ARLINA Y ALICE DECIDIERON VISITAR A CHARLIE SWAN EL DÍA ANTES DE LA PELEA, estaban paradas en los escalones del porche cuando Bella estacionó y salió, mirándolas con una expresión confusa.

Alice soltó una risita y Arlina sonrió ampliamente, Charlie simplemente las miró, divertido.

"Sí. Un honor para Scout" Le dijo Alice con una dulce sonrisa y Charlie asintió.

"Está bien, chicas, no sean extrañas" les dijo Charlie a ambas mientras se alejaban, y las dos se rieron simultáneamente.

"Está bien" Murmuró Arlina, sonriéndole mientras esperaba que Bella se acercara. Alice se paró frente a Bella y la pelirroja la siguió, de pie junto a su hermana.

"Tu coartada para la batalla está preparada", le dijo Alicia a la chica Swan con una linda sonrisa.

"¿En serio?" preguntó Bella, sus ojos iluminándose por la sorpresa.

"Le dijimos a tu padre que toda nuestra familia va a acampar este fin de semana, así que las tres vamos a pasar la noche en nuestra casa". La chica más pequeña miró a su hermana y se rió, y Arlina le devolvió la sonrisa con una breve risita.

"Charlie va a pescar de todos modos" agregó la antes mencionada, quitando importancia a algunas de las preocupaciones de Bella y la humana asintió brevemente, contenta de que su padre no estuviera preocupado por dónde estaba.

"¿Charlie?" Bella frunció el ceño, confundida y se burló con una sonrisa, "¿Ustedes se llaman por su nombre de pila ahora?".

"A nosotras nos gusta". Alice hizo un gesto entre las dos con su dedo índice y Arlina de repente se adelantó para abrazar a la morena, sonriendo en su hombro antes de alejarse, parándose a su lado con su brazo sobre sus hombros. "En realidad, tú y Edward tendrán la casa para ustedes solos esta noche".

Bella se sorprendió por un minuto y dudó mientras hablaba: "¿S-sola?".

"Todos vamos a cazar. Preparándonos para la batalla". Alice se rió del nerviosismo de Bella, la humana se rió entre dientes y se burló, emocionada por lo que traería la noche.

"De nada". Alice arqueó las cejas hacia la chica antes de saltar hacia Arlina, enganchándose de los brazos y tirándola hacia el vehículo que conducían.

"Me pregunto qué van a hacer". Arlina frunció el ceño ante Alice, quien se rió mientras encendía el auto, saliendo del estacionamiento y conduciendo hacia la calle.

"No te lo voy a decir". Alice puso su dedo sobre sus labios, haciendo un gesto de que iba a guardar silencio y Arlina gimió, inclinando su cabeza hacia atrás.

"¡Vamos, dímelo, A!" Rogó Arlina y Alice negó con la cabeza.

"No puedo, lo siento, Lina". Alice le sonrió ampliamente a la pelirroja, que la fulminaba con la mirada de forma juguetona. Pasaron el resto del trayecto riéndose y preparándose para el caos que les esperaba al día siguiente.

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"¿ALGUNA VEZ USTEDES, LES GUSTA SALTAR CUANDO SE MIRAN AL ESPEJO?", preguntó Arlina a los miembros de su familia que estaban mirando el bosque que la rodeaba y Emmett se rió entre dientes, confundido por la pregunta al azar.

"¿Qué? Hablo en serio".

"No puedo entenderlo, me examino cada vez que puedo". Emmett sonrió y frunció el ceño en dirección a su esposa y su mejor amigo cuando ambos se burlaron. Rosalie le dio un puñetazo en el brazo riéndose de su arrogancia y salió corriendo en busca de un ciervo.

"Eres un tipo extraño". Arlina exhaló y sus ojos se oscurecieron cuando escuchó una ramita romperse en la distancia, giró la cabeza rápidamente y Emmett siguió sus acciones, mirando a su alrededor también.

Un gran oso pardo se encontraba en un claro del bosque, arañando un árbol y sin darse cuenta de que los depredadores lo observaban. Los dos vampiros se miraron con complicidad antes de asentir y avanzar lentamente. Con un salto rápido, hundieron los dientes en el oso y le sacaron la sangre.

El oso yacía inerte en el suelo y Emmett se limpió la boca, ya que era conocido por ser un comedor desordenado. "¡Toma eso, perra!" Emmett señaló al oso, que le recordaba un poco al oso que había terminado con su vida y Arlina se rió.

"¿Alguna vez has oído hablar del oso andino?", preguntó Arlina mientras aplastaba suavemente las hojas bajo sus pies, disfrutando del satisfactorio sonido que producían al desgarrarse.

"No, ¿Qué es un oso andino?" Emmett frunció el ceño y Arlina se rió entre dientes, sin sorprenderse de que no estuviera informado sobre las diferentes especies de osos.

"Es un oso de anteojos. Es el último oso de cara corta que queda y es ilegal matarlos", explicó, mientras el viento de la noche oscura soplaba a través de su pelo rojo y Emmett la seguía, caminando por la hierba que sobresalía del suelo.

"Vaya, no lo sabía, ¿Qué otros osos hay que yo no conozca, sabelotodo?" Lo apodó y Arlina se rió levemente antes de pensar en otras especies de osos.

"¿Oso perezoso?" Lo miró y él negó con la cabeza, permitiéndole continuar. "Viven en Sri Lanka, India, Bután, Nepal y Bangladesh. Se los puede escuchar chupando termitas a kilómetros de distancia".

"Interesante, ¿Donde aprendiste eso?" Asintió, mirando cómo sus pies crujían en la hierba bajo él.

"No estoy segura en realidad, debe tener algo que ver con mi vida humana". La pelirroja se encogió de hombros y sonrió, escucharon otra ramita romperse y giraron la cabeza en esa dirección, viendo un enorme ciervo marrón, "¡Te apuesto una carrera!".

Ella corrió hacia él riendo y él gimió, corriendo tras ella, pero antes de que pudieran atrapar al animal, Rosalie saltó y mordió al ciervo, robándole su presa.

"¡Rosa!" Arlina se puso de pie y la miró con una sonrisa persistente y Rosalie terminó, mirándola con una risa.

"Lo siento, hermanita". Rosalie se levantó y se limpió la suciedad de los pantalones. "Oh, mierda, hay manchas de hierba en mis pantalones".

"Te ayudaré a quitártelos". Emmett movió las cejas hacia su esposa y Rosalie sonrió mientras él se acercaba a ella y la rodeaba con su brazo.

"Qué asco, chicos, consigan una habitación". Arlina hizo una mueca, dándose la vuelta para darles privacidad y los escuchó reír a ambos antes de besarse, lo que provocó que la más joven de los Cullen sonriera levemente, feliz por la linda pareja a la que aspiraba ser algún día.