J U N G K O O K

Juré que curaría sus heridas que haría desaparecer sus miedo y al final terminé siendo quien peor la ha lastimado.

¿Qué demonios hice?.

Eso me he preguntado todo el puto día.

Verla llorando, verla tan frágil me destruyó por dentro, nunca creí que sería capaz de verla a la cara y decirle tantas mierdas que ni siquiera eran ciertas. Estaba tan cegado por los malditos celos, por esa jodida imágen de ella besándose con Owen que no medí nada de lo que salió de mi boca.

Mi ratita.

Quisiera poder estar ahora mismo a su lado, tenerla en mis brazos, llenarla de besos, oírla enojada, ver su carita roja por las cosas dulces que le digo. Pero tarde me he dado cuenta de que ya nunca más tendré la oportunidad de ver y disfrutar esas cosas.

No amo a Ashley, solo fue la primera que se me ofreció y la tomé por hacerle caso a Alex, ella es una actriz de New York, Alex me había aconsejado comenzar un romance con ella, porque así lograría más popularidad, ser más mencionado en todos los medios.

Cuando soñé ser un futbolista, esto no era algo de lo que me había imaginado, no quiero aparecer en todos los medios por noticias falsas, por salir con mujeres reconocidas, esta no es la vida que yo esperaba, ni siquiera es algo que me guste, pero solo lo hago para que el demente de mi manager no me moleste.

Salí hace horas de mi casa, necesitaba caminar, pensar, despejar mi mente y buscar una solución para la maldita cagada que había hecho, aunque tenía más que claro que Lena ya nunca más me perdonaría, ni me vería igual. Yo plante odio en su corazón, donde antes había amor para mí.

Caminé sin sentido, pero al final terminé en el lugar que menos imaginaba, el mirador, nuestro lugar.

—Iremos a nuestro lugar.

—¿Y cuál es nuestro lugar?.

—Nuestro mirador— sonreí.

—¿Acaso eres el dueño de la ciudad para decir que es nuestro?— solté una carcajada.

—No, pero de igual forma es nuestro.

—Bien, pero si la policía nos atrapa, ni pienses que yo me quedaré— avisó.

Que no daría por volver el tiempo atrás y disfrutar de esos momentos nuevamente, porque en esta, en la otra o en cualquier vida o dimensión, la volvería a elegir como mi novia, Lena ha sido lo mejor que me ha pasado.

—Nuestro lugar— musité ganando su atención. Sus ojos se iluminaban cada que se conectaban con los míos.

—¿Por qué sigues llamándolo así?— frunció el entrecejo.

—¿Recuerdas la primera vez que te traje aquí?— asintió —Esa noche me comporté como el idiota más grande en este universo, esa noche me pusiste en mí lugar— ella sonrió —Pero esa noche cuando te fuiste, me grité lo estúpido que fui por no ir detrás de ti, estaba dejando que lo mejor que me ha pasado en la vida se fuera justo frente a mis ojos.

—¿Soy lo mejor que te ha pasado en la vida?— preguntó algo tímida.

—Siempre has sido lo mejor en mí vida, porque incluso cuando no te lo decía, tú has sido como el faro que me guió en la tempestad para llegar al paraíso.

¿Qué nos pasó?

No me conocía, desconocía totalmente mi comportamiento, desconocía al Jungkook que era hoy. Estoy viviendo de una forma que no me gusta, haciendo algo que verdaderamente no disfruto como pensaba que lo haría.

—Ratita— musité, viendo el cielo —Lo siento, no quería lastimarte.

Era tan fácil decirlo, pero hace horas hice todo lo contrario. Todo lo que me había gritado, tenía la razón, como siempre. Ella me dio mucho y yo se lo devolví con desconfianza.

—¡Eres un idiota Jeon Jungkook!— me grité a mi mismo —Perdiste a la primera chica que te enseñó a amar de verdad, a la primera que te interesó por algo más que solo físico.

—¿Ya es un poco tarde para lamentaciones, no?— miré detrás mío, ahí estaba Owen —No vengo a pelear.

—¿Qué haces aquí?— limpié mis lágrimas.

—Disculparme, porque todo esto que ha pasado entre tú y Lena es por mi culpa— se acercó un poco —Yo la besé, fue a la fuerza, ella ni siquiera quería, cuando tú llegaste ella no se podía separar porque yo no quería soltarla. Lena te ama y siempre te amara solo a ti.

—¿Y eso que más da ahora?— sonreí amargado —Destruí toda posibilidad de arreglar las cosas con ella.

—Si amas a alguien no te das por vencido.

—No quiere verme, además, yo la he tratado de la peor forma— exhalé —Es mejor que me haga la idea de que la perdí.

Owen se acercó a paso rápido y tomó con fuerza entre sus manos el cuello de mi chaqueta. Al mirarlo, pude ver coraje en sus ojos e impotencia.

—Lucha por ella— me sacudió —Esa chica es lo mejor que puede pasarle a tu vida, no la pierdas maldito idiota. Lucha, así la vida se te vaya en eso, házlo, porque ella te ama y si no me crees, debes leer el libro que escribió para ti.

Me soltó con brusquedad.

—No desperdicies el tiempo, Jeon. Pero eso sí, para recuperarla debes ser el orangután que ella quiere, no esta mierda barata que eres y que ni tú mismo conoces. Porque a leguas se nota que la fama te está arruinando todo.