❍ne🖤
HoSeok nunca sintió tanta seguridad en su vida como lo estaba en ese preciso momento. Seguridad que se encargó de aglomerar desde que vió por primera vez al bonito Omega de baja estatura, fino labios y ojos de bambi pasar por los pasillos junto a otros chicos.
Lo recuerda bien, su curiosa mirada se había posado absolutamente en él, importándole muy poco que pasará a su alrededor. Afirmaba el haber sentido ese flechazo del que tanto narraba su madre en los cuentos infantiles, cuando apenas era un cachorro disgustado con los temas del amor y las parejas.
Pero ahora, eso no era así.
No, para nada.
El Alfa tan solo deseaba escuchar una respuesta positiva de aquellos brillante y rosados labios.
Habían pasado aproximadamente seis meses desde que lo conoció. ¡Inclusive intercambio un par de palabras! O bueno, lo fue porque el pelinegro le pidió un par de apuntes de la clase de Literatura. Pero eso no quitaba el hecho de que HoSeok se había emocionado y avergonzado al mismo tiempo, creando así unas fervientes ganas de ser algo más que un simple compañero de clases.
Jeon JeongGuk ere el nombre del dueño de sus suspiros y aceleraciones cardíacas.
El Alfa estaba tan perdido por él que era capaz de hacer muecas graciosas y hasta tropezar intencionalmente en los entrenamientos de baile, solo por ver esa hermosa sonrisa de conejito. Esa sonrisa que hacía crecer su amor cada día más y más.
JeongGuk era un Omega perfecto y no solo porque HoSeok lo considere así, si no que lo confirmó al ser testigo de la cantidad de Alfas que iban tras el pelinegro. Muchas veces se sintió decepcionado y celoso. Pero el enojo no tardó en llegar cuando comprendió que aquel numeroso grupo de estúpidos no querían nada más que pura diversión de una sola noche.
Para suerte suya, el Omega pudo evitar aquello. Dándose su lugar y exigiendo respeto, desechando de inmediato a todos esos perros pulgosos que no hacían nada más que darle palabras vacías y promesas baratas de amor.
HoSeok se sintió totalmente agradecido con lo sucedido porque JeongGuk no había salido herido de todo ese gran lío. Su manera tan directa de expresarse, sin miedo a lo que los demás pudieran decir, solo lograba que lo admirara y se enamorara cada vez más, claro, si es que eso aún era posible.
Ahora se encontraba de pie, en medio de la cafetería de la facultad, a unos cuantos metros lejanos del Omega quien le daba la espalda debido a que conversaba con su pequeño grupo de amigos. Soltó un hondo suspiro, desordenado su roja cabellera hasta dejar su frente al descubierto.
«Solo ve y salúdale con amabilidad. Demuestra desde un principio que tus intenciones son sinceras»
Recordó el consejo de NamJoon, su mejor amigo Alfa.
— Bien, no puede ser difícil. – Susurró para sí mismo, intentando que su valentía no se fuera por la borda.
El Alfa compro un par de malteadas y con firmeza decidió ir hasta al que deseaba que fuera su Omega.
— Han abierto un nuevo restaurante de brochetas de cerdo. ¿No quieren ir conmigo? – comentó JeongGuk con cierta ilusión al hablar de su aperitivo favorito.
TaeHeyung iba a responder con la misma emoción del momento de no ser porque visualizo al Alfa del que tantas y tantos Omegas babeando por tener a su lado. Realmente estaba anonadado al confirma que venía en su dirección. Sonrió con cierto ápice de diversión haciendo que JeongGuk no entendiera su repentino silencio. TaeHyung también era un Omega, y de por sí, uno muy astuto y observador. Aunque también le daría la mitad de los créditos al Alfa, ya que este no era para nada bueno disimulando y escondiendo sus sentimientos por el Omega menor.
— JeongGuk. – susurró bajito agachando un poco su cabeza. — Jung se está acercando a nuestra mesa. -
— ¿Jung? – respondió con duda.
— Wow ¿Creen que planee algo? – Intervino JiMin.
— No lo creo, nadie ha dicho algo malo sobre el, ni una sola vez. – afirmó YugYeom, tomando de su soda en lata. — Para nadie es novedad que está idiotizado por JeongGuk. – dijo con naturalidad, como si fuera lo más normal del mundo.
— ¿Qué? – volvió a recalcar el pelinegro. — Dejen de decir tonterías. – intento forzosamente el no sonrojarse, y es que él era consiente que aquel Alfa era demasiado guapo que hasta parecía un ser irreal.
¿Sería posible lo que dijo YugYeom? No, no podía detenerse a pensar en aquello. Ya tuvo suficiente con lo que pasó con los otros tontos Alfas.
— JeongGuk, ¿Te has avergonzado? – inquirió Taehyung, sonriendo con cierta burla.
— Oh, yo creo que sí. – JiMin le siguió el juego.
— Ya cállense, ¿Por qué no mejor no-...? – una nueva voz lo interrumpió.
— ¿Disculpa? – y el agradable aroma a Piña inundó la pequeña zona de los Omegas.
— Acabo de recordar que tengo trabajo incompleto con Choi, tengo que irme. – hablo TarHyung rápidamente, no deteniéndose a ver la mirada amenazadora que el de piel bronceada le estaba dando. — Suerte. – hablo suave, sonriéndole al Alfa que aún estaba detrás de JeongGuk.
— ¡Y nostros también! – exclamó JiMin, ganándose la pura confusión de YugYeom.
— ¿Qué? Pero si nosotros no tene-
— Es que lo has olvidado, tonto. – respondió entre dientes, enlazando su brazo al del Omega. — Así que, es un verdadera pena - fingió tristeza —, pero nos retiramos
— P-pero...
— ¡Adiós! – gritó para que no escucharan a Kim, lo haló rápidamente y desaparecieron del lugar con una rapidez impresionante.
JeongGuk resopló fuertemente, tratando de comportarse y no ir detrás de sus Hyung's con cerebro de maní, para reprenderlos como se los merecían.
— Uh, ¿Puedo sentarme aquí?
— Si, claro. – respondió bajito, prestándole más atención a su ensalada de frutas. — Aunque no entiendo por qué, hay muchas mesas vacías.
HoSeok sonrió levemente ante aquella filuda respuesta tomando asiento frente a JeongGuk.
— Hay muchas pero en ninguna hay un Omega tan bonito como tú.
— ¿Qué? – preguntó en tono de queja dejando caer sus palillos en el envase.
— La verdad es que... – soltó un suspiro. —... no sé si sea prudente el ser tan directo como lo estás siendo tú.
— ¿Qué tratas de decir? – habló con más calma pero de igual manera enfrentándolo, alzando una de sus delineadas cejas.
— ¿En serio lo quieres escuchar?
— A veces es bueno ser claro y no dejar incompleto el tema, realmente me aburre cuando una pers-... – sus palabras murieron en el aire cuando HoSeok lo interrumpió.
— Me gustas.
Los ojitos de bambi de JeongGuk se expandieron con desmesura, pero evitó a todo costa el mostrarse tímido frente a Jung.
— ¡¿Qué?! – le regañó, pero maldición, estaba sintiendo que su lengua se enredaba y sus mejillas ardían. — N-no debiste decir eso. – carraspeó, intentando controlar la situación.
— ¿Por qué no? – sonrió, apreciando el lindo tono carmín en el rostro de JeongGuk. — Tu me pediste que lo dijera y es la verdad.
— Si vienes con el mismo propósito que los otros estúpidos Alfas, pues estas perdiendo tu tiempo. Yo no soy un perrito faldero en busca de atención. – un suave gruñido fue emitido y HoSeok creyó morir de ternura.
Sacudió la cabeza sutilmente, tratando de no distraerse con lo precioso que era el Omega y todo lo que esté hacia. — No, no. Yo no soy como ellos.
JeongGuk todo los ojos. — Si, claro. – y se levantó, caminando con dirección a la salida de la cafetería.
El Alfa ni dudó en seguimos, yendo apresuradamente tras él. — Lo digo sinceramente, JeongGuk.
— Mejor ve por otro camino, Jung.
El mencionado mordió su labio inferior sintiendo gran presión. Analizando cuidadosamente si era buena idea tocar al Omega. Bufó. ¡Al diablo con lo demás!
— Yo quiero ir a donde tú vayas. – anunció, tomando suavemente la muñeca de JeongGuk, haciendo que este girará por inercia. — Podría mover la tierra o perder una pelea solo por verte sonreír. – le susurró, ahora siendo él quién se apenó. —, porque no tienes errores.
El Omega dio el caso por perdido, ahora sus mejillas están demasiado calientes.
— Atrapaste mi corazón alrededor de una o dos veces – el Alfa no se detuvo, solo decís lo que por tanto tiempo calló. —, no necesito cuestionar la razón ya que yo me siento tuyo. – tomó las manos del pelinegro, acariciándolas con parsimonia. — Soy tuyo. – recalcó, mirándolo fijamente.
— Ah, y-yo... Yo creo que d-debería de irme. – intentó no hacer más contacto visual, se estaba sintiendo muy nervioso y eso era algo que no le agradaba.
— Solo dame una oportunidad, solo una. – susurró, casi suplicante. Estaba realmente enamorado.
El Omega se zafó del agarre puesto en sus manos y retrocedió tan solo un paso. ¿Qué era todo eso? Nuevas sensaciones lo estaban abrumado y la timidez era lo que dominaba todo.
— ¿Que es lo que tiene que hacer un Alfa? – habló más fuerte, al ver a JeongGuk con la intención de alejarse. — Para estar totalmente encerrado por ti.
— 🐿️🐰–
Autora original:
Aquí el primer capítulo. ^^ ¡Estoy muy emocionada! o((*^▽^*))o Es mi primera adaptación, espero tener su apoyo, aunque se que tendré que esforzarme mucho, pero vale totalmente la pena. :3
A claro, cualquier falta de respeto será bloqueado o denunciado, despertar este trabajo que es de una fan para fans y a la pareja principal. uwu
Bueno, eso es todo. (◡ ω ◡)
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