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El choque entre ambos iris fue reconfortante.

Hacía tiempo que lo necesitaban. Más del que se atrevían a admitir, incluso a sí mismos.

Aún había rastros de lágrimas en los ojos de _____, que recorrían el mismo sendero que otras ya habían marcado. La respiración entrecortada de Loki chocaba con la suya. El silencio se apoderó del lugar. Con delicadeza, el joven de cabellos azabache subió una de sus manos para acariciar su mejilla. Tenía miedo. Miedo de que, al tocarla, ella desapareciera como tantas veces lo había hecho en sus recuerdos. Pero esta vez no era un sueño. Ella estaba ahí. A su lado. Sin importar dónde.

Ante el contacto, _____ se estremeció. El tacto aún gélido de sus dedos hizo que cerrara los ojos. Aunque se sentía aliviada, su pecho aún dolía. Se dejó caer ligeramente contra él, uniendo sus frentes en un intento por asegurarse de que realmente estaba allí, de que seguía respirando.

Para Loki, todo era extraño. Se sentía débil, como si aún caminara en la línea entre la vida y la muerte. Tenerla ahí, tan cerca... era irreal. No sabía cómo reaccionar. Solo deseaba que ese instante no se desvaneciera.

—Lo lamento tanto... —susurró ella, escondiendo su rostro en el hueco de su cuello.

Dubitativo, Loki dejó que sus dedos se perdieran entre los rizos oscuros de su cabello. Ella sollozaba en silencio.

—Por primera vez... me alegro de que uno de mis planes fallara —murmuró, su voz chocando contra su piel y provocándole un escalofrío—. Solo... déjame quedarme así un poco más.

Ella no dijo nada. Solo lo abrazó más fuerte, como si con eso pudiera evitar que volviera a desvanecerse.

—Me pregunto si madre también está aquí...

El corazón de _____ se estrujó. ¿Acaso no sabía? ¿No entendía que estaba vivo?

—Loki... —se separó un poco y lo miró a los ojos, atrapada una vez más por ese verde grisáceo—. Frigga... ella no está aquí.

—¿Qué? Pero... ella debía estar contigo. Debía esperarte...

Llegaba el momento más difícil. Decirle la verdad.

—¿Linda? —la llamó, desconcertado.

Eso solo empeoró todo. Sus lágrimas cayeron sin freno.

—¿Dónde crees que estás? —preguntó entrecortadamente.

—En el Valhalla... el lugar donde sabía que te encontraría otra vez.

Las palabras le partieron el alma.

Loki la miró de nuevo, esta vez con el ceño ligeramente fruncido. Con su ayuda, se incorporó un poco. Parpadeó varias veces mientras su vista se ajustaba a la tenue iluminación del lugar. Luces artificiales. Decoraciones midgardianas.

—Esto es...

—Estás en Midgard —respondió ella en un susurro.

Loki parpadeó, confundido.

—¿Midgard? Pero... ¿cómo? —bajó la mirada a su pecho, luego volvió a mirarla—. Espera... no. No puede ser...

Su voz se tornó más aguda cuando vio la mano de _____, con la piel aún marcada.

—¿Estás... viva? Pero... ¿cómo? Stark... ¿Qué fue lo que hiciste?

Ella no respondió. Bajó la mirada, incapaz de sostenerle los ojos.

—Me mintieron... tú me mentiste.

—¡Puedo explicarlo! —levantó las manos, intentando calmarlo.

Pero entonces algo más llamó la atención de Loki. El zumbido de un dispositivo.

El teléfono.

Y junto a él... el libro.

—¿Loki, yo...?

—¿De dónde sacaste eso? —la interrumpió, su voz tensa, fija en el Darkhold.

Ella bajó la mirada, en automático, y llevó una mano temblorosa a la cadena en su cuello. Loki notó el gesto, reconoció el brillo del colgante.

Sin pensarlo, la tomó del brazo, apartando el dije con fuerza.

—¡Suéltame, me estás haciendo daño! —murmuró.

—¿Qué es todo esto, _____? ¡Dímelo!

Ella temblaba. No podía responderle.

—¡Dímelo! —rogó con la voz rota.

—No sé qué decirte... —balbuceó.

—¿Sabes siquiera lo que hiciste? —la miró, dolido, furioso—. ¡Eras tú...!

—No sé de qué hablas...

—¡Sí sabes! Las mentiras no son lo tuyo. —La acercó más—. ¡Eras tú! Reconozco ese objeto. ¡Eras tú disfrazada de Jane!

Ella no dijo nada.

—Entonces... ¿por qué Jane no lo tenía en Asgard? Porque esa sí era Jane. ¡Ahora todo tiene sentido!

—Loki, no entiendo lo que estás diciendo...

—¡Desde que "moriste" nada ha tenido sentido! —soltó una risa amarga—. ¡Y ni siquiera estabas muerta! ¡Me lo creí todo...!

—¡Casi muero! ¡No sabes lo que pasó camino al puente!

—¡Porque nadie me dijo qué te hicieron! —gritó, y un espasmo lo obligó a echarse hacia atrás. La herida en su pecho seguía fresca.

_____ reaccionó de inmediato. Usó su telequinesis para recostarlo con cuidado en el sillón.

—Se suponía... solo tenía que esperar a mi madre unos días más... —susurró Loki, con la mirada perdida en el techo.

El silencio cayó. Él soltó sus muñecas sin cuidado.

—Thor... Heimdall... seguro sabían. Seguro se burlaron de mí.

—No... eso no es verdad —_____ limpió sus lágrimas—. Thor se enteró hace unos meses, cuando trajo flores y una carta...

Loki giró su cabeza para mirarla.

—¿La leíste?

Ella se quedó inmóvil. Tardó unos segundos en comprender.

—La carta... no. No pude.

—¿No pudiste o no quisiste?

—No quise... no quería aferrarme a algo que ya había perdido. No después de todo lo que pasó.

Loki desvió la mirada, dolido.

—Entonces solo querías olvidarlo todo. ¿Lo nuestro también?

—Estaba destrozada, Loki. Me trataban como un monstruo por amarte... y luego tú... tú me rompiste el corazón.

—¡Pero no fui yo, maldita sea!

—¡Ya lo sé! —gritó desesperada—. Pero para mí... fue real.

—¿En serio pensaste que yo sería capaz de lastimarte?

Ella no respondió.

—No quise creerlo, pero los días pasaron... luego semanas. Y después... esa mujer salió de las celdas diciendo que tú vivías en los cuartos del palacio.

—Una de las aprendices de mi madre...

—¡Yo no lo sabía! —se defendió—. ¡Y la oí hablar de ti... como si aún estuvieras en el palacio!

Loki la miró incrédulo.

—Eso es lo más estúpido que escuché. No puedo creer que lo creyeras...

—No quería hacerlo... pero había algo que me pedía que lo hiciera.

—Yo te busqué. Iba a decírtelo todo. Que mis deseos habían cambiado. Que ya no quería más poder... solo a ti.

—Lo sé... pero fue difícil, Loki.

—¡También lo fue para mí! —rugió, y se llevó una mano al pecho con dolor—. Para ti estaba muerto.

Las lágrimas de _____ seguían cayendo, recordando lo que ella le había dicho.

—Me arrepiento de lo que te dije... de lo que pensé. Solo... solo quería...

Loki levantó la mano, deteniéndola.

—No digas nada más.

Ella lo miró en silencio, y en un impulso, acercó la palma a su pecho herido. Aún sangraba, caliente. Demasiado caliente para ser normal.

—Tengo que llevarte a un lugar más cómodo, estás hirviendo —dijo con voz temblorosa, sintiendo el calor anormal que emanaba de su piel.

—¿Desea que llame al doctor Banner para que le ayude con esto, señorita Stark? —preguntó JARVIS, su tono educado, pero con una leve nota de preocupación.

—No, ni se te ocurra decirle a alguien. Es tarde, yo puedo encargarme de esto.

Loki no dijo nada. Apenas si pudo mover los labios. Intentó incorporarse con su ayuda, pero su cuerpo apenas respondía. Le dolía todo, de una forma que no alcanzaba a describir. Como si algo dentro de él estuviera mal... descompuesto, fracturado, herido más allá de lo físico.

_____ pasó su brazo por detrás de su hombro y lo sujetó con firmeza por la cintura. No necesitaba magia para cargarlo. Lo sostuvo con decisión, usando su fuerza —esa que pocas veces mostraba— para guiarlo hasta su habitación. Lo ayudó a tumbarse en la cama y, con mucho cuidado, le quitó las botas y las partes más pesadas de su armadura, dejándolo al descubierto de la cintura hacia arriba.

Al ver su pecho, contuvo el aliento. La herida que atravesaba su piel ya no sangraba, pero era evidente que había sido profunda. Las marcas azuladas a su alrededor no eran del todo asgardianas. Tomó su botiquín del baño, sacó el vendaje y lo pasó con cuidado por su torso. El mínimo roce lo hacía quejarse, así que trató de ser lo más delicada posible.

Se inclinó sobre él, tocándole la frente. El calor era insoportable.

—Iré por unos paños de agua. Espera —susurró, aunque sabía que él ya no respondía.

Se dirigió al baño por unas toallas pequeñas y luego a la cocina, donde llenó un bowl con agua fría del grifo. Si su lógica no fallaba, si Loki era un gigante de hielo... entonces lo que su cuerpo necesitaba no era calor, sino todo lo contrario. Casi helado.

El vibrar constante de su teléfono no cesaba, pero ella no se detuvo a revisar quién era. Había algo más importante frente a ella.

—Señorita Stark —dijo JARVIS de nuevo—. El señor Yung la está llamando de manera insistente. ¿Desea que le deje un mensaje?

—Por favor, dile que estoy ocupada... o que ya me dormí.

—Claro que sí.

Cuando regresó al cuarto, el aire se volvió más denso. Loki ya no estaba en su forma humana. Su piel era ahora azul, de un tono profundo e intenso. Sus marcas brillaban débilmente como líneas de escarcha. Ella se paralizó.

Se acercó de inmediato, con el corazón en la garganta. Le tocó la frente. No sintió el calor abrasador de antes, pero aún estaba anormalmente caliente para su fisiología.

Colocó una silla junto a la cama y se sentó, dejando el bowl a su lado. Mojó una de las toallas y la colocó sobre la frente de Loki. Un suspiro se escapó de los labios del dios, y eso fue suficiente para tranquilizarla un poco. Mojó otra y comenzó a pasarla con suavidad por su cuello y hombros. A cada movimiento, su respiración se volvía más regular.

El silencio era extraño. Solo se oía el goteo del agua, su respiración, y de vez en cuando, un quejido de Loki. Pasó un largo rato antes de que él cayera en un sueño profundo. Ella lo cubrió ligeramente con una manta liviana y se levantó con cuidado.

Fue a su armario, sacó uno de sus camisones de seda y su bata. Sabía que no dormiría, pero al menos quería cambiarse. Se encerró en el baño unos minutos y al salir, sus ojos no se apartaron ni un segundo de Loki. Dormía, pero aún tenía el ceño fruncido, como si sus sueños fueran pesadillas.

Tomó el bowl y volvió a la cocina. No podía pensar. Su cabeza estaba llena de recuerdos mezclados, imágenes, palabras, gritos... la discusión. Todo. El agua comenzó a derramarse por el borde y eso la hizo reaccionar.

—Mierda...

Drenó el exceso, sacó cubos de hielo del congelador y los vertió en el bowl. Regresó al cuarto. Loki seguía respirando irregular, pero no tan agitado. Le cambió los paños con movimientos meticulosos, casi como si cada toque fuera una disculpa silenciosa.

Sus manos se detuvieron en su piel. Había cicatrices que no reconocía, marcas nuevas que parecían frescas. Tomó el botiquín y empezó a curarlas con cuidado. Cuando pasó un algodón por su pómulo, Loki se quejó, y ella contuvo la respiración. Fue más suave después de eso, deteniéndose cada vez que él parecía molesto.

Lo peor no era el daño físico. Era lo que sentía dentro de ella: culpa. Una culpa que se clavaba hondo. Lo había lastimado... y parte de ella sentía que, quizás, lo había traicionado sin querer.

Tomó sus manos con cuidado, sus nudillos estaban raspados. Los limpió y vendó con la misma ternura con la que una madre cuida a un hijo. En ese momento, Loki apretó su mano. Ella lo miró rápido, pero él seguía dormido. No la soltó.

Así que no se movió. No se apartó de él.

A veces desviaba la mirada hacia la mesita de noche, donde descansaba la rosa azul que él le había dejado. Su color ya no era tan brillante. Había perdido parte de ese tono celeste sobrenatural, volviéndose de un azul grisáceo.

...son rosas eternas. No se marchitan o se derriten en cuanto el corazón de quién las creó aún siga latiendo por la persona que ama o por su propia vida...

La voz de Thor resonó en su memoria. Y por primera vez, el significado de esas palabras le dolió en el pecho.

¿Y si estaba muriendo? ¿Y si lo perdía?

El reloj marcaba las 6:53 de la mañana. Ella seguía sentada ahí, con su mano entrelazada a la de él. Loki no la había soltado. No quería que se fuera.

No quería perderla de nuevo.

—¡S.J! —La voz de Natasha retumbó como un disparo.

_____ reaccionó rápido, soltó con cuidado su mano, pero Loki gruñó, aún dormido. Lo tranquilizó acariciándole el cabello.

—Shhh, ya vuelvo —le susurró, besando su frente. Era frío al tacto, pero no tanto como antes.

Se acomodó el cabello, recogió los restos del vendaje y las toallas mojadas.

—¡______, tienes que hacer algo para dejar de preocupar a don perfecto! —gritó Natasha desde la sala—. Me está matando con tantas llamadas a mi segundo teléfono.

_____ salió rápidamente, cerrando la puerta tras de sí.

—Heeeeeey, ¿qué haces tan temprano aquí? —dijo con nerviosismo.

—¿Y a ti qué bicho te picó? —rió Natasha, dejando su mochila sobre el sillón—. Sabías que llegaba hoy temprano de Moscú.

—Ah... sí. —Maldijo mentalmente por haberlo olvidado.

—Te ves terrible. ¿Pasó algo?

—No, no. Todo está bien.

Pero Natasha entrecerró los ojos. No le creyó.

—¿Discutiste con Nicolás?

—No, no fue eso.

—Entonces, ¿qué pasa? ¿Y qué hace esa cosa aquí? —señaló con la barbilla el Darkhold que estaba sobre la mesa.

—Estaba... leyendo. Me quedé dormida.

Pareció convencerla por un momento, pero un sonido leve proveniente del dormitorio hizo que Natasha ladease la cabeza con suspicacia.

—¿Quién más está aquí?

—N-nadie. Deben ser... las cortinas.

—¿Las cortinas?

Natasha comenzó a caminar hacia el cuarto, ya con una mano cerca de su cintura, donde siempre llevaba un arma oculta. _____ se apresuró a ponerse frente a la puerta.

—Nat, no es nada.

—Entonces déjame entrar.

—¿Para qué quieres entrar...? Está hecho un desastre...

—He estado en peores lugares —respondió y la apartó con un empujón suave, girando la perilla.

La sorpresa fue inmediata. Natasha retrocedió un paso al ver la figura azul sobre la cama.

—¿¡Qué demonios es eso!?

_____ se apresuró a cubrirle la boca.

—Puedo explicarlo... pero baja la voz —le rogó, apartándola del marco y cerrando la puerta.

Caminaron hasta la sala en silencio. Ambas se sentaron. _____ cubrió su rostro con las manos, agotada.

—Habla —ordenó Natasha, cruzándose de brazos.

—Bien... aquí va.

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A contarle todo el chismesaso a la natacha sjjsjsjjsjsjsjs

¿Cómo están mis corazones de melocotones?

La verdad quería actualizar este cap junto con el resto del maratón como un bonus, pero no me había dado tiempo ni imaginación para escribirlo.

Pero aquí está, pero les haya gustado y bueno, estaré actualizando lo más seguido que pueda jejeje.
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Ah y bueno, este cap tiene una pequeña dedicatoria a una de las lectoras jejeje, me comentó en uno de los capítulos pasados que tenía un examen bastante importante y bueno quería que tomara la dedicatoria como un pequeño "regalo" para lo que está haciendo afuera de Wattpad y por seguir la historia desde hace tiempo ❤️.

No es mucho pero es trabajo honesto.⠀⠀

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De igual manera si es de su agrado me gustaría que me compartieran fechas importantes para ustedes o si quisieran estar en la dedicatoria de alguno de los capítulos y con mucho gusto y cariño lo haré.

De verdad que no sé cómo agradecerle el amor que le han dado a este fic y quisiera agardecerles de alguna manera el que estén pendientes de el.

Sin más que decir, nos vemos en el próximo cap.

Tomen awita y coman bien.
🦦💕