ii. little lies
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CAPÍTULO DOS
PEQUEÑAS MENTIRAS
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DRACO SUSPIRO tratando de controlar su respiración. Le dolía el cuerpo entero, y tenía múltiples cortadas en el. Necesitaba un descanso con urgencia.
—No vas a descansar—escuchó la voz odiosa que se volvía familiar detrás de él.
Draco rodó los ojos.
—Moriré si no lo hago.—contestó mientras se acercaba a sentar en el suelo del salón de entrenamientos.
—¿Qué crees que haces niño?—cuestionó mirando sus acciones.
Draco ni siquiera se molesto en edecirle que no lo llamara niño. Ahora mismo solo quería dormir.
—Descanso
—El descansó es para los débiles.
—Entonces soy muy débil—contestó el con diversion.
—No es algo que tú dirías—dijo casi divertido por su contestación.
—Solo hemos pasado una semana juntos y ya me conoces a la perfección—soltó una risa.
—Créeme no necesito una semana para conocerte.—miro al suelo antes de verlo a él.
—Y por qué no me dices que es lo que sabes de mi—intentó hacer que el hablara. Pero solo recibió el silencio a cambio.
Después de unos minutos Draco se sintió incómodo, pudo ver como se quedó pensativo y miraba un punto de la habitación con la mirada perdida. Así que decidió llamar su atención.
—¿Por qué eres un Mortifago?—preguntó el chico con curiosidad. Por un momento temió que el no contestara. Temía que lo hubiera arruinado.
Pero el contestó.—Lo mismo que tú. No tuve elección—levantó sus hombros.
—Pero no tienes la marca—señaló.
—Eso es algo personal niño.
—Mamá dice que antes eras divertido. ¿Que fue lo que te pasó?—sin evitarlo preguntó. Una vez más la curiosidad le ganó.
—Mi hermano murió dejándome solo en el mundo, me volví Mortifago a los 13 años y me obligaron a matar gente desde muy joven.—comentó—Perdoname si no sonrió por eso—el sarcasmo era notorio.
—No—negó Draco poniéndose de pie—Ella dijo que incluso después de serlo eras divertido
—Veo que eres un entrometido.
—Curiosidad—fue su única respuesta evitando su mirada.
—La curiosidad mata al gato.
—Pero murió sabiendo.—contra atacó.
—¿Y valió la pena saber?—el hombre lo miró y Draco no aportó su mirada.
No entendía la necesidad de querer saber la vida de Leonardo.
—Sabes algo niño. Creo que te conozco más de lo que piensas. —el comento sacando un cigarrillo muggle. —Eres presumido, te crees que mereces todo, te gusta la atención y eres un bastardo que molesta a las personas—comenzó a hablar.
—No me conoces—negó comenzado a enojarse. Su mirada era de dolor.
¿Enserio el pensaba todo eso de él?
—Por supuesto que sí, todos los niños ricos y sangre puras son iguales. La única diferencia es que ellos están orgullosos de ser Mortifagos. Tu por otro lado eres un miedoso.—lo incitó.
—¡Callate!—lo miró de mala manera.
No quería seguir escuchándolo.
—¿Por qué no me callas?—lo reto una vez más y Draco levantó su varita.
Leonardo hico lo mismo que el y comenzaron un duelo, hechizos volaban a través de la sala, se escuchaban gritos inclusos.
—Fue un honor conocer a tu hijo Cissy—Rabastan comentó asustando a la mujer quien escuchaba el alboroto. Unos 10 minutos después la puerta fue abierta para encontrarse con Draco y Leonardo.
El primero parecía satisfecho consigo mismo y incluso feliz. El segundo traía su típica máscara de frialdad.
—¡Draco!—Narcissa se acercó a su hijo con urgencia al ver los golpes en su cuerpo.
—Esoty bien madre—la intento calmar—De hecho le gane—comentó para sorpresa de la mujer y Rabastan.
—¡¿Qué?!—el hombre castaño dejó caer sus frituras al suelo.—¿Es una broma?
