
48. 𝐉𝐨𝐝𝐢𝐝𝐨𝐬 𝐲 𝐑𝐞𝐚𝐥𝐞𝐬
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Loki y _____ caminaron rápido, casi sin mirar atrás, escapando de la fiesta y de todo lo que representaba. La noche fría les golpeaba la piel, pero el calor que compartían los mantenía juntos, como un escudo contra el mundo.
El taxi los llevó directo a la Torre de los Vengadores.
El ascensor se abrió en el piso superior, y el silencio reinante les dio la bienvenida. Era tarde, o muy temprano. La ciudad aún titilaba tras los ventanales, pero dentro del edificio todo parecía suspendido en el tiempo.
_____ entró primero, quitándose los zapatos mientras caminaba por la alfombra mullida del salón común. Loki la siguió sin hablar. El ambiente era distinto. Cargado. Denso. No por el lugar, sino por todo lo que aún flotaba entre ellos. Al entrar, la tranquilidad del lugar contrastaba con la algarabía que dejaron atrás. La tecnología de Stark brillaba tenue, luces suaves envolvían el salón principal y la vista panorámica mostraba la ciudad iluminada, con fuegos artificiales que empezaban a explotar en el cielo, pre anunciando la llegada del Año Nuevo.
—¿Quieres algo? —preguntó ella acercándose a la cocina, sin mirarlo.
—Solo a ti —respondió él sin pensar.
Ella se detuvo. Lo miró por encima del hombro. Había una tensión en sus ojos, no de duda... sino de anhelo reprimido demasiado tiempo.
—No digas cosas que no entiendes —dijo ella en voz baja.
—Las entiendo —replicó él, dando un paso más cerca—. Las entiendo más de lo que querría.
—Entonces, no me mires así —susurró—. Como si no te hubieras disfrazado de otro hombre para verme caer.
Loki tragó saliva. El peso de sus errores aún colgaba en el aire.
—Lo hice porque no podía soportar la idea de perderte. Porque necesitaba saber si aún veías algo en mí... sin verme a mí.
Ella giró completamente hacia él. A poca distancia. Sus miradas chocaron como cuchillas desenvainadas.
—Y ahora que lo sabes... ¿qué vas a hacer con eso?
Loki no respondió con palabras. Se acercó lentamente, como si cruzar ese último espacio fuera peligroso. Cuando estuvo frente a ella, alzó una mano y la apoyó en su mejilla, con una delicadeza reverente.
—¿Puedo?
Ella no dijo nada. Solo cerró los ojos y se apoyó en su palma.
Fue suficiente.
Fue como si solamente al tocarla pudiera sacar lo real en ella, tanto físico como personal. Sus pequeñas manos dejaron ver los rastros de la magia del caos que hacían parte de su ser descendiendo hasta el resto de su brazo el cual adornado con cicatrices desbordantes de su verdadero yo.
_____ no respondió. Simplemente lo besó. No como quien salda una deuda, sino como quien finalmente tiene el permiso de volver a sentir. Fue un beso profundo, tierno al inicio, pero pronto cargado de una pasión contenida por demasiado tiempo.
Entre caricias que se volvieron promesas, fueron despojándose de todo: del orgullo, del miedo, de la ropa. Loki la levantó con suavidad ella lo envolvió entre sus piernas alrededor de su cintura, la llevo a su habitación sin romper el contacto, sus labios aún sobre los de ella. Con un gesto sutil, cerró la puerta con magia.
El roce de sus labios ya no era una de una manera insegura ni un acto impulsivo: era un puente entre todo lo que habían sido y todo lo que aún deseaban ser.
La habitación estaba envuelta en una penumbra suave, iluminada únicamente por la tenue luz que se filtraba desde la ciudad. En el silencio, los fuegos artificiales empezaban a tintinear a lo lejos, anunciando que faltaban minutos para que el año terminara.
Loki la contempló bajo esa luz plateada. Su cabello corto y alborotado, su piel apenas cubierta por el tirante caído del vestido rojo, su respiración agitada. Era hermosa. Pero más allá de eso, era real. Con sus cicatrices, su orgullo, su historia... y su corazón, que él trataba de entender, pero ya no podía soltar.
La acarició con una delicadeza que no encajaba con su fama. Rozó sus hombros, bajando los tirantes del vestido lentamente, como si deshacer esa prenda fuera desarmar también la coraza emocional que ambos habían sostenido por esos días. La tela cayó al suelo en silencio.
—No tienes idea de cuánto adoro estar contigo—confesó él, su voz ronca, apenas un murmullo en su oído.
Ella respondió con sus manos, deslizándolas por debajo de la tela oscura de su camisa negra, empujándola hacia arriba con impaciencia contenida. Loki se la quitó, dejando al descubierto su torso delgado pero fuerte, marcado por antiguas batallas, y por ella... junto por la tensión de todas las emociones no dichas.
Ella trazó sus dedos por su torso, delineando cada detalle de él, memorizándolo entre sus delgados dedos, el tomó su mano y la llevó hasta su boca para dejar un beso sobre sus nudillos.
Esos detalles que le recordaban que estaba ante un príncipe y que la trataba con una delicadeza que solo el podría tener con ella.
—Quiero verte —dijo ____ con voz queda—. Tal como eres. No quiero disfraces. No quiero hechizos. Te quiero a ti.
Loki se quedó en silencio, sorprendido. Su mirada se oscureció un instante con un atisbo de miedo. No por ella, sino por sí mismo.
No era como si antes no se hubiera mostrado con ella como realmente era, si no que la inseguridad de no ser lo suficientemente bueno tanto física como emocionalmente lo atormentaba.
—¿Estás segura? —preguntó.
Ella no dudó.
—Si voy a entregarte mi alma nuevamente esta noche, quiero saber quién la recibe. Muéstrate... como jotun. Como Laufeyson. Como tú.
Loki asintió despacio. Cerró los ojos un segundo y dejó que la ilusión se desvaneciera. Su piel adoptó el tono azul profundo y helado de Jotunheim, como un cielo nocturno sin luna. Las líneas de escarcha se dibujaron sobre su cuerpo como constelaciones antiguas. Sus ojos se encendieron con un brillo ártico.
Ella no se apartó. Todo lo contrario.
Louise Tomó su mano azul y la alzó hasta sus labios. La besó con ternura.
—Eres hermoso —susurró—. Siempre lo has sido.
Y lo besó.
No como una tregua. No como una redención.
Lo besó como quien, finalmente, da su amor incondicional.
Él la tumbó suavemente sobre la cama, y se recostó junto a ella, sin prisa. Sus manos exploraron su cuerpo como si intentaran memorizar cada rincón de su existencia dejando ligeras marcas de quemaduras leves. Cada curva. Cada estremecimiento. Besó su clavícula, su cuello, sus muñecas. Como si en cada contacto intentara decirle: "Estoy aquí. Me quedo."
Ella estaba al descubierto, apenas cubierta por sus bragas de encaje.
Sus labios fríos, pero deseosos; descendieron hasta su vientre, reverentes, mientras ella entrelazaba los dedos en su cabello, arqueando el cuerpo hacia él con una mezcla de deseo y necesidad emocional. No había distancia entre ellos. Ningún secreto. Solo la verdad desnuda de lo que sentían, lo que temían, lo que aún querían construir.
Sus besos tan fríos que quemaban viajaban hasta su monte Venus, encontrándose con la barrera de tela que lo separaba de aquel tesoro que lo volvía loco. Pero había algo, por más ansioso que estuviera había algo que quería hacer, se detuvo mientras la observaba desde abajo. Como un rey sediento contemplaba la sed de poder de su reina.
—¿Vas a quedarte ahí mirándome toda la noche o vas a hacer algo útil con esa boca? —murmuró ella, con la voz ronca.
Loki arqueó una ceja, encantado al notar ese tono juguetón de su parte.
—Oh, princesa... no me provoques. Mi boca es extremadamente útil. Multitasking, incluso.
—Demuéstralo, entonces —replicó, arrastrando sus dedos por por su cabello.
hizo a un lado la tela para hundir su lengua dentro de los labios menores de _______, ella respondió con un jadeo. El contraste de temperaturas reguladas por Loki para no lastimarla provocaron que su espalda se arqueara. Loki al notar su reacción no dudó en jugar y succionar ese pequeño botón que otrorgaba un placer inmensurable a la chica. El sonido obsceno de Loki al devorarla se combinaba con sus gemidos casi inaudibles.
—Mmm... delicioso. Me encanta cómo reaccionas a mí. Como si no quisieras y no pudieras evitarlo.
—Te crees irresistible, ¿verdad? —habló entre jadeos apoyándose apenas en sus codos sin dejar de mirarlo.
—Me sé irresistible. Tú lo confirmas cada vez que me arañas como una bestia salvaje.
—Cállate —susurró, empujándole la cabeza para que continuara—. Menos hablar, más actuar.
Amaba oírla suplicante por el, le hacía entender que únicamente era el quien la hacía estremecerse de placer. Y como pedía más de él.
ella apenas podia apoyar sus piernas sobre sus hombros, en un intento de contencion ante el placer.
— ah... si, sigue... mierda, loki —gimoteó.
—Admito que me excita tu impaciencia. Es tan... poco diplomática. Me encanta.
—Y a mí me excita que por fin uses tu boca para lo correcto —se quejó ella entre risas.
Loki levantó la vista, su mirada brillante.
—Cuidado. Hablas como si no pudiera hacerlo aún más interesante. ¿Te atreves a pedírmelo con educación?
Ella lo miró con desafío.
—¿Por favor... podrías dejar de perder el tiempo y hacerme venir de una vez?
—Ah, qué tono tan encantador. Todo un poema. Me siento seducido —murmuró él con descaro, antes de continuar su descenso para volver a su tarea.
Ella jadeó con fuerza al sentir como se movia su lengua en circulos sobre su clitoris y se arqueó, perdiendo momentáneamente el aire. El simple hecho que solo el, supiera cómo tocarla correctamente era lo que más encendía a ambos.
—Dioses...
—¿Dioses? —rio separándose mirándola con picardía— ¿Invocando a mis hermanos? Qué atrevida.
—No seas imbécil.
—Ya es tarde para eso.
Subió hasta su boca nuevamente y______ le ayudo a retirar sus prendas restantes, ella siguió recorriendo su cuerpo con sus ojos y manos. Mientras el se acomodaba encima de ella rozando sus caderas con las de ella.
Bajó los labios por su clavícula, dejando un rastro de frío que le erizaba la piel.
Ella arqueó el cuerpo, impaciente.
—Loki...
—Mmm —él no se detuvo, pero levantó la mirada con una sonrisa pícara—. ¿Sí, mi pequeña bestia?
—Deja de hacerme esperar... y de decirme así.
Él rió, ronco, malicioso.
—¿Y por qué haría eso? Me encanta verte así... suplicante.
—No estoy suplicando —replicó ella, con la voz tensa por el deseo.
—¿Ah, no? —besó justo donde sabía que la haría temblar—. Entonces, ¿qué es esto?
Ella le apretó los hombros con las uñas, tirando de él hacia arriba.
—Es una amenaza.
—Deliciosa —murmuró junto a su oído al sentir las puntas de sus uñas arañarlo con deseo—. Pero aún quiero oírlo. Con palabras.
—Loki...
—Dilo, ____. O me tomaré mi dulce y eterno tiempo.
Ella apretó los dientes, frustrada y excitada a partes iguales. Lo fulminó con la mirada, pero esa maldita sonrisa suya la desarmaba.
El conocía esa mirada, oscura y deseosa de poder que se mezclaba con la tierna. Un lado de ella estaba reluciendo momentánea mente en ella.
—Quiero más —susurró al fin—. Quiero sentirte. Ya.
—Así sí —respondió él, rozando sus labios con los suyos ignorando lo anterior—. Qué bonito suena en tu voz. a ver, dilo otra vez.
—¿Estás enfermo?
—Completamente —le mordió suavemente el labio inferior—. De ti.
La besó con hambre, y ella respondió con una intensidad feroz. Entre besos, risas ahogadas y jadeos, sus cuerpos se buscaron con desesperación.
De manera forma la tomó por la cintura levantando su cadera y acomodó su miembro dentro de ella de manera delicada, aunque esto no evitó sacarle un gemido ahogado por la sensación.
— mierda, estas caliente —jadeó ella contra su cuello.
—Te dije que era el frío lo que me ponía así —bromeó, empujándose apenas—. Aunque también podría ser tu jodida voz.
—Cállate y muévete.
—Mandona —rió él, con esa sonrisa jugetona embistiéndola justo después—. Me encanta...
Ella soltó un gemido que se convirtió en un suspiro prolongado, arqueando la espalda mientras lo agarraba y apretaba de los brazos enterrando sus uñas.
—¿Te encanta esto también? —preguntó él, aumentando el ritmo mientras su caderas chocaban—. ¿O esto?
