Cumpleaños.

Los cumpleaños eran especiales para la gente de todo el mundo, pero era significativo para mi y para Remus. Ser mellizos era algo importante, ambos compartíamos algo más allá.

Nos habíamos acostumbrado ya a los cumpleaños en Hogwarts, todos los años nos hacían un pastel, nos traían regalos, e incluso hacían una súper fiesta en la torre de astronomía, aunque bueno, eso había sido idea de Marlene cuando habíamos empezado a salir.

Me levanté de mi cama y me acerqué a la cama de Remus. Me sentí de inmediato como niña en navidad, yendo a despertar a mi hermano para que ambos bajáramos las escaleras y recibiéramos regalos de un hombre mayor y regordete. Aunque no estábamos en diciembre, y James no era regordete, pero bueno, se entiende mi idea.

Empecé a jalarlo de un lado a otro con emoción y el empezó a estirarse molesto.

—¿Qué quieres...?

—Feliz cumpleaños hermano.–Ahí abrió bien los ojos y no pudo evitar sonreír.

—Feliz cumpleaños hermana.–Se levantó y nos abrazamos. Después nos dimos cuenta que no había nadie a nuestro alrededor, no había nadie en la habitación. Ambos nos miramos sin comprender.

—¿qué crees que estén haciendo?

—Probablemente preparando cosas de último momento.–Se fue caminando hacia el baño. Yo aproveche y me vestí, me puse mi uniforme y me peine para verme más decente. Remus salió del baño poco después, ya listo para el día.

Ambos salimos de la habitación, pero dos cañones de papel explotaron a nuestros lados, ambos gritamos del susto y sorpresa. De detrás de una columna salieron nuestras respectivas parejas, riendo. Era curioso como las personas llegaron a pensar que Marlene y Sirius eran novios y ambos terminaron saliendo con los Lupin.

Marlene se acercó a mi y le di un golpe juguetón en el brazo.

—Eso fue horrible.

—Perdóname. Feliz cumpleaños hermosa.–Me dio un beso en los labios, yo me aparté.–No te enojes, sabes que me amas.

—Lo hago, pero eso no te quita lo idiota.–Ella alzo una ceja. Yo reí y le di un beso.–Eres malvada.

—Y tú una grosera. No se si merezcas mi regalo.

—¿Regalo?–Estaba segura que mis ojos brillaron porque ella soltó una carcajada.

—Te encantará, pero tienes que esperar hasta más tarde.

—Odio esperar.

—Tendrás que hacerlo por esta vez.

—No me hubieras dicho que tenías algo para mi entonces.

—Tu sabes que siempre tengo algo para ti.–Murmuro y le dio un ligero mordisco a mi oreja.

—No deberías besarme, ahora soy mayor de edad, podrían arrestarme por esto.–Bromeé.

—¿Qué puedo decir? Siempre me han gustado mayores.

[...]

Bajamos al comedor, donde nuestros amigos ya nos esperaban. El primero en abrazarnos fue James, fue divertido ver cómo intentaba cubrirnos a ambos, a pesar de que yo estaba casi de su tamaño y Remus era muchísimo más alto que el, o que cualquiera en Hogwarts, solo Hagrid le ganaba y era porque era parte gigante.

Después nos abrazaron Lily, Mary, Peter, Dorcas. Todo aquel que alguna vez hubiéramos llamado amigo, ahí estaba detrás del pastel, abrazándonos y dándonos regalos.

—Pónganse para una foto.–Nos pidió Mary emocionada. Nosotros nos sentamos a la mesa, Lily preparo su cámara Polaroid y nos tomó una foto a ambos. Yo poniéndole cuernos a Remus y el jalando mis labios hacia abajo haciendo una carita triste.

Todos rieron y Lily empezó a mover la foto de un lado a otro para revelarla antes de pasárnosla.

Comimos pastel, incluso si era demasiada azúcar para la mañana, nos cantaron la canción del cumpleaños. Nos tomaron fotos con el resto de los merodeadores y luego me tomaron una fotografía con Marlene, una que no sabía que tomarían, ya que ella había embarrado pastel en mis labios y después nos habíamos dado un beso.

James fue el más emocionado en que abriéramos los regalos, en especial el que el nos había dado. La envoltura no era perfecta, tenía detalles arrugados, pero había hecho su mayor esfuerzo. James me había regalado un peluche de búho con una bufanda de Gryffindor. Lily me regaló un hermoso suéter. Mary unas flores, mis favoritas. Peter me dio un tocadiscos. Y Dorcas, quien era nueva en el grupo y pareja de Mary, me había regalado una bufanda.

En verdad me sentía conocida por mis amigos, y eso era lo más lindo, saber que todos ellos se habían tomado el tiempo y dedicación de elegir algo para mi y Remus. Estuve a punto de llorar, pero tal vez era porque estaba en mi periodo.

Marlene me abrazo de lado.

—¿Lista para ir a clases?–Bufe pero asentí, por lo general solo diría que si, pero hoy solo quería estar con mis amigos y no hacer nada.

[...]

Las clases habían estado relajadas, todos los maestros nos felicitaron, me sentía importante de cierta forma.

Marlene me llevo a un clóset de limpieza y cerro la puerta. La mire.

—Oye, creo que es algo temprano para...

—¡No! Yo, quería que abrieras tu regalo.–Me paso una caja. Yo asentí como si no hubiera sugerido nada y la abrí. Era un vestido amarillo.

Era un muy lindo vestido. Era perfecto, de película de romance.

La mire.

—Por dios Marls...

—¿Te gusta?–Me miró sonriente. Yo dejé el vestido de lado y me acerqué a ella para abrazarla.

—Me encanta, eres la mejor.

—Y no solo eso... más tarde te daré otra cosa... y no, no me refiero a sexo, es algo más.–Me guiñó el ojo y me sonroje.

—Está bien. Yo... tengo que arreglarme.

—Solucione eso también. Remus y tú irán a la habitación merodeadora, se vestirán y a las ocho y media ambos irán al lugar que yo te diga.

—¿Cuando me dirás a dónde ir?

—Solo espera, no puedes ser impaciente conmigo, lo sabes.–Bufe y ella soltó una carcajada. Tomé el vestido, bese sus labios con suavidad y salí del armario yendo hacia mi habitación.

Remus estaba ahí, con una caja muy parecida a la mía en su cama. Me miró.

—¿Mismas instrucciones confusas?

—Sip.–Le dije y me fui al baño para bañarme rápido antes de cualquier cosa.

[...]

Remus y yo estábamos listos. Yo con mi vestido amarillo, el con su traje negro con corbata azul.

El terminaba de arreglar mi cabello haciendo ondas cuando una lechuza llegó por la ventana y empezó a ulular. Nos miramos entre nosotros. El dejo mi cabello y se levantó para tomar la carta. Yo lo seguí.

Abrió el sobre y empezamos a leer.

"Por este y muchos cumpleaños más. Un cumpleaños especial con todos sus amigos, que los quieren como si fuéramos una familia. Todos nosotros los amamos, y por eso estamos aquí. ¿Dónde es "aquí"? Se preguntarán, la respuesta es fácil. Vayan a la sala que viene y va.

Con amor, Marlene... y James, un poco, el consiguió el lugar"

Nos miramos con una sonrisa y ambos salimos de la habitación hacia la sala de menesteres.

Hicimos el procedimiento para poder pasar. Las puertas se abrieron dejando ver la fiesta del año.

Todos nos miraron y empezaron a aplaudir y felicitarnos. Remus me había tomado del brazo para no separarnos, a mi me gustaba todo esto, pero a él no tanto, así que no lo dejaría solo.

Nunca lo dejaría solo.

Ambos nos hicimos camino entre la masa de gente y nos encontramos con los únicos que en verdad importaban, nuestros amigos.

Marlene llevaba un traje con una corbata que combinaba con mi vestido. Mientras que Sirius llevaba un traje rojo con una corbata negra, combinando con Remus.

Reí y me lancé a los brazos de Marlene.

—Feliz cumpleaños preciosa.

—Gracias Marlene.

—¿Quieres tu regalo?

—Si por favor.–Casi supliqué. Ella se separó ligeramente de mi y se hincó en el piso, todos nos miraron sorprendidos. Estaba segura que yo también debía de tener una expresión de sorpresa en este momento, de todos los regalos que habían, este era el que menos podía haberme esperado.

—Penny Lupin, yo se que nuestra relación ha sido algo turbulenta y confusa, pero no la cambiaria por nada porque tú estás conmigo. Así que, esperaba hacerlo más oficial... otra vez, y pedirte...–Abrió la caja, dentro había un anillo de promesa.–¿Me harías el honor de volver a ser mi novia?

—...Claro que si Marlene.–Sonreí. Todos aplaudieron a nuestro alrededor, pero no importaba, porque Marlene había deslizado el anillo en mi dedo y mi mundo se había centrado solo en ella.

Marlene se levantó y me dio un beso, yo le correspondí, pasando mis brazos por su cintura.

Sin duda el mejor regalo de cumpleaños.

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