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SEIS.
FUTURO. año 2023.
ambientado en 1980.
westview.
Wanda Maximoff observo la televisión frente a ella. Podía escuchar la risa de sus hijos fuera de su hogar en Westview junto a la súper velocidad de su "hermano" Pietro, su esposo Visión permanecía en el trabajo mientras que ella se dedicaba a preparar a sus hijos para Halloween. Pero por mas que había comenzado a diseñar los trajes con sus propias manos, no pudo evitar usar sus poderes escarlatas para configurar la televisión.
Permanecía sentada frente la tecnología con una aura triste y desoladora, mirando los videos que aparecían en la pantalla; siendo Darcy la recibidora de las señales que Wanda transmitía dentro del Hex.
La pelirroja observo atentamente el video.
—Y aquí estamos... Basta. Bueno, acá... ¡basta!— la dulce voz de acento asiático, la castaña de ojos verdes retando a su hermano Pietro de vez en cuando cada vez que la interrumpía. —Me trajeron a un... ¿como se llama?
Darcy Lewis casi escupe lo que estaba comiendo al ver la imagen que le proporcionaba la computadora en donde veían los episodios de WandaVision. Se levantó inconscientemente de su silla, prestando atención aún más a las imágenes inéditas. Su compañero, Jimmy Woo, se acercó rápidamente a la pantalla al ver la reacción de Darcy, quedando igual de perplejo que ella.
Soltó un pequeño suspiro al ver como la cámara apuntaba a su yo del año 2015, su cabello cuando tenía 20 años era castaño claro, no tan rubio como el de la asiática de ojos verdes que documentaba el momento.
Permanecía al lado de su hermano, mientras que Pietro estaba en el medio de las dos muchachas hablando con alguien que había llamado su atención para pedirle una dirección.
Wanda observo como ella misma le hablaba a la cámara estadounidense con una sonrisa, su marcado acento sokoviano se hizo ver, recordando como el día de hoy no lo tenía.
—Mis chicas— habló el platinado abrazando a cada una por los hombros, apretándolas hacia el en el proceso.
—¡Pietro, estás haciéndome mal!
—¡Ugh, que débiles son los americanos!— exclamó Pietro apretando aún más a la ojiverde.
Se observo a ella misma tomar la cámara y comenzar a grabar a los dos muchachos, prestando atención al escenario detrás de ellos. Las calles oscuras de Sokovia siendo iluminadas por barriles de fuego que habían allí, sin ningún tipo de electricidad, junto a los mercados que seguían vendiendo para conseguir comida esa noche.
—¡No soy americana, soy afgana!— reclamo la muchacha entre risas aún tratando de zafarse de Pietro. —Y America es un continente.
—¿Que? ¿No viste eso venir?— su propia voz se escuchó más cerca que la de ellos.
—¿Esa no es...?— balbuceó el hombre tomando nota de todo lo que veía.
Sonrió levemente al acordarse lo que venía, la imagen se tambaleó un poco pero rápidamente se estabilizó, recordando cómo la novia de su hermano había creado una pequeña grieta en el suelo de tierra para hacerla tambalear.
—¿Que? ¿No viste eso venir?— se burló la afgana.
—Si, esa es Afganistán Stark.
—¿Wanda también la tiene secuestrada? ¿No eran hermanas, amigas o algo así?— inquirió rápidamente el agente Woo hacia Darcy, quien aún miraba con atención la escena.
—No, no. Quiero decir... estoy muy segura que Afganistán está aquí, como, aquí aquí, en esta realidad— frunció aún más su ceño al escuchar a la afgana decir "¿No viste eso venir?". —No, ella no está ahí... creo que...— vaciló antes de hablar. —Creo que son recuerdos de Wanda.
Wanda sonrió levemente hacia la tele, pero rápidamente la borro cuando escuchó los pasos corriendo de uno de sus hijos dispuesto a entrar a su hogar. La mujer con un simple movimiento de mano escarlata para cambiar la transmisión a un canal de bordado, disimulando toda su atención en los disfraces de Halloween que estaba preparando.
—Alguien que ubique y llame a Afganistán Stark— habló Jimmy girando hacia sus compañeros de trabajo, quienes rápidamente comenzaron a moverse para conseguir lo pedido. —Ya.
ACTUALIDAD. año 2015.
Sokovia.
Afganistán suspiró con cansancio mientras se erguía en su posición.
Su primera tarea como voluntaria fue limpiar todos los baños que poseía un orfanato a pocas calles de donde se estaban alojando. Y para ser sincera, lo estaba dando todo para dejar esos baños impecables por más que nunca lo había hecho. Sus brazos dolían por el constante movimiento y su espalda se retorcía debido a estar todo el dia agachada.
Pero lo que Afganistán no sabía, o al menos no recordaba, era que no era la primera vez que limpiaba baños, o habitaciones. Si, ella tuvo todos los lujos bajo la tutela de Tony, pero mucho antes de eso sus padres biológicos la hacían cocinar, limpiar, lavar y todo lo que conlleve ser una ama de casa, entrenándola para arreglar su matrimonio y que sea una "mujer eficiente".
Habia estado jugando y entreteniendo a los niños que gritaban su nombre tratando de llamar su atención, sus compañeros que la acompañaban le habían dado las tareas de cocinar o entretener a los huérfanos, cuidar que ninguno se dañe mientras que las personas que estaban a cargos de ellos disfrutaban las sonrisas de los niños.
Sintió como una niña se colgaba de ella al haberse agachado un segundo para escuchar con atención a un niño llamado Vladimir, quien le hablaba rápidamente en ruso y ella trataba de entenderle un poco gracias a las clases que Nat la había obligado a tomar.
Se levantó a trompicones mientras reía y veía a los niños colgándose de sus manos.
—Que lindo reloj— entendió las palabras de una niña de 10 años, tomando la muñeca de Afganistán y observándolo.
—Fue un regalo de... um... de mi tutor— respondió en inglés al igual como la niña había hablado.
La muchachita asintió sin despegar la mirada del artefacto, por lo tanto, la soltó suavemente y siguió con sus asuntos.
—¡Estoy agotada!— la exclamación de la chica afgana, Adhara, con quien compartía habitación de hizo escuchar apenas pusieron un pie en el cuarto.
—No si, fue el primer día nada mas— contestó Alexa, la muchacha colombiana.
Afganistán se limitó a reír levemente mientras que se dirigía a su cama individual, observando como las chicas se dirigían a las camas marineras que habían.
El día había terminado, se habían bañado, cenado y compartido anécdotas sobre lo que había sucedido en el día. Los Vengadores aún no se habían comunicado con ella y esperaba que no fuera a las 5 de la mañana como la noche anterior, y tampoco quería llamarlos ya que si allí eran las 8 de la noche, en Nueva York seria mas o menos el medio día y lo último que quería era que los escandalosos hagan armen una extensa conversación como si fueran las 5 de la tarde.
—Esto es triste— escuchó la acotación de la colombiana con su mirada fija en el techo. Afganistán la miró acostada en su cama dejando su celular de lado, mientras de Adhara miraba el colchón de Alexa. —Deberíamos emborracharnos.
—Los latinos son tan raros algunas veces— acotó Adhara antes de volver la mirada a su celular.
—¡Habló en serio!— exclamó la morena mientras se sentaba en su lugar y Afganistán giraba divertida su cuerpo hacia ellas. —Vivimos en un primer piso, son, que si, 2 metros de altura, ¿3? No nos vamos a quebrar por salir por ahí— dijo decidida la latina bajando de la cama de un salto, haciendo que Adhara se sobresalté por un pequeño susto.
—Y a ver, dime, Dora la Exploradora, ¿donde piensas ir?— habló Afganistán por primera vez con leve diversión en sus ojos. —Por si no te diste cuenta, el país está en ruinas.
—Yo conozco esa mirada, mami, ¡tu cuerpito está pidiendo alcohol!— soltó una oración en español haciendo que Afganistán ría levemente.
—Podríamos ir a explorar un poco— dió brazo a torcer la afgana de ojos verdes incorporándose levemente en la cama.
—¡Ustedes si que quieren morir, absolutamente no!— exclamó Adhara dejando su celular de lado, sentándose en la cama. —Van a secuestrarlas o violarlas— dramatizó la mujer con un escalofrío que la hizo temblar.
Alexa suspiró pesadamente mientras dirigía su mirada a Afganistán, quien permanecía prestando atención a ambas chicas que tenía frente a ella, pensando cuidadosamente cuál iba a ser su próximo movimiento.
—Oh por... en serio no aprecias la vida— dictaminó la afgana cuando vio como su compatriota se levantaba de su cama a rebuscar a en su maleta.
