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Sábado, al fin había llegado el tan deseoso fin de semana. Pude levantarme tarde, comer lo que quisiera sin estar presionado y usar mi celular sin que me regañaran adultos.
Sí, amaba los fines de semana.
—¡Sunoo, las pizzas llegaron!
Oh, y si algo distinguía y hacía mis sábados únicos, era que había pizza o hamburguesa para desayunar.
Bajé corriendo con mi celular en manos, dejando a Flash como un imbécil.
Mi madre colocó la enorme caja de pizza en la mesa. Al separar aquellos bordes de cartón, el aroma que se mantenía cautivo dentro de ellos, salió con rapidez llegando a mis fosas nasales; causándome un inexplicable placer.
En otras palabras, huele bien.
—Mamá, hoy pienso ir a la casa de Jungwon. —llevé un trozo de pizza a mi boca. —Es posible que me quede a dormir, lo sabes...
Mi madre asintió
—Entiendo.
Me gustaría decir que se formó un silencio cómodo, el cual pueda disfrutar, pero en realidad era todo lo contrario.
Era tan espeso y abrumador, que opté por ir a comer a mi habitación en busca de comodidad.
Llevaba ya varios minutos intentando contactar con Jungwon, pero era sencillamente imposible. Los mensajes le llegaban, pero no se dignaba ni siquiera a leerlos.
Me tiré en mi cama, bastante aburrido. Si no iré a la casa de Jungwon tendré que buscar alguna actividad para hacer, después de todo soy alguien muy enérgico. Me niego a quedarme papando moscas.
Mi teléfono sonó, y lo tomé a una velocidad imposible.
—¿Sunoo? ¿Para qué me llamabas?
Se escuchaba extraño, e incluso me atrevía a decir que enojado. No tiene esa vibra linda.
—Me preguntaba si querías que fuera a tu casa. —miré mis uñas con detenimiento. Diablos, debo cortarlas.
—No. No, lo siento. Estoy ocupado. Te llamo luego. ¿Está bien?
—Eh... Claro. —respondí, sin embargo cuando lo hice, la llamada ya llevaba algunos segundos de ser colgada por él.
Bueno, plan B.
Había dudado demasiado antes de siquiera pensar en esa opción, pero, ¿qué tiene de malo? Después de todo no tengo en absoluto malas intenciones. Además, aprovecharé que tengo algunos mensajes no leídos.
Tengo la suerte de que Seongmin me haya pasado el Instagram del mayor.
PS.Hoon12
"¿Están libres hoy, Sunghoon?"
Me acerqué a pequeños y sigilosos pasos, que eran seguidos por mi tía Roseanne, y mi primo, que aún seguía en las nubes. Unos cuantos pasillos más, y ya estábamos finalmente frente a una puerta color beige que tiene escrito solo personal autorizado.
Sentí una arcada venir con rapidez, pero por suerte pude detenerla. Mi tía me miró con preocupación, pero yo hice un mohín.
Antes de abrir la puerta, miré detenidamente el pastel que tenía en mis manos. Muy bien, creo que estoy listo.
Mi tía Roseanne me abrió la puerta y nos acercamos a la cama, donde mi hermano menor yacía tierna y completamente dormido, dándome una angelical imagen.
—¡Feliz cumpl... —se quedó callado unos segundos. —...eaños.
Jake había gritado antes que nosotros dos, por lo cual recibió un jalón de oreja por parte de mi tía. Lastimosamente, ese asqueroso y mañanero grito había despertado a mi hermano.
—Mh, hombres. —Seongmin negó con su cabeza, después de entender la situación.
Mientras todos reían, sentí comezón en mi muñeca. Y al verla detenidamente por un momento me di cuenta de algo muy importante.
Estaba creciéndome una flor.
Leí aquel mensaje nuevamente.
"¿Están libres hoy, Sunghoon?"
Seongmin brincaba por toda mi habitación, emocionado.
—¡Dile que sí, dile que sí!
Suspiré y tomé el celular entre mis manos. No estaba del todo seguro de que Sunoo estuviera con nosotros dos en el cumpleaños de Seongmin, pero después de todo, es agradable. No veo el problema.
Rodé mis ojos y traté de ocultar mi sonrisa. —Está bien, le diré que lo veremos en el centro.
"Hola, sí. Por el cumpleaños de Seongmin iremos al centro, ¿te vemos ahí?"
Su respuesta fue inmediata.
"Por supuesto, ahi los veo"
—¡Ah! Estoy emocionado.
Seongmin frotó sus manos en sus piernas.
—Tranquilo, fiera. —palmeé su espalda. —Sólo es Sunoo.
Seongmin me miró como si acabara de arruinar una fiesta. Me alejé ante la frialdad de su mirada, me había asustado un poco,
—¿Acaso has visto su rostro? Seguro tendrá buenas crias.
—Eres muy pequeño para él, Seongmin.
Seongmin me dió una mirada extraña, mientras movía sus cejas pobladas de arriba a abajo con rapidez.
—Pero usted no, hyung. —no dije nada al respecto. —Mírelo de esta forma, si él y tú se hicieran novios, tal vez yo lo vería todos los días.
—Bah, de ser así, no te llevaría a nuestras citas. —le seguí el juego sin querer pretenderlo.
—Si fuera así, yo sí te dejaría que vinieras a nuestras citas, ¿verdad, Hoonie? —Oh no.
No quería voltear hacia atrás, ya que si lo veía me sonrojaría. Seongmin sonrió cuando vio mi rostro volverse de un color tan rojo como la sangre. Apreté mi celular mientras miraba su funda color morado con hamburguesas y burritos.
—¡Sunoo!
Sunoo se puso delante de nosotros y me sorprendí un poco al verlo. Estaba diferente.
Esta vez tenía unos lentes redondos, una corbata que hacía juego con su sudadera entreabierta y unos globos de colores primaverales.
—Aquí tienes pequeño, feliz cumpleaños. —espetó mientras le daba a mi hermano aquellos bellísimos globos.
Seongmin abrazó la estrecha cintura del mayor, mientras un ligero sonrojo se adueñaba de su dulce y tierno rostro.
—Hola Sunghoon. —acomodó su corbata y me saludó con un ligero toque en el hombro.
Mi mirada se posó un momento en su delgada y pálida muñeca, algo había llamado mi atención. Parecían algunas ondas color rosadas, pero cuando el se percató de mi interés en esa parte de su cuerpo, la alejó.
No me esperaba que colocara su brazo alrededor de mis hombros.
Comenzamos a caminar.
—¡Bien! ¿A dónde vamos? —me miró y sonrió ampliamente. —¿Sabes? Me siento como si estuviéramos pasando por un camino lleno de oportunidades, la oportunidad de hacer feliz a tu pequeño hermano.
Su lenguaje era atractivo, tenía esa extraña manera de detallar lo que quiere decir. Además, su acento Satoori era bastante tierno.
Seongmin corría delante de nosotros, mientras que Sunoo me tenía encarcelado con sus brazos. Estaba nervioso, y un poco incómodo.
—¿Cómo has estado? —su mirada se posó sobre mi. —¿Te has sentido mejor?
Negué con mi cabeza.
—No, hoy casi vomito cuando le llevé el pastel de cumpleaños a Seongmin. —repuse cuando llegamos al área de juegos. —No tengo muchas esperanzas, supongo que me someteré a lo quirúrgico.
Sunoo me miró de reojo.
—Yo creo que deberías buscarlo, al final valdría la pena.
—Solo si me quiere.
—Te va a querer. —afirmó, con cierto tono de regaño.
Sentí un poco de tristeza en sus palabras, en lugar de sentirme esperanzado, sentí que me estaban diciendo una falsa verdad.
—Al menos yo lo haría, Sunghoon. —desordenó mi cabello. —Ahora vamos a jugar con tu hermano.
Hay que admitirlo, es una grata compañía.
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perdón por recién actualizar, he andado full vaga estas semanas y además ocupada con cosas de las clases, en fin, espero no volver a tener que tardar un mes para volver actualizar <3
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