—¿No?—contestó inseguro de que decir.
—¡¿No dirás nada?!—miró a su mejor amigo en busca de respuesta quien solo rodó los ojos.
—Si Rabastan, el engendro rubio me ganó en un duelo. Superalo—comenzó a caminar para ser detenido.
—¡Draco tienes muchos golpes!—la muher Malfoy le dio una mala mirada a Leonardo.
—Dije que no lo mataría.
—Esta todo lastimado.—reprochó.
El se acercó a Draco y lo pellizco con fuerza haciéndolo gritar..
—¡Ay!
—¡Leo!
—Vez, esta vivo—el demostró su punto.
—¿Cómo es posible que le ganarás—Rabastan se acercó a Draco. —¿Lo dejaste ganar por lástima?—miró a su amigo.
—¡Oye!—se quejo Draco. El había ganado limpiamente.
—No, el niño ganó de manera limpia.—quiso dar el tema por terminado.
—Es solo que nadie nunca te había ganado. No al menos desde Merope—soltó su lengua sin darse cuenta de lo que decía.
Rabastan al darse cuenta de los que dijo se puso serio de inmediato. Narcissa abrió sus ojos en par y miró a Leo. Y Draco sólo pensaba en quien era Merope.
—Leo yo no...
—Aceptalo de una vez. Draco me ganó y punto—sin más que decir salió dando un portazo. Rabastan suspiró con culpa y lo siguió de cerca.
—¿Quién en Merope?—la pregunta de Draco ni siquiera tomó por sorpresa a Narcissa.
—Hay cosas que deben quedarse enterradas Draco.
—Solo quiero saber mamá.
—Lo sé cariño pero es mejor que no lo hagas.—acarició su cabello patinado, —Ahora vamos a curarte antes de la reunión de hoy.
[...]
LEONARDO MIRABA como Rabastan dibujaba en una hoja de papel.
—Mira te dibuje—le mostró el dibujo en donde estaba una persona de palitos con un sombrero.
Era el típico sombrero que Leonardo siempre usaba.
—Que talento.—lo felicito.
La relación de ellos dos era única, a pesar de que Leonardo era sarcástico y mayormente frío. Con Rabastan era diferente.
—¡Es para ti!—se lo tendió. Leonardo le agradeció con un asentimiento de cabeza y guardo su dibujo dentro de su saco.
Draco veía la interacción desde lejos, parecía que Leonardo sonrió levemente, pero desapareció igual de rápido. ¿Que es lo que tenía Rabastan Lestrangre que hacía que el se abriera?
No lo sabía pero lo irritaba, el apenas y conversaba con Draco y solo era para decirle que era un inútil.
—Es bueno verlos una vez más—escucharon la voz de Voldemort. Enseguida todos se pusieron serios. —Me ha llegado cierto rumor que no se como interpretarlo—su sonrisa creció haciendo estremecer a la mayoría. —Draco Malfoy.
El nombrado se puso tenso de inmediato. Narcissa apretó su mano en señal de apoyo pero su corazón iba igual de rápido que el de su hijo.
—Los rumores dicen, que Draco Malfoy le ha ganado en un duelo a Leonardo Rosier—entonces la sala estalló en susurros sin creerlo.—Asi qué muchacho. ¿Eso es cierto?—miró al Malfoy quien no se atrevía a hablar. Justo cuando iba a contestar alguien más lo hizo.
—Solo son rumores mi señor—Leonardo respondió por el,—Solo una persona ha sido capaz de vencerme y no es Draco Malfoy.—aseguró con firmeza.
Draco iba a replicar pero la mirada de su madre le dijo que no lo hiciera.
Voldemort soltó una risa y todos rieron de manera incómoda.
—Por supuesto que si. Los rumores nunca son buenos. —el hombre calvo aceptó.
Leonardo mintió. ¿Por qué lo hizo? Draco no lo entendía. Quería hacerlo pero no podía. Y eso lo carcomia por dentro. Quería entender el misterio que rodeaba a Leonardo.
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