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Cap.10❜

- Aquella mañana Ni-Ki no caminó hacia su aula como normalmente, sino que en su lugar se dirigió a los vestidores de los chicos en el gimnasio de la escuela. Tenía Educación Física a primera hora. Al entrar notó que había bastantes chicos, entre ellos, algunos de otro grupo. Seguro también les tocaba a esa hora. Sin darle mucha importancia se dirigió a su casillero para buscar su ropa de deporte.

La misma consistía en unos shorts rojos que quedaban un par de centímetros por encima de sus rodillas, y una camiseta blanca, con los bordes de sus mangas y cuello también rojos. También tenía un par de zapatillas, que eran mayormente de color blanco, que solo usaba para estas clases. Empezó a quitarse sus zapatos y luego el pantalón mientras a su alrededor lo rodeaba el bullicio de sus compañeros de clase hablando animadamente.

—Oye, así que hoy habrá carreras ¿Estaremos bien? He oído que ellos tienen a un alfa que es muy rápido. — en los casilleros de su lado, hablaban un par de compañeros de clase, por lo que no podía evitar escuchar lo que estos decían.

—Oh, sí. Sé de quién hablas, he oído hablar de él, creo que todos lo hemos hecho, en realidad. – le respondió el otro chico – Pero nosotros estaremos bien, después de todo tenemos al Presidente. ¿No es cierto, Presidente?

Ni-Ki iba a ponerse su camiseta cuando su compañero habló con él. Se quedó sosteniendo esta en sus manos, dejando a la vista su pecho, sus marcados abdominales también se veían un poco, pero sobre todo su espalda. Aquella espalda ancha y con músculos algo definidos, de una hermosa piel blanca y que bajaba hasta terminar en el elástico de su short rojo. Miró con algo de confusión al chico que le había hablado.

—Desde hace un rato estoy oyendo su conversación, pero realmente no entiendo de que hablan.

—Presidente, ¿no lo sabes? El profesor me contó que la clase de hoy será junto con el grupo 2-B.

—Así es. Y por lo visto competiremos en carreras. Queremos ganar ¡definitivamente!

Ambos chicos hablaban entusiasmados.

—Ah, así que eso era. La verdad es que no tenía ni idea. – el peli rubio hizo un ademán con sus hombros sin interés – Creo que no deberían preocuparse demasiado por ganar, mejor diviértanse y pásenla bien con sus amigos del otro grupo.

— ¡Sí! – respondieron al unísono para luego alejarse hacia la salida.

Ni-Ki se quedó pensando un poco, aún mantenía la puerta de su casillero abierta, y la camiseta en sus manos. Así que el 2-B; era la primera vez que compartían la clase con ese grupo.

Mientras andaba entretenido con sus pensamientos, la sensación de un frío dedo bajando por toda su columna lo sobresaltó y lo hizo soltar un chillido casi imperceptible. Se volteó solo para encontrarse con aquella sonrisa insolente que tanto le molestaba.

Acababa de recordar, el 2-B era el grupo de SungHoon, y de paso, el de Seon también. Genial. Doble premio. Cruzó sus brazos sobre su pecho, como casi siempre hacía cuando regañaba a alguien y miró al azabache con mala cara.

— ¿Podrías abstenerte de tocarme sin mi permiso? Es impertinente y de mala educación.

SungHoon apoyó su cuerpo en el casillero que estaba junto al de Ni-Ki, y cruzó sus pies uno por encima del otro. La sonrisa en su rostro no desaparecía.

— ¿Eso significa que si me das permiso si puedo tocarte?— inquirió el alfa sonando un tanto sarcástico — Además es tu culpa, Presidente. Sé que estamos en el vestidor, pero hace un rato te estoy mirando y llevas bastante tiempo sin tu camisa, innecesariamente. ¿No te la pondrás?

El peli rubio miró su cuerpo dándose cuenta de que el contrario tenía razón, estaba tan entretenido que realmente no se había dado cuenta. Con un leve sonrojo se puso rápidamente la prenda de ropa, quedando ya totalmente vestido.

—Tú eres realmente un pervertido. – cerró la puerta de su casillero para luego mirar al alfa con molestia – Un alien pervertido. Podría castigarte por acoso en la escuela.

— ¿Qué dices, Presidente? Aquí estamos en los vestidores donde todos nos cambiamos de ropa. Da la casualidad que te vi mientras te cambiabas, como bien pudo haberlo hecho cualquiera. No puedes castigar a nadie por eso. – habló con aire triunfal sabiendo bien que tenía la razón.

Ni-Ki chasqueó su lengua, aquel chico siempre parecía tener una respuesta para rebatirlo, y eso le molestaba demasiado. Miró al resto de estudiantes que terminaban de cambiarse y palmeó sus manos con fuerza para llamar su atención.

— ¡Muy bien, todos! ¡Vayan hacia el campus ya, la clase va a comenzar! – todos los estudiantes respondieron con una enérgica afirmación y se dirigieron hacia la salida – Por supuesto tú también, Park SungHoon. – le dijo para luego darle la espalda e irse.

Ya con todos los estudiantes, chicas y chicos, en el campus de la escuela destinado para las clases de Educación Física durante el día, y el cual era usado por algunos clubes de deporte durante la tarde, la clase dio comienzo.

Primero comenzaron con el calentamiento mientras se movían al ritmo del silbato de su profesor, quien los guiaba. Cada vez que Ni-Ki se agachaba o se estiraba hacia adelante, sus shorts se subían un poco, marcando atractivamente sus gruesos muslos y su formado trasero.

Aquella era una vista digna de admirar para el alfa azabache, quien hacía sus movimientos como todos los demás, pero sin poder quitar sus ojos de encima del otro. Se preguntaba si realmente era un pervertido como el omega le había dicho. Pero es que en verdad era muy difícil no apreciar a alguien tan sensual como lo era Ni-Ki.

Luego del calentamiento, el profesor se dedicó a organizar las carreras de las chicas, quienes correrían primero mientras que los varones esperaban sentados y viendo.

Ni-Ki fue a sentarse en las gradas que rodeaban la pista y una brillante cabellera castaña se acercó a él.

—Buenos días, Presidente. No lo había visto hoy. – Seon habló con el mismo tono alegre que siempre usaba últimamente.

—Oh, Seon, buenos días. Tampoco te había visto, milagrosamente. – le respondió el chico de cabello rubio mientras apoyaba una de sus mejillas en su palma abierta, para observar las carreras.

—Estoy emocionado por las carreras de hoy, ya quiero correr. Tengo muchas energías. – el alfa daba pequeños trotes en el lugar con impaciencia – Bueno, yo soy rápido, pero en mi grupo realmente no creo que haya nadie que pueda ganarle a SungHoon.

Ni-Ki cambió su atención hacia él.

—Antes también escuché algo de eso. ¿Realmente es tan rápido?

El castaño asintió.

—Así es. Ese chico no solo tiene excelentes notas, también es bueno en los deportes. Creo que en realidad es bueno para todo. – ambos chicos miraron esta vez a SungHoon quien se encontraba a cierta distancia de ellos, tomando agua – Incluso oí el rumor de que el Club de Atletismo le pidió que se uniera a ellos pero que él los rechazó porque prefería el Club de Música.

Una pequeña sonrisa divertida apareció en los labios de Ni-Ki. Aquello sonaba como un reto demasiado interesante para él. Nada lo alegraría más que ganarle a ese alfa que se creía perfecto en todo y darle una lección. Borrar todo rastro de satisfacción de su cara y en su lugar sustituirla por la derrota sería algo digno de lograr. Más después de todo lo que el alfa hacía para molestarlo a él.

Finalmente las carreras de las chicas terminaron y todas estas se dirigían a las gradas a sentarse, tratando de recuperar el aire y quejándose un poco por el calor y cansancio. Todos los chicos se dirigieron entonces a la pista, esperando las instrucciones del profesor.

—Muy bien, se dividirán en grupos de dos para correr dos vueltas enteras a la pista. Un corredor de cada grupo, pueden elegir sus parejas para correr. Pero primero seleccionen un líder para cada equipo. – habló el profesor, un alfa alto y robusto, de voz grave, y con cejas y bigote igual de tupidos.

— ¡Park SungHoon en nuestro equipo, señor! – exclamó unos de los estudiantes del 2-B, levantando su mano.

— ¡Nishimura Riki en el nuestro! – hizo lo mismo uno del 2-A.
Ninguno de los mencionados presentó objeción por lo que el profesor asintió y pasó a explicarles las reglas de la carrera.

—Bien, como dije antes darán dos vueltas completas a la pista. Según el equipo que gane irán acumulando un punto. Sin embargo, para los líderes esto aumentará a tres puntos, lo cual puede ser decisivo para el resultado final. ¡Así que esfuércense por su equipo y por su líder! El ganador podrá elegir un castigo para el equipo contrario, así como el deporte que prefieran jugar en la próxima clase. – terminó de explicar el alfa.

Todos los estudiantes reventaron en algarabía entusiasmados por las palabras de su profesor. Ambos equipos estaban realmente motivados a ganar, llenado el ambiente con algo de tensión y muchas expectativas.

Pero el más determinado de todos era Ni-Ki. Correría contra SungHoon, justo como lo deseaba, y le daría la victoria a su equipo. Lo derrotaría en frente de todos sus compañeros de clases.

Se pararon cerca de la pista a esperar su turno pues ellos serían los últimos. Las chicas en las gradas animaban a sus compañeros, gritándoles palabras de aliento para darles ánimos.

El alfa más alto se acercó a él, parándose justo a su lado.

—Presidente, espero una buena carrera. Me han dicho que eres bastante rápido, pero no creo que puedas ganarme. – le dijo el azabache muy seguro de sus propias palabras.

Ni-Ki soltó una risa orgullosa, retando al contrario.

—Llevaré la victoria a mi equipo, SungHoon. Tomaré ese título del corredor más rápido que muchos te han puesto. Si has logrado mantenerlo hasta ahora es porque nunca has corrido contra mí. – su mentón se encontraba alzado y su pecho inflado, pareciendo imponente ante el otro alfa.

—Una declaración muy audaz. Me gusta eso. Ya veremos de qué estás hecho. — respondió el más alto para luego alejarse y calentar un poco más, preparándose para su turno.

Ni-Ki hizo lo mismo y luego de un rato finalmente había llegado el tan esperado turno de ambos.

Ambos equipos se encontraban empatados 7 a 7, así que realmente la victoria era responsabilidad de ellos. Y eso solo hacía a Ni-Ki arder con más ímpetu. La emoción corría por sus venas y hacía que su corazón bombeara más rápido mientras se paraba en la línea de salida, tomando la posición para correr.

Su mirada se hallaba fija hacia el frente, su cuerpo contraído, con sus manos apoyadas justo detrás de la línea, y el peso de su cuerpo repartiéndose entre estas y su rodilla, su pierna delantera estirada fuertemente y la otra estirada hacia atrás.

Estaba listo, y echó un vistazo de reojo a su contrincante, viendo como este se encontraba igual, se podía ver la determinación en sus azulados ojos. Y eso le parecía prefecto, el también se lo tomaría muy en serio.

Al oír el primer silbato del profesor ambos chicos levantaron la parte trasera de sus cuerpos para tomar impulso y en el segundo salieron disparados hacia la pista, comenzado así el trayecto.

Los gritos de sus compañeros de aula se oían en todo el lugar. Todo el mundo animaba a su respectivo líder, gritando lo más alto que le permitían sus gargantas. Pero Ni-Ki realmente no los oía, estaba demasiado enfocado en el carril que se extendía ante sus ojos.

Sabía que el comienzo de una carrera era decisivo para el final, así que había comenzado con bastante energía. Por ahora se mantenía a la delantera, pero podía sentir el azabache pisándole los talones, sí era bastante rápido, pero él no se rendiría. Movía sus brazos al ritmo del pie contrario, con una potencia y postura dignas de un corredor profesional. Los músculos de su pantorrillas, rodillas y muslos se encontraban rígidos debido el esfuerzo. Su cuerpo en una postura recta y sin perder de vista el frente.

Justo cuando cruzó la línea para dar comienzo a la segunda y última vuelta, vio pasar a su oponente por su lado, tan rápido que se sintió como una ráfaga de viento. Eso lo descolocó por unos segundos, oyendo los gritos de alegría de los chicos y chicas del otro grupo.

Ahora podía observar al alfa corriendo justo delante de él, con sus largas y fuertes piernas moviéndose a una velocidad increíble, sus cabellos azabaches siendo despeinados por el aire, y su ancha espalda que se contraía por sus duros pero certeros movimientos.

Volvió a retomar el enfoque y se decidió a sobrepasarlo otra vez, esta era la última vuelta, la determinante del final. Su respiración salía acelerada y pesada por sus fosas nasales, sintiendo sus pulmones arder.

Tomó una fuerte bocanada de aire antes de decidirse a aumentar la velocidad, si es que eso era posible. El resto de los estudiantes mirando asombrados cómo efectivamente se acercaba poco a poco a quien ahora mantenía el primer lugar.

Justo cuando finalmente iba a alcanzarlo, y a pocos metros de la meta, su velocidad desmedida le jugó una mala pasada, haciendo que uno de pies tropezara con el otro. Inevitablemente su cuerpo se fue directamente hacia el suelo, dándole apenas tiempo de poner sus manos delante para evitar que su cara se reventara contra este. Cayó en sus rodillas, con sus manos apoyadas.

SungHoon se detuvo al sentir el estruendo a sus espaldas y rápidamente corrió en su dirección. Lo mismo hizo el resto de los estudiantes, acercándose a él preocupados.

—Presidente, ¿estás bien?

— ¿Tienes alguna herida?

— ¿Te duele algo?

—Hay que llevarlo a la enfermería, ¡rápido!

Varios estudiantes preocupados le llenaban de preguntas a la misma vez, entre ellos Seon,  mientras se encontraban rodeándolo en un círculo. Ni-Ki se dio la vuelta para quedar sentado en el piso, aun recuperándose de la caída.

—Chicos, cálmense, estoy bien. Solo fue una caída tonta. Que vergüenza, por dios. – habló el peli rubio luciendo calmado y dedicándole una pequeña sonrisa a sus compañeros para que estos no se preocuparan.

Pero la sangre que manchaba sus rodillas y los raspones en sus manos no decían lo mismo. Un cuerpo se hizo paso entre los estudiantes y Ni-Ki vio como una mano abierta se estiraba justo frente a su rostro.

— ¿Puedes pararte? – era SungHoon quien le tendía su ayuda para que se levantara del piso.

Ni-Ki tomó su mano, siendo halado hacia arriba por la fuerza del alfa. Al principio no había sentido dolor debido a la adrenalina, pero ahora que se paraba podía sentir el ardor en sus heridas, lo que lo hizo quejarse bajito.

El alfa tomó uno de sus brazos y lo pasó por encima de sus hombros, reforzando el agarre con una de sus manos mientras que la otra la pasó por detrás de la cintura del omega, agarrándolo firmemente para que este pudiera caminar mejor.

—Profesor, yo llevaré al Presidente a la Enfermería. – dijo cortamente el alfa empezando a caminar sin realmente esperar una respuesta.

—Muy bien, Park. Te lo encargo. – le respondió el mencionado viendo a sus dos estudiantes retirarse – Los demás, de vuelta a la clase.

Ambos chicos oyeron las quejas de sus compañeros mientras se alejaban cada vez más de la pista.

Ni-Ki no decía nada realmente, solo miraba al suelo, mientras cojeaba y se apoyaba del firme cuerpo del alfa. Internamente estaba muriendo de la vergüenza. Había retado al chico que ahora lo ayudaba y solo había quedado como un tonto cayéndose delante de todos.

Había querido humillar a SungHoon, pero el humillado había sido él. Quería llorar de la pena y el dolor en sus rodillas, pero obviamente no lo haría, no podía caer más bajo. Solo se dedicó a caminar como podía hacia la Enfermería, en las manos de su oponente.

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