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『CATO-CEST』t rap-boy🌸

Aclaraciones:

🌈Ambos personajes tienen la misma edad de la serie.

🌈Habrá lemmon.

🌈 Aquí en Colombia, un "timbre" es un beso corto y rápido, como el que se da a alguien en la mejilla, sin embrago este es los labios.

🌈Basado que un rol que tuve con Diana_DosPuntoCero ❤️

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Cierto ventrexiano se encontraba organizando su habitación con algo de rapidez, pues tenía mucho que organizar y ya casi debía salir a su trabajo, ya había cambiado las sabanas, solo le faltaba arreglar el piso y prepararle el desayuno a su hijo, de el cual, por tan mal o enfermizo se oyera, este estaba perdidamente enamorado.

Era consciente de que aquellos sentimientos y emociones estaban mal ¿cómo era posible que un adulto estuviera enamorado de un menor? Y peor aún, pues estos eran familiares. Muchas fueran las veces en las que trataba de confirmar si esas emociones eran simplemente amor paternal, pero poco fue el tiempo para caer en cuenta de que esto no era así, con tan solo oírlo reír, tenerlo cerca o solo con el hecho de mirarlo, provocaba que su corazón latiera más acelerado de lo normal.

Por otro lado, su pequeño hijo, recién había salido de la ducha, mirando atentamente el armario, gotas de agua resbalaban sobre su pelaje anaranjado, mientras pensaba con una mano en su mentón que ropa ponerse « Un momento, ¿y si mejor espero a qué papá se vaya?» Como cosa rara en el chico, este se quedó viendo el armario por cierto tiempo, hasta que finalmente despertó de sus pensamientos. La toalla le comenzaba a molestar, por lo que se puso ropa interior y una camisa gris, le gustaba andar en ropa interior en la casa, el problema es que cierto día su padre le llamó la atención sobre ello, pidiéndole que solo lo haga por las noches o cuando no hubiera nadie en casa.

〖...🍃〗

Las 7:20a.m marcaban en el reloj de Avocato, le quedaban diez minutos para llegar a su trabajo, ya había hecho todo lo anterior, solo le quedaba ir a despertar a su pequeño. Subió a su habitación y estando allí dio dos suaves golpes en la puerta. Las orejas del mas joven se elevaron como pequeñas antenas. -¡Puedes seguir!- Lo llamó saliendo de su trance. -Ya me iré corazón, ¿quieres que te traiga alguna cosa?- Sintió una pequeña corriente recorrer en su espalda al ver como estaba vestido su hijo, no le dijo nada, pues lo había interrumpido mientras se estaba vistiendo. -Mmm... ¿Tal vez algunas galletas de la panadería? Son mis favoritas- Sonrió cuando decía esto ultimo, para él, no había mejores galletas que las de ese lugar, ¡son simplemente deliciosas, su paladar tocaba el cielo con solo probarlas! Fue lo que dijo el niño cuando las probó por primera vez. -Claro, te traeré una bolsa llena, bien, me voy, te quiero- Se acercó al pequeño y le dejó un tierno beso en la frente, para después cerrar la puerta, no sin antes despedirse con la mano y cerrar la puerta. Aunque este no lo supiera, Cato también sentía cierto afecto hacia su padre, como es normal a su edad, comenzaba a tener ciertos sueños, un tanto extraños para el, pues en ellos, los 'protagonistas' eran tanto él como su papá.

[...]

Los minutos pasaron y este se aseguró de que no hubiese nadie en la casa. Hecho esto subió a su habitación en donde metió su mano bajo la cama, sacando una pequeña caja, esta contenía un conjunto de ropa femenina, una blusa blanca y con finos detalles en las mangas y el escote, una corta falda color rosa pastel al igual que con la blusa, con finos y tiernos detalles al final de esta; unas bragas y un pequeño sostén blanco y con ciertos detalles rosas y para terminar, un par de medias blancas y largas, le llegaba por arriba de la rodilla, en el medio traía unos tiernos moños rosa pegados y por último unos cuantos ganchitos para el pelo con varios diseños.

Ya pasado los minutos bajó a la sala, pues le agradaba pasear con dichas prendas en la casa, pero se le dificultaba un poco caminar, puesto que su miembro estaba algo erecto y se salía de la ropa interior. Cato no estaba para nada preocupado, puesto que aún faltaban unas cuantas horas para que llegara su padre. A pesar de que ya hallan pasado unos cuantos minutos, este todavía se encontraba duro; inmediatamente se le vino a la cabeza una idea un tanto extraña para él. No encontraba ropa de su padre por la habitación, por lo que fue al baño, pues este siempre deja o las camisas y rara vez la ropa interior.

El destino le sonrió, pues estaban todas las prendas que había usado antes de ir a despedirse, lentamente se acercó a esta y se acostó en una esquina con todas las prendas sobre el, sintiendo el embriagante aroma de su padre, cada vez se estaba poniendo mas duro. -Nngh...- Las hormonas estaban alborotando al pequeño, haciendo que sin darse cuenta, su mano bajara hasta su pequeña virilidad, la cual estaba mas dura que de costumbre, estaba levemente más grande, pues el chico lo estaba disfrutando bastante; lentamente la estimulaba, haciendo un pequeño movimiento desde el glande hasta abajo.

Por otro lado, a Avocato le faltaban 2 horas para poder regresar, pero su su jefe le había pedido que subiera a verlo un memento, ¿la razón? ni el mismo sabía, pues tal vez pensó que había hecho algo mal, pero a la vez no podía serlo, pues este era muy cumplido y responsable con su trabajo.

Afortunadamente solamente lo felicitó por su duro trabajo e interés en este, por lo que le permitió la salida más temprano, por supuesto este estaba mas que agradecido, pues todo ese trabajo y gran interés le permitieron poder compartir mas tiempo con su pequeño; tomó todas sus cosas y salió de la empresa, lo que más le gustaba de ir, es que en la carretera habían varias tiendas, así que paró en tres panaderías para comprar las galletas que le había pedido Cato. Este estaba mas que decidido por pasar tiempo con su "amor imposible".

[...]

El adulto ya había llegado, este pensó que escucharía el televisor de sala, pero no, procedió a abrir la puerta y dejar las llaves sobre la mesa, dejó su bolso en el sofá, para luego ir a tomar una vaso de agua. Después procedió a ir a buscar a su hijo, llegó a su habitación y tocó la puerta, pero no recibió respuesta alguna. -Cato regresé, traje lo que me pediste- Y nada, no respondía nada, por lo que abrió la puerta y miro por todos lados de la habitación, pero seguía sin aparecer. Mientras tanto, el menor estaba tan excitado que no se había percatado que su padre ya había llegado; por razones obvias, Avocato estaba bastante asustado, por lo que se puso a buscar en el primer piso, estando ahí, pudo notar como las baldosas brillaban, siguiendolas con la mirada, notó que había una luz encendida en su habitación, por lo que se acercó de manera rápida pero silenciosa.

Estando allí no notó nada, más que también la luz del baño estaba encendida, algo raro, pues el recuerda haberlas apagado antes de irse, y si fuera el caso en el que Cato estuviera ahí ¿Qué estaría haciendo en su baño?

¡Aaah!~

Inmediatamente salió de sus pensamientos al escuchar aquel sonido, era la voz de su hijo, pero... ¿Estaba gimiendo? El adulto se acercó a la puerta, tratando de no hacerse notar tanto, acercó su cabeza y lo que vio lo dejó petrificado, su hijo estaba tendiendo un momento personal, se estaba masturbando mientras olía su ropa interior, vistiendo prendas de chica; sin querer este se delató a el mismo, pues dejó caer las bolsas de galletas, alarmando inmediatamente al pelinaranja, haciendo que sus orejitas se elevaran inmediatamente, este dirigió su mirada a la puerta, no notó nada al principio, pero al bajar la mirada vio la larga y azul cola de su padre, asustando al chico. -A-ay no...- Dijo demasiado asustado.

El mayor estaba odiándose a el mismo, pues olvidó ocultar su cola, sentía que era su fin, lentamente se volteó mientras que Cato se subía las braguitas e intentaba ocultar la prenda ajena, era obvio que este no era el único que la estaba pasando mal, pues el chico estaba hasta temblando. -Papá yo... ¡P-puedo explicarlo!- Se cubría sus ojos, pues los nervios lo hicieron llorar, este como padre, se acercó para intentar calmarlo, pero este se alejaba. -Cato ven acá, ¿Por qué lloras?- Su voz era suave, y calmada, pues esa era la intención, no le gustaba ver a su "bebé" llorando. -... Es que t-tú me odias...- Las palabras le salían quebradas. -Pequeño, no digas eso, yo te amo muuucho, y por nada en el mundo te odiaría, así que no pienses eso- Ya estando frente a él, quitó sus manos de sus ojos, para después limpiar las lágrimas que salían.

Una vez estando calmado, puso su frente junto con la de él, mientras tenían sus manos unidas. -Cato, yo... Je, je, no sabía que tenías esos gustos, y no sabes lo feliz que me haces- ¿Sus oídos no le fallaban? ¿Acaso a su padre le gustaba? -Además... Je, esas prendas se te ven bastante lindas- Aunque este sonaba normal, realmente trataba de hacer un esfuerzo para que su voz no saliera quebrada, ambos tenían sus mejillas coloradas, pues esto pasó de ser vergonzoso a algo ¿tierno? -Pero... ¿No estás molesto por...?- Pues lo que mas le preocupaba no era que lo viera vestido así, sino haberlo encontrado haciendo eso. -Oh, pues...- Este se había olvidado un poco de este tema. -Pues como te digo, es normal a tu edad, así que no te juzgo pequeño- Sus manos bajaron hasta sus piernas, acariciándolas suavemente. -Además yo... Nada, o-olvídalo...- Esto llamó demasiado la atención del chico, ¿Qué había hecho su padre? -¿Tú qué?- Con el tono en el que lo dijo sonaba infantil, a la vez que soltaba pequeñas risas. -Pues digamos que... Yo también lo hago... Lo siento...- Pudo notar como las orejas de su padre bajaron de la vergüenza.

Para el chico esto ya no podía ser real, era bastante irreal para él pensar que su padre también tuviera ciertos sentimientos hacia él; parpadeó dos veces para volver a la realidad, con sus manitas acariciaba la cabeza del mayor. -Papá... Debo decirte algo, y pues... E-es bastante personal, yo... ¡Tú me gustas! Sé que suena bastante enfermizo y todo ello, sé y soy consciente de que esto puede afectar nuestra relación de familia, pero... No puedo evitar sentir ese tipo de cosas hacia ti, estoy muy enamorado de ti... Amo pasar los fines de semana contigo, amo que me mimes y todo, pero... Yo no deseé sentir esto...- El chico mantenía su mirada apartada del contrario, pues podía notar como este lo estaba mirando atentamente, Avocato estaba estático, no podía creer que su hijo le halla confesado sus "extraños" sentimientos, pues este también los tenía, sus manos acariciaban con tranquilidad las piernas del chico. -Cato yo también siento lo mismo hacia ti, y sé que es bastante raro pero... Al igual que tu es imposible poder evitarlo, llevo sintiendo eso desde hace tiempo, y al igual que tu... He hecho ese tipo de cosas, en ocasiones llegaba temprano del trabajo y aprovechaba, pero parece que no era el único, pues también lo hacías- Cuando este dijo el "tú" tocó cariñosamente la nariz del chico.

-Te parece bien si... Ya sabes, ¿Somos novios mientras estamos mientras estamos en casa?... Sé que te será bastante raro, la diferencia de edad, yo tengo 36 mientras que tu solo tienes 14...- Al mencionar eso su voz sonaba deprimida, alertando al chico. -Pero no pasará nada, este será nuestro secreto ¿vale?... Así que si ¡Seré tu novio en secreto!-Este estaba tan feliz, sus mejillas estaban rosaditas, su colita se movía de un lado a otro, pero sobretodo tenía una hermosa sonrisa, una tan alegre que termino contagiando a Avocato.

-Te quiero pequeño, no... ¡Te amo, te amo muuucho! Mi Pequeño Cato- Se acercó hasta el rostro ajeno, para después besar todo su rostro, frente, barbilla ambas mejillas y por ultimo su pequeña nariz, el chico no sen quedó atrás e hizo lo mismo. -Oye, ahora que somos pareja, ¿por qué no hacemos una cosa que las parejas hacen?- El chico ladeó la cabeza hacia un lado sin comprender a lo que se refería su padre, este le hizo un seña en sus labios, indicándole que podía besarlos. El chico rió e inmediatamente lo hizo, obedeció lo que su papá le pidió, el problema es que este era el primero que daba, por lo que no tenía nada de experiencia, solo daba pequeños "timbres" en él, por lo que su padre abrió un poco su boca, para que el chico ya tuviera una idea de que hacer, y así fue , pudo sentir como la lengua del chico tímidamente exploraba la cavidad del mayor, este lo estaba disfrutando demasiado, para darle una pequeña sorpresa al chico, acercó su lengua hacía la del chico, sintió como al chico le dio un pequeño escalofrío, pero tomó su mano para calmarlo, continuaron así, dándose varios besos hasta que el mayor levantó al pelinaranja.

Lo llevó a su cama, en donde lo acostó en la cama, este se quitó la camisa del trabajo y el cinturón, quedando en camisilla y con los pantalones, se subió a la cama con este, y lo subió sobre su vientre, así ambos estaban juntitos, ambos dándose tiernas caricias y soltándose uno que otro elogio. -Y dime, ¿Qué pensabas mientras olías mi ropa?- trató de "jugar" un poco con el menor. -Pues... M-me da pena decirlo- Avocato simplemente rió gentil, acariciaba la espalda del otro. -No debe darte pena decirlo, ¡ya eres grande!- Animaba al chico, pero a la vez se le vino algo a la cabeza. -Si me lo dices, te daré una galleta ¿vale?- El pequeño solamente rió mientras ocultaba su cabeza en el pecho de su padre, amaba esa parte, tan peluda y suave. -Tú me dabas muchas caricias y también muchos besitos- No quería decirle la parte sexual, le daba mucha pena. -¿Seguro que solo era eso? ¿No había algo mas?~- Su padre utilizó su mayor arma contra el pelinaranja, su voz coqueta, eran muy raras las ocasiones en las que este las usaba con el, casi siempre las usaba con otras personas, poniendo celoso a Cato, tan solo oírla, su miembro se ponía mas duro; este asintió, dando a entender que había algo más. -¿Y me lo vas a decir?~- Este estaba en una lucha interna a la vez quería decirlo, pero la pena lo consumía, por lo que negó con la cabeza, aún en su pecho. -Jajaja el ratón te comió la lengua.-

-Si no me lo dirás, trataré de adivinarlo- Dijo divertido, sus manos bajaron hasta abajo de la cadera de chico, quería tocar unos centímetros mas abajo, pero por respeto no lo hacía. Con sus brazos lo tomó por la cintura para que se sentara sobre él. Su hijo estaba todo colorado, este procedió a mirarlo con mas detalle, amando las prendas que llevaba puestas, la falda y las medias resaltaban de la mejor manera sus piernas, al igual la blusa su abdomen. -Tu cuerpo es muy hermoso... Demasiado- Sus manos subieron hasta el pecho de este, tocando donde deberían estar sus pezones pero al tener un pequeño sostén no los podía sentir, pero lo que si sentía, era la pesada respiración del chico, indicándole que le gustaba que lo tocara, bajó hasta su cintura e hizo lo mismo, acariciarla mientras miraba con ternura a su "novio secreto" finalmente llegó a la entrepierna de él, tocaba la tela de la falda, pero quería levantara, no sin antes consultarle al otro. -¿P-puedo?- Ahí si no pudo disimular sus nervios, pero no importaba el chico le dio permiso.

Cerró los ojos, pues su hijo le dijo que los cerrara hasta que él le dijera a que los abriera. -Y-ya puedes abrirlos- Enfrente suyo tenía la falda levantada y con una pequeña ropa interior, delgada y de color rosa, mas arriba pudo notar como una pequeña parte de el pequeño miembro del pre-adolescente salía de la ropa, elevó la vista y él estaba mirando hacia otro lado, no quería que su padre lo viera como estaba. A su lado estaba la mesa de noche con las galletas que había comprado, sacó 3 y las puso en las manos del pequeño. -Aquí tienes tu recompensa, una por ser mi hermoso novio, otra por los besos y la otra por esto~- Este solo rió tiernamente, para después acercarse y darle un beso, uno que duró mucho más que los otros, su lengua aún era torpe comparada con la del mayor, pero lo disfrutaba, amaba que sus lenguas fueran algo ásperas, pues le daban algo especial al beso.

Tardaron en separase, pues fue duradero, Avocato volvió a mirar la parte baja del otro, su mano temblaba un poco, bajó hasta su miembro, le quitó la ropa interior para poder acariciarlo, mientras Cato se quitaba las prendas superiores, nunca pensó que el miembro de Cato fuera tan pequeño, le daba un toque tierno, sus espinas aún eran pequeñas y delgadas, completamente diferente a el de el, comenzó a tocarlo con sus dedos cuidadosamente, sentía como cada vez crecía un poco hasta quedar a un tamaño normal. -Tu amiguito es muy tierno, es pequeño y duro, lo llamaré Mini-Cato- Él solamente rió por el tierno comentario de su padre, se sentó en el pecho de este, para quedar más cerca. -Supongo que algo así era lo que imaginabas, pero supongo que también era esto~- Aprovechó la cercanía para llevárselo a su boca, al ser de un tamaño normal, no tenía complicaciones al meterlo, cuando apenas utilizó su lengua, pudo notar que estaba un poco más duro, grande y caliente, el chico estaba demasiado caliente.

Cato simplemente no podía seguir creyéndolo, ¿así de bien se sentía eso? pues al parece si y este lo estaba disfrutando demasiado, haciendo que pequeños gemidos salieran de su boca. -Nnngh, a-así~- Avocato al solo notarlo sacó el miembro de su boca. -Si haces mas de esos tiernos sonidos, te daré otro premio ¿vale?~- Procedió a volver a introducirlo, saboreaba la virilidad del chico.

por si no fuera poco; los gemidillos que este hacía mas lo mataban; este ya estaba erecto desde que vio a Cato haciendo sus cosas privadas, por lo que ahora su miembro estaba muy duro. -P-papi... No v-voy a aguantar más~- Y apenas lo dijo, con un poco de fuerza empujó la cabeza de su padre hacía su miembro, llegó al orgasmo, era bastante común en él botar grandes cantidades de semen, pues no casi nunca se tocaba, pero esta vez si que se pasó, pues además de no haberlo hecho desde hace un tiempo, con su padre haciendo eso, era suficiente para hacer que el chico botara demasiado; su padre solamente sintió el empujón de Cato, no le hizo nada de daño ni nada por el estilo, pero eso si, llenó mucho su boca de su semilla, se tragó un poco, era dulce pero no tan espesa, muy deliciosa para este, el chico sacó su miembro de la boca de su padre para luego acercarse. -P-perdón yo... Yo no debí hacer eso...- Frente de el, Avocato se termino de tomar toda la "semilla" del chico, para después sonreírle dulcemente. -¿Ves? No me hiciste nada malo, al contrario, me gustó lo que hiciste... Tú semen sabe rico je, je~- Utilizó nuevamente esa voz.

-No debías tomártelo bobito- Se quejó dulcemente. -Pero debería darte un castigo- El chico ladeó la cabeza confundido. -Pues hiciste eso aunque... Más bien no es un castigo, m-me gustaría que me devolvieras el favor- Dijo apenado, el joven solo sonrió y rozó su nariz junto con la de su padre. -Por supuesto que lo haré, pues me hiciste sentir muy bien, también te lo devolveré- Este hizo que su padre se sentara, le quitó la camisilla, dejando expuesto su abdomen, el cual era de el mismo color blanco que este tenía en su rostro, se acercó hasta su pecho poniendo su cabeza en este, sentía el aroma de su padre, al igual que sus manos acariciándolo en su mentón, sacándole varios ronroneos, Avocato también lo disfrutaba amaba que su hijito se acostara en su pecho y sabía lo mucho que le gustaba esa parte, así que de vez en cuando lo dejaba estar ahí. -Tu olor, me encanta~- Le gustaba mucho como olía su padre, pues era algo parecido a perfume con café y un poquito a sudor, algo raro, pero que al chico encantaba.

ya pasado un tiempo desabotonó el pantalón de su padre y dejó que este se bajara el cierre para después quitárselo, quedando en ropa interior, su hijo no quería ver, pues al igual que cuando su padre lo hizo, tenía pena, pasó un rato para que este se atreviera a mirar, viendo el duro miembro de su padre sobre la tela de la ropa interior. -A-ay...- Fue lo único que logró decir, pues si era mas grande que el de él. -L-lo siento yo... Se que es algo grande- El menor tomó la mano de su padre y la puso sobre la virilidad, viendo que esta era un poco más grande que la mano del otro, mientra que su miembro solo era del tamaño del dedo del medio y un poco más gruesa que el pulgar. -N-no pasa nada ¿okay?- Lentamente bajó su ropa interior, pues ya podía ver perfectamente como era sobre esta, ya estando abajo, ambos estaban rojos, Cato no sabía como reaccionar, tenía el miembro de su padre frente a el, comenzó a mirarlo, era grande y un poco grueso, su olor era más fuerte que el que tenía en la ropa, su tacto bajó hasta sus testículos, mucho mas grandes que los suyos. -T-tú también serás así de grande, quien sabe tal vez más je, je- El pequeño solo rió. -Me gusta como soy, pero quien sabe- Sonreía con vergüenza, sus dedos bajaron por debajo de estos, alertando al mayor. -¡H-hey! N-no toques por ahí...- Pues si seguía llevando sus dedos hasta ahí llegaría a la entrada de su padre. -¿Por qué?~- Trataba de hacerle juego al otro. -Es que... M-me da pena...- Avocato estaba tan avergonzado que sus orejas bajaron un poco. -Solo era molestándote, tranquilo-

Nuevamente regresó al miembro, en donde le dio una rápida lamida, su sabor no alcanzaba a diferenciarlo, sintió como la mano de su padre se puso sobre su cabeza, esta vez se lo introdujo a la boca, teniendo cuidado de usar sus dientes, era algo suave, pero al sacarlo un poco las espinas lo lastimaban un poco, su saber era entre dulce y saldado, pero más dulce, y su olor era agradable, se trató de introducir lo que mas podía. -No es necesario q-que te lo lleves todo, así como estabas se sentía muy bien~- Este como buen hijo obedeció, a diferencia de el, su padre soltaba leves ronroneos y murmullos, en lugar de gemidos como él. -Eso e-es pequeño~- Sus movimientos aceleraban, al igual que hacía que su cabeza subiera y bajara un poco, era su primera vez así que era algo torpe, además de que el miembro de su padre era grande, todo eso le gustaba mucho al mayor, como este movía la lengua.

Este fue aumentando la velocidad al sentir algo salado en el miembro, indicando que ya se iba a correr, por lo que se puso a lamer la parte superior de este; y en cuestión de minutos Avocato se corrió. -¡Mmrow!~- Clavó sus garras en las sabanas, mientras dejaba escapar su semilla, Cato solo se tomo un poco de lo que salió pues después solo se había dispuesto a masturbarlo, manchándole el abdomen, el sabor era salado pero espeso, raro para él, pues el suyo era diferente al de su padre; lamió el abdomen de su padre y después se acostó a su lado.

-¿D-dónde aprendiste a hacer eso pequeño?~- Jugaba con él. -Solo hice lo que pude papá... No lo hice tan bien pero lo disfruté- Sonreía dulcemente. -Claro que no, lo hiciste muy bien... Cato, yo... ¡No puedo creer que todo esto se haya vuelto realidad! Estoy tan feliz- Fue callado por un tímido beso de menor, mientras lo acariciaba. -Yo también, te amo papá- Lo abrazaba fuertemente. -Y yo a ti corazón... Démonos un baño y después dormimos los dos, juntitos y abrazados ¿si?- Cato solamente reía cariñosamente para después acompañar a su padre al baño.

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