
𝐜𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨
Más allá del futuro.
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La noche fría nos arropaba, alejados y cubiertos en la fina montaña, observando el horizonte cubierto de soldados encubiertos, al igual que nosotros. Estábamos en el puerto, aquel donde los Marleyanos solían venir para traer a los humanos que convertían en titanes, aquellos que nos aislaban de la sociedad más allá de los muros. Sabíamos que se aproximaría un barco, el objetivo de Hange como comándame era retenerlos de una manera pasiva con la intención de charlar, pero a la vez, retenerlos para obtener información básica de sus características como soldados. Esperábamos el momento en que Eren lograse cautivarlos con su transformación de titán, mientras tanto, debíamos vigilar. Yacía cansada, acariciando el cabello de Sasha quien dormía plácidamente, mientras que mi cabeza estaba de lado, recostada en la pierna de Mikasa. Los días estaban pasando, y no podía evitar de observar cómo empezábamos a cambiar, tanto de una manera física como mental. Me daba nostalgia, pues habíamos empezado como unos simples reclutas, no sabíamos nada, ni siquiera teníamos disciplina, hoy, no somos ni la mitad de lo que éramos hace años. Pensaba en eso, porque pensaba mucho que nos traería el futuro, ahora que no sería capaz de ver con claridad a través de nadie.
Me sentía bien, se sentía como si algo me dejara de pesar, podía aclarar que no era una maldición que me tenia al borde del colapso, pero sin excepción, las noches de insomnio me consumían junto a esas cadenas invisibles que no era capaz de ver, pero si sentir. Era como si ahora pudiera sentir más el viento, aquel que yacía libre en el aire, sin que nada le detuviera. Ya no tenía miedo de confundir la realidad con la irrealidad, ya no tenía miedo al destino, ahora deseaba enfrentarlo como la mujer en la que me estaba convirtiendo. Observando más allá, sentí un alivio, me sentía bien, pero aún así; había algo dentro de mi que también había muerto. La parte esperanzadora que crecía en mi años atrás, se había vuelto a congelar, al igual que aquella fría mirada que Eren me transmitió en este mismo mar. Sus verdosos azulados ojos no dejaban de agobiar ni sentir, temía por sus decisiones, temía que aquella pesadilla de todas maneras, me alcanzará y lo cegara en la sed de venganza, de un rencor y odio que han nacido como raíces en su corazón desde hace cinco años, desde que sentía que no era libre; desde que tuvo que ver a su madre morir frente a él. Suspire ante el frío, escuchando los ronquidos de Sasha, acariciando aún su suave cabello.
-Sasha, no te duermas.-me sobresalte, visualizando como Mikasa le jalaba el cabello a Sasha, pero esta continuó durmiendo.-Ni tú tampoco.-me indicó, a lo que negué.
-Estoy durmiendo bien, solo que, ahora quiero dormir demás.-le comenté, bostezando.
-¿Pero que dices?-mire a Jean, quien estaba cerca de mi, observando el horizonte.-Claro que va dormir bien, si ahora se levanta con tremendo banquete al lado.-infirió, riéndose junto a Connie, refiriéndose a que ahora, tenía una actividad sexual mucho más continua.
-Bueno, al menos alguien aquí la libro.-sonreí de lado observando cómo Aster se puso entre medio de ellos, sosteniéndolos con sus brazos, los cuales se colocaron en los hombros de ambos.-¿Qué me dicen de ustedes vírgenes?-les preguntó burlona, haciéndoles pasmar.
-¿Y quien dice que somos vírgenes?-se defendió Connie, mientras que Aster tan solo se reía de manera burlona.
-¿Con esa cara de imbécil? Tú eres más virgen que Armin.-le respondió, a lo que él rubio atrás suyo, yacía serio y pasmado.-Oh, venga Armin, estoy bromeando.-indicó ella, alejándose de Jean y Connie para abrazar a Armin de lado.
-Si, si, lo sé.-dijo él algo entrecortado, nervioso y tímido por la cercanía de la pelirroja aún lado suyo.
-Se volvieron algo cercanos cuando te fuiste.-me comentó Mikasa en un tono bajo, observando como Aster molestaba a Armin.
-Lo sé.-inferí.-Ella me contaba, le ha enseñado mucho.-comenté, viendo como Mikasa mantenía una seria expresión.
-Oh, claro.-dijo de manera seria y sarcástica.-Se me olvida que estuviste un año entero junto a ella.-añadió, con molestia.