—Sí, sí... Loki...
—Ah, ahí está —murmuró jadeante a su oído, con una risa cargada de orgullo—. Ya vas olvidando todo... Menos mi nombre.
—Idiota... arrogante —murmuró ella, jadeando igual.
—Admite que te encanta —respondió, besándole el hombro, la mandíbula, cada rincón que encontraba.
—Tal vez... pero ya callate.
Con la boca semi abierta Loki atacó sus labios mientras empezaba a penetrarla dando unas estocadas poco suaves para ir aumentando la velocidad. Ella se aferraba a él, sus uñas dibujaban nuevas líneas en su espalda en un descargue de emociones que trataban de contenerse.
—Tal vez no es suficiente. Voy a hacer que lo digas con convicción... Grita mi nombre.
—Loki —repitió ella, más alto, en un tono que ya no admitía juego.
—Así me gusta —susurró él, perdiéndose en ella con movimientos lentos y profundos que iban subiendo de intensidad—. Quiero que cuando veas fuegos artificiales pienses en mí. Cada vez.
Ella rió entre jadeos.
—Prometo que ya lo hago.
La tensión se acumulaba en el aire, sus respiraciones desacompasadas llenaban la habitación. Él bajó una mano para ayudar a aumentar la estimulacion en su clitoris, provocándola más.
—¿Quieres más?
—Sí, maldito seas...
—Pídelo.
Ella sonrió exitada, no podía no disfrutar esa sensación de tenerlo así dentro de ella. Sería ya imposible volver a sentir algo así que no fuera con él. Y tampoco quería hacerlo.
—Más, Loki. Quiero todo.
—Eso está mejor —gruñó él, besándola con fuerza—. Lo vas a tener.
Se unieron en un vaivén lento, rítmico, guiado más por la necesidad de sentirse que por la urgencia. Sus cuerpos se buscaron, se encontraron, y se reconocieron. Ella acariciaba y rasguñaba su espalda mientras él se hundía en ella con una devoción casi reverente, besándole el hombro, susurrándole palabras en idiomas antiguos que solo él entendía, pero que ella sentía con el alma.
Los juegos de ironía seguían, solo ellos entendían esa extraña manera en la que _____ lograba mezclar esa personalidad deseosa de control que complementaba la de Loki.
sus labios se encontraron de nuevo con una mezcla entre risa y hambre. Ella tiró de su cabello hacia atrás.
—Tú y ese estúpido ego tuyo van a matarme.
— en ese caso, voy a darte la mejor muerte de tu vida —susurró contra su boca—. De nada.
—Te odio.
—Me amas.
—No tanto como a lo que estás haciendo con tus caderas ahora mismo.
—Ah, entonces lo haré más lento...
—No te atrevas... —dijo ella, mordiéndole el hombro.
—Mira que eres mandona —rió él, aumentando el ritmo con un gemido contenido—. Me encantas cuando amenazas mientras tiemblas.
—Y tú cuando me haces maldecir en idiomas que ni hablo.
—¿Quieres que te enseñe unas cuantas maldiciones en jotun?
—Solo si las dices mientras me haces venir.
Loki le besó la mandíbula con una devoción burlona.
La ciudad seguía ansiosa afuera, la cuenta regresiva estaba apunto de terminar, pero en esa habitación solo existía un mundo: el de ellos dos. Un mundo que ellos dos solo entendían entre su caos, apenas nacido, donde no importaba lo que habían sido, sino lo que estaban dispuestos a ser a partir de ese instante.
—Es oficial: estoy perdidamente jodido por ti.
—Y yo oficialmente jodida por ti.
—Qué hermoso juego de palabras.
Los fuegos artificiales comenzaron a estallar en el cielo, coloreando la habitación en destellos rojos, dorados y plateados. Loki la miró a los ojos, jadeante, todavía dentro de ella.
—Feliz año nuevo, princesa.
Ella sonrió apenas.
—¿Eso significa que ya terminaste? Qué decepción.
Él rió, sin dejar de moverse mientras ella reia suavemente entre jadeos.
—¿t-terminar? Mi amor, apenas estamos en enero.
—Perfecto —sonrió con malicia _____—. Porque tengo muchos deseos para este año. Y casi todos tienen que ver contigo... encima de mi.
—Y yo que pensaba ser el más lascivo de los dos.
—Tú me contagiaste, cuernitos. claramente.
—Una enfermedad de la que no pienso curarte.
Ella se inclinó para morderle el lóbulo de la oreja.
—Más te vale no hacerlo. Porque si paras ahora, Loki Laufeyson... te juro que me encargo de que se te congele exactamente donde más te dolería.
El se carcajeo y relamió sus labios.
—Oh, qué reina tan cruel —susurró él, entrando más profundo—. Definitivamente me quedo contigo.
—Callate y m-muévete más —ordenó gimiendo.
—Tus deseos son órdenes, amor mío.
El clímax no fue para nada silencioso, compartido como un gran gemido contenido que finalmente se libera. Un temblor compartido, una lágrima de placer que resbaló de la comisura del ojo de ella y que él besó antes de que cayera. Permanecieron abrazados después, su respiración entrelazada, el pecho de Loki subiendo y bajando al ritmo del de ella.
Después, permanecieron abrazados. Su respiración entrelazada. El pecho de él subiendo y bajando con el de ella, como si fueran uno solo.
—te amo —susurró ella.
Loki la besó, y en ese beso selló su nueva promesa.
—yo mucho más, amor mío.
Y el mundo, al fin, se quedó en silencio. Porque todo lo que importaba estaba allí, entre ellos. Jodidos pero Reales. Juntos.
La luz dorada del amanecer se colaba entre las cortinas, derramándose sobre el cuerpo desnudo de _____. Loki, aún en su forma jotun, estaba recostado de lado, con el brazo envuelto alrededor de su cintura y la cara medio escondida en su cuello.
Ella abrió un ojo, luego el otro, y soltó un suspiro en compañia de un escalofrio.
—Estás helado —gruñó con voz ronca, sin moverse.
—Y tú estás ardiente —murmuró Loki medio dormido—. Equilibrio perfecto, diría yo.
Ella rió por lo bajo, y sintió cómo él sonreía contra su piel.
—Podrías... cambiar de forma, ¿sabes? Solo por diez minutos. Mi trasero está congelado.
—Mmm... no —respondió él, sin moverse—. Me gusta así. Más contacto piel con piel. Además, tú fuiste la que pidió al jotun completo anoche. Varias veces y a gritos.
