. . . 𝙀𝙄𝙂𝙃𝙏 . . .
Ladies first, baby I insist -
Ryan:
Al voltear a ver la entrada, de la cual acababa de sonar el timbre, como si hubiera sido disparado un proyectil, se formó un gran silencio
Ambos volteamos a ver la puerta.
Seguía en el piso, aún no me reprendía del repentino ataque de mi hermano, bastante injustificado
Fue solamente en el momento en el cual Aidan se movió rápidamente para abrir la puerta de mi hogar que reaccioné completamente, dándome cuenta que seguía acostado en el piso del baño
Ni siquiera me levanté para tratar de recibir yo mismo ____, solamente escuché su voz en la entrada
- Hola _____ - saludó Aidan
- ¿Aidan? - probablemente quiso decir su nombre como saludo, más sonó mayormente como una pregunta - ¿Está Ryan? Debíamos ha...
- Hacer un trabajo, sí lo sé - interrumpió mi hermano antes de que ella pudiera si quiera terminar de hablar - Ahm... No, salió hace poco, pero estoy yo
Sonaba tan ridícula la manera en la cual trataba de persuadidos
Para hacer de manera que quedara en ridículo, quería llegar justo a sus espaldas, así que me levanté del piso y fui a abrir la puerta del baño
Però no abría.
Trataba de poner fuerza en la manija más parecía no funcionar.
Ahí comprendí cual era el segundo fin de Aidan en querer salir antes que yo.
- ¡Aidan, maldito mentiroso, sacame de aquí! - le grité mientras daba golpes bastante fuertes en la madera de la puerta - ¡Aidan!
- ¿Que sucede allá, Aidan? - paré mis golpes al escuchar como hablaban - ¿Puedo ir a ver...
Comenzaba a irritarse también a mi como interrumpía cada oración que ____ decía, o trataba de decir
- ¡No! - sonaba muy alterado - No, no, voy yo. Tu puedes tomar asiento.
Los pasos de mi hermano eran cada vez más cercanos, hasta que se pararon frente a la puerta, la misma puerta que abrió
- ¿ Que pensabas que hacías reverendo idiota? - le reclamé respirando el aire nuevo, dentro del baño comenzaba a hacerse viciada
- Escucha, ahora ella te preguntará si estás bien y tú contestarás que habías olvidado las llaves, querías entrar por la puerta trasera pero también esa estaba cerrada - explicó como si fuera a seguir su estúpido plan - La conozco, se lo que hará, ¿Bien?
- Está casa ni siquiera tiene una puerta trasera - repliqué con molestia - Y no le mentirè, no tengo razón para hacerlo
A paso relajado comencé a caminar hacia la sala de estar, donde se que probablemente ____ estaría.
- Hola ____ - le sonreí viéndola sentada en el sofá mientras escribía algo sobre la libreta
- Ryan - levantó su mirada hacia mí y pude observar sus ojos - Volviste, creía que me tocaría hacer el trabajo sola
- Algo así - me senté a su lado, apoyando mis manos a poca distancia de las suyas
Al percatarse de ello, ____ miró nuestras manos con detenimiento, mientras yo la miraba a ella.
Todo eso en un profundo silencio.
Pero claramente eso no podía ser en presencia de Aidan, el cual llegó a los minutos e interrumpió cualsease cosa eso fuera con su tos falsa
- ¿Que hacen? - preguntó cuando ambos le habíamos finalmente prestado atención
- Jugábamos a las estatuas - contesté con sarcasmo y su mirada de antipatía me dio a entender que había comprendido - ¿Tu qué haces todavía aquí?
- ¿Pues, donde debería de estar? - inquirió preguntándose en el sillón individual
- Yo que se, donde quieras a hacer lo que se te de la gana - me levanté de mi lugar y me dirigí hacia mi mochila a tomar unos libros y mis lentes de vista - No me importa, pero largo - volví a mi lugar
____ observaba todo con desinterés, casi como si esto lo viera y escuchara todos los días.
- Sabes, creo que me quedaré acá - se acomodó mejor en el asiento - Tranquilos, no les daré fastidio
Fueron cuatro largas horas de trabajo bajo la estricta vigilancia de Aidan, el cual al primer contacto físico entre yo y ella se portaba como un idiota pidiéndole de explicarle las cosas más estúpidas, diciendo cosas como:
“ ____, ¿Que es esto? ”
“ ¿Como funciona eso? ”
“ ¿Me lo podrías explicar, linda? ”
Patético.
Finalmente habíamos terminado la tesis y estaba tremendamente cansado, ____ debía irse a casa máximo en quince minutos para llegar al horario impuesto por sus padres y tanto ella como yo parecía estar agotada
- ¿Quieres? - le ofrecí que tomara un cigarrillo de la caja con burla, sabría que no lo aceptaría
- No, y lo sabes - volvió los ojos al cielo y yo reí a lo bajo
- Son Marlboro - tomé una y la encendí - Gold Touch, las más ligeras
Ella escuchaba sin contestar, probablemente aburrida por el argumento no muy de su agrado
- ¿Marlboro? - río Aidan después se haber escuchado la entera conversación - ¿Cuando caíste tan bajo? Son mejor las Lucky Strike
- Locuras, esas te reducen los pulmones a un asfalto - le contesté y le di una calada al cigarrillo
- ¿Podrían dejar de hablar de cigarrillos? - se quejó ____ y ambos nos callamos - Gracias
Cuando dejé ir el humo, inmediatamente ella se alejó de mi y se sentó en el sofá individual al lado del de mi hermano
Él sonrió con tanta arrogancia de hacerme venir las ganas de darle un golpe en el rostro.
- ¿Quieres algo, ____? - traté de ser amable y, por una vez, demostrar un poco de galantería
- Solamente un poco de agua, entre poco debo dime a casa - contestó haciendo unos ademanes con la mano
- Bien, vuelvo inmediatamente - apagué el cigarrillo y me dirigí a la cocina
Serví un poco de agua en tres vasos, aunque si Aidan no me lo había pedido se lo llevaría.
- Toma - le extendí el vaso, el cual paso de mi mano a la suya - Ten - en su lugar, a mi hermano selo dejé en la mesita de sala
- Gracias - me contestó él, aunque si sonaba más a ¿Gracias?
- Gracias - me sonrió delicadamente ____
Sin embargo, no se tomó el agua con la misma gracias con la cual me dio su sonrisa, tanto que por tomarla con rapidez un poco se le cayó por los bordes de su boca
- Vaya, señorita - reí
- Si, lo que digas - en cierta manera era agradable su manera de ser conmigo - debo irme
Después de que tomara sus cosas, se acercó a Aidan, depositando un beso en su mejilla como despedida, y a mi, solamente me tocó el hombro con una sonrisa
Seguramente mi hermano estaría riéndose en sus interiores por la diferencia epocál en su manera de despedirse
- Te acompaño afuera - la abrí la puerta y ella parecía esperar a que yo saliera primero - Ve antes tu
- No, pasa - pronunció
- Las damas primero, nena, insisto - finalmente se decidió a ir antes de mi.
Salí junto a ella y la miré irse hasta que no era más visible.
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