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—Hey, Lou, despierta —los chasquidos de los dedos de una chica rubia sacaron a _____ de lo que parecía ser un trance—. Sales en cinco, termina de arreglarte —avisó con una sonrisa mientras la apuraba con la mirada.

Había perdido la noción del tiempo mientras meditaba. Aún se sentía agotada, a pesar de haber descansado un rato antes del final del espectáculo. Todavía le faltaban algunos detalles en el maquillaje y el peinado, así que tomó lo necesario y, en cuestión de minutos, estuvo lista. Se quitó la sudadera, acomodó su vestuario y las zapatillas, y salió rumbo al backstage.

—Debes despertar, _____ —advirtió una mujer mayor, su maestra y directora del recital—. Es el acto más importante. No me decepciones.

Ella asintió, inhalando profundamente con decisión.

Salió a escena justo cuando los telones se abrieron para el número final: el clímax de la historia, la lucha entre Sigfrido y el hechicero. La escena rebosaba emoción y complejidad. Los movimientos de Odette, interpretados por _____, reflejaban una angustia sutil y expresiva, con una delicadeza casi etérea.

A orillas del lago, las jóvenes cisnes esperaban con tristeza la llegada de Odette. Ella llegaba llorando, devastada por la traición de Sigfrido, y les contaba los tristes acontecimientos ocurridos en la fiesta del palacio. Las doncellas-cisnes intentaban consolarla, pero Odette se resignaba a la muerte.

Aparecía Sigfrido, implorando su perdón. Ella lo perdonaba, y la pareja reafirmaba su amor. Rothbart irrumpía en escena, exigiendo que Sigfrido cumpliera su promesa de casarse con Odile. Si no lo hacía, Odette sería condenada a ser cisne por la eternidad.

—Debes despertar —susurró su pareja de escena mientras continuaban con la coreografía—. Estás muy lenta.

Aquello la desconcertó. Era la tercera vez que oía esas palabras.

Sigfrido y Odette luchaban contra Rothbart en una de las formas más hermosas pero angustiantes posibles. Sin embargo, todo era en vano: el hechizo no podía romperse.

Resignada y devastada, Odette decidía morir. Solo así podría romperse el maleficio. En un baile que expresaba profunda tristeza, se lanzaba desde el acantilado.

Sigfrido, incapaz de soportar su sacrificio, decidía morir junto a ella. Ambos se arrojaban al lago, sellando su amor con la muerte. Ese acto de amor puro rompía el hechizo de Rothbart, quien perdía su poder y moría.

El telón se cerró y se abrió nuevamente, revelando la escenografía del amanecer. Sobre el lago, los espíritus de Odette y Sigfrido ascendían juntos hacia las regiones celestiales, libres por fin.

Las cortinas volvieron a cerrarse, y los aplausos del público en el teatro Bolshói no se hicieron esperar. Cuando el telón se abrió otra vez, los bailarines hacían su reverencia. _____ no tardó en buscar entre la multitud los rostros conocidos.

Tony, Pepper y Natasha estaban en la primera fila. Tony aplaudía con entusiasmo, mientras que Pepper y Nat la miraban con una mezcla de orgullo y alegría.

Al bajar del escenario, fue recibida por Tony con un gran ramo de rosas azuladas, tan translúcidas que parecían de cristal.

—Mi hermoso cisne —dijo él, regalándole un beso dulce en la frente.

—Sabía que lo harías increíble, linda —habló Pepper, abrazándola con fuerza.

—No habría tenido fuerzas para hacerlo si no fuera por ustedes. De verdad, no saben cuánto les agradezco esto —los miró a los tres, pero especialmente a Natasha, que sonreía de oreja a oreja—. Y más a ti, Nat... Gracias por enseñarme.

Sin pensarlo, la abrazó con fuerza. Natasha había sido su motor, su guía, su sostén en todo ese proceso. Más que su mentora, era familia.

El abrazo era cálido, reconfortante... tan lleno de paz como nunca antes había sentido.

Pero algo no estaba bien. Estaba durando más de lo deseado.

—Me vas a dejar sin aire —bromeó ___, tratando de alejarse, pero sin éxito. El agarre se hizo más fuerte.

—Nat... jeje, n-no puedo...

Miró a Tony y a Pepper, buscando ayuda, pero ambos seguían observándola... ahora con sonrisas extrañamente siniestras.

—Papá, ayud—

—Debes despertar, cariño —interrumpió Tony, su voz más apagada.

Intentó zafarse del abrazo, pero sentía que el aire se le escapaba.

—Cariño, despierta —susurró Pepper.

—Снег... —susurraron cerca de su oído—. Nieve.

Un escalofrío la recorrió entera.

