𝐯𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐜𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨
El futuro del mañana.
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La comida era saboreada, mientras que un silencio no tan incomodo nos atrapaba. Aún así, estaba aislada, y parada. Veía el horizonte, vigilando, para así brindar seguridad a quienes intentaban de comer tranquilos. A mi lado, tenía a Aster, parada y en silencio junto a mi. Su expresión se veía inquietante, como si estuviera sometida a pensamientos que sin duda, yo no lograba comprender. Me giré un poco, observando detenidamente la carretilla en donde yacía Levi acostado. En su pecho, dormía Kai, con aquella manta color rosada pastel en la que adoraba arroparse. Ella tenía su boca entre abierta, y se veía bastante tierna. Frente a la fogata, podía ver a Armin, sentado y observando cómo Mikasa intentaba de comer. Se veían abatidos, y se que en el fondo, estaban igual de asustados que yo. No me miraban, era como si desearan evadir la realidad, una la cual aún estaba lejos, pero que nos acercaríamos. Les deje de mirar, y me quede cabizbaja, observando mis zapatos. Yo también estaba abatida, estaba cansada y tenía miedo, más del que podría expresar. Todo este tiempo mis ojos observaron escenas de lo que seria mi futuro, se suponía que me preparara para esto, y jamás lo hice. Viví mi día a día, y realmente, no me arrepentía de nada.
-Alza la cabeza.-levemente la fui alzando ante el llamado serio de Aster, sus ojos y los míos chocaron, su mirada demostraba frialdad.
-¿Qué te sucede?-le pregunte curiosa ante su actitud, ella rompió la conexión visual, observando la noche estrellada.-¿Qué tanto piensas?-con curiosidad, me dirigí a ella.
-Estoy acordándome del día en que te conocí.-dijo, con una expresión de nostalgia, Aster no era de sonreír, pero parecía tener intención de hacerlo.-Iba buscando a Levi, y nunca pensé en medio del amanecer, encontrarlo aferrado a una cría.-esboce una sonrisa, recordando aquel día, y ella se quedó mirándome ante mi expresión.-Recuerdo como tuvimos un leve conflicto, como logre moler tu cabeza en segundos.-me hizo recordar, a lo que asentí.
-Si... -sonreí en un susurro, nos habíamos golpeado duramente.-Yo también lo recuerdo.-le admití
-De verdad me odiabas.-afirmó, a lo que volví asentir, sabiendo que había sido así.
-Todos lo hacíamos, Aster.-le esclarecí, dirigiendo mi mirada atrás, a mis compañeros que no la pasaban ni de a poco, pero ahora como yo, podían confiarles su vida.
-Pero luego, fui viendo lo valiente que eras. Te vi crecer junto a mi, como nadie hace mucho. Estuve un año contigo, y cada noche tenías una pesadilla donde morías. Pensé que la habíamos dejado en un abismo, pero, realmente siempre te persiguió.-su expresión se fue apagando ante sus palabras, como una vela siendo soplada, se vio abatida.-No quiero que mueras, pero si tú no te esfuerzas porque sea así, realmente no me importará mucho que lo hagas.-la dureza de sus palabras me ofendió, pero la realidad no podía denegarse, y yo lo sabía.
-No quiero morir.-le confesé, mirándole con una expresión de tristeza, y de mucho desespero.
-¿Entonces?-Aster y yo, estábamos frente a frente, ambas nos mirábamos detenidamente, ella cuestionaba, deseaba aliento de esperanza.
-Dame una solución, Aster.-le pedí.-Si me das una solución, no moriré.-afirme, esperando yo ese aliento, esa ayuda que brindaría la salvación.
-Maldita sea... -gruñó ella.-Joder.-su molestia se derramó en su semblante, se notaba impotente.-Yo tampoco quiero que mueras, Kira, pero, ¿qué diablos podríamos hacer?-se preguntaba.-Eren está aturdido en una oscuridad de la que desconocemos, la única opción, es... -ella se detuvo, y desvió su mirada algún punto fijo.-Hablar.-afirmó, a lo que yo desvíe mi mirada hacia ella, observando cómo miraba a Armin.
-Al final, él siempre tendrá la razón en sus manos.-dije, viendo como ella asentía, observando al rubio de azulados ojos.
-Tú no lo entiendes.-la mire confusa ante su comentario, ella aún no me miraba.-Estoy acostumbrada a cargar con muertes en mis hombros, he estado cerca de ella muchas veces, pero sé que Armin no está preparado para perderte.-afirmó, en un susurro, deseando que solo yo la escuchara.-Tú siempre lo has salvado a él, deja que él te salve, aunque sea una vez.-pidió, mirándome fijamente a los ojos, podía observar a través de ella la insistencia de la salvación de mi existencia, y eso, me abrumaba más.
-Aster... -la llame, pero ella negó, y me miró con una expresión seria, y muy fría.
-No puedes abandonarlos, así porque si.-ella bajo su voz, pero les señalo.-No tiene sentido haber peleado tanto, haber vivido y visto tanto, para morir en vano.-argumentó, con molestia.-Tienes lo que no todos tenemos, y pudimos tener, una familia. Kira, tienes una familia.-me mirada se apego a lo que señalaba, era pese a todo, a como Levi dormía junto a Kai, de una manera genuinamente hermosa.-Tu no sabes el infierno que él pasó toda su vida antes de encontrarte, no le des otro, por favor.-expresó.-No es por mi, o por Armin, incluso Mikasa. Hazlo por él, por Kai.-pidió, y yo tan solo, negué.
-Soy yo, o son ustedes.-le dije, viendo como su expresión se agrupaba más en impotencia.-Y sin duda, los escojo a ustedes.-afirme.
-¿Qué te deja esto Kira?-me preguntó, deseaba una respuesta esperanzadora, deseaba no sentir la impotencia que sentía.
-Libertad.-respondí de una manera pasiva, una que me aterró, pues ella en un instante pareció entender lo que nadie entendía.
-Joder. Ahora entiendo todo.-ella me miró con sus ojos abiertos grandemente, y un toque de tristeza la recorrió.
-Aster.-toque su hombro, y ella me miró de manera arisca, como si fuese algún tipo de código para ella que hiciera aquel tacto, aún así, lo permitió.-Gracias. Has sido una buena amiga.-susurré, distanciándome, y sintiendo como su mirada estaba puesta en mi, mientras que yo observé como Aster se sentí frente a la fogata, y escuchaba con atención a Yelena, yo tan solo quite a Kai del cuerpo de Levi, y me senté en el suelo.
-Heh.-articuló con gracia, mientras que frente a ella, Aster fruncía el ceño.-Es casi como si dijeras que son diferente a mí. ¿Que es exactamente diferente entre ustedes y yo? - preguntó mientras bajaba la mano y observaba a todos los presentes sentados a su alrededor.-Salvar al mundo... ¿Hay alguna dulce palabra que cautive a la gente más que esa?-todos se quedaron en silencio ante lo que decía, mientras que él ambiente comenzaba a ponerse tenso.-Entregarse a esa noble emoción de salvar cientos de millones de vidas; lavar todos los males hasta ahora por su garganta. Así es como se ven para mí en este momento. Hagamos un pequeño viaje por el carril de la memoria. ¿De acuerdo?-dijo mientras poseía una expresión de indiferencia, y yo, la escuchaba.-Reiner Braun.-se dirigió al rubio, aquel serio hombre quien la miró sin gracia.-Al abrir un agujero en el muro, ¿cuántos eldianos crees que fueron devorados por titanes puros?-pregunto, con intención de herir.-Deslizándote en los muros, compartiendo alegrías y penas con tus "camaradas" aquí. Traicionando, matándose unos a otros, y ahora finges ser un camarada de nuevo.-el hombre quedó desconcertado brevemente ante eso, Yelena fijó su vista en la rubia frente a Aster.-Annie Leonhart; parece que también mataste una horrible cantidad de soldados, eventualmente pisoteaste a los residentes de Stohess en grandes números.-Annie no se inmutó por lo que Yelena decía, demostraba aquella falta de sensibilidad, pero Yelena la evadió, y contigo.-Ah, ustedes los de Paradis también fueron extremadamente heroicos contra Marley.-fijó su vista en Armin, y me coloqué inexpresiva, probando hasta donde llegaba mi tolerancia.-Tú, normalmente una persona sensata, destruíste tan ruidosamente el puerto militar... Armin, usando el poder que robaste de Bertholdt Hoover. Incluyendo los civiles, ¿Que tan alta es la montaña de cadáveres que levantaste junto con tus ganancias militares?.-Armin se quedó en silencio, y Aster a su lado, de manera cabizbaja respiraba tolerancia, y exhalaba rabia.-Y no sé nada de su valor en Liberio, magníficamente aniquilaron a los soldados de Marley que los superaban en número y tiñeron a Liberio del color de la sangre.-afirmó, con esa voz tan pasiva.
-Si que espabilas.-mis ojos se posaron en el gruñido de Aster, Yelena la miró en un corto lapso, y sonrió, pero simplemente la ignoro.
-Especialmente Jean. Para derrotar al titán carreta, apúntaste a Falco y disparaste con valentía tu lanza trueno.-se dirigió a Jean, aquel castaño que se tenso cuyo nombramiento.-Porque la lanza apenas falló, es que Falco está aquí.-el crío y el aludido se miraron fijamente por un momento, aceptando la confesión del suceso.-Y luego... Sasha recibió un disparo de la cría que está ahí, Gabi. Porque Sasha era tan buena chica. Yo también estaba triste... Pero seguro no se compara con la tristeza, y odio, que deben sentir aquellos que convivieron con ella como familia desde que eran reclutas.-todos nos tensamos por la mención de la fallecida, luego clavamos la mirada en la niña que se encontraba nerviosa por lo dicho, y yo, sostenía a mi hija en brazo con fuerza, en el instante en que Yelena me miró.
-Ni se te ocurra.-Armin gruño, y Aster cerró sus nudillos en cuanto Yelena se me quedó mirando fijamente, una sonrisa se le transmitía.
-No tengo nada que decir de ella.-afirmó Yelena, mirándome.-El demonio femenino de Paradis.-indicó, y yo, absorbí suma tolerancia ante su mirada.-Investigue un poco sobre ti, era fácil hacerlo con las circunstancias que te entrelazaban hacia Eren.-expresó.-El único lazo que guía a la originalidad, el papel de heroica lo llevas muy bien, pero, ¿qué pasó?-pregunto, mientras que no entendía.-¿A quien no pudiste salvar?-mi mirada se enfrió ante su cuestionamiento.-Has sido igual o peor que todos aquí, llevas un monstruo como todos sin importar el tipo de esperanza que sobrelleve tu poder. Sangre, muertes. ¿Porque no pudiste salvar a la única persona que está allá afuera queriendo salvarte a ti?-me preguntó.-¿Porque no pudiste salvar a Eren?-volvió a preguntar.-Intentaste vivir en la casa de las muñecas, teniendo una familia, y una preciosa hija que no tiene culpa, pero, ¿te libra de tus pecados?-me preguntó, y yo, preferí el silencio ante vagar por su libre ignorancia.
-Cállate.-le pidió Aster, sabiendo la intención de Yelena, sabiendo que deseaba herirme.
-Está delicioso, Hange. ¿Podría repetir?-Yelena se dirigió a Hange, pasándole aquella taza para servirle más comida.
-Claro, todavía hay mucho.-indicó la mujer de anteojos, sin preocupación alguna, pues le demostraba que no le afectaba su presencia.
-Vaya... -visualice a Jean, y como sujetó una botella entre sus dedos, abriéndola para tomar un sorbo de esta.-Gracias, Yelena. Nos estás ayudando a sacar la mala voluntad del otro y a controlar nuestras mentes, ¿Verdad? - llevó la botella a su boca mientras miraba de reojo a la mencionada.-Incluso aunque tu sueño caprichoso, el que tanto querías hacer realidad, que hasta volaste los sesos de tus preciosos compañeros, terminó sin sentido y estabas lista para morir.-Yelena le miraba inexpresiva, ofendida.-Lo siento por la molestia. ¡Ah! - dijo desinteresado tomando un sorbo nuevamente de la botella, pero el rostro de Yelena, se transformó en uno intimidante.
-Lo olvidé... -ella miró a Jean, y la tensión creció, sabía que una pregunta se avecinaba.- ¿Cuál era el nombre de tu amigo cercano que me dijiste antes?- figió tratar de pensar en tal nombre para luego mirarlo, y yo me sentí tensa, y recordé a ese joven chico con quien alguna vez compartí.-Eso es... Era Marco.-la tensión estalló, pero nos sentimos abrumados ante la mención de un viejo amigo, uno de los primeros que cayó. Jean bajo la botella, y su expresión se vio grandemente abrumada.-Si no me equivoco... Me dijiste que Annie estuvo involucrada en su muerte ¿Verdad?-pregunto, mientras que yo, baje la cabeza y observé a Kai con sus ojos medio abiertos, se removía en mis brazos.-¿Ya lo escuchaste de Annie? La verdad sobre la muerte de Marco.-se miraron entre ellos, y se creó un ambiente tenso e incómodo.
-Tome el equipo de maniobras tridimensionales de Marco, por eso fue devorado.-mis ojos se dirigieron a Annie, y en cómo ella abundó dicha información, de una manera tan fría.
-Annie sólo obedeció mi orden.-justifico Reiner, con aquel rostro apagado, y lleno de vergüenza.-Marco escuchó una conversación entre Berthold y yo, una la cual debía mantenerse en secreto. Temía que se descubrieran nuestras verdaderas formas, pensé que su Marco era asesinado por un titán, se silenciaría bien.-mis ojos estaban abiertos como platos, al igual que el de todos quienes le escuchaban, incluso los niños a su lado, incluso su propia gente; aquella quien lo hizo ser así.-Yo arroje a Marco a un techo desde el aire, y mientras lo sostenía para que no pudiera moverse, Annie le quitó el equipo de maniobras tridimensionales. No pudo moverse desde la esquina, y fue devorado por un titán que estaba detrás de él.-en mis ojos se reflejaron la tristeza, al igual que en la de todos, y yo tan solo aferré a mi hija junto a mi, levantándome de esa fogata, y sintiendo como todos entendían mi postura, para así tan solo sentarme en la carretilla en donde Levi dormía, no quería escuchar más.
-Marco... -Jean suspiro el nombre de aquel viejo amigo, aquel a quien sufrió por mucho tiempo, y más ante el dolor de la muerte de Sasha, se sintió igual, o peor.-¿Cuales fueron sus últimas palabras?-pregunto curioso hacia Reiner, quien se veía realmente avergonzado.
-Él dijo, "aún no podemos hablar.-musitó, dejando mi piel erizada ante la respuesta de Reiner, mientras que Jean mantenía sus ojos abiertos grandemente, aturdido.
-¡Si! ¡Es cierto! Aún no hemos podido hablar apropiadamente.-indicó Jean.-¿No es por eso que nos hemos estado matando los unos a los otros y así hasta que alguien muera?-pregunto, mirando a su alrededor.-Si tan solo hubiésemos hablado bien desde el principio, esta matanza... -se quedó corto en palabras, aunque quisiera sostenerlo, estaba aturdido por lo que Reiner le había contado.
-Es muy tarde para empezar ahora... -expresó Hange, adentrándose a la conversación.-Incluso personas como nosotros que se han tratado de matar los unos a los otros sin piedad, pero al menos, ahora estamos intercambiando palabras sin matarnos.-musito, percatándose de que pese a todo, estábamos en la misma fogata, comiendo la misma comida.-¿Quién imaginaria que eso fuera posible? ¿Qué comeríamos juntos frente a la misma hoguera?-se preguntaba, pasiva.
-Cuando miraba a Marco ser devorado, yo... me dije a mi mismo que porque se lo estaban comiendo. Luego, me deje llevar por la rabia y mate a ese titán, mientras decía "tú le hiciste esto a Marco".-mire a Reiner ante sus palabras, retomando el tema anterior, deseando desahogarse con su pecado.
-Te volviste loco porque sentiste te sentías culpable. ¿Cierto?-le preguntó Jean, mirándolo fríamente.
-No me perdones. Realmente no tengo idea de que hacer.-Reiner se dirigía a Jean, no tan desesperado, pero deseaba ser entendido.
-Ya basta.-le pidió Jean, pasivo, pero con tristeza en su mirada, y frialdad en sus palabras.
-Lo siento...
Aquellas frías palabras de Reiner fueron la copa que desbordó el vaso, y es que, cubrí a mi hija en mis brazos cuando Jean con brusquedad se levantó, y arremetió contra Reiner. Me levante de la carretilla, sintiéndome arisca ante el brusco movimiento de mi compañero. Veía como Jean expresaba emoji, y gran impotencia de la cual nunca pudo escapar, por no haber estado ahí para Marco, pero nadie podía culpar, no sabíamos que la vida sería así. La piel de sus nudillos se marcaba de un tono rojizo, le golpeaba el rostro a Reiner con fuerza, pero este ni siquiera se defendía. Armin y Connie intentaron desprenderlo de Reiner, pero estaba tan enojado, que golpeó a sus propios amigos sin sostenerse de que eran ellos. Mi rostro cambió, la poca calma que tenía se esfumó en cuanto los llantos de mi hija se vieron envueltos en aquella estruendosa pelea. Nadie se atrevía a meterse, y la única persona que podía hacerlo, estaba dormida. Mis ojos se dirigieron a los niños aún lado de la pelea, y por simple instinto, mi cuerpo acorraló al de Falco, sin poder proteger a Gaby, quien se lanzó a la pelea. El castaño de pelo claro intentando interponerse cuando vio cómo Jean inconsciente, pateo el estómago de la pequeña, y justo ahí, fue que se detuvo.
-¡Jean!-le grite, defendiendo la postura de la pequeña niña, quien yacía retomando aire.-Basta, por favor.-le pedí, dejándole ver cómo mi hija lloraba en pleno bosque, y él, bajo la cabeza avergonzado, mientras que Falco socorría a Gaby con mucha preocupación.
-Lo siento, Kai... -susurró Jean, calmando sus respiración agitada, había sobrepasado los límites y lo sabía, para él, y todos los demás de los nuestros, Kai era importante.
-Nosotros... deseábamos que todos los de la Isla de Paradis estuvieran muertos.-expresó la niña con dificultad, llevando su mano a su costado, mientras que Falco se mantenía atrás suyo.-Y ahora, mi papá y mi mamá, y toda la gente de Liberio terminarán muriendo. Lo siento, porque sé que esto es muy imprudente de mi parte, pero, necesitamos su ayuda. ¡Por favor préstenos sus fuerzas!-pedía desesperada.-¡Por favor, ayúdenos a detener el retumbar! ¡Por favor!-continuaba pidiendo, mientras que me abrumaba ante el llanto de Kai, y me sentía ansiosa, muy ansiosa.
-¡¿A donde vas Jean?!-pregunto Connie en cuanto aquel compañero nos dio la espalda, yéndose al bosque.
-¡Jean! ¿No quieres un segundo plato?-pregunto Hange, y yo, observé detenidamente cómo Levi se había levantado de la carretilla, con su cabello revuelto, observándonos.
-Son muy ruidoso.-expresó, con frialdad en sus palabras mientras que me miraba detenidamente, estrechó sus brazos en cuanto vio el desespero que me causó el llanto de la bebé, me sentía abrumada por la situación, así que tan solo me acerqué a él, pasándole a Kai en sus brazos.
-¿Estás contenta con lo que has hecho?-giré mi mirada, observando cómo Aster se dirigió a Yelena, creando una gran tensión con el rostro de la pelirroja cambió al instante del esbozo tan tranquilo que creó la alta rubia, con esa sonrisa.
-Aster Arcane.-la nombró fríamente, a lo que Aster, no le despegó la mirada ni en un instante.
-Si dices una sola palabra respecto a mí, te parto la cara. Nadie te ha dado tan siquiera el derecho de decir mi nombre.-espetó enojada mirandola fulminante, y Yelena, ensanchó su sonrisa.
-Una soldado honorable, tengo que admitir que me sorprendió saber de tí, es impresionante ver cómo tú fuerza puede llegar tan lejos si te lo propones. Una mujer fría, sin corazón.-arremetía contra Aster, y to, sentí como el llanto de mi hija cesaba de a poco en poco, mientras que Levi miraba detenidamente lo que sucedía, al igual que los demás.-Pero lo que más me impactó, fue saber cómo aceptaron a una gran criminal, una asesina. Aún así, lograste limpiar tu nombre al sobresalir al ser de suma eficiencia en el Cuerpo de Exploración. Pero hay algo... Algo que marca que jamás dejaras ser aquello. Y lo sabes muy bien.-la mirada de Aster se volvió penetrante y filosa, sus músculos se tensaron -Y eso es... El hecho de dispararle a tu madre en la cabeza.-todos quedaron impresionados ante dicha confesión, y mi expresión se quedó tiesa, muy tiesa.
-Aster... -Armin llamó a Aster suavemente, y pude ver como aquella pelirroja, sin pensarlo, levantó su pierna y pateo su cara, haciendo que su cuerpo cayera al suelo; me quede ida, sin moverme cuando la nariz de Yelena empezó a sangrar.
-Deberías aprender a no meterte en lo que no te incumbe, pedazo de mierda, si no quieres que te maten; claro, si es que has llegado a apreciar tu insignificante vida. Queremos que hables de Eren y su plan, no de jugar a ser la diosa de esto y provocar división, imbécil.-los chicos dejaron de sostenerla, pero ella se daba media vuelta para alejarse, pero se detuvo en seco y la observé por encima de mi hombro, con una fría indiferencia.-Y el golpe, no fue porque me "ofendieras", realmente no me importa lo que diga la gente de mí. Pero como estabas tan desesperada en ser saco de boxeo, no desperdicié la oportunidad. En serio quería golpear a alguien, gracias por ofrecerte.-esclareció, mientras que sujetaba su capa verde, y se la ponía en su hombro, y se acercó a mi, dándome esas punzadas en el corazón.-La llevaré ahora, así me dará tiempo de llegar al amanecer. Además, no quiero estar aquí.-indicó, y ya sentía mis ojos querer humedecerse, sabiendo lo que se venía.-Lo siento.-dijo, y yo, asentí, sabiendo que era así como debía ser.
-Tsk... -Levi frunció el ceño, aún estaba soñoliento, pero sabía que este momento era inquietante para él, y todos presenciamos como abrazo a la pequeña con fuerza, como pareció susurrarle algo en el oído.-Tú eres una Ackerman.-musitó, y quede desconcertada por no haber podido escuchar lo que le dijo, pero su expresión se veía fría, fría y triste.
-Bien pequeña... es hora de irte.-Levi paso el cuerpo de la pequeña a mis brazos, sabía que esto me arrancaba mucho el corazón, al igual que a él, pero yo, era más vulnerable.-Es hora de dejar a mamá y papá ir a salvar al mundo con todos sus amigos, para que así, puedas vivir en paz por muchos años, para que puedas ser libre.-los grisáceos ojos de Kai me miraban, y sus manos tocaban mi rostro, y mis ojos, se humedecían, lleve mi frente a su pecho, mientras que mis manos sostenían su espalda, ella estaba levantada en mi falda.-No sé si volveré a verte, y tengo mucho miedo.-exprese con mi voz en un hilo, sabiendo que todos nos miraban, y pude sentir como Levi, desvió la mirada.-Pero lo que sí se, es que te ame desde que supe que estabas en mi vientre. Y no importa a donde vaya yo, o a donde me apare la vida, nunca podría olvidar esos preciosos ojos, y esa mirada tan genuina tuya, Kai.-mis lágrimas amenazaban por salir, pero era fuerte.-Tú nombre es digno de un sueño cumplido, porque fuiste un sueño que jamás pensé cumplir, pero aún así, aquí estás. Eres y siempre serás mi hija, sin importar que mamá ya no vaya a estar, sin importar que mamá no vuelva a ir por ti, no importa eso, mamá siempre te va cuidar.-la tristeza me recorría mientras miraba detenidamente sus ojos.-Kai, mamá siempre te va amar.-esbocé en una sonrisa, creando un ambiente tenso y entristecido.
-Venga... -Aster estrechó sus brazos, pero se quedó en el aire cuando vio como abrace a mi hija con fuerza, como Levi aferró sus brazos a nosotras, y me dio la fuerza para así, darle a mi hija en sus brazos.-Volveré tan pronto la lleve.-indicó, pero justamente cuando distanció a Kai de mi y de Levi, Kai estrechaba sus brazos para así, emprender un llanto.
Las lágrimas salieron en cuanto su llanto continuó, veía sus pequeños brazos estrecharse a nosotros. Era como si su corazón le dijera que sus padres se irían, y que quizás, no volverían. Todos la miraron, desearon despedirse, pero prefieren guardar distancia, mientras que esbocé un sollozo, uno desgarrador. Lleve mis manos a mi rostro, intentando taparlo, esta era la parte más difícil, era la más difícil. Sentí que Levi por un momento quiso acercarse a mi, pero entre llanto y orgullo, le di la espalda, y me acoste en la carretilla sin importar que los demás me escucharan llorar en silencio. Sus pequeños ojos grisáceos estaban en mi mente, al igual que su hermoso y lacio cabello negro que le crecía de a poco en poco, era una muñeca que se adueñaba de mi corazón, y tenerla lejos, me hacía sentir miedo de lo que pudiera pasar conmigo, pero mi alma descansaría en paz, sabiendo que hoy, arduamente pude despedirme de la vida que traje al mundo. A pesar de que este mundo era así, fue aquí en donde nació, y yo deseaba sin duda alguna, darle lo que no pude tener, la libertad sin esforzarse por tenerla. La noche cayó tensa, y con mucho peso encima. Había cesado mi llanto, pero no había detenido de sentirme triste, incluso una que otra lágrima sobresalía de mis ojos apagados, de aquellos que ardían ante cada lágrima que salía.
Todos dormían, y la fogata se había apagado. Un silencio abrumador se reflejaba, con algunos ruidos de dichosos insectos que vivían en el bosque, pero aún así, los demás procedían en descansar, en dejar atrás los pensamientos a través del sueño, un buen rato. Sé que en unas horas el amanecer llegaría, y en el, Aster sin mi hija. El pensarlo me hacía humedecer más mis ojos, pero agradecía que ella tomara el camino largo para traerla, y devolverla, su intención fue que la viéramos, que disfrutáramos con ella unas horas más. Suspire, y quede fría cuando sentí la mano de Levi en mi cadera. Con suavidad me giré, y fui arropada por él en aquella sabana, dándome calor. Veía su rostro lastimado, y como con su ojo grisáceo que no estaba cubierto por el vendaje, me miraba detenidamente. Su mirada estaba apagada, estaba entristecido, pero era fácil para él manejar cada emoción que le pesará en sus hombros, era jodidamente fuerte. Llevo su mano a mi mejilla y la acaricio, la suavidad de sus yemas me hicieron sentir calma, mientras que procedió en limpiar las próximas lágrimas que sobresalían de mis ojos.
-¿Por qué estás despierta?-me preguntó, sabiendo que el descanso me haría bien, pero tan solo le mire con una expresión triste.
-¿Tú por qué lo estás?-le pregunté, sintiendo como él acercaba su cuerpo al mío, queriendo sentirme, y yo se lo permití, haciéndome sentir segura.
-Porque no puedo saber que te sientes así.-indicó, con ese toque frío en su voz.
-No puedo soportar ese tono hacia mi, lo sabes.-le dije, sintiéndome extraña ante anteriormente su actitud, la cual me hizo aislarme y tratarlo con orgullo.
-¿Como quieres que este?-me preguntó, hablábamos en un tono bajo, respetando el sueño de los demás.-¿Como se supone que acepte que la mujer que amo, debe morir?-pregunto, en un tono agrio para mi.-Dime, Kira.-me pidió, como si deseara un tipo de aliento que no lo hiciera sentirse así.
-Levi... -lo llame, pero las palabras se quedaron cortas a lo que podía decirle.
-Maldita sea.-maldijo, con molestia.-Kira, no puedo hacer esto. No puedo renunciar a ti.-afirmó.-Si mueres, todo habrá sido en vano.-dijo, y yo negué rápidamente ante eso, mirándolo fijamente.
-Nada fue en vano Levi, yo te elegí porque te amaba, y eso no fue en vano. Nada lo fue.-le decía, llevando mi mano a su mejilla, suavemente sin intención de tocar la herida que la traspasaba.-Te elegí a ti, porque eres mi alma gemela, eres otra parte de mi. Y es por eso que debes ser tú quien lo haga.-le dije fríamente, viendo como pareció quedarse frío ante eso.-Tú debes ser quien me mate.-volví a decir, y él, se tenso.
-No lo haré.-dijo, seguro.-No voy a matar a la única persona a quien he amado.-dijo, mientras que mi cuerpo se rodeó de un abrazo cálido, y yo, cerré mis ojos, dejándome llevar.
-En caso de que sea así, necesito que me lo prometas, aquí y ahora, por nuestra hija. Por favor, Levi.-le pedí, desesperada en aquel abrazo, y mi piel se tenso ante su suspiro.
-Te lo prometo.-dijo en honor a su palabra de hombre, pero supe que en esas palabras, se transmitía mucho dolor, uno que ni siquiera él podría soportar.
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Próximo capítulo: La guerra, aquí y ahora.
Los chicos llegan al puerto, mientras que Flotch y los Jeageristas, los detienen en una gran pelea.
Nota: WallFrank ayudó con el diálogo.❤️
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