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Omnisciente
El rubio suspiró con nervios, estaba ansioso, faltaban tan solo horas y sus pies no dejaban de vagar por toda la cocina, alrededor de sus hermanos.
— Taehyun, quédate quieto, me estresas — Habló su hermano mayor guiando la taza de café a sus labios para beber éste.
— No puedo — Respondió el rubio y tomó una tostada con mermelada del plato de su hermabo menor para llevársela a la boca y saborearla.
Él más chico no se quejó, solo rió y le ofreció otra a lo que el rubio negó.
— Una es suficiente — Exclamó retirando la mermelada que había quedado en sus dedos.
El rubio observó como su hermano mayor había tomado el teléfono de línea.
— ¿A las 8? — Dijo el pelirosa — Oh...entiendo, entiendo, le digo entonces.
— ¿Qué pasó? — Preguntó el rubio.
— El psicólogo no estará disponible en la tarde por lo que sugirió cambiar el horario a hoy a las 8.
La mirada de Kang vagó por la cocina y tomó el celular de su hermano menor para ver la hora.
— Falta media hora — Dijo entre dientes con emoción.
Le había llamado a Jungkook para que lo llevase a su casa un rato y luego irse pero al parecer no iba a suceder.
El timbre de la casa resonó en la casa.
— Voy yo, Taehyun prepara tus cosas — Dijo el pelirosa limpiando su boca con una servilleta. Las manos de su pareja que estaban posesivamente sobre su cintura lo fue soltando dulcemente.
El mayor se dirigió hacia la puerta y la abrió.
Era Jungkook, éste sonrió al ver al pelirosa, quien a lo contrario bufó.
Yeonjun sabía que el pelinegro tenía una fuerte atracción hacia él desde que éste tenía 14 años.
— Hola, Jungkook — Le dijo con una sonrisa.
— Hola, lindo — Le respondió con una sonrisa también — ¿Taehyun está?
El pelirosa estuvo por responder pero el más alto ya había tomado su cintura para correrlo y poder entrar.
— Tan atrevido como siempre — Se quejó el mayor cerrando la puerta tras sí.
El pelinegro se acercó a Hueningkai, que se encontraba desayunando aún. La mano del pelinegro tomó el hombro del menor.
— Hola, cuñadito — Le dijo y Kai solo siguió comiendo.
Soobin por otra parte solo sonrió irónico.
— Oh, querido Socio — Exclamó el pelinegro hacia Soobin.
Soobin estuvo por protestar hasta que Yeonjun se acercó rápidamente.
— Jungkook. — Lo nombró y señaló con su índice como advertencia.
— ¿Si, lindo?
— Calma tus hormonas niño insolente y siéntate ahí a esperar a Taehyun — Le regañó el pelirosa.
— Uh, que sexy te vez cuando te enojas — Habló el pelinegro.
— Jungkook — El peliazul había dicho su nombre con un tono de advertencia.
— Está bien, está bien..— Respondió éste alzando las manos como si un arma le esté apuntando al cráneo.
El rubio ya había bajado a la sala.
— Vámonos. — Dijo éste mientras se colocaba su chaqueta y observaba a su amigo. — Ya deja a mi hermano, Jungkook.
— Como quieras — Habló el pelinegro mientras se acercaba a la puerta, Taehyun ya había salido.— Cuñado.
Hueningkai tomó el azúcar para usarla en su café y Soobin se la arrebató.
— Déjame tirarle este tarro de azúcar en la cabeza — Rogó Soobin, harto.
— Olvídalo — El pelirosa le quitó el objeto y se lo devolvió a Kai.
— Adiós. — Dijo el rubio desde afuera.
— Adiós, vuelve temprano.— Le dijo el pelirosa en voz alta.
— Yo me encargaré de eso, lindo. — Dijo Jungkook antes de cerrar la puerta.
— Insoportable — Bufó Kai devorando su desayuno.
La pareja carcajeó.
Kai era bastante amable y tranquilo hasta que Jungkook aparecía.
Beomgyu
Abrí los ojos de golpe al sentir el lado opuesto de la cama vacía.
Ya era de mañana.
Me senté en la cama y descubrí mi torso que anteriormente estaban bajo las sábanas.
Levanté mi rostro encontrándome con mi esposo, colocándose una camisa.
— ¿Ya te vas a trabajar?
— Si, cariño, lamento no haberte despertado.
— Tranquilo, hoy trabajo más tarde — Dije con una sonrisa y él se acercó a mi para depositar un beso en mis labios. — Mmm...cariño, no me he lavado la boca.
— Solo fue uno pequeño — Dijo entre risas.
Su camisa ya estaba abotonada, su saco liso puesto, sus pantalones de vestir planchados y sus zapatos limpios.
— ¿Hiciste lo que te pedí? — Le pregunté y el asintió.
— Sé que me dijiste que lo haga ayer pero me había olvidado asi que lo hice ésta mañana.
— Está bien, gracias.
— Adiós, te veo luego. — Dijo y asentí.
Cuando dejó la habitación solté un suspiro dejándome caer en el blando colchón.
Tenía los ojos cerrados cuando de repente mi celular hizo un escándalo, era una llamada.
Atendí sin haber visto el nombre y dirigí el teléfono a mi oreja.
— ¿Bueno? — Dije tratando de ocultar mi bostezo.
— Hola Gyu, Taehyun está yendo hacia tu oficina — Escuché a Yeonjun del otro lado de la línea.
— Está bien, lo espero.
Realmente no lo hacía, dios ayúdame.
• bd •
Beomgyu
Tomé asiento frente mi escritorio y con mis manos entrelazadas las apoyé en éste, mi mirada fija en ellas.
Estaba nervioso.
Mordí mi labio inferior tratando de despejar un poco mi mente.
— Bang Beomgyu — Escuché que una mujer había nombrado — Kang ha venido para su sesión.
— Ya estoy listo, que pase por favor.
Levanté la mirada cuando la puerta se había cerrado.
Estaba ahí, frente a mi, con su atuendo tan formal como informal, su cabello rubio, sus labios rosáceos entre abiertos y sus ojos perplejos.
Pestañeé unas veces y aclaré mi garganta dejando de observarlo.
— Puedes tomar asiento.
Mis ojos volvieron a mis manos y escuché sus pasos acercándose, la silla siendo arrastrada hacia atrás y su chaqueta haciendo un suave sonido al sentarse.
— Bien, Kang Taehyun — Dios, estoy malditamente nervioso. — Tú hermano mayor me llamó hace unos días hablándome acerca de una extraña conducta que él ha notado ¿Quieres hablar de eso? — Levanté la mirada hacia él ésta vez.
Él negó con la cabeza.
— ¿No?, mira, estás en absoluta confianza aquí...puedes contármelo.
No dijo nada.
— Está bien-
— ¿Te habló acerca de que estoy loco? — Me interrumpió.
— Él no me dijo eso, Taehyun.
— ¿Qué te dijo?
— Mira, me dijo que había notado que tú salías por las noches, él había creído que era hacia la casa de tu amigo pero que realmente no fue así. Me dijo que eras un dependiente al sexo.
— No creo eso.
— Para eso estás aquí, para saber exactamente qué está pasando contigo.
— Está bien.
— Bien, para que sepas del tema, hablamos de adicción al sexo cuando el deseo de mantener relaciones sexuales es demasiado frecuente y la búsqueda de satisfacción del mismo ocupa gran parte del día, o conlleva consecuencias negativas. Que quede claro que hay un tipo de adicción llevado por el placer y otro por algunos trastornos que como una consecuencia más trae a la adicción al sexo y ésta trae a algunos problemas tantos sociales, físicos y mentales hacia uno propio.
Él solo asentía con su mirada fija en mí.
Suspiré y seguí hablando.
— Bien, ¿cómo vas con las personas de tu entorno?, tu familia amigos etcétera.
— ¿Con ellos?, bien...no tengo ningún problema con ellos ni nadie.
— De acuerdo. ¿Consumes algún tipo de droga?
— No.
— ¿Sueles tener algún tipo de conducta, pensamientos u impulsos sexuales difíciles de controlar?
— No, las suelo tener únicamente cuando tengo sexo u antes de estár caliente.
— Mh...Bien, las personas que suelen padecer de ésta condición siempre tienen algo trasfondo, el abuso de las drogas, el alcohol, problemas de salud mental, tales como la depresión, ansiedad y problemas sociales. En cambio tú según tus respuestas parece simplemente ser un sátiro, adicto por el deseo y placer carnal de tu cuerpo con otro.
— ¿Hay tratamiento?
— El tratamiento que generalmente se suele llevar a cabo con la conducta sexual compulsiva es la psicoterapia y medicamentos para calmar esa ansiedad.
— Yo no siento ansiedad.
— ¿Qué sientes?
— Como si no he tenido sexo en mil años, todos los días es lo mismo.
— Vaya que eres un dependiente al sexo.
— Antes no lo era.
— Las personas con otras adicciones o problemas graves de salud mental o que representan una amenaza para los demás pueden beneficiarse- — Traté de cambiar de tema pero noté su mirada perdida.
Perdida en mi.
Su miraba bajó desde mi pecho a mi cintura, sé que solo observaba pero lo sentí como si esos ojos oscuros tuvieran sentido del tacto y hubiesen tocado por donde recorrieron visualmente.
— ¿Taehyun me oyes?
— No estoy enfermo — Soltó de repente y bufé.
— Yo no dije eso.
— No me siento enfermo, solo busco ese punto de éxtasis al tener sexo que nunca más volví a sentir y lo necesito de nuevo.
— Está bien...¿hace cuánto tiempo u cuánto crees tú que empezaste a tener éste tipo de adicción? — Ésta vez fui yo el que lo había escaneado completamente.
Sin ningún tipo de idea más allá del que me parezca apuesto...como siempre.
— Hace dos años, a fines de marzo.
— Maldición... — Solté y el suspiró. — Taehyun, si crees que es porque-
— Si, es justamente lo que creo — Me interrumpió, su mandíbula tensa.
Fruncí el entrecejo algo enojado, ¿acaso quería reclamarme algo?
— Mira, no sé bien cuál es tú problema, pero si crees que ésto es mi culpa estás muy equivocado.
— Bien, yo no creo que lo esté.
— Oh si, lo estás.
— Tú me hiciste dependiente al sexo. — Me amenazó con su índice y reí.
— ¿Yo?, eras tú el que no quería soltarme.
— No parecías quejarte.
— Okey...ya, suficiente, creo que no estamos yendo a ningún lado, dejemos el pasado de lado y tratemos la situación con profesionalismo.
Cubrí mi rostro con ambas manos con frustración.
— ¿Y ese anillo? — Preguntó y retiré mis manos.
— ¿Qué?
— Ese anillo es de compromiso ¿no?, ¿te casaste?
Mi mano izquierda había cubierto el mi dedo anular como si quisiera ocultar mi casamiento.
Oh por dios, si lo hice.
Rápidamente quité mi mano.
— ¿No querías que me entere? — Preguntó con burla y una sonrisa ladina en su rostro.
— Me importa muy poco si estás enterado o no, pero si, estoy comprometido.
El solo asintió y rió.
— Bien, como dije, no sé qué haya causado tu problema pero trataré de seguir los tratamientos que se suelen dar en estos casos, ¿está bien?, en estos días yo-
— Sigo pensando que fue tu culpa.
Dios, voy a pegarle.
— Ya deja de lado eso, no es así.
— Tan solo digo que-
— Taehyun, basta ¿a qué quieres llegar con ésta discusión?
— Quiero tener sexo contigo.
Abrí los ojos en demasía y fruncí el ceño nuevamente.
— ¿D-disculpa?
— Pienso que tú eres el problema y que tú personalmente debes arreglarlo.
— ¿Estás jugando no? — Pregunté y el negó — Olvídalo, no voy a cometer una locura.
Él me miró con una ceja arqueada y nuevamente una sonrisa sin enseñar los dientes.
— No vas a cometer una locura ¿eh?
— Cállate, eso fue hace tiempo, tenía 16 años y ya no es lo mismo. — Dije serio — Buscaremos otra solución pero no voy a tener sexo contigo.
— Vamos, tú empezaste esto con un acostón.
— Y tú lo terminaste con una mujer de una noche. — Dije entre dientes.
Capítulo concluido el lunes 16 de agosto a las 00:48 am del 2021
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