—Nat, suéltame... por favor...

—Волк... —murmuró Natasha—. Loba.

Miró a todos de nuevo. Ahora todos repetían lo mismo que Natasha, como un eco inhumano.

"Silencio."

—¿P-papá? ¿Qué está pasando?

"Fuego."

Intentó soltarse de Natasha, pero no pudo. No tenía fuerzas. Era como si algo más la estuviera controlando.

"Niña."

—¿Por qué dicen eso? —preguntó, cada vez más nerviosa, mientras los murmullos se extendían por todo el auditorio.

"Hielo."

—¡Basta! Me están asustando...

Unas punzadas fuertes comenzaron a golpearle la cabeza cada vez que esas palabras resonaban.

"Orden..."

—¡Paren! —suplicó, mientras pequeñas lágrimas caían por sus mejillas, aterradas.

"Despertar"

Buscó desesperada una salida entre la multitud, pero solo encontraba cuerpos bloqueando su paso. La única ruta libre parecía ser una puerta con un vidrio, donde se reflejaba... algo.

Negó con fuerza, negando lo evidente mientras miraba su reflejo.

Era ella. Pero con una sonrisa tétrica. Sostenía el cuerpo inerte de Natasha, manchado de carmesí. Por su culpa.

—¿Acaso no deseaste que todo fuera diferente?

—N-no... esto es una pesadilla —repitió negando, jadeando.

—¿Y si lo es... por qué se siente tan real, cariño?

"Uno."

—No... no, por favor no —cerró los ojos con fuerza. El dolor en su cabeza se intensificó brutalmente.

Zima.

.

.

.

─¿Soldats?

─Listos para el nuevo objetivo. Estamos esperando instrucciones.

Ambos experimentos y armas de HYDRA lideraban cada misión desde que se extrajo a ____ minutos antes de la invasión a la base donde creció. Aunque las técnicas de control mental no eran del todo efectivas con ella, se recurrió al mismo método que con el Soldado del Invierno. No hubo margen para errores: inyecciones, estímulos, palabras clave, un proceso metódico y brutal.

No esperaban los mismos resultados: era más joven cuando fue capturada, lo cual afectó su desarrollo, especialmente en el habla. Su capacidad cognitiva era distinta, más inestable, pero también más adaptativa. Aun así, fue una ejecutora eficaz en combate y misiones de infiltración, mostrando una frialdad casi inhumana. Los agentes la apodaban " Zima". No hablaba, no temblaba, no dudaba.

Era fría.

Desde la invasión de Nueva York por un dios y sus tropas alienígenas, los objetivos de HYDRA se refinaron: eliminar a los Vengadores. La creciente amenaza que estos representaban llevó a la organización a una ofensiva directa, y aunque muchas bases cayeron, agentes encubiertos en S.H.I.E.L.D. proporcionaron filtraciones claves. Los altos mandos trazaron listas, estimaron riesgos, y asignaron nombres a sus armas humanas.

El primer blanco: Clint Barton, su esposa Laura (la ex agente 19) y sus hijos. La localización de su hogar, antes secreta, fue revelada por archivos de Nick Fury. La ejecución fue limpia, brutal, y encabezada por el Soldado del Invierno y Zima . No hubo supervivientes. Las cámaras de seguridad fueron desactivadas. Ni una gota de sangre quedó fuera de lugar. Fue un mensaje.

Aunque Bucky ejecutaba el reconocimiento, ____ se encargaba del trabajo sucio. No mostraba emoción. Era un cascarón obediente, eficaz sin necesidad de tortura. No podía hablar de lo que no entendía. No recordaba otra vida. No pedía otra cosa.

El segundo objetivo, Bruce Banner, resultó fallido: la criatura era imposible de eliminar. Aun así, sirvió de advertencia. Lo obligaron a huir. HYDRA consideró que eso era suficiente. La operación fue archivada como "disuasoria".

El nuevo objetivo: Natalia Alianovna Romanoff. Una figura clave, responsable del robo de información crítica. Su muerte debía ser inmediata. No se contemplaban errores ni testigos.

Natasha se escondía en una cabaña alejada. Sabía que vendrían por ella. Aunque había colocado trampas, no bastaron contra HYDRA. Los primeros agentes cayeron como moscas, pero su resistencia solo sirvió para retrasar lo inevitable.

La batalla fue intensa. Natasha eliminó a los primeros agentes. Luego entraron los verdaderos enemigos: el Soldado y Zima. Natasha resistió, incluso hirió al soldat, pero fue abatida por ____ con una daga al muslo. Gritó, pero no pidió piedad.

Aun en el suelo, Romanoff se defendió. Arremetió contra ambos, pero cayó finalmente cuando ____ le apuntó con un arma. Tenía los labios partidos, las manos ensangrentadas. Se arrastró hasta un cuchillo antes de quedar sin fuerzas.

─¿Fueron ustedes...? ─susurró Natasha, jadeando.

La daga volvió a su pierna con brutalidad. Natasha gritó. ____ no respondió de inmediato. Solo la observó.

─Eran solo unos niños...

─Eran el objetivo ─dijo ____ al fin, como si leyera un informe.

Natasha intentó otro ataque, pero el arma apuntó a su frente.

─No dejarán de ser sus títeres, y lo sabes.

____ se inclinó. Sus ojos no mostraban remordimiento.

─Hail... HYDRA.

El disparo fue seco. La misión había sido cumplida.

De vuelta en la base, atendieron al Soldado. Pero ____ recibió dos nuevos objetivos, esta vez sola. No preguntó. No reaccionó. Solo asintió y partió.

La infiltración en el departamento del héroe de America había sido de lo más sencillo y aunque el rubio pareció no notar la presencia de ella al principio, una llamada pareció alertarlo más; se le había informado sobre lo sucedido con Romanoff y este solamente sintió como una parte de su cuerpo sentía desvanecerse. El era el que menos entendía lo que estaba pasando con cada uno de ellos.

____ aprovechó el momento de vulnerabilidad de rogers y se acercó a el sigilosamente por la espalda, y aunque los sentidos del capitán America eran tan buenos como los de la chica, este no logro esquivar su ataque dirigido a su cuello.

Atacó, como le había enseñado el soldat. Aquel ataque era potente, llegando a provocar tropiezos en Steve, quien finalmente cayó al suelo, gracias a un barrido hecho por la menor.

Esta rápidamente se hizo encima del capitán, y, cuando fue a enterrarlo, este logró tomarla con una mano para detenerla, mientras, con la otra, le arrancó la mascarilla que usaba normalmente.

─ pero... Eres solamente una niña ─ella forcejeo mientras el aún no asimilaba aquello─. ¿ q-quien te mando?

─Barnes ─susurró, como si esa palabra fuera un ancla, una grieta en su programación.

El rubio bajó la guardia. Su mirada era compasiva. cometió el peor error.

Y con ese golpe final, lo apuñaló en el cuello.

Ella se incorporó lentamente, dejando atrás el cuerpo ensangrentado de Rogers, quien apenas pudo llevarse la mano al cuello, anonadado, intentando contener la hemorragia. Su respiración se volvía errática mientras buscaba, desesperadamente, la forma de pedir ayuda.

El rastro de sangre teñía gran parte del apartamento. La figura pequeña y perturbadora de la soldado de HYDRA lo seguía, con pasos pesados y meticulosos, hasta el lugar donde estaba su teléfono. Observaba con morbosa curiosidad su sufrimiento.

Cuando Rogers intentó alcanzarlo, ella simplemente aplastó su mano con el pie.

—S-Stark...

Una palabra que, lejos de sonar como súplica, retumbó en su mente como una detonación. El eco la desestabilizó al instante, retorciendo su estabilidad mental como si se tratara de una interferencia dolorosa que se replicaba una y otra vez dentro de su cabeza.

Cubrió sus oídos con ambas manos en un intento inútil por silenciar aquella voz. Pero no podía huir de ella. Era parte de su mente. Parte de su programación. Parte de su trauma.

Buscó desesperadamente a su alrededor algo, cualquier cosa, que la ayudara. Pero entonces, lo vio. Un reflejo en un cristal. Una sombra de sí misma que hablaba.

—Te creí más fuerte que solo un apellido —se burló la figura, soltando una carcajada que le heló la sangre.

_____ negó con violencia. No quería escucharla. No quería recordar. Pero la imagen y la voz perforaban su conciencia como cuchillas. Con un impulso de rabia, arrojó su daga contra el espejo, rompiéndolo de inmediato.

El dolor no se detuvo. Por el contrario, aumentó, hasta obligarla a gritar con desesperación. Su mente se fracturó entre descargas eléctricas y memorias reprimidas, llevándola de nuevo a esa silla de tortura donde su compañero era rehabilitado luego de misiones. Ahí, el dolor era lo único real.

Cuando todo terminó, se quedó en silencio. Mirando el suelo. Atemorizada. Atemorizada de sí misma.

Escuchó pasos acercarse. Eran dos personas: uno era su compañero, el otro, su superior.

—Sorprendente que haya tenido problemas con el ex Capitán América —comentó una voz ronca y firme—. Aun así, la misión fue un éxito. Dirigirá usted misma la última operación.

Y así fue como se organizó el ataque final a uno de los Vengadores sobrevivientes. Como de costumbre, se ejecutó de noche, con escuadrones infiltrándose en cada rincón del edificio. No encontraron resistencia. No para _____.

Llegó al penthouse sin obstáculos. Caminó en silencio, como una sombra. Revisó habitación por habitación hasta que notó una luz encendida en el piso inferior. Bajó sigilosamente.

Al llegar, encontró a un hombre sentado, de espaldas. Abrió la puerta de cristal y se adentró. Él habló sin mirarla.

—¿No habíamos hablado de no asustarme mientras trabajo?

La tensión en su cuerpo fue inmediata.

—Conozco el sonido de tus pisadas, cariño —añadió, girándose en su silla con una sonrisa familiar—. Lindo disfraz. ¿Vas a alguna fiesta?

Ella desenfundó su arma, sin entender cómo ese hombre podía conocerla.

—Wow, tranquila, vaquera —dijo, levantándose—. ¿Romanoff no te enseñó a disparar?

Su rostro seguía inexpresivo.

—Romanoff... está muerta.

La sonrisa de él se desvaneció.

—No, eso no puede ser. Hablé con ella hace unos días.

Ella apuntó con firmeza. Él levantó las manos.

—Estás actuando extraño.

Ella avanzó con decisión. Él retrocedió hasta tropezar con su escritorio.

—¡_____! ¡Cálmate!

Pero ese nombre no le decía nada.

Como en un juego del gato y el ratón, Stark trataba de mantenerse lejos de ella, preguntándole constantemente por qué se comportaba así. Aun así, nada evitó que lo alcanzara para comenzar a golpearlo sin piedad.

—¡Louise, detente! —gritó en un quejido, tomándola de un brazo.

—¿Quién diablos es Louise? —preguntó con frialdad.

—Tú... tú lo eres. Louise Stark.

La voz de Tony Stark temblaba. Su desconcierto se volvió aún más profundo.

Detrás de ella, el Soldado del Invierno apareció. Imponente. Callado. Observando.

—Termina la misión —ordenó.

Ella lo miró. Confundida. Stark volvió a hablar.

—_____... soy yo. Soy tu papá.

—Soldada, elimine al objetivo.

Su mente se desmoronaba. Las palabras. Las órdenes. La imagen de su reflejo apuntándole con el arma a Tony. Todo se confundía.

—Vamos, soldadita de plomo. Dispara.

El cristal le devolvía una escena distorsionada. Su reflejo era el de una asesina. Él, sin embargo, seguía viéndola con compasión.

—Termine la misión —insistió el Soldado, con voz autoritaria.

—_____ no... Soy yo. Tony, anthony.

—Qué débil.

—Termina la misión o lo haré yo.

El Soldado se acercó. Las risas en su cabeza se hicieron más fuertes. Miró de nuevo a Tony. Lágrimas comenzaban a llenar sus ojos.

—¡TERMÍNALO!

El disparo resonó en el lugar. Acompañado por lágrimas.

—Bien hecho. Acabas de matar a papi.

_____ dejó caer el arma. Su rostro se contrajo en horror. Corrió hacia el cuerpo de Tony y lo tomó entre sus brazos. El frío de su piel le desgarró el alma.

—N-no... no... no...

—¿Ves? Siempre será igual. Dónde sea, cuando sea... Siempre terminarás hiriendo a los que amas.

Entre quejidos ahogados, se dejó caer en el suelo mientras tomaba a Tony en sus brazos, apegándolo a ella. Sentía el frío de su cuerpo, cosa que le causaba más dolor.

Ella lo había matado.

Seguía negando entre quejidos y gritos, lo que empezó a provocarle falta de aire en el pecho, como si se tratara de una presión.

—¡No! ¡Por favor, no!

Las lágrimas mojaban sus sábanas y el fuerte abrazo de alguien la hizo aferrarse a él. Su respiración era irregular mientras asimilaba su vista en la habitación en la que se encontraba.

—Respira, estoy contigo.

Abrió los ojos. Frente a ella, los ojos verdes de Loki la observaban con preocupación.

Él estaba ahí. Para ella.

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Chale, y yo que me suño con mi maestra de primaria y esta loca se sueña con el papasito de Bucky 😔 lo que es tener suerte.

Jejejeje Hola mis amores, eh aquí un capítulo nuevo ya con un poquito ma del salseito Jejejejeje 🤧 espero les haha gustado.

Tuve una crisis a mitad de este cuando lo escribí y por eso me tarde en subirlo, aún así edoero qu le haya gustado

Ya saben que amo sus comentarios, dentro d poco subiré el nuevo cap así que andén pendientes

Tomen awita y cuídense mucho ❤️