Ella lo empujó con el codo sin fuerza, riéndose.
—No sabía que tu forma original venía con modo nevera integrada.
—Tú no parecías quejarte cuando te derretías en mi boca.
Ella se tapó la cara avergonzada con una mano, entre risas.
—¿Puedes dejar de hablar así tan temprano?
—Jamás. No después de anoche. Me siento inspirado por ti. Como un artista del pecado.
—eres un idiota y un artista que ronca como oso en hibernación.
Loki alzó una ceja, ofendido.
—¡Yo no ronco!
—Claro que no. El edificio entero vibraba por magia... no por tu nariz tapada.
—Exagerada.
—Mentiroso.
Se miraron, sonriendo. Él acercó su rostro y la besó despacio, aún con los ojos entrecerrados para después cambiar a su apariencia normal.
—Buenos días, princesa de mi caos.
—Buenos días, refrigerador con ego.
Loki se recostó de nuevo, esta vez girando para quedar sobre ella. La miró con una mezcla peligrosa de ternura y picardía.
—¿Sabes? Todavía tenemos tiempo antes de que el mundo vuelva a molestarnos.
—¿Tiempo para qué, cuernitos?
—Para otro round. Tal vez dos. Y un desayuno... en la cama, si sobrevives.
Ella se estiró como una gata satisfecha, sonriendo sin pudor.
—¿Ese era un intento de seducción o una amenaza?
—Ambas. ¿Aceptas el desafío? —lo miró con picardía mientras se acercaba a su rostro y lo tomaba por los hombros.
—Solo si tú preparas el desayuno después. Estoy hambrienta.
—¿De comida o de mí?
—Ambas, tambien... Pero la comida puede esperar diez minutos y tú no.
—Diez minutos —repitió él con una carcajada ronca mientras la acomodaba encima de él bajo las sábanas—. Qué optimista.
Ella soltó un jadeo.
—Loki...
—¿Sí, amor?.
—Deja de hablar.
—Tus deseos...
—...son órdenes, sí, ya lo dijiste —rió ella, cerrando los ojos con una sonrisa satisfecha—. Ahora cumple.
Las sábanas estaban desordenadas, el aire cargado con el aroma de piel cálida y deseo satisfecho. Loki se acomodó con ella sentándose contra el cabecero de la cama, el cabello revuelto y una sonrisa satisfecha que rozaba la arrogancia.
_____ acomodo ambas piernas a cada lado, mientras el fue dejando un beso lento en su pecho, justo sobre su clavícula.
— ¿sabes? No había nada como escucharte decir mi nombre toda la noche.
—¿Estás presumiendo? —preguntó ella, alzando una ceja mientras recorría su torso con la yema de los dedos.
—Yo no presumo —murmuró Loki, entrecerrando los ojos con deleite—. Yo informo de los hechos.
Ella sonrió con picardía.
—Pues déjame darte un nuevo hecho para presumir.
Sin darle tiempo a responder, _____ bajó por su abdomen con la calma de quien sabe que tiene todo el tiempo del mundo. Loki soltó un gruñido bajo, sus dedos se crisparon sobre las sábanas.
Era obvio que el dios estaba duro, Louise lo sentía debajo, su palpitante miembro rozaba con su entrada mientras ella bajaba hasta su abdomen rozando sus labios.
—Diosa maldita... —murmuró entre dientes.
—Shh —susurró ella para lamer su abdomen—. No interrumpas el arte en proceso.
Pero justo cuando la temperatura alcanzaba niveles peligrosos y Loki murmuraba su nombre con reverencia, el tono agudo de Jarvis interrumpió el momento.
— señorita stark, su padre la está llamando.
Ambos se congelaron.
Ella miró su teléfono que reposaba en el suelo, ella se estiro para tomarlo rapidamente.
—No contestes —suplicó Loki, tirando suavemente de ella para traerla de vuelta a su sitio.
—Es Tony —dijo ella, estirando el brazo para tomar el teléfono.
—Exactamente. No contestes.
Ella le lanzó una mirada seria, pero sus labios temblaban por la risa.
—Tengo que responder o va a pensar que estoy muerta.
— o embarazada —escupió con gracia Loki, ella quedó pasmada por su respuesta— creeme, Estás a cinco minutos de estarlo si me ignoras.
—Loki...
—____.
Con un suspiro dramático, ella respondió la videollamada. El rostro de Tony Stark apareció en la pantalla, despeinado, con una taza de café en la mano y una vista noctura de la playa paradisiaca.
—¡Finalmente! ¿Te despertaste de entre los muertos o qué? ¿Donde fue le after party?
—Buenos días, o noches a ti tambien, papá—dijo ella, intentando sonar normal mientras se acomodaba contra la almohada. sin mostrar demasiada piel.
Loki, mientras tanto, no se movió de su sitio. Pero sus manos sí. Con una lentitud demoníaca, una de ellas empezó a deslizarse por debajo de las sábanas. Ella se tensó, los ojos muy abiertos.
Tony no lo notó.
—¿Todo bien? Porque desapareciste ayer como una maldita agente y ni siquiera dejaste un mensaje de año nuevo. Ya te pareces a Románoff. ¿Tienes idea de cuántas veces Pepper me preguntó por ti y como te fue en la fiesta de los Carusso?
Ella solo resopló al recordar la noche anterior.
—Estoy bien y me fue bien, no tienen por qué preocuparse. lo lamento solo... necesitaba dormir —respondió ella, haciendo un esfuerzo heroico por mantener la voz estable. Loki ya había encontrado su muslo. Y subía hasta su coño. Tranquilo. Perverso.
—Dormir. Ajá. Y seguro que ese desorden en tus sábanas es por dormir correctamente, ¿verdad?
Ella apretó los labios. Loki estaba completamente entretenido, mirándola con la inocencia falsa de un niño que está a punto de incendiar la cocina o la casa entera.
—Sí, bueno, estoy sola, papá, si es eso a lo que te refieres. todo tranquilo —dijo ella con una sonrisa falsa, mientras Loki empezaba a acariciarla con descaro su clitoris.
Ella se estremeció haciendo que su celular casi se callera de sus manos.
Tony alzó una ceja, sospechando algo.
—¿Estás bien? ¿Estás... temblando?
—¡Frío! Hace mucho frío aquí. En mi habitación. Terriblemente frío.
al fondo aparecio la peliroja, y se acerco rapidamente a donde estaba el Stark mayor.
— ¡_____ cariño! ¡feliz año!
— feliz año Pepp —saludo con un pequeño jadeo oculto con una sonrisa.
—¿como te fue anoche? me imagino que tu y Nicolás pasaron-
ella instintivamente empezo a toser de manera exagerada, cosa que noto el dios mientras empezaba a meter un dedo en su entrada y lo movia de manera lenta.
— oh cariño, ¿te sientes bien? ¿estas enferma?
— s-si... es solo que deje una ventana abierta y... me pego el frio.
—¿Estás en Nueva York o en el Ártico?
Loki sonrió, escurriéndose debajo de la sábana hasta quedar en medio de sus piernas, pasó lentamente su lengua.
Ella se atragantó con su propia saliva y dejó escapar un sonido que casi no fue gemido.
—¡Estoy bien! —soltó ella rápidamente—. Solo que me está e-esperando... el desayuno. Sí. Tengo hambre. Tengo que colgar.
Tony entrecerró los ojos y Pepper la miró extrañada.
—Ok... no quiero saber más. Definitivamente no. Si ese lunático de Loki está por ahí, dile que lo tengo entre ojos con un satélite con láser.
—Adiós, papá —respondió ella, cortando la llamada antes de que el rubor le llegara a los dedos de los pies.
Loki estalló en risa contenida mientras subía por su cuerpo saliendo de las sábanas, abrazándola por detrás.
—¿Sabes qué fue lo mejor? —le susurró al oído, ronco.
—¿Qué?
—Tu carita cuando dije "embrazada".
Ella solo dio una sonrisa disimulada.
—Te odio —espetó ella.
—Mentira. Me adoras. Literalmente.
Ella lo empujó contra la almohada, montándose sobre él nuevamente con los ojos chispeantes.
—Muy bien, cuernitos. Ya me hiciste mentirle a mi padre y a Pepper, así que Ahora prepárate para pagar con intereses.
—Intereses compuestos, espero.
—Oh, vas a rogar por misericordia.
Loki sonrió con puro orgullo de un dios.
—¿Promesa o amenaza?
—Depende. ¿Tienes otro satélite apuntándote o solo soy yo?
— yo creo que tienes algo mucho mejor.
Ella le sonrió y le dio un beso que era acompañado con lengua y una mordida en su labio.
—Me gustas más cuando haces eso con la boca —susurró Loki contra el cuello de ella, con esa sonrisa que siempre anunciaba problemas... o placer.
—¿Esto? —preguntó _____, besando y trazando un camino con los labios por su mandíbula—. ¿O esto? —añadió, mordiéndole suavemente la oreja.
Él gruñó de gusto y la atrapó por la cintura, invirtiendo las posiciones con agilidad.
—Eso. Justo eso. Voy a tener que escribirle una oda.
Ella se rió ahogada, rodeando sus caderas con las piernas.
—¿Una oda a mi lengua? Suena exageradamente poético.
—Todo lo que haces con esa lengua es digno de un poema épico. Uno que no se pueda leer en voz alta sin que alguien se sonroje.
—¿Incluyéndote a ti?
—Yo no me sonrojo —dijo él, bajando la voz—. Yo reacciono.
Antes de que pudiera replicar, la puerta del penthouse resonó con un golpe potente.
—¡Loki! ¡Necesito hablar contigo! ¡Es importante!
Los dos se congelaron. Loki maldijo internamente.
—¿Es... Thor? —susurró ella, aún debajo de Loki, quien estaba con las sábanas por la cintura.
—¿Quién más vendría a irrumpir en nuestra paz sexual con tanto entusiasmo? —murmuró él, con una mezcla de fastidio y resignación—. Te juro que ese hombre tiene un radar para mis erecciones.
Ella soltó una carcajada ahogada.
—¿que? ¿Acaso te pasaba mucho con las doncellas en Asgard? —preguntó con picardía disfrazada de celos.
— ¿celosa?
Ella se carcajeo.
—claro que no, solo es curioso que menciones que tu hermano puede sentir cada vez que se te para.
—¡Loki! ¡Estoy hablando en serio! ¡Abre antes de que use el martillo!
Loki rodó los ojos.
—es un fastidio con músculos —masculló Loki—. Ahora que te tengo donde quiero, llega Thor con su martillo gigante a estorbar.
Ella levantó una ceja, burlona.
—¿Celoso de su martillo?
—No necesito un martillo para dejarte sin aliento, querida.
Ella le dio un manotazo en el brazo entre risas, pero él no se movió. Al contrario, bajó su mano por su abdomen con intenciones muy poco decorosas.
—¿Qué estás haciendo?
—Distrayéndote —susurró, besando sus pechos—. Para que no sientas tanta vergüenza cuando lo salude.
—¡Loki!
La puerta se abrió de golpe. Thor entró sin mirar demasiado... al principio.
—¡Hermano! ¡Esto es serio, no es momento para—!
Instintivamente ____ agarró una almohada para cubrirse el pecho con ella.
Thor se quedó congelado al ver la escena: sábanas apenas cubriéndolos, ella roja como un tomate, y Loki completamente relajado encima de ella, mirándolo como si lo estuviera esperando con una copa de vino.
—Hola, Thor —dijo con fingida cortesía—. Qué grato verte. ¿Qué tal tu mañana?
—Por el trueno... —susurró Thor, dándose vuelta—. ¿ porque tienen que estar en esa... postura infernal?
—Es nuestra forma de darte la bienvenida —replicó Loki—. Aunque si me das cinco minutos más, te doy un saludo más escandaloso.
Ella lo golpeó en el brazo aún avergonzada.
—¡Por favor! —protestó Thor, tapándose la cara—. ¡Ya vi más de ti de lo que vi en mil batallas, Loki!
—Lo dices como si fuera algo negativo.
_____ intentaba no reírse, escondiendo el rostro entre las almohadas mientras Loki la acariciaba discretamente bajo la sábana, como si nada.
—Thor... ¿para qué viniste? —preguntó ella, con voz apenas controlada.
—Necesito hablar con Loki.
Loki suspiró dramáticamente.
—¿No puede esperar? Estoy justo en medio de una reunión muy íntima.
—No. No puede esperar. Es sobre el favor que me pediste ayer.
Eso sí llamó la atención de Loki, aunque no lo suficiente como para dejar de pasar la mano por el muslo de _____, quien lo fulminó con la mirada.
—¿Podrías... no... mientras Thor está aquí?
—Estoy multitasking —dijo él, sin vergüenza—. Y la energía sexual ayuda a la concentración.
