capítulo once
La sala de golpe se encuentra en silencio, y YoonGi siente la emoción burbujeando en la boca de su estómago. A pesar de que la noche iba a ser junto a Iris, la idea de tener a JiMin solo para él ahora no suena para nada mal.
─Hey abuelo, al parecer nos hemos quedado solos ─ JiMin dice con una sonrisa divertida dejando el bol de palomitas sobre la mesita de café.
YoonGi lo mira, y se muere por besarlo, por acariciar su cabello castaño y descubrir si es tan suave como parece, se muere por entrelazar su mano con la de JiMin y quedarse así eternamente. Pero sin embargo, se limita a sonreír. Había algo en lo cómodo que se sentía con el castaño que hacía que YoonGi quisiera sentarse en su regazo y besarlo durante horas, quizás hasta que el sol saliera y las estrellas fueran invisibles.
─Eso parece ─Susurra mirándolo con un leve sonrojo por sus propios pensamientos, y agradece que la única luz que hay en la sala sea la del televisor.
─¿Quieres que me vaya? ─ JiMin le pregunta y YoonGi niega rápidamente.
─No, quédate.
JiMin sonríe y YoonGi podría jurar que sus ojos se iluminan en la oscuridad de la noche.
─Si me lo pides así no puedo negarme ─YoonGi sonríe, enseñando sus característica sonrisa de gomita─ ¿Seguimos viendo la película? Sorprendentemente me está gustando bastante.
─Te emocionas con unos nuggets de dinosaurios, ya nada me sorprende ─Dice divertido a lo que JiMin rueda los ojos.
YoonGi pone de nuevo la película, sentándose un tanto alejado de JiMin y comenzando a jugar con las mangas de su suéter un tanto nervioso. Siente la mirada de JiMin sobre él, pero no se atreve a mirarlo de vuelta, tan solo mantiene su mirada clavada en la película y pretende que su corazón no está desbocado.
─Ven aquí ─JiMin dice en un susurro haciendo que YoonGi finalmente lo mire.
JiMin abre levemente los brazos y deja un hueco a su lado para que YoonGi pudiera tumbarse con él, y el corazón del pálido parece detenerse de golpe. Sonríe nervioso antes de acercarse hasta JiMin, tumbándose con cuidado justo a su lado.
JiMin no parece muy satisfecho, así que coloca su brazo por debajo del cuerpo de YoonGi y lo pega más a él. Seguidamente toma una de las mantas que se encuentran esparcidas por el sofá y tapa al pálido, dejando un beso en su frente antes de abrazarlo.
YoonGi siente cómo todo su cuerpo se llena de calor ante eso, y tiene una sensación tan agradable en su pecho que quiere taparse el rostro con una almohada y gritar de la emoción. Eso era lo que YoonGi siempre había anhelado, sentir ese cálido sentimiento en su pecho que gritaba "esto es todo lo que buscabas, así es como se siente"
─¿Estás bien? ─Lo pregunta en voz baja, mirándolo con ojos brillosos. Y YoonGi siente las malditas mariposas revolotear sin cesar de un lado a otro.
─Sí ─Susurra mirándolo a los ojos.
─Bien ─Asiente con una pequeña sonrisa.
JiMin vuelve a dirigir su atención a la película, pero YoonGi no puede concentrarse en nada más que no sea él. En JiMin abrazándolo, en su aroma y en cómo se veía tan tranquilo viendo una estúpida película para niños.
YoonGi podría quedarse horas observándolo, tan solo analizando cada pequeña parte de él.
─JiMin─Lo llama entonces en un murmuro que apenas puede escucharse sobre el sonido de la televisión, pero JiMin lo mira.
─¿Si? ─Pregunta, poniendo ahora toda su atención en el pálido.
Hay tantas cosas que YoonGi quiere decir, tantas cosas que desea que JiMin sepa. Pero ni siquiera sabe por dónde empezar.
─Me alegra que estés aquí ─Es lo que termina diciendo, intentando hacerle saber que realmente aquello era importante para él.
Una enorme sonrisa se dibuja en los labios del castaño, y YoonGi se muere por besarlo.
─A mi también.
─¿Dirías que está siendo una buena cita? ─Pregunta un tanto tímido pero con una pequeña sonrisa divertida en su rostro.
─Diría que está siendo la mejor cita que he tenido nunca ─Afirma levantando su mano para apartar uno de los mechones de YoonGi fuera de su rostro.
─No debes de haber tenido citas muy buenas entonces ─Responde entonces, con las mejillas rojizas ante el acto.
JiMin lo mira falsamente ofendido antes de negar.
─Para tu información, he tenido citas increíbles.
─¿Y esta es la mejor de todas? ─Pregunta levantando una ceja.
El castaño frunce levemente el ceño mientras asiente.
─Claro, en las otras no había nuggets de dinosaurio.
Aquello le arranca una risa sincera al pálido, que rápidamente oculta con su mano.
─Supéralo ─Le dice aún con una grande sonrisa.
─Nunca, pero si me dejas hacer la cena en nuestra próxima cita puedo intentarlo.
"Nuestra próxima cita" Las palabras se graban a fuego en el pecho del pálido, su corazón se acelera rápidamente. Las palabras se sienten como la brisa más agradable una tarde de verano, como llegar a casa y preparar tu comida favorita, como bailar bajo la lluvia mientras ríes.
JiMin realmente quería otra cita con él, quería cocinar para él. ¿Cómo podría YoonGi negarse a ello?
─Acepto. ─Sonríe ampliamente.
─No te arrepentirás.
YoonGi está seguro de eso, de que no podría arrepentirse de nada que tuviera que ver con JiMin.
─¿Cómo era eso de que no sabías cocinar? ─Pregunta con diversión, haciendo que JiMin ruede los ojos.
─Cállate, va a ser la mejor cena de tu vida.
─Mientras no termine en el hospital todo irá bien. ─Se burla, y JiMin lo fulmina con la mirada.
─Pequeña mierda ─Susurra.
YoonGi entonces deja un rápido beso en su mejilla y dirige toda su atención al televisor, con el leve rubor bailando en sus mejillas.
🧸
Cuando la película termina, ninguno parece tener la intención de moverse. Los créditos de la película aparecen dejando la sala aún más oscura, y YoonGi sigue pegado al pecho de JiMin mientras el castaño lo abraza por encima de las cálidas mantas.
En silencio, ninguno se mueve, ninguno quiere alejarse del otro.
─¿Tienes sueño? ─JiMin entonces pregunta en voz baja, a lo que el pálido niega levemente.
─Quiero un té ─Susurra, y JiMin sonríe.
─Hagamos té entonces.
Cuando entran en la cocina, JiMin se apoya en la encimera cruzándose de brazos con una pequeña sonrisa, observando cómo el pálido se mueve de un lado a otro para preparar el té.
Coloca el agua a hervir para seguidamente sentarse sobre la encimera mientras espera, y JiMin entonces se acerca a él. YoonGi se muerde levemente el labio, y por puro instinto abre sus piernas dejando que el castaño se coloque entre ellas, con una sonrisa satisfecha dibujada en sus labios.
Su corazón baila en su pecho y las mariposas parecen enloquecer dentro de él.
─Hola ─JiMin susurra, cortando bastante del espacio que les separaba.
─Hola ─Dice de la misma forma, con brillo en sus ojos.
─Estas precioso ─Susurra, y las mejillas de YoonGi explotan en colores rosados mientras su corazón enloquece.
¿Cómo pudo haber huido de este sentimiento por tanto tiempo? ¿Es esto de lo que todos los libros hablan? ¿Así es como se siente?
─No digas eso ─Pide con la mayor sonrisa en sus labios.
JiMin parece confundido de repente.
─¿Por qué no?
─Porque suena demasiado bien cuando tú lo dices, y podría acostumbrarme.
─No hay problema, puedo repetirlo todos los días.
YoonGi no aguanta más. Tiene a este chico frente a él, mirándolo a los ojos como si fuera la mejor cosa en el universo, mientras le dice lo precioso que se ve y simplemente no puede más. Así que toma el rostro de JiMin entre sus manos y lo acerca suavemente para besarlo, para finalmente volver a tener sus labios sobre los suyos.
Es un beso lento, pero que expresa todo lo que YoonGi no podía decir con palabras. Un beso tranquilo, pero YoonGi siente cómo todo su cuerpo se prende en llamas.
─Tu también estás precioso ─Susurra, pegando su frente con la del castaño una vez se han separado, uniendo sus respiraciones levemente agitadas.─ Increíblemente bonito.
JiMin sonríe y coloca sus manos en la cintura del pálido.
─Estaba tan preocupado, de que te arrepintieras de lo que pasó la otra noche. ─Confiesa, a lo que YoonGi frunce levemente el ceño.
─No me arrepiento de nada, la otra noche fue increíble. ─
Dice con sinceridad mientras acaricia las mejillas de JiMin.
─Ciertamente lo fue, aunque estaba malditamente nervioso porque no quería que pensaras que estoy loco.
─Oh definitivamente pienso que estás loco ─Se burla, a lo que JiMin rueda los ojos.
─Ambos lo estamos.
─Claro señor de los doscientos cupcakes en mitad de la noche. ─JiMin abre la boca sorprendido, apretando levemente la cintura de YoonGi.
─Yo solo quería ayudar a un bonito chico ─YoonGi se muerde el labio.
─¿Si? ¿Y ayudas a todos los chicos bonitos con problemas de repostería o debería sentirme especial?
─Definitivamente siéntete especial, no me verás haciendo tantas malditas magdalenas por nadie más en mi vida.
YoonGi tiene que morderse el labio en un intento de no sonreír ampliamente ante las palabras.
─¿Entonces soy especial?
─Por supuesto, cariño.
JiMin suelta una pequeña risa al ver el evidente rubor en las mejillas del pálido, y YoonGi quiere hacerse pequeño y desaparecer porque no puede ocultar todos los sentimientos que de golpe lo envolvían.
Finalmente terminan preparando sus tazas de té y YoonGi ríe mientras JiMin le cuenta una historia sobre sus hermanas y como terminaron maquillándolo a las dos de la madrugada. Se siente tan doméstico, y terminan hablando en la cocina durante lo que parece ser una eternidad. Hablan de todas esas cosas que nunca habían compartido entre ellos. Porque a pesar de que se sentía como si se hubieran conocido durante años y hubieran pasado por todo juntos, la realidad era que no sabían realmente mucho el uno del otro.
YoonGi quería averiguarlo todo, desde las cosas más simples hasta las más complejas. Quería saber si a JiMin le gustaba el café o si podría vivir sin el, cuál era su restaurante favorito, que discusión podría hacerlo explotar y si siempre dormía de la misma manera o cambiaba de posición cada noche.
Todas las pequeñas y grandes cosas de JiMin, quería cada último detalle.
Y lo hizo, en la tranquilidad de su cocina mientras la luz de la luna se colaba por la ventana y entre tazas de té, ambos comparten hasta los más mínimos detalles de sus vidas. Y YoonGi siente que nada podría ser mejor.
🧸
Terminan la noche de vuelta en el sofá, en la televisión están poniendo un reality show que JiMin critica seriamente mientras que YoonGi se ríe por sus comentarios. O al menos eso hacen hasta que el pálido comienza a quedarse dormido encima del castaño.
─YoonGi ─Lo llama en un susurro, pero YoonGi está tan cómodo con su cabeza en el pecho de JiMin, que simplemente lo ignora─ Cariño te estás quedando dormido.
─No ─Responde en un susurro adormilado.
─Sí, amor ─JiMin dice comenzando a acariciar el cabello de YoonGi con cariño.
YoonGi sonríe, aferrándose más al cuello de JiMin, abrazándolo con más fuerza ante sus palabras que desatan caos en su interior a pesar de estar medio dormido. Quiere quedarse allí eternamente, sobre el pecho de JiMin, sobre su sudadera verde de Adidas que huele a perfume y cigarrillos, quiere quedarse eternamente con las manos tatuadas de JiMin abrazando su cintura mientras le dice sobrenombres como aquellos.
Quiere todo y más.
─Te estoy viendo sonríe ─JiMin dice, y aunque no puede verlo, YoonGi sabe que también está sonriendo─ Vamos cielo tienes que ir a la cama.
YoonGi gruñe levemente y se aferra más.
─Las camas están sobrevaloradas, a partir de ahora te usaré a ti como colchón ─Dice, sabiendo que se arrepentirá mañana de sus palabras. Pero ahora, en la comodidad de la noche, después de un cálido té y en los brazos de JiMin, a YoonGi no le importa divagar.
El castaño suelta una pequeña risa que hace retumbar su pecho, y YoonGi se muerde el labio para ocultar su sonrisa.
─No me molestaría cariño, pero por ahora tengo que volver a mi apartamento y tú debes descansar.
Suspira, porque JiMin tenía razón. Pero en aquel momento todo se sentía tan bien, que simplemente no quería apartarse y que el sentimiento desapareciera.
─No quiero que te vayas ─Dice con sinceridad.
─Ni yo irme, pero nos veremos pronto.
─¿Lo prometes?
─Por supuesto, tenemos otra cita pendiente.
YoonGi finalmente asiente, apagando la televisión para seguidamente levantarse de mala gana mientras se frota un ojo con cansancio.
─¿Te acompaño? ─JiMin le pregunta una vez ha terminado de ponerse su chaqueta vaquera, a lo que el pálido asiente
─Sí, por favor.
JiMin sonríe levemente y entrelaza su mano con la de YoonGi para comenzar a caminar hasta la habitación del ojiverde, que se encuentra al fondo del largo pasillo. Se detienen en la puerta y YoonGi no quiere soltar la mano de JiMin que encaja tan bien con la suya, como si hubieran sido hechas para ser entrelazadas.
─Buenas noches, precioso ─JiMin dice dejando un casto beso en su frente que hace que YoonGi sonría con cansancio.
─Buenas noches Park, gracias por venir ─Susurra, mirándolo con brillo en sus ojos.
─Gracias por invitarme.
YoonGi se acerca para dejar un pequeño y corto beso en los labios del castaño.
─¿Sabrás salir? ─Le pregunta una vez se separan, a lo que JiMin ríe levemente.
─Creo que no me perderé ─Dice divertido.
─Más te vale que no porque tendrás que dormir en el suelo. ─JiMin lo mira falsamente ofendido, frunciendo el ceño levemente.
─¿Ni siquiera tengo la opción del sofá? ─Pregunta dramáticamente, a lo que YoonGi rueda los ojos con una pequeña sonrisa.
─Bobo.
JiMin sonríe y se acerca para dejar otro pequeño beso sobre sus labios.
─Nos vemos pronto, bonito.
🧸
Las fuertes gotas de lluvia en las ventanas despiertan a Ida, quien no tarda en levantarse de la cama para tomar una manta y ponerla encima de sus hombros. Sale de su habitación y sonríe mientras camina hasta la de su padre, recordando que anoche fue la cita con el entrenador Park. Cuando llega a la habitación de YoonGi, abre levemente la puerta para encontrarlo durmiendo plácidamente en su cama.
La niña entonces sonríe antes de volver a cerrarla y corre hasta la cocina, donde el teléfono de la casa se encuentra encima de la encimera. Iris se sube a una de las altas sillas que se encontraban frente a la encimera de mármol y toma el teléfono para marcar aquellos números que ya se sabía de memoria.
─¿Sí?─La voz adormilada de SeokJin le responde al otro lado de la línea.
─Buenos días tío Jin ─Saluda con una sonrisa, moviendo sus piernas de un lado a otro.
─¿Iris? ─Pregunta confundido─ ¿Está todo bien?
─Todo bien, todo genial ─Asegura.
─Sabes que amo hablar contigo cariño, pero son las seis de la mañana ─Dice el rubio en un suspiro.
─Papá tuvo la cita con el entrenador Park anoche ─Es todo lo que dice, como si aquello fuera más que justificación suficiente para llamarlo a esas horas.
─Lo sé ─El rubio sonríe a pesar de que Ida no puede verlo─ ¿Lo pasaste bien?
─Nop, me fui a dormir.
Hay un silencio que dura varios segundos, hasta que SeokJin finalmente dice;
─Estaré allí en veinte minutos.
La pequeña sonríe satisfecha y asiente para sí misma.
─¿Pancakes? ─La pregunta a su tío con emoción.
─Cuenta con ello.
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