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ℂ𝔸ℙ 𝟙𝟝 > 𝕸𝖚𝖘𝖎𝖈


Medidas
Ashtray: 1'74 m. 😵‍💫
Mills: 1'69 m. 🔝

          VARIOS DÍAS PASARON desde que Mills le explicó todo a Ash, y su amistad siguió como siempre. Se veían todos los días, y seguían igual que antes. Mientras tanto, ella y Cassie se dirigían varias miradas y sonrisas a lo largo de días de escuelas.

—Oye... deberíamos ir a la fiesta que se hará hoy.— propuso Maddy repentinamente haciendo que la rubia rodase los ojos, se encontraban hablando por teléfono, ya que era sábado por la mañana y no tenían instituto.

—¿Otra fiesta? La gente no descansa, ¿no? Vaya año que llevamos de fiestas...— decía.

—Ay, Mills. Por favor.— suplicaba la pelinegra. —Tenemos que ir, sabes que esta es mi favorita.

—Maddy, esta es para adultos. Hay que ir hasta con pareja de baile, y no tengo...— decía triste. Ella jamás había tenido novio y sabía que jamás había sido gustada por nadie tampoco, y eso le entristecía, ¿tan rara era?

—¡Yo tampoco!— exclamó divertida. —Podríamos ir las dos de pareja y listo. Además... me he enterado que va Ash... solo lo dejo ahí.— comentó con una sonrisa, haciendo que la rubia suspirase pesadamente.

—No sé, Maddy...

—Bueno, pues si tú no vas, yo tampoco entonces. Otro año será.— dijo tranquila a punto de colgar, haciendo que la rubia se tensase.

—No, Maddy, espera.— la llamó, haciendo que la pelinegra sonriese tras el teléfono. —Está bien, iré.

—¡Oleee! Si es que eres la mejor. Te amo, luego nos vemos.— exclamó emocionada para luego colgar, dejando a una rubia arrepentida, realmente no tenía ganas de ir.

La joven algo confundida decidió bajar a la planta de abajo para reunirse con su madre, quien estaba con Jose en el sofá, mientras que Michael se encontraba jugando en el suelo con sus juguetes coloridos.

En cuanto los adultos la divisaron, a Jose se le plantó una enorme sonrisa en la cara, ¿se estaba riendo de ella? Mh, a ver si se reirá tanto el día que sepa que mi madre le pone los cuernos con mas tíos... quien ríe el último, ríe mejor, calvo...

—¡Millie, tesoro!— la llamó alegre su madre. Joder, odiaba que le dijera así, ya que de esa forma llamaba a todos sus actuales "novios": Jose, Francisco Javier, Víctor, Pablo, Dandy... qué asco, Dios mío. Pero de una cosa estaba segura, su madre no quería a ninguno, solo deseaba atención.

—Ey.— saludó de mala gana.

—Oye, ¿sabes lo que me ha dicho tu padre?— le preguntó su madre, ella solo negó. Realmente si lo sabía, puesto que ella había animado a su padre a hacerlo, ellos eran como un team. —Me ha dicho que he tirado 20 y picos años de relación a la basura yo, no él, que él hasta dormía en otra cama o se quedaba viendo la televisión hasta las 11.— dijo negando con la cabeza.

—Me parece increíble de verdad, con lo buena que eres, amor...— decía Jose acercando su cara al cuello de la adulta, y dejando su cara ahí con los ojos cerrados, como si estuviera oliéndola, wtf.

Millie no puedo ocultar un ruido y gesto de desagrado junto a uno de asco, llamando la atención de ambos adultos.

—Realmente... papá estaba casi siempre trabajando, y cuando volvía a casa era normal que el pobre quisiese ver la tele un rato. Que tú te acostaras a las ocho de la tarde no era su culpa, tú también pudiste haber hecho tu esfuerzo de quedarte algo más despierta para poder verle, que quien venía de trabajar era él.— contestó quedándose a gusto.

Después de haber dicho aquello corrió escaleras arriba hacia su cuarto, para preparase para aquella fiesta.

—No, Lexi. Creo que... me gusta, pero yo a él no.— comentaba la rubia mientras buscaba un vestido para la ocasión. Estaba hablando por teléfono con la pelirroja.

—Agh, cállate. Eso tú no lo sabes.— contestó al otro lado del teléfono.

—Mh, te lo digo yo que no.— afirmó algo triste mientras se miraba de reojo en el espejo, ¿cómo le podría gustar a alguien?

Luego de varias horas, finalizó decantándose por un vestido que le llegaba por sus rodillas, negro y liso, con un poco de volumen en la falda. Junto a varios anillos, pulseras y pendientes, y dos collares de plata. Y como calzado, unos tacones altos negros. Para el peinado se recogió la melena en un semirrecogido, ya que su melena era completamente lisa y rubia. A este tipo de fiestas, se solía ir formalmente vestido, y era raro ver a Millie con un vestido.

Ahora mismo, me gustaría hablar sobre el físico de Mills. Ella no era la típica joven delgada y preciosa que a todos nos gustaría ser, para nada. Ella era muy natural, ella estaba en su peso medio, incluso se podía decir que se pasaba algunos kilos, a pesar de todo el deporte que hacía. Luego, su cara también tenía varias espinillas por ella. Sin embargo, su belleza interior era lo que más atraía a la gente, aparte de que era muy bella también por fuera. Quise aclarar esto, porque cualquier cosa fuera de los estándares de belleza que están impuestos por nuestra sociedad, son igual de bellos y válidos que estos. Todos somos arte en los ojos correctos.

—Pues... creo que listo.— se dijo para sí misma dándose una última mirada en el espejo y bajando hacia la puerta de su casa. Antes de salir, dio un vistazo rápido hacia la cocina, en ella se encontraba su madre llorando nerviosamente, mientras Jose la envolvía con sus brazos, ¿se había antes pasado con ella...? Tristemente, Mills no tuvo otra opción que marcharse, sabia que si se quedaba con su madre en ese estado, iba a ocurrir otra de las algunas golpizas que la joven había estado llevándose durante su vida, en momentos puntuales. Estas no eran muy comunes, pero solían ocurrir.

Afortunadamente, un taxi pasaba por allí y pudo acercarla a donde estaba la fiesta, no quería causar más molestia a sus amigos. Al entrar, del tirón divisó a Maddy, quien estaba sentada en la barra, y sin dudarlo se acercó a ella.

—¿Sin pareja, guapa? Yo puedo serlo si quieres.— comentó divertida, haciendo que la pelinegra se girara hacia ella alegremente.

—¡Mills! Vas... genial, no tengo palabras sinceramente, te has lucido.— sinceró la joven, haciendo que la rubia se sonrojara mostrando sus dos hoyuelos en su rostro. —Bueno, ¿bailamos o qué?— preguntó dejando la copa y levantándose.

La pelinegra agarró de la mano a su mejor amiga y se adentraron en la pista de baile. Se dejaron llevar por muchas canciones de las que sonaron, siendo siempre el centro de atención de muchísimas de las personas que había allí, pero sobre todo, la atención de Ash sobre la rubia. Está al darse cuenta, quiso hacerle caso a Lex y a Maddy, sé tú misma. Aquello hizo que la joven se animase más y se metiera aún más en el ritmo de las canciones.

Mentiría si contase que la fiesta siguió igual de bien de cómo empezó.

Mills se encontraba sentada en un sillón, con una copa de Nestea con hielo en la mano, a lo que a simple vista parecía alcohol. Estaba algo enfadada, hacía tiempo que Maddy se había marchado sin decirle ni siquiera a dónde iba, así dejándola sola. De repente, su mirada se cruzó con la de un sujeto que también estaba sentado mientras bebía Coca Cola, era Ashtray. Este llevaba unos pantalones vaqueros grises algo rotos en las rodillas junto a un jersey azul oscuro, unas zapatillas blancas, un collar de plata, y tres anillos, se veía realmente bien. Este la observaba con una sonrisa ladeada en el rostro, y la ceja en la que tenía un corte estaba elevada, mientras le daba un sorbo a su refresco.

Unas inmensas mariposas se hicieron presentes en el estómago de la joven, quien no sabía cómo actuar en aquel momento. Una música lenta empezó a sonar, y todos los presentes formaron parejas para bailar, menos los dos jóvenes, quienes yacían aburridos pero comiéndose el uno al otro con la mirada. Desafortunadamente, algo llamó de nuevo la atención de la rubia, la figura de una joven pelinegra con la cabeza apoyada en el pecho de Nate Jacobs, era Maddy.

Una ira se hizo presente en el cuerpo de la joven, haciendo que su sangre hirviese, y por ello cerrara fuertemente los puños hasta alcanzar un color prácticamente blanco. De repente, soltó la copa que bebía en la mesa fuerte y bruscamente y se levantó yendo direccion al baño, porque como siguiera así iba a matar a Maddy y a Nate.

—Desde luego... esta pobre es estúpida.— se repetía bufando mientras pasaba su lengua por los dientes superiores, arañandosela levemente a causa de los brackets.

—Pasándotelo bien la fiesta, ¿eh, rubia?— comentó sarcástico Ashtray con los brazos cruzados y apoyado en el marco de la puerta.

—Sí, de puta madre.— contestó sarcástica de vuelta, haciendo que el joven soltase una carcajada disimulada.

—¿Te apetece que nos vayamos de aquí?— propuso algo más serio, captando toda la atención de ella.

—Sinceramente... no es mala idea.— contestó asintiendo. —¿A dónde vamos? En mi casa están mi madre y Jose.

—Entonces, vamos a la mía.— dijo incorporándose y empezando a salir.

—Pero, ¿y Fez? ¿Cómo vuelve?

—Andando.— dijo de broma, ganándose una mala mirada. —Yo vine en la moto, él en su coche.

—Está bien.

Ambos jóvenes se dirigieron hacia la salida, la rubia conectó su mirada con la de su mejor amiga, quien lucia preocupada. Mills solo le dirigió una mirada de desaprobación y un gesto de negación con su cabeza, para luego salir completamente del recinto e ir hacia la moto de Ashtray.

—Mh, ir con traje no es muy seguro en una moto, rubia.— anuncio pasándole un casco.

—¿Y qué quieres que haga? No sabía que iba a montarme en tu moto, no soy adivina, campeón.— contestó mal haciendo que el joven sonriera mientras arrancaba.

—Vale, tampoco vayas a pegarme, nena.

—Gilipollas.— susurró agarrándose al torso del pelinegro cuando se pusieron en marcha hacia la casa de él.

—¿¡Tenéis un tocadiscos!?— preguntó emocionada la joven acercándose a él. El pelinegro solo amaba verla así de entusiasmada con algo relacionado con la música.

—Ajá, es de mi abuela.— dijo sonriendo. —¿Quieres utilizarlo?

—¿Puedo? Es decir... es de tu abuela...— decía cuando fue interrumpida.

—Millie... está ahí para ser utilizado. Y créeme, que a mi abuela le hubiera gustado que lo utilizase alguien a quien le apasionara la música... como tú.— contestó haciendo que la sangre de la rubia se calentase y por ello sus mejillas se enrojecieran. —Ahí tienes los discos.

La joven emocionada al máximo se acercó a la torre de discos de vinilo, y empezó a ojearlos mientras los pasaba para elegir uno.

—¡Caray, tu abuela tenía tremendos gustos!— exclamó sorprendida.

Lo que no sabía, es que aquello había sido sacado del armario de su abuela, sabiendo que los gustos de la rubia eran los mismos que los de ella. Ashtray lo había planeado para que a ella le gustase, y poder regalarle todo.

—Puedes quedarte con todo.— comentó de repente, llamando la atención de la rubia.

—Ash, pero...

—Cállate. Mi abuela no va a despertar, y la que mejor va a cuidar todo esto eres tú.

—No sé, Ashtray...— decía mirando los discos y el tocadiscos.

—Sí lo sabes.— afirmó. —¿Ponemos uno? Elígelo tú.

—Mh... ¡hostia, Madonna y La Isla Bonita! Este sin duda.

—Está bien.— contesto sacando el disco y situándolo en el tocadiscos, para luego apoyar la fina aguja, y haciendo que la música empezase a sonar. —Ven, acércate.— dijo extendiéndole la mano.

Last night I dreamt of San Pedro
Just like I'd never gone, I knew the song

La rubia se la aceptó. —Ashtray, yo no sé...— dijo algo sonrojara sintiendo millones de mariposas por dentro de ella.

A young girl with eyes like the desert
It all seems like yesterday, not far away

—¿Te crees que yo sí? No será tan difícil.— contestó.

Tropical the island breeze
All of nature wild and free

Ambos jóvenes captaron enseguida el tempo de la música y comenzaron a concentrarse en ella. Tenían una mano unida, ir tras que la otra de ella estaba apoyada en el hombro de él, la de este estaba en la cintura de la joven.

All of nature wild and free
This is where I long to be
La isla bonita
And when the samba played
The sun would set so high
Ring through my ears and sting my eyes
Your Spanish lullaby
I fell in love with San Pedro
Warm wind carried on the sea, he called to me
Te dijo te amo
I prayed that the days would last
They went so fast
Tropical the island breeze
All of nature wild and free
This is where I long to be
La isla bonita
And when the samba played
The sun would set so high
Ring through my ears and sting my eyes
Your Spanish lullaby
I want to be where the sun warms the sky
When it's time for siesta you can watch them go by
Beautiful faces, no cares in this world
Where a girl loves a boy, and a boy loves a girl
Last night I dreamt of San Pedro
It all seems like yesterday, not far away

En aquellos momentos antes del último estribillo, Ashtray paró confundido mirando hacia abajo.

—¿Qué pasa? ¿Estás bien?— preguntó algo preocupada la joven por el comportamiento de este.

—Yo...— decía cuando se interrumpió el mismo mientras observaba los ojos verdes de la joven, y luego descender hasta su labios rojos. Aquello provocó que la joven hiciera lo mismo en él.

Ambos jóvenes sentían como sus corazones se encontraban en sus estómagos y que de un momento a otro iban a vomitar mariposas. Sentían como poco a poco se iban acercando, hasta el punto de escucharse sus respiraciones entrecortadas y enlazadas la una a la otra.

—¿Puedo?— preguntó de repente, haciendo que un fuerte nudo en el estómago de la joven se hiciera presente. ¿Realmente acaba de preguntarle aquello? ¿Estaba en un sueño?

La joven sonrojada y nerviosa asintió. —Ajá.

Aquello fue lo último que el joven necesitó para posar sus labios sobre los de ella, creando una unión de ambos. El aliento de ella a chicle de mora se mezcló con los de él de menta, los cuales habían comida apenas llegar a la casa. Para acompañar su primer beso, Ashtray ascendió su mano para posarla en la caliente y roja mejilla de la rubia, mientras que dejó la otra posada en su cintura. Aquel beso fue suave y tierno por parte de ambos, y desearon que jamás hubiese terminado.

Cuando se separaron, ninguno sabía lo que decir. Ashtray se sentía completo, pero dudó de si había hecho bien besarla o no, pues ella no decía nada, solo permanecía callada por la sorpresa. Sin embargo, esta última también se armó de valor y volvió a unirlos en otro tierno beso, el cual volvió a ser igual de perfecto que el anterior, y que hizo que ninguno de los jóvenes quisieran despertarse si aquello se tratase de un sueño.

"Y aquel fue nuestro primer beso, con la música esa para viejos de fondo. Pero en ese momento, debo admitir que fue inmejorable." relató un pelinegro entre risas, mientras recordaba su juventud.

¿Qué les pareció el cap?😻

Por cierto, hoy es mi cumple NAJAJAJA (28 de abril).   15🌮

No se olviden de VOTAR Y COMENTAR.

~Pau🐙

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