Thor bufó desde el pasillo.
—¡te espero en la sala! ¡Y ya vístanse, por todos los rayos!
Thor salió cerrando la puerta con un portazo. El silencio volvió por un segundo.
Loki se giró hacia ella con una expresión pensativa.
—¿Sabes? Me dan ganas de gritar "¡por los truenos!" cada vez que me haces eso con la lengua.
Ella soltó una carcajada, tumbándolo a su lado.
—Tienes cinco minutos para vestirte... y dos para quitarme las ganas de seguir.
—Entonces será mejor que me apresure. Aunque si vamos a ser interrumpidos otra vez, tal vez deberíamos llevar el espectáculo a la sala.
—¿Dónde todos puedan verte rendido a mis pies? —mencionó levantándose y cubriéndose con la camisa de Loki que yacía en el suelo.
—No sería la primera vez que ven a un dios rogar —dijo él, acercándose por detrás de ella jalándola a la camas mientras arrastraba los labios por su cuello—. Pero sería la primera vez que disfruta tanto haciéndolo.
Ella lo empujó, riendo.
—Vamos, Odinson Lo molesto sacando una mirada de fastidio de su rostro—Vístete. O juro que haré que Thor entre otra vez solo para verte correr con una sábana.
—¿Y perder esta vista? Jamás.
Ella solo rio y se levantó para irse de camino hasta el baño. El sonido del agua corriendo llenó la habitación.
Loki se levantó de la cama aún medio desvestido, murmurando algo en nórdico antiguo mientras deslizaba la yema de los dedos por el marco del baño. Las runas se encendieron de forma casi imperceptible, ocultas a la vista de cualquiera que no supiera exactamente qué buscar.
—¿Ya estás conjurando cosas en mis puertas? —preguntó ella desde dentro, sin notar nada extraño.
—Solo un refuerzo. No queremos que alguien irrumpa mientras estás... en proceso de vestirte —respondió Loki con una sonrisa que no inspiraba confianza alguna.
—Claro... protección mágica. Suena perfectamente razonable viniendo de ti.
—¿Verdad que sí?
Thor resopló desde la entrada de la habitacion, brazos cruzados y cara de mármol.
—¿Terminaste de hacer encantamientos eróticos, o ya podemos hacer lo que me pediste?
—Por favor —dijo Loki, pasando junto a él con elegancia desganada—. Si tuviera intenciones eróticas ahora, tú seguirías afuera llorando por tu pureza visual.
—No lloré —masculló Thor detrás de él mientras lo seguía por el pasillo—. Solo... pedí respeto por mis ojos inocentes.
—¿Tus ojos son inocentes? Después de lo que vi que hiciste con esa cantante en Alfheim...
—¡Eso fue una ceremonia sagrada!
—Ajá. En la que los altares crujían.
Thor lo empujó por el hombro con un gruñido, pero Loki ya estaba revisando mentalmente los rincones oscuros de la torre. Sus dedos se movían como si sintieran la energía del grimorio en el aire.
—Tiene que estar aquí. Lo sé. Lo dejó... lo dejó cerca de ella. Lo siente cuando duerme. —murmuró con seriedad, por primera vez sin burla en la voz.
—Por eso hay que sacarlo de su alcance. Está afectando su mente —dijo Thor, más bajo ahora—. El libro susurra, Loki. Lo escuché cuando lo toqué la primera vez. Eso No es normal.
—Nada que provenga del Darkhold lo es, eres un idiota como se te ocurrio darselo —murmuró Loki—. Es magia del caos... antigua, corrupta. Y ella ya tiene suficiente oscuridad propia.
El rubio rasco su nuca con perceptible culpa.
Loki desde hace tiempo tenía planeado deshacerse del dark hold, solo que no se le había presentado la oportunidad. Sentía que en cualquier momento ella podía empeorar y sacar una versión de ella que no traería nada bueno para nadie.
No quería hacerlo a sus espaldas, pero había visto como cuando alguien quería acercarse o lo mencionaba ella simplemente cambiaba totalmente.
—¿La encerraste bien?
—Obviamente. No puede salir de ese baño a menos que yo lo quiera.
—Eso suena aterrador y perturbador —comentó Thor, arqueando una ceja.
—No más que tus intentos de humor en la cena de Navidad —le devolvió Loki sin mirarlo.
Caminaron por la Torre, pasando la sala de entrenamiento, el salón de danza, el taller de Tony, incluso la despensa (que Loki registró "por si acaso el libro se escondía en un saco de avena embrujada"). Finalmente, en una sección olvidada de los laboratorios subterráneos, Loki se detuvo.
—Aquí.
Thor miró alrededor.
—¿Aquí qué?
—Aquí debe estar. El rastro mágico... lo llevó a la habitación. Pero viene desde este lugar.
Loki extendió la mano y murmuró un encantamiento en élfico oscuro. Un compartimento se abrió, revelando el siniestro libro envuelto en un tejido de energía arcana fluctuante. Thor dio un paso atrás.
—Odio ese libro.
—Yo también. Pero no tanto como odio la idea de que ella lo abra de nuevo mientras duerme y pierda lo poco de sí que le queda.
— ¿lo hizo anoche?
Loki lo volteó a mirar de manera irónica alzando una ceja.
—claro, me imagino que no durmieron... Por lo menos mis consejos te ayudaron.
— no dormimos mucho, pero balbuceo cosas y me preocupó que casi le prende fuego a la cortina de la habitación.
— carajo, ¿Y qué haremos con él?
—Lo esconderé. En un plano que ni Heimdall podría ver si se lo gritaran al oído.
—Perfecto. Porque si se entera, probablemente quiera usarlo de posavasos solo para molestar.
—admitiré que Heimdall tiene estilo. Tú apenas tienes una toalla.
Thor lo ignoró.
—¿Y qué le diremos a ella cuando salga del baño?
—Oh, ya improvisaré algo convincente —dijo Loki mientras cerraba el compartimento con un nuevo encantamiento.
—Como que lo usaste como combustible para una cita romántica —gruñó Thor—. Por cierto, deberías considerar abotonarte bien la camisa.
—¿Tienes idea de cuántas cosas puedo lograr sin camisa?
—Sí. Por desgracia, sí.
Ambos se alejaron y fueron de camino hasta el ascensor. el peso del Darkhold en el ambiente se sentía y la inevitable tormenta que los esperaba cuando _____ se diera cuenta de que estaba mágicamente encerrada en un baño.
—¿Loki? —la voz de _____ sonó desde el otro lado de la puerta, mezcla de fastidio y desconcierto.
Había terminado de vestirse—más o menos—y al intentar abrir la puerta, se encontró con... nada. Literalmente. La manija no se movía. Ni un centímetro.
—¿Qué diablos...?
Probó de nuevo. Esta vez con más fuerza. Luego, intentando un hechizo leve. Nada. La magia rebotó como si hubiera lanzado un hechizo contra un espejo.
—¡cuernitos, esto no es divertido!
Siguió intentando abrirla, pero no había nada ni un ruido del otro lado.
La sensación era inconfundible. Una vibración, un murmullo en los bordes de su mente, como si su conciencia se sacudiera. Lo sintió de nuevo. El Darkhold estaba cerca. Tan cerca que su nombre parecía susurrado por el vapor del agua.
—No... —susurró, palideciendo un poco. Dio un paso atrás, miró a su alrededor. La habitación era normal, pero el aire... algo vibraba. Algo estaba sellado. Por fuera.
—¡LOKI! —gritó esta vez, ahora con más enojo que sorpresa—. ¡LOKI LA PUTA MADRE, ÁBREME LA PUERTA!
Silencio.
—Te juro que si estás haciendo esto por "protección mágica", te voy a conjurar tres maldiciones distintas cuando salga de aquí —murmuró, apretando los dientes.
Ya en la sala principal de la torre.
—No puedo creer que haya funcionado —murmuró con autosatisfacción al ver el libro envuelto en varios encantamientos que parecían ser impenetrables.
—La parte de encerrar a tu mujer sin que se dé cuenta o la de usar un baño como trampa mágica?
—Ambas. Fue elegante. Poco ortodoxo. Muy yo.
—Fue demente.
—Gracias.
Pero la voz de _____ resonó en su cabeza.
—¡LOKI LAUFEYSON, ÁBREME LA PUERTA! ¡SÉ QUE ESTÁS AHÍ!
—¿Lo escuchaste? —preguntó Thor, mirando hacia arriba.
Un sutil grito reverberó por el piso saliendo de la habitacion. A pesar de todo, Loki sonrió nervioso.
—carajo...
—Te va a arrancar la lengua, hermano.
—Lo dudo. Esa parte de mí le resulta bastante útil últimamente.
Thor soltó un gruñido.
—Estás enfermo.
—Tú también, solo que con menos estilo.
— hablando en serio ¿A donde lo piensas mandar?
— Bueno... tengo entendido que en midgar hay guardianes o hechiceros —dijo mientras dirigía a thor por uno de los pasillos—.La idea es que lo lleves a donde están.
—¿No debería haber un lugar más... seguro? ¿Como una dimensión lejana o algo así? —preguntó Thor.
—Lo intentamos. ¿Recuerdas cuando lo dejamos en la bóveda encantada de madre?
—¿Y la explosión?
—Ajá. Y la invasión de cuervos demoníacos.
—Ah, cierto. Ese martes fue raro. Aunque eso fue apenas cuando mamá lo protegió.
Loki resopló, deteniéndose frente al taller de Tony. Tomó varios materiales cercanos y los ubicó encima de la gran mesa en donde habían planos de varios inventos de Tony. Loki los tiró al suelo como si no fueran tan importantes como lo que tenía que hacer, armó con medida y magia una caja de plomo reforzado con símbolos y runas.
—Aquí estará mejor. Por los nueve reinos... —susurró, tomando la caja —. Esta cosa ha estado susurrando de nuevo.
—¿Qué dice?
Loki sonrió con ironía.
—nada fuera de lo normal, cosas dulces. "Ábreme. Devora mi poder. Ella está destinada". Lo normal en un objeto maldito que quiere manipular la mente de ______.
Thor se cruzó de brazos.
—¿Sabes? Yo prefería cuando tus relaciones eran tóxicas por ti, no por libros arcanos.
—Mira quién habla, el experto en traer extraterrestres con issues emocionales. Te recuerdo que tú fuiste quien le dio la idea de usar esta cosa —replicó Loki, dándole una mirada de molestia con elegancia.
—Touché.
Thor tomó la caja y empezaron a caminar de regreso, con el libro ahora dentro de una prisión portátil de runas flotantes.
—¿Y qué haras cuando te lo reclame?
—La encantaré con otra cosa.
Thor arqueó una ceja.
—¿Algo mágico?
—Algo físico.
—¡Por Odín, Loki!
—¿Qué? A ti te funciona hacerle ojitos a Jane con tu martillo. Yo uso lo que tengo.
Mientras tanto _____ golpeaba el campo de energía con la palma.
—¡Sé que están diciendo tonterías sobre mí! ¡LOKI, SÉ QUE TE ESTÁS BURLANDO!
Él sonrió en silencio al escuchar su voz resonar en su mente. Había puesto un encantamiento de eco solo para oírla. Porque sí, era un dios... pero uno obsesionado.
—Sí, definitivamente me quiere —dijo Loki con tono encantado.
—O quiere matarte.
—Ambas cosas pueden coexistir, hermano.
—a veces me preocupa su relación.
Un estruendo delante de ellos llamó la atención de los dos dioses, los pequeños pasos de ____ resonaron entre las paredes y la alfombra con notable molestia. Rápidamente Loki ocultó la caja con un encantamiento entregándosela a Thor y la duplicó en sus propias manos.
Ella se asomó descalza, desordenada y con los ojos completamente abiertos de energía.
—¿Lo tienen? —preguntó con voz entrecortada.
Loki levantó la caja flotante falsa y dio un paso atrás.
—Lo tenemos. Pero no lo vas a tocar.
Ella intentó avanzar. La runa restante la detuvo con un bzzzt invisible que la hizo gruñir.
—¿ENCIMA de todo esto, sigues jugando con mis nervios?
—Estoy protegiéndote. Esto te está corrompiendo _____.
—¡Lo necesito!
—¡No! —tronó Loki, por primera vez con firmeza total—. No necesitas ese libro. Me tienes a mí. Y... a Thor, por alguna extraña razón.
—yo solo Estoy aquí por los chistes —interrumpió Thor, alzando la mano.
_____ respiró agitada. Estaba al borde. Su energía mágica vibraba en el aire como una tormenta eléctrica sin forma. Loki se acercó con cuidado, sin bajar la guardia.
—Sé lo que el libro susurra. Y sé lo que hace contigo. No voy a dejar que te trague ya pasaste mucho tiempo con él y lo único que ha hecho es cambiarte.
Ella tembló. Los ojos brillando.
—No confío en ti...
—Mentira. —Él se inclinó cerca de su rostro y miró sus ojos que trataban de luchar entre ella y su otra personalidad—. Confías tanto que te dejaste encerrar sin darte cuenta. Cosa que, por cierto, me excita un poco.
Ella apretó los dientes con molestia y Thor suspiró.
—Voy a esperar por allá. Ustedes necesitan un hechizo... o una ducha fría.
—Gracias, hermano —dijo Loki, sin apartar los ojos de ella.
Cuando Thor se alejó, Loki levantó la mano, y la caja con el Darkhold se desvaneció lentamente en una grieta brillante.
—¡No! ¿Dónde lo escondiste? —preguntó ella, jadeante y desesperada.
—Lejos. Muy, muy lejos. Lo suficiente para que ni tú puedas rastrearlo.
Ella entrecerró los ojos.
Hubo un Silencio.
—¡¿DÓNDE?!
Loki ladeó la cabeza y murmuró, con una voz baja que sólo ella oyó:
—En un lugar donde sólo podrías encontrarlo si yo te desnudara muy, muy despacio.
Ella lo miró con incredulidad. estaba demasiado molesta como para caer en esos juegos.
—No tienes idea de lo mucho que quiero darte una patada ahora mismo.
—No más que yo deseo que lo hagas con esos shorts. Técnicamente, cuenta como preliminar.
Thor levantó las manos y salió de la habitación murmurando:
—No. Me rehúso. Me voy a hablar con Jarvis. O con una planta. Algo con menos tensión sexual.
Cuando se fue, _____ miró a Loki con los labios fruncidos.
—No te perdono.
—Mentira —susurró él, acercándose—. Me vas a perdonar. Y luego me vas a gritar. Y después... me vas a besar como si todavía quisieras matarme.
Loki le sonrió con esa maldita sonrisa que normalmente la derretía. Pero no esta vez.
Ella no respondió. Ni una sonrisa. Ni una mirada juguetona. Solo silencio. Frío, distante. Una línea tensa se dibujaba en su mandíbula, y cuando sus ojos se encontraron, no había brillo de complicidad. Solo oscuridad, como esa que la tomaba en cuanto tenía la oportunidad.
—No es gracioso, Loki.
Él parpadeó entendiendo que no cedería ante sus bromas.
—Ya... lo sé. Solo intento que no te quemes viva con esa rabia. O que quemes la Torre.
—¡Me encerraste como si fuera un problema! ¡Me trataste como una bomba en lugar de confiar en mí!
—Te estaba protegiendo —replicó, ya sin humor, con un dejo de urgencia—. El libro sigue marcándote, incluso cuando no lo tocas. No reaccionas como tú misma... no se aveces con quien estoy hablando.
—¡Aún así no tenías derecho!
Ella lo miró con los ojos húmedos de frustración, y eso fue peor que cualquier grito. Peor que cualquier insulto.
—No soy tu prisionera. Ni un proyecto asgardiano. Pensé que... confiabas en mí.
—Y lo hago —respondió él, casi en un susurro—. Pero no confío en eso. Llevas meses mal por esta cosa
— ¡yo te salve la vida con esa cosa!
Se hizo un silencio cortante.
Loki alzó la mano lentamente, revelando el Darkhold. El verdadero. Aún envuelto en sellos rúnicos, aún vibrando con una energía oscura que parecía pulsar con cada respiración de ____.
Ella lo miró... y dio un paso hacia él.
El aura del libro se agitó. Sus pupilas se dilataron levemente, y Loki lo sintió: esa conexión involuntaria, ese gancho invisible que lo llamaba desde ella.
—Lo sientes, ¿verdad?
Ella no respondió, pero no necesitaba hacerlo. Sus dedos se crisparon a los costados del cuerpo. Su piel tenía un leve temblor. Como una marioneta tironeada por un hilo maldito.
—Es por eso que lo hice —dijo Loki, bajando la voz, ya sin rastro de sarcasmo—. No por desconfianza... sino porque esto te está matando, y tú ni siquiera lo notas.
Ella retrocedió, como si sus palabras dolieran más que la magia misma.
—No me hagas esto —susurró, con la voz quebrada—. No me trates como una cosa rota, Loki.
—No lo haría preciosa—respondió él, dando un paso hacia ella—. Pero si no te detengo... este libro va a convertirte en algo que no eres. Y yo no pienso perderte de esa forma.
Ella iba a replicar. Se lo notaba en el pecho agitado, en la lengua contra los dientes, en la rabia que aún quería escupir. Pero Loki fue más rápido.
Sus dedos se elevaron, trazando un gesto suave en el aire mientras murmuraba:
—Somnum lenis. Dormi pacifice.
Ella frunció el ceño.
—¿Qué... estás... hacie—
Sus palabras se disolvieron en un suspiro.
Como si el peso de su furia y la carga del Darkhold se esfumaran al mismo tiempo, sus piernas cedieron. Loki la atrapó antes de que tocara el suelo, con una ternura que contrastaba con lo que acababa de hacer.
—Lo siento —susurró él, sosteniéndola contra su pecho—. Pero prefiero que me odies despierta... a que te consumas dormida.
Minutos después Loki dejó a _____ recostada sobre la cama de su habitación , rodeado de runas de protección. Su respiración era lenta. Tranquila.
—¿Funcionó? —preguntó Thor desde la puerta, más serio de lo habitual.
—Por ahora. Tiene unos minutos. Solo necesito que te lleves esto —respondió Loki, alzando el Darkhold con una mirada decidida—. Y esta vez... no dejes rastro, te daré las indicaciones de dónde debes dejarlo.
—Hermano —dijo Thor, dando un paso—. Cuando despierte y descubra lo que hiciste...
—Lo sé —respondió Loki—. Me va a odiar.
Guardó silencio, y luego, con una tristeza apenas perceptible, añadió:
—Pero estará viva. Y seguirá siendo ella.
Y con eso, hizo desaparecer en un destello verde al rubio, llevándose el Darkhold a un lugar que ni los dioses podrían encontrar.
✩。:•.───── ❁7.6k words❁ ─────.•:。✩
Sinceramente no hay mejor combinación que el sexo, el drama y Loki
bueno, espero que les haya gustado este capítulo. Los estoy haciendo cada vez más largos cosa que no se si les guste pero jaja ¿les gusta o los hago más cortos?
tengo mucho en mente. Pero bueno, Sin más. Nos vemos la próxima semana con otro capítulo
!Les amooo!
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