreton.

Piensa en el cielo de un azul profundo, en el mar que en calma brilla con la luz de la mañana, y la promesa de un día lleno de aventuras al aire libre lo llena de emoción. Quiere que este día sea especial, y todo a su alrededor parece alinearse con ese deseo.

Unos minutos después, Sunghoon se despierta, sintiendo la ausencia de Jake en la cama. Lo encuentra en la ventana, perdido en la belleza de la mañana, y no puede evitar sonreír. Se levanta lentamente, camina hacia él, y lo rodea con sus brazos desde atrás, descansando la barbilla en su hombro.

—Buenos días, mi amor —Susurra Sunghoon con voz adormilada.

Jake gira la cabeza y lo mira, respondiendo con una sonrisa que ilumina su rostro.

—Buenos días. ¿Listo para nuestra aventura?

Ambos se visten rápidamente, entusiasmados por explorar la Isla, dejan a las peludas al cuidado de Félix, amigo y compañero de trabajo de Jake y se encaminan a un día lleno de aventuras.

Jake había planeado el día perfecto: primero una caminata por los senderos rodeados de naturaleza, después un paseo en kayak por las aguas cristalinas, y finalmente, un picnic en la playa, solo ellos dos.

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El recorrido comienza entre la vegetación exuberante, con el canto de los pájaros y el susurro de la brisa marina acompañándolos. Caminan tomados de la mano, hablando de todo y de nada, sintiendo que el tiempo se desdibuja cuando están juntos. La naturaleza alrededor parece ser un reflejo de la paz que sienten en sus corazones.

—Este lugar es increíble —Dice Sunghoon, mirando a su alrededor, maravillado por la serenidad que los rodea.

—Sabía que te encantaría. Quería que fuera un lugar especial... para nosotros —Responde Jake, apretando suavemente la mano de Sunghoon.

Después de la caminata, se dirigen hacia la orilla para comenzar su paseo en kayak. Las aguas son tan transparentes que pueden ver los peces nadando debajo de ellos, y el sol sobre sus cabezas les da la sensación de estar flotando en un paraíso. Ríen juntos, salpicándose con el agua, disfrutando de la ligereza de estar juntos sin preocupaciones.

Finalmente, llegan a una playa apartada, donde Jake ha preparado el picnic. El sol está en su punto más alto, y la arena cálida bajo sus pies les invita a relajarse. Se sientan sobre una manta, con la cesta de comida entre ellos, pero antes de empezar a comer, Sunghoon se queda en silencio, mirando a Jake con una mezcla de nervios y emoción.

—Jake... hay algo que quiero decirte —Comienza Sunghoon, con el corazón acelerado.

Jake lo mira, notando el cambio en su tono y postura. Sus ojos se suavizan, invitándolo a continuar.

—Desde el primer momento en que empezamos esto, desde los mensajes, las videollamadas hasta hoy, supe que tú eras la persona con la que quiero estar. No solo hoy, ni mañana, sino todos los días que vengan después. Y... —Sunghoon saca un pequeño estuche del bolsillo de su chaqueta— quiero que esto simbolice lo que siento por ti.

Jake se queda sin palabras al ver el anillo dentro del estuche. No es un anillo de compromiso formal, pero sí uno que representa la promesa de su amor y todo lo que quieren construir juntos.

—No es una propuesta, al menos no todavía, pero es un símbolo de que quiero que estemos juntos, que esto no sea solo un momento, sino algo que continúe para siempre. ¿Qué dices, Jakey?

Jake, con los ojos ligeramente brillosos por la emoción, toma el anillo y lo mira antes de devolver la mirada a Sunghoon. Sin decir nada, se inclina hacia él y lo besa suavemente, un beso lleno de promesas, de aceptación y de amor.

—Hoonie... no tengo palabras. Claro que quiero esto. Quiero todo contigo —Responde, colocando el anillo en su dedo y sonriendo ampliamente.

Sunghoon, aliviado y emocionado, sonríe también, sintiendo que este día en la isla Moreton será uno que jamás olvidarán. Se abrazan, dejando que las olas marquen el ritmo de sus corazones, sabiendo que juntos podrán enfrentar cualquier aventura, en la isla y en la vida.

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