-Venga, tú eres mi mejor amiga.-le dije, aún lado suyo, de manera serena.-Te eche de menos, Mikasa.-le confesé.
-Yo también.-musitó, cabizbaja.-Aún no me perdono por lo que hice aquel día.-comentó, a lo que dejé de mirarle, para mirar al horizonte.-No era mi intención.-insinuó.
-Quizás yo hubiese hecho lo mismo, no lo sé.-dije, encogiéndome de hombros e intentando de que el recuerdo de ese día llegase a mi mente.-Pero no hay nada que perdonar.-le dije, haciendo que ella me mirara sobresaltada.-No fueron ustedes los que causaron eso, si no, el titán bestia.-hablé entre dientes.-Tú y yo estamos bien, siempre lo hemos estado.-le dije, mirando al horizonte, visualizando como Eren cargaba con aquel barco, y como lo colocaba en la orilla de la playa.
-No me abraces.-me pidió Mikasa cuando le abrace de lado, observando al titán de Eren, quien permanecía aún en el mar.-Me sonrojo.-exclamó con vergüenza.
-Venga, y estos amoríos.-Aster se interpuso de manera burlona entre medio de ambas, creando que Mikasa la mirase mal.-Vamos Mikasa, no me mires así, que ya estamos en paz.-me dijo Aster, pero Mikasa tan solo evadió.
-Suéltame.-le pidió, quitándole el brazo de Aster de su hombro, creando que la pelirroja tan solo se burlara sin ofensa.-Ya Eren los capturó.-insinuó Mikasa, a lo que todos asentimos.
-Deja de sobarle el pelo, que se duerme.-Aster golpeó mi cabeza con algo de brusquedad, ante Sasha aún permanecer dormida por las caricias de mi cabello.
-¡Au!-exclamé, acariciando mi cabeza y viendo como Sasha se levantaba soñolienta.
-Me preguntó porqué razón no escogiste ser la teniente o comandante, incluso la capitana de este escuadrón.-Connie me miraba, mientras que me quede aún lado de Mikasa observando como Hange y Levi, desde este punto, sostenían a un rehén para detener a la gente de Marley a cualquier ataque.
-No estoy preparada para tener ese tipo de rango.-le respondí.-El ser la capitana si me gustaría.-exprese, sería realmente un puesto que ocuparía, pero no sabía con claridad.
-Por supuesto que no.-mire a Jean quien exclamó indiferencia ante eso, a lo que todos le miraron confusos.-Sin ofender, Levi es nuestro capitán, y es más de nosotros que tuyo.-sonreí ante eso, al igual que los demás, y es que, era cierto.
-¡Escuchen bien, demonios! ¡Marley no negociará con ustedes, criaturas de sangre inmunda!-todos apuntamos nuestro campo visual ante el gran estruendoso grito de aquel soldado de Marley.-¡Y tampoco tomaremos esa orina de cerdo que ustedes llaman té!-veía claramente como se refería a Hange, él junto a otros más soldados, le apuntaban.
-¡¿Ah?! ¡¿Seguro que quieres hablarnos así?!-pregunto ella, con un tono alto.-¿No puedes ver a ese titán parado atrás tuyo?-atrás de ellos aún yacía Eren, mirándoles, pero eso no pareció inquietarles mucho.
-¡No nos rendiremos ante ustedes monstruos! ¡Este es nuestro saludo de Marley!-grito aquel soldado por última vez, antes que aquel soldado, quien se le veía flequillos rubios debajo de su casco, le disparara en el cráneo.
-Y ahí está, se lo ha cargado la rubia.-nos quedamos impresionados, escuchando a Aster quien había observado como aquel soldado perteneciente a Marley, mato a uno de los suyos.
-¿Qué has hecho, Yelena?-continuamos mirando, de manera sorpresiva.
-¡Tiren sus armas!-exclamó aquella mujer, quien se quedó su casco, dejándose ver.-Hange, gracias por tu cortes invitación. Hay que tomar un té.-me levante un poco del pavimento, observando mejor como aquella mujer se dirigía a nuestra comandante.
-Kira, ve.-Aster toco mi hombro, indicándome a qué fuese hacia allá.-De seguro Hange querrá ponerte a prueba.-exclamó, a lo que asentí ante su orden.
-¿Pero por qué ella?-pregunto Jean, mirándome, mientras que pase frente a él.
