25.
𝙴𝚛𝚎𝚜 𝚖𝚒 𝚘𝚝𝚛𝚊 𝚖𝚒𝚝𝚊𝚍, 𝚖𝚎 𝚑𝚊𝚌𝚎𝚜 𝚜𝚎𝚛 𝚚𝚞𝚒𝚎𝚗 𝚜𝚘𝚢, 𝚕𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚖𝚎 𝚑𝚊𝚌𝚎 𝚜𝚘𝚗𝚛𝚎𝚒́𝚛, 𝚌𝚞𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚖𝚎 𝚌𝚊𝚒𝚐𝚘 𝚢 𝚗𝚘 𝚙𝚞𝚎𝚍𝚘 𝚕𝚎𝚟𝚊𝚗𝚝𝚊𝚛𝚖𝚎.
𝚜𝚒𝚗 𝚝𝚒 𝚊𝚚𝚞𝚒́ 𝚎𝚜𝚝𝚘𝚢 𝚊𝚋𝚞𝚛𝚛𝚒𝚍𝚊, 𝚊𝚕𝚐𝚘 𝚍𝚎𝚗𝚝𝚛𝚘 𝚍𝚎 𝚝𝚒 𝚎𝚜 𝚍𝚎𝚜𝚎𝚗𝚌𝚊𝚍𝚎𝚗𝚊𝚗𝚝𝚎 𝚢 𝚖𝚎 𝚑𝚊𝚌𝚎 𝚜𝚎𝚛 𝚢𝚘 𝚖𝚒𝚜𝚖𝚊, 𝚖𝚎 𝚑𝚊𝚌𝚎 𝚜𝚎𝚛 𝚍𝚒𝚟𝚎𝚛𝚝𝚒𝚍𝚊, 𝚎𝚛𝚎𝚜 𝚞𝚗𝚊 𝚌𝚘𝚜𝚊 𝚑𝚎𝚛𝚖𝚘𝚜𝚊.
𝐁𝐞𝐚𝐮𝐭𝐢𝐟𝐮𝐥 𝐭𝐡𝐢𝐧𝐠.
— 𝐆𝐫𝐚𝐜𝐞 𝐕𝐚𝐧𝐝𝐞𝐫𝐰𝐚𝐚𝐥.
𝙈𝙚 𝙚𝙣𝙘𝙤𝙣𝙩𝙧𝙖𝙗𝙖 𝙚𝙣 𝙢𝙞 𝙨𝙚𝙜𝙪𝙣𝙙𝙖 𝙨𝙚𝙨𝙞𝙤́𝙣 con la psicóloga que la doctora Lee me había recomendado y derivado. Y ha sido muy duro hablar de estos temas con alguien más. Me costó muchísimo decirle una cuarta parte de mi vida a Jungkook y ahora, saber que tenia que escarbar en toda mi vida hacia que mi sensibilidad incrementara.
Estaba llorando muchísimo.
—Y siento que todo lo que he pasado ha sido culpa de mi propia madre. Le tengo un odio desmesurado y no me gusta tener este sentimiento en mi interior. No quiero sentir absolutamente nada por ella, ¿por qué se sigue apoderando de mi mente?
—Porque en el fondo, tú sigues esperando algo de ella.
—No, dejé de esperar siendo solo una niña...
—En esos primeros momentos de nuestra vida, somos capaces de aceptar y soportar cualquier cosa que ella haga. Si nos critica duramente o si nos desprecia, somos capaces de perdonarla en un pestañeo. De hecho, ni siquiera nos atrevemos a cuestionar lo que nos hizo, más bien nos culpamos a nosotros mismos por haber desatado su cólera. Lo que más tememos, en esos primeros años, es que nos abandone. — aquellas palabras hicieron eco en mi mente, logrando que mi gaeganta comenzara quemar por las inminente ganas de llorar.
—Sí...
—Una madre ausente puede dar lugar a seres humanos distantes, rabiosos y tristes. Sus hijos aprenden, poco a poco y con el alma ardiendo, que finalmente tienen que vérselas solos con el mundo. Así, para sobrevivir a esa situación, que los niños van experimentando, a veces se ponen máscaras: el simpático, el obediente, el matón del barrio, el insensible… En su vida adulta, a estas personas les resultará difícil reconocer lo que hay detrás de esa personalidad falsa que se inventaron para lidiar con el abandono.
—Creo que aun no puedo entender como es que prefirió un hombre antes que su propia hija. — las lágrimas estaban cayendo sin control por mis mejillas. La psicóloga me tendió un pañuelo, acto que agradecí.
—Y a eso me refiero con que aún esperas algo. Esperas que ella pueda darse cuenta en un momento, que se disculpe contigo y tú por fin puedas abrazar a tu niña interior y decirle: “todo estará bien, podremos sobrellevarlo”.
—No sé como actuaría estando frente a ella. No la he visto hace años.
—Es que tú puedes hacer lo que estimes conveniente si llega a suceder. Tú quieres dejar ese rencor que tienes contra ella, decirle en su cara: “te perdono”, porque me he dado cuenta que eres un ser maravilloso, llena de virtudes y con un corazón enorme. Tú quieres sanar, tú quieres estar bien. Y esas cosas harán que todo comience a ir bien para ti, para tu bienestar. Eso sin contar la compañía del chico que contaste el primer día.
—Jungkook... — su nombre salió en un murmuro, logrando que una calma absoluta estuviera en mí tan rápido como mencioné su nombre.
—Él, algo me dice que es un apoyo fundamental, ¿no?
—Creo que nunca me había sentido tan feliz como lo soy estando en su compañía, ¿sabe? Estaba hundiéndome, casi dándome por vencida y él fue evitando que yo pensara cosas malas de mi persona.
—¿Te sientes muy bien estando con él?
—Absolutamente. — respondí sin dudarlo un momento. — es mi serotonina, cambia mi humor en un abrir y cerrar de ojos.
—Con la compañía de él, Soohyun, ¿tu apetito cambia?
Guardé silencio un momento intentando procesar mi respuesta.
—Es algo aún difícil. — comencé a hablar sintiendo mis manos sudar. — a veces me gustaría acompañarlo en comidas y a veces me da apetito con tan solo verlo comer con tantas ganas. Pero mi mente aún me juega en contra y se compara con otras mujeres.
—La mente puede ser nuestro peor enemigo. Eres una mujer excepcional, todo esto es un proceso y lo lograrás.
—Quiero hacerlo, quiero estar bien.
—Veo lo difícil que esto es para ti. Estás haciendo un buen trabajo.
Me dio algunos métodos para poder sobrellevar la ansiedad que me generaba comer y ponerla lentamente en práctica. La sesión terminó sorprendiéndome que el tiempo avanzó muy rápido y nos despedimos de un abrazo, agendando otra cita para la próxima semana.
Era la segunda sesión y a pesar de que salía del box con los ojos mas hinchados que un pez, me sentía bien conmigo misma, me sentía sin un peso encima y eso estaba siendo maravilloso poder liberarse de a poco de esas cadenas que pesaban sobre mis hombros.
—Ten más cuidado, niña.
Toqué mi hombro al haber chocado fuertemente con una persona al estar tan adentrado en mis pensamientos. Giré mi cuerpo para hacer una leve reverencia.
—Lo siento mucho, disculpe... — nos quedamos cara a cara. La mujer me miraba enojada, como si hubiera arruinado su día por completo.
Era la hermana de Jungkook.
—Debes fijarte por donde caminas, no creo que seas tan tonta, ¿verdad?
—Fue sin querer, ya me disculpé. — mis palabras salieron de manera torpe a causa de los nervios que me producía su sola presencia.
—Olvídalo.
Siguió su camino hasta el box en donde recientemente había sido atendida, sin siquiera tocar la puerta antes, cerrando la puerta tras de sí. Me quedé estática en mi lugar pensando en lo extraño que había sido todo, en lo maleducada que fue y que lamentablemente se atiende con la misma psicóloga que yo.
Creo que tendría que hablar de esto con Jungkook.
—¿Cómo te fue hoy?
Fue lo primero que me preguntó cuando subí a su auto. Era tarde, mi sesión había sido después del trabajo y él estaba esperándome hace diez minutos para que no me fuera sola a casa, según sus palabras, porque podía ser muy peligroso.
Me puse lentamente el cinturón de seguridad y suspiré, para terminar apuntando mis ojos.
—Lloré casi toda la sesión, ¿no se nota?
—Te sigues viendo hermosa. — estiró su cuerpo para besar mi mejilla logrando que las mariposas comenzaran a revolotear tan rápido como sentí su contacto.
Cuando me hablaba de aquella manera, el mundo a mi alrededor parecía iluminarse con una luz más brillante, como si sus palabras fueran pequeños soles que disipaban cualquier sombra de tristeza o de cualquier mal sentimiento.
Creo que tenía el don de lograr que las personas se sintieran a gusto.
—Es tarde, ¿quieres hacer algo? — pregunté jugando con la mano que pasaba los cambios.
—¿Te preparo algo de comer?
No tenía el mayor apetito, pero quería seguir los consejos brindados por la señora Yang.
—Me gustaría que me prepares algo de comer.
Decir esas palabras lograron que un destello de sorpresa apareciera, un instante mágico donde sus ojos, antes serenos, se abrieron por lo inesperado de mi respuesta. Fue como si un farol interno se encendiera de repente, iluminando todo su bonito rostro.
—Te prepararé algo delicioso, ya verás...
Él estaba muy feliz de que haya aceptado sin rechistar. Jungkook jamás me obligaría a nada y eso lo ha demostrado incluso cuando no nos llevábamos del todo bien. Él siempre ha estado pendiente de mí y de mi bienestar. Sentir que alguien se preocupa genuinamente por ti es como recibir un abrazo cálido en el corazón. Es una sensación que va más allá de las palabras, una confirmación de que no estás solo en tu travesía por la vida.
Tomé su mano con fuerza al escucharlo hablar con emoción, me gustaba verlo de aquella manera.
Llegamos a la residencial y esta vez fuimos a mi apartamento. Siempre mantenía todo para cocinar aunque últimamente no me estaba preparando nada nutritivo para mí.
—Tengo carne, pollo y salmón en el congelador.
—Excelente, ¿serás mi ayudante?
—¿Quieres que lo haga?
—Por supuesto, necesito a una buena chef a mi lado.
—Está bien, me convenciste. — sonreí para colocarme el delantal que él me había tendido y fui a lavar mis manos bajo su atenta mirada.
—Hay que hacer esto mas divertido, ¿no?
Prendió el parlante que prácticamente tenía de adorno porque escuchaba música tarde, mal y nunca. Una melodía que reconocía muy bien comenzó a sonar por el artefacto y solté una pequeña risa.
Estiró su mano esperando que yo aceptara bailar junto a él.
—¿Esto es por aquel día que me dejaste plantada?
—Por ese baile que no pudo ser y por todos los que pueden venir en un futuro.
Su respuesta logró que una felicidad me embriagara. Fue como un cálido resplandor de satisfacción. Tomé su mano acercándome a él.
El ritmo sensual de la bachata llenaba la atmósfera mientras nuestras miradas se intensificaban. La conexión era instantánea, como si la música hubiera tejido un lazo invisible entre nosotros. Sus manos me guiaban con una destreza suave, y cada paso sincronizado era una danza de complicidad que solo dos corazones en sintonía podían crear.
Susurros melódicos se entrelazaban con el sonido de nuestros pasos, y en ese abrazo cercano, sentía que el mundo exterior desaparecía. La intensidad de la música se traducía en la intensidad de nuestras emociones compartidas, creando una burbuja en la que solo existíamos él y yo, envueltos en este ritmo apasionado.
Sentía la seguridad de sus brazos y la armonía de nuestros movimientos, y en esos momentos, todo encajaba perfectamente, como si hubiéramos encontrado nuestro propio rincón especial en el universo.
No podía sentirme mejor.
—¿Te dije que me encantas? — unió su frente con la mía cuando la canción estaba finalizando.
—No, pero no está demás escucharlo.
—Me encantas, Park Soohyun. Creo que realmente eres una bruja y me hechizaste por completo, ¿y sabes qué? es lo mejor que pudiste haber hecho.
Nuestros ojos se buscaron con una urgencia que solo el corazón comprendía. No eran solo miradas; eran plegarias silenciosas, un deseo compartido que flotaba en el aire. Cada latido resonaba como un eco del anhelo mutuo, como si nuestros corazones hubieran decidido hablar el mismo idioma en ese instante.
La proximidad se volvió palpable, como un imán que nos atraía irremediablemente. El espacio entre nosotros se había desvanecido cuando estábamos bailando y en la brecha estrecha, el deseo se materializó en un beso necesario. Fue un encuentro de labios que trascendió el simple acto físico, fue un intercambio de almas hambrientas del otro.
Sus labios fueron la respuesta a una necesidad que ni siquiera sabíamos que teníamos. Cerré los ojos, sumida en la intensidad del momento, como si el tiempo mismo se desvaneciera y solo quedara la realidad cruda de dos personas que se encontraban en la oscuridad de sus propios deseos.
Estaba cayendo cada vez un poco más por él y por primera vez, no sentía miedo. Quiero arriesgarme con él, porque sé que vale la pena completamente.
—Creo que la comida puede esperar, los besos son mucho mejor. — dijo cuando se separó solo un milímetro de mi rostro.
Solo fueron palabras que se las llevó el viento ya que de todas formas terminó cocinando porque su estómago rugió a causa del hambre.
El menú fue un salmón al horno junto a verduras asadas.
—Pero a ti no te gusta tanto la comida saludable. — dije cuando vi los platillos montados de una manera muy linda en la encimera.
—Me gusta de ahora en adelante.
Ladeé mi cabeza al sentirme rebalsada de ternura. Estaba tan entercenida que ahora mismo me arrancaría el corazón para dejarlo justo frente a él. Suspiré para sentarme a su lado y comenzar a comer de manera lenta lo que con tanto cariño y dedicación había preparado para mí.
Aquí es donde recordé una palabra japonesa que mi padre repetía en cada oportunidad que tuviera.
—No dejes que Soohyun se ensucie con barro, Jaehyun.
—A la niña le encanta jugar en el barro, ¿no es así, vida mía?
Sonreí para asentir al momento en que me agachaba para tomar un poco y comenzar a hacer un lindo pastel y dárselo.
—Está recién bañada, esto es...
—Eunha, cariño, en casa hay agua, hay shampoo, se puede volver a bañar, lo que no vuelve son los recuerdos que va creando. Ella es feliz estando en el parque y hacer pequeñas tortas de barro. Ukiyo, amor.
—¿Nuevamente con tus palabras japonesas?
—Mi abuelo siempre me enseñó y yo quiero enseñárselo a Soohyun y a ti.
—Tú y tus cosas...
—Vive el momento. Vive este momento.
Ukiyo.
Vivir el momento y disfrutar el presente, dejando de lado las preocupaciones de la vida.
Luego de tantos años volví a encontrarle sentido a aquella palabra. Quiero tener lo mas cerca de mí a la persona que hace que mi corazón vibre de alegría y logra que de forma momentánea aleje las preocupaciones que me atormentan.
Que suerte la mía por haberlo encontrado y ni loca lo dejaría ir.
Ayyyy que felicidad siento 😿♥️.
Quiero terminar esta historia pronto, porque estoy escribiendo otro proyecto 😂 quizás les guste, quizás no, ahí lo veremos dijo el ciego 🫵🏻😽
Aquí esperando a que Soohyun le diga a Jungkook todo lo raro que ha visto en Jihee:
Quizás esto no tenga drama, quizás solo sea felicidad 🤌🏻...
Quizás.
Gracias por llegar super rápido a la meta de los comentarios, la verdad antes no lo hacía, pero desde que lo hago veo personitas que solo votan y para mi es bien bonito leer sus comentarios 🥺🫶🏻.
Las quiero mucho mis culoncitas, y ni digan que no lo son, SON MIS CULONAS ♥️.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro