26.
¿𝘼𝙡𝙜𝙪𝙣𝙖 𝙫𝙚𝙯 𝙝𝙖𝙣 𝙨𝙚𝙣𝙩𝙞𝙙𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙩𝙤𝙙𝙤 𝙚𝙨𝙩𝙖́ tan bien, en orden, que piensas que algo raro está por venir?
Aún no podía dimensionar el tiempo que había transcurrido desde que acepté mis sentimientos por Soohyun y también, que ella me correspondió. Un mes desde que he sido completamente feliz porque ella trae alegría a mi vida.
Desde que entró a mi vida, cada día se convirtió en una página llena de alegrías y descubrimientos. Su sola presencia iluminaba mis días oscuros y sus abrazos eran como un bálsamo para las heridas del pasado, tratando de decir que ella estaría ahí para mí, siendo mi compañera. Cada momento a su lado se convirtió en una lección de felicidad, transformando mi perspectiva y llenando mi vida con una dicha que nunca antes había experimentado.
Con su sola sonrisa tenía la capacidad de cambiar mi estado de ánimo. Con el tiempo, sus gestos cariñosos tejieron un lazo imposible de ignorar, y sus palabras resonaban en mi corazón como una canción que no podía dejar de escuchar. En su presencia, descubrí el vértigo del enamoramiento, un torbellino de emociones que me envolvía y transformaba mi mundo en un lugar lleno de magia y felicidad.
Estaba perdidamente enamorado de Park Soohyun.
—Entonces, ¿quiere pedirle que sea su novia, señor?
Aclaré mi garganta deteniendo mi búsqueda en el navegador sobre ideas para una buena propuesta de noviazgo. No me juzguen, nunca antes había experimentado algo así y no quería hacer algo que fuera aburrido.
Quería que ella siempre recordara ese momento.
—Sí. Ya no puedo fingir más, necesito que ella sea oficialmente mi novia. — apoyé mis codos en mi escritorio bajo la atenta mirada de Hoseok. Él ha sido la persona que escucha absolutamente todo de mí y esta nueva etapa enamoradiza.
—¿Y una cena romántica a la luz de las velas?
—¿No es muy trillado?
—Nunca falla, señor. Es un acto sumamente romántico que las mujeres adoran, quizás no todas, pero la gran mayoría. Usted sabe cocinar, sería un plus que usted hiciera todo eso, ¿no lo cree?
Ladeé mi cabeza pensando en sus palabras, quizás considerando todo.
—Ya le he cocinado, no es muy innovador. — resoplé con fastidio. — quizás deba esperar un poco, ¿no? Estamos bien así, me estoy apresurando mucho. Puedo ver que ella siente algo por mí, pero no sé si está enamorada, Hoseok. Me aterra que solo sea yo el que tenga esa clase de sentimientos.
—Siento que debería calmarse, sino tendrá un colapso nervioso.
—¿Me traes un té? Te lo agradecería, necesito calmar las aguas.
—Enseguida, señor.
Se levantó viéndome algo divertido por la situación y salió para buscar té, que lo más seguro sería de manzanilla. Mejor sería de tila, para encontrar algo de paz dentro del caos que sucumbe mi mente.
Esto es lo que no me gustaba de ser tan inexperto en estos temas y hasta inseguro. Porque he ido conociendo aún más a la castaña y sé que ella es feliz hasta con una pequeña flor de las afueras del edificio.
¿Por qué me estoy haciendo tanto problema?
Siento que la respuesta está en que ella se merece lo mejor de mí y quiero darle absolutamente todo lo que esté en mi alcance.
—A la mierda. Cuando uno planea algo, siempre salen mal. — hablé solo, poniéndome de pie para caminar a la puerta de mi despacho. A lo lejos vi a a Hoseok con una pequeña bandeja en donde traía el té que yo mismo le había pedido. — Ya no lo quiero, lo siento, debo ir a casa. Tú también vete.
—¿Qué? — abrió sus ojos para mirar su muñeca en donde había un gran reloj. — pero es temprano, señor.
—No te preocupes, te doy el resto de la tarde.
Poco a poco sus comisuras se elevaron dejando entrever una sonrisa de felicidad.
—Gracias, señor.
Le di un asentimiento con mi cabeza para caminar hasta el elevador y salir de aquí para ir a ver a mi chica a su trabajo, deseando que el idiota de Joongki le permitiera salir aunque sea unos diez minutos.
Me sentía como todo un niño, ¿cómo sucedió esto? Nunca pensé estar en esta situación, nunca creí que la ausencia de alguien, aunque sean unas horas, se sintieran como una eternidad.
—¿Debería llegar con flores? — pensé repiqueteando mis dedos en el volante. — que cosas estoy pensando, solo la veré un momento...
Seguía manejando por las calles de Seúl y observé un puesto con muchos colores que llamaron mi atención por completo. Prendí las luces de adventencia para estacionarme en un costado y bajé el vidrio para confirmar que los colores bastantes llamativos eran por las mismas flores que llenaban el pequeño local.
Mordí mi labio y saqué la billetera de mi bolsillo pensando muy bien lo que estaba haciendo, pero realmente quería hacerlo, quería llevarle flores y ver su reacción.
¿Le gustarán?
¿Será alérgica?
¿Me las lanzará por la cabeza?
—Hola, buenas tardes, quisiera un ramo de tulipanes, el mas precioso que tenga. — le pedí a la señora de avanzada edad que atendía aquel pintoresco lugar.
—¿Algún color en específico, joven?
—Los blancos están muy bonitos...
—Lo son. — respondió con una sonrisa. — Enseguida los traigo.
Movía mi pierna de manera nerviosa, porque el 'vuelvo enseguidaʼ de la señora fue una total mentira. Creo que fácilmente podrían haber transcurrido unos quince minutos desde que desapareció de mi vista. Pero cuando vi que traía aquel hermoso ramo de tulipanes adornado de la manera mas linda posible es que olvidé absolutamente todo y quise que Soohyun viera en este preciso momento aquel ramo.
—¿Le podré escribir una nota?
—¡Claro! Dentro tiene la tarjeta, te traigo un lápiz.
—No es necesario, tengo el mío. — saqué mi lápiz de mi chaqueta. La señora fue muy amable conmigo, por la misma razón le pedí que se quedara con el cambio netamente porque es difícil encontrar a un adulto tan, pero tan amable como lo es ella.
Miré el ramo que reposaba en el asiento de copiloto y suspiré, pensando en qué colocaría. Esto era un presente totalmente sencillo que había nacido desde el fondo de mi corazón.
Y con ese pensamiento, puse el papel en el volante para escribir.
❝ Un detalle increíblemente sencillo, para una persona sencillamente increíble. Te quiero. ❞
Sonreí emocionado al dejar el papel de vuelta en las flores y respiré profundamente para ponerme en marcha. Cuando llegué al lugar, aparqué en el estacionamiento que había fuera y con pasos tambaleantes me dirigía hacia el edificio de Song Joongki. Podía percibir las miradas a mi alrededor, logrando que mis mejillas se tiñeran de un leve rojo.
Que ya dejen de observarme.
Tapé mi rostro con el ramo y con algo de dificultad tomé mi celular para llamar a Soohyun, quien luego de unos segundos pudo contestar.
—¡Hola!
Sonreí de manera casi instantánea al escuchar su voz con tanto entusiasmo.
—Hola, bonita. ¿Cómo estás?
—Con unas ganas terribles de salir de acá y llegar a mi hogar, pero la hora no avanza nunca.
—¿Puedes salir un momento?
—¿Salir? ¿Por qué saldría si... — se calló un momento y luego escuché su risa. — ¿estás fuera?
—Por supuesto, quería verte un momento.
—Me verías después de todas formas.
—Yo quería verte ahora, ¿hay algún problema, Park? — pregunté en un tono divertido.
—Ninguno, Jeon. — me respondió de la misma manera. — está bien, salgo en un momento.
Con el corazón latiendo con fuerza, sostuve el regalo en mis manos, sintiendo cada nervio de mi cuerpo vibrar con anticipación. Es primera vez que hago esto, es primera vez que compro flores para alguna chica, a excepción de mamá, quien siempre tenía flores de mi parte cuando la visitaba en el cementerio.
Así que permitanme estar de aquella forma.
Mi pie se movía de manera incesante, esperando el momento y mis ojos se desviaron a un costado en donde vi a Joongki abrazado a una chica, sin importarle absolutamente nadie a su alrededor. Se fue de la mano con ella, a quien no alcancé a ver su rostro, para ingresar en un lujoso vehículo. Claramente, no mejor que el mío. Solté una risa nasal y recordé las palabras de Soohyun en donde me decía que su jefe estaba de lo mas bipolar.
Al parecer todos caímos en esto del amor y estar enamorado tiene algunas repercusiones.
Volví a concentrarme en lo mío cuando las grandes puertas del edificio se abrieron y un menudo cuerpo se veía a lo lejos, viéndola caminar hacia mi dirección. Mi mirada estaba puesta sobre ella, y de repente todo lo demás pareció desvanecerse. Estaba allí, a lo lejos, iluminando el espacio con su presencia. Me quedé embobado, absorto en su belleza y encanto. Era como si el mundo entero girara alrededor de ella, y yo me quedaba atrapado en su magia, sin querer apartar la mirada, deseando que ese instante nunca terminara.
Caminé hacia donde ella estaba, cada paso parecía un desafío, pero mi determinación era más fuerte que mis temores. Cuando finalmente estuve frente a ella, le entregué el regalo con manos temblorosas, esperando ansiosamente su reacción. Sus ojos se iluminaron al abrirlo, y una sonrisa radiante se dibujó en su rostro.
—Jungkook, están hermosas... — me hablaba completamente feliz observando las flores en sus manos y un brillo cautivador en sus ojos
—Flores hermosas para una chica hermosa.
—Nunca me habían dado flores. — hizo un leve puchero. — es un detalle hermoso, muchas gracias.
¿Le gustarán?
Claramente. En ese momento, todos mis nervios se disiparon, reemplazados por una sensación de alegría y alivio. Fue entonces cuando supe que todo valió la pena por verla feliz.
El tic-tac del reloj resonaba como un eco constante en mi mente,recordándome que el tiempo pasaba sin piedad. Cada día que pasaba me encontraba más y más enamorado, pero mis palabras de amor se quedaban atrapadas en mi garganta, temerosas de salir y enfrentar la incertidumbre. Mientras el reloj avanzaba implacablemente, me encontraba atrapado en un ciclo de indecisión y ansiedad.
—Quiero comer algo dulce.
Dejé de lavar los trastes cuando escuché esas palabras salir de la misma boca de Soohyun. Estábamos en su apartamento viendo películas y ella no se sentía muy bien, andaba algo decaída y es que al parecer estaba con su periodo, por la misma razón me ofrecí para ayudarla en sus quehaceres. Además, que ella me pidiera algo de comer, siempre me generaba una felicidad al pensar que quizás yo estaba ayudando con su mejoría.
—¿Quieres comer algo en especifico? Puedo ir a comprar ahora mismo.
—Quiero helado, aunque sé que no debería consumir azúcar.
—Pero de vez en cuando no le hace daño a nadie. Además, mírate... — la apunté de pies a cabeza. Ella ladeó su cabeza en señal de confusión y miró su cuerpo.
—¿Qué tengo?
—Estás perfecta.
—Estoy lejos de ser perfecta.
—¿Bromeas? — pregunté secando mis manos. — Cada vez que te miro, me quedo sin aliento. Eres tan hermosa, pero no solo por tu apariencia física, sino por todo lo que eres.
—Jungkook...
—Cada pequeño detalle de ti me deja sin palabras. Solo digo la verdad. Eres como una luz en medio de la oscuridad, y no puedo dejar de admirar la belleza que hay en ti, en cada momento y en cada detalle.
Siempre sentía la necesidad de hacerle entender lo hermosa que es ella ante mis ojos, que comenzara a quererse y aceptarse.
Guardó silencio ante mis palabras, mientras me observaba de manera fija. Se colocó de pie de su cómodo sofá y comenzó a caminar de manera decidida en mi dirección. El aire vibraba con electricidad mientras nuestros ojos se encontraban en un momento de conexión intensa y con cada paso hacia adelante, el pulso de mi corazón se aceleraba, latiendo con una fuerza descomunal.
Cuando estuvo a centímetros de mi cuerpo, tomó mi rostro con determinación y unió nuestros labios se encontraron en un beso cargado de pasión y anhelo, mientras nuestras manos se buscaban con desesperación, deseando fundirse en un abrazo necesitado. Me sentía eclipsado, y, tal vez, algo nervioso por no saber como actuar en este momento.
Y lo mejor era no pensar y dejarse llevar. Le hice caso a mis instintos, bajé una mano a su espalda y con la otra, la tomé por su cuello, profundizando aún más el beso. Nuestras lenguas se encontraron y pude sentir como mi cuerpo reaccionaba con solo besarla y estoy segura que ella pudo notarlo al tenerme tan cerca.
Cada beso era un éxtasis de placer, cada caricia un susurro de anhelo que nos llevaba al borde del abismo del deseo. Con ambas manos la alcé para sentarla en la encimera, en donde sus piernas me envolvieron de manera rápida.
Dios, esto se sentía la gloria.
Sus manos subieron mi camiseta, logrando estremecerme con el roce de sus dedos con mi piel. La quitó sin pena, ni vergüenza, dejando mi torso expuesto. Se separó un momento para admirar mi cuerpo y tocó cads tatuaje que tenía.
—Me vuelves loca, Jungkook...
Di un suspiro para volver a besarla con necesidad, intentando también quitarle su bonita camisa color rosa. El ambiente estaba perfecto, no era un experto, para nada. A mis veintiséis años, nunca había llegado tan lejos, nunca me había sentido tan bien con alguien.
Quiero absolutamente todo con ella.
Estábamos tsn inmersos en este momento, un oasis de intimidad en donde quería culminar esto de la mejor manera y decirle cuanto la amaba en este preciso momento. Sin embargo, de repente, el ruido del timbre interrumpió nuestra burbuja, rompiendo la magia del momento y dejándome algo desorientado. Soohyun me alejó de inmediato, con sus mejillas completamente rojas.
Sentí como si el hechizo se hubiera roto de golpe, y la armonía que habíamos construido se desvaneciera ante mis ojos.
¿Por qué Miyeon estaba fuera del departamento de Soohyun? No tenía dudas que era ella, solo ella tenía esa manera particular de tocar.
—Ponte la camiseta, lo siento mucho, me dejé llevar...
—No digas nada, lo estaba disfrutando muchísimo. — la interrumpí, colocándome la prenda de manera rápida, sintiendo como la frustración se apoderó de mí, y por un instante, me sentí tentado a dejar que el enfado dominara mis emociones.
—No tengas tu frente arrugada, te pondrás viejo. — sus dedos tocaron mi frente, logrando de inmediato que dejara de fruncir. — voy a abrir.
Caminó arreglando su ropa, intentando parecer que nada había ocurrido y que nuestros instintos mas primitivos no salieron a la luz. Despabiló un poco y abrió la puerta, dejando ver a una Miyeon con su maquillaje todo corrido por las lágrimas.
Me acerqué muy rápido al verla tan mal y una preocupación se instaló en mí.
—¿P-por qué no... no estabas en tu a-apartamento? — preguntó viéndome directamente en mi dirección. — s-sabía que... podías estar aquí. E-estuve mucho tiempo tocando... al lado...
Hipaba a causa del llanto y solo atiné a tomar su brazo de forma delicada para hacerla entrar. Soohyun no sabía que hacer, pero podía verse en sus facciones que también estaba preocupada.
—¿Qué sucede, Miyeon?
Abría su boca y la volvía a cerrar, llorando aún más. Creo que nunca la había visto de aquella manera.
—Ay, Jungkook...
Un lamento salió de ella.
—¿Terminaste con Namjoon?
—No...
—¿Entonces? — pregunté esperando una respuesta que no llegaba. —Miyeon, estoy preocupado, dime que sucede.
La expectación se apoderaba de mí, y mi mente se llenaba de preguntas e incertidumbres sobre lo que diría.
—Estoy embarazada...
Y cuando finalmente llegaron sus palabras, era como si el mundo entero se detuviera por un instante, dejándome atrapado en el eco de su voz en mi mente. Con Soohyun nos miramos de inmediato y confirmé aún mas lo bruja que era.
Había ganado la apuesta.
Los que dijeron que efectivamente Miyeon estaba embarazada 🤰🏻 se ganaron un beso 💋.
Miyeon arruinó un momento ÚNICO, sorry bae 🤧 KAJSKAJ
Soohyun con el ramo que le dio el Jungkook completamente enamorado 💘.
Disfruten estos momentos lindos, que los estoy haciendo con mucho cariño para que digan "ay yo también quiero a este Jungkook"
Las quiero mis culoncitas, nos vemos en el próximo 💋❤️.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro