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» O5 «

JeongGuk resolvía los ejercicios que le había puesto el pelirrojo en un cuaderno, pero no podía evitar no concentrarse al máximo, de vez en cuando su mirada se posaba en Jung HoSeok que se encontraba enfrente de él con el celular en sus manos, estaba texteando algo y cada que le mandaba notificaciones sin dudarlo ni un solo segundo desbloqueaba su celular para leer los mensajes.

De alguna manera eso hacía a JeongGuk ponerse algo tenso, de vez en cuando pasaba una de sus manos por sus cabellos, no le gustaba que HoSeok le prestará más atención a ese aparato que a él.

— ¿Sucede algo? —JeongGuk apenas se había percatado que tenía la mirada puesta en HoSeok.

— Nada, es solo que...

— ¿No comprendes alguno de esos ejercicios? Jeon sabes muy bien que puedes decirme tus dudas.

En silencio JeongGuk dio un gesto de asentimiento y volvió su vista a los ejercicios, HoSeok por su parte mantuvo solo por unos momentos su vista puesta en Jeon JeongGuk para después volver a poner su vista en la pantalla de su celular.

— Aún me pregunto —de nuevo el pelirrojo miro a JeongGuk—, el por qué nos separamos...

— Solo sucedió, no deberías darle vueltas al asunto, concéntrate.

— No HoSeok —el pelirrojo se vio un poco sorprendido, era la primera vez en mucho tiempo que ese pelinegro decía su nombre—, no puedo sí sigo pensando en ello. Sé que no me diste una respuesta cuando te dije que quería volver a comenzar, y quiero saberla ahora, pero antes, necesito que aclaremos el por qué nos separamos, antes éramos como uña y mugre, ¿qué sucedió?

HoSeok dejo su celular sobre la cama y miro a Jeon JeongGuk a los ojos.

— Sucedió que tú y yo ya no teníamos algo más que compartir entre nosotros, te interesaron de un de repente las mujeres, volverte un gran casanova, ese era el principal objetivo para ti, en cuanto a mí... solo no quise otro amigo tan cercano en mí vida, ¿estás feliz? Ya he respondido tus dudas, así que apresúrate con eso —señalo el cuaderno.

— Creo que aquí la verdadera respuesta es que tú te apartaste de mí.

— No digas tonterías, sí fuera por mí aún serías amigo mío —JeongGuk le sonrió en respuesta—, pero las cosas han cambiado.

— No han cambiado, HoSeok desde que nos separamos no sé, me siento extraño, y más cuando cada que nos encontramos por algún lugar de la escuela, terminamos discutiendo, sinceramente no me agrada en lo absoluto llamarte por tú apellido cada que nos vemos. Extraño decirte HoSeok.

— ¿Y piensas qué estoy en la misma situación que tú?

— Supongo que sí.

Claro que no estaba equivocado, cuando JeongGuk estaba en su casa, a veces quería decirle 'JeongGukie' como ya tenía costumbre de hacerlo, pero su mente lo detenía evitando que de su boca saliera aquel tierno apodo, y se cambiará totalmente por 'Jeon'.

— Además, ¿qué me dices de ti? También has cambiado y tal vez demasiado, te he visto, te consideran todo un chico peligroso y mal hablado que solo piensa en destruir el instituto y créeme que para mí no das esa imagen.

— Eso es porque nos conocemos de hace mucho, pero créeme que sí me vieras por ahí dirías lo mismo que toda esa bola de estúpidos.

— No lo pensaría —HoSeok lo miro—, de hecho te vería y sabría que dentro de ese chico pretenciosamente rudo, hay alguien muy tierno y cariñoso.

— No te atreverías ni a acercarte a mí.

— ¿Estás seguro de ello?

HoSeok suspiro, su vista paso a una de las repisas del librero que se encontraba en su habitación, se levanto de la cama y se dirigió hacia allí bajo la atenta mirada del pelinegro.

El pelirrojo se estiro un poco de puntitas para alcanzar una vieja caja de zapatos que estaba arriba, al bajarla soplo la tapa que estaba cubierta por polvo, JeongGuk tocio al respirarlo, no le gustaba el polvo, más porque parecía que se activaba algo en él que lo hacía estornudar sin parar.

— ¿Recuerdas esto? —pregunto HoSeok mostrándole la caja.

— Sea lo que sea, deberías pasarle un trapo encima.

— Mejor deberías hacerte un chequeo para ver sí eres alérgico al polvo.

JeongGuk rodó los ojos sin darse cuenta de que HoSeok le había sonreído de lado.

— ¿No lo recuerdas?

— Sí lo recuerdo, allí guardaste... —se quedo en silencio unos momentos—, un segundo, esa caja estaba enterrada en el parque.

— Correcto.

JeongGuk miro como HoSeok se sentaba de nueva cuenta en la cama y coloco la caja en medio de ambos, JeongGuk dejo el cuaderno a su lado y puso su mirada en aquella caja.

— La saque justo cuando te había dejado en tú casa, pensé que con la humedad de la tierra cuando estuviera mojada, arruinaría lo que estaría aquí dentro —señalo la caja—, así que en cuanto vi que entraste a tú casa, corrí de vuelta al parque para desenterrarla y llevarla a mí casa, gran decisión ¿no crees?

El pelinegro sonrió al ver la caja, apenas y recordaba algunas de las cosas que había guardado en ella, la habían enterrado cuando apenas JeongGuk tenía nueve años y HoSeok tenía diez, ahora él tenía diecinueve y HoSeok veinte, que rápido pasaba el tiempo.

— Diez años, ni siquiera lo creo —comento JeongGuk acariciando la tapa de la caja, no le importo el polvo—, cuando dejamos de hablarnos teníamos.

— Dieciséis y diecisiete —completo HoSeok alzando los hombros levemente—, tres años sin hablarnos, ¿quién lo diría? Y ahora estás en estos momentos en mí casa, sentado en mí cama, y estamos hablando, increíble.

— Más que eso diría yo, ¿puedo abrirla?

— Es de los dos, adelante.

JeongGuk abrió la caja, encontrándose con todo tipo de cosas, había inclusive hojas secas, dos cuadernos pequeños, colores, un yoyo, dos trompos azules, un llavero de un oso, pinturas que seguramente estaban secas, carritos de plástico, inclusive un pequeño peluche de una jirafa.

— Todo esto me trae tantos recuerdos —comento HoSeok mirando también la caja—. Sin duda inolvidables.

JeongGuk paso saliva y aparto la vista de la caja, después su mirada paso al pelirrojo que aún observaba la caja, sin más tomo las manos de HoSeok, estaba decidido, era ahora o nunca.

— HoSeok, por favor, creo que es momento de volver a empezar. Sé que de nueva cuenta te vas a negar, pero ver la caja llena de estás cosas, y saber que la estoy viendo contigo, me hace pensar que es un buen comienzo para una amistad duradera, y quiero que sea así, por favor, deberías aceptar, prometo no ser más un casanova.

— ¿Significa que ya no podré dar miedo a media escuela?

— Bueno, sí... después de todo no voy a resistir en abrazar a mí mejor amigo.

¿Su mejor amigo? Vaya que JeongGuk estaba decidido.

— Bien, lo haré, pero sí te vuelvo a ver ligando.

— Me patearás el trasero, lo sé...

— Es bueno que lo sepas, Gukie.

Jeon JeongGuk sintió sus mejillas sonrojar al escuchar de nueva cuenta aquel apodo que tanto extrañaba.

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