-Porque se que no va titubear con ustedes si algo sale mal, imbéciles. Además, Armin, ve ayudar a Eren en cuanto saquen a todos esos soldados y los dejen desarmados. Jean, quédate vigilando, yo iré ayudar.-le respondió Aster, mientras que Armin asintió ante su mandado.
Ambos aprovechamos para caminar juntos, bajando aquellos pavimentos de rocas que yacían en las orillas del mar. Nos quedamos en silencio, mientras que empezamos a trotar, visualizando como algunos soldados de nuestra elite empezaban a moverse para bajar a todos esos soldados de Marley. La noche pronto se iría, y el sol saldría, y no estaba segura si esto nos ayudaría o nos quitaría la desventaja. Observe más allá en el mar al titán de Eren, y aquel humo que empezaba a evaporar, él debió haberse salido ya, lo supe cuando Armin no tardó en dirigirse hacia allá, mientras que yo continuaba caminando hacia las carpas. Varios soldados me miraban, incluso algunos reclutas. Veía el barco, y como los soldados enemigos bajaban en filas, tumbando sus armas al suelo. Sus expresiones estaban serias, llenas de remordimiento. Nos veía de una manera llena de odio, como si realmente nos creyeran unos demonios, y simplemente éramos humanos como ellos, de carne y huesos. Camine con la cabeza baja, avanzando hacia aquella carpa, visualizándole a él junto a Hange. Los grises ojos de Levi me miraron cuando pareció notar mi presencia, mientras que aún lado de aquella desconocida mujer, yacía un hombre de una piel más oscura, quien me miró de una manera extraña, sus ojos brillaron ante mi presencia, le había cautivado.
-¿Aster te mando?-Levi se colocó justo en frente de aquel hombre, bloqueando su campo visual con el mío; yo asentí.-Ya veo.-indicó, llevando su mano a la mía, y entrelazándola de una rápida manera; estaba celoso
-Venga, aún así, si será teniente o capitana, debe empezar actuar como nosotros.-indicó Hange, impulsándome a entrar a esa carpa, observando varias sillas y viendo como rápidamente, ella empezaba a servir té.-¿Tú quieres?-me pregunto, y negué, quedándome aún lado de Levi.
-No le darás una carga que quizás no esté preparada para sobrellevar.-le hablo Levi, refiriéndose a lo que anteriormente ella había dicho, ante mi postulación como capitana o teniente.
-Levi.-le llame, tocando su brazo.-Está bien.-le indique, para que no se preocupara por mi.-Estaré bien.-le dije, viendo su seria expresión y como no exclamó nada, ante mi ángulo se veía atractivo.
-Yelena, mucho gusto.-visualizamos como aquella mujer se adentró a la carpa, acompañada de ese hombre de tez oscura.-Gracias por aceptar la invitación, toma asiento.-le indicó, dejándole las tazas de té, viendo como ellos se sentaban, al igual que Hange, y yo, quedando entre medio de ella y Levi.
-El gusto es mío.-exclamó aquella mujer, con una expresión neutral, y con unas ojeras grandemente marcadas.
-Levi Ackerman y su pareja Kira Smith, son dos de los mejores soldados que la isla Paradis ofrece.-nos presentó, mientras que no emití ninguna expresión, me quede cruzada de brazos, mirándoles, al igual que Levi.-Tengo muchas preguntas inquietantes, empezando por eso.-Hange señaló aquella herramienta que Yelena había colocado en la mesa, dándole la autorización a Hange de tocarle.
-¿Qué tanto le miras?-frente a mi, visualice al joven hombre mirarme, pero pareció sentirse avergonzado ante la inquietud agitada de Levi hacia él.
-Lo lamentó, es que sus ojos son hermosos.-insinuó él, creándole a Levi una expresión de un ceño fruncido, y mirándole de una seria manera.
-Gracias.-le agradecí, intentando de ser cortes, con la intención de relajar el tenso ambiente que Levi provocó.
-Vaya, ya veo.-veía a Hange a mi lado examinar esa herramienta, convulsionaria de la emoción.-Cuando tienes esta parte de aquí puedes disparar más balas sin necesidad de recargar.-decía, trasteando y observando.
-Ese es un modelo estándar para un soldado de Marley.-explicó Yelena serenamente, tomando de su té.-En el ejército de Marley, cada división consiste de unos 20,000 soldados. Y dado a qué hay divisiones en total, hace un total de un millón de soldados en el ejército de Marley. Además de la infantería también está la marina con 21 buques de guerra dividido en tres flotas. Marley se está centrando en desarrollar nuevas armas, y en fortalecer su fuerza aérea.-dijo, dejándonos algo inquietos.
-¿Fuerza aérea...?-pregunto Hange sobresaltada, mientras que Levi intentando de pasar por mi pierna, le pateo, intentando de que se relajase.
-En otras palabras significan que pueden viajar en una nave por el aire para cruzar el mar y el muro; hasta salir por encima de ustedes.-explicó aquel hombre de tez oscura.
-¡Eh! ¿Pueden volar por el cielo?-Hange nuevamente se sobresaltó, parándose de la mesa y mirando a Yelena detenidamente.
-¡Oye!-Levi le llamo, de manera serio, con la intención de que ella se calmase.
-Son bastante poderosos, están equipados para cualquier tipo de guerra. Sin embargo, ha pasado un año. ¿Por qué no han atacado a nuestra Isla?-pregunté curiosa, observando a esa mujer.
-Hay dos razones principales, señorita Kira.-expresó ella.-Primero, incluso con el armamento avanzado de hoy en día, aún sería difícil aterrizar en la Isla Paradis, debido a los titanes que han sido liberados. Al principio se liberaron aquí para confinar a los Eldianos dentro de los muros, pero ahora se han vuelto un obstáculo, y básicamente protegen a los Eldianos de un ataque de Marley.-nos decía.
-Eso parece.-comentó Levi.-Eso le habría hecho gracia.-añadió, de una manera sarcástica, mirándoles.
-Sin embargo, el día está apunto de llegar. Los titanes deberían estar por activarse pronto, pero estamos aquí bebiendo té tranquilamente. Lo que significa que han matado a todos los titanes puros que les rondaban por aquí. ¿Estoy en lo correcto?-pregunto ella, mirando a Levi detenidamente.
-¿Y qué? ¿Vas a informarle a Marley de alguna manera?-le preguntó él, nuevamente de una manera sarcástica y burlona, pero a ella no le parecía inquietar.
-No, es maravilloso.-dijo de manera halagadora.-Es mucho más allá de lo que esperaba.-continuaba diciendo, idolatrando nuestro trabajo.
-¿Cual es la segunda razón?-pregunto Hange, intentando de hacer esta reunión algo menos corta.
-Marley se encuentra actualmente en estado de guerra con otras naciones, en otras palabras, no era tan importante para ellos lidiar con los Eldianos.-decía, absorbiendo de su té.-Ustedes han derrotado a la unidad guerrera de confianza de Marley. Ustedes también tomaron al titán colosal, y a la titán hembra, sus armas claves. Marley es un país con muchos enemigos. Siendo así, algunos países se unieron en un abrir y cerrar de ojos, y luego, comenzó la guerra.-comentó.
-Eso significa que ustedes son la gente de los países perdedores con rencor contra Marley.-argumentaba Hange, mirándoles.-¿Y se infiltraron en el ejército como una especie de agente inteligente?-pregunto, dejándoles sin habla, pero yo había entendido con una sola mirada que ellos expresaron.
-No.-denegué.-Son la gente que Marley obligó a pelear junto a ellos, luego de que su nación perdiera. Les humillaron.-exprese, notando como ambos me miraron, dándome la razón.
-¿Cuantos años tienes?-pregunto ella, curiosa.-Te ves muy joven para saber tanto.-insinuó, pero me mantuve en silencio ante la falta de confianza.-Después de todo, sufrimos múltiples devastaciones por parte de Marley. Perdimos nuestra patria ante Marley, y nos unimos a su ejército como reclutas. Somos débiles.-decía Yelena. -También perdimos la esperanza de oponernos a una nación tan grande. Fue así hasta que encontramos la luz en el camino. Marley y el mundo temían a los titanes como demonios. Sin embargo ante mis ojos apareció otra cosa.-hizo una leve pausa, y parecía estar aturdida en sus pensamientos.-Un dios.-exclamó.-Nos dio esperanza cuando éramos más débiles.-añadió, nuevamente de una manera aturdida, como si no lo creyera. -Disparamos a nuestro supervisor por órdenes de Zeke Jeager.-me quede en un leve transe ante ese apellido nombrado, haciéndome sentir confusa y curiosa.-Somos los soldados anti Marley, nuestro objetivo es liberar al pueblo de Eldia.-indicó.
El sol nos había alcanzado, y el día, había pasado. Portando mi uniforme fino, me encontraba sentada frente aquella tumba nuevamente. Estaba pensativa, aquella reunión en el cuartel con las elites, me agotó. La noche había pasado con un plan narrado por Yelena, pero dirigido por nada más y nada menos, que Zeke Jeager, el portador del titán bestia. Cerraba mis nudillos fuertemente al recordarle, aquel mismo que había destruido a toda una población de soldados que solo querían paz. Sin olvidar, que había convertido a toda la gente del pueblo de Connie, en titanes, incluyendo su madre. Pensar en ese titán, me llenaba de rencor, uno que no podía detener. Sus acciones provocaron la muerte de mi hermano, de nuestro ex comandante Erwin Smith, a quien acompañaba, en su tumba. No podía dejar de pensar en aquel plan, retumbaba mis oídos el saber que trabajaríamos en conjunto con aquel enemigo que plantó miedo dentro de estos muros, que creo infinitudes de muertes. Su objetivo era recuperar el titán fundador que vivía en Eren, e unirlo con un titán de sangre real, siendo esa la única manera de liberar a nuestro pueblo de Marley, de salvar al mundo, si une esas dos cosas.
Me arrodillé, escondiendo mi cabeza, y pensando. Nuestro pueblo dependía de la esclavitud, del aislamiento por obligación, solo por creer que somos pecadores o demonios, y la guerra era la única jodida manera de detener todo. Me llenaba de escalofríos pensar, que esto sería a lo que nos llevaría a esas pesadillas que tenia, a esas visiones donde se mostraba aquel retumbar por los titanes, guiados por el titán fundador. Me denegaba a creer que este plan se llevaría a cabo, pero debía haber un cabo suelto, que nos llevaría a esa guerra que vi, a esa fría noche en donde debíamos pelear. La única ventaja de esto, es que empezaríamos a desarrollar más nuestro pueblo, incluso nuestras armas y combates, estaríamos al nivel de altura de Marley, en cualquier caso, podríamos combatirles. Me quede en silencio frente a esa tumba, incluso aunque escuchara pasos, tan solo deseé quedarme allí sentada, viendo su lápida. ¿Que sería si él estuviese aquí? Era lo que me preguntaba cada día, me preguntó a dónde nos dirigiría Erwin si estuviese aquí, o que estuviésemos haciendo. Su ausencia nos ha afectado, pero al menos, la mente de Hange y Armin son tan excepcionales, que nos han logrado salvar, pero se, que esta decisión que se ha tomado, traerá consecuencias y un gran costo.
-¿Qué haces aquí?-la voz de Levi se dirigió a mis oídos, pero me quede en silencio.-¿Estás bien?-alce la mirada, observando sus grises ojos.
-Si.-le respondí de manera cortante.-Solo quería venir aquí, al menos sentir que lo acompaño.-comenté, viendo como Levi se arrodillaba a mi lado.
-Llegue a venir un par de veces.-me dijo, mirando la lápida.-A veces me pesa su ausencia.-me confesó.-Nunca estropee ninguna de sus órdenes, ni siquiera una vez, pero la última, fue la única que no pude aceptar.-mire la lápida, al igual que él.-No me arrepiento de confiarle el mundo a ese niño, y es que, tienen la misma mirada.-exclamó, haciéndome sentir que mi alma se estrujaba, era un pensamiento que yacía en mi.
-¿Crees que él hubiese aceptado trabajar con el titán bestia?-le pregunté a Levi, quien se estremeció ante esa pregunta.
-Yo, no lo sé.-me respondió.-Solo se, que no importa que tan bien se comporte ese cabrón, yo voy a matarlo.-me indicó.-Se lo prometí.-expresó, tocando la lápida de mi hermano.
-Más allá del futuro, nos espera mucho más caos del que creemos, Levi.-le exprese, mirándole, viendo como sus grises ojos continuaron mirando la lápida.
-Lo sé, Kira.-me respondió.-Solo puedo decirte, que mientras yo viva, tú también vivirás, porque también se lo prometí.-expresó, mientras que lleve mi mano a su mano, en la lápida, y nos miramos detenidamente, para luego sentir sus labios rozar los míos, para así, sentir sus brazos acorralarme en un fuerte abrazo.-Pero por ahora, disfrutemos este amor, más que nada.-le sonreí, besando nuevamente sus labios.
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Próximo capítulo: Asalto a Marley.
En un lapso de tiempo hacia el futuro, Kira y el escuadrón se dirigen a Marley para rescatar a Eren de una guerra que no estaban esperando.
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