—Puedo protegerme a mi misma— aseguró Afganistan con una sonrisa tranquilizadora a la muchacha. —Y también a Alexa.
—¿Eres una súperheroina o algo? ¿Puedes con 5 tipos que quieren secuestrarlas?— preguntó irónicamente Adhara.
Afganistán paro de elegir su ropa y miró fijamente a la muchacha. —Si, si puedo.
Se cambió rápidamente abrigándose lo mejor posible, tomando la única conexión segura que tenía con Nueva York y colocándola en su muñeca.
—Sera mejor que dejes el reloj— aconsejo Alexa aproximándose a la ventana, abriéndola en el proceso.
—Estoy bien— respondió simplemente Afganistan encogiéndose de hombros.
Asomó la cabeza por la ventana y analizó cuantos metros iban a ser los que tenía que saltar, eran varios, pero nada que con un poco de aire no se pueda solucionar.
Disimuladamente bajo lo más posible, silenciosa y menos escandalosa con sus poderes, esperando que ninguna de las dos chicas de haya percatado del pequeño aire que liberaba sus manos para amortiguar la caída.
Alexa salió detrás de ella, aterrizando sin ningún tipo de problema con una gran sonrisa en su rostro.
—Gimnasia artistica— resumió levemente ante la duda mental de Afganistán.
Ambas muchachas miraron hacia arriba, donde Adhara se asomaba con una mueca de desaprobación.
—Si no vuelven en tres horas llamo a la policía— advirtió la afgana con frustración. —Cuídense.
—Espera, no cierres...— pero ya era tarde. —...la ventana— murmuró Alexa apretando sus labios.
—Tranquila, luego veremos que hacer— le restó importancia Afganistán pegando media vuelta dispuesta a explorar Sokovia. —¿Vienes?
•••
Natasha Romanoff caminaba fuertemente hacia la cocina de la Torre Stark, tenía un celular en su mano y su rostro estaba neutro para no decir enojado. Abrió la puerta y rápidamente pasó por ella, yendo directo hacia donde se encontraba Tony Stark.
—¿Que confías en la niña dices?— escupió sus palabras mientras tiraba el celular a la mesa frente a él.
El hombre dejó de reír junto a Bruce Banner y prestó atención a la furiosa Natasha frente a ellos. La agente tenía sus brazos cruzados y su pelo pelirrojo permanecía como siempre.
Tony observo la pantalla del dispositivo, suspirando al ver un video de ella subido por la propia Afganistán Stark a sus Mejores amigos en Instagram. Se observaba a la afgana sobre una mesa de lo que parecía un animado bar, cantando a todo pulmón con desconocidos bebiendo lo que parecía vodka.
—Aún confío en ella— respondió simplemente Tony devolviéndole el celular a Natasha de la misma forma que ella se lo dio.
—Tony, es una adolescente, era obvio que iba a hacer esto— reprochó Natasha.
El multimillonario la miró con una ceja alzada. —¿Por que todos se meten en la crianza de Afganistán? Si quieren hacer el rol de padres la hubieran adoptado ustedes— replicó el hombre tomando en serio la discusión. —Pepper cree que estoy haciendo un gran trabajo con Afganistán... no, no, no quiero escucharte. Te callas— chisto levantando una de sus manos hacia la agente al ver que iba a hablar. —La niña lo tiene todo, valores, control sobre sus poderes, y es prácticamente multimillonaria. ¿Sabes que también tiene? Apoyo, cariño y atención, algo que ninguno...— alzo la voz mientras giraba su dedo índice por la habitación vacía a excepción de Banner. —... de nosotros tuvo.
Tony Stark se levanto de su silla para seguir dando el discurso.
—Así que si quieres venir a intervenir en la crianza de mi responsabilidad, la hubieras consolado junto a mi cuando lloraba en su habitación al no poder recordar nada de su infancia— apuntó con un dedo hacia la dirección de los cuartos. —Oh, si. Porque a todos les encanta criticar, Tony esto, que Afganistan lo otro, Tony haz aquello, pero ninguno de ustedes fue capaz de firmar los papeles y hacerse cargo de ella...
Natasha Romanoff ya se había dado cuenta que esto no era personal, por lo tanto, se limitó a escuchar lo que el hombre tenía para decir.
—¿Quieren venir a criticar la crianza que le doy? ¿La crianza que le doy? No me hagan reír— ironizó el multimillonario.
Nat se quedó quieta en su lugar, analizando cada palabra que el hombre había soltado y tenía razón. Ella era cercana a Afganistán, pero no lo suficiente, tampoco quería, temía a mirar a la muchacha como una hija, la Habitación Roja le había enseñado mucho pero nunca a lidiar con una niña que solía sonreírle a todo lo que caminaba.
—Okay— se limitó a responder la agente, tomando su celular y yéndose de ahí.
Tony frunció su ceño al verla partir, Nat no era de las personas que se callaban o daban la razón, por lo tanto, giró hacia Bruce buscando alguna explicación coherente a lo que había ocurrido.
•••
Afganistán caminaba con una muy borracha Alexa en sus brazos, la muchacha balbuceaba sobre lo bien que la había pasado y reía de cada casa que pasaban. Al parecer, el licor ruso fue mucho para la sangre caliente latina que corría por sus venas; Afganistán, por otro lado, estaba alegre pero no lo suficiente para tambalear, estaba segura que era o por su metabolismo rápido o porqué luego de haber probado el licor asgardiano estaba segura que su tolerancia al alcohol había subido un 100%.
—Pokhozhe, tvoy drug khorosho provel noch'— una voz femenina la hizo sobresaltar en su lugar volteando rápidamente hacia donde provenía.
—Parece que tu amiga ha tenido una buena noche.
Afganistán no contestó porque no quiso, sino porque la había agarrado tan desprevenida que no había entendido lo que la muchacha le había dicho.
Era joven, probablemente como de su edad, su cabello castaño claro caía por sus hombros y parte de su torso, parecía ojiverde a simple vista, o al menos eso era lo que trataba de comprender su cerebro en esos momentos.
Yacía varios pasos separadas de ella y si casi inconsciente compañera, y por más del frio de la noche, vestía unas medias hasta el muslo y vestido manga larga, ambas prendas de color negro al igual que las botas.
Afganistán la siguió mirando, inconscientemente dispuesta a canalizar aunque sea una ráfaga de aire para dar un poco de tiempo a escapar si las cosas se ponían malas, pero la muchacha seguía allí parada, mirándola con atención.
¿Por que tengo el presentimiento de que esto está mal? Quiero decir, no hay nadie en la calle, y Sokovia es... bueno, no es uno de los mejores países para andar a oscuras pero... no lo sé, me está dando mala vibra.
Y Afganistán estaba en lo cierto.
Wanda Maximoff no tenía ningún indicio de buenas cosas con ella.
—Déjame adivinar— el marcado acento ruso se hizo presente en la muchacha. —Voluntarias americanas— las apuntó levemente con su dedo, casi afirmando sus palabras.
—Intenta de nuevo— dejó salir la oración Afganistán con su claro acento asiático.
La castaña frente a ellas fue acercándose poco a poco cuando había comenzado a hablar, y sonrió de lado ante la respuesta que le había dado la única consciente.
—Soy Wanda, vivo cerca de aquí— mintió sin ningún problema la nativa aun acercándose lentamente. —¿Necesitas ayu...?
—Estamos bien. Gracias. No vivimos lejos— respondió automáticamente Afganistán sin sacar su vista de Wanda, no tenia pensado dejarse intimidar.
—Insisto.
—Dije que estamos bien— afirmó nuevamente sus palabras con una pequeña voz tensa. —En serio. Gracias por ofrecer ayuda de igual forma— contestó un tanto forzada al igual que la sonrisa que la desconocida le dirigió.
—Seguro.
Dicho esto, Afganistán observo como daba media vuelta y comenzaba a caminar por las calles desiertas, por lo que, sin no darle una última mirada, ella volteo y comenzó a caminar nuevamente hacia el sitio donde se hospedaban, aún con Alexa en brazos.
—Deberían tener cuidado a estas horas— el acento marcado sokoviano la hizo girar la cabeza. —Nunca se sabe que puede pasar.
La voz que había expresado esas palabras casi la hizo tener un escalofrío, pero después de haber pasado 3 meses en tiempo tierra pero unos 7 meses en tiempos asgardianos junto a Loki... había desarrollado una gran tolerancia al estrés, miedo y posiblemente paciencia.
Afganistán no dijo nada, de limitó a voltear y comenzar a caminar nuevamente con un agrio sabor en su boca de que posiblemente no sería la última vez que se toparía con Wanda.
SPOILER.
SPOILER.
SPOILER.
✨En el próximo capítulo aparece Pietro. ✨
E hice este edit que me causo gracia.
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