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—Insisto en que es mucho mejor tener una cita que enviar un mensaje de texto —dijo Natasha, esquivando con agilidad una patada dirigida a su abdomen.

—Estoy segura... —gruñó la pelinegra, lanzando otro ataque— de que no quiere verme ni en pintura.

—Tiene sus motivos. Te dije que debiste contarle antes de que todo esto sucediera.

—No creo que seas la persona más indicada para opinar sobre eso —se agachó, intentando un barrido con la pierna.

—Pensé que eso ya estaba superado —replicó Natasha, haciendo una pausa y cruzándose de brazos.

____ bufó al notar la mirada de desaprobación que le lanzó la espía.

—Está bien. Es una excusa estúpida.

—Al menos lo reconoces —se burló la pelirroja justo antes de contraatacar con un rápido movimiento que derribó a la chica, quien cayó al suelo con un quejido.

—Siento que esto es un ataque personal... ¿me equivoco?

—Nadie te está atacando —respondió Natasha con una media sonrisa, extendiéndole la mano para ayudarla a ponerse de pie—. No es eso, revoltosa. Es solo que manejaste todo de forma tan... incorrecta, que honestamente no creo que un simple mensaje lo arregle.

—No sé cómo debería interpretar esto, Romanoff... —musitó ____ mientras aceptaba la ayuda a regañadientes—. He estado haciéndolo todo mal.

—Entonces es momento de empezar a hacerlo bien.

____ negó con la cabeza, forzando una sonrisa. Hablar de esto con Natasha siempre era incómodo.

—Bien. Cambiando de tema...

—No vamos a hablar de eso, Stark —le dio la espalda.

—¿Y ahora qué? Pensé que seguirías buscándolo...

—Creo que hay cosas que deben quedarse en el pasado —respondió la espía, tomando su botella de agua y bebiendo con tranquilidad.

—No lo entiendo. Estabas decidida a encontrarlo. ¿Qué pasó?

A veces, la insistencia de ____ resultaba molesta para Natasha, pero intentaba no cerrarse por completo.

—Es algo que pasó hace años. No tiene sentido seguir revolviendo lo mismo, ¿de acuerdo?

____ no se tomó muy en serio esa actitud. Sabía que algo había pasado. Conocía a Natasha demasiado bien para creerle del todo. Pero prefirió dejar el tema por el momento.

Concluyeron el entrenamiento en silencio, sintiendo un cambio sutil en el ambiente. Lo mejor era descansar.

Mientras caminaba por el pasillo hacia su habitación, ____ repasaba en su mente las palabras de Natasha. Tal vez tenía razón. Tal vez había cosas que simplemente debía enfrentar. Pero en el fondo, seguía sintiéndose rota, cargando con una culpa que no sabía cómo manejar.

Una vez en su cuarto, comenzó a buscar ropa para cambiarse después de la ducha. Sin embargo, algo la detuvo. Una sombra familiar en el rincón del escritorio atrajo su atención.

Se acercó a su escritorio y abrió un cajón, recordando un regalo que había recibido del chico que ya no quería saber nada de ella.

Se sintió decepcionada consigo misma por todas las mentiras que había dicho. Levantó la vista, abrumada por pensamientos contradictorios sin saber qué hacer con todo lo que estaba ocurriendo. Hasta que sus ojos se posaron en un rincón que le recordaba otro hecho que intentaba olvidar.

Cosas que aunque no quisiera estaban todabia ligadas a ella. Pero el darse cuenta de que no podía siempre ocultar la verdad y mucho menos tratar de ignorar unos sentimientos la hacían replantear todo lo que había pasado y con ello, todo lo que había hecho.

Agarro aquella carta la cual estaba un poco llena de polvo, repaso con sus dedos aquel sobre entintado con la letra de Loki y su nombre en el. Busco en su escritorio el abre-cartas para luego tomarlo y acercarlo hasta aquel sobre de fino papel para abrirlo.

Con cuidado de no maltratar el delicado papel, rasgo una abertura en este pero aún que quisiera tomar un momento de todo para poder por fin dejar de evitar aquel acercamiento que Loki había tratado de tener con ella en el tiempo que pasó el problema en Asgard.

Louise.

Hoy, mientras enfrento la oscuridad que me consume, te escribo con un corazón lleno de amargura y desesperación. La traición que hemos sufrido a manos de Odin es más dolorosa de lo que puedo soportar. Fui testigo impotente de cómo te emboscaron, cómo nuestras vidas fueron manipuladas por las ilusiones y las mentiras crueles que él te hizo creer.

Odin, el maestro de la decepción y la manipulación. Te arrebató de mis brazos al sembrar semillas de duda y falsedad en tu mente. Me duele pensar en cómo cayeron tus lágrimas al "descubrir"que todo era una farsa, una construcción cruel de ilusiones destinadas a separarnos. Odio a Odin con cada fibra de mi ser, y deseo que sufra el mismo tormento que nos ha causado.

Y luego está Thor, mi hermano, a quien culpo por no haber estado a tu lado para protegerte. Su negligencia e ingenuidad permitieron que Odin tejiera su red de engaños y nos separara. La rabia que siento hacia él se mezcla con el dolor de nuestra última discusión, cuando nuestras palabras cargadas de amargura llenaron el aire. No puedo dejar de lamentar ese momento, cuando olvidamos el amor que nos unía y nos sumergimos en el abismo de la desconfianza.

Pero, sobre todo, me culpo a mí mismo. Me encerraron en una celda por mis propios crímenes, dejándote desprotegida y vulnerable a las garras de mi supuesto padre. La culpa y la desesperación me consumen día tras día, sumergiéndome en una profunda depresión y un deseo de muerte que me persigue sin descanso. Si tan solo hubiera sido más fuerte, si tan solo hubiera podido protegerte de las maquinaciones de aquellos que nos rodean.

Mi amada, te pido perdón por haber iniciado todo con engaños, aunque al final cayera profundamente enamorado de ti. Fui egoísta y mi amor por ti surgió en medio de la traición. Lamento que nuestras últimas palabras hayan sido de dolor y desesperanza. Si pudiera volver atrás, cambiaría cada instante, cada palabra, para asegurarme de que supieras lo mucho que te amo y cuánto lamento el daño que te he causado.

La tristeza se ha convertido en mi compañera constante, y la idea de vivir sin ti es insoportable. No encuentro consuelo ni esperanza en este mundo oscuro y retorcido. Solo anhelo la liberación, el poder reunirme contigo en el más allá donde el sufrimiento ya no tenga lugar. Que nuestras almas encuentren la paz y la redención que nos han sido arrebatadas.

Con el más profundo dolor y un deseo de reunirnos en la eternidad.

Loki

¿Podría explicar lo que aquello la
Hacia sentír? No. No podía explicar del todo lo que sentía. Su corazón parecía arrugarse al releer cada línea.

Jamás habría imaginado que él fuera capaz de expresar algo así. No con esa honestidad. Y mucho menos hacia ella... o, mejor dicho, hacia la versión de ella que ya estaba "muerta".

Era difícil confiar. Difícil no ilusionarse. Difícil no pensar que, quizás, solo eran palabras... y él, después de todo, era el dios del engaño.

Aun así, esas palabras habían plantado una semilla en su interior. Una que no podía arrancarse.

—Señorita Stark, era para recordarle que en una hora tiene el evento con su antigua academia de ballet —avisó Jarvis con su tono habitual.

____ soltó un suspiro cargado de peso. No tenía tiempo para pensar en sentimientos. Dejó la carta y el sobre sobre el escritorio con sumo cuidado.

—Recuérdale a Loki que también debe arreglarse.

—Le informaré al señor Laufeyson.

—Gracias...

El agua caliente de la ducha le recorría el cuerpo, pero no lograba calmar su mente. Los pensamientos la perseguían sin tregua.

No era solo culpa. Era miedo. Era el caos que la invadía cuando pensaba en el Darkhold. Desde que lo usó, su mente había empezado a fragmentarse. A veces, perdía el control. Y lo sabía. Lo sentía.

Cada vez que cerraba los ojos, sentía la oscuridad susurrándole al oído.

Estaba pagando por haberlo tocado. Por haber confiado en ese poder. Por su pierna... por Loki. Ese libro le dio la capacidad de reparar cualquier cosa. Pero se estaba cobrando un precio que ya no sabía si podía seguir pagando: su paz.

Al salir del baño, se envolvió en una toalla suave y caminó descalza hacia el vestidor iluminado tenuemente por una lámpara de pie. Revisó varios vestidos uno por uno, pasando sus dedos por las telas hasta encontrar el indicado: un vestido de terciopelo negro de Dior que caía justo por debajo de las rodillas, con un escote sutil en forma de corazón y espalda descubierta. Lo combinó con unos elegantes tacones Jimmy Choo y un delicado juego de joyería de oro blanco, destacando un collar Cartier adornado con pequeños cristales que brillaban como estrellas bajo la luz.

Se maquilló con tonos suaves, acentuando sus labios en un tono cereza apagado, y dejó su cabello suelto, adornado con un broche de plumas blancas y pequeños detalles en cristal, evocando el tema de la velada: El lago de los cisnes. Se roció un poco de su perfume favorito detrás de las orejas y en las muñecas. Tras unos retoques más frente al espejo, se miró con cierta nostalgia. Sonrió, pero aquella sonrisa se desvaneció pronto, consumida por la imagen de la incertidumbre reflejada en sus propios ojos.

Decidió no pensar demasiado. Se colocó su abrigo largo de lana y caminó con decisión hacia la habitación de Loki. Tocó tres veces antes de escuchar su voz, invitándola a pasar.

—Espero que no tardes mucho... ya casi es hora de irnos —dijo, cruzando los brazos.

Y entonces lo vio. Apenas terminaba de abotonarse la camisa blanca. Faltaban unos botones en el pecho, dejando a la vista parte de su torso bien definido y una cicatriz que ella conocía demasiado bien. El traje oscuro lo hacía ver elegante, impecable... pero esa elegancia era apenas la punta del iceberg de lo que él provocaba en ella.

Él también la observó en silencio. El vestido, el broche, los labios pintados con sutileza. Todo en ella era sencillamente deslumbrante. Aunque intentó ocultarlo, sus pensamientos se agitaron.

—Creí que ya estabas listo... esperaré afuera.

Estaba por detenerla, pero ella fue más rápida. Salió de la habitación sin añadir nada más. Él solo pudo quedarse allí, con las palabras atrapadas entre los dientes y el pecho agitado.

_____ se sentó en uno de los sofás individuales del salón y miró su teléfono móvil. Había algo que no podía sacarse de la cabeza, una duda que zumbaba como mosca. Mejor escribirlo de una vez. Tomó el mensaje que tenía escrito a medias y dejó que los dedos volaran por la pantalla. Fue directa, sin adornos. Se concentró tanto que dio un pequeño brinco cuando Loki apareció repentinamente frente a ella.

— ¿Es tan importante el evento de esta noche?

—Bueno, tiene un significado sentimental para mí... así que lo es —respondió poniéndose de pie, entregándole su abrigo al dios.

—En ese caso, mi curiosidad se ha multiplicado —dijo mientras lo recibía con una leve reverencia burlona.

—Eres tan curioso como un gato —rió por lo bajo.

—Solo me intrigan esos eventos "trascendentales" que tienen los Midgardianos.

—Estoy segura de que te gustará.

Caminaron hacia el pasillo que daba a la salida, sus pasos resonando sobre el mármol. Tomaron el ascensor hasta el garaje.

—¿Sabes conducir? —preguntó ella con una ceja arqueada mientras sacaba las llaves del abrigo.

Las puertas del ascensor se abrieron al nivel del parking.

—No tengo—

—Por favor, Loki. Sabes perfectamente cómo manejar cada aparato de la torre —le lanzó las llaves y él las atrapó sin esfuerzo en el aire.

La miró con expresión divertida, una sonrisa traviesa en los labios que delataba su creciente admiración.

—¿Qué? ¿Pensaste que nunca me daría cuenta? —dijo abriendo la puerta del copiloto.

Él negó con la cabeza, divertido. Ella era mucho más perspicaz de lo que esperaba. Y adoraba eso.

En el camino al recital, ambos intercambiaban miradas fugaces. El ambiente seguía siendo denso, cubierto por los residuos de discusiones pasadas. El silencio era sólo roto por las indicaciones de ella y la música de fondo en la radio.

—Parece que va a nevar toda la noche —comentó ella mientras miraba las primeras gotas blancas caer sobre el parabrisas.

El dios desvió un momento la vista para verla.

—¿Eso es algo malo?

—No realmente, pero deberíamos tener más cuidado al volver.

—Vas conmigo, preciosa. Llegaremos bien —afirmó con una confianza peligrosa sin apartar sus ojos de ella.

_____ rió un poco, pero su atención volvió al camino, sus ojos se agrandaron.

—¡LOKI, FRENA!

El auto frenó bruscamente. Justo a tiempo. El semáforo se había puesto en rojo y los autos de la otra vía ya empezaban a cruzar.

—Pues ir "bien" contigo no lo creo ahora mismo —lo miró, aún nerviosa—. ¿Seguro que quieres seguir conduciendo?

—Claro que sí, solo fue un pequeño momento de distracción —dijo apretando el volante.

—Ese pequeño momento casi me cuesta mi auto clásico... y nuestras vidas.

El dios apretó la mandíbula, manteniendo la vista al frente. No quería discutir. Su silencio era estoico por fuera, pero por dentro ya le había dado al menos tres discursos dramáticos al volante, uno de ellos con efectos especiales y orquesta de fondo. "Perfecto, otra noche mágica llena de tensión y casi atropellos", pensó con ironía. "Definitivamente la experiencia terrenal que me prometieron." Sabía que había cometido un error.

Después de unos minutos llegaron finalmente al valet parking de la academia donde _____ había estudiado tantos años. Una larga hilera de autos lujosos y luces deslumbrantes decoraban la entrada.

Los ojos de _____ se iluminaron al ver el edificio. Recordó sus años allí, los ensayos, las funciones, los sueños. Esta vez no sería ella sobre el escenario, sino una espectadora más entre el público. Una punzada de nostalgia le cruzó el pecho.

Cuando fue su turno, bajaron del auto. Pero ella recordó que no había considerado la apariencia de Loki. Antes de entrar, agitó su mano discretamente y le conjuró unos lentes y una barba.

—Supongo que esto ayudará a que pases desapercibido. No creo que muchos recuerden a un conquistador con barba y anteojos.

—Honestamente, siento que esto arruina por completo mi físico encantador, mi lady —exclamó en voz alta.

—Ya deja de decirme así. No estamos en Asgard.

—Lamento que te molesten mis formalidades. Supongo que prefieres las de aquel inepto que te gritaba y te hacía escándalos.

—¿Podemos no hablar de eso esta noche? —pidió ajustando su camisa.

—Bueno, eso parece ser lo que tú hubieras preferido.

—Pues apuesto a que si él fuera mi compañía no estaría haciendo tanto drama como tú ahora.

—¿Me estás llamando dramático? —la miró indignado, como si acabara de insultar su linaje.

—No, Loki, por supuesto que no. Estoy diciendo que si dramatizar fuera un deporte olímpico, tú tendrías más medallas que Thor martillos —respondió con una sonrisa dulce, aunque sus palabras destilaban veneno sarcástico—pero, Si la zapatilla te queda... —le dijo entregando las llaves al valet.

El dios apretó la mandíbula. Ella lo tomó del brazo y entraron al edificio.

El vestíbulo era un desfile de trajes finos y vestidos de gala. _____ y Loki no pasaron desapercibidos. Su nombre aún resonaba entre la élite del ballet.

—Pero qué están viendo mis ojos —dijo una mujer de cabello blanco.

_____ la reconoció de inmediato y le sonrió con cortesía.

—Señora Hermitage, qué gusto verla aquí...

—Puedo decir lo mismo de ti, preciosa —le dio un beso en cada mejilla—. ¿Y quién es este apuesto caballero con el que vienes?

—Ah... él es un amigo cercano a la familia —dijo nerviosa—. Su nombre es...

—Un gusto, Thomas —intervino Loki, tomando su mano para dejar un beso, con una sonrisa tan amplia que por poco parecía una amenaza disfrazada de cortesía. Sus ojos, sin embargo, se clavaron un segundo más de lo necesario en el rostro del hombre, y una vena le palpitó levemente en la sien, como si su ego estuviera sosteniéndose con alfileres dorados. "Perfecto, ahora soy el adorable acompañante con nombre falso mientras ella juega al club de fans de exalumnos", pensó con irritación apenas contenida.

—Por Dios, qué hombre tan encantador.

—Jajaja sí... —rió _____ entre dientes mirando desafiante a Loki—, Thom es alguien capaz de dejar a cualquiera sin aliento.

El dios la miró con una chispa peligrosa en los ojos, y ella suspiró. La noche apenas comenzaba.

—¿Y el joven Yung? —buscó entre la multitud con un gesto curioso y un tanto expectante—. Creí que vendrías con él.

—Le surgió un negocio de último minuto, por eso no pudo venir —justificó ella, tratando de ser lo más esquiva posible mientras desviaba la mirada.

—Ay, comprendo querida, ese muchacho siempre tan dedicado, tan trabajador...

—Sí... ya es algo normal en él —añadió con incomodidad, moviéndose levemente en su lugar. —Bueno, me alegro de haberla visto esta noch—

—Igualmente, preciosa, pero admitiré que esperaba verte a ti en el escenario —dijo la mujer con una sonrisa cargada de nostalgia y un poco de reproche.

Aquello solo hizo sentir como si le clavaran un puñal en el estómago a _____, y Loki notó esto de inmediato, así que sin decir palabra, solo la tomó por los hombros para sacarla de aquella situación antes de que se volviera más dolorosa.

Recorrieron un rato la recepción del lugar, mientras tomaban cada uno una copa de champán. Sin embargo, la pelinegra apenas si llegó a probar la suya. Los comentarios similares no tardaron en aparecer, uno tras otro, cuando personas que conocían a la joven se acercaban para charlar. Era como un eco constante del pasado que ella quería dejar atrás. Loki, atento a cada gesto, notaba cómo _____ se ponía más ansiosa y estresada de lo normal, con los hombros tensos y la mirada huidiza. Así que trataba de tomarla de la mano discretamente, dándole pequeños apretones para que supiera que estaba allí, que no tenía que cargar con todo sola. Por suerte, aquello fue justo lo que ella necesitaba.

No hablaron nada más con otros invitados después de un rato. Prefirieron entrar de una vez al auditorio, aunque estuvieran pocas personas adentro, buscando algo de paz en la penumbra.

—¿Te sientes bien? —preguntó Loki tratando de romper aquel silencio que tanto lo preocupaba por parte de la pelinegra. Había algo en su forma de moverse que lo inquietaba.

Ella solo asintió y acomodó su vestido planchándolo con sus manos de manera nerviosa.

—Son cosas que pasan, no tienes de qué preocuparte —le dio una mirada fugaz con una leve sonrisa. —Mejor, preocúpate por llamar mucho la atención. Me doy cuenta que con o sin ilusiones la llamas bastante a donde vayamos.

—No sé por qué esperas que logre pasar desapercibido en este lugar —comentó él, divertido.

—Y aquí viene el Loki que conozco...

—Y aun así, lo adoras. Aunque no quieras admitirlo —agregó con un guiño.

_____ solo viró los ojos ante aquel comentario, que a pesar de ser verdadero le causaba conflicto admitirlo aún. Era una mezcla extraña de verdad incómoda y caricia emocional.

Pasaron unos minutos más y el auditorio se terminó de llenar completamente. Las luces bajaron lentamente hasta quedar en tinieblas y el telón se abrió paso al primer acto de aquel espectáculo. Un murmullo de expectativa recorrió la sala.

Mientras tanto, _____ le iba explicando entre actos lo que significaba cada uno de ellos, con palabras suaves y llenas de conocimiento. Hasta que, eventualmente, se cansó tanto de estarle susurrando cada vez al oído, que se recostó en su hombro mientras seguía narrando cada detalle, como si nunca lo hubiera olvidado, como si estuviera contando un cuento que conocía desde su corazón.

Para Loki fue interesante, lo admitió. Pero lo que lo volvió más ameno fue el detalle de que, sin pedirle nada, _____ se había tomado la libertad de explicarle todo con lujo de detalle. Juraba que podría estarle prestando atención a todo lo que pasaba frente a él, pero únicamente le importaba aquel momento, en el que ella estaba con él, tan cerca, tanto que juraría que podía oír su corazón latir junto al suyo. Una sensación que no querría dejar de sentir nunca.

—Ahora, Odile ha logrado enamorar a Sigfrido y éste piensa que no es otra que Odette —explicó ella con voz baja.

—Vaya, la ilusión perfecta para romper el corazón de la dama de blanco —comentó Loki, con un tono sombrío.

—Sí... realmente es algo que la llega a lastimar demasiado. Más por el amor que ella sentía por él —dijo con tristeza.

Loki le dio una mirada mientras ella solo seguía ensimismada en la presentación, como si el pasado y el presente se hubieran fundido para ella.

—En esta parte, luego, Sigfrido se aproxima a Von Rotbart y pide la mano de Odile, y éste da inmediatamente su consentimiento —continuó ella con voz apagada.

La ambientación y sonido hicieron estremecer a las personas del lugar. Era un crescendo trágico que ponía la piel de gallina.

—¿Qué está pasando? —preguntó Loki, intrigado.

—Bueno, Odile y Rotbart cumplieron su cometido y ahora él debe casarse con Odile, la ilusión. Condenando a Odette y más aparte rompiéndole el corazón —explicó con amargura.

—O sea que su engaño funcionó.

—Para desgracia de ambos, sí —confirmó en un susurro, cerrando los ojos un instante.

_____ soltó un suspiro hondo, recordando el próximo acto, y el recuerdo de aquel lejano sueño volvió fugazmente a su memoria. Odiaba que sus pensamientos no la dejaran un rato, a pesar de que eran cosas que ya habían pasado hace bastante tiempo. El dios notó su cambio de respiración, notaba cómo su pecho subía y bajaba de manera más rápida y pesada, distinto a como estaba hace unos momentos.

La tomó de la mano de manera delicada y terminó de recostar su cabeza con la de ella, mientras acariciaba sus pequeños nudillos con la yema de su dedo pulgar. _____, ante aquella acción, se sintió acompañada, así como aquella vez en ese viaje con ellos dos en la misma cama. Agradecía inmensamente tenerlo a su lado; cada que él estaba apoyándola sentía mayor tranquilidad, aunque después empezara a sentirse culpable por hacer tantas cosas para lastimarse a ella y también a él.

Pero finalmente se dio cuenta de algo: aquello había sido solo una pesadilla; una en donde al despertar no estaba sola y sabía que nunca más lo estaría. Y no solo por Loki, sino también por su padre y Pepper y también Nat, incluso ella misma. Lo mejor que podía hacer era matar aquel fantasma que tanto la atormentaba. Y ese era su pasado.

—¿Qué pasa en esta parte? —preguntó finalmente con un tono suave Loki, inclinándose levemente para verla mejor.

Ella solo sonrió, sintiendo como si después de esto hubiera sentido una liberación que necesitaba. Una parte de ella que había estado encadenada finalmente se había roto.

Se vio reflejada en el papel del cisne, como había deseado por tanto tiempo, viendo cómo el destino había cambiado tanto: de ella estar dando vueltas y deslumbrando en el escenario a solo observarlo y darse cuenta de lo bello que era admirarlo desde aquel lugar. En otra instancia, seguiría arrepintiéndose por no poder lograr recuperar algo que ya había sido parte de su pasado. Pero ahora solo se dio cuenta de que si las cosas no hubieran pasado como lo hicieron, no estaría como lo estaba en ese instante.

Con Loki a su lado, disfrutando de aquello que alguna vez la llegó a hacer feliz como nunca. Y de una forma distinta, eso la hacía feliz otra vez.

Las explicaciones de la Stark fueron parando hasta que se quedaron ambos callados, terminando de ver el último acto en completo silencio. Pero era uno realmente agradable y lindo, tanto así que se quedaron en aquella posición cuando el telón se cerró finalizando la presentación.

Los aplausos los hicieron despertar de aquel momento, acomodándose en sus asientos mientras aplaudían de igual forma por lo que habían visto.

—¿Y qué te pareció? —preguntó ella.

—Terriblemente conmovedora, pero admito que fue de mi agrado —contestó con sinceridad.

_____ sonrió triunfante ante aquella respuesta. Había disfrutado su compañía como nunca. Era algo duro para ella volver a un lugar en el cual había estado desde que su vida cambió, y el hecho de ya no ser quien estaba en el escenario le hizo darse cuenta que su vida había dado un vuelco grande. Pero que ahora ya no sería para mal, sino que lo tomaría como algo mejor; una nueva etapa en donde ella sería diferente ante todo. Afrontando todos sus errores y problemas. Viéndose con ojos nuevos.

—Supongo que nos iremos ya ¿no? —preguntó el dios, dándole su brazo para que lo agarrara de gancho.

—Sí, ya es tarde, aunque honestamente tengo hambre —llevó una mano a su estómago que gruñó levemente.

Ambos se miraron y, al parecer, estaban tan conectados que ambos sabían lo que querían.

—¿Hamburguesas?

—Con esa cosa amarilla.

Una sonrisa se iluminó en la cara de la chica, amplia y sincera.

Y como si fueran dos adolescentes, salieron casi corriendo de aquel teatro, pasando en medio de todos los presentes con una energía renovada. La nieve seguía cayendo más fuerte, seguro habría tormenta en la madrugada. Bajaron las escaleras rápidamente, pero Loki bajó la velocidad para que ella no se fuera a caer por si había algún escalón con hielo.

Llegaron hasta el ballet y esperaron hasta que llegó el auto. Por razones de seguridad y ubicación, fue _____ quien manejó esta vez. Podrían describir que el momento estaba lleno de tanta serotonina que solo estaban enfocados en ellos dos, en esa burbuja que parecía impermeable a todo lo demás.

La música del radio ponía un ambiente ameno entre los dos, melodías suaves que parecían bailar con el motor encendido. El escenario parecía de una película de romance antigua. Como si dos amantes se hubieran escapado a escondidas de todo el mundo, acompañados por la nieve que era fiel testigo de lo que pasaba aquella noche. Una noche donde por fin todo parecía encajar, al menos por un instante perfecto.

La estéreo reproducía música en un volumen bajo, apenas lo suficiente para permitir que la conversación fluyera entre aquellos dos amantes bajo el manto blanco de la luna, cuyo reflejo danzaba suavemente sobre los cristales empañados del auto estacionado en una zona alejada. Afuera, la escarcha cubría el mundo, pero adentro el ambiente era cálido, íntimo, un pequeño refugio lejos del caos que los rodeaba siempre.

La calefacción era lo suficientemente cálida para mantener el auto en una temperatura cómoda para _____, quien llevaba un suéter de lana sobre su pijama, mientras que el Dios de las Mentiras solo reía ante los pequeños escalofríos que recorrían a la joven cada cierto tiempo.

—Eres bastante friolenta —se burló Loki, con una sonrisa arrogante dibujada en sus labios.

_____ apenas le pegó una patada en una de sus piernas, con el pie descalzo, mientras aún tenía la boca llena de comida rápida.

—Tengo suficiente con tu fría personalidad como para aguantar el frío de esta temporada —replicó con ironía.

—Creo que debería ofenderme con aquel comentario —respondió él con fingido dramatismo, adoptando por un breve momento un semblante serio.

Una carcajada conjunta se escapó de sus labios, resonando con libertad en el interior del vehículo como si fuera su pequeño mundo aparte.

—Me sorprende ese gusto tuyo por la comida rápida —comentó la peli negra mientras agarraba una de sus papitas y la llevaba a su boca con elegancia distraída.

Loki miró su hamburguesa ya casi terminada por un momento, como si meditara sobre su contenido, y soltó un suspiro que pareció más emocional que culinario.

—Son sabores exóticos, linda —dijo dándole un último mordisco y así terminándola—. Pero diré que nada será mejor que las que preparas para mí.

La chica solo soltó una risita breve, divertida.

—No las hago yo, las hace papá —aclaró sin dejar de sonreír.

—Creí que tú —dijo abriendo la boca ligeramente y pasando la lengua por la comisura de sus labios—. Se supone que soy yo quien engaña.

Ella solo negó con la cabeza mientras lo miraba, divertida.

—Este escenario nunca me lo llegué a plantear bien del todo —admitió en voz baja.

—Conmigo sabes que todo es impredecible —contestó Loki, cruzando los brazos.

—Contigo todo es un caos, Loki —dijo ella con una mezcla de reproche y ternura. El Dios la miró, cambiando su expresión a una más seria—. Y de alguna manera bizarra, me gusta.

—¿Y crees que eso es malo? —preguntó con la voz más baja, casi un susurro.

—Tal vez; me explotó una máquina en la cara, tuve una gema del infinito dentro de mí, una flecha me atravesó y casi me mata —dijo en tono casual mientras daba un sorbo a su malteada mirando la ventana detrás de Loki—. ¿Habrá algo malo en todo eso?

—Soy un imán para las desgracias —sonrió melancólicamente observando el papel arrugado de su hamburguesa.

—Es lo que te hace tan interesante, ¿sabes? —comentó con dulzura—. Pasan tantas cosas contigo que simplemente se podría escribir un libro de tus propias vivencias y sé que sería todo un éxito, lleno de aventuras, de errores y de decisiones que nos arrastran a lugares impensados.

—Sería uno lleno de fracasos... —murmuró con tristeza.

_____ notó la amargura en sus palabras, y lo entendía. Se sentía aún de esa manera aunque ya lo estuviera superando poco a poco, lentamente, como quien escala un abismo al que cayó por accidente.

—Pero también de aprendizaje —dijo con firmeza—, cosas nuevas y otras que cambiaron para bien.

—En estos momentos creo que lo único que he hecho bien es —la miró fugazmente con una sinceridad que la desarmó— volver a encontrarte.

Su corazón latió tras aquello dicho, como si no le hubiera dicho nada lindo en años. Eso siempre le pasaba cada que él decía algo en tono cariñoso hacia ella. Más aún recordando unas palabras de esa vieja carta que aún guardaba bajo llave.

—Aún me pregunto cómo llegué aquí... digo, caí al agua y solo sé que caí inconsciente —dijo pensativa.

—Asgard tiene tantas maravillas... que las tiene hasta en sus aguas —contestó Loki en tono misterioso.

Ella lo miró con curiosidad renovada.

—¿Son tan poderosas?

—Sí, con la suficiente energía mágica de una persona, podrían transportarla al mundo que deseé —asintió con calma.

—Eso tiene sentido... supongo —musitó, mordiéndose el labio inferior.

—En algunas ocasiones los usé —continuó él—. También hay algunos en diferentes cavernas que se abren temporalmente como portales en la Tierra.

—O sea que no usabas a Heimdall... sí que eres astuto —rió.

—Son más efectivos que ese perro guardián —respondió sonriendo ampliamente mientras dejaba la basura a un lado en el suelo—. Y tú no te quedas atrás, te lograste ocultar de él.

—Honestamente no sé cómo lo hice —admitió—. Creo que solo el no querer ser captada por nadie en Asgard me llevó a ampliar mis dones y esconderme de la "poderosa" observación de tu mejor amigo. Y bueno, al final funcionó.

Loki la miró sin decir más. Ella seguía tomando su malteada hasta por fin acabarla, dejando la pajilla de lado con un suspiro satisfecho.

—¿Tengo algo en la cara? —enarco una ceja, notando su mirada intensa.

—No exactamente —dijo él con tono suave—, pero sí más que nada un encanto que me atrapa.

Sus mejillas se tornaron lo suficientemente rojas hasta el punto en el que sintió cómo sus orejas se ponían calientes por aquel comentario.

—Ya deja de ser así —le dio una patada nuevamente con uno de sus pies descalzos, esta vez con menos fuerza.

En un movimiento ágil, Loki agarró su pierna, sujetándola con firmeza pero sin lastimarla.

—Tienes suerte —dijo con voz baja, casi ronca—, si hubieras sido alguien más ya no tendrías con qué caminar.

Ella lo miró con una intención burlona y una mirada lo suficientemente sugestiva como para encender un fuego en auto. Esto hizo captar la intención mal interpretada de sus propias palabras por parte de la chica, lo que lo hizo sonreír con picardía.

Esto lo llevó a deslizar sus dedos de manera delicada por sus pantorrillas, tan sutil como un susurro. Un calor recorrió el vientre de _____, quien al sentir aquel tacto soltó un suspiro lo suficientemente fuerte como para que él lo notara.

Pero en ese instante, todo cambió. Su sonrisa juguetona desapareció lentamente. Una sombra se dibujó en su mirada. Loki lo notó. La temperatura del ambiente bajó perceptiblemente, pese a la calefacción encendida.

— aunque tu más que nadie sabes qué hay una manera muy especial en la que puedo hacer que eso pase...

El espacio en el auto se volvía reducido teniendo en cuenta el tamaño de aquel hombre y la sensación excitante que provocaba tan de la nada hacia la chica Stark.

Ella alzó la vista hacia él, pero sus ojos ya no brillaban como antes. Eran fríos, brillantes y cargados de un aura tan antigua como peligrosa. El reflejo de la luna se distorsionaba sobre su piel, que ahora parecía emitir una energía distinta, poderosa, violenta en su calma.

— no hagas eso...

—¿el que, princesa? —apretó su muslo cuando este se había deslizado lo suficiente.

Nuevamente la llamaba de esa manera haciéndola estremecerse en sí misma, sentía ese cosquilleo en su vientre. Ese le que hacía desear más de él, más de su tacto.

El sabía en donde acariciarla, en donde la tendría rendida ante el. Muestra de esto eran los sobre saltos y suspiros que salían de los pequeños labios de la joven cada que sus pieles se rozaban.

— ¿pasa algo? —preguntó roncamente loki con una sonrisa socarrona.

Ella por otro lado sabía que era lo que él quería hacer y esto provocó una mirada desafiante hacia el otro.

— no realmente...

Aquello dicho en un susurro erizo la piel del dios. Cosa que le dio la ventaja a la chica que en un rápido movimiento logró quedar encima de él, acomodando ambas piernas a su costado encerrándolo en ellas.

Su mirada verdosa se abrió de Par en Par, al ver la de ella tan profunda sobre el.

Lo agarro de su corbata y lo atrajo hasta su rostro quedando a pocos centímetros de juntarse.

— ¿que pasa cuernitos... el grato te comió la lengua? —reto con una sonrisa triunfante al ver el rostro ligeramente colorado del hombre.

Era de saberse que la mayoría de hombres adoraban ser quienes llevaban las riendas en cuanto a sexo se tártara, Pero loki admitía por primera vez qué tal vez ser dominado por esa chica no sonaba tan mal como podía llegarse a pensar. Reconocería que el estaría a sus pies.

Y eso era algo que nunca llegó a imaginarse.

— ¿que piensas hacer pequeña bestia?

Una sonrisa ladeada se formó en aquellos labios ligeramente rojos. Su mirada oscura llena de deseo se reflejaba en los ojos de la chica, llamando la atención de loki no particularmente por el deseo si no por esa aura que cada vez notaba más oscura en ella.

— te ves tan diferente...

Soltó una risita mientras observaba los labios del dios.

— diferente... —no dejó de sostenerlo de su corbata mientras con su otra mano deslizaba su dedo desde su clavícula hacia abajo en un camino por su pecho— ¿y es malo eso?.

— no digo que lo sea... pero es como si no-

— ¿como si no fuera yo?

Loki se quedó callado y la miro a los ojos, esos orbes que lo volvían loco con solo apreciarlos un segundo.

— es raro, como de repente es como si fueras una persona completamente distinta...

____ lo observaba en silencio, analizando su mirada y lo confundido que se encontraba al mirarla fijamente a los ojos. Todo se había sumido en un silencio tal que la radio ya no se escuchaba de fondo.

—De verdad que eres astuto —susurró, bajando la mirada hacia sus labios—. Creí que no sería tan evidente.

—¿Creíste que no notaría que te apoderabas de ella poco a poco? Solo un idiota no lo notaría.

La de cabello negro soltó una risita juguetona.

—Y tú no eres uno de esos idiotas, ¿no es así? —volvió a mirarlo a los ojos—. Aún me pregunto qué fue lo que te vio para desquiciarse tanto por ti.

El dios solo la miraba con un semblante serio. Podía ser ____ en cuanto a su apariencia física, pero en realidad era otra persona o cosa la que hablaba en su lugar; un aura oscura la rodeaba, haciendo que sus ojos se tornaran más oscuros de lo normal. Por un instante, su esencia dulce se transformó en una mucho más siniestra.

— entonces fuiste tú.

Ella negó y chasqueó su lengua alejándose para recostarse sobre el asiento delantero cruzándose de brazos.

—Ella sola tomó la decisión, pero tú fuiste quien la orilló a tomarla finalmente.

—¿Yo? Yo ni siquiera quise en ningún momento que ella supiera sobre esto.

—Ella buscó una solución y tú le diste la respuesta —dijo, jugueteando con las puntas de su camisa—. Tiempo después, por salvarte, se aferró más a mí y, bueno, tengo que agradecerle que por fin puedo salir a la luz.

Loki tensionó su mandíbula y echó su cabeza hacia atrás con frustración.

—Eso me pasa por hacer favores al inútil de Thor —dijo entre suspiros, llevándose una mano al rostro y cerrando los ojos, estresado.

—Deberías ver el lado bueno de todo esto —se meneó con superioridad, aún encima de él—. La pobre no podía ni caminar, parecía muerta en vida gracias a la flechita de uno de los caballeros de tu palacio de paja. Ahora se ve más viva que nunca, eso sí, con uno que otro trauma, pero...

—¿Pero perdiéndose a sí misma, no? —lo miró fijamente—. Pierde su esencia por tenerte ahí con ella.

—Ay, no es para tanto —manoteó al aire haciendo un puchero—. Ella está bien, solo que yo adapto la mejor versión de ella... una más fuerte.

—Más oscura.

—Tal vez, pero aun así es mejor que como era antes... tan débil y frágil —se acercó a él, quedando a escasos centímetros de su rostro—, que hasta una ilusión del hombre que le gustaba logró romperla en mil pedazos por el dolor.

—Ella sabe que no quería herirla —habló entre dientes, harto de aquella conversación—, y estoy seguro de que tú tampoco.

—Ay, no, eso era lo que menos me importaba. Yo solo necesitaba un pequeño quiebre más... para poder salir a la luz como ahora.

—Esto debe ser una broma...

—Ay, no, no, no, principito —dijo en tono burlón—. Créeme que es lo mejor que le pudo haber ocurrido... que nos pudo haber pasado.

El dios no aguantaba más aquella situación, más porque sabía que, en parte, era su culpa, y se odiaba al ver hasta dónde habían llegado sus acciones, hasta ver que la mujer que adoraba ya no era la misma.

—Es hora de irnos.

Habló el hombre con tono seco mientras tomaba del brazo a la joven para apartarla.

—¿Tan pronto? Pero si nos estamos divirtiendo, cuernitos... —entonó aquello en un susurro que le erizó la piel al dios.

—No, es mejor que nos...

La chica se deslizó más hacia él, llegando a rozarse contra su cuerpo; un suspiro se escapó de los labios de Loki ante aquel movimiento. Eso solo provocó una sonrisa triunfante en los labios rojos de _____, quien llevó sus manos hasta los hombros de Loki de manera delicada hasta llegar a su cuello.

—Sea lo que sea que planeas hacer... es mejor que te detengas.

— solo quiero divertirme un rato —movió su cadera hacia adelante rozándose con su entrepierna nuevamente.

—____, ya basta.

— creí que esto te gustaba, Loki... —Lo miro confundida mientras se acercaba hasta su oído y respiraba suavemente en este—. Se que anhelas por tenerme otra vez y cuanto quieres follarme, que gima tu nombré y me corra solo por ti —aquello dejo al dios en silencio total— ¿creíste que nunca me di cuenta cuando me espiabas por la puerta? Podía leer precisamente de tu mente todos esos deseos...

Empezó a bajar sus manos mientras desabotonaba su camisa con cuidado. La sensación que sentía aquel hombre solo se veía reflejada en su respiración y en el gran bulto duro que rozaba con la entrada de ____, que apenas era cubierta por las pequeñas bragas que usaba en aquel instante.

— no creo que esto termine bien...

— yo creo que terminará de una manera excelente.

Esto último lo dijo mientras movía sus caderas más rápido haciendo que el roce entre ambos incremanetara el deseo sexual de cada uno.

No le sirvió de mucho resistirse, Loki parecía estar perdiendo la batalla contra aquella parte oscura de la chica que de alguna manera lo estaba volviendo loco de manera indescriptible, era como una droga una que era tan adictiva hasta el punto de perder el control; y así era como se sentían, estaban tan perdidos entre roces y caricias que todo llegaba a dar vueltas, el olor de la chica embriagaba al dios y a ella la enloquecía su tacto, el sabía donde acariciar, donde agarrar y apretar; logrando así una nueva melodía resonar entre aquel espacio que cada vez se hacía más pequeño para los dos.

— L-Loki...

Ese simple chillido logro volver loco al ojiverde, quien estaba ya duro por todo aquello que estaba pasando. Pero para los dos el espacio ya se volvía un problema el cual no le ayudaba a la chica y menos a él, hacía lo imposible para acomodarse pero simplemente era incómodo para ambos.

— ¿que sucede? —pregunto entre jadeos ____.

— es bastante difícil tomarte como me gustaría —respondió cerca de su cuello agitado.

— ¿al principito le quedó grande hacerlo en un auto?

— lo haría hasta en el propio frío de afuera —separó su rostro y la miro con deseo—. Pero aún así no me sentiría satisfecho de hacerlo de la manera correcta.

— ¿la manera correcta? —pregunto con una risilla.

— es qué... —llevó su mano hasta su mentón y la acercó a su rostro— aquí no podría hacerte todo lo que tengo en mente...

Un jadeo salió de los labios de ____, quien estaba cuerda y a la vez no.

Aquellos amantes no lo pensaron más y así terminaron en la habitación de la chica; llegando a tropiezos hasta su cama. poco les importaba lo rápido que habían llegado a la torre, se habían escabullido entre el tráfico de la ciudad hasta el garaje de la torre; no le dieron importancia a la manera de estacionar aquel clásico y mucho menos el llegar a tropiezos hasta la recámara.

Sus manos viajaron por la espalda de ____ hasta el cierre de su vestido, bajándolo hasta que este terminara en el suelo, los dedos de la peli negra se enredaban en su cabello. en un intento de mantener sus labios más unidos de manera prolongada.

Sus cuerpos se necesitaban de manera desesperada, sus roces cada vez más aumentaban esa necesidad de estar unidos como si fueran uno solo; sus manos viajan el el cuerpo del otro, deshaciéndose de las prendas de una manera tan agresiva que parecía estar rasgándola por toda la habitación. Loki acariciaba los muslos de ____ los cuales apenas estaban cubiertos hasta la mitad por una medias apenas sujetadas por los ligeros de sus bragas, mientras que ella solía recorrer todo su torso con sus delgados dedos detallándolo bien para así no olvidar ni un solo detalle de aquel hombre. Una de las manos de Loki  viajó hacia la intimidad de la peli negra, topándose con aquel monte Venus apenas cubierto con la delicada tela de seda de su ropa interior, su pecho desnudó subía y bajaba de manera constante.

La única luz presente era la de la luna, fiel testigo de cada encuentro de aquellos trágicos amantes.

Sus respiraciones chocaban de manera brusca mientras la caricia a sus intimidades se hacía más rápida, ____había llevado su mano hasta la hebilla del pantalón de Loki logrando desajustarlo hasta sacar aquél bulto ya duro que también estaba atrapado entre la tela. Un gruñido se escapó de los labios del hombre al sentir su pequeña mano dentro de su ropa interior mientras acariciaba su miembro de manera suave pero con algo de rapidez cosa que había facilitado el líquido preseminal que cubría la punta del miembro del Dios.

El no se quedó atrás, no tardó mucho en empezar a estimular aquel botón de carne por encima de la tela con su pulgar, las bragas no tardaron en empaparse más de lo que ya estaban. demostrando la necesidad de la chica hacia el.

Los gemidos de ____ eran como música para sus oídos , y esto era lo mismo para ella quien no paraba de disfrutar cada suspiro y gruñido proveniente de los labios de ese ser que la tenía loca por el.  Se necesitaban y lo sabían al sentir el clímax venir casi al tiempo.

Loki arrancó sin pudor su ropa interior y retiro las prendas que aún le quedaban, quedando ambos desnudos, las sábanas eran las únicas testigos entre lo que pasaba esa noche.

— no sabes cuanto te necesito...—pauso aquel momento tomándo una de sus mejillas para dejar un beso largo en sus labios.

— no me lo digas, solo demuéstramelo —pidió entrecortadamente ____ luego de separarse.

Algo había cambiado en su mirada, era más suave; aunque estuviera llena de deseo y excitación se mostraba más cálida que la de algún momento. Esto le hacía entender que era su ____ quien lo necesitaba realmente, ella lo deseaba.

Loki la recostó mientras volvía atacar sus labios desesperadamente, se posicionó entre sus piernas introduciendo su miembro en ella, la aferró a él mientras movía sus caderas en un vaivén constante provocando gemidos sonoros en aquella habitación. No había nada más que llenara de emoción y deseo a Loki que tener a aquella mujer gimiendo su nombre en su oído, podía decir que era de sus sonidos favoritos hasta ahora.

Se apartó de ella y acomodó una de sus piernas sobre su hombro para así tener mayor libertad de movimiento.

Sus manos llegaron hasta el cuello de ____ quien apenas sintió las primeras estocadas no tardó en blanquear los ojos por la sensación de asfixia y penetración dada por Loki.

Sus pieles sonaban de manera morbosa llegando ha sonar hasta un chapoteo por la humedad de ambos en el momento.

— m-mierda —jadeó ____ al sentir su cuerpo temblar.

— di, princesa — habló entrecortadamente sin parar de follarla fuertemente — di que eres mía.

Ella trataba de gesticular alguna palabra pero está solo se perdía entre gemidos. Sus penetraciones eran cada vez más fuertes.

— s-soy tuya —logró responder con dificultad.

Loki se detuvo después de un rato y se acopló a un costado de ella acomodándola de espaldas a el, levantando una de sus piernas para luego volver a introducir su miembro en Louise; su cadera se movía con más fuerza mientras se aferraba a ella, agarrándola por los pechos y pegando su rostro a su cuello sintiendo su olor, el cual viajaba como un embriagante por sus fosas nasales.

Poco tiempo duraron así, no tardo mucho tiempo la reacción de la mujer llegando así a un fuerte clímax el cual se manifestó en un fuerte chorro de sus jugos orgásmicos, el cual fue acompañado tiempo después por el dios dejando su semilla dentro de ella.

Esto no los detuvo, menos al ojiverde, quien no tardó en acomodarla nuevamente pero ahora en 4, a pesar de sentirse algo cansada eso tampoco la detuvo para seguir aquel juego con el.

Se dejó caer contra las sabanas al sentir como su cuerpo se tensaba, adoraba como la follaba. Sentía que llegaría al paraíso con cada orgasmo provocado por el.

La mano del hombre llegó hasta su nuca ahogándola delicadamente contra las sabanas ya algo humedad por el sudor y otros fluidos de ambos, sus estocadas no bajaban de ritmo y es que los gemidos de ____ eran aquellos que le avisaban que tan bien se sentían para ella.

— eres mía— susurró ronco, hasta su oído mientras la follaba en un ritmo más lento—. Mi pequeña bestia.

Los gimoteos de ____ se combinaban con pequeñas risillas que respondían como afirmaciones a lo que le decía Loki. A esto el aumento la fuerza de sus penetraciones mientras sentía como el cuerpo de _____ empezaba a temblar avisando su segundo orgasmo junto con el de el.

Y así fue,  Loki por segunda vez en aquella noche dejó parte de su semilla dentro de ella; al poco tiempo el cuerpo de la joven se tensionó en respuesta a tanta estimulación y más cuado sintió salir el miembro de Loki de ella.

Sus respiraciones, agitadas y desordenadas tras el clímax, comenzaron a calmarse poco a poco, hasta fundirse en una cadencia serena, acompasada. Apenas cubiertos por una sábana que no ocultaba del todo la intimidad compartida, sus cuerpos seguían entrelazados por una electricidad muda.

Loki deslizaba sus dedos con ternura por el cabello de _____, como si acariciarla fuera su única ancla con la realidad. Su mente, sin embargo, vagaba lejos... se detenía justo en ese primer momento, aquel en que la había hecho suya por completo, no sólo en cuerpo, sino en alma. Donde todo lo que alguna vez fue vacío dentro de él comenzó a llenarse con ella.

No decían palabra. Ni siquiera un murmullo. Solo el eco de sus respiraciones inundaba la habitación, como una sinfonía discreta que preservaba la magia del momento. A pesar del silencio, los pensamientos de ambos eran un torbellino.

Loki luchaba consigo mismo. ¿Sería aquello solo otra pausa efímera en su historia? ¿Otra noche más para olvidar por la mañana? No quería que lo fuera. Estaba harto de los "quizás", de los "por ahora". Y, aun así, le aterraba admitirlo. Sentía que todo lo bueno en su vida era prestado, momentáneo. Que su felicidad siempre venía con fecha de caducidad. Siempre el segundo. El relegado.

Pero con _____... con ella, había sido distinto desde el primer momento. Ella no solo lo había desarmado: lo había reconstruido. Aun así, las circunstancias parecían empeñarse en arrancársela de las manos. Su mayor temor no era perderla... era arruinarlo todo, como siempre hacía. Lo sabía. Lo aceptaba con la resignación de quien ha destruido tanto que ya no distingue cuándo deja de ser culpa y empieza a ser castigo.

Sin embargo, no cambiaría nada. Ni un segundo. Ni una pelea. Ni siquiera el día que, en un acto de arrogancia y desafío, lo llevó a la Tierra. Porque fue ese impulso lo que le permitió conocerla. A ella. A su caos. A su ternura disfrazada de furia. A su rebeldía que lo exasperaba y al mismo tiempo lo seducía.

Ella había logrado lo imposible: hacerlo necesitar a alguien. No por dependencia emocional —no era eso—, sino porque ella ocupaba un espacio que durante siglos había permanecido vacío, silencioso, inerte.

Por su parte, _____ estaba igual de perdida. Sabía que no podía seguir huyendo del pasado, aunque quisiera. No desaparecería en una noche, ni con mil noches como aquella. Y ahí residía su mayor conflicto.

¿Era egoísta ese deseo de querer estar con él? ¿De elegirlo a pesar del mundo?

Nunca se le había dado bien pensar en los demás. Lo intentaba, claro, pero en su balanza, su propia alma solía pesar más. Y su padre... su padre jamás lo entendería. Aún convivían bajo el mismo techo, pero Tony aún no podía aceptar —ni comprender— que ella hubiera elegido a Loki.

"¿Qué le habrá visto?" había murmurado más de una vez, creyendo que ella no lo escuchaba mientras hablaba con Pepper o Natasha. Pero lo hacía. Lo oía. Y se preguntaba lo mismo.

Tal vez fue su encanto. Su ingenio. O tal vez fue que Loki, a su manera impaciente, le enseñó a amar diferente. Desafió a un rey, desafió a Tony... por ella. Le dio su tiempo, su paciencia, su magia. Le enseñó que el amor no era promesas eternas, sino pequeñas acciones que tejían una verdad nueva.

Sabía que no era perfecto. Y con él, menos aún. Pero eso era lo que más la mantenía viva. Porque incluso compartir una porción de pizza con él se sentía tan mágico como haber danzado en Asgard. Y, sin embargo, el miedo persistía. No solo miedo a perderlo, sino a lo que ya había hecho para salvarlo.

Recordaba claramente aquella noche. Cuando Thor dejó su cuerpo en medio del salón de la Torre. Si no hubiera usado el Darkhold, Loki estaría muerto. Y esa cicatriz en su piel era el recordatorio cruel de hasta dónde había llegado por no perderlo.

Con los dedos, delineó lentamente aquella marca en su pecho, como si pudiera sellar con su tacto las memorias que la atormentaban.

¿Qué habría sido de ella si él moría? Quizás se habría enloquecido. O, en un acto de supervivencia, su mente habría borrado todo rastro de él. Pero no ocurrió. Él seguía allí. No como al principio, pero seguía. Y eso era suficiente para aferrarse con uñas y dientes.

"¿Me amará de verdad?" se preguntó una vez más. Esa duda punzante que volvía cada vez que lo miraba dormir, o la tocaba como si fuera su universo.

Recordó aquella carta. La frase exacta.

"Aunque al final cayera profundamente enamorado de ti."

Quería creerle. Pero el miedo siempre encontraba la forma de colarse por las rendijas de su confianza. ¿Y si un día otra tomaba su lugar?

Y entonces él habló.

—¿Cuánto más seguiremos haciendo esto?

Su voz rompió el silencio como un cristal astillado.

_____ parpadeó, su pecho comprimido por un nudo invisible.

—¿Qué quieres decir? —preguntó, alzando la vista. Su corazón latía tan fuerte que sentía que podía oírse.

—Quiero decir... ¿cuánto más vamos a seguir fingiendo que esto no significa nada? —Loki desvió la mirada hacia el techo, exhalando con frustración—. Me tiene agotado. Cansado de acostarnos, de enredarnos, y después actuar como si nada hubiera pasado.

Sus palabras la desgarraron.

—Lo siento... —susurró, incorporándose mientras se cubría con la sábana, como si eso pudiera protegerla de la vulnerabilidad que la invadía—. No debí pedirte que vinieras. Tal vez... ni siquiera debimos haber empezado esto.

Loki se volvió hacia ella, con una mezcla de asombro y dolor.

—No digas eso —dijo, sentándose frente a ella—. No me orillaste a nada. Estoy aquí porque quiero. Porque tú eres lo único que tengo en esta vida, Stark. Pero no puedo más con esta danza de querer y esconderlo, de besarte como si fueras mi todo y luego fingir que solo somos un accidente más.

Ella lo miró, muda, paralizada.

Loki se acercó, con ternura feroz, tomándola por el rostro. Sus pulgares rozaron las lágrimas que aún no habían caído.

—¿Creíste que me había aburrido de ti? —preguntó con suavidad, pero con un dejo de dolor en su voz—. No sabes lo ridículamente adictiva que eres para mí. No puedo dejar de necesitarte. No puedo dejar de quererte a mi lado, por más que lo intente.

Ella tragó saliva, con los ojos clavados en los suyos.

—Es solo que... —prosiguió él— no quiero seguir ignorando lo que siento. Y no quiero que tú lo hagas tampoco.

_____ no dijo nada. Se lanzó a su boca. Lo besó con todo lo que callaba, con cada miedo, cada deseo, cada esperanza reprimida. Fue un beso con sabor a necesidad y redención.

Al separarse, respiraban con dificultad. Las palabras temblaban en el borde de sus labios.

—Entonces... acabemos con esto de una vez —dijo ella, con decisión.

Loki la miró, y su rostro se iluminó como si acabara de ver el sol por primera vez.

—No tienes idea de lo loco que me vuelves, mi lady —murmuró, abrazándola, ocultándola en su cuerpo como si así pudiera protegerla de todo.

Ella lo besó otra vez, apasionadamente.

—Solo tú sabes sacar lo mejor de mí —susurró contra sus labios.

—Te amo, Stark.

—Y yo a ti, Loki.

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Holi...

Bueno, paso primero que nada a pedirles disculpas por la larga espera de una actualización, estaba pasando por un fuerte bloqueo y más que nada con este capítulo, quería meterlo al fic pero no sabía como darle un buen desarrollo y más por que siento que se me está extendiendo bastante el libro y honestamente hay mucho que quiero contar pero no quiero que quede tan extenso.

Así que, lo eh estado pensando y realizaré una pequeña modificación a mis planes para que esto no ocurra, muy pronto sabrán que es.

Por ahora les agradezco cada voto y comentarios que me han dejado en los capítulos, me hace realmente feliz el saber que les gusta algo que sale desde mi imaginación.

Sin más, me despido por ahora; pronto sacaré un especial de navidad y así el resto de capa.

Les quiero mucho, feliz 7 de velitas.

Les amo💚