Epilogue
—Beomgyu, deja de molestar a Yuna.—regaña Chaeyoung viendo a sus dos hijos revocaldos en el verdoso pasto.
—¡Ella empezó, mamá!.—acusó el niño de cabello azabache.
Yuna negó formando un leve puchero, al borde del llanto, corrió hacía su mamá con el fin de refugiarse en sus brazos.
—Mentiroso, sólo te dije bobo y tú reaccionaste feo.—sollozó escondiendo su rostro en el vientre de Chaeyoung, mismo que se encontraba levemente abultado debido a su tercer embarazo.
—Tranquilos, a ver, podemos resolver esto sin necesidad de llegar a la agresión física—comentó acariciando el cabello de su pequeña—. Hijo, ven aquí—llamó, Beomgyu asintió y a paso lento se aproxima a la mayor—. Su padre está por llegar, ¿qué les parece si horneamos unas deliciosas galletas?—ambos niños miraron a su mamá, asintiendo de inmediato—. Pero antes, quiero que se disculpen entre sí. Yuna, tú por llamarlo "bobo" y Beomgyu, tú por golpearla.—pidió pacífica y seriamente.
Beomgyu y Yuna obedientes, se disculparon el uno con el otro, prometiendo que no volverían a pelear de esa forma. Chaeyoung estando orgullosa de sus hijos, los invitó a pasar dentro para asi, preparar una riquísimas galletas de vainilla.
Si era sincera, no podía estar más que agradecida con la vida. Aún recuerda esa vez que, su ahora esposo, a través de señales, le propuso matrimonio. Incluso pareció divertirle verlo esforzarse por disimular.
Sí, ambos ya se encontraban por arriba de los treinta años, disfrutando cada día, de la hermosa familia que han formado con el pasar del tiempo. Chaeyoung era una excelente arquitecta, tenía su propio emprendimiento, el cual, traía buenos resultados debido a su impecable labor. En cambio, MinHo era dueño de la prestigiosa academia de baile más solicitada en Seúl, dirigida exclusivamente por él y HyunJin, mismo que se desempeñaba cada vez mejor en lo que le gustaba.
Todos sus amigos habían tomado rumbos diferentes, pocas veces tenían el privilegio de juntarse.
ChangBin y SoYeon estaban en la cúspide del éxito, ambos abrieron su propia empresa musical. Siendo aparte de CEO's, productores y coreógrafos. Además, eran extremadamente felices con su hermoso retoño de tres años, Seo Sunoo.
YeonJun y YeJi decidieron establecerse permanentemente en París, Francia. A través de una beca importante, tuvieron la oportunidad de graduarse en artes escénicas. Con un trabajo estable en lo que conlleva su carrera profesional, pronto unirían sus vidas en matrimonio.
Bang Chan y Felix se encontraban viviendo en Seúl con su hermosa niña, Bang RyuJin. El par de australianos habían tomado el camino de la gastronomía, contando con una cadena de restaurantes y pastelerías esparcidas por toda Corea del Sur, las cuales, recibieron la calificación de tres estrellas por los mejores chefs y pasteleros del mundo gourmet.
YuQi por su lado, era profesora de lenguas extranjeras, pues, al ser una persona heptáglota le resultaba sencillo expresarse con fluidez. Ella y HyunJin cumpliendo su tercer año de casados, decidieron ir más allá. Actualmente se encontraba esperando a su segundo niño, Ni-Ki tenía dos años de nacido.
JiSung y MiYeon residían en Japón, ambos luego de sus graduaciones, obtuvieron una oferta de trabajo debido a sus capacidades en estrategias de negocios y marketing. Estaban completos de recibir en sus vidas a la pequeña de apenas meses, Han MinJu.
Regresando al hogar Lee-Son, Beomgyu y Yuna ayudaban a su madre a decorar las galletas. Chaeyoung por su parte se encargaba de ponerlas al horno, sacarlas y dejar que sus hijos hicieran las terminaciones.
—Desde el otro lado de Seúl pude sentir ese delicioso aroma a vainilla y chispas de chocolate.—sonrió MinHo, ingresando a la cocina.
—¡Papá!.—gritaron el par de niños a su vez que fueron a recibirlo con un abrazo.
—Ah, ¿cómo están pequeños diablillos? ¿se portaron bien con mamá?.
—Sí, cuidamos bien de ella y Jay.—respondió Beomgyu orgulloso.
—¿Eso es cierto, cariño?.
Chaeyoung asintió, sin embargo, tampoco omitió la pequeña pelea que hubo entre ellos.
—Supongo que, hicieron las pases. ¿Verdad?.
Tanto Beomgyu como Yuna movieron sus cabecitas hacía arriba y abajo, afirmando que sí lo hicieron.
—Bien, que no vuelva a suceder. Mamá no puede pasar malos ratos debido a su embarazo.—regañó el mayor, yendo a saludar a su preciosa esposa.
—Asquito. Besense en el cuarto, no estando nosotros presentes.—aludió Beomgyu tapando sus oscuros orbes.
—Te avergüenzas de eso y bien que andas detrás de Bang RyuJin.—delató Yuna.
Beomgyu indignado, no tuvo compadecimiento en acusarla también.
—Lo dice la que está embobada de su compañero, Park SungHoon.
Yuna trató de negarlo, habían olvidado que sus padres estaban presentes. MinHo carraspeó su garganta sonoramente, captando la atención de los dos menores.
—Asi que... ¿Bang RyuJin y Park SungHoon, eh?.
—No es lo que crees, papá.—refutaron a la vez.
—Están demasiados chaneques para andar enamorados, ¿acaso no piensan en mí?.—reclamó.
Chaeyoung roda los ojos, volviendo a su labor, deja que MinHo se entretenga molestando a sus hijos.
Saca las galletas restantes del horno, eran cuatro justas. Tomó los colorantes hechos y empezó a dibujarlas.
Para cuando Yuna y Beomgyu admitieron sus delitos, les hizo entrega de sus respectivas galletas a cada uno.
—Están un poco calientes, soplen o no me haré cargo si se queman la boca.
Muy tarde, los tres dieron un chillido de queja por la reciente quemadura en su paladar.
Chaeyoung los auxilió, sirviendoles leche fresca en un vaso.
A veces se decía que estaba criando a tres niños y no a dos. MinHo tomaba actitudes infantiles cuando quería.
—En dos semanas será la boda de YeonJun y YeJi, ¿ya apartaste un espacio en tu agenda?.
—Claro que sí, amor—sonríe acariciando sus descubiertos muslos—. Ya hasta reservé los pasajes, asi que, ve alistando la ropa que llevaremos.—comenta llevando su mano hacía el vientre de la menor.
Chaeyoung sonrió viendo a su esposo, besar su estómago. Adoraba cuando lo hacía.
—Jay está bien, hoy tuvo antojos de chocolate blanco. Compré como dos cajas enteras de golosinas. Tu hijo es exigente incluso antes de nacer.
—Dudo que, se le antoje pedir chocolate ahora.—respondió.
—Ni siquiera lo pienses, Lee—aludió Chaeyoung notando esos deseosos orbes, mirarla con lujuria—. Por Dios, tus hijos están a dos habitaciones.
MinHo levantándose de la cama, se dirigió a la puerta y sin dudarlo, cerró esta con llave. Girando sobre su eje, vió a Chaeyoung jadear incrédula.
—No, ya te dije que... ¡Oye!.—para cuando intentó reclamar, MinHo de un movimiento, la dejó boca abajo con su trasero empinado hacía arriba.
—Sé silenciosa, amor. No queremos que nuestros hijos se enteren de cómo fueron procreados.—expresó burlón.
Chaeyoung lo único que pudo vociferar en ese momento, fue un gemido, el cual, ocultó mordiendo la almohada.
Odiaba ser tan sumisa y no protestar ante los atrevimientos de MinHo, quizá en el fondo, a ella también le encantaba someterse a sus juegos.
Meses después, Chaeyoung junto a MinHo estaban en la sala de parto, pues, la menor rompió fuente y ahora mismo gritaba de dolor, tratando de pujar como el médico se lo pedía.
—Tú puedes, hermosa.
—¡MinHo! ¡Duele!.—lloriqueó sustentado su mano con fuerza.
—Lo sé, pero has un último esfuerzo. Eres Lee Chaeyoung, demuestra tu fortaleza. Hazlo por Jay, por Beomgyu y por Yuna.
Chaeyoung guiándose por las palabras alentadoras de su esposo, pujó varias veces hasta que, la dulce voz de su bebé logró escucharse en aquella sala. Jay, finalmente había nacido.
MinHo derramó un par de lágrimas ante lo bonito y delicado que se veía su pequeño.
El doctor a cargo, cortó el cordón umbilical y con ayuda de las enfermeras, cubrieron al bebé en una manta. Entregandole a su hijo, MinHo lo cargó en sus brazos con mucho cuidado.
—Bienvenido al mundo, Jay—sonrió ampliamente, derramando un par de lágrimas—. Me presento, yo soy papá y esta bella mujer que yace recostada aquí, es tu mamá.
Chaeyoung agotada, sonríe vagamente, permitiéndose tomar a su bebé unos momentos. Era tan precioso de cerca, el bebé dejó de llorar al estar en los cálidos brazos de su madre. MinHo una vez más, agradeció la hermosa bendición que, el amor de su vida le dió.
—Te amo, Lee Chaeyoung. Gracias por darme los tesoros más preciados de todo el mundo.
—A tí, por permitirme dartelos y por hacerme la mujer más feliz de todas...—susurró—. También te amo, Lee MinHo y lo haré hasta que mis días aquí en la tierra culminen.
MinHo besando su mejilla, se prometió nunca dejarla ir. Chaeyoung es su vida entera, ahora y para siempre.
Fin
Y así damos por concluida esta cortita pero fantástica fic chaeho<3
Una vez más, agradezco de corazón su apoyo incondicional. Gracias por sus votos, vistas y comentarios, me hicieron demasiado bien leerlos y saber que, tuvo reacciones positivas y muy graciosas.<3
Le decimos adiós a "señales" pero aún nos quedan más fics por concluir, entre estas, "sexy boy" y "smug alpha" que también son chaeho.<3
En fin, espero les guste mucho el epílogo<3
Lxs amodoro musho mis poshuelitos lindxs!!!!!!!!!!!! ❣🐥❣🐥